


Like an intricately woven quilt, the key to any community is honoring and highlighting the shared experiences that bind us together despite our differences in background. The Alligator always seeks to create equitable, accessible coverage of the UF and Gainesville communities, stitching together well-loved and worn traditions with the issues facing us today.
Approximately 12% of the Gainesville population and 21% of UF’s student population identify as Hispanic or Latino, reflective of the nationwide 19%. Despite the prevalence of these communities, the newsroom often leaves rich, engaging stories untold.
This edition features 18 stories in English and Spanish, from a profile of Gainesville’s beloved La Cocina de Abuela to a look at how Alachua County Public Schools hopes to solve
its ELA proficiency gap between white and Hispanic students. Our primary goal was to highlight and amplify the voices of UF and Gainesville’s Spanish-speaking community in an accessible format.
While the breadth of experiences facing the Spanish-speaking community could not nearly be captured in a single edition, increasing the accessibility and equity of our coverage is a goal the Alligator strives to improve with each story told.
While this edition highlights Gainesville’s Spanish-speaking community, you can read El Caimán, the Alligator’s permanent Spanish section in all weekly editions.
The Editorial Board consists of Editor-in-Chief Aidan Bush, Engagement Managing Editor Valentina Sandoval, Digital Managing Editor Diego Perdomo and Senior News Director Peyton Harris.
Como una colcha tejida intrincadamente, la clave para cualquier comunidad es honrar y destacar las experiencias compartidas que nos unen a pesar de nuestros orígenes diferentes. El Alligator siempre busca crear cobertura equitativa y accesible de la comunidad de Gainesville y la UF, conectando las tradiciones existentes con los problemas a los que nos enfrentamos hoy.
Aproximadamente el 12% de la población de Gainesville y el 21% de la población estudiantil de la UF se identifican como hispanos o latinos, reflejando el 19% de toda la nación. A
pesar de la prevalencia de estas comunidades, los medios de comunicación tienden a omitir historias enriquecedoras e interesantes.
Esta edición presenta 18 historias en inglés y español, desde un pérfil sobre la amada Cocina de Abuela de Gainesvillle a un análisis sobre como las Escuelas Públicas del Condado de Alachua buscan resolver la brecha en el rendimiento de los alumnos hispanos en lenguaje y literatura. Nuestra meta principal fue destacar y amplificar las voces de la comunidad hispanohablante de Gainesville y la UF en un formato accesible.
Aunque la amplitud de experiencias que la comunidad hispanohablante confronta no
podría ser capturada en una sola edición, incrementar la accesibilidad y equidad de nuestra cobertura es un objetivo que el Alligator busca mejorar con cada historia nueva.
Aunque esta edición destaca la comunidad hispanohablante de Gainesville, siempre puedes leer El Caimán, la sección permanente en español del Alligator en todas las ediciones semanales.
El Consejo Editorial consiste del editor en jefe Aidan Bush, la gerente editorial de participación Valentina Sandoval, el gerente editorial digital Diego Perdomo y la directora de noticias Peyton Harris.
A city proposal could threaten weekly classes
By Carlos Alemany Alligator Staff Writer
In the heart of downtown Gainesville, a vibrant community gathers each week to connect through the rhythm of salsa to dance the night away.
Latin dance is a cornerstone of Gainesville’s cultural landscape, drawing festive residents and visitors alike to the downtown area.
However, a proposal to open a street for parking has many concerned for the future of the cherished tradition.
Since January 2021, The Gator Salsa Club has hosted weekly outdoor classes and open dancing sessions in partnership with The Bull pub in downtown Gainesville. But, a proposal to open the street in front of The Bull could bring the weekly classes to a halt.
Salil Bavdekar, the organizer of Salsa in the Streets, said the proposal could affect the current pedestrian-friendly setup.
“If it’s an open street, we can’t have our classes there, we can’t have dancing there, in which case we’d probably end up moving back to campus,” Bavdekar said. “So basically, all the benefits we had in the last three or four years, and all the benefits the city had of having this free community event being run for them for the last three years, would just disappear.”
The Downtown Advisory Board is set to oversee proposals for opening the streets to increase parking spaces, a move that some believe could benefit businesses by making them more accessible to patrons.
Jacob Larson, the owner of The Bull, said opening up parking could benefit businesses by making them more accessible to patrons, but it could also detract
from the community and cultural activities that take place in pedestrian areas.
“It brings people to downtown, and then there’s a centripetal effect where it spins out and benefits other businesses as well,” he said.
Larson said having a free, accessible area where people can enjoy activities like salsa dancing can foster social connections, cultural exchange and a sense of belonging.
“A pedestrian-centered, closed street is an integral part of a flourishing downtown ecosystem,” Larson said. “It is a catalyst for arts, culture, history and collision space for people that make up the entire community.”
For many, salsa nights are more than just an evening of dance — they are a lifeline to culture, connection and community.
Yasier Figueroa, an 18-year-old Puerto Rican resident of Gainesville, said events offered by Salsa in the Streets bring back
nostalgia.
“I take dancing as a part of me being back home,” Figueroa said. “It’s kind of like a nostalgic feeling.”
He said these events amplify the visibility and voice of Gainesville’s Hispanic community, which he describes as a “silent minority.”
“It would bring out the true sense of who we are,” he said. “We’re loud, we’re vibrant, and it would showcase our culture.”The City Commission will consider the Downtown Advisory Board’s final decision following public comments scheduled August 6.
Reflecting on the street proposal, Figueroa emphasized its drawbacks.
“It would be detrimental… because events like these bring different types of people together to do something beautiful,” he said.
@clos_alemany calemany@alligator.org
UNA PROPUESTA DE LA CIUDAD PODRÍA AMENAZAR LAS CLASES SEMANALE
Por Carlos Alemany
Escritor del Caimán
Traducido por Valentina Sandoval
Escritora del Caimán
En el corazón del centro de Gainesville, una comunidad vibrante se reune cada semana para conectar a través del ritmo de la salsa y bailar toda la noche.
El baile latino es una parte fundamental del panorama cultural de Gainesville, atrayendo en partes iguales a residentes festivos y visitantes al centro de la ciudad.
Sin embargo, una propuesta para
abrir una calle como estacionamiento tiene a muchos preocupados por el futuro de esta preciada tradición.
Desde enero de 2021, el Gator Salsa Club ha organizado clases semanales al aire libre y sesiones abiertas de baile en colaboración con el bar
The Bull en el centro de Gainesville. Pero, una propuesta para abrir la calle en frente de The Bull podría parar las clases semanales.
Salil Bavdekar, el organizador de Salsa en las Calles, dijo que la propuesta podría afectar el area organizada para los peatones.
“Si es una calle abierta, no podemos tener nuestrar clases ahí, no podemos bailar ahí, y en ese caso tendríamos que movernos de vuelta al campus probablemente”, dijo Bavdekar. “Así que básicamente, todos los beneficios que tuvimos en los últimos tres o cuatro años, y todos los beneficios que tenía la ciudad por tener este evento gratis para
la comunidad por los últimos tres años, desaparecerían”.
La Junta Asesora de Downtown va a supervisar las propuestas de abrir las calles para aumentar los puestos de estacionamiento, un movimiento que algunos creen podría beneficiar a los negocios por hacerlos más accesibles para los clientes.
Jacob Larson, el dueño de The Bull, dijo que abrir espacio para estacionar podría beneficiar a los negocios, pero también podría interrumpir a la comunidad y las actividades culturales que toman lugar en los espacios pedestres.
“Eso atrae a la gente al centro, y también tiene un efecto cetrípedo que hace que de vueltas y beneficie a otros necgocios también”, dijo.
Larson dijo que tener un area gratis y accesible donde la gente pueda disfrutar actividades como bailar salsa puede fomentar conexiones so-
ciales, intercambios culturales y un sentido de pertenencia.
“Una calle cerrada, enfocada en los peatones es una parte integral de crecer el ecosistema del centro”, dijo Larson. “Esto es catalizador para las artes, la cultura, la historia y el espacio de colisión para personas que son parte de toda la comunidad”.
For many, salsa nights are more than just an evening of dance — they are a lifeline to culture, connection and community.
Yasier Figueroa, un residente de Gainesville puertorriqueño de 18 años, dijo que los eventos ofrecidos por Salsa en las Calles le traen nostalgia.
“Yo tomo el baile como una parte de estar de vuelta en mi hogar”, dijo Figueroa. “Es como un sentimiento nostálgico”.
El dijo que estos eventos amplifican la visibilidad y la voz de la comunidad hispana de Gainesville, la
cual el describe como una “minoría silenciosa”.
“Esto trae a lucir el verdadero sentimiento de quienes somos”, dijo. “Somos ruidosos, somos vibrantes y esto muestra nuestra cultura”.
El Comisionado de la Ciudad va a considerar la decisión final de la Junta Asesora de Downtown después del tiempo de comentario publico programado para el 6 de agosto. Reflexionando sobre la propuesta de la calle, Figueroa enfatizó sus incovenientes.
“Sería perjudicial… porque los eventos como este traen a diferentes tipos de personas a juntarse para hacer algo hermoso”, dijo.
@close_alemany calemany@alligator.org @valesrc vsandoval@alligator.org
ESTUDIANTES DE LA UF CREAN NARRATIVAS PARA CONECTAR CON EL PATRIMONIO
HISPANO E INMIGRANTE
Por Grace McClung
Escritora del Caimán
Traducido por
Avery Parker
Escritor del Caimán
En lugar de leer sobre los viajes de Jack y Annie a tierras lejanas en una casa del árbol mágica, los niños leerán pronto sobre el viaje de José desde las montañas de México a una hacienda tejana o el traslado de Ericka de la costa peruana a los vientos fríos de Ohio.
En una clase de inmigración enseñada por el profesor asistente de la UF Rafael Solórzano, los estudiantes crearon cuentos ilustrados para niños basados en his-
SPORTS/SPECIAL/CUTOUT
torias orales de inmigración, captando las experiencias de personas como José y Ericka en una manera breve y apta para niños.
En el pasado, la clase, Latinx Migration, había incluido un trabajo de historia oral durante el fin del semestre. Sin embargo, Solórzano tenía ganas de hacer algo diferente este año después de ser inspirado por un proyecto de narración bilingüe establecido por las escuelas primarias de Gainesville.
“Estamos contando la historia de cómo llegaron a los EE.UU los migrantes y donde se establecieron”, Solórzano dijo. “Creo que es impactante porque…si vas a una librería, típicamente hay sólo libros sobre niños que están creciendo en Nueva York y estas ciudades de entrada tradicionales”.
Los estudiantes universitarios y de posgrado ambos completaron el proyecto en medio semestre. A los estudiantes les encargó resumir una historia oral de una o dos horas en mil de palabras, en adición al material grá-
LIBROS, PAGINA 4
UF STUDENTS CREATE NARRATIVES TO CONNECT WITH HISPANIC, IMMIGRANT HERITAGE
By Grace McClung Alligator Staff Writer
Instead of reading about Jack and Annie’s travels to distant lands in a magic treehouse, children might soon be reading about Jose’s journey from the mountains of Mexico to a Texas ranch or Ericka’s move from the Peruvian coast to the cold winds of Ohio.
In an immigration class taught by UF assistant professor Rafael Solórzano, students created children’s picture books based on immigration oral histories they conducted themselves, capturing the experience of people like Jose and Ericka in short, kid-friendly stories.
The class — Latinx Migration, Refugees and Citizenship in the U.S. — previously included an oral history paper at the end of the semester, but Solórzano wanted to do something different this year after drawing inspiration from a bilingual storytelling project at local Gainesville elementary schools.
“We're telling the story of how migrants arrived to the U.S. and where they settled,” Solórzano said. “I think that’s powerful because… if you go to a bookstore, they’re most likely going to be about little children growing up in New York and all these traditional gateway cities.”
Both undergraduate and graduate students completed the project over half a semester. Students were tasked with condensing a one- to two-hour oral history into 1,000 words accompanied by artwork they did themselves or used AI to do. Most wrote about their friends and family, but several students wrote about themselves.
Solórzano said his students enjoyed the project, even becoming emotional as they filled gaps in their
family history and connected with their Hispanic heritage.
“This is new scholarship,” Solórzano said. “[The students] are beginning to understand their human dignity.”
Ximena Villegas, a 21-year-old Mexican American UF public relations senior, said the project provided a space for Hispanic voices in a place where their stories often go untold.
“There really isn’t a lot of Hispanic voices in children's literature, especially on topics like immigration and migration stories,” Villegas said. “[This project] gave an opportunity to expose children to it but in a positive light.”
Villegas wrote about her grandfather Jose Villegas who traveled from Guanajuato, Mexico, to Texas in 1966. She said the project helped her learn more about her grandfather’s struggles and become closer to her family.
“This was a creative approach to helping younger generations understand the experiences and sacrifices that others in their life may have made,” Villegas said. She also wrote in an email the project allowed her to “gain a more humanized insight into a community that is sometimes perceived in a negative way.”
Sonia San Juan, a doctoral student from Spain, wrote about Ericka Ghersi, president of Gainesville’s Latina Women’s League. Ghersi fled violence in Peru and landed in Ohio where she was shocked by a new culture and isolated by the lack of knowledge people had about her home country.
San Juan, who came to the U.S. when she was 17, said Ghersi’s story mirrored some of her own experiences. She said the project’s concept was like “self-help literature for kids,” showing young immigrants trying to adjust to a new culture they’re not alone.
Gaby Cornier
Story description finish with comma, pg#
Jugadora de voleibol inspira orgullo puertorriqueño. Leer más en pg. 18.
The Avenue: First-generation UF first-generation students share stories, pg. 12
TheAvenue:Primera generación
Estudiantes de primera generació comparten su historia, pg. 12
HLSA members share how the organization has impacted them
By Kamala Rossi Alligator Staff Writer
Like most freshmen, when Annabella Calderon came to UF she was unsure how to get involved.
As a Colombian-Lebanese American, Calderon’s heritage was a big part of her identity and finding a community reflecting that was hard to find at first. But when she attended the Hispanic-Latinx Student Assembly (HLSA) event during the fall of her freshman year, she found a community that became her family.
Calderon said she struggled with her Hispanic identity, such as feeling shame in feeling Latino in one area and feeling too American in another. But now, she has never been more proud of her Colombian, Lebanese and American roots thanks to the community she found.
“Just being able to know that I have family back in Colombia and family that I can rely on even at UF — friends that have become family — is really important to me, and it just shows the richness of the Latino culture,” she said. Calderon, now a 20-year-old UF politi-
cal science junior and member of the HSLA’s event committee, is part of an effort to expand HLSA’s event this year to host about 300 more students.
“I wanted to make sure that I gave back because I found my community of people that I love so dearly and that have done so much for me,” Calderon said. “Now I want to be able to do that for other people so that they don't necessarily have to go looking for it.”
On Aug. 28, HLSA will continue to create a space for UF’s Hispanic community at the Reitz Union, decorated with dazzling stars and shades of purple.
HLSA welcomes students with the event to kick off the school year at the beginning of every Fall semester. “Ilumina tu Camino,” or illuminate your path, was announced as the theme for this year’s HLSA event with a July 8 Instagram post.
Read the rest online at alligator.org.
@kamalarossi krossi@alligator.org
from pg. 1
San Juan said the project could also be beneficial for nonimmigrant children.
“The sooner you get to introduce new ideas, new thoughts to other people, the better,” she said. “It's important to reach to that community, to the younger Spanish speakers and English speakers that might be interested in what other people are doing.”
Gemma Garcia-Gijon, a 20-year-old UF political science and sociology senior, said writing about her father’s experience migrating from Oaxaca, Mexico, to Florida helped her feel closer to her Hispanic culture. She said Hispanic people born and raised in the U.S. like her often struggle with feeling authentically His-
Por Kamala Rossi
Escritora del Caimán
Traducido por Joaquin Cabrera Petrone
Escritor del Caimán
Como la mayoría de los estudiantes de primer año, cuando Annabella Calderon llegó a la UF no estaba segura de cómo involucrarse. Como colombiana-libanesa-estadounidense, la herencia de Calderón era una parte importante de su identidad y encontrar una comunidad que la reflejara fue difícil al principio. Pero cuando asistió al evento de la Asamblea de Estudiantes Hispanos-Latinox (HLSA) durante el otoño de su segundo año, encontró una comunidad que se convirtió en su familia. Calderón dijo que pasó dificultades con su identidad hispana, como sentir vergüenza por sentirse latina en un área y sentirse demasiado estadounidense en otra. Pero ahora, nunca ha estado más orgullosa de sus raíces colombianas, libanesas y estadounidenses gracias a la comunidad que encontró.
"El mero hecho de saber que tengo familia en Colombia y familia en la que puedo confiar incluso en UF — amigos que se han convertido en familia — es realmente importante para mí, y demuestra la riqueza de la cultura latina", dijo. Calderón, ahora estudiante de 20 años de ciencias políticas de la UF y miembro del co-
panic, but this project helped her identify parts of her Hispanic culture in her American life she didn’t notice before.
“There was still aspects that I grew up around that, in a way, are very similar to the way my cousins in Mexico grew up,” Garcia-Gijon said. “That was really nice to see.”
Garcia-Gijon said the project showed how important representation is, especially for children.
As a Hispanic person growing up in the U.S., she said “knowing the struggles and the amount of things [our ancestors] had to do to adapt to a new country” is important to learn about.
While Hispanic voices receive better representation now, she said there’s still work to be done.
“The immigrant experience still continues to be a bit stigmatized,” she said.
Other professors across the country expressed interest in replicating the children’s book project, and two people showed interest in publishing the stories, according to Rafael Solórzano,
fico que habían hecho ellos mismos o con ayuda de la IA. La mayoría escribió sobre temas de sus amigos y familia, pero varios escribieron sobre sí mismos.
Solórzano dijo que los estudiantes disfrutaron el proyecto, tanto que se sintieron conmovidos conociendo su historia familiar y conectando con su herencia hispana.
“Esta es una erudición nueva”, Solórzano dijo. “[Los estudiantes] están empezando a entender su dignidad humana”.
Ximena Villegas, 21, una estudiante de cuarto año de relaciones públicas en la UF, dijo que el proyecto creó un espacio para voces hispanas en un lugar donde típicamente esas voces no son escuchadas.
“No hay muchas voces hispanas en la literatura para niños, especialmente sobre temas como inmigración e historias migratorias”,
Villegas dijo. “[Este proyecto] creó una oportunidad para que los niños puedan descubrir [esas historias] en una luz positiva”.
Villegas escribió sobre su abuelo, José Villegas, quien viajó de Guanajuato, México, a Texas en 1966. Ella dijo que el proyecto le ayudó a conocer más sobre las luchas de su abuelo y conectar más con su familia.
“Este era un enfoque creativo de ayudar a las generaciones más jóvenes a entender las experiencias y sacrificios que han hecho otros en su vida,” Villegas dijo.
También mencionó que el proyecto le permitió “hacerse una idea más humanizada de una comunidad que a veces sufre de una impresión negativa.”
Sonia San Juan, una estudiante de doctorado de España, escribió sobre Ericka Ghersi, la presidenta de la Liga de Mujeres Latinas de Gainesville. Ghersi huyó de la violencia en Perú y se estableció en
Ohio donde la nueva cultura la dejó sorprendida y solitaria porque nadie entendía nada de su patria.
San Juan, quien llegó a los EE.UU cuando tenía 17 años, dijo que la historia de Ghersi refleja sus propias experiencias. Dijo que el proyecto intentó proveer una forma de “autoayuda para niños”, mostrándoles a los migrantes jóvenes que no están solos mientras intentan ajustarse a una cultura nueva.
San Juan dijo que el proyecto pueda ser beneficioso para otros niños también.
“Mientras más rápido puedas introducir nuevas ideas, nuevas formas de pensar, es mejor”, dijo. “Es importante alcanzar a esa comunidad, los hispanohablantes y anglohablantes jóvenes que tengan interés en las vidas de otras personas”.
Gemma García, 20, una estudiante de cuarto año de ciencias políticas y sociología en la UF, dijo que escribir sobre la experiencia
mité de eventos de la HSLA, forma parte de un esfuerzo por ampliar el evento de la HLSA este año para acoger a unos 300 estudiantes más. "Quería asegurarme de devolver algo porque encontré mi comunidad de gente a la que quiero mucho y que ha hecho tanto por mí", dijo Calderón. "Ahora quiero poder hacer eso por otras personas para que no tengan que ir necesariamente a buscarlo".
El 28 de agosto, HLSA seguirá creando un espacio para la comunidad hispana de la UF en el Reitz Union, decorado con deslumbrantes estrellas y tonos morados.
HLSA da la bienvenida a los estudiantes con el evento de inicio del año escolar al comienzo de cada semestre de otoño. "Ilumina tu Camino" fue anunciado como el tema del evento HLSA de este año en un post de Instagram el 8 de julio.
Isabella Rodríguez, una estudiante de tercer año de 20 años de ciencias políticas, criminología y estudios internacionales de la UF y directora ejecutiva de Ilumina tu Camino, ha asistido a todos los eventos de la HLSA desde su primer año. Ahora que desempeña un papel fundamental en la organización, dice que le entusiasma continuar con su legado.
El acto se celebrará en el Rion Ballroom y en el Grand Ballroom del Reitz Union, debido a la participación récord de 750 personas en la edición del año pasado, según Rodríguez. Rodríguez dijo que ha seguido volviendo porque le inspiró formar parte de la iniciativa. "Tener un espacio donde los estudiantes de todo tipo puedan experimentar qué tipo de culturas hay aquí en la Universidad de Florida es tan, tan importante para que la gente no sólo se
the professor leading the project.
He said he’s planning on revising the stories and editing them into a volume of children’s books.
An event will be hosted in September where students from the class will read the books to children. The event is still in the planning stage, and no date has been set, Solórzano said.
If plans for the event move forward, Garcia-Gijon said the project will be doing good work even at just the local level.
“Gainesville has a lot of young Hispanic minds that need nourishment. They need to know that their experiences and their families' experiences are valid and should be learned about,” she said. “It's never too late to embrace that part of our identity.”
@gracenmclung gmcclung@alligator.org
de su padre migrando de Oaxaca, México, a Florida le ayudó a sentirse más conectada a su cultura hispana. Según ella, los hispanos nacidos y criados en los Estados Unidos, como ella, frecuentemente luchan para sentirse como hispanos auténticos. Este proyecto, sin embargo, le permitió identificar partes de su cultura hispana en su vida estadounidense que nunca había visto antes.
“Hay aspectos de mi vida que siguen siendo muy similares a mis primos en México”, dijo García. “Me hizo feliz verlo”.
García dijo que el proyecto demostró cuán importante es la representación, especialmente para niños. Como una hispana criada en los EE.UU, dijo que “conocer las luchas y tantas cosas [que nuestros ancestros] necesitaban hacer para adaptarse a un país nuevo” es crucial.
Aunque las voces hispanas reciben una representación más amplia ahora, dijo García, todavía hay más trabajo por hacer.
“La experiencia migratoria aún recibe algún estigma”, dijo. Otros profesores al rededor del
país han expresado interés en reproducir el proyecto de cuentos para niños. Dos de ellos han mostrado interés en publicar los cuentos, según el Profesor Solórzano.
Él dijo que está pensando en corregir los cuentos y compilarlos en un volumen de libros para niños. Hay un evento en septiembre en cual los estudiantes de la clase leerán los libros a niños. En este momento, el evento todavía está en la fase de desarrollo y no hay fecha fija, dijo Solórzano.
Si los planes para el evento avanzan, Gemma García dijo que el proyecto hará buen trabajo al menos a nivel local.
“En Gainesville, hay muchas mentes de hispanos jóvenes que necesitan alimento”, dijo. “Necesitan saber que sus experiencias y las experiencias de su familia son legítimas y deben ser estudiadas. Nunca es demasiado tarde para abrazar esa parte de nuestra identidad”.
@gracenmclung gmcclung@alligator.org
@AveryParke98398. aparker@alligator.org
By Avery Parker Alligator Staff Writer
On its face, the genres of science fiction, animal rights, Afrofuturism and environmentalism may not have much in common, but Luis Felipe Gomez Lomelí seeks to bring them all together under the umbrella of Latin American literature.
Lomelí, the undergraduate coordinator for UF’s Center of Latin American Studies, founded the Meet the Author Club de Lectura in hopes of providing a platform for Hispanic literature within UF’s community.
Meeting every 15 days during the Fall and Spring semesters, the Spanish-language club aims to bring attendees together to meet Latin American authors and discuss their work.
Beginning Sept. 5, the club will host Federico Vite, a Mexican author who writes about literature and violence; María Ospina, a professor at Wesleyan University from Colombia;
Giovanna Rivero, a Bolivian writer; Munir Hachemi, a Spanish writer; Miguel Yarull, a Dominican film director and writer; and Nadia López, a Tu’un Savi-language poet.
Past authors have included those like Nicaraguan author Mario Martz, who spoke about “the experiences of living under a dictatorial regime,” which Lomelí described as “quite emotional.”
On the other hand, when the club hosted Chilean author Alejandra Costamagna, the discussion was “more academic” and focused on the roles of Latin American writers in the literary community.
Other guest authors have included Yolanda Arroyo Piazarro, a Puerto Rican novelist and author of “Pelo Bueno,” and Florentino Solano, a Mexican writer and author of “La danza de las balas.”
Meetings see students engaging in group-based discussions with guest authors where they can ask questions and share their thoughts about the author’s book, its themes and any other topics that arise.
“A good university is a place of plural dialogue, and UF is a great university,” Lomelí said. “The [club] joins the activities that UF carries out
to promote culture in the university community.”
Lomelí said the club provides students a place to speak in Spanish, whether they’re native speakers or are trying to learn, without the stress of grades or pronunciation evaluations.
“There are no more requirements than reading and wanting to talk and listen, to refresh the Spanish that you have forgotten over the years [or] you’ve been learning, and to understand a little more about the realities of Latin Americans,” Lomelí said.
Further contributing to his aim of cultural diversity, Lomelí highlighted the club’s interest in engaging with authors such as Munir Hachemi, an Algerian Spaniard, to expand upon the idea that the term “Latin American” goes beyond “a geographic region.”
Moreover, it invites attendees to learn about Latin American experiences that extend beyond the Spanish language. Florentino Solano, a Mexican writer, read several of his poems in both Spanish and his first language, indigenous Mexican language Tu’un Savi.
Lomelí said the club will continue to invite six authors per semester
El Meet the Author Club de Lectura de la UF hospedará seis
EL CLUB SE PROPONE CELEBRAR LA CULTURA HISPANA A TRAVÉS DE LA GRATITUD LITERARIA
Por Avery Parker
Escritor del Caimán
A primera vista, los géneros de la ciencia ficción, los derechos de los animales, el afrofuturismo y el ambientalismo no parecen tener nada en común, pero Luis Felipe Gómez Lomelí trata de unirlos bajo el paraguas de literatura latinoamericana.
Lomelí, el Coordinador Estudiantil del Centro de Estudios Latinoamericanos de la UF, fundó el club con la esperanza de proveer una plataforma para la literatura hispana dentro de la comunidad de la UF.
Reuniéndose cada 15 días durante el semestre del otoño y el semestre de la primavera, el club hispanohablante trata de reunir a los asistentes para conocer a los autores latinoamericanos y hablar de sus libros.
A partir del 5 de septiembre, el club hospedará a Federico Vite, un autor mexicano quien escribe sobre la literatura y violencia; María Ospina, una profesora colombiana de la Universidad Wesleyan; Giovanna Rivero, una escritora boliviana; Munir Hachemi, un escritor español; Miguel Yarull, un director de cine y escritor dominicano; y Nadia López, una poeta de la lengua tu’un savi.
Los autores previos han incluido esos como
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while expanding its connections. For example, the club plans to collaborate with both the Spanish Embassy and UF’s Center of African Studies to facilitate Hachemi’s visit. The club also plans to offer a literature creation workshop and a potential writing contest in the fall.
Sandra Rayas, a 19-year-old UF marketing sophomore, said the club provides a “very cool experience” and gives members a chance to explore literature they wouldn’t otherwise be exposed to. She said her favorite discussion centered on Daniel Rodríguez Barrón’s “La Soledad de las Animales,” a book on ecology, veganism and environmentalism.
“I almost always read more classical literature,” she said. “It is really interesting to get to know these [modern] authors and ask them questions and understand more about their life stories and listen to their perspectives.”
Rayas said the Spanish-language aspect of the club gave her a space to feel connected to her heritage despite living in a community with fewer opportunities for speaking Spanish and engaging in Hispanic culture than in a majority Spanish-speaking area.
On a personal level, Rayas said
reading books from Mexican authors allows her to “learn more about [her] culture” and is helpful for “expanding vocabulary, writing better and reading faster.”
Emily Hind, a UF Spanish professor and club attendee, enjoyed the club so much she decided to host two of the authors, Chilean writer Alejandra Costamagna and Nicaraguan writer Mario Martz, in her own classes where they discussed their writing and life experiences.
“I was so impressed with what they had to say that they made a return,” Hind said.
Another aspect where the club promotes literature and Spanish, according to Hind, is by allowing students a space to engage in those topics “without making them commit money or credit hours,” something she said she hoped would lead to “a love of literature beyond what we can do formally [in school].”
“If you would like to get something out of your college education that will be meaningful to you later, come to the group,” Hind said. “Your Spanish level does not matter.”
@AveryParke98398 aparker@alligator.org
el autor nicaragüense Mario Martz, quien habló sobre “las experiencias de vivir bajo un régimen dictatorial”, algo que Lomelí describió como “bastante emotivo".
Por otro lado, cuando hospedó el club a la autora chilena Alejandra Costamagna, la conversación “fue más académica” y centrada en “el papel de escritoras latinoamericanas” en la comunidad literaria.
Otros autores invitados han incluido a Yolanda Arroyo Piazarro, una novelista puertorriqueña y autor de “Pelo Bueno”, y Florentino Solano, un escritor mexicano y autor de “La danza de las balas”.
Las citas del club se aseguran de que estudiantes participen en discusiones grupales con los autores invitados donde pueden preguntar sus dudas y compartir sus opiniones sobre el libro del autor, sus temas y cualquier otros temas que surjan.
“Una buena universidad es un lugar de diálogo plural, y UF es una gran universidad”, dijo Lomelí. “El [club] se suma así a las actividades que realiza UF para fomentar la cultura en la comunidad universitaria”.
Lomelí dijo que el club provee a los estudiantes con un lugar para hablar en español, si son hablantes nativos o están intentando a aprender, sin el estrés de calificaciones o las evaluaciones de pronunciación.
“No hay más requisitos que leer y tener ganas de conversar y escuchar, de recordar el español que se te ha ido olvidando con los años [o] el que has ido aprendiendo, y de conocer un poco más de las realidades latinoamericanas",
sienta como en casa en la universidad, sino que también se sienta cómoda", dijo Rodríguez. "Esa comodidad y familiaridad es realmente lo que hace que la gente vuelva a la universidad y eso es lo que me hace sentir orgullosa de ser un Gator".
La Asociación de Estudiantes Hispanos de la UF es la organización a la que pertenece HLSA y ayuda a organizar el evento. Una gran parte del evento consiste también en ofrecer a los estudiantes oportunidades de desarrollo profesional, dijo Rodríguez
La HSA agrupa a 20 organizaciones, muchas de las cuales participan cada año en la HLSA.
Héctor Collazo, de 20 años, es estudiante de último año de microbiología y ciencias celulares de la UF y jefe de marketing de HLSA. Comparado con Rodríguez y Calderón, HLSA le ayudó a aprender más sobre su cultura, como puertorriqueño. Al crecer en un barrio predominantemente blanco, Collazo dijo que tenía una relación diferente con su cultura antes de
venir a la UF.
dijo Lomelí.
Contribuyendo más al objetivo del club de diversidad cultural, Lomelí destacó el interés del club en estar involucrado en autores como Munir Hachemi, un español argelino, para expandir en cómo el significado del término “latinoamericano” va más allá de “una región geográfica".
Además, el club invita a sus asistentes a aprender más sobre las experiencias latinoamericanas que van más allá de la lengua española. Florentino Solano, por ejemplo, un escritor mexicano, leyó varias de sus poemas en ambos español y su lengua materna, tu’un savi, un idioma indígeno de México.
Lomelí dijo que el club continuará a invitar seis autores por semestre mientras expande sus conexiones. Por ejemplo, el club planea colaborar con la Embajada Española y el Centro de Estudios Africanos de la UF para facilitar la charla con Hachemi. También, el club espera ofrecer un taller sobre la creación de literatura y un concurso de escritura potencial en otoño.
Sandra Rayas, 19, una estudiante del mercadotecnia de segundo año de la UF, dijo que el club provee una “experiencia muy padre” y les da a sus miembros la oportunidad de explorar literatura que típicamente no leerían. Ella dijo que su discusión favorita estaba centrada en “La Soledad de los Animales”, un libro escrito por Daniel Rodríguez Barrón sobre la ecología, el veganismo y el ambientalismo. “Leo casi siempre novelas más clásicas”, ella dijo. “Es muy interesante conocer a los autores, preguntarles y entender sus historias y escuchar sus perspectivas”.
"Creo que después de haberme enriquecido en la comunidad hispana aquí en la UF, creo que lo que más me llevo de mi cultura hispana es la fuerza de la familia que todos tenemos, que yo tengo", dijo Collazo.
Collazo espera que la HLSA y otras organizaciones de estudiantes hispanos puedan ofrecer ese mismo entorno acogedor a los demás.
"Creo que hay muchas otras personas que han estado en una situación como la mía, en la que no son realmente acogidos por toda la comunidad que les rodea", dijo Collazo. "Esa es otra gran razón por la que estoy tan involucrado con HSA, HLSA y MLP".
El Programa de Liderazgo de Miembros de la HSA es un programa de dos semestres para estudiantes de primer año, segundo año y estudiantes transferidos de primer año. El objetivo del programa es ofrecer a 40 estudiantes oportunidades de establecer contactos y mentores con antiguos alumnos y líderes estudiantiles y compañeros de estudios.
Annabella Calderon, miembro del comité de eventos HLSA, dijo que HLSA es también una gran manera para que los estudiantes forjen nuevas amistades.
Rayas dijo que el aspecto que el club es hispanohablante le dio un espacio para sentirse más conectada a su herencia a pesar de vivir en una comunidad con menos oportunidades para hablar en español y estar involucrada en la cultura hispana que una área con una mayoría de hispanohablantes.
A nivel personal, Rayas dijo que poder leer libros de autores mexicanos le ayudó a “mantener [su] cultura” y además “expandir [su] vocabulario, poder escribir mejor y leer más rápido”. El club le gustó tanto a Emily Hind, una profesora de español de la UF y asistente del club, que ella invitó a dos autores, la escritora chilena Alejandra Costamagna y el escritor nicaragüense Mario Martz, para hablar de sus obras y sus experiencias de vida.
“Quedé tan impresionada por sus historias que les pedí a regresar [a mis clases]”, dijo Hind. Un aspecto adicional en que el club da publicidad a la literatura y la lengua española, según Hind, es el hecho de que estudiantes pueden estar involucrados en estos temas “sin el requisito de pagar o dedicar horas de crédito”, algo que ella espera lleve a “el amor por la literatura más allá de lo que hacemos formalmente [en clases]”.
“Si quieres conseguir algo significativo de tu experiencia universitaria que tendrá importancia para tí más tarde [en tu vida], ven al club”, dijo Hind. “Tu nivel de español no importa”.
@AveryParke98398 aparker@alligator.org
"Parte de la belleza de HLSA es que no es sólo un evento con comida gratis y mercancía gratis", dijo. "[Para] los estudiantes de primer año especialmente, o alguien que no está totalmente involucrado en [organizaciones] estudiantiles, fue una gran manera para que conociera a otras organizaciones".
A través de otros recursos del campus, como el Programa de Aprendizaje de la Herencia Española de la UF, ha tenido clases con otros latinos, lo que le ha permitido conectar con gente a nivel cultural, dijo Calderón.
Y como HLSA sigue inspirando amistades y construyendo la comunidad hispana, los estudiantes siempre tendrán un sentido de pertenencia.
"Sí, estamos ocupando más espacio y eso es genial", dijo Calderón. "Y eso es exactamente lo que necesitamos en la UF, es que nuestra comunidad pueda sentirse segura y cómoda ocupando ese espacio porque lo merecemos tanto como las demás comunidades", dijo Calderón.
@kamalarossi krossi@alligator.org Jcabrera-petrone@alligator.org
Por Morgan Vanderlaan Escritora del Caimán
Traducido por Eneida Escobar
Escritora de el Caimán
Mientras escuchaba la radio en español, la inmigrante colombiana Gabriela Gongora Rosales dijo que nunca es inusual escuchar anuncios de campaña republicanos atravesando la estática para preguntar a los votantes hispanos si están cansados de temer a los políticos izquierdistas.
La residente del condado de Seminole dijo que los “anuncios dirigidos en los medios” de Estados Unidos que se basan en premisas falsas para “atraer” a los votantes resuenan en personas que han emigrado de países socialistas y comunistas.
“Estamos en un momento en el que el sistema político estadounidense ha dejado a la gente sintiéndose desilusionada”, dijo Gongora Rosales.
Para Gongora Rosales, tiempos sin precedentes como la elección presidencial de 2024 exigen soluciones dinámicas, incluida la aclaración del falso relato de que el bloque de votación hispano es un monolito.
Un monolito se refiere al proceso de política impersonal en el que personas de una diáspora similar son agrupadas juntas. En los Estados Unidos, uno de los grupos más comunes categorizados como un monolito es la comunidad hispana.
Alejandro Flores, Coordinador Estatal de Florida de Poder Latinx, dijo que esta suposición es falsa.
“Al referirse solo al voto latino [como monolítico], se está quitando esa cultura, esa identidad que tiene cada nacionalidad”, dijo.
Poder Latinx es una organización sin fines de lucro y no partidista dedicada a empoderar el voto latino a través de la educación sobre el ciclo electoral, el medio ambiente, la economía y la inmigración. Flores describió su principal objetivo como ayudar a la comunidad hispana a tomar decisiones informadas en las urnas basadas en hechos en lugar de lo que pueden haber leído “en WhatsApp o porque un amigo de un amigo les dijo”.
A pesar de que Venezuela, Colombia y Brasil existen en regiones similares, Flores dijo que sus culturas son increíblemente diferentes, alterando así las preferencias de votación. De manera similar, las personas que emigran de Cuba pueden tener un temor arraigado al socialismo debido a su dictadura histórica, mientras que aquellos de México pueden votar para evitar el potencial de violencia de los carteles, dijo.
“Cada país tiene una necesidad diferente y una preocupación diferente”, dijo Flores. “Eso no está siendo abordado por los líderes [que] simplemente engloban a todos los países lati-
nos en la comunidad latina”.
Se predice que los votantes latinos representarán el 14.7% de los votantes elegibles en las elecciones de 2024, según el Pew Research Center.
Con grupos políticos como “Latinos for Trump 2020” y la campaña “Dile No a Bidenomics: los Latinos no podemos tener la economía de Biden” de la LIBRE Initiative en ascenso, los medios de comunicación han difundido la idea de una “ola roja” moviéndose a través de la comunidad hispana.
Las elecciones de mitad de período de 2022 vieron al 60% de los votantes hispanos emitir votos a favor de los demócratas en comparación con el 39% que apoyaron a los republicanos, una diferencia de 21 puntos en comparación con 2018. Si bien los votantes hispanos todavía tienden a votar azul, un mayor porcentaje de votantes hispanos apoyaron a los candidatos del partido republicano durante las elecciones de mitad de período de 2022 que en años anteriores, según el Pew Research Center.
Sin embargo, Flores dijo que el cambio probablemente no sea tan drástico como los medios de comunicación electoral lo retratan.
“Siento que estas personas que se están volviendo a un lado [o] a este lado extremo, es porque no tienen los recursos adecuados y no tienen los canales adecuados de educación”, dijo.
La desinformación y la falta de información traducida con precisión en los medios aumentan la dificultad para que los que no hablan inglés filtren su contenido al evaluar sus similitudes con “propaganda” y “alarmismo”, dijo.
Giancarlo Rodriguez, exalumno de UF y miembro del Sunrise Movement, dijo que los padres de sus amigos hispanos y latinos que antes votaban por Obama cambiaron a Trump en 2020.
“Creo que los votantes hispanos son dados por sentado por el Partido Demócrata”, dijo.
“Vemos que en los últimos años los votantes hispanos se están alejando de los demócratas en Florida, y siento que eso demuestra que no están siendo invertidos y que están siendo un poco descuidados”.
Como oyente de la radio en español, Rodriguez dijo que constantemente escucha anuncios de campaña respaldados por republicanos y espera que los demócratas sean más proactivos en llegar al bloque de votación hispano, especialmente en lo que respecta a las generaciones más jóvenes.
“Tienen que estar dando forma a la narrativa, y los demócratas no están haciendo eso. Dejan que los republicanos lo hagan”, dijo.
La tendencia llevó a malentendidos que describen a Biden como un “socialista y comunista” en el ciclo electoral de 2020, construyendo sobre miedos preexistentes dentro de la comunidad, lo cual Rodriguez dijo que es otro ejemplo de cómo tratar a los votantes hispanos y latinos como un monolito se correlaciona con las pérdidas demócratas.
“[Los demócratas] simplemente asumen que todos los hispanos son iguales y que las
mismas cosas resuenan con todos nosotros”, dijo. “Siento que eso ha llevado a su caída en muchos estados o... márgenes que se están cerrando en muchos estados”. Rodriguez dijo que espera ver algún día más candidatos como Debbie Mucarsel Powell, la mujer ecuatoriana y libanesa que desafía al titular Rick Scott por un escaño en el senado de Florida en las próximas elecciones generales. “Es realmente refrescante... Siento que ella realmente entiende a la comunidad”, dijo. “Con su experiencia de vida, podrá captar mejor a los votantes hispanos y no descuidarlos”.
Gongora Rosales, una inmigrante colombiana y residente del condado de Seminole, dijo que el bloque de votación hispano está extremadamente inactivo, lo que podría estar vinculado a la falsa premisa de que su voto no cuenta debido a sentimientos de desilusión.
“Cuando tratas a un bloque de votación como un monolito, simplemente estás reforzando estereotipos en esa comunidad”, dijo. “Si no le estás diciendo a los votantes lo que quieren escuchar, si solo te estás acercando a ciertos votantes... estás perdiendo mucha información importante que podría llevar a esa demografía a las urnas”.
Eli Garcia, Directora de Alcance Comunitario de la Federación Hispana de Florida, dijo que participar en la política local es tan importante como las elecciones a nivel federal.
“Es importante que conozcas quién te representa”, dijo. “La gente solo piensa en el nivel nacional, pero [necesitamos] también hacer que piensen en el nivel local y estatal también”.
La Federación Hispana es una organización sin fines de lucro que empodera a las comunidades hispanas y las instituciones latinas a través de trabajos enfocados en problemas sociales y políticos. Hasta ahora, la federación ha
The community may not have shifted as far right as previously believed
By Morgan Vanderlaan Alligator Staff Writer
As she listened to Spanish radio, Colombian immigrant Gabriela Gongora Rosales said it’s never unusual to hear Republican campaign ads reaching through the static to ask Hispanic voters if they’re tired of fearing leftist politicians.
The Seminole County resident said U.S. “targeted media ads” relying on false premises to “lure”
voters strikes a chord for people who have immigrated from socialist and communist countries.
“We’re in a time where the American political system has left people feeling like they are disenfranchised,” Gongora Rosales said.
For Gongora Rosales, unprecedented times like the 2024 presidential election call for dynamic solutions, including setting the record straight on the false narrative that the Hispanic voting bloc is a
monolith.
A monolith refers to the process of impersonal politics in which peoples of a similar diaspora are grouped together. In the U.S., one of the most common groups categorized as a monolith is the Hispanic community.
Poder Latinx Florida State Coordinator Alejandro Flores said this assumption is false.
“By just referring to the Latino vote [as monolithic] is taking away that culture, that identity
involucrado a 2.1 millones de votantes latinos a través de campañas de registro de votantes y asociaciones con esfuerzos de campaña de base.
En el condado de Alachua, había 16,554 votantes registrados que se identificaron como hispanos al 24 de julio, según la Oficina del Supervisor de Elecciones del Condado de Alachua (ACSEO).
Aaron Klein, Director de Comunicaciones y Alcance de ACSEO, dijo que el bloque de votación hispano absolutamente no es un monolito, especialmente cuando se trata del día de las elecciones.
“Puedo decirles que no hay ninguna población cuando se trata de votar que sea un monolito, que hable de la misma manera y piense de la misma manera”, dijo.
Para aquellos que solo hablan español, Klein dijo que la ACSEO proporciona una línea directa en español para asistencia durante el día de las elecciones y la votación anticipada. Todas las boletas también se traducen al español, por lo que si los votantes se sienten más cómodos votando en una boleta completamente en español, pueden hacerlo.
Durante las elecciones generales de 2022, la ACSEO informó que se utilizaron 57 boletas en español, un número que Klein dijo que se espera que aumente.
“Realmente hacemos de esto una parte de nuestra misión para tratar de llegar a las personas como individuos... para asegurar que se sientan empoderados para votar sin importar cuáles sean sus creencias”, dijo Klein.
@morgvande mvanderlaan@alligator.org @EneidaMariaEsc eescobar@alligator.org
that each nationality has,” he said.
Poder Latinx is a nonprofit, nonpartisan organization dedicated to empowering the Latino vote through education on the election cycle, environment, economy and immigration. Flores described his main goal as helping the Hispanic community make informed decisions at the polls based on fact rather than what they may have read “on WhatsApp or because a friend of a friend told them.”
Despite Venezuela, Colombia and Brazil existing in similar regions, Flores said their cultures are incredibly different, therefore altering voting preferences. Simi-
larly, people immigrating from Cuba may have an ingrained fear of socialism due to its historic dictatorship while those from Mexico may vote to avoid the potential for cartel violence, he said.
“Each country has a different need and a different worry.” Flores said. “That is not being addressed by leaders [who] just encompass all the Latino countries into the Latino community.”
Read the rest online at alligator.org.
@morgvande mvanderlaan@alligator.org
Columna
Como una latina de primera generación, ha sido mi responsabilidad realizar los sueños rotos de mi mamá cuando tenía 19 años — una responsabilidad que me impusieron desde el momento que nací.
Pero no estoy sola en ese sentimiento.
Como otros estudiantes hispanos o latinx de primera generación, la expectativa de tener éxito es una de las cargas más pesadas que llevamos. Vemos los sacrificios de nuestros seres queridos, como se estresan por el dinero y otras cosas, también nos queda la maldición de romper los traumas generacionales.
Así que cuando le dije a mi mamá que quería ser artista, tal vez pintora, cantante o actriz, se rió. Claro, ella sabía que era “buena” en esas cosas y sabía que me hacían feliz, pero yo era su mayor y única hija. Para ella, ser artista no me daría dinero ni garantizaría que pudiera cuidarla cuando envejezca.
Yo era la única en mi familia que podía hablar, leer y escribir en inglés. ¿Por qué desperdiciar ese privilegio en carreras que ella creía que no tenían estabilidad garantizada? En cada fiesta familiar, mis tíos y tías me preguntaban si iba a estudiar medicina y ser doctora para que, eventualmente, pudiera “comprarles una casa”.
¿Cuenta si escribo cuando los doctores son malos?
Agotamiento y expectativas
El 23.85% de los estudiantes del Colegio de Periodismo y Comunicaciones de la UF se identifican como hispanos o latinx, según los datos de la universidad. Esos son cientos de otros estudiantes, como yo, que probablemente se despertaban cada domingo por la mañana con Celia Cruz o Selena cantando en la televisión porque el domingo era el “día de limpiar o mamá iba a gritar”.
Los estudiantes graduados del Colegio de Periodismo y Comunicaciones representan alrededor del 17%.
En general, representamos alrededor del 20% de la población de la UF, y aproximadamente el 19% de la población de los Estados Unidos, según la Oficina del Censo.
Para nosotros que elegimos el periodismo puede ser difícil. Te sientes como un impostor entre un mar de compañeros gringos con dinero. O sientes que quizás estás decepcionando a toda tu familia porque elegiste una carrera “inestable”.
Tratas de trabajar más duro que todos solo para demostrar que eres más que una estadística, pero la misma industria para la que trabajamos nos decepciona constantemente.
Esas publicaciones nacionales por las que nos estresamos trabajando para conseguir solo una pasantía, como The Wall Street Journal, The Washington Post y el New York Post, no tienen hispanos o latinxs en sus juntas editoriales, según un informe de 2023 publicado por la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos.
LUNES, 29 DE JULIO DE 2024
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Según la asociación, descubrieron que “de 22 periódicos estudiados, no hay presidentes latinos, no hay editores latinos, y hay solo tres editores ejecutivos latinos”.
De los noticieros de televisión, 16 de 22 organizaciones tienen una ausencia total de “representación latina, como presidentes, editores en jefe, editores ejecutivos y editores responsables”, según el informe.
Vivienne Serret opinions@alligator.org
Y cuando el LA Times despidió empleados debido a “pérdidas financieras”, el Caucus Latino del periódico estimó una pérdida de aproximadamente 38% de sus miembros.
Es difícil.
A pesar de haber dejado atrás las cosas que me traían alegría, como actuar, cantar y pintar, cuando pensé en mi vida y en las cosas que me habían pasado, me di cuenta de que había otras maneras en las que podía contar historias sobre mí vida y la gente que amo.
Aún podía ir a exposiciones de arte, aún podía escuchar música y podía mantener esos momentos vivos para siempre. Una pluma y papel es lo que me queda, así que ¿Qué mejor manera que hacerlo si no con una carrera tan difícil y gratificante como el periodismo?
¿Tomé la decisión correcta? Creo que sí. ¿Lo siento, mamá?
Vivienne Serret es una estudiante de periodismo y criminología de cuarto año en la UF.
Las opiniones expresadas aquí no son necesariamente las de The Alligator.
The Alligator fomenta los comentarios de los lectores. Las cartas al editor no deben exceder las 600 palabras (aproximadamente una página tamaño carta). Deben estar mecanografiados, a doble espacio y deben incluir el nombre del autor, clasificación y número de teléfono. Los nombres serán retenidos si el escritor muestra una causa justa. Nos reservamos el derecho de editar la extensión, la gramática, el estilo y la difamación. Envíe cartas a opinions@alligator.org, tráigalas a 2700 SW 13th St. o envíelas a P.O. Box 14257, Gainesville, FL 32604-2257. También se aceptan columnas de aproximadamente 450 palabras sobre temas originales y caricaturas editoriales. ¿Preguntas? Llame al 352-376-4458.
I’ ve lost count of the times I have written about my home.
The words dance in nostalgia through a blank piece of paper as I desperately search my mind for the traces of my old life. I remember the smell of fresh coffee, my mom braiding my hair on a school morning and the perpetual sound of the news and the national anthem on TV at 6 a.m.
I was raised among social unrest, in a country with a turbulent history and a dictatorship that outdates me. Some of my earliest memories are of my grandmother yelling at the president on the TV for raising prices and filling the streets with crime. But my relationship with journalism started as early as the day of my birth — I was born in Venezuela on June 27, the National Day of the Journalist. My parents, both engineers, wanted me to love the sciences and math like they did, but from an early age I was writing my secrets and stories on every piece of paper I could find around the house.
Although I was painfully aware of the situation in my country at a ripe 9 years of age, I hated the news. My grandmother would turn on the TV in my living room every morning while I was getting ready for school. Every local channel played the national anthem before their morning show and around noon, and more often than not, it was followed by a long-winded, neverending address from President Hugo Chavez.
All I really knew about politics back then was that we hated Chavez and that he was ruining our country. I didn’t actually start caring until one day in 2013.
I was at my weekly ballet classes in downtown Acarigua when my dance instructor got a call that sent the entire class into a frenzy: Hugo Chavez was dead. Almost like someone had flipped a switch, you could hear the noises outside the tiny classroom get louder and see the panic set in a dozen little girls who knew the social unrest this news would cause. My mom came running to pick me up from class, she told me to keep quiet and not ask anyone about politics and said we would stay home from school for a couple of days.
President from 1999 to 2013, Chavez led a dictatorship in Venezuela that changed the national constitution in his favor — giving almost unlimited power to the executive branch and allowing perpetual reelection — and caused years of high inflation, rising crime and complete censorship of the press and any opposition to his administration.
But this story is not about Hugo Chavez or his dictatorship’s successor, Nicolas Maduro. This is about the anger that has settled in my blood from seeing a country
Columna
He perdido la cuenta de las veces que he escrito sobre mi hogar. Las palabras bailan en nostalgia a través de un papel en blanco mientras busco desesperadamente las piezas de mi vida pasada en lo recóndito de mi mente. Recuerdo el olor del café, a mi mamá trenzando mi pelo en una mañana antes del colegio y el sonido perpetuo de las noticias y el himno nacional en la televisión a las 6 a.m.
Fui críada en medio de disturbios sociales, en un país con una historia turbulenta y una dictadura más vieja que yo. Entre mis primeros recuerdos está mi abuela gritandole al presidente en la televisión por subir los precios y llenar las calles de inseguridad.
Pero mi relación con el periodismo empezó tan pronto como salí del vientre — yo nací un 27 de junio en Venezuela, el Día Nacional del Periodista. Mis padres, ambos ingenieros, querían que amara las ciencias y la matemática tanto como ellos, pero desde una edad temprana me encontraba escribiendo historias y secretos en cada trozo de papel que encontraba en mi casa.
A pesar de estar consciente de la situación del país a tan solo los 9 años, siempre odié las noticias. Mi abuela prendía la televisión de la sala todas las mañanas mientras me arreglaba para ir al colegio. Cada canal de cable local tocaba el himno nacional antes su transmisión de la mañana y del mediodía, y después del posterior casi siempre empezaba una cadena nacional interminable del presidente Hugo Chavez. Lo único que sabía de política a esa edad era que odiabamos a Chavez y que estaba destruyendo nuestro país. No fue sino hasta 2013 que me empezó a importar. Mientras estaba en mi clase semanal de ballet en el centro de Acarigua, la profesora recibió la llamada que desató el caos: Hugo Chavez había fallecido. En cuestión de segundos el mundo alrededor cambió, el ruido de la calle afuera del pequeño salon de baile subió de volumen y el pánico alcanzó al grupo de niñas en tutús que sabían los disturbios que la noticia causaría. Mi mamá vino a buscarme tan rápido como pudo, me dijo que me quedara quieta y no le hablara a nadie sobre política y que nos quedaríamos unos días en la casa antes de volver al colegio. Chavez, el presidente desde 1999 a 2013, lideró una dictadura en Venezuela que cambió la constitución nacional a su favor — dandole control casi ilimitado al poder ejecutivo y permitiendo su reelección perpetua — y causó años de hiperinflación, aumento en el crimen y la censura completa de la prensa y cualquier oposición a su gobierno.
Pero esta historia no es sobre Hugo Chavez o el sucesor de su dictadura, Nicolas Maduro. Esta historia es sobre la impotencia que se ha acumulado en mi sangre de ver un país ser olvidado.
go dark.
From my earliest memories of the news channels reporting on crucial political changes and being interrupted by a random presidential address, I saw the news cycle in Venezuela be slowed down, silenced and controlled.
Venezuela ranks 159th out of 180 countries in the Reporters Without Borders (RSF) Press Freedom Index. Since Maduro’s rise to power, RSF counted the disappearance of around 100 print newspapers and the closure of 200 radio stations.
Laws in place since 2010 do not permit the “questioning” of government officials, so multiple journalists have been sanctioned for speaking against the government and many news outlets have chosen to remain silent in fear of retaliation. Even newspapers that turned to digital-only for their coverage are censored, since the state-controlled internet service provider CANTV blocks multiple websites including 35 independent news sites, according to Reuters Institute.
I didn’t like my country while I lived in it because it felt like a cage of corruption and silenced voices, but that dislike toward my heritage turned into a passion to be the difference I never got to see. I started looking at journalists I used to watch on TV when I was younger like Carla Angola, Gladys Rodriguez and Jose Vicente Antonetti, and I saw them leave the country in search of a place where they could broadcast the voices that were not being heard.
I started appreciating the place I am from, not because of its crises or tragedies, but because of the undying resilience of its people.
My mom told me not long ago my grandmother’s dream was to be a journalist, but she never had the courage to pursue such a dangerous and uncertain career. I may not remember the color of the walls in my childhood home, and I may not go back to see it for many years, but I still carry that same anger and perseverance passed down through my lineage that makes me want to be a voice for the silenced.
It still hurts to write about my home. It hurts to think of saying goodbye to my mom at an airport at 13 years old, or the multiple Christmases spent over FaceTime with family spread all over the continent, or the fact that I still have not been able to visit my grandfather’s grave since he died in 2018. It hurts to think of thousands of people who are separated from their loved ones, not only by thousands of miles but by the deafening silence of government censorship.
It hurts but I’m willing to turn the blood into ink as many times as needed if it means not staying silent. So I thank my heritage for my career and for the courage to use my voice for those who cannot.
Valentina Sandoval is a senior journalism major and the Summer 2024 Engagement Managing Editor.
Valentina Sandoval opinions@alligator.org
Desde mis memorias más tempranas de ver canales de noticias reportando sobre temas importantes, solo para ser interrumpidos por una cadena nacional del presidente, vi el ciclo de noticias en Venezuela ser desacelerado, silenciado y controlado. Venezuela ocupa el lugar 159 de 180 países en el Indice de Libertad de la Prensa de Reporteros Sin Fronteras. Desde el comienzo del gobierno de Maduro, RSF ha contado la desaparición de al menos 100 períodicos físicos y el cierre de 200 estaciones de radio.
Las leyes vigentes desde el 2010 no permiten “cuestionar” a oficiales del gobierno, lo cual ha llevado a múltiples periodistas sancionados por hablar en contra del gobierno y a muchos medios de comunicación a limitar su cobertura por miedo a problemas legales. Incluso los periódicos que han cambiado su formato a solo digital han sido censurados, pues el proveedor de internet CANTV es controlado por el estado y bloquea una gran cantidad de sitios web, entre ellos 35 sitios de noticias independientes, según Reuters Institute.
No me gustaba mi país por mucho tiempo porque se sentía como una jaula de corrupción y voces reprimidas, pero ese desagrado hacia mi herencia se ha convertido en una pasión por ser la diferencia que nunca llegué a ver. Empecé a recordar los periodistas que veía en televisión cuando era pequeña, como Carla Angola, Gladys Rodriguez y Jose Vicente Antonetti, y vi como se fueron del país en busca de un lugar donde pudieran compartir esas historias que no estaban siendo escuchadas.
Así fue que empecé a apreciar a mi lugar de origen no por sus crisis o tragedias, sino por la resiliencia imparable de su gente.
Mi mamá me dijo hace un tiempo que el sueño de mi abuela por un tiempo era ser periodista, pero que nunca tuvo el coraje de perseguir una carrera tan peligrosa e incierta. Puede que no recuerde el color de las paredes de mi vieja casa y puede que no vuelva a verla en muchos años, pero todavía llevo en mi linaje esa ira y perseverancia que me hace querer ser una voz para los silenciados.
Todavía me duele escribir sobre mi hogar. Me duele pensar en decirle adios a mi mamá en el aeropuerto a las 13 años, o en las múltiples navidades celebradas por videollamada con mi familia que vive en todo el continente, o en el hecho de que no he podido visitar la tumba de abuelo desde que falleció en 2018. Me duele pensar en las miles de personas separadas de sus seres queridos, no solo por miles de kilómetros sino también por el silencio ensordecedor de la censura del gobierno. Me duele, pero estoy dispuesta a convertir la sangre en tinta tantas veces sea necesario si eso significa no callarme. Así que le doy las gracias a mi herencia por mi carrera y por el coraje de usar mi voz por todos los que no pueden.
Valentina Sandoval es una estudiante de periodismo de cuarto año y la gerente editorial de participación del verano de 2024.
Por Sara-James Ranta Escritora del Caimán
Traducido por Isabela Reinoso Escritora del Caimán
Las escuelas públicas del condado de Alachua están “cerrando la brecha” en el rendimiento de los alumnos en el inglés.
ACPS vio una brecha del 20 por ciento en el logro de ELA entre los estudiantes blancos e hispanos, donde el 70% de los estudiantes blancos alcanzaron el nivel tres de artes del lenguaje y superior en comparación con sólo el 50% de los estudiantes hispanos durante el año escolar 2023-24 en todos los niveles educativos.
En comparación con los distritos escolares cercanos, el condado de Alachua experimentó mayores brechas que los condados de Marion o Levy, que cayeron a 13 y 8 puntos porcentuales respectivamente. También superó la brecha de rendimiento hispano en todo el estado de 15 puntos porcentuales en el año escolar 2023-24, según el Departamento de Educación de Florida.
Kevin Kelsey, de 47 años y residente en Gainesville, es el jefe del departamento de Inglés para Hablantes de Otros Idiomas (ESOL) de Gainesville High School. GHS es el único colegio del condado de Alachua que cuenta con un programa especializado en ESOL.
“Lo que hace diferente a nuestro programa es que tenemos profesores de ESOL a tiempo completo”, dijo. “Lo único que hacemos es dar clases de inglés ESOL”.
Las brechas de rendimiento para los estudiantes hispanos son aún mayores para los Estudiantes del Idioma Inglés (ELL), que se refiere a los estudiantes cuya lengua materna no es el inglés. El condado de Alachua vio una brecha de 52 puntos porcentuales en el rendimiento de artes del
lenguaje entre los estudiantes hispanos y blancos con alto dominio del inglés y los estudiantes hispanos y blancos con bajo dominio del inglés, en comparación con la brecha de 48 puntos porcentuales en todo el estado.
Los estudiantes que no hablan inglés como lengua materna reciben un estatus de ELL y se programan en clases de ESOL en GHS, que Kelsey dijo que se agrupan por nivel educativo, edad y dominio del idioma inglés. La clase de ESOL funciona como un requisito de clase de Inglés básico de un estudiante para el año escolar.
En otras escuelas que no son del centro, los alumnos se integran en clases de inglés que ya ha enseñado su departamento. Un programa específico de ESOL garantiza que los estudiantes “no pierdan su capacidad de mejorar en el idioma por estar en una clase de inglés mezclados con otros estudiantes estadounidenses”, afirmó Kelsey.
“Las oportunidades que ellos (los estudiantes) tienen para una enseñanza individualizada o dirigida es mayor en nuestra escuela de lo que sería en las otras escuelas que no son del centro,” dijo. “No es que ellos (otras escuelas) no hagan un buen trabajo con sus estudiantes de ESOL, simplemente no tienen un programa dedicado solo a la población de ESOL.”
Todos los profesores en la Florida deben recibir formación en ESOL para su certificación. También hay otros programas estatales recurrentes de desarrollo profesional si los profesores consideran que necesitan un “repaso”, dijo.
Como profesor, Kelsey dijo que el mayor reto al que se enfrenta es ver las brechas en la educación de un niño, especialmente para los estudiantes de GHS con bajo dominio del Inglés.
“Tendremos chicos que vendrán, y pueden tener 14 o 15 años de edad, pero no
han estado en la escuela durante un par de años”, dijo. “Eso es un verdadero desafío cuando estos chicos llegan a la escuela secundaria y ahora están sentados en clases avanzadas de matemáticas o ciencias, y ni siquiera tienen el vocabulario para conversar con la gente”.
Para aprender inglés, Kelsey dijo que a las clases de nivel principiante se les muestran vídeos de BrainPop para facilitar el acceso y un ritmo de habla lento. A medida que los alumnos avanzan, se incorporan a ReadingPlus, un programa de nivel de secundaria en todo el distrito destinado a mejorar la comprensión, el vocabulario y la fluidez.
Conectar el programa ESOL de GHS con la comunidad, donde muchos padres tienen varios trabajos o barreras lingüísticas, también es un reto, dijo.
“A menudo, nuestros alumnos de ESOL de secundaria son los que mejor hablan inglés de su familia”, afirmó. “Hacemos todo lo que podemos con los estudiantes que entran en nuestras aulas cada día. Tiene que haber agencias comunitarias que reparen esa brecha”.
El examen FAST de Artes del Lenguaje Inglés (ELA) se administra en los Programas Voluntarios de Educación Preescolar hasta el 10mo grado. Los componentes del examen pueden incluir la comunicación a través de la escritura, el vocabulario, la lectura de textos informativos y la lectura a través de géneros, con su contenido que varía según los estándares de nivel de grado.
Las bibliotecas escolares también contribuyen a reducir las diferencias en el rendimiento en lengua y literatura. La especialista en medios de comunicación del distrito de las escuelas públicas del condado de Alachua, Patty Duval, dijo que los especialistas en medios de comunicación de las escuelas son culturalmente receptivos y conservan sus colecciones para satisfacer las necesidades de los estudiantes.
“La mayoría de nuestras colecciones incluyen títulos que no sólo están escritos en español, sino que tienen personajes o historias españoles o hispanos”, dijo.
Cada escuela promueve la lectura de forma diferente, una de las cuales es el programa Sunshine State Young Readers Award, que, según Duval, fomenta la lectura independiente. Los estudiantes que leen tres o más libros de la lista anual pueden votar por su favorito, dijo.
Lea el resto en línea en alligator.org. @sarajamesranta sranta@alligator.org @isareinosod ireinoso@alligator.org
Las disparidades en el rendimiento académico se miden mediante la Evaluación del Pensamiento Estudiantil de Florida (FAST), un examen estatal cuyo objetivo es aportar una mayor responsabilidad y transparencia a las escuelas, con estándares establecidos por los “Puntos de Referencia para un Pensamiento Estudiantil Excelente” (B.E.S.T.). La implementación del sistema de pruebas FAST bajo las normas B.E.S.T., que comenzó en el año escolar 2022-23, permite supervisar el progreso de los estudiantes tres veces por año escolar, según el Departamento de Educación de Florida. La transición al sistema FAST sustituyó a la prueba FSA basada en el tronco común que anteriormente completaban los alumnos, y la adopción de las normas B.E.S.T. tiene como objetivo la transición a un sistema de seguimiento individualizado basado en el crecimiento.
HISPANIC STUDENT
LANGUAGE ARTS
ACHIEVEMENT FALLS BELOW STATEWIDE AVERAGES
By Sara-James Ranta Alligator Staff Writer
Alachua County Public Schools are “closing the gap” in student English language arts achievement. ACPS saw a 20 percentage point gap in ELA achievement between white and Hispanic students, where 70% of white students achieved level three language arts and above compared to only 50% of Hispanic students during the 2023-24 school year across all grade levels.
Compared to nearby school districts, Alachua County experienced larger gaps than both Marion or Levy Counties, which fell at 13 and 8 percentage points respectively. It also surpassed the statewide Hispanic achievement gap of 15 percentage points in the 2023-24 school year, according to the Florida Department of Education.
Kevin Kelsey, a 47-year-old Gainesville resident, is the English for Speakers of Other Languages (ESOL) department chair of Gainesville High School. GHS is the only high school in Alachua County with a dedicated ESOL program.
“What makes our program different is that we have full-time ESOL teachers,” he said. “All we do is teach ESOL English classes.”
Achievement gaps for Hispanic students are even greater for English Language Learners (ELL), which refers to students whose native language isn’t English. Alachua County saw a 52 percentage point gap in language arts achievement between Hispanic and white students with high English proficiency and Hispanic and white students with low English proficiency, compared to the 48 percentage point statewide gap.
Students with non-English first languages are given an ELL status and scheduled into ESOL classes at GHS, which Kelsey said are grouped by grade level, age and English-language proficiency. The ESOL class functions as a student’s core English class requirement for the school year.
In other non-center schools, students are integrated into English classes already taught by its existing department. A dedicated ESOL program ensures students “don’t get lost in their ability to make language gains because they’re maybe in an English class mixed in with other American students,” he said.
“The opportunities that they [students] have for more individu-
alized instruction or targeted instruction is greater in our school than it would be in the other noncenter schools,” he said. “Not that they [other schools] don’t do a good job with their ESOL students, they just don’t have a program dedicated only to the ESOL population.”
All teachers in Florida must receive ESOL training to be certified. There are also other recurring state professional development programs if teachers feel they need a “refresher,” he said.
As a teacher, Kelsey said the largest challenge he faces is seeing gaps in a child’s education, especially for GHS students with low English proficiency.
“We’ll have kids who will come, and they may be 14 or 15 -years -old, but they haven’t been in school for a couple years,” he said. “That’s a real challenge when these kids come into high school and they’re now sitting in advanced math or science classes, and they don’t even have the vocabulary to converse with people.”
To learn English, Kelsey said beginner-level classes are shown BrainPop videos for ease of access and a slow speaking rate. As students advance, they join ReadingPlus, a districtwide high school level program aimed to improve compre-
hension, vocabulary and fluency.
Connecting the GHS ESOL program to the community, where many parents work multiple jobs or have language barriers themselves, is also challenging, he said.
“Oftentimes, our high school ESOL students are the strongest English speakers in their family,” he said.
“We’re doing as much as we can with the students that are coming into our classrooms every day. There’s got to be community agencies that are filling in that gap.”
The disparities in academic performance are measured by the Florida Assessment of Student Thinking (FAST), a statewide examination aimed to bring increased school accountability and transparency, with standards set by the “Benchmarks for Excellent Student Thinking” (B.E.S.T.). The implementation of the FAST testing system under B.E.S.T. guidelines, which began in the 2022-23 school year, allows for the monitoring of student progress three times per school year, according to the Florida Department of Education.
The transition to the FAST system replaced the common-core based FSA test previously completed by students, and the adoption of B.E.S.T. standards aims to transition into an individualized growth-
based monitoring system. The FAST English Language Arts (ELA) exam is administered in Voluntary Prekindergarten Education Programs through 10th grade. Components of the exam may include communicating through writing, vocabulary, reading informational text and reading across genres, with its content varying by grade-level standards.
Bridging the divide in language arts achievement is also aided by onsite school libraries. Alachua County Public Schools District Media Specialist Patty Duval said school media specialists are culturally responsive and curate their collections to meet the needs of students.
“Most of our collections do include titles that not only are written in Spanish but have Spanish or Hispanic characters and stories,” she said.
Each school promotes reading differently, one of which being the Sunshine State Young Readers Award program, which Duval said encourages independent reading. Students who read three or more books from the yearly list are allowed to vote for their favorite, she said.
Read the rest online at alligator.org.
@sarajamesranta sranta@alligator.org
ARTISTA DE 24 AÑOS
REFLEXIONA SOBRE SU DESGARRADOR VIAJE
HACIA EL AMOR PROPIO Y LA AFINIDAD
Por Noor Sukkar
Escritora de El Caimán
Traducido por Nicole Beltran
Esritora de El Caimán
En los valles rurales de México, el sol aprecia la flora y la fauna que colorean el paisaje. Los niños pequeños corren entre los árboles
mientras el viento lleva los ecos de sus risas. Los aguacates se aferran a las ramas caídas, mientras sus juve niles borlas verdes con una ola ma dura de color marrón.
menores, MaryCruz Ruiz inmortal iza el momento en su pintura al óleo titulada “El regreso”.
tontamente y me sentí como si estu viera en casa”, dijo Cruz.
en un viaje de dos meses a México para profundizar la conexión con sus raíces. Sin embargo, la inmigrante de segunda generación afrontó años de prueba y error antes de perfeccionar su oficio artístico y reavivar las rela
24-YEAR-OLD ARTIST REFLECTS ON HER HARROWING JOURNEY TO SELF-LOVE AND KINSHIP
By Noor Sukkar Avenue Staff Writer
In the rural valleys of Mexico, the sun em braces the flora and fauna coloring the land scape. Young children breeze through trees as the wind carries the echoes of their laughter. Avocados cling on to the drooping branches
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@TheFloridaAve.
LUNES, 29 DE JULIO DE 2024
www.alligator.org/section/the_avenue
esfuerzo activo para reconstruirlo completamente y estar en equilibrio
Durante los siguientes dos años, el terreno montañoso y el paisaje natural de Colorado Springs inspiraron y fomentaron su crecimiento en
“Me enamoré de nuestro planeta”, dijo. “Pude sembrar las semillas para aprender a amarme a mí mismo, desarrollar un respeto más profundo por mí mismo y aprender a valorar mi mente, mi cuerpo y mi
Entre esta nueva conexión con la agricultura y el anhelo de reavivar su relación con sus padres, se mudó a Gainesville y comenzó a trabajar en Frog Song Organics Farm a los 21
Working a full-time job and lacking self-care, the pressures of fulfilling someone else’s quota caught up. At 19, she felt she had one of the big-
“It had just gotten so low that I could not allow myself to get any lower,” she said. “I didn’t
That decision is only one of many reroutes that kickstarted a spiritual awakening. She started working at the Cheyenne Mountain Zoo and made an active effort to completely reconstruct herself to be in balance with the planet,
Over the next two years, the mountainous terrain and natural landscape of Colorado
“Muchas de mis piezas en ese momento eran muy emotivas y muy filosóficas”, dijo. “Estaba pasando por una gran confusión emocional. Me acababa de mudar a un lugar nuevo. Me sentía muy sola”.
A medida que pasaron los años, pasó sus veintitantos años invirtiendo y adaptándose a diferentes puestos y trabajos. En 2021, su camino se cruzó con el de David Coomb en un evento musical local, con quien finalmente comenzaría a salir. “Yo personalmente estaba pasando por algunos de los momentos más difíciles de mi vida… y aquí está esta alma vibrante que me dice: ‘Veo que tienes un sueño. Veo un camino, cuéntamelo’”, dijo Coombs. “[Ella] simplemente prendió fuego a mi alma”.
También nuevo en Gainesville, Coombs dejó atrás una carrera de construcción de 20 años para dedicarse a la música. El estímulo genuino de Ruiz como un extraño omitió más fe de la que tenía en sí mismo. Los artistas se unieron por muchas similitudes y luchas.
“Podría seguir hablando durante horas de lo orgulloso que estoy de ella y simplemente la veo trabajar muy duro y nunca me quejo de ello”, dijo. “Ella es extremadamente resistente por su propio bien y por la impresión que deja en otras personas
Por Sabrina Castro
Escritora de El Caimán
Traducido por Jose Carmona
Esritor de El Caimán
La mayoría de los estudiantes que llegan por primera vez a la universidad se preocupan por estar solos, hacer nuevos amigos o encontrar sus clases en el campus. Los estudiantes de primera generación tienen el estrés adicional de navegar por la universidad sin familiares con expe-
porque sabe que es importante”.
Mientras vivía en Gainesville, Ruiz vendió su arte en mercados emergentes como How Bazar y exhibió piezas en galerías.
“Tan pronto como comencé a acercarme a How Bazar, a otras ventanas emergentes, a conocer gente y a hacer arte con la gente”, dijo Ruiz. “Gainesville simplemente tenía los brazos abiertos. No esperaba esa profunda aceptación que había recibido”.
Sus dudas fueron disipadas por el abrazo de Gainesville y su presencia se prolongó más que el corto período de tiempo que vivió allí. La mejor amiga de la secundaria, Cristina Ortiz, recordó cómo una vez que visitó a Ruiz en Gainesville para su cumpleaños y dijo que la experiencia demostró con qué cariño se recibe a Mary.
“Conocimos a tantas personas diferentes que ella reunió”, dijo Ortiz. “Muchos de ellos no se conocían, pero todos vinieron aquí por Mary. Simplemente demuestra lo amada que es”.
Ortiz conoció a Ruiz en una escuela secundaria católica privada en Orlando. Ortiz, cuyas obras de arte se basan en su sinestesia, una condición que le permite ver el color en las emociones y los sonidos, se relaciona con Ruiz de muchas maneras. Por un lado, a menudo se unieron para crear arte juntos. Pero el nicaragüense de 26 años también compartió las luchas de ser una minoría.
“Era simplemente este sentimiento compartido de tener que asimilarnos a la cultura, y no fue hasta que fui a la universidad
riencia previa a los que recurrir para pedir consejo.
En la UF, esto representa alrededor del 18% de la población universitaria, según un comunicado de prensa de la UF de 2021.
En los pasillos iluminados por el sol de la UF, Catherine Valdes camina con una confianza ganada.
A los 19 años, lleva el peso de una rica herencia cultural y el honor de ser una pionera en su familia. Como estudiante universitaria de primera generación, Valdes está abriendo nuevos caminos como estudiante de administración de empresas en la pista pre-veterinaria.
Procedente de la vibrante ciudad de Miami, el trasfondo de Valdes es un tapiz colorido tejido con sus raíces colombianas y cubanas.
El camino hacia Gainesville como estudiante de primera generación no
está exento de desafíos, dijo.
“Estaba absolutamente asustada por lo que implicaba ser una estudiante de primer año en la universidad”, dijo Valdes. “Mis padres no asistieron a la universidad, lo que hizo más difícil para mí encontrar recursos que me ayudaran a navegar por todo”.
Pero, la Beca de Oportunidad Machen de Florida (MFOS, por sus siglas en inglés) se convirtió en su faro, proporcionándole un paquete completo de subvenciones y becas para prosperar.
“[MFOS] solidificó mi decisión de venir a UF, pero también me dio múltiples recursos que todavía uso hasta el día de hoy”, dijo Valdes.
Para ser elegible para MFOS, los destinatarios deben ser admitidos en UF como estudiantes de primer año y son seleccionados en función
y ella dejó la escuela que comenzamos a convertirnos en nosotros mismos como personas”, dijo. “Puedo ver eso en su arte. Se está utilizando a sí misma como musa en lugar de esconderse como nos hicieron sentir”.
A principios del verano, Ruiz regresó a Haines City, Florida, donde viven sus padres mexicanos. Ha dedicado su tiempo a ayudar a la floristería de su familia, Haines City Flowers.
“Mis padres y mi familia tuvieron vidas tremendamente difíciles: trataron de salir de la pobreza, convertirse en ciudadanos, iniciar su propio negocio, mantener a una familia”, dijo. “Mi vida habría sido muy diferente si hubiera nacido en un país de distancia, y hay mucha gratitud por eso”.
Mientras lleva sus lienzos portátiles y sus pinturas al óleo a México, espera dar un paso fuera de su vida rutinaria. Con el tiempo como su recurso más valioso, su búsqueda de la paz y el crecimiento sigue avanzando a pasos de gigante.
“Tengo la libertad de hacer arte. Puedo expresarme sin miedo. Eso me da mucho fuego en el alma para encontrar mi máximo potencial creativamente”, ella dijo. “Casi siento que me estoy curando a mí mismo, pero también a mis antepasados y a mis familiares anteriores que no han tenido esa oportunidad”. @noorsukkarr nsukkar@alligator.org @nicolebeltg nbeltran@alligator.org
de la información en su solicitud de admisión a UF y la Solicitud Gratuita de Ayuda Federal para Estudiantes.
Estos recursos la llevaron al Programa de Liderazgo de Primera Generación (FLP), una comunidad donde encontró amigos y mentores que la guiaron hacia el Gobierno Estudiantil.
Ahora, el currículum de Catherine se lee como el de una líder experimentada: tesorera de GLP, senadora de UF fuera del campus, mentora de pares de MFOS, vicepresidenta de Embajadores para Estudiantes que Actúan Contra el Racismo y subdirectora del Gabinete de Primera Generación.
“A través de estos puestos, ahora podré continuar el ciclo de devolver a la comunidad de primera generación en el campus”, dijo.
Muchos estudiantes de primera
generación enfrentan una presión única para tener éxito, dijo. “A menudo llevamos una necesidad profundamente arraigada de probarnos a nosotros mismos ante los demás”, dijo Valdes. “Lo más importante es recordar centrarse en tus propios sueños y aspiraciones. Abraza lo que realmente te importa y deja que tu pasión te guíe”. Elias Sandoval, un estudiante de 19 años de fisiología aplicada y kinesiología en UF, lleva la rica herencia cultural de sus raíces hondureñas. Creciendo en una comunidad de Miami donde ser un estudiante universitario de primera generación era la norma, Sandoval dijo que su viaje a UF vino con cierto choque cultural.
“En Miami, todos son de primera generación”, dijo Sandoval. “Nunca VER EDUCACIÓN, PÁGINA 12
Springs inspired and fostered her growth in its art community.
“I just fell in love with our planet,” she said. “I was able to sow the seeds for learning how to love myself, building a deeper respect for myself, and learning how to value my mind, body and spirit.”
Between this newfound connection to agriculture and a longing to rekindle her relationship with her parents, she moved to Gainesville and began working at Frog Song Organics Farm at 21 years old.
“A lot of my pieces at the time were very emotional and very philosophical,” she said. “I was going through a lot of emotional turmoil. I just moved to a new place. I was feeling very alone.”
As the years passed, her early twenties were spent investing and adapting herself into different positions and work. In 2021, her path happened to cross that of David Coombs at a local music event, who she would ultimately start dating.
“I was personally going through some of the hardest times in my life… and here’s this vibrant soul telling me, ‘I see you have a dream. I see a path, tell me about it,’” Coombs said. “[She] just lit my soul on fire.”
Also new to Gainesville, Coombs left behind a 20-year con-
le presté atención porque todos los demás también lo eran”.
Asistiendo a la Escuela Secundaria Senior de Miami, nunca encontró un compañero con padres educados en la universidad. Los desafíos de navegar por las solicitudes universitarias y la ayuda financiera sin la orientación de los padres eran comunes entre sus amigos, lo que proporcionó un sentido de solidaridad.
Sin embargo, llegar a UF fue una historia diferente, dijo. Descubrir que muchos de sus compañeros tenían padres que habían asistido a la universidad y podían ofrecer orientación fue revelador.
“Fue muy interesante descubrir que los abuelos de las personas asistieron a UF y ellos
struction career to pursue music. Ruiz’s genuine encouragement as a stranger omitted more faith than he had in himself. The artists bonded over many similarities and struggles.
“I could go on for hours about how proud of her I am and I just see her work really hard and never complain about it,” he said. “She’s just extremely resilient for the sake of her own betterment and for the sake of the impression she leaves on other people because she knows it’s important.”
In her time living in Gainesville, Ruiz sold her art in pop-up markets like the How Bazar and displayed pieces in galleries.
“As soon as I started reaching out to How Bazar, reaching out to other pop ups, getting to know people and making art with people,” Ruiz said. “Gainesville just had open arms. I was not expecting that deep acceptance that I had received.”
Her doubts were dispelled by Gainesville’s embrace, and her presence lingered longer than the short period of time she lived there. Her high school best friend, Cristina Ortez, remembered a time she visited Ruiz in Gainesville for her birthday party, and said the experience showed how fondly Ruiz is received.
“We got to meet so many different people that she brought together,” Ortez said. “A lot of them didn’t know each other, but they all came here for Mary. It just shows how loved she is.”
Ortez met Ruiz at a private Catholic high school in Orlando. Ortez, whose artwork draws from her synesthesia, a condition which allows her to see color in emotions and sounds, related to Ruiz in many ways. For one, they often bonded over creating art together. But the Nicaraguan 26-year-old also shared in the
estaban continuando su legado”, dijo Sandoval. “Cuando le dije a mi madre que ingresé a UF, ella solo lo conocía como ‘la escuela con el caimán’ y no tenía idea de cómo ayudarme a migrar a la universidad”.
Sandoval también atribuye a GLP el haber hecho su transición más fluida.
“Una vez que encontré GLP aquí en UF, se sintió como en casa porque ninguno de nosotros sabía lo que estaba pasando, al igual que se sentía en Miami”, dijo. “La escuela, los académicos, una carrera y una comunidad se pueden encontrar casi en cualquier lugar, pero tienes que estar dispuesto a salir y buscarlo”.
Brianna Alvarez, una estudiante de 19 años de ciencias de la salud en la UF, está trazando su propio camino en la pista pre-asistente de médico.
Nacida y criada en Miami con una herencia cubana, el viaje de Alvarez como estudiante universitaria de primera generación ha sido
uno de crecimiento personal.
struggles of being a minority.
“It was just this shared feeling of having to whitewash ourselves, and it wasn’t until I went off to college and she left school that we started growing into ourselves as people,” she said. “I can see that in her art. She’s using herself as a muse instead of hiding as we were made to feel.”
At the start of the summer, Ruiz returned to Haines City, Florida, where her Mexican parents live. She’s devoted her time to helping her family’s floral shop, Haines City Flowers.
“My parents and family just had insanely difficult lives — trying to grow out of poverty, become citizens, start their own business, support a family,” she said. “My life would have been so different if I had just been born a country away, and there’s a lot of gratitude for that.”
As she packs portable canvases and her oil paints to Mexico, she looks forward to taking a step outside of her routine life. With time as her most valuable resource, her pursuit of peace and growth strides on.
“I have the freedom to make art. I have the freedom to be queer. I can express myself without fear. That gives me a lot of fire in my soul to find my fullest potential creatively.” she said. “It almost feels like I am healing myself but also my ancestors and my past family members who haven’t had that opportunity.”
@noorsukkarr nsukkar@alligator.org
“Entrar a la universidad como estudiante de primera generación fue definitivamente una transición difícil, pero también una experiencia muy transformadora”, dijo Alvarez. “Naturalmente, todo el pensamiento de venir a UF era tanto aterrador como nervioso”.
A diferencia de su hermana que asistió a una universidad local, Brianna se mudó de casa para asistir a UF.
“El verano antes de comenzar mi primer año en UF, estaba abrumada con ansiedad porque me sentía tan atrasada”, dijo Alvarez. “Carecía de conocimiento sobre cómo navegar por la universidad”. Ese sentimiento, dijo, es común entre los estudiantes de primera generación. El mayor consejo de Brianna para los nuevos estudiantes es salir de su zona de confort.
“Eventualmente, te sentirás más cómodo y podrás navegar por la universidad bajo una nueva luz”, dijo Alvarez. “No dejes que
el miedo te prive de descubrir oportunidades asombrosas y tu propia comunidad”. En la escuela secundaria, Alvarez no estaba muy involucrada en actividades extracurriculares, participando principalmente en sociedades de honor. Decidida a cambiar eso en UF, se unió a FGLP.
“Tengo a FGLP que agradecer por un increíble primer año de universidad. [GLP] es donde forjé conexiones y amistades increíbles”, dijo. Ahora, como directora de eventos especiales para FGLP, está ansiosa por transmitir su pasión a los nuevos miembros de la cohorte. Su viaje en UF hasta ahora es una historia llena de crecimiento, amistad y superación de barreras generacionales hacia la educación.
@sabs_wurld scastro@alligator.org
@JD_CarmonaS JCarmona@alligator.org
THREE MIAMI-RAISED STUDENTS NAVIGATE UF WITHOUT PRIOR FAMILY EXPERIENCE
By Sabrina Castro Avenue Staff Writer
Most students coming to college for the first time worry about being on their own, making new friends or finding their classes on campus. First-generation students have the added stress of navigating college without family members with prior experience to lean on for advice.
At UF, this is around a fifth of the university population, according to a 2021 UF Career Connections Center.
In the sunlit halls of UF, Catherine Valdes strides with an earned confidence.
At 19, she carries the weight of a rich cultural heritage and the honor of being a trailblazer in her family.
A first-generation college student, Valdes is charting new territory as a business administration major on the pre-vet track.
Coming from the vibrant city of Miami, Valdes’s background is a colorful tapestry woven from her Colombian and Cuban roots.
The journey to Gainesville as a first-generation student is not with-
out its challenges, she said.
“I was absolutely scared of what being a freshman in college entailed,” Valdes said. “My parents did not attend college, which made it harder for me to find resources that would help me navigate through everything.”
But, the Machen Florida Opportunity Scholarship (MFOS) became her beacon, providing her with a full grant and scholarship package in order to thrive.
“[MFOS] solidified me coming to UF, but it also gave me multiple resources that I still use to this day,” Valdes said.
To be eligible for MFOS, recipients need to be admitted to UF as first-year students and are selected based on the information in their UF admission application and Free Application for Federal Student Aid. These resources led her to the First-Generation Leadership Program (FGLP), a community where she found friends and mentors who guided her into Student Government.
Now, Catherine’s resume reads like a seasoned leader — treasurer for FGLP, UF Off-Campus Senator, MFOS peer mentor, vice chair of Ambassadors for Students Taking Action Against Racism and assistant director for the First Generation Cabinet.
“Through these positions, I will
now be able to continue the cycle of giving back to the first-generation community on campus,” she said.
Many first-gen students face a unique pressure to succeed, she said.
“We often carry a deep-seated need to prove ourselves to others,” Valdes said. “The most important thing to remember is to focus on your own dreams and aspirations. Embrace what truly matters to you and let your passion guide you.”
Elias Sandoval, a 19-year-old UF applied physiology and kinesiology sophomore, carries the expansive heritage of his Honduran roots.
Growing up in a Miami community where being a first-generation college student was the norm, Sandoval said his journey to UF came with some culture shock.
“In Miami, everyone is first-gen,” Sandoval said. “[I] never paid any attention to it because everyone else was too.”
While attending Miami Senior High School, he never encountered a peer with college-educated parents. The challenges of navigating college applications and financial aid without parental guidance were common among his friends, which provided a sense of solidarity.
However, arriving at UF was a different story, he said. Discovering many of his peers had parents who
had attended college and could offer guidance was eye-opening.
“[It was] so interesting to find out that people’s grandparents went to UF and they were carrying on their legacy,” Sandoval said. “When I told my mom that I got into UF, she only knew it as the ‘school with the alligator’ and had no idea on how to help me migrate to college.”
Sandoval also credits the FGLP for making his transition smoother.
“Once I found FGLP here at UF, it felt like home because none of us knew what was going on, just like how it felt in Miami,” he said. “School, academics, a career and a community can be found almost anywhere, but you have to be willing to go out and look for it.”
Brianna Alvarez, a 19-year-old UF health science sophomore, is trailing her own path on the pre-physician’s assistant track.
Born and raised in Miami with a Cuban heritage, Alvarez’s journey as a first-generation college student has been one of personal growth.
“Coming into college as a first-generation student was definitely a difficult transition, but also a very transformative experience,” Alvarez said. “Naturally the entire thought of coming to UF was both terrifying and nerve-racking.”
Unlike her sister who attended a local university, Brianna moved
away from home to attend UF.
“The summer before beginning my freshman year at UF, I was overwhelmed with anxiety because I felt so behind,” Alvarez said. “I lacked knowledge about how to navigate college.”
That feeling, she said, is common among first-generation students.
Brianna’s biggest piece of advice for new students is to step out of their comfort zones.
“Eventually, you will grow more comfortable and be able to navigate college in a whole new light,” Alvarez said. “Don’t let fear deprive you of discovering amazing opportunities and your own community.”
In high school, Alvarez wasn’t very involved in extracurriculars, participating mainly in honor societies. Determined to change that at UF, she joined FGLP.
“I have FGLP to thank for an amazing first year of college. [FGLP] is where I forged incredible connections and friendships,” she said.
Now, as the special events director for FGLP, she is eager to pass on her passion to new cohort members.
Her journey at UF so far is a story filled with growth, friendship and overcoming generational roadblocks to education.
Por Timothy Wang
Escritor de El Caimán
Traducido por Joaquin Cabrera Petrone
Esritor de El Caimán
Cuando el artista multidisciplinar mexicano Eduardo Abaroa llegue al campus por primera vez el 2 de agosto, lo primero que hará será papeleo. Mucho papeleo.
Un programa de residencia para artistas y escritores latinoamericanos de la UF pagará su alojamiento, su salario durante un semestre, sus gastos de manutención y su billete de avión para trasladarlo de México a EE.UU.
“Todo el mes está dedicado a abrir una cuenta bancaria, asentarme y prepararlo todo”, afirma Abaroa.
El Centro de Estudios Latinoamericanos de la UF le dará la bienvenida como su primer artista en residencia para el semestre de otoño. Abaroa impartirá un curso titulado “El arte de compartir”, en el que se analizará la historia del desarrollo del arte moderno y contemporáneo en América Latina.
“Creo que el curso es importante
porque no estamos acostumbrados a que la gente sea tan diferente de nosotros mismos”, dijo. “Creo que es importante recordarnos una y otra vez que el mundo es un lugar muy, muy complejo y muy bello, y el arte es precisamente la forma de mirarlo bajo la nueva luz”.
Abaroa dijo que su amigo Abraham Cruzvillegas, un artista conceptual mexicano, también visitará la clase y dará una charla pública el 24 de septiembre.
El proyecto final de la clase es una exposición que se abrirá al público el 15 de noviembre en el espacio principal de las Galerías de la Universidad, según Jesús Fuenmayor, conservador de arte y director de programas de las Galerías de la Universidad.
Fuenmayor dijo que recomendó a Abaroa y a otros 19 artistas al Centro de Estudios Latinoamericanos. Abaroa fue seleccionado en agosto de 2023 después de que el comité de selección del centro lo redujera a tres finalistas.
“En Florida, tenemos una población que tiene muchas conexiones con América Latina... así que creo que es natural que en la Universidad de Florida estemos involucrando a artistas latinoamericanos en nuestro programa”, dijo Fuenmayor.
“La mejor parte de la belleza de Florida está en eso, en que tiene tanta gente de diferentes lugares de Améri-
ca Latina. Es un proceso cultural de entender cómo relacionarse con la gente que viene de ese continente a Estados Unidos”.
El programa, que anteriormente trajo a la UF a las escritoras latinoamericanos Gabriela Alemán y Ave Barrera, comenzó con una reunión entre un antiguo presidente de la universidad y el director del Centro de Estudios Latinoamericanos.
Carlos de la Torre, director del centro, dijo que conoció al ex presidente de la UF John Lombardi en la presentación de un libro en octubre de 2021 y habló con él sobre la promoción de las humanidades.
Durante su mandato como presidente de la UF en 1991, Lombardi mostró interés por los temas hispanos, como cuando pronunció un discurso en la ceremonia de apertura de la Semana de la Herencia Hispana de la Asociación de Estudiantes Hispanos. También es un experto en historia latinoamericana, habiendo escrito varios libros sobre Venezuela.
Lombardi dijo a de la Torre que considerara la posibilidad de recurrir a la Fundación de la Familia Kislak, una organización sin fines de lucro que apoya la educación, las artes y las humanidades, el bienestar animal y la conservación del medio ambiente, para financiar un programa de residencias. De la Torre accedió. La Fundación de la Familia Kis-
lak concedió al centro en 2021 una subvención de $320,000 a lo largo de cinco años para traer a un artista o escritor latinoamericano a enseñar y vivir en el campus durante un semestre.
“La Fundación Kislak tiene un fuerte compromiso con los estudios latinoamericanos y consideró que la propuesta era de gran interés, por lo que concedió la subvención”, escribió Lombardi, que forma parte de la junta directiva de la fundación, en un correo electrónico a The Alligator.
La escritora ecuatoriana Gabriela Alemán, conocida por novelas como “Humo” y colecciones de relatos como “Álbum de familia”, llegó en otoño de 2022 como primera escritora en residencia del programa.
Alemán dijo que su clase, centrada en el análisis de la literatura latinoamericana, reunía a estudiantes de campos muy diversos.
“Había alguien que estaba haciendo un máster en agricultura”, dijo. “Había gente de educación. Había estudiantes en negocios. Había un arquitecto”.
Alemán cree que los alumnos disfrutaban de las clases porque eran en español y les gustaba su material de lectura. Un antiguo alumno le dijo que había tomado otros cursos de escritura y había empezado a publicar sus propias historias.
“Creo que este programa que ofrece Estudios Latinoamericanos
aporta lo que hacen las humanidades en general, que es abrir tu punto de vista para entender otros mundos, para ver el mundo a través de otros ojos”, dijo Alemán. Ave Barrera, escritora mexicana conocida por novelas como “Puertas demasiado pequeñas” y “Restauración”, llegó el siguiente semestre de otoño como segunda escritora en residencia del programa. Durante su residencia, Barrera dirigió su propio club de lectura e impartió un curso de posgrado.
Carlos de la Torre, director del Centro de Estudios Latinoamericanos, dijo que la buena acogida de las clases de Barrera y Alemán por parte de los estudiantes dio al centro “una genial excusa” para contratar a un profesor que pueda enseñar escritura creativa en español: Luis Felipe Lomelí.
Lomelí organiza un club de lectura llamado “Meet the Author Club de Lectura” en el que los estudiantes leen historias latinoamericanas contemporáneas y tienen la oportunidad de comentarlas con los propios autores. El club vuelve este otoño. La subvención para el programa de residencia finalizará en 2026. “Volveré a solicitarla”, dijo De la Torre. “Espero tener éxito”. @timothyw_g twang@alligator.org cabrerapetrone.j@ufl.edu
By Timothy Wang Alligator Staff Writer
When Mexican multimedia artist Eduardo Abaroa arrives on campus for the first time Aug. 2, the first thing he’s doing is paperwork. Lots of it.
A Latin American artist/writer residency program at UF will pay for his housing, his salary for a semester, his living expenses and his plane ticket to fly him from Mexico to the U.S. “The whole month is dedicated to me getting a bank account and settling down and setting everything up,” Abaroa said.
The UF Center for Latin American Studies will welcome him as its first artist in residence for the Fall semester. Abaroa will be teaching a course called “The Art of Sharing,” which will analyze the history of modern and contemporary art’s development in Latin America.
“I think the course is important because we are not used to people being that different from ourselves,” he said. “I think that it is important to remind ourselves time and time again that the world is a very, very complex place and a very beautiful place, and art is precisely the way to look at it under the new light.”
Abaroa said his friend Abraham Cruzvillegas, a Mexican conceptual artist, will also visit
the class and give a public talk Sept. 24.
The class’s final project is an exhibition opening Nov. 15 to the public at the University Galleries’ main space, according to Jesús Fuenmayor, an art curator and program director of the University Galleries.
Fuenmayor said he recommended Abaroa and 19 other artists to the Center for Latin American Studies. Abaroa was selected in August 2023 after the center’s selection committee narrowed it down to three finalists.
“In Florida, we have a population that has a lot of connections to Latin America… so I think it’s natural that we at the University of Florida are engaging Latin American artists in our program,” Fuenmayor said. ”The best part of the beauty of Florida lies there, it has so many people from different places in Latin America. It’s a cultural process of understanding how to relate to people that are coming from that continent to the U.S.”
The program, which previously brought Latin American writers Gabriela Alemán and Ave Barrera to UF, began with a meeting between a former university president and the director of the Center for Latin American Studies.
Carlos de la Torre, the center’s director, said he met former UF President John Lombardi at a book launch in October 2021 and talked with him about promoting the humanities.
While he was UF’s president in 1991, Lombardi showed an interest in Hispanic issues, such as making a speech at the Hispanic Student Association’s Hispanic Heritage Week
opening ceremony. He also is an expert on Latin American history, having written several books on Venezuela.
Lombardi told de la Torre to consider tapping the Kislak Family Foundation, a nonprofit that supports education, arts and humanities, animal welfare and environmental preservation, to fund a residency program. De la Torre obliged.
The Kislak Family Foundation awarded the center in 2021 a grant paying $320,000 over the course of five years to bring a Latin American artist or writer to teach and live on campus for one semester.
“The Kislak Foundation has a strong commitment to Latin American studies and found the proposal of significant interest and so awarded the grant,” wrote Lombardi, who is on the foundation’s board of trustees, in an email to The Alligator.
Ecuadorian writer Gabriela Alemán, who is known for novels like “Humo” and short story collections like “Family Album,” arrived in Fall 2022 as the program’s first writer in residence.
Alemán said her class, which focused on analyzing Latin American literature, brought together students from a diverse swath of fields.
“I had someone who was doing a master’s in agriculture,” she said. “There were people from education. There were business majors. There was an architect.”
Alemán said she thinks students enjoyed class because it was in Spanish and liked her
reading material. One former student told her he had taken other writing courses and started publishing his own stories.
“I think this program that Latin American Studies is offering provides what the humanities in general do, which is to open your point of view to understand other worlds, to see the world through other eyes,” Alemán said.
Ave Barrera, a Mexican writer known for writing novels such as “The Forgery” and “Restoration,” arrived the following Fall semester as the program’s second writer in residence. During her residency, Barrera led her own book club and taught a graduate course.
Carlos de la Torre, the Center for Latin American Studies director, said the students’ positive reception of Barrera and Alemán’s classes gave the center “a great excuse” to hire a professor who can teach creative writing in Spanish: Luis Felipe Lomelí.
Lomelí hosts a book club called “Meet the Author Club de Lectura” where students read contemporary Latin American stories and get the opportunity to discuss them with the authors themselves. The club is returning this Fall.
The grant for the residency program will end in 2026.
“I’ll reapply,” De la Torre said. “I hope I am successful.”
@timothyw_g twang@alligator.org
Cuando era más joven, solía buscar fotos en Google de dominicanos y ecuatorianos para ver si alguien se parecía a mí.
Al ser el único hijo de mis padres — sin contar a mis hermanastros — envidiaba a los miembros de mi familia que encajaban con la identidad y la imagen hispana que veía en los medios que consumía.
Aunque tuve la suerte de contar con “Go Diego, Go!”, la mayor parte de la representación hispana en las historias de ficción se limitaba típicamente a personajes monoétnicos y ambiguamente centroamericanos. Aunque la representación ha mejorado, todavía me cuesta ver representaciones de mi persona en los medios populares.
Experiencias como no saber qué raza escoger en los formularios y tener una familia numerosa fueron suficientes para mantenerme atado al monolito de lo que yo creía que era ser hispano, pero seguía existiendo una desconexión.
Lo sentí al verme en las fotos familiares. Lo sentí al sonreír y asentir con la cabeza cuando no podía hablar español con mis parientes. Y lo sentí cuando me llamé a mí mismo latino.
A pesar de vivir en lugares con grandes comunidades hispanas como San Diego, Queens y Miami, siempre había sentido el anhelo de verme en los demás. Al no aprender español y ser demasiado tímido para intentarlo, la desconexión que tenía con mi
cultura me parecía casi fundamental para mi ser.
Durante mucho tiempo, ver a alguien que se parecía a mí me parecía la solución a todos mis problemas. No puedo racionalizarlo, pero había algo de validación en interactuar hipotéticamente con gente como yo. Pensé que el periodismo me permitiría buscar la representación que anhelaba.
Inesperadamente encontré validación en una ciudad con una fracción de la población hispana a la que estaba acostumbrado, un 11%. En Gainesville, al conocer gente en un ambiente más tradicionalmente sureño, vi partes de mí en los demás y, aunque no se parecían a mí, empecé a sentirme comprendido.
Desde los servicios sabáticos hasta los grupos de apoyo LGBTQ+, me di cuenta de lo parecida que era mi experiencia a la de aquellos de los que me diferencio superficialmente. Fue a través de estas diversas experiencias que pude encontrar representación.
Aunque todavía no hablo español con fluidez y tendré que hacer un esfuerzo deliberado para mantener los lazos con mi cultura, me alegra encontrar mi cultura en los demás.
Diego Perdomo es un estudiante de último año de periodismo y el gerente editorial digital del verano de 2024.
www.alligator.org/section/opinions
When I was younger, I used to Google pictures of Dominican and Ecuadorian people to see if anyone looked like me.
Being the only child between my parents — not counting my half siblings — I envied my family members who fit the Hispanic identity and image I saw within the media I consumed.
While I was lucky enough to have “Go Diego, Go!”, most Hispanic representation in fictional stories typically stuck to singleethnicity, ambiguously Central American characters. Even as representation has improved, I still struggle to see depictions of myself in popular media.
Experiences like not knowing what race to pick on forms and having a big family were enough to keep me tied to the monolith I thought being Hispanic was, but a disconnect remained.
I felt it when I saw myself in family photos. I felt it smiling and nodding when I couldn’t speak Spanish to my relatives. And I felt it when I called myself Latino.
Despite living in places with large Hispanic communities like San Diego, Queens and Miami, I had always felt a longing to see myself in others. Not learning Spanish and being too shy to try, the disconnect I had with my culture felt almost fundamental to my being.
For the longest, seeing someone that
looked like me felt like the solution to all my problems. I can’t rationalize it, but there was something validating about hypothetically interacting with people like me. I figured journalism would let me search for the representation I longed for.
@diegoperdomoaq dperdomo@alligator.org
I unexpectedly found validation in a town with a fraction of the Hispanic population I was used to at 12%. In Gainesville, as I met people within a more traditionally southern environment, I saw pieces of myself in others, and while they didn’t look like me, I started to feel seen.
From Sabbath services to LGBTQ+ support groups, I realized how similar my experience was to those whom I am different from superficially. It was through these diverse experiences that I was able to find representation.
While I am still not fluent in Spanish and will have to make a deliberate effort to maintain ties to my culture, I am happy to find my culture in others.
Diego Perdomo is a senior journalism major and the Summer 2024 Digital Managing Editor.
En mi infancia, mi familia tenía muchas tradiciones y costumbres especiales, como quedarnos despiertos hasta la medianoche y comer panes con pavo en Nochebuena o tener siempre recipientes de frijoles en el refrigerador. Por supuesto, a mi familia siempre le gustaba poner a todo volumen a Eddie Santiago y Alvaro Torres mientras cocinábamos y limpiábamos, y siempre veíamos Univision o una telenovela mientras cenábamos.
Desde que era un bebé, yo visitaba El Salvador anualmente durante el verano o invierno. Mi madre quería llevarme allí para apreciar el estilo de vida del país, conocer a mi familia, y por supuesto, aprender español. Ella me mostraba lugares de su infancia, edificios históricos y maravillas de la naturaleza alrededor de El Salvador. Aunque yo disfrutaba de las vistas, no las apreciaba del todo. No entendía las intenciones de mi madre y terminaba pasando la mayor parte del tiempo jugando videojuegos dentro de la casa en vez de pasar tiempo con mi familia. Esta desconexión con mi cultura fue un tema común durante mi infancia. Estaba muy indispuesto a aprender español y practicarlo. Sabía frases básicas conversacionales y los nombres de mis comidas favoritas, pero estaba muy obstinado en aprender más. Cada vez que mi madre trataba de contarme historias de su tiempo en El Salvador o enseñarme música latina, nunca lo apreciaba de verdad. Muchos de mis amigos se sienten igual que yo, desconectados de su herencia. La primera vez que escuché hablar
sobre esto fue en mi clase de inglés en el colegio, y una vez más escuché pero no fui capaz de entenderlo. Para el 2018 yo había dejado de hacer mis viajes anuales a El Salvador, pero finalmente regresé en 2021. Fue entonces cuando me di cuenta de que había perdido la mayor parte de mi capacidad de hablar español y era incapaz de comunicarme con los miembros de mi familia. Esto me causó un gran impacto, ya que amaba a mi familia, pero casi no tenía forma de expresarlo. Empecé a volver a aprender por mi cuenta mucho de lo que había olvidado y a hablar con mi abuela y mi madre en español. Con el tiempo, volví a ser capaz de comunicarme con mi familia en el extranjero.
El verano antes de mi primer año en la UF, atendí la orientación. Quería unirme a organizaciones estudiantiles latinas para aprender más sobre mi cultura en otoño, así que hablé con una de las organizadoras de la orientación. Resultó que ella también era salvadoreña, y le pregunté si había buena comida de El Salvador en Gainesville. Ella me respondió decepcionada que no había.
Cuando por fin empecé a ir a clase ese otoño, empecé a echar de menos la cultura latina en la que me crié. No me había dado cuenta de lo mucho que echaba de menos las comidas reconfortantes de mi infancia y el reggaeton que se escuchaba en las grandes reuniones familiares en la playa. Fue entonces cuando empecé a enamorarme de nuevo de mis raíces y de mi herencia latina. Empecé a escuchar más música en español, a preguntar a mi familia sobre nuestra
Las opiniones expresadas aquí no son necesariamente las de The Alligator.
Traducido por Joaquin Cabrera Petrone. The views expressed here are not necessarily those of The Alligator.
opinions@alligator.org
herencia y a mantenerme al día con mi español. El verano pasado visité Guatemala y El Salvador, lo que me hizo apreciar aún más mi herencia. Ver todos los lugares emblemáticos de cada país y ser capaz de conectar mejor con mi familia en el extranjero realmente resonó en mí. Ahora sé lo gratificante que es dedicar tiempo a aprender algo nuevo sobre tu herencia. Considero mi cultura como una parte integral de mí mismo y es algo que he aprendido a amar con todo mi corazón. Es muy reconfortante escuchar música de tu propia cultura, probar algo más de la cocina de tu nación y conectar con tu familia para aprender de ellos algo de tu herencia. Con el paso del tiempo se han olvidado tantas tradiciones y costumbres hermosas. Sólo depende de nosotros mantener vivas nuestras culturas y permitir que las generaciones futuras las disfruten como lo hemos hecho nosotros.
Charles Harris es estudiante de segundo año de Ingeniería Medioambiental en la UF.
Traducido por Isabela Reinoso.
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7. INVENTIONS: In what year were flat-screen TVs first sold?
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5. LITERATURE: Which 20th-century movie star penned the autobiography “Me: Stories of My Life”?
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2. Herb Carneal was a radio play-by-play broadcaster for what Major League Baseball team from 1962-2006?
1. Tommie Aaron, brother of Hank, hit how many home runs in his seven-season Major League Baseball career? 2. Bill Chadwick, the NHL’s first U.S.-born referee and later a broadcaster for the New York Rangers, went by what nickname? 3. The name for the Albuquerque Isotopes Minor League Baseball
4. Randy Cunneyworth was interim head coach of what NHL team in 2011-12?
10. GAMES: What are the four railroad properties in Monopoly? Answers
3. Jack Nicklaus has three wins at The Open Championship (1966, 1970 and 1978), and he has the most second-place finishes at the tournament with how many?
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7. Sasha DiGiulian is a three-time U.S. national champion and 2011 world champion competing in what sport?
4. Grover Cleveland
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Growing up, my family had many special traditions and customs, like staying up until midnight and eating panes con pavo on Christmas Eve or always having containers of frijoles in the fridge. Of course, my family always liked blasting Eddie Santiago and Alvaro Torres while we cooked and cleaned, and we always watched Univision or a telenovela while we ate dinner. These things were typical to me, and these customs were reinforced by all my Latino friends during childhood and even today.
Ever since I was a baby, I would visit El Salvador annually during summer or winter. My mom wanted to take me there to appreciate the country’s lifestyle, meet my family and, of course, learn Spanish. She would show me places from her childhood, historical buildings and marvels of nature around El Salvador. While I enjoyed these sights, I didn’t fully appreciate them. I didn’t understand my mother’s intentions, and I would
end up spending a lot of time inside playing video games instead of spending time with my family.
This disconnect from my culture was a common theme throughout my childhood. I was very reluctant to learn and practice Spanish. I knew basic conversational phrases and the names of my favorite foods, but I was too stubborn to try and learn more. Whenever my mom tried to tell me stories of her time in El Salvador or show me Latin music, I never truly cherished it.
Many of my friends feel the same way as me, detached from their heritage. I first heard about this in my high school English class, and I once again listened but was not able to truly understand it. By 2018 I had stopped taking my yearly trips to El Salvador, but I finally returned in 2021. It was then that I realized I had lost the majority of my Spanish-speaking ability and was unable to communicate with my family members. This left a tremendous impact on me as I loved my extended family,
l concepto de identidad implica las características, cualidades o rasgos que hacen a una persona o cosa distinta y reconocible. Creo firmemente que la universidad juega un rol importante en nuestro desarrollo educativo e identificación espiritual como seres humanos. Una universidad crea un ambiente en donde los estudiantes seleccionan sus preferencias, florecen en sus pasiones y construyen confianza y empatía a medida que contextualizan sus espíritus en el universo.
Aceptar mi identidad latinoamericana significa estar orgulloso de los caminos resilientes que unieron a mis familias. Significa respetar mis raíces indígenas en Sudamérica del mismo modo que mis raíces europeas en España. Mi madre es colombiana. Su familia materna es de Bucaramanga que significa la “ciudad bonita”. Su papá es de La Unión, una pequeña ciudad en el campo a la que se llega desde Cali, Colombia.
Elegí la UF y la Universidad Estatal de Georgia (GSU), en parte, porque allí es donde mi madre estudió y se desarrolló. Mientras crecía en Roma, Georgia, nuestra familia de cuatro estuvo muy involucrada en el fútbol americano y el baloncesto de los Gators durante sus respectivas temporadas. Un típico sábado de otoño, cuando era estudiante de secundaria, consistía en rastrillar las hojas de los robles, jugar con nuestra perra Holly y ver a Percy Harvin arrasando en el fútbol americano en el televisor de nuestra habitación de Florida. El deporte de los Gators era la quintaesencia de crecer en la “última casa a la derecha antes del maizal”. La Universidad de la Florida es donde mis padres alcanzaron la mayoría de edad y desarrollaron sus gustos y preferencias más maduras. Yo di mis primeros pasos justo al sur de Gainesville, en el pueblo de Micanopy, Florida. Fue uno de los primeros lugares que visité en el 2023 antes de matricularme en la UF en el otoño.
iencia cultural y la inclinación medioambiental que anhelaba. Como un joven multicultural, a menudo carecía de la conciencia estabilizadora y arraigada necesaria para navegar por las primeras verdades socioculturales. A mediados o finales de mis veinte, empecé a desarrollar una sensibilidad más afinada hacia las perspectivas de las personas gracias a mis estudios en la Universidad Estatal de Georgia. Aseguré mi primer título universitario en el centro de Atlanta en otoño del 2022, casi 11 años después de graduarme del colegio en la primavera de 2011.
Cuando mi madre estaba aquí en la UF a inicios de los 80, trabajando en comités culturales, practicando activismo político y estudiando biopsicología, estaba desarrollando un tipo de resiliencia cultural que se ha quedado con ella hasta hoy en día. Por naturaleza de su actitud positiva al enfrentar obstáculos, ella me demuestra que estando en el camino a una educación superior me permite abrirme paso.
Yo sabía que asistiría a la UF en la primavera del 2023.
A través de la exposición a diversos grupos en GSU, yo sabía que la UF, como universidad emblemática, tendría culturas y comunidades dirigidas compasivamente.
Mi primer año en la UF ha sido nada menos que mágico. Los Gators Católicos y Por Colombia han demostrado estar abiertos a un estudiante profesional no tradicional que busca eventos y tradiciones en la UF. Las misas de los Gators Católicos han sido reveladoras e inspiradoras. Me han ayudado a recordar algunas de las enseñanzas de mi parroquia católica en Roma, Georgia. Por Colombia y sus reuniones para ver el fútbol han inculcado un sentido de orgullo en mi inversión de tiempo jugando al fútbol juvenil en Georgia.
Lea el resto en línea en alligator.org/section/elcaiman.
but I had almost no way to express it. I began reteaching myself much of what I forgot and speaking to my grandma and mom in Spanish. Over time, I was once again able to communicate with my family abroad.
The summer before my freshman year at UF, I attended preview. I wanted to join Latino student organizations to learn more about my culture in the Fall, so I spoke to one of the preview staffers. It turned out that she was also Salvadoran, and I asked her if there was any good Salvadoran food in Gainesville. She responded dejectedly that there wasn’t.
When I finally began attending classes that Fall, I began to miss the Latino culture I was raised in. I didn’t realize how much I missed all the comforting foods of my childhood and the reggaeton that was blasted at huge family gatherings on the beach. This was when I really began to fall back in love with my roots and my Latino heritage. I began listening to more Spanish music, asking
my family about our heritage and keeping up with my Spanish. This past summer, I visited Guatemala and El Salvador, which led me to appreciate my heritage even more. Seeing all the beautiful landmarks of each country and being able to better connect with my family abroad really resonated with me.
I’ve now learned how rewarding it is to take the time and learn something new about your heritage. I hold my culture as an integral part of myself and it’s something I have learned to love with all my heart. It’s so comforting to listen to some of your own cultural music, try some more of your nation’s cuisine and connect with your family to learn some of your heritage from them. So many beautiful traditions and customs have been forgotten as time has passed. It is only up to us to keep our cultures alive and allow future generations to enjoy it just as we have.
Charles Harris is a UF Environmental Engineering sophomore.
The concept of identity involves the characteristics, qualities or features that make a person or thing distinct and recognizable. I firmly believe that college plays a key role in our developmental education and spiritual identification as human beings. A university creates an environment in which students curate their preferences, blossom in their passions and build confidence and empathy as they contextualize their spirits in the universe.
Embracing my Latin American identity means being proud of the resilient pathways that brought my families together. It means respecting my indigenous roots in South America by the same token as my European roots in Spain. My mom is Colombian. Her mom’s family is from Bucaramanga, which means the “pretty city.” Her dad is from La Union, a small town in the countryside accessible from Cali, Colombia.
I chose UF and Georgia State University, in part, because that’s where my mom studied and developed. Growing up in Rome, Georgia, our family of four was heavily invested in Gator football and basketball during their respective seasons. A typical Saturday in autumn as a junior-high schooler would entail raking leaves from the oak trees, playing with our dog Holly and watching Percy Harvin shred on the TV in our Florida room. Gator athletics were quintessential to growing up in the “last house on the right before the cornfield.”
come by. It was not easy for me at least. Even being spotlighted in Rome, Georgia, as a talented vocalist and communicator was not enough to give me the cultural resilience and the environmental proclivity I yearned for.
Charles Duprey Romero-Langlois opinions@alligator.org
As a young multicultural boy, I often lacked the stabilizing and grounding awareness necessary to navigate early sociocultural truths. By my mid-to-late twenties, I started developing a more nuanced sensitivity to people’s perspectives via studies at Georgia State University. I secured my first college degree in downtown Atlanta in Fall 2022, nearly 11 years after graduating from high school in Spring 2011.
When my mom was here at UF in the early ‘80s working on cultural committees, practicing political activism and studying biopsychology, she was developing a type of cultural resilience that has stayed with her to this very day. By nature of her positive attitude when confronting challenges, she shows me that staying the path through higher education allows me to break on through.
I knew I would be attending UF in Spring 2023.
La conciencia social, medioambiental y cultural no siempre ha sido fácil. Al menos, no lo fue para mí. Ni siquiera el hecho de destacar en Roma, Georgia, como un vocalista y comunicador talentoso era suficiente para darme la resil-
Charles Duprey Romero-Langlois es un estudiante de segundo año de posgrado en la UF. Traducido por Isabela Reinoso.
The University of Florida is where my parents came of age and developed their more mature tastes and preferences. I took my first steps just south of Gainesville in the town of Micanopy, Florida. It was one of the first places I visited in 2023 prior to enrolling at UF in the Fall.
Social, environmental and cultural awareness has not always been easy to
Through exposure to diverse groups at Georgia State, I knew that UF, as a flagship university, would have compassionately led cultures and communities.
Read the rest online at alligator.org/ section/opinions.
Charles Duprey Romero-Langlois is a second-year UF Graduate Student. Column
LUNES, 29 DE JULIO DE 2024
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Cornier es una de las únicas hispanas en el equipo de voleibol de los Florida Gators
Por Alyssa Britton-Harr
Esritora de El Caimán
Traducido por Isabella Rivera
Esritora de El Caimán
Cuando Gaby Cornier entró a la cancha del Stephen C. O’Connell Center, miro a la audiencia frente a la que una vez soñó jugar. El equipo de voleibol de Florida se estaba preparando para jugar su primer partido en casa de la temporada, y todo lo que Cornier imaginaba eran las jóvenes de Puerto Rico mirándola.
Ella se preparó para servir la pelota profundamente al lado de la oposición. Cuando lo hizo, ella vio niñas jóvenes sonriendo y aplaudiendo, dando gracias por su trabajo duro y dedicación al amado juego de voleibol.
“Es super importante para mi que la gente sepa de donde vine y lo que represento”, Cornier dijo. “Siendo capaz de representar a Puerto Rico es un honor y orgullo porque no muchas personas llegan a hacer eso en los estados en un colegio D1, especialmente estando aquí en un Poder Cinco”.
Cornier empezó a jugar voleibol a los 5 años porque su hermano jugaba. Una vez se dio cuenta que tenía talento y se estaba desempeñando bien en la cancha, decidió seguir jugando.
Reconociendo su atletismo profundo, su familia se mudo a Atlanta cuando tenía 10 años. Buscaron mejores oportunidades para jugar voleibol pues muchos torneos no ocurren en Puerto Rico.
Ahora como estudiante redshirt de primer año en la UF, Cornier está ansiosa por mostrar sus habilidades esta temporada después de no ver acción en 2023 por una lesión. Entró a su temporada de primer año con un labrum, manguito rotador y bicep rasgado.
“Al principio, Florida nunca fue una opción”, dijo Cornier. “Mientras seguía progresando por mi proceso de reclutamiento, note como empezaron a enseñar más interés al pasar el tiempo, entonces lo mire más para ver si podría ser una posibilidad para mi”.
Pero a medida que se acercaba la temporada 2024, ella se enfrentó a otro retraso fuera de temporada con un diagnóstico de síndrome compartimental. Cornier recientemente
tuvo cirugía al principio de julio para ayudarla a volver en forma de jugar.
A pesar de un año de retraso, Cornier ha sentido nada más que el amor y apoyo de sus compañeras y cuerpo técnico, ella dijo. Su firme creencia en Dios ha sido una clave fuente para su motivación que también la ha ayudado a mantener una mentalidad positiva.
“Se que toda esta adversidad va a traducirse de una manera positiva cuando esté en la cancha”, dijo Cornier. “Voy a estar más fuerte mentalmente, resiliente y capaz de superar cualquier obstáculo”.
Durante todas las luchas físicas y mentales, su cultura puertorriqueña sigue profundamente incrustada en todo aspecto de su vida, Cornier dice.
En la cultura puertorriqueña, la familia es central, y ella habla con su familia todas las mañanas antes de comenzar su día. Llevar estos valores la ha convertido en una mejor compañera, siempre priorizando las necesidades de sus jugadores.
Como una de las únicas jugadores hispanas en el equipo, ella ha implementado muchos aspectos de su cultura puertorriqueña en las vidas de sus compañeras en respecto a la comida y música.
“En mi rutina antes de los juegos, me gusta escuchar mucha música en español”, dijo Cornier. “Me recuerda a mi cultura y me pone super emocionada y lista para el juego. Me hace sentir segura porque es algo con lo que estoy familiarizada y que disfruto”.
La mayoría del tiempo, los artistas que escucha cambian entre sus tres favoritos de Bad Bunny, Dei V y Daddy Yankee.
Aunque Cornier y su familia inmediata viven en los estados, la mayoría de su familia está en Puerto Rico, la cual ella visita cuando tiene descanso para practicar las tradiciones con las que creció en casa.
A Gaby le encanta comer todas sus comidas favoritas cuando regresa a casa. Esto incluye mofongo, plátanos verdes en una bola con ajo y mantequilla. También le encanta el churrasco, una arrachera común en Puerto Rico y “probablemente uno de los platos más tradicionales que tenemos”.
Su hermano, Javier Cornier, constantemente le recuerda cómo se siente su hogar. Cuando están juntos, hablan en español para asegurar que se mantengan en contacto con su cultura incluso mientras están en los
Estados Unidos.
“Ella tiene una bandera en su cuarto, entonces siempre se acuerda”, dijo Javier. “Ella también tiene el fuego adentro para jugar, que es muy latino”.
Javier Cornier indudablemente tuvo un rol integral en dejar a que su hermana llegara a este punto en su carrera atlética. El admira a Gaby por ponerse el No. 2 en el equipo de los Gators — el mismo número que él llevaba.
El trayecto de Cornier no ha sido fácil. Ella no era tan alta y tuvo que moverse a todas partes del país para que reclutadores de voleibol la vieran más, dijo Cornier. Ahora, le está enseñando a niñas jóvenes que pueden hacer cualquier cosa sin importar de dónde vienen.
Cornier no solo inspira niñas jóvenes, sino también inspira a sus compañeras de equipo. Ella trabaja duro en y fuera de la cancha para llegar a su máximo potencial, motivando a todas sus compañeras, la bloqueadora central de primer año Alec Rothe dice.
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CORNIER IS ONE OF THE ONLY HISPANIC WOMEN ON THE FLORIDA GATORS VOLLEYBALL ROSTER
By Alyssa Britton-Harr Sports Writer
Former Florida softball right-handed pitcher Elizabeth Hightower departs Gators softball reminiscent of those who helped guide her along her softball journey.
Hightower faced ups and downs before her time in Gainesville and throughout her career. In the end, she wasn’t ready for her journey to be over.
"The impact that people have made on me is just when it all ended, I wasn't really missing softball,” Hightower said. “I was just missing the people.”
She signed with Athletes Unlimited to play professional softball June 2. Hightower also chose to take on a coaching role as a graduate assistant at Florida Atlantic University.
The Florida ace ended her collegiate career with an earned run average of 2.46 and 427 strikeouts on the mound.
Hightower’s parents made sacrifices to help pursue her softball dream when she was younger.
Her father, James Hightower, served in the military. Her mother, Gretna Hightower, played a pivotal role in staying home to care for her.
"I deployed six times to the Middle East … I volunteered
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because softball was so expensive,” James Hightower said. "Her momma got her up every morning dressed for school, made her lunch, picked her up and took her to pitching lessons."
Hightower pursued her dream in high school and worked hard to become a high-level recruit, she said.
She was named Florida Class 2A Pitcher of the Year in her junior year in 2017 and also made the All-State First Team for the second time since her sophomore year in her high school career. Hightower ended her senior year of high school with a 1.38 ERA.
She faced tremendous adversity before she started her collegiate career at UF. Hightower came close to leaving the game of softball during her junior year of high school in 2017 after severe injuries. However, she chose not to give up on her dream.
"She had meniscus, ACL and MCL, which is really difficult to come back from when you have the big three like that," James Hightower said. "A lot of people would have given up; it's a tough injury to come back from, especially as a pitcher."
She continued with her career despite the injury history and began her freshman season at Florida in 2019.
Hightower closed out her first year as a Gator on the Southeastern Conference All-Freshman Team. She became the first freshman since Kelly Barnhill to record a complete-game shutout after blanking the No. 17 Arkansas Razorbacks April 6.
“I am so proud of everything that [Hightower] has been able to accomplish in her career at Florida both on and off the
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field,” Barnhill said. “She came to Florida, like many of us do, as a wide-eyed and soft-spoken freshman, but has left a strong and confident woman.”
Hightower made nine appearances in the 2020 season and started in three games in the 27 games they played.
She grew with confidence and focused on who she wanted to be as a pitcher during the offseason with the help of head coach Tim Walton, Hightower said.
"We were able to sit down and have a tough conversation, and just say, early into my career, he was like what you're doing isn't going to cut it," Hightower said. "I owe a lot of my success to just that one conversation we had."
Hightower logged a 2.43 ERA, 133 strikeouts and a 17-9 record in 167 innings pitched during her final season at UF. She recorded her third complete-game shutout of her career against USF April 20.
“I got so much work in on defense that just made me a better pitcher all around, being able to cover my position and know all the rules,” Hightower said. “Even stuff that doesn't involve pitchers that we were working on and that I know, that is really going to help me in my next step going pro.”
UF ended their season in game six of the NCAA Regionals to Stanford.
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La goleadora de la UF jugó en la CONCACAF Copa de Oro en febrero y espera crear un impulso centrado en el fútbol en la República Dominicana
Por Liana Handler
Esritora de El Caimán
Traducido por Isabella Rivera
Esritora de El Caimán
La estudiante de segundo año y goleadora en la UF Paloma Peña recibió un regalo de cumpleaños inolvidable para sus 19: un penal contra el fenómeno del fútbol femenino Alex Morgan durante la CONCACAF Copa de Oro en la fase de grupos.
Antes del partido en Carson, California, las compañeras de Peña en el equipo nacional femenino de la República Dominicana la sorprendieron con pastel y globos. Después, con cerca de 25 respiraciones profundas para estabilizarse, marchó al campo.
Hace solo un año, Peña era una fanática mirando el equipo de los Estados Unidos jugar desde las gradas del estadio de Inter Miami. Pero durante el juego en febrero, su lealtad era hacia sus compañeras en la escuadra dominicana, ella dice.
No salvo el penal de Morgan, pero Peña dice que fue surreal competir contra sus ídolos.
“Recuerdo que el pito sonó al principio del juego, y estaba pensando, ‘Estoy en un videojuego ahora mismo?’” dijo Peña. “Nos dijimos uno al otro que había que disfrutar porque sabíamos que había muy poca probabilidad de que ganaramos.”
Peña es una de las cuatro goleadoras del equipo de fútbol femenino de los Gators de Florida. Aunque todavía le falta ponerse el naranja y el azul, ella encarna el creciente movimiento futbolístico en la República Dominicana.
Históricamente, el béisbol domina el país del Caribe: cada uno de los 30 equipos de la MLB tienen una academia en el país y superestrellas como David Ortiz, Pedro Martinez y Juan Soto llaman a hogar la isla. Sin embargo, ha habido un cambio para elevar el fútbol como el deporte nacional. La selección masculina de República Dominicana competirá en las olimpiadas el 24 de agosto por primera vez desde 2008. Adicionalmente, la Federación de Fútbol Dominicano anunció que el país será anfitrión de la Copa Mundial Femenino U17 este año.
Aunque el fútbol ha aumentado en popularidad en los últimos años, jugadores Dominicanos nacidos en los Estados Unidos siguen enfrentando desafíos internos. Algunos piensan que los americanos que reclaman herencia dominicana no deberían poder jugar para el equipo nacional.
Con cada una de sus publicaciones siendo sobre el equipo femenino dominicano, Peña dice que ella sabe que hay probabilidad que alguien pueda criticarlos por su lugar de nacimiento. A pesar de esto, ella todavía quiere ser parte del movimiento de representar su cultura en
juego internacional. “Realmente estamos intentando hacer rodar esa bola para que haya un futuro mejor para las generaciones futuras para la República Dominicana y niñas dominicanas en los Estados Unidos que también quieren jugar para ese equipo,” dijo Peña. “Queremos representarnos, entonces no veo porque hay personas siendo vacilantes.”
En los Estados Unidos, el entrenador de porteros de Florida, Austin O’Connor, observó ansiosamente el partido CONCACAF esperando que Peña construyera una ejecución de calidad.
Contra talento prolífico tal como el de los Estados Unidos, los porteros tienden a ver más acción. Peña estuvo a la altura de las circunstancias con 16 paradas durante la fase de grupos.
A pesar de su habilidad dominante, Peña dice que a veces luchó contra la baja autoestima. A principios del año, fue golpeada por una pelota en la cara y le tomó tiempo trabajar para volver a donde estaba antes.
“Tienes que ser valiente”, ella dijo. “Tienes que estar dispuesto a no solo usar tu voz sino tu cuerpo entero”.
Peña se unió al equipo de fútbol de los Gators en el 2023, y en su primera temporada trabajó con el entrenador asistente Austin O’Connor.
“Sé que su equipo fue un poco
superado en esos tres juegos,” dijo O’Connor. “No quieres que ella salga a ese escenario global y tenga una mala experiencia. Quieres tener una muy buena experiencia, y la tuvo.”
El trabajo del portero es una de las posiciones más abnegadas en el campo, él dijo. Es un juego de posibilidades y muchas de las veces, está en contra del atleta, dijo. El espacio que un portero puede ocupar físicamente es muy pequeño.
“No importa que tan grande eres como jugador, el gol es mucho más grande,” él dijo. “No puedes salvar el 100% de los tiros que son asumidos sobre ti.”
O’Connor no sabia que esperar, pero Peña trajo una energía contagiosa y tiene un potencial alto, dijo.
“La quiero ver en el campo. Tengo mucha esperanza y fe de que ella lo hará”, dijo O’Connor.
A la jugadora de defensa graduada de Florida Emilee Hauser le encantó jugar con Peña, particularmente por su aliento de compañeras y dedicación al juego.
“Ella es una energía positiva”, dijo Hauser. “No le tiene miedo a hablarme y decirme lo que tengo que escuchar aunque yo sea mayor”.
La memoria favorita de Hauser sobre la energía de Peña fue durante un simulacro de tiro en la primavera. El equipo disparó continuos tiros al arco y después de una de sus paradas, Peña se levantó y gritó.
O’Connor y una de sus compañeras portera, la estudiante de segundo año Jayden Emmanuel, corrió hacia ella para un golpe de pecho.
“Solo hizo a todo el mundo reír”, dijo Hauser.
Hauser dice que ella nunca hubiera adivinado que Peña luchaba con su autoestima, especialmente después de representar a la República Dominicana en un juego contra los Estados Unidos.
“Ella ha jugado en un gran juego”, dijo. “Ella jugó en la Copa de Oro con la República Dominicana, y no actuó como si fuera el primer juego que ha jugado para su país”. El equipo feminino dominicano fue vencido por los Estados Unidos 5-0 y no pudo asegurar un espacio en París. Sin embargo, el equipo masculino de la nación caribeña competirá en su primer juego olímpico en más de una década.
Peña estará apoyando a ambos equipos pero dice que espera estar en el gol durante un Mundial o juego Olímpico algún día. Ella cree que su tiempo en el campo no está lejos.
“Este es un movimiento que va a ocurrir, y va hacer maravilloso”, Peña dijo. “No puedo esperar a ver cómo será el fútbol femenino dominicano”.
@handlerliana lhandler@alligator.org isabellarivera@ufl.edu
THE FLORIDA GOALKEEPER PLAYED IN FEBRUARY’S CONCACAF GOLD CUP AND HOPES TO CREATE SOCCERFOCUSED MOMENTUM IN THE DOMINICAN REPUBLIC
By Liana Handler Sports Writer
Florida sophomore goalkeeper Paloma Peña received an unforgettable 19th birthday gift: a penalty kick against soccer phenomenon Alex Morgan during February’s CONCACAF Gold Cup group stage.
Before the match in Carson, California, Peña’s teammates on the Dominican Republic women’s national team surprised her with cake and balloons. Then, with about 25 deep breaths to steady herself, she marched onto the field.
Just a year ago, Peña was a fan watching the U.S. team play from the Inter Miami stands. But during February’s game, her allegiance was to her teammates on the Dominican squad, she said.
She didn’t save Morgan’s penalty, but Peña said it was surreal competing against her idols.
“I remember the whistle blew to start the game, and I was thinking, ‘Am I in a video game right now?’” Peña said. “We told each other to have fun because we knew there was a very slim chance of us winning.”
Peña is one of four goalkeepers for the Florida Gators women’s soccer team. Though she has yet to don the orange and blue, she
embodies the rising soccer movement in the Dominican Republic.
Historically, baseball dominates the Caribbean nation. All 30 MLB teams have baseball academies in the country and superstars such as David Ortiz, Pedro Martinez and Juan Soto call the island home.
However, there has been a shift to elevate soccer as a national sport. The Dominican Republic men’s national team will compete in the Olympics Aug. 24 for the first time since 2008.
Additionally, the Dominican Football Federation announced the country would host the FIFA Women’s U-17 World Cup later this year.
Even though soccer has increased in popularity over the last few years, American-born Dominican players continue to face internal challenges. Some believe Americans who claim Dominican heritage shouldn’t be able to play for the team.
With each of her Instagram posts about the Dominican women’s soccer team, Peña said she knows there’s a chance someone might criticize her for her birthplace. Despite this, she still wants to be a part of the movement to represent her culture in international play.
“We're really trying to get that ball rolling so that there's a better future for the future generations for the D.R. and Dominican girls in the U.S. who also want to play for that team,” Peña said. “We want to represent… ourselves, so I don't see why there's people being hesitant.”
Back in the U.S., Florida’s goalkeeper coach, Austin O’Connor, anxiously watched the CONCACAF match hoping Peña would
construct a quality performance.
However, against prolific talent such as the U.S., goalkeepers tend to see more action, and Peña rose to the occasion with 16 saves during group play.
Despite her dominant skill, Peña said she struggled with low confidence at times. Earlier in the year, she was hit by a ball in her face and it took her time to work back to where she was before.
“You got to be brave, courageous,” she said. “You got to be willing to not only put your voice out there, but your whole body.”
Peña joined the Gators soccer team in 2023, and within her first season, she worked with assistant head coach Austin O’Connor.
“I know her team was a little outmatched in those three games,” O’Connor said. “You don't want her to go on this world stage and have a poor experience. You want to have a really good experience, which she did.”
A goalkeeper’s job is one of the most selfless positions on the field, he said. It’s a game of odds, and most times it’s stacked against the athlete, he said. There’s only so much room a goalkeeper can take up physically.
“It doesn't really matter how big you are as a player, that goal is just so much bigger,” he said. “You can't save 100% of the shots that are taken on you.”
O’Connor didn’t know what to expect, but Pena brought a contagious energy and has a high potential, he said.
“I want to see her on the field,” O’Connor said. “I have tons of hope and tons of faith that she'll do that.”
Florida graduate defender Emilee Hauser loved playing with Peña, particularly because
of her encouragement of teammates and dedication to the game.
“She is a positive energy,” Hauser said. “She's not afraid to talk to me and tell me what I need to hear even though I am older.” Hauser’s favorite memory of Peña’s energy was during a shooting drill in the spring. The team fired continuous shots on goal, and after one of her saves, Peña stood up and screamed.
O’Connor and one of her fellow goalkeepers, sophomore Jayden Emmanuel, sprinted to her for a chest bump.
“It just made everyone laugh,” Hauser said. Hauser said she never would have guessed that Peña struggled with confidence, especially after representing the Dominican Republic during the game against the U.S.
“She's played in a huge game,” she said. “She played in the Gold Cup with the Dominican Republic, and she didn't act like this was the first game she's ever played for her country.”
The Dominican women’s team fell to the U.S. 5-0 and failed to secure a spot in Paris. However, the Caribbean nation’s men’s team will compete in their first Olympic game in over a decade.
Peña will be rooting for both teams but said she hopes to be in goal during a World Cup or an Olympic game one day. She believes her time on the field isn’t far away.
“This is a movement that's going to happen, and it's going to be amazing,” Peña said. “I cannot wait to see what Dominican women's soccer looks like.”
@handlerliana lhandler@alligator.org