Protestar es de buena educación

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FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES SERIE LIBROS FLACSO-CHILE

PROTESTAR ES DE BUENA EDUCACIÓN Orgánica, demandas e ideología del Movimiento Estudiantil Chileno

Lucía Miranda Leibe (Coordinadora) Amanda Rutllant y Alejandro Siebert (Investigadores)

Santiago de Chile, noviembre de 2016


Esta publicación debe citarse como: Miranda, L. (Coord.) (2016). Protestar es de buena educación. Orgánica, demandas e ideología del Movimiento Estudiantil Chileno. Santiago de Chile: FLACSO-Chile. Ediciones FLACSO-Chile Av. Dag Hammarskjöld 3269, Vitacura - Santiago de Chile www.flacsochile.org Impreso en Santiago de Chile Noviembre de 2016 ISBN Libro impreso: 978-956-205-258-0

Producción Editorial: Marcela Zamorano, FLACSO-Chile. Diagramacion interior: Marcela Contreras, FLACSO-Chile. Diseño de portada: Marcela Zamorano, FLACSO-Chile. Corrección: Lucía Miranda, FLACSO-Chile. Fotografía: Amanda Rutllant, FLACSO-Chile. Impresión: Gráfica LOM, Concha y Toro 25, Santiago, Chile

Este libro es una publicación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Chile. Sus contenidos no pueden ser reproducidos o traducidos totalmente o en parte, sin autorización previa de FLACSO-Chile, que dará consideración favorable a las solicitudes de autorización para reproducir o traducir.


ÍNDICE

PRÓLOGO 9 Ángel Flisfisch Fernández Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Chile INTRODUCCIÓN 13 CAPÍTULO I. Plano político: desplegando un campo y sus actores

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CAPÍTULO II. Plano ideológico: la tensión entre la igualdad y la libertad

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CAPÍTULO III. Plano Orgánico: organización, estrategias y vínculos

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CONCLUSIONES 147 BIBLIOGRAFÍA 151 SELECCIÓN DE CASOS

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SIGLAS Y ACRÓNIMOS

ACES ACAS AF ANES CAE CB COES CONES CONFECH CRUCH CUT DC DL DV FA FEC FECH FEP FESES FEUC FEUCEN FEUSACH FEUV

Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios Asamblea de Centros de Alumnos Andrés Fielbaum Asamblea Nacional de Estudiantes Secundarios Crédito con Aval del Estado Camilo Ballesteros Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios Confederación de Estudiantes de Chile Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas Central Unitaria de Trabajadores Democracia Cristiana Daniela López Diego Vela Fabián Araneda Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile Federación de Estudiantes del Pedagógico Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago Federación de Estudiantes de la Universidad Católica Federación de Estudiantes de la Universidad Central Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago de Chile Federación de Estudiantes de la Universidad de Valparaíso

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FUR GB GJ GP IA JJCC LOCE LS MD MEC MM MP MMSS MS NA NT OCDE OPECH PNUD PPD RD RG RP RS SA SF SM TRICEL TT UDP USACH VS YC

Fuerza Universitaria Rebelde Gabriel Boric Giorgio Jackson Guillermo Petersen Izquierda Autónoma Juventudes Comunistas Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza Lorenza Soto Marcadores Discursivos Movimiento Estudiantil Chileno Marta Matamala Moisés Paredes Movimiento Social Melissa Sepúlveda Naschla Aburman Noam Titelman Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico Observatorio Chileno de Políticas Educativas Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo Partido por la Democracia Revolución Democrática Recaredo Gálvez Ricardo Paredes Ricardo Sande Sebastián Aylwin Sebastián Farfán Scarlett Mac-Ginty Tribunal Calificador de Elecciones Takuri Tapia Universidad Diego Portales Universidad de Santiago de Chile Valentina Saavedra Yoxcy Campos

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PRÓLOGO

Han pasado ya diez años del recordado movimiento de los “pingüinos” que en 2006 impulsó a una nueva generación a hacerse cargo de las problemáticas políticas, sociales y económicas que vivía el país. Esos escolares crecieron y en 2011 como estudiantes universitarios revolucionaron nuevamente el escenario político, impregnándole al movimiento social por la educación nuevos paradigmas y un discurso que se levantaba y era legitimado por grandes sectores de la sociedad. Las formas del movimiento, por momentos novedosas, artísticas y la articulación de sus discursos con otras realidades sociales, fueron sólo algunos de los elementos del éxito logrado por estos jóvenes quienes pensaban que la realidad podía ser transformada acercando la educación a todos los chilenos de forma equitativa y cualificada para que sirva como medio de desarrollo personal, aporte a una mayor productividad del país y vehículo de movilidad social; ya no más supeditada a un modelo de sociedad inspirado sólo en el mercado. Es en este sentido los discursos de los entrevistados y las entrevistadas se enmarcan en un nuevo paradigma en donde la educación no sólo pasa a formar parte del eje que simboliza las transformaciones necesarias para una mejor sociedad sino también el descontento, de una generación hacia un modelo que ya no satisface los principios, valores o intereses del futuro país. Estos “hijos de la transición” no nacieron con miedo a la dictadura, sino más bien con promesas incumplidas, en un clima social sin capacidad de motivación y esperando su momento histórico, ese que llegaría junto a multitudinarias marchas, en donde como volviendo al pasado y mirando hacia el futuro, se reforzaba un mensaje común en base al cual los procesos sociales no se detienen, que la historia es de ellos y la escriben los pueblos.

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El diagnóstico, la preocupación y los debates que se fueron gestando en torno al problema educativo y la ya icónica frase “educación pública, gratuita y de calidad” fue compartido por un grupo de investigadores jóvenes, que desde la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, vieron la oportunidad para introducirse en los discursos e ideales de los protagonistas de esta historia. Por ende el objetivo de este libro es develar qué imaginarios sociales –políticos, ideológicos y orgánicos– fueron construyendo los principales líderes y lideresas estudiantiles a partir de 2011. Este libro está organizado en tres capítulos, cada uno de ellos dedicado a desentrañar el contenido discursivo de los líderes y las lideresas en torno a las diferentes dimensiones del Movimiento Estudiantil Chileno (MEC). En el capítulo centrado en la dimensión política se busca identificar tanto cuáles son las demandas comunes a través del discurso de los y las entrevistadas1, como también identificar cuáles son los mecanismos a través de los cuáles se hacen oír dichas demandas. En el capítulo centrado en la dimensión ideológica se busca destacar cuáles son los valores y principios comunes presentes detrás del discurso de los entrevistados, partiendo de su posicionamiento en el espectro izquierda-derecha. Finalmente en el capítulo dedicado al análisis de la dimensión orgánica del movimiento estudiantil tal como se presenta en los discursos de sus líderes y lideresas, se busca identificar el grado de articulación interna y externa del MEC, así como la presencia o ausencia de conflictos organizacionales dentro de éste. Este trabajo es fruto de un largo período de investigación y reflexión del equipo de investigación coordinado por Lucía Miranda y compuesto por Amanda Rutllant y Alejandro Siebert. Durante el proceso de investigación se debatió entre varias tesis que buscaban explicar el creciente protagonismo y persistencia del MEC. De entre las hipótesis que se proponen en función de las variables identificadas para cada dimensión, se pueden destacar las siguientes: 1) La validación de una estrategia compartida de agregación de demandas deviene en una dimensión crucial que es común a todos

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A partir de esta nota al pie, el equipo de investigación deja explícitamente anunciado que es promotor del uso de un lenguaje inclusivo en términos de género. Para facilitar la lectura del texto en algunos momentos se distinguirá el género entre los y las entrevistadas, y en algunos casos se aglutinará a los sujetos haciendo referencia a los cargos que ocupaban sin especificar género.

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los líderes y lideresas estudiantiles independientemente de su ideología o colectivo de pertenencia. 2) Los miembros de colectivos con una clara estructuración ideológica formarán parte de colectivos más cohesionados orgánicamente. Esta publicación ha ido acompañada de un propósito de intercambio académico y diálogo entre los protagonistas y la sociedad en general. A mitad del proceso investigativo se llevó a cabo un Cine Foro que buscó a través de la proyección de tres documentales chilenos que giraban en torno al análisis de cada una de las dimensiones del MEC, promover la discusión entre los directores de los documentales, académicos, los propios protagonistas del movimiento y el público en general. El resultado de esta actividad, que duró tres días, fue altamente positivo. Los documentales proyectados fueron primero: La Revolución de los Pingüinos que provocó una discusión que giró en torno a la dimensión orgánica del MEC y en dónde acudieron a la mesa de discusión posterior Fernando Atria (Académico U. de Chile), Eloísa González (Ex Vocera ACES), Noam Titelman (Ex Presidente FEUC) y Jaime Díaz (Director del Documental). El día dos se proyectó Propaganda que dio lugar al debate respecto de la dimensión política del MEC y dónde asistieron al debate Alfredo Joignant (Académico UDP), Daniela López (Ex Presidenta FEUCEN), Melissa Sepúlveda (Ex Presidenta FECH) y Christopher Murray (Director del Documental). Finalmente el tercer día se proyectó El Vals de los inútiles, documental que dio lugar a la discusión respecto de la dimensión ideológica del MEC o del movimiento y respecto del cual debatieron Sofía Donoso (Académica COES), Yoxcy Campos (Ex presidenta FEP), Marta Matamala (Actual Presidenta FEUSACH), Valentina Saavedra (Actual Presidenta FECH), Darío Díaz (Actor protagonista del film) y Catalina Donoso (Productora del Documental). Al concluir el Cine Foro se distribuyó un texto exponiendo los avances de investigación. Ello permitió recoger gran cantidad de comentarios y sugerencias y sobre todo declaraciones de interés respecto de la publicación final que hoy se presenta. En esta oportunidad se aprovecha para agradecer a los académicos que acudieron y guiaron el debate durante los tres días que duró el Cine Foro. Nuestro agradecimiento también a los directores y productores de los documentales que nos acompañaron y permitieron difundir el material: Jaime Díaz, Christopher Murray (Mapa Fílmico de un país), Edison Cajás y Catalina Donoso. Son muchas las personas que permitieron que este libro saliera a la luz. Agradecemos la paciencia, el tiempo y la disposición de los 25 líderes y lideresas aquí entrevistados, su aporte es invaluable y sin lugar a dudas,

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los cimientos más sustanciales en los que se enmarca esta investigación. Sin el aporte de Eloísa González, Lorenza Soto, Marta Matamala, Valentina Saavedra, Takuri Tapia, Sebastián Aylwin, Andrés Fielbaum, Ricardo Sande, Fabián Araneda, Sebastián Farfán, Francisco Figueroa, Giorgio Jackson, Scarlett Mac-Ginty, Noam Titelman, Melissa Sepúlveda, Guillermo Petersen, Recaredo Gálvez, Diego Vela, Moisés Paredes, Camilo Ballesteros, Yoxcy Campos, Ricardo Paredes, Daniela López, Gabriel Boric y Naschla Aburman; este libro no hubiese sido posible. También un agradecimiento a los informantes clave que accedieron a darnos su visión como actores parte del Movimiento Estudiantil en diferentes etapas: Simón Ramírez y Luis Thielemann. Fueron un gran aporte los comentarios recibidos durante el Seminario Movimientos Sociales en Movimiento celebrado en Montevideo durante Junio de 2015; así como durante las sesiones del discusión con investigadores de FLACSO-Chile, en especial Gabriel Guajardo y Christian Rivera. Gracias al investigador de FLACSO-Chile Maximiliano Prieto. Un especial gracias a Patricia Zavala que nos apoyó y guió desde Uruguay para organizar y finalmente presentar el Cine Foro Protestar es de Buena Educación, sin su apoyo y conocimiento no hubiéramos podido hacerlo. Especial agradecimiento a Rodrigo Rojas y a la Sala Radicales en general por ayudarnos en la organización y poner la sala a disposición del Cine Foro. Gracias también a Javiera Fanjul, Bryan Foster y Laura Uribe que nos apoyaron con su asistencia durante las 3 jornadas que duró el Cine Foro y también a Marcela Zamorano y Marcela Contreras, miembros del equipo de FLACSO-Chile que ayudaron a que fuera posible esta publicación.

ÁNGEL FLISFISCH FERNÁNDEZ Director Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Chile

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INTRODUCCIÓN

El MEC ha irrumpido en el campo político chileno redefiniéndolo en términos de una necesidad de cambio que va más allá de la demanda por una reforma educacional. De manera relativamente cíclica los estudiantes a través de la conformación de un movimiento social se han convertido en actores políticos clave de la democracia en Chile. El año 2011 significó en este sentido un hito ya que el movimiento estudiantil logró movilizar a un sector amplio de la sociedad, situando sus demandas entre las prioridades de la agenda política gubernamental. En la actualidad el MEC puede ser definido como un movimiento social que cuenta con una lógica orgánica propia y unas demandas e ideologías políticas coherentemente definidas. La estrategia de plasmación de dichas demandas también es clara y todo esto puede ser deducido tanto de la observación de la evolución del propio movimiento como del análisis del discurso de sus principales líderes y lideresas. Este trabajo es fruto de un año de investigación en el que se entrevistaron a los principales líderes y lideresas del Movimiento Estudiantil Chileno (MEC) de 2011 en adelante. Las entrevistas fueron transcritas y analizadas sistemáticamente por medio de un análisis de discurso (AD)1 a través del cual se identificaron las principales articulaciones de sentido en torno a las dimensiones política, ideológica y orgánica del MEC2. Para los En base al concepto del orden del discurso de Foucault (1970) y el de campo de Bourdieu (1990), se utilizaron elementos de la pragmática lingüística para identificar las estrategias discursivas de la prensa y de los voceros del MEC por la disputa del orden del discurso. 2 Es decir, se buscó a través de la exégesis los significados que se derivan del texto; y eso es así por la construcción teórica del objeto: el discurso. El significado de cualquier texto siempre es un resultado de organizaciones de sentido creadas a partir de conceptos, símbolos y estructuras discursivas que, a su vez, son resultado de interpretaciones situadas de los sujetos. El objeto teórico se define a partir de la particularidad de una 1

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efectos de esta investigación fueron entrevistados 25 líderes y lideresas del MEC entre quienes se encuentran los principales presidentes y vicepresidentes de las federaciones de estudiantes que han integrado o integran hoy la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH), así como también a líderes y estudiantes secundarios de organizaciones como la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) y la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (CONES). Para la elección de entrevistados se utilizó la técnica bola de nieve, un muestreo no probabilístico en la que cada entrevistado sugirió quienes eran idóneos entrevistar en función del objetivo de la investigación. Este procedimiento se aplicó hasta que todas las sugerencias de los entrevistados se refirieron a personas ya entrevistadas. Es importante destacar que todos los entrevistados tenían consciencia de que el contexto de la entrevista se enmarcaba dentro de una investigación de FLACSO-Chile ya que el entrevistador se los comunicó desde un principio. En el marco de cada análisis de los extractos del discurso se añade una breve descripción del contexto y situación en que se desarrollaron las entrevistas3. Los entrevistados fueron agrupados en función del organismo estudiantil (Federación Universitaria u otra organización) al que pertenecieron o pertenecen. Fueron entrevistados ocho representantes de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), cinco representantes de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), tres representantes de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago de Chile (FEUSACH), dos representantes de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (FEC), dos representantes de la ACES, dos representantes de la CONES, un representante de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Valparaíso (FEUV), un representante de la Federación de Estudiantes del Pedagógico (FEP) y un representante de la Federación de Estudiantes de la Universidad Central (FEUCEN). organización de significados y no en la recurrencia, repetición o distribución de un hecho. 3 La descripción del contexto en el que se desarrollaron las entrevistas resulta de especial relevancia dado el grado de intervención que toda actividad de investigación implica. En este sentido en el análisis del discurso producido por los líderes y lideresas el investigador está interviniendo físicamente y de manera directa al momento de producirse el discurso (la entrevista). Dicha intervención directa tiene sus consecuencias y por eso debe ser explicitado el contexto durante el trabajo de campo en que se da la interacción entre entrevistador y entrevistado (Rivera, Brunner, Chaves y Pordeus 2012:142).

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El MEC es un movimiento sumamente polifónico y dentro de él coexisten varios discursos políticos que convergen y divergen en distintos aspectos. Por lo tanto, es clave estudiar los colectivos políticos universitarios y partidos políticos incluidos en el MEC (además de los organismos estudiantiles), ya que cada uno va cambiando su discurso conforme cambian los colectivos que entran a las vocerías. El análisis del discurso está organizado en diferentes niveles de observación: a nivel individual de cada líder, a nivel del colectivo al que cada líder o lideresa pertenece y a nivel de la federación, coordinadora o asamblea en la que participan. La información extraída se estructura en tres dimensiones de análisis: política, ideológica y orgánica. La estructura diseñada para llevar a cabo el análisis del discurso contempla las diferentes corrientes que conformaron y conforman el movimiento estudiantil; lo que permite comprender la evolución del discurso del MEC en sus diferentes dimensiones. Asimismo, llevar a cabo el análisis considerando los colectivos políticos que conforman el movimiento permite identificar qué valores representan los dirigentes y cómo sus liderazgos son atractivos para el colectivo al que pertenecen y el público en general, en la medida en que cada líder crea una retórica para una audiencia particular. De manera gráfica se presenta a continuación el número de entrevistados en función del organismo estudiantil en el que participa así como por la pertenencia al tipo de institución educacional (estatal o privada). Entre los entrevistados se incluyen líderes de las dos principales agrupaciones de estudiantes secundarios como lo son la ACES y la CONES. Del total de entrevistas realizadas, nueve corresponden a mujeres y dieciséis a hombres. Las entrevistas se llevaron a cabo entre enero y mayo del 2015.

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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Gráfico I. Distribución de los entrevistados en función del organismo estudiantil al que pertenecen Entrevistados Secundarios Entrevistados por Género 38% CONES 100%

ACES 100% 62%

Entrevistados de Federaciones Universitarias miembros de la CONFECH FEUCEN 100%

FEC

Privadas 7-32% Públicas 15-58%

100% 44%

FECH

56%

20%

FEUC FEUV 100%

80%

33% FEUSACH 66%

100% FEP

Fuente: Elaboración propia. En tono gris se presenta la proporción de mujeres entrevistadas y en tono oscuro la de hombres.

En las páginas siguientes de éste capítulo introductorio se presentan los resultados de análisis obtenidos fruto de la sistematización de los conceptos e ideas principales asociadas a las dimensiones política, ideológica y orgánica del movimiento. En el primer parágrafo se describe la relevancia y trascendencia de un movimiento compuesto principal y mayoritariamente por jóvenes. En el segundo parágrafo se hace una breve descripción teórica respecto de los movimientos sociales y de las estrategias de participación política asociadas a la juventud. En el tercer parágrafo se introduce al lector respecto a la herramienta de análisis aplicada para luego deconstruir el discurso de los dirigentes en tres capítulos dedicado cada uno a la dimensión de análisis correspondiente: política, ideológica y orgánica.

1. El estudio de los Movimientos sociales: el estado del arte En este apartado se revisan las principales perspectivas de estudio de los movimientos sociales y se adopta una definición para proceder luego a identificar la medida en que los entrevistados asocian una serie de significados comunes en torno al movimiento social del que son

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parte. La ciencia desde Aristóteles hasta la actualidad ha intercambiado cíclicamente la intención de explicar el movimiento en contraposición a la quietud de los objetos (Seferiades, 2009:102)4. En este sentido existen trabajos centrados en responder el porqué de los movimientos sociales mientras otros exploran el cómo (Seferiades, 2009:103)5. Los movimientos sociales se enmarcan en un modelo contencioso de hacer política que implica expresar las demandas de manera directa y a través de canales menos institucionalizados. La política contenciosa se ha constituido como el referente de una disciplina de estudio dentro de las ciencias sociales donde los movimientos sociales y la acción colectiva son sus objetos de estudio (Seferiades, 2009:114)6. En el estudio de los movimientos sociales se distingue la teoría según su orientación hacia dos grandes vertientes: lo cultural y lo estatal, en dónde ambas identifican una dimensión política a institucional pero por una parte la teoría privilegia atender a la política del Estado y la permeabilidad a las demandas sociales, mientras que por otra se centra en explorar las dinámicas de expresión contenciosa (Báez, Paredes, Cancino, 2015:25)7. En este caso la atención está puesta en la esfera política del movimiento estudiantil que busca interpelar el Estado en pos de lograr una reforma a la institucionalidad. Los movimientos sociales han sido estudiados desde diferentes perspectivas: la psicología social, la sociología y la ciencia política entre otras8. Asimismo, su interpretación ha sido articulada por diferentes Seferiades (2009) explica que así cómo los autores del renacimiento criticaban el estudio de las dinámicas en Aristóteles, con la incorporación de los presupuestos de Galileo primero y luego de Newton, el objeto de conocimiento pasó a ser la quietud de los elementos. En las ciencias sociales actualmente existen también corrientes más centradas en estudiar la quietud (el institucionalismo y neo institucionalismo como algunos ejemplos) y otras centradas en estudiar el movimiento. 5 De esta manera, el estructuralismo, la elección racional y el culturalismo desde una epistemología relacional estudian la política contenciosa como interrelaciones y transacciones sociales como punto de partida de descripción y análisis (Seferiades, 2009:106). 6 Según este autor, la disciplina de estudio habría surgido luego de mayo de 1968 y por tanto el desarrollo de estudios que intenta responder el cómo y no el por qué. 7 Uno de los referentes en el estudio de los hábitos culturales de los individuos (o de las predisposiciones culturales desencadenadas por los procesos de socialización) ha sido el sociólogo francés Pierre Bourdieu quien se dedicó a explorar los significados culturales de los conflictos políticos en función de sus áreas de pertenencia (Della Porta y Diani, 2006:11). 8 Pont Vidal (1998:258) realiza una exhaustiva descripción de los trabajos centrados en movimientos sociales españoles desde la sociología y la ciencia política. A lo largo de este trabajo se apuesta por la interdisciplinariedad tomando como positivos los diferentes aportes hechos desde las diferentes disciplinas. 4

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corrientes teóricas que van del marxismo a la elección racional. A partir de mayo de 1968 se identifica un quiebre en el estudio de estos fenómenos sociales que da lugar a la clasificación de nuevos y viejos movimientos sociales. Los diferentes períodos histórico-intelectuales e histórico-sociales condicionan el estudio de los movimientos sociales (Touraine, 1985:749). Las teorías de movilización de recursos, la estructura de oportunidades políticas y de alineamientos de marcos cognitivos se identifican como los marcos teóricos que se destacan a la hora de aproximarse a los movimientos sociales como objeto de estudio. La teoría de movilización de recursos significa un aporte para conocer cómo se forman los movimientos y cómo se organizan (Jenkins, 1994:8)9. Desde esta teoría la conformación de un movimiento social está ligada a la presencia de un agravio previo y la mejora del status de los grupos agraviados que reduce los costos de la movilización y mejora las posibilidades de éxito (Jenkins, 1994:13). Por otra parte, la teoría de la estructura de oportunidades políticas se centra en conocer el por qué surgen los movimientos, es decir cuáles son los factores que impulsan a la configuración de movimientos sociales. Finalmente la teoría de alineamientos de marcos cognitivos10 se desarrolla a partir del concepto de frame (marco) instaurado por Goffman. Esta corriente teórica busca entender cómo el individuo crea marcos de interpretación de la realidad que guían la acción colectiva a partir de la identificación y percepción del mundo en general. Se distinguen varios tipos de conflictos sociales: 1) la pugna competitiva de intereses colectivos; 2) la reconstrucción de una identidad social, cultural o política; 3) una fuerza política que aspira a cambiar las reglas del juego; 4) la defensa de un estatus o privilegio; 5) aquellos que apuestan por el control social de un patrón cultural mayoritario; 6) apuesta por crear un nuevo orden donde la revolución es la apuesta más crítica; 7) conflictos nacionales; 8) como equivalente negativo del anterior se identifica el neo comunitarismo (Touraine, 1985:751-755). Resulta interesante la distinción que se hace entre sujeto de estudio (los individuos) y unidad de análisis (Longa, 2010; Seferiades, 2009). Una de las críticas que se desprende de poner el foco en el sujeto de estudio es que el comportamiento colectivo agrupa los comportamientos de Entre los autores representativos de esta corriente teórica se encuentran Oberschall (1973), Tilly (1978), McCarthy y Zald (1973), Gamson (1975), Jenkins (1994). 10 Entre los principales referentes teóricos de esta corriente se encuentran David Snow, Robert Benford, Sidney Tarrow y Jürgen Gerhards. 9

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multitudes (como la moda) hasta movimientos revolucionarios (Melucci, 1985:93)11. Detrás de esta idea se está distinguiendo entre uno y otro tipo de comportamiento colectivo; mientras unos carecen de conflictividad social (como la moda) otros presuponen una clara definición de actores opositores o competidores y de los recursos por los cuales se disputa (Touraine, 1985:750). La lógica de inconformidad y conflictividad se identifica entre varios de los actores del movimiento estudiantil chileno como se verá más adelante. El estudio de los movimientos sociales como un tipo de estrategias entre otras posibles de política contenciosa lleva a la distinción conceptual entre: movimiento social, revolución, guerra civil o terrorismo; dónde cada tipo de política contenciosa es posible en función de determinados contextos (McAdam et al., 2007:1-2). En concordancia con lo anterior, se adopta aquí la definición de movimiento social como un grupo más o menos organizado (dimensión orgánica) que se opone a un cambio o propone un cambio en el modelo de sociedad (dimensión ideológica) por medio de actos disruptivos aunque no necesariamente violentos (dimensión política). Este concepto de movimiento social permite identificar en la dimensión política las estrategias de comunicación de las demandas más o menos contenciosas; en la dimensión ideológica los valores y principios que les motivan (pudiendo situar el movimiento en un gradiente derecha izquierda, pro o anti status quo) y la dimensión orgánica referida al grado de articulación y organización interna12.

Melucci (1985:93) encuadra la crítica a la tradicional escuela de sociología norteamericana del collective behavior en función de lo que identifica como la necesidad de estudiar la acción colectiva ligando las conductas conflictivas a la estructura de la sociedad de clases. Las aproximaciones centradas en el sujeto de estudio pueden generar inferencias incoherentes al no distinguir entre lo que Melucci (1985:94) rescata de la reflexión mertoniana entre comportamiento desviado (opera contra la norma a partir de una desventaja personal sin poner en discusión la legitimidad de la misma y por tanto utilizando los medios institucionales para su modificación) e inconforme (quiere cambiar las normas del grupo sustituyéndolas por considerarlas ilegítimas, por medio de un comportamiento que ataca la estructura misma). 12 Es interesante reflexionar respecto a qué se considera un resultado exitoso en términos de la movilización social. Turner y Killian (en Jenkins, 1994:31) identifican tres criterios de éxito: el logro de beneficios para los miembros del movimiento, lograr cambios en relaciones de poder y el logro de un “programa para la reforma de la sociedad”. 11

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1.1 Movimientos sociales juveniles Las sociedades están constantemente modificándose y estructurándose muchas veces a raíz de movimientos sociales desarrolladas en su seno. La literatura sobre movimientos sociales, como se mencionó en el apartado anterior, realiza en este sentido una clasificación entre movimientos sociales nuevos y clásicos (Calle, 2007; Garretón, 2001; Pleyers, 2003). Entre los movimientos sociales clásicos se encontraría el movimiento obrero, o el movimiento feminista (entre otros), mientras que entre los movimientos sociales nuevos prevalecen desarrollos en el contexto de una creciente deslegitimación de los partidos políticos y un ascenso en la predominancia de valores pos materialistas (movimiento ecologista o alter mundialista, entre algunos ejemplos)13. En la historia reciente del último siglo los jóvenes han sido en varios casos los protagonistas de los movimientos sociales por el cambio. En América Latina la Rebelión estudiantil en Córdoba, Argentina (1918), marcó una impronta dejando como legado una reforma universitaria de gran envergadura (Cárdenas Tomazic y Navarro Oyarzún, 2013:39). Al otro lado del Atlántico, el mayo de 1968 francés es un ejemplo de movimiento juvenil que culminaría en grandes cambios institucionales; y también en ese mismo año pero en México, ocurrió una revuelta estudiantil que reclamaba por las reformas en materia de educación universitaria14. En un momento histórico más próximo los movimientos estudiantiles de Colombia y Brasil son ejemplos cercanos que parecen marcar la pauta de lo importante que es estar atentos a las demandas que en la actualidad están siendo expresadas a través del MEC en Chile. Los y las jóvenes representan un porcentaje importante de la población global de los países latinoamericanos (en torno al 25% para cada uno de los países); y este es otro factor que invita a considerar las demandas que como grupo etario reivindiquen a través de sus discursos y acciones. Existen autores que a su vez distinguen entre Nuevos Movimientos Globales y Nuevos Movimientos Sociales (Calle 2007:137), dónde los primeros “manifestarán una hipersensibilidad frente al poder y potenciarán la autonomía y la horizontalidad en la construcción de sus redes (…)” y los segundos “huyendo de la tematicidad característica de las redes surgidas en los setenta, volverán a apelar a visiones globales de la movilización”. En The Enciclopedya of Political Sciences (2011:1563) se especifica a su vez que la diferencia entre ambos tipos radica en que los primeros conllevan la puesta en marcha de repertorios violentos de acción colectiva para el establecimiento de sus demandas, mientras que los segundos se caracterizan por ser pacifistas o no violentos en sus repertorios de acción. 14 La matanza de Tlatelolco ocurrió en este contexto de revuelta estudiantil. 13

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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Gráfico II. Porcentaje de jóvenes de países del cono sur sobre el total de la población

22.3

Uruguay (3)

24.6

24.9

Chile (4)

Argentina (3)

26.9

Brasil (3)

24.7

Media

(3) Datos en base a Censo de Población para ese año. Jóvenes (15 a 29). (4) La encuesta de juventud para el año 2012 toma como base estadística una proyección demográfica para ese año (INE), debido a que el último censo publicado corresponde al año 2002.

La participación y la representación políticas están íntimamente relacionadas; si hay una interacción equilibrada entre ambas, resultará un avance hacia mejores niveles de gobernabilidad democrática. La relación equilibrada entre participación y representación a través del establecimiento de los necesarios mecanismos participativos es crucial; la lógica de la complementariedad entre ellas supone la existencia de partidos políticos y de un sistema de partidos, de una institucionalidad estatal mínimamente consolidada, así como de organizaciones sociales representativas (Tanaka, 2007)15. Sin los requisitos antes descritos, la disposición de mecanismos participativos puede debilitar la representación, deslegitimar al Estado y hacer que se consoliden grupos de interés particularistas y disputas faccionales. Los datos muestran que los jóvenes, como grupo protagónico del cambio en la vida política, es el más desafecto en términos de participación electoral (el porcentaje de jóvenes que se abstiene de participar a través de su voto es cada vez mayor) a la vez que el más crítico y desconfiado de las instituciones políticas. Según los resultados de la encuesta del Latin American Public Opinion Project (LAPOP) entre los encuestados que dicen simpatizar con un partido político (un 38%) sólo un 10% tiene edades comprendidas entre 16 y 30 años. Algo similar ocurre cuando se Sistema de partidos es “un sistema de competencia estable entre dos o más partidos, ambos (o todos) se adscriben a reglas comunes para decidir quién gobierna” (Schattschneider, 1942:2)

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consulta a los encuestados sobre su grado de confianza en instituciones clave para la democracia representativa como el Parlamento o los partidos políticos. Gráfico III. ¿En este momento, simpatiza con algún partido político?* 2014 38 28

10

Jóvenes (16-29 años)

Adultos (30 años y más)

Total

Fuente: Elaboración propia en base a datos LAPOP 2014. Se obtuvo el porcentaje válido de respuesta de la opción ‘Sí’ Frente a la pregunta ¿En este momento, simpatiza con algún partido político? *porcentaje que respondió ‘Sí’ por rango etario.

Por otra parte, hay un predominio del estudio de la democracia y su funcionamiento en base a la observación y estudio de los partidos políticos, olvidando muchas veces que los partidos políticos fueron en el pasado denostados y prohibidos (Schattschneider, 1942:2). La regulación de la competencia política tomando los partidos políticos como aglutinadores centrales de las demandas es posterior al reconocimiento y garantía del derecho al sufragio: “los partidos empiezan a ser reconocidos y regulados a partir del reconocimiento del derecho al sufragio” (Yocelevzky, 2002:17). En este sentido es visto en cierta medida como reduccionista centrarse en el estudio de la democracia a partir del análisis y evolución de los sistemas de partidos (Yocelevzky, 2002:20-21) cuando hay otros actores más o menos organizados (entre ellos los movimientos sociales) que cumplen y han cumplido papeles trascendentes en el proceso de expansión y reconocimiento de derechos democráticos16. Es importante recordar en todo caso que los partidos políticos no son parte de la definición formal de democracia; de hecho

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“El proceso de democratización puede ser caracterizado como la reducción del conflicto a competencia. Los términos de la competencia han quedado fijados por el orden constitucional, que norma el sistema de gobierno; por el sistema electoral, que define las posiciones por las que se compite y norma la forma de la competencia por ellos; y el sistema de partidos que organiza a los competidores” (Yocelevzky, 2002:22).

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ni siquiera son incluidos como instituciones claves en la gran mayoría de las constituciones políticas (Stokes, 1999:245). El hecho que de forma previa a que exista una expansión de los mecanismos participativos de los diversos sectores de la ciudadanía existan partidos políticos y sistemas de partidos con una institucionalidad mínimamente consolidada, es algo casi excepcional entre los países de la región. América Latina se caracteriza por una ausencia relativa de sistemas de partido estables con altos grados de cristalización y congruencia programática. En este sentido Chile es una excepción en términos de la estructuración de clivajes sociales y el nivel de penetración social de los aparatos partidarios (Luna, 2008:395-405). Por otra parte, el posicionamiento ideológico en términos clásicos (izquierda a derecha) ha ido perdiendo fuerza y capacidad de predicción del comportamiento electoral en general, a la par que las movilizaciones masivas para hacer escuchar las demandas ciudadanas se acrecientan. Los jóvenes hoy día “valoran positivamente la participación”; sin embargo la participación “tiene hoy otros canales y otras motivaciones” (Piña, 2013:37). La juventud está interesada en participar, pero muchas veces prefiere hacerlo por canales menos convencionales y más contestatarios como las manifestaciones y protestas sociales, y por temas muy diversos que van desde la protección del medioambiente, la mejora en la calidad de la educación, derechos sexuales y reproductivos, y en síntesis, la lucha por la expansión y reconocimiento de los derechos sociales, civiles o políticos. Más allá de la fuerte presencia de una institucionalidad partidaria, Chile pertenece al grupo de países de la región con los porcentajes más altos de abstención electoral juvenil, tanto en el caso de las mujeres como de los varones (41,6% y 37,2%, datos del Latinobarómetro 2013 respectivamente). El descenso de la participación política a través de canales institucionalizados que vive actualmente la juventud podría ser entendida a partir de una pérdida de confianza en las instituciones, y más aún, en los partidos políticos. Predomina entre la ciudadanía la sensación de ineficacia política, referida al poco grado de influencia que sienten tener y el nulo peso de su participación (Navarro y Pastor, 2003)17. De forma paralela a un creciente descenso en la participación 17

También influye la alienación que padecen los jóvenes. El constante bombardeo por parte de los medios masivos de comunicación que incitan al consumo desmedido, a la apatía, la indiferencia y a la inconformidad, ha ayudado a mantenerlos desvinculados del ámbito político (Cevallos, 2013). En términos de confianza hacía los partidos políticos, se compararon los niveles de confianza presentes entre jóvenes (18 a 29 años)

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electoral por parte de los jóvenes, estos son quienes se muestran más dispuestos a protestar o a utilizar la protesta como un medio legítimo para ejercer sus demandas. La educación universitaria en Chile no ha seguido un camino uniforme y ello está vinculado a cómo ha variado la legislación al respecto. Al revisar la normativa en materia de educación superior en Chile, su forma de regulación y gestión, queda en evidencia que la Constitución chilena de 1833 (vigente hasta 1925) asignaba al Estado una gran responsabilidad en el desarrollo y supervisión de la educación nacional. La primera universidad pública es creada en 1842 como la Universidad de Chile; la cual estaba encargada inicialmente de la “superintendencia” sobre el sistema educativo nacional18. Progresivamente se van sumando las siguientes cuatro privadas : Universidad Católica de Santiago y, en la primera mitad de este siglo, la Universidad de Concepción, la Católica de Valparaíso y la Universidad Técnica Santa María además de la Universidad Técnica del Estado (hoy día USACH). La fundación de dichas universidades fueron autorizadas mediante leyes y aunque se las consideraba autónomas, todos los centros privados estaban sujetos a la supervisión académica de la Universidad de Chile. Los registros dejan constancia que, aunque en diversas proporciones: todas las Universidades recibían subsidios estatales y eran prácticamente gratuitas; llegando a recibir en torno a 14.917 estudiantes en 1950. El Golpe militar en 1973 supone el inicio del cambio en dirección a una fuerte privatización de la educación cuyas bases quedarán claramente establecidas en la Constitución de 1980. Se crean las universidades privadas, estando todas ellas financiadas sobre la base de dinero público y son gratuitas hasta el año 1981. Pese a las acciones y reacciones en pos de la reforma educativa, existen autores que sostiene que los estudios universitarios se caracterizaron por ser accesibles a las clases más pudientes19 (Cárdenas Tomazic y Navarro Oyarzún, 2013:39). En este sentido, los líderes políticos y adultos (30 años y más), sin embargo no se encontraron diferencias significativas pudiéndose afirmar que tanto jóvenes como adultos presentan niveles de confianza (bajos) similares respecto a los partidos políticos. 18 Ese mismo año se fundó también la primera escuela normal, una escuela de artes y oficios y un conservatorio de bellas artes. Información obtenida de la Organización de Estados Iberoamericanos (OIE) respecto de la legislación en materia de sistemas educativos nacionales [http://www.oei.es/quipu/chile/]. 19 “(…) Aun cuando en las facultades el joven de origen popular se encuentra ausente, la preocupación del actor universitario por propiciar reformas democratizadoras que aseguraran su inclusión hace posible una alianza interclasista (…)” en Cárdenas Tomazic y Navarro Oyarzún (2013:40).

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(autores del “ladrillo”) de ese entonces entendían que dado que la educación universitaria era accesible sólo a las clases con mayores niveles de ingresos –y que por tanto podían pagar– era un sector de la educación que correspondía excluir del financiamiento estatal20. El carácter estudiantil del movimiento supone a su vez acotarlo en términos etarios con la consecuente oposición generacional entre jóvenes y adultos que eso significa. Si en esencia los movimientos sociales estudiantiles chilenos surgen en oposición a las políticas del gobierno actual, las juventudes en movimiento suponen a la vez una propuesta de cambio frente a lo que se viene dando y una renovación generacional en términos de sociedad. Entre los factores precipitantes del movimiento estudiantil chileno se identifican elementos generacionales que distinguen a quienes nacieron en democracia (Silva 2007:8). Los jóvenes chilenos presentan una tendencia a hacer oír sus demandas movilizándose a la acción: la búsqueda de manifestar las demandas a través de la acción “…radica en la ruptura que éste provoca con la sociedad, asociada gran parte de las veces, a un quiebre cultural con las generaciones anteriores. En muchos casos la crítica generacional rechaza y desconfía de la autoridad y la política tradicional. Esta criticidad, por otra parte, insta a los estudiantes a ser creativos e innovadores en el planteamiento de estrategias de protesta” (Silva, 2009:8). 1.2 La dificultad de estudiar los movimientos sociales: Una aproximación discursiva al Movimiento Estudiantil Chileno Los movimientos sociales como objeto de estudio han sido definidos de múltiples maneras. Han sido definidos como espacios públicos temporales (Jamison, 2006), entidades colectivas que buscan establecer un nuevo orden (Blumer, 1971), como un elemento de un modo específico de construir realidad social (Touraine, 1985:749) o como redes informales, complejas y heterogéneas (Della Porta y Diani, 2007). La dificultad del estudio de los movimientos sociales radica en que al tratarse del estudio de los hechos que dan lugar al cambio o transición hace muy difícil establecer puntos de corte o clasificaciones pues se trata de períodos en mutación. Sumado a la dificultad que implica estudiar procesos en movimiento, se debe tener en cuenta el hecho 20

En Cárdenas Tomazic y Navarro Oyarzún (2013:44) se hace referencia a parte del contenido del Programa político de Alessandri –opositor a Allende en la campaña presidencial del año 1970– (comúnmente llamado el ladrillo) en que se describía lo injustificado de subvencionar la educación universitaria.

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de que la constitución de los movimientos sociales, al componerse de diversos actores que interactúan de diferentes maneras dependiendo del contexto y que tienen repertorios sociales y diversas experiencias de vida, el objeto de estudio se torna altamente polifónico o difuso. Por lo tanto se hace menester elaborar una estrategia para la sistematización de datos que permita superar estas dificultades y esclarecer posibles opacidades en torno al objeto de estudio. Esto supone el desafío de instaurar una metodología que a la vez que analiza el impacto de los movimientos sociales refleje su inherente dinamismo, permitiendo vincular diferentes dimensiones de análisis (Calle, 2007:135). Es por ello que este trabajo propone como aproximación metodológica el análisis discursivo (Íñiguez, et al., 2011), tomando como punto de partida la noción de “orden del discurso” de Michel Foucault (1992) e incorporando elementos de la teoría del campo de Pierre Bourdieu (1997). Asimismo, utiliza elementos de la pragmática lingüística para desentrañar temas subyacentes al discurso y explicar cómo los actores usan el lenguaje (Austin, 1990). La estrategia de investigación implementada en este trabajo obliga a tomar una actitud escéptica frente a lo dicho, y a cuestionar lo que se quiso decir y cuál fue la intención de decir eso que se dijo (¿cuál es la fuerza ilocutiva del acto de habla?). Esto quiere decir que las palabras tendrán consecuencias no solo en el reino de la representación, sino que también se manifestarán en la realidad como prácticas sociales. Como expresa Foucault, el discurso no es meramente un decir algo en términos lingüísticos, sino que más bien se trata de una práctica a través de la cual el mundo y las cosas se enuncian, son constantemente formadas por, en y a través del discurso. La interrelación entre ambos procesos (la construcción discursiva y la de prácticas sociales) será lo que, en última instancia, devendrá en el nacimiento de nuevos paradigmas y transformaciones sociales. Como se verá a continuación, especialmente en el análisis de los discursos políticos, se hace esencial develar estos significados ya que a veces existen a nivel subyacente, entredicho en el tejido discursivo de los y las hablantes, y se perfilan como el sustrato o la materia prima de la Ideología (inherente) de dichos discursos. Esto quiere decir que los discursos no son transparentes, tienen opacidades inherentes en la medida que los hablantes se comunican, escuchan, interpretan y responden a ciertos códigos gramaticales. Como bien explica Nogueira da Silva (2010:2), “la simple codificación y decodificación nunca es

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suficiente, puesto que la comunicación verbal se constituye de una parte codificada y de otra parte que es producto de inferencias que nos llevan a determinadas conclusiones. En definitiva, son los principios pragmáticos los que nos dan base para comprender inferencias”. El objetivo de esta investigación versa sobre la deconstrucción del discurso de los líderes y las lideresas del MEC en tanto que constituyen discursos que se perfilan como intrínsecamente políticos y, por su naturaleza política, también intrínsecamente opacos. Como se verá más adelante, hay una “voluntad de saber” (Foucault, 1997) que está naciendo en Chile. Está derrumbando un orden social desadaptado a los nuevos requerimientos de la sociedad. Voluntad de saber que cuando mira el pasado reciente del país no lo hace con temor, sino que con el propósito de emanciparse de él. Se basa justamente en el principio de la garantía de los derechos sociales y es crítico en denunciar las contradicciones del modelo social. Pero esta voluntad, a su vez, debe ser entendida como constituida y constituyente de varias voces y, por lo tanto, opaca en algunos sentidos; en aquellos donde lo que está en juego refiere justamente a luchas de poder, luchas por acceder a posiciones dentro del campo político. En última instancia, luchas por la construcción de un orden del discurso imperante. El movimiento estudiantil chileno se constituye de múltiples discursos más o menos de izquierda(s) (véase capítulo Ideología) que buscan lograr emplazar su “visión/representación de mundo” en la palestra pública, constituyéndose así como el discurso hegemónico en el plano de la política estudiantil/universitaria. Esto significa que los diversos lenguajes que cohabitan este espacio tendrán luchas por el significado que, en síntesis, generarán un macro discurso lleno de diversas representaciones. Como explica Scarlett Mac-Ginty, ex presidenta FECH y militante de las juventudes comunistas: “Dentro de los puntos de desencuentro [del MEC] se da cuando ya empezamos a hablar un lenguaje que ya no es entendible por todo el mundo. Por supuesto que hubo muchas diferencias dentro del movimiento estudiantil, principalmente el año 2011 que fue el más grande de: ¿cómo actuar? De ser más radicales o más conservadores, pero en el fondo en el momento en que más se separa es cuando cada uno está hablando con su propio lenguaje y tratando de convencer a un grupo que es muy homogéneo contigo”. [Scarlett Mac-Ginty, presidenta FECH 2011 y militante Juventudes Comunistas]

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Mac-Ginty deja en evidencia a través de su discurso que dentro del MEC existen diferencias que dan lugar a que los estudiantes se unan a quienes hablan “su propio lenguaje” creando grupos “muy homogéneos” al interior aunque diferentes entre sí. Este trabajo busca ahondar en las diferencias intra grupo y entre grupos identificados en función de su orgánica, demandas e ideología. 1.3 Ideología: la materia prima del discurso político El movimiento estudiantil chileno contiene un sinfín de discursos y, por lo tanto, posturas ideológicas diferentes; por ello se hace menester clarificar cuáles son, ya que los discursos políticos se sustentan en ideologías más o menos configuradas y más o menos opacas. En palabras de Chomsky “no es en absoluto un secreto que los términos del discurso político no son exactamente un modelo de precisión y, considerando la manera en que son usados los términos, es casi imposible dar una respuesta con sentido a preguntas tales como ¿qué es el socialismo o qué es el capitalismo y qué son los mercados libres?”. La ideologías tienden a “despolemizar” (Freeden, 2012) los significados de las palabras. “En el intento de convencernos que son correctas y de que tienen la verdad de su lado, las ideologías se convierten en artefactos para hacer frente a la indeterminación del significado. En esto consiste su función semántica” (Freeden, 2012:75). De este modo un determinado conjunto de signos lingüísticos se presentan como algo natural para los seres humanos. En última instancia, “[c]reemos poder alcanzar directamente el hecho de lengua como una realidad objetiva. La verdad es que no lo captamos sino desde determinado punto de vista, que hay que empezar por definir” (Benveniste, 1997:39). Si bien deconstruir ideologías es una ardua tarea, una de las maneras más eficientes de develar la despolemización de los mensajes políticos es justamente acotando el contexto de producción de los discursos. Entendida como el conjunto de creencias y valores en torno a los hechos políticos, la ideología se encuentra moldeada por lo histórico, lo coyuntural y lo territorial y, por lo tanto, existen matices respecto de lo que significa ser de izquierdas (o de derechas) dependiendo del contexto dentro del cual se crean y recrean dichas ideologías. Ser de izquierda en Europa, por ejemplo, es diferente respecto de América Latina. Del mismo modo que ser militante de un colectivo universitario

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con tendencias autonomistas es diferente respecto de ser militante en un colectivo con tendencias socialdemócratas, por ejemplo. Por eso uno de los puntos clave para comprender el discurso de los líderes y lideresas estudiantiles entrevistados es identificar su “contexto de producción”.

2. La vida política chilena: Una arena discursiva en disputa y transformación Los discursos que están históricamente emplazados deben ser estudiados a la luz de los procesos sociales de los cuales son constituyentes y constituidos. Los voceros del MEC que fueron entrevistados han logrado articular un discurso del malestar que pone en tela de juicio el modelo de desarrollo que prometía la posibilidad de ascender en el escalafón social (Mayol, 2012), y con ello reintroducen al debate político la noción de derecho social. De este modo, pareciera ser que a través de sus discursos los líderes y lideresas del MEC están desafiando el propio orden del discurso de la política de los consensos y la élite económica. A través del discurso se manifiesta una “oposición al énfasis excesivo en el consenso” entendido este como la aversión a las confrontaciones que de seguir aplicándose a raja tabla sólo alimentaría aún más la apatía y el desinterés por la participación política (Mouffe, 2014; IDH, 2015). Se trataría no solamente de un cambio en el sistema educacional, sino de un cambio en el imaginario social chileno. 2.1. Un “nosotros” y un “ellos” en un campo en disputa Las constelaciones de discursos, relaciones y prácticas que se dan en el plano de lo político construyen y, son construidas, por individuos que se definen en términos subjetivos, articulando de esta manera un sinfín de “identidades políticas”. Pero esta construcción siempre requiere de una diferenciación entre lo que se reconoce como constituyente de uno mismo y lo que se reconoce como constituyente de los otros (Todorov, 2007). Si bien estas distinciones identitarias no necesariamente devienen en situaciones de oposición y rivalidad, en el ámbito político, pueden llegar a ser conflictivas cuando “los otros, que hasta el momento eran considerados simplemente como diferentes, comienzan a ser percibidos como cuestionando nuestra identidad y como una amenaza a nuestra existencia” (Mouffe, 2014:22). Los y las hablantes buscan que su mensaje sea percibido como realidad, eligiendo cuidadosamente las palabras para argumentar y defender tanto su posicionamiento individual o colectivo –ya sea bajo el “yo”

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o el “nosotros” (Hernández y López, 2002)– y también su causa o el proyecto de futuro que se intenta idealizar. Por lo tanto, se hace fundamental esclarecer la construcción discursiva del dicotómico “nosotros/yo” y “ellos/tú” para comprender desde dónde se posicionan los y las hablantes. Específicamente en el caso de los entrevistados y entrevistadas en esta investigación, se percibe en términos ideológicos una clara diferenciación entre un “nosotros” a partir del cual se sienten verdaderos representantes de los valores e ideas de izquierda en el Chile actual, en contraposición al “ellos” que significan la Nueva Mayoría y una débil o casi caduca articulación de la izquierda. La aproximación discursiva que se propone –desde la perspectiva de las ciencias sociales– define al análisis de discurso como el estudio de “cómo [las] prácticas [lingüísticas] actúan en el presente manteniendo y promoviendo […] relaciones [sociales]; es sacar a la luz el poder del lenguaje como una práctica constituyente y regulativa” (Íñiguez y Antaki, 1994:63). Para estos propósitos los conceptos de setting comunicativo y setting epistémico son de gran utilidad. En lingüística un setting epistémico hace referencia al sistema de condiciones mediante el cual una persona o un grupo puede o podía saber algo en un momento determinado, mientras que el setting comunicativo hace referencia al sistema de condiciones comunicativas de los actores en un campo específico. De esta manera los setting funcionan como herramientas analíticas o modelos que “colocan a los actores en el centro y describen las opciones que tienen de comunicarse, de actuar o de saber (...) En un análisis de setting se tiende más a ponderar las oportunidades de entender que tienen los actores en función del lugar en que están parados en términos sociales, institucionales o de medios” (Brendecke, 2012:29). El discurso de los líderes y lideresas estudiantiles recopilado a través de entrevistas personalizadas se convierte en la unidad de análisis que permita conocer el movimiento estudiantil como objeto de estudio de este trabajo. 2.2. El orden del discurso La definición conceptual del discurso “[…] Es una noción extraordinariamente polisémica. […] Existen tantas definiciones de discurso como autores, autoras y tradiciones de análisis” (Íñiguez, 2011:96). Por lo tanto, dependiendo de cómo se entienda discurso es

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que se elegirá qué tipo de análisis se utilizará. En la tabla a continuación se presentan varias de las múltiples definiciones dadas al discurso, así como el tipo de análisis que se le asocia. Tabla I. Definiciones de discurso según tipo de análisis21 Definición de discurso

Tipo de análisis

Discurso como conjunto de enunciados que construyen un objeto

Sociolingüística

Discurso como conjunto de enunciados en un contexto conversacional

Análisis conversacional

Discurso como conjunto de constricciones que explican la producción de un conjunto de enunciados a partir de una posición social o ideológica particular Discurso como conjunto de enunciados para los que se pueden definir sus condiciones de producción

Análisis Crítico del Discurso Escuela Francesa (deudora de Michel Foucault)

Fuente: Elaboración propia Adaptado de Íñiguez (2011).

En el caso de esta investigación se ha utilizado la acepción de Michel Foucault (1992) de discurso. Según este autor, discurso se puede definir como “regularidad para diversas posiciones de subjetividad”22. Asimismo explica que “el discurso concebido así, no en la manifestación, majestuosamente desarrollada, de un sujeto que piensa, que conoce y que lo dice: es, por el contrario, un conjunto donde pueden determinarse la dispersión del sujeto y su discontinuidad consigo mismo. Es un espacio de exterioridad donde se despliega una red de ámbitos distintos” (Foucault, 1968:90). Uno de los puntos clave para comprender el discurso es identificar su “contexto de producción”. Los discursos están históricamente emplazados y por lo tanto deben ser estudiados a la luz de los procesos La tabla busca hacer un repaso de las definiciones y tipos de análisis más comunes a grandes rasgos. No debe ser considerado como una sistematización rigurosa. Para mayor información véase Íñiguez, Lupicinio R. (2011) “Análisis del discurso. Manual para las ciencias sociales”, Editorial UOC. 22 “ (…) el discurso –el psicoanálisis nos lo ha mostrado– no es simplemente lo que manifiesta (o encubre) el deseo; es también lo que es el objeto del deseo; y ya que –esto la historia no cesa de enseñárnoslo– el discurso no es simplemente aquello que traduce las luchas o los sistemas de dominación, sino aquello por lo que, y por medio de lo cual se lucha, aquel poder del que quiere uno adueñarse” (Foucault, 1970:12). 21

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sociales de los cuales son constituyentes y constituidos. Cabe señalar que para Foucault el discurso no es meramente un decir algo en términos lingüísticos, sino que más bien se trata de una práctica a través de la cual el mundo y las cosas se enuncian, son constantemente formadas por, en y a través del discurso. El análisis del discurso implica desentrañar cómo el hablante está percibiendo e interpretando su contexto o una determinada situación23. 2.3. La política como un campo social Las nociones de campo, capital social y habitus propuestas por Bourdieu (1997) permiten delimitar el espacio en donde los individuos disputan posiciones de poder y a través de qué mecanismos lo hacen. Asimismo admite que existe una estructura social que constituye y es constituyente de dicho sistema24. La teoría de campo social permite de-sustancializar las desigualdades, mostrando que estas siempre están sujetas o puestas en relación con otros elementos25. Es decir, nada es en sí mismo sino por oposición (o diferencia) a un otro u otros. La noción de capital social de Bourdieu ayuda a posicionar a los actores dentro del mundo social. Se identifican cuatro tipos de capitales que permiten entender las posiciones que ocupan los actores dentro del campo social, complejizando de esta forma la noción de clase, que ya no queda determinada solamente por el capital (dinero) que tengan los individuos, sino que se determina por una configuración de otros capitales. Estos son: el económico, el cultural, el social y el simbólico. “Se trata de hacer aparecer las prácticas discursivas en su complejidad y en su espesor; mostrar que hablar es hacer algo, algo distinto a expresar lo que se piensa, traducir lo que se sabe, distinto a poner en juego las estructuras de una lengua; mostrar que agregar un enunciado a una serie preexistente de enunciados, es hacer un gesto complicado y costoso que implica unas condicione s (y no solamente una situación, un contexto, unos motivos) y que comporta unas reglas (diferentes de las reglas lógicas y lingüísticas de construcción): mostrar que un cambio, en el orden del discurso, no supone unas 'ideas nuevas', un poco de invención y de creatividad, una mentalidad distinta, sino unas transformaciones en una práctica, eventualmente en las que la avecindan y en su articulación común. Yo no he negado, lejos de eso, la posibilidad de cambiar el discurso: le he retirado el derecho exclusivo e instantáneo a la soberanía del sujeto” (Foucault, 1969:350-351). 24 Si bien la teoría de Bourdieu ha sido puesta en tela de juicio y criticada por ser “determinista” según algunos autores (Archer, 2007), existen otros que ven utilidad en su planteamiento para estudiar el fenómeno de los MMSS (Husu, 2013). 25 “Lo que comúnmente se suele llamar distinción, es decir una calidad determinada, casi siempre considerada como innata […] no es más que diferencia, desviación, rasgo distintivo, en pocas palabras, propiedad relacional que tan solo existe en y a través de la relación con otras propiedades” (Bourdieu, 1997:16). 23

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“Ya que el capital está distribuido de manera desigual, los individuos y los grupos tienen, por lo tanto, desventajas de recursos para tomar parte en el juego, generar efectos, y adaptarse a un juego con el objetivo de servir sus intereses” (Husu, 2013:38). Otro concepto importante en la teoría de los campos es el habitus. Se puede definir este concepto como la subjetividad socializada; es decir, forma las estructuras de nuestra subjetividad. Genera prácticas que están constreñidas por ciertas condiciones sociales y atraviesan al individuo no solamente en el plano simbólico, sino que también en su vida cotidiana. Si bien el habitus se presenta de manera innata, esta se construye a partir de esquemas de percepción y valoración de una estructura social particular26. El capital y habitus respectivamente sirven como herramientas de movilización en la disputa por la construcción simbólica y de poder dentro de un campo y como herramienta de constricción en la medida en que son incorporadas, objetivadas e institucionalizadas en la vida cotidiana de los seres humanos (Husu, 2013). En el caso del MEC se trata de comprender cómo es que los voceros construyen semánticamente a través de su discurso un campo de acción particular sobre la política chilena que perpetúa o desacredita un modelo de sociedad anclado en principios neoliberales e individualistas heredados de la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet (Cárdenas Tomazic y Navarro Oyarzún, 2013) y cómo cada uno de los voceros se posicionan dentro de dicho campo y qué estrategias usan en las luchas por el poder. 2.4. La herramienta de interpretación: Pragmática Lingüística Los discursos no son transparentes, tienen opacidades inherentes en la medida que los hablantes se comunican, escuchan, interpretan y responden a ciertos códigos gramaticales: “la simple codificación y decodificación nunca es suficiente, puesto que la comunicación verbal se constituye de una parte codificada y de otra parte que es producto de inferencias que nos llevan a determinadas conclusiones. En definitiva, son los principios pragmáticos los que nos dan base para comprender inferencias” (Nogueira da Silva, 2010:2). 26

“A cada clase de posición corresponde una clase de habitus (o de aficiones) producidos por los condicionamientos sociales asociados a la condición correspondiente y, a través de estos habitus y de sus capacidades generativas, un conjunto sistemático de bienes y de propiedades, unidos entre sí por una afinidad de estilo” (Bourdieu, 1997:19).

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La pragmática o “el estudio de la comunicación lingüística en contexto” (Blum Kulka, 2000:67) permite dilucidar elementos del discurso que no necesariamente están puestos en el texto pero que pueden ser inferidos de él en la medida en que se contemplen sus condiciones de producción. El marco de esta investigación se ha centrado principalmente en el análisis de los marcadores discursivos (MD) para dilucidar la orientación del discurso y su fuerza argumentativa (Anscombre y Ducrot, 1994; Portolés, 1998) y las expresiones deícticas27 (Hernández y López, 2002). Los hablantes buscan que su mensaje sea percibido como realidad, eligiendo cuidadosamente las palabras para argumentar y defender tanto su posicionamiento individual o colectivo –ya sea bajo el “yo” o el “nosotros”– y también su causa o el proyecto de futuro que se intenta idealizar. Estos elementos se hacen fundamentales en cualquier análisis del discurso ya que, en última instancia “los propios elementos lingüísticos […] son los que encaminan en una dirección u otra la argumentación. Es decir, son tomados como argumentativos no sólo los encadenamientos propiamente dichos, sino también las diferentes entidades lingüísticas que viabilizan los enlaces argumentativos (palabras, expresiones, marcadores y enunciados) del discurso (Nogueira da Silva, 2010:16)28. Las teorías y nociones de la pragmática permitirán ir de-construyendo el discurso de los líderes y las lideresas del MEC en tanto que constituyen discursos que se perfilan como intrínsecamente políticos y, por su naturaleza política, son también intrínsecamente opacos29.

“Los décticos vendrían a ser “herramientas cómodas, económicas e irremplazables” (Kerbrat-Orecchioni, 1986:73) mucho más frecuentes en el discurso que numerosas en la lengua. Estas formas específicas se manifiestan en él, de manera genérica, a través de los pronombres personales “yo/tú”, los adverbios de lugar y tiempo, el paradigma temporal, algunos verbos (ir/venir, traer/llevar), etc.” (Hernández y López, 2002:157). 28 En particular, los marcadores discursivos, en la medida que funcionan como elementos responsables de la dirección argumentativa pretendida por el interlocutor, condicionan por su significación la dinámica discursiva” (Nogueira da Silva, 2010:16). 29 “En nuestros días, las regiones en las que la malla está más apretada, en la que se multiplican los compartimentos negros, son las regiones de la sexualidad y las de la política: como si el discurso, lejos de ser ese elemento transparente o neutro en el que la sexualidad se desarma y la política se pacifica fuese más bien uno de esos lugares en que se ejercen, de manera privilegiada, algunos de sus más temibles poderes” (Foucault, 1992:5). 27

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3. Recuento histórico sobre el estadio de evolución y demandas estudiantiles en Chile Al analizar la evolución del movimiento estudiantil chileno debe ser identificada de forma previa la trascendencia e implicancias del hecho de que se trate de un movimiento estudiantil motivado por la necesidad de una reforma educacional integral. En este sentido surgen las preguntas respecto del papel que juega la educación en la sociedad chilena tanto a nivel secundario como terciario. Por otra parte existen necesidades cuyas demandas se sitúan en un período de tiempo extenso que comienzan a principios del siglo XX30. La historia de los movimientos educacionales, entendidos estos como la forma que tienen los estudiantes para expresar sus ideales y disconformidades con el sistema, consagrándose públicamente con el fin de dar solución a sus problemas, ha sido recurrente en la historia chilena31. Uno de los momentos de mayor importancia para la reforma universitaria en Chile puede identificarse entre los años 1967 y 1973, durante los cuales el sistema en su conjunto experimentó transformaciones a nivel administrativo, político y social. Este movimiento de protesta estudiantil apoyado por docentes y funcionarios introdujo un nuevo debate que abogaba por la autonomía y la extensión universitaria. Estas reformas atacaban un problema que antes no se había puesto sobre la mesa: democratizar la educación. La desigualdad y los desafíos por incluir a un amplio grupo de personas desfavorecidas por el sistema era un principio que los estudiantes se proponían defender. Entre 1970 y 1973 el movimiento estudiantil, amparado en la Unidad Popular, alcanza su mayor apogeo a través de federaciones como la Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago (FESES), la FECH y otras que llegada la dictadura dejarían de funcionar y se verían fuertemente restringidas ya que la mayoría de sus dirigentes pasarían a formar parte de las listas de exonerados, detenidos y desaparecidos.

Cárdenas Tomazic y Navarro Oyarzún (2013:39) identifican desde la década de 1920 un reclamo social generalizado en el cono sur (principalmente en Chile y Argentina) en torno a “la Universidad como una institución al servicio de la transformación social”. 31 La “Huelga de la Chaucha” el 13 de agosto de 1949 marca la primera ocasión en que escolares y estudiantes universitarios reclaman frente a la autoridad el alza del pasaje de locomoción. Una vez más, ocho años más tarde, en los primeros días de abril del 1957 los estudiantes se rebelarían al alza general del transporte colectivo (Cárdenas Tomazic y Navarro Oyarzún, 2013:39). 30

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Durante la década de 1990 el movimiento estudiantil se desarticula, y no es hasta el año 2001 a partir de la reciente creación de la ACES que conduce la mayor movilización desde la década de 1980 denominada El Mochilazo32. En noviembre de 2005 la Asamblea de Centros de Alumnos (ACAS) le hace llegar al gobierno un documento de trabajo mediante el cual se demandan algunas reformas fruto de las reuniones de los estudiantes con la Seremi de Educación. En los meses posteriores tanto la ACES como la ACAS crean la Asamblea Nacional de Estudiantes Secundarios (ANES). A partir del año 2006 el sistema educacional chileno se ve sacudido por repetidas movilizaciones estudiantiles. A este período y siguiendo con las clasificaciones hechas por Bulmer (1971) y Christiansen (2009) se lo puede definir como de ebullición. La llamada Revolución Pingüina protagonizada por los estudiantes secundarios marcó un hito y el comienzo de una seguidilla de detonaciones que buscaban transformar la educación chilena33. Un emergente movimiento social con escasos precedentes históricos en el país invitó a la sociedad y a la agenda política a replantearse el sistema educativo, lo que implicó cambios en la ley de educación y la derogación de la LOCE. Los persistentes paros y tomas fueron expresiones palpables de este movimiento a través de los que se pretendía llamar la atención del Estado, de los actores políticos y de la sociedad chilena en general. Durante el año 2009 y mediados de 2010, períodos que coinciden con el terremoto ocurrido en Chile y el cambio de gobierno entre Michelle Bachellet y Sebastián Piñera, se produce un período bisagra en el que El Mochilazo en el año 2001 fue una de las movilizaciones sociales estudiantiles más importantes de la vuelta a la democracia. Se basa especialmente en la educación secundaria y es recordado como una de las primeras instancias de participación masiva de los jóvenes en democracia. Surge como respuesta al aumento del pase escolar y principalmente de sectores socioeconómicos populares. Las demandas levantadas en esta época son más reivindicativas que estructurales pero dan apertura a movilizaciones cada vez más masivas. Este mismo año nace la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), una organización representativa y horizontal que buscaba reemplazar la Federación de Estudiantes de Santiago que ya estaba desactualizada y no representaba las voces de varios sectores estudiantiles. Este organismo dará paso para pensar también en una nueva orgánica estudiantil (Silva Pinochet, 2011). 33 La revolución Pingüina se interpreta como antesala del movimiento estudiantil 2011 Si bien la primera estaba protagonizada por los estudiantes secundarios y apoyada por los universitarios, se la considera como siendo necesaria para fraguar liderazgos y demandas de amplio alcance en materia de reforma educativa posible de ser plasmada en el año 2011. 32

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se identifica un cambio de liderazgos y reestructuración al interior del movimiento estudiantil y sus demandas. En el año 2011 el movimiento estalla nuevamente integrando de manera activa a los estudiantes universitarios quienes en conjunto a los secundarios exigirían una vez más un modelo educativo acorde a las expectativas que los nuevos actores demandaban. Los estudiantes durante este período dejan de ser vistos como agitadores o encapuchados y pasan a ser ampliamente legitimados (UNICEF, 2014). Este período coincide tanto en las definiciones dadas por los propios actores como en las descripciones que los medios hacen del movimiento como de éxito popular. Para una mejor comprensión de la evolución del movimiento estudiantil se propone una cronología que sigue el camino mediante el cual los actores secundarios y universitarios lograron convertirse en estudiantes protagonistas e incluso en representantes de la ciudadanía. Así mismo se hace pertinente dilucidar las orientaciones y sustentos ideológicos que existen tras los actores que han sido parte del MEC a lo largo de estos años. Pudiendo describirse el movimiento estudiantil como una constelación ciudadana donde conviven diversos discursos políticos y proyectos de sociedad, es importante rescatar los matices que existen entre los diferentes colectivos universitarios y partidos políticos que disputan espacios de representación en la institucionalidad universitaria develando sus diferencias y similitudes. Tabla II. Fechas y eventos relevantes en el Movimiento Estudiantil Nombre otorgado al MMSS

Fechas importantes/ Manifestaciones*

Demandas

Principales líderes y lideresas

S.XX “El Mochilazo”

2001 4 abril: organizaciones convocadas por el Parlamento Juvenil se juntan en el parque forestal. (17 mil asistentes según fuentes no oficiales)

Descontento con la política sobre la Tarjeta Nacional Estudiantil (demanda común y particular de los estudiantes)

No se identifican

“Revolución Pingüina”

2006 30 mayo: paro nacional (adhesión de 600 mil escolares según fuentes no oficiales). Tres meses de movilización, el mayo chileno

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Derogación L.O.C.E. Desmunicipalización Gratuidad TNE

María Jesús Sanhueza César Valenzuela Karina Delfino Germán Westhoff


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Fechas importantes/ Manifestaciones*

Demandas

“Movimiento Estudiantil”

2011 26 Junio: Marcha 100 mil personas. 4 agosto: Cacerolazo. 18 agosto: Marcha de los paraguas (100 mil asistentes según fuentes no oficiales). 23 agosto: Dirigentes envían carta a Sebastián Piñera

*Dirigentes mandan petitorio de 12 puntos que abarcan el sistema educacional en su totalidad Des mercantilización de la educación

2012 25 abril: Marcha 48 mil asistentes. 28 junio: Marcha

“No al lucro” Estudiantes llevan carta con propuesta educacional al gobierno

“Rearticulación del movimiento estudiantil”

Principales líderes y lideresas Camila Vallejo Giorgio Jackson Francisco Figueroa Camilo Ballesteros Sebastián Farfán Daniela López Scarlett Mac-Ginty Guillermo Petersen Gabriel Boric Yoxcy Campos Recaredo Gálvez Eloísa González Noam Titelman

“Un movimiento por los derechos sociales”

En un marco de año electoral, existen 2013 grandes demandas 4 abril: la Cámara hacia la clase política de Diputados y El 1 de octubre posteriormente la de los candidatos a Senadores votan a diputados que favor de la acusación habían participado constitucional a Beyer. del movimiento 7 mayo: estudiantes firman junto a los se toman las actuales líderes dependencias de la del movimiento el Junaeb. “manifiesto por la 26 junio Marcha educación pública” multitudinaria que los compromete en el caso de llegar al parlamento.

Fabián Araneda Andrés Fielbaum Moisés Paredes Diego Vela

“Movimiento estudiantil” y “Bancada estudiantil”

2014 Ex dirigentes son Reforma Educacional electos diputados Cambio (Boric, Jackson, Vallejo constitucional y Cariola) Derogación del DFL2 Juventudes Políticas ingresan al Gobierno

Melissa Sepúlveda Naschla Aburman Sebastián Aylwin Takuri Tapia

Actualidad del movimiento estudiantil

2015-2016

Marta Matamala Valentina Saavedra Reforma educacional Ricardo Paredes Ricardo Sande

Fuente: Elaboración propia.

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El desafío académico al que responden los siguientes capítulos, trata de introducir cada uno de los planos antes ya mencionados –político, ideológico y orgánico– como herramientas de análisis que más allá de su funcionalidad instrumental, conceptual o intelectual, pretenden abordar la experiencia de actores específicos cuya vivencia y discurso contribuyen a la construcción del objeto de análisis que significa el movimiento estudiantil para entender el presente y las perspectivas futuras respecto al problema educacional en Chile. Si bien existe independencia en cada uno de los planos de análisis, la yuxtaposición entre ellos es al mismo tiempo evidente y reflejo de un proceso complejo; que sigue desarrollándose y cuyos antecedentes afloran en cada uno de los discursos que se presentan a continuación.

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CAPÍTULO I

Plano político: desplegando un campo y sus actores

El movimiento estudiantil tiene una larga trayectoria que conjuga diversos elementos y se adapta a las contingencias de un sistema social en constante transformación. En el año 2006 los estudiantes secundarios se aglomeraban en las calles a protestar indignados por el aumento del precio del pase escolar, exigiendo la desmunicipalización de la educación y la derogación de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE). En el año 2011 los estudiantes (principalmente universitarios) ya habían elaborado un petitorio de 12 puntos que reflejaba las mismas demandas planteadas 5 años antes, incluyendo otras más amplias y atingentes a los malestares de la población en general (Donoso, 2014). Los estudiantes organizados lograron transformarse en interlocutores válidos de la política y entrar en el debate público a negociar sus demandas1. ¿Qué pasó entre el 2006 y el 20112 que permitió que el MEC tuviese una base política relativamente articulada? La respuesta que aquí se identifica es que el MEC tuvo la capacidad de canalizar las demandas ciudadanas en marchas, tomas, petitorios, cordones estudiantiles, asambleas, y otras prácticas políticas que finalmente se materializaron en diversas transformaciones en la legislación chilena, en el sistema económico y en el tejido político y social en general3. En otras palabras, Cabe destacar que no todos los sectores del MEC han negociado o están dispuestos a negociar con el gobierno de turno. 2 Si bien en este trabajo se considera al MEC como un gran movimiento con diferentes etapas, hay una discusión sobre si el 2006 y el 2011 constituyen el mismo movimiento o si se trata de dos movimientos distintos. Para mayor información véase De la Vega, Felipe y Mejía, Vilma (s.f.) Representaciones sociales del movimiento estudiantil chileno y sus demandas al estado. Una revisión de los movimientos 2006 y 2011. Paper elaborado para el GTN°20 Sociedad civil: Protestas y movimientos sociales. 3 Una de las primeras demandas que logró materializar el MEC fue la derogación de la ley DFL2, una ley que prohíbe la participación de estudiantes y funcionarios en órganos 1

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logró transformar una idea de lo político (un proyecto país) a través de la política (un acto de ejecución de ese proyecto). Cuando se habla de lo político y la política se está haciendo referencia respectivamente a, por un lado, el mundo simbólico o el ideario social donde se gestan y articulan sentidos comunes y mandatos sobre la política y la vida en sociedad en general y, por el otro, a un “trabajo” que se plasma en instituciones y prácticas reales cuyo objetivo es la concreción de ese mundo simbólico en el mundo real (Rosanvallon, 2003; Mouffe, 1999, 2014). De este modo se entiende que la articulación del imaginario político del MEC se traduce en un cierto tipo de ordenamiento y, por lo tanto, “(...) no se puede aprehender el mundo sin darle un lugar a este orden simbólico de lo político” (Rosanvallon, 2003:16)4. Lo político es entendido como “todo aquello que constituye la polis más allá del campo inmediato de la competencia partidaria por el ejercicio del poder, de la acción gubernamental del día a día y de la vida ordinaria de las instituciones” (Rosanvallon, 2003:20). Tiene más que ver con la dimensión filosófica sobre la política y con cómo se imagina la realidad social. Lo político se caracteriza por aglomerar una amalgama de perspectivas y enfoques diversos sobre la vida en sociedad que a veces incluso pueden llegar a ser disímiles. En ese sentido “las cuestiones propiamente políticas siempre implican decisiones que requieren que se opte entre alternativas en conflicto” (Mouffe, 2011:17). Es por ello que lo político genera antagonismos que son inherentes y propios de cualquier democracia liberal y constituye así, en palabras de Mouffe, la “dimensión antagónica” de la actividad política. En cambio la política hace referencia al campo o ámbito en que diferentes disputas se gestionan negociando. Por ejemplo es el trabajo que deriva en un sistema institucionalizado de competencia donde los parlamentarios, a través de la institución parlamentaria, realizan administrativos de instituciones de Educación Superior. Asimismo, para el año 2016 se espera gratuidad para aproximadamente mil colegios (un 20% de la totalidad). Estos son algunos ejemplos de cómo, paulatinamente, las demandas de los estudiantes han sido incorporadas a la agenda pública y son respaldadas, reproducidas y expandidas por otros sectores de la sociedad civil. 4 La estrategia metodológica por medio de la cuál en este capítulo se analiza la forma de hacer política a través del discurso de las y los dirigentes estudiantiles es descrito de forma pormenorizada en el capítulo introductorio; allí mismo también se describe cómo se aplica el análisis del discurso para conocer además de las estrategias políticas del MEC, las ideologías y lógicas organizativas internas del movimiento.

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diariamente la tarea política: “la actividad política, stricto sensu es, en efecto, aquello que limita y permite en la práctica la realización de lo político” (Rosanvallon, 2003:30). En última instancia traduce lo político en prácticas concretas, hegemónicas y contrahegemónicas que son ejercidas por los actores que juegan un rol en el campo y que tienen disposiciones (o capitales) desiguales5. La política se desarrolla en el campo de lo político en función del capital con el que cuentan los actores, es decir “[el] campo político es una arena que se da como tal y en la cual hay combates, enfrentamientos declarados” entre adversarios con capitales desiguales (Bourdieu, 2001:5)6. Las pugnas políticas que se dan en el campo de lo político permiten e incentivan la participación de nuevos grupos –tales como los colectivos universitarios contemplados en esta investigación– que, si bien pueden llegar a tener un menor capital o no encontrar los espacios o herramientas adecuadas para ponerlo en práctica, poco a poco pueden constituirse en grupos marginales influyentes, con capacidad para disputar el poder aprovechando las diferentes contingencias y transformando las relaciones de poder dentro del campo. En síntesis, el MEC se perfila en el campo político chileno como un adversario de la clase gobernante y su ideario político (lo político) utilizando mecanismos específicos para hacerlo (la política). Los mecanismos específicos a través de los cuáles el MEC ejerce sus demandas corresponden con el de un modelo de democracia participativa y directa en contraposición a un modelo de democracia representativa, en el que los ciudadanos hacen oír sus demandas sólo a través de la elección de diputados y del trabajo que éstos realizan en el Parlamento. Por medio de las estrategias políticas implementadas por En síntesis: ““Lo político” se refiere a esta dimensión de antagonismo que puede adoptar diversas formas y puede surgir en diversas relaciones sociales. Es una dimensión que nunca podrá ser erradicada. Por otro lado, “la política” se refiere al conjunto de prácticas, discursos e instituciones que busca establecer un determinado orden y organizar la coexistencia humana en condiciones que siempre son potencialmente conflictivas, ya que están afectadas por la dimensión de “lo político”.” (Mouffe, 2014:22). 6 “Estas relaciones de fuerza muy particulares, ligadas a la distribución desigual de la fuerza particular que está operante dentro de ese universo, son a la vez determinantes del estado actual de un campo y también del cambio de esas relaciones de fuerza porque dentro de todo campo los recién llegados, que están menos dotados de capital, excepto si son herederos, están menos satisfechos del orden establecido que aquellos que están bien sentados sobre su pequeño montón de capital. [...] Así un campo es un campo de fuerzas y un campo de lucha para transformar esas relaciones de fuerza” (Bourdieu, 2000:5). 5

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los líderes y lideresas estudiantiles se está poniendo en tela de juicio el concepto de democracia representativa que se ha puesto en práctica en Chile, a la vez que se valida e impulsa un modelo de democracia más participativa. Como se verá más adelante (capítulo sobre orgánica), el MEC apuesta por un tipo de “democracia estudiantil” muy similar a la idea de “democracia radical” que propone Mouffe (2014), donde el conflicto entre las diversas nociones que manifiestan los diferentes actores sobre lo político son propios del campo, lo cual hace resignificar el rol del enemigo político al rol del adversario7. En este apartado se analiza la dimensión política contenida en el discurso de los líderes y lideresas entrevistados. Se identifican los actores que disputan en la arena política además de toda la serie de conceptos relacionados con las demandas que se reivindican tanto en términos comunes como distintivos y las disputas que se generan en base a ellas.

I.1 Un movimiento orgulloso de ser político En los últimos 40 años ha predominado en la región latinoamericana la instauración de lo que Carlos Pérez (2013) denomina el “Shock Neoliberal”: se han privatizado empresas estatales y servicios públicos –agua, luz, educación, salud, transporte, etc.– que antes estaban en manos del Estado; se han asumido políticas que precarizan el empleo y debilitan los derechos laborales; se ha propiciado una política general de desnacionalización de los recursos naturales y a la liberación del comercio mundial. Todas estas medidas se refugian bajo la lógica de desregular y privatizar como principio general. En este sentido la “‘calidad’ de la enseñanza ha perdido toda conexión con el desarrollo nacional, con proyectos estratégicos de desarrollo del conocimiento y, mucho más aún, con las funciones tradicionales de recreación, de la cultura, extensión y diálogo con las necesidades del país. Las universidades, incluso la del Estado, se han convertido en fábricas de profesionales individualistas, que sólo compran una formación que los habilite para el mercado laboral “El conflicto en las sociedad democráticas liberales no puede –ni debería– ser erradicado, ya que la especificidad de la democracia pluralista es precisamente el reconocimiento y la legitimación del conflicto. Lo que requiere la política democrática liberal es que los otros no sean percibidos como enemigos a ser destruidos, sino como adversarios cuyas ideas pueden ser combatidas, incluso encarnizadamente, pero cuyo derecho a defender esas ideas no sea cuestionado. En otras palabras, lo importante es que el conflicto no adopte la forma de un “antagonismo” (una lucha entre enemigos) sino la forma de un “agonismo” (una lucha entre adversarios)” (Mouffe, 2014:26).

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inmediato. Y esto es lo que la doctrina oficial describe, acertadamente, cuando considera a la educación ya no como un derecho sino como un ‘bien de consumo’” (Perez, 2013). Una visión amplia de lo político implica tener en cuenta las demandas introducidas por el MEC como parte de prácticas cotidianas contribuyendo a una expansión en la cobertura de derechos políticos y ciudadanos y ampliando por tanto el significado de la democracia (Donoso, 2014:12). Como se dijo anteriormente, la política y lo político son dos conceptos distintivos. Estar politizados, creer en la política y valorar el significado de ser partícipes es fundamental para los líderes y dirigentes estudiantiles entrevistados porque hay un afán por cambiar un modelo de sociedad. En este sentido puede haber un gran descrédito por parte de algunos sectores del MEC hacia la clase política dirigente, lo que no quiere decir que ellos mismos se marginen o no vean en la acción política, tanto institucional como no institucional o contenciosa, una vía válida para llevar a cabo sus reivindicaciones. Como ya se ha dicho, todo espacio dónde se toman decisiones de manera colectiva es político y, en función del contexto bajo el cual se dé la discusión colectiva (democrático o autoritario) esa toma de decisiones colectiva tendrá mayor o menor repercusión en la sociedad (Bobbio, 1995). Esta oposición, en sus casos más extremos, hace que las contradicciones en el sistema social sean más cuestionados, lo cual obliga de cierta manera a otros actores de la sociedad civil a tomar la palestra pública y participar en el campo de la política (sea institucional o contenciosa) para defender y disputar sus ideas y prácticas. ¿Cuál es el punto de inflexión que da lugar a que el MEC y sus múltiples actores asuman un papel determinado en la negociación política? El enfrentamiento contra una clase gobernante que ha demostrado ser incapaz de suplir las demandas sociales, culturales, políticas y económicas de un nuevo Chile que tiene un pie anclado en un pasado dictatorial y el otro en un futuro incierto revela dicho punto de inflexión. El presidente FEUC 2011 y militante de Revolución Democrática, Giorgio Jackson (GJ)8, pone en evidencia esa inhabilidad de la clase política

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La entrevista se desarrolló en una de las antiguas casas de la calle Concha y Toro, en el lugar en donde Giorgio actualmente trabaja y planifica sus días como diputado. Rodeado de gente joven que se movían rápidamente de una sala a otra –preparando quizás qué asunto que para Giorgio seguro era importante– esperé a eso de las 10 de la mañana que saliera de una reunión. Amable despidió a dos integrantes de un

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gobernante que “deja en bandeja” la oportunidad de discutir cómo se estaban tomando las decisiones cuando dice, (GJ) “Si hubiera habido un presidente más hábil [refiriéndose a Sebastián Piñera], autoridades más hábiles, nunca nos habrían dejado en bandeja la clara disyuntiva ideológica que existía [...]. Acá [durante el gobierno de Piñera] era tan clara la contraposición ideológica que nos permitió instalar la idea de la educación y de los derechos como algo no transable en el mercado”. [Giorgio Jackson, militante de Revolución Democrática y presidente de la FEUC 2011] El ex vocero FEUC constata que el propio accionar de la clase gobernante (representada por Sebastián Piñera en 2011) fue lo que finalmente socavó su proyecto político y dio paso a la problematización del modelo impuesto, introduciendo (o involuntariamente invitando a participar) a una serie de actores nuevos al campo político. En el imaginario del entrevistado existe una concepción clara de que se está frente a un adversario y no un enemigo (Mouffe, 1999) y, como tal, éste despliega una serie de estrategias para disputar espacios de poder en la arena política. Por lo tanto, la gran crítica de Jackson no es solo a las ideas, los mandatos y, en última instancia, la postura moral de la oposición, sino que a su ineficiencia estratégica, discursiva y retórica en el campo político; cosas que los estudiantes vieron como una fisura oportuna para “instalar la idea de la educación y de los derechos como algo no transable”, según Jackson. El sentimiento general de descontento con la política actual no es patrimonio exclusivo de las izquierdas, como lo recalca Sebastián Aylwin (SA)9, vicepresidente FECH 2014 y militante de la Izquierda gremio y me hizo pasar a su oficina. Ahí lo vi un poco perturbado, acelerado, hasta medio cansado –era viernes y pensé que podía ser el cansancio acumulado–. A pesar de esto se tomó su tiempo antes de la entrevista para hacerme algunas preguntas más lúdicas sobre el clásico del fútbol chileno que se jugaría en las próximas horas y así poder romper el hielo. Giorgio fue amable, aunque note que sus respuestas eran más bien cortantes, reducidas y que el análisis era algo superficial. Tenía que seguir trabajando y se notaba que su mente no estaba solo en la entrevista –a ratos se distraía y permanentemente le sonaba el teléfono–, ser diputado lo tenía algo consumido, no obstante la defensa de sus convicciones era coherente y sostenida [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert]. 9 La entrevista con Sebastián se desarrolló de forma inmediatamente posterior a la de Valentina. Mientras entrevistaba a Valentina, Sebastián entraba a la sala de reuniones, se saludaba afectuosamente con Valentina y se sentaba a un lado a escuchar atento

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Autónoma, cuando constata que “la sociedad está abierta a nuevas apuestas políticas, y eso uno lo puede ver también en la derecha, no es algo que sea propiamente de la izquierda, y por eso es un fenómeno muy interesante”. Es “interesante” porque complejiza el panorama político nacional, introduciendo nuevos grupos, colectivos, personas y argumentos al debate público. “Hay”, sigue explicando Aylwin, “apertura a que haya nuevas ofertas políticas, que entren a la arena, que compitan y que eventualmente tengan un apoyo importante de la sociedad”. El enunciado de alguna manera también hace un retrato país; habla de un Chile que apuesta al cambio, en el cual sus ciudadanos empiezan a tomar conciencia de que es necesario contestar con estrategias políticas bien definidas y articuladas, que puedan impugnar el orden establecido y así ganar aprobación entre la sociedad civil. En varios pasajes de los discursos se identifica una interpretación de la política democrática como aquella que “no reside en eliminar las pasiones ni en relegarlas a la esfera privada, sino en movilizarlas y ponerlas en escena de acuerdo con los dispositivos agonísticos que favorecen el respeto del pluralismo” (Mouffe, 1999:14). La idea anterior también puede ser deconstruida a partir del siguiente enunciado de Valentina Saavedra (VS)10, presidenta FECH 2015 y militante de la Izquierda Autónoma, (VS) “Cuando hablamos de política son personas que están decidiendo sobre muchos aspectos, la totalidad. ¿Y por qué es malo que yo esté politizada y tú que estás decidiendo sobre mi vida puedes estar politizado? Entonces mejor todos nos politizamos y discutamos sobre lo que queremos. Y en ese sentido está cruzado por cuestiones ideológicas, o sea, yo creo que también hay como cuestiones medias los pocos minutos que quedaban de entrevista escuchando complicemente lo que Valentina me decía. “Es que este huevón sí que lleva años en el movimiento estudiantil” me dijo Valentina después de saludarlo y claro sonriendo Sebastián replicó “Sí, es verdad yo soy como el abuelito ya en todo esto”. Sebastián era un especie de asesor de muchos de los presidentes y vicepresidentes de la FECH, además de su ex-rol como vicepresidente, era una voz respetada al interior de la FECH y de Izquierda Autónoma junto a muchos otros dirigentes y líderes que habían comenzado a ser parte de la FECH a partir de Gabriel Boric en 2012. 10 La entrevista a la actual presidenta de la FECH se desarrolló en dos partes. La primera en la Facultad de Arquitectura de la Universidad y la segunda en la oficina de reuniones de la FECH. La entrevistada dejó claro el carisma con que cuenta ya que personas afines a sus principios se acercaron recurrentemente para saludarla y felicitarla. Su carisma no obstante, permitió que transmitiera con rudez y contundencia los aspectos clave de la reforma en materia educativa.

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tabús como "No se ideologicen", pero bueno todos vivimos bajo una ideología. Que hoy tengamos, por ejemplo, todos nuestros derechos vendidos, alguien ideológicamente lo pensó, no es una casualidad, no son cosas que pasaron por la inercia”. [Valentina Saavedra, militante de la Izquierda Autónoma y Presidenta FECH 2015] Este extracto de entrevista está dejando en evidencia varias denuncias. En principio Saavedra identifica dos actores que parecieran ser antagónicos: 1) los políticos que toman las decisiones sobre la vida nacional y 2) los ciudadanos que parecieran no incidir en el campo político porque “es malo” que estén politizados y/o ideologizados. Quienes toman las decisiones en un acto político están dejando fuera de la discusión a quienes se verán afectados por las decisiones tomadas. Al hacerse la pregunta, ¿Y por qué es malo que yo esté politizada y tú que estás decidiendo sobre mi vida puedes estar politizado?, la vocera pone en tela de juicio la idea de que sea algo malo estar politizado. Reconocer esta situación da lugar a que la entrevistada haga un llamado a la politización de la ciudadanía sin discriminar entre tomadores de decisiones y los ciudadanos e invitar a la acción a estos últimos; a participar e incidir directamente en torno a las demandas que les atañen. Como dice ella, “entonces mejor todos nos politizamos y discutamos sobre lo que queremos”. Finalmente termina con una reflexión en torno a la ideología. Si bien afirma que es un tema tabú, al final reconoce que es una realidad. La hablante al decir: “pero bueno, todos vivimos bajo una ideología” sugiere que ser parte del campo político abierto implica participar en él activamente a través de la manifestación de marcos interpretativos (ideológicos) particulares. Al constatar que cada individuo tiene una ideología, asevera a su vez que es ésta misma la que ha modelado (y es modelada por) el imaginario social11 chileno. Por lo tanto, en última instancia, lo que busca la hablante es desnaturalizar las nociones neoliberales que rigen la vida social nacional y ponerlas en tela de juicio. Ella misma lo explica cuando dice, “que hoy tengamos por ejemplo todos nuestros derechos vendidos, alguien ideológicamente lo pensó, no es una casualidad, no son cosas que pasaron por la inercia”. Imaginario se define como: “Una comprensión en gran medida inarticulada de nuestra situación, en el marco de la cual se manifiestan los rasgos particulares de nuestro mundo tal como son” (Taylor, 2006:39).

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Se abre así un espacio para la plasmación de las demandas por parte de quienes se estaban viendo afectados por las decisiones que tomaban esos otros, lo que impulsa a la acción. Jackson también hace alusión a este punto cuando recuerda que “de repente me enganchó que, claro, que sí tenía sentido, que la política era importante para cambiar las estructuras sociales”. El enunciado deja constancia de cómo la conflictividad inherente a lo político influye la práctica política y deja de tener una significación negativa en sí misma para ser el medio que impulsa a la participación. El hablante reconoce un espacio político agonístico12 (Mouffe, 2011) que lo impulsa a él y a otros sectores de la sociedad civil a participar. Surgen así nuevas apuestas políticas; proceso que va acompañado de un desarraigo general hacia las formas tradicionales de ejercerla, lo que en definitiva se ha ido planteando como un retroceso paulatino de la confianza que la ciudadanía tenía o mantiene en los partidos. Estas nuevas apuestas políticas están fuertemente ancladas en un momento coyuntural en la historia de Chile en donde los problemas del país no son los mismos de antes; como dice Saavedra “los trabajadores de overol y casco ya no existen”, la sindicalización es baja y no existe tampoco algo así como un movimiento de pobladores sólido y consolidado a nivel territorial (PNUD, 2002). Por otro lado, los políticos, su quehacer y la estructura partidaria orientada a una racionalidad instrumental exacerbada (Weber, 1991), ya no genera confianza ni legitimidad en gran parte de la sociedad civil (Plaza Pública Cadem, Estudio N° 95:2015). Si el discurso neoliberal ampliamente validado acota la política a la toma de decisiones técnicas; el discurso de los líderes estudiantiles entrevistados viene a rebatir dicho presupuesto. De este modo, a través del discurso de sus líderes y lideresas se perfila al movimiento como un nuevo actor en el escenario político, como un defensor de lo público y lo democrático, en contraposición a las fuerzas económicas privatizadoras y la política transicional de acuerdos. La lucha de los voceros y voceras entrevistados es por un cambio de paradigma social a partir de una

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“(...) una tarea clave de la política democrática es proporcionar las instituciones que permitan que los conflictos adopten una forma “agonista”, donde los oponentes no sean enemigos sino adversarios entre los cuales exista un consenso conflictual” (Mouffe, 2014:16). La autora hace una distinción entre agonista y antagonista dónde el primer adjetivo en el contexto político impulsa la actividad mientras que el segundo genera bloqueo (Mouffe, 2014:16-18).

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perspectiva crítica13. En definitiva, se puede decir que se está ante una crisis sistémica que pone en jaque los liderazgos tradicionales del sistema político chileno, y que es visto como una oportunidad por parte de estos nuevos actores para incidir en él. Los líderes estudiantiles han sido capaces (con la colaboración de otros sectores de la sociedad civil como los trabajadores y los académicos) de articular una demanda ciudadana en torno a un malestar que se arrastra desde la vuelta a la democracia (Silva Pinochet, 2007). Si bien en el 2006 se estaba ante un movimiento más o menos inarticulado cuyas demandas aún se centraban mucho en reivindicaciones propias del mundo educacional (como por ejemplo la exigencia del pase escolar gratuito), ahora se está frente a un movimiento cuya articulación política permite interpelar a grandes sectores de la sociedad invitándolos a la movilización. A ojos de los voceros y voceras entrevistados la lucha estudiantil es una lucha política y social en contra de: 1) una elite política –tanto de izquierda como de derecha– conservadora, que perpetúa los enclaves autoritarios de la dictadura y que está al servicio de 2) una fuerza económica neoliberal que exacerba las desigualdades sociales. Donde más se evidencia la exacerbación de la desigualdad, según los entrevistados, es justamente en la educación, la pieza clave en la promesa del modelo de desarrollo (Garretón, 1999; Mayol, 2013). Gabriel Boric14 (GB), dirigente de la FECH el 2011, y actual diputado de Izquierda Autónoma, revela a través de su discurso, la crítica a “El cambio desde una perspectiva crítica hacia una conducta crítica ha sido evidente desde el inicio del ciclo de movilizaciones. Los reclamos o juicios a empresas se han multiplicado. Un caso emblemático es el aumento de recursos de protección interpuestos en la Corte de Apelaciones de Santiago contra las ISAPRES que, según la edición de El Mercurio del 27 de febrero de 2012 (C9), subieron de 5 193 en 2008 a 21 497 en 2011. La inundación que se dirigió desde la deslegitimación de la educación hasta la del modelo político y económico recorrió un camino veloz y muy complejo. La escena del consumo, otrora lugar de la fantasía, fue el espacio que quedó expuesto como zona de estafa, fraude, engaño y abuso. La rentabilidad –el lucro– de las grandes empresas pasó a ser significada como sinónimo de fraude” (Mayol, 2013:179). 14 La entrevista se desarrolló en el Congreso Nacional en Valparaíso. Ahí después de pasar por los minuciosos y burocráticos sistemas de seguridad del Congreso, finalmente llegue a la oficina del Diputado Gabriel Boric, ubicada al frente de la también Diputada Camila Vallejo. Gabriel estaba literalmente demacrado, muy cansado y un tanto estresado. Pero a pesar de eso fue amable conmigo, estaba muy interesado en saber a quién tenía al frente entrevistándolo, en un primer momento parecía que él era el que me entrevistaba a mí. Gabriel pensaba detenidamente cada una de las cosas que me quería decir, se mostraba seguro y estaba atento para ver si yo estaba en sintonía con él. Era crítico y a la vez se hacía responsable del lugar que estaba ocupando. Me daba 13

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una clase política que en una lógica de antagonismo se volvió rígida e impermeable. Como bien explica, (GB) “Durante mucho tiempo [...] en Chile fue como un estigma hacer política. Yo creo que todavía un poco lo es pero nosotros estábamos muy orgullosos diciendo que estábamos haciendo política independiente [...], o sea que esto no era como la política institucional a que se estaba acostumbrado durante la época de la transición; era por fuera, por lo tanto de los circuitos súper cerrados, súper elitistas de la política post dictadura”. [Gabriel Boric, militante Izquierda Autónoma y presidente FECH, 2012] Boric no sólo denuncia, sino que busca construir, a través de acciones concretas y contenciosas –“por fuera de los circuitos súper cerrados, súper elitistas de la política post dictadura”, como dice– un adversario legítimo o interlocutor válido, que se perfila como aquel que hace “política independiente” diferenciándose, de este modo, de la manera de hacer política concertacionista. Esta diferenciación es transversal y fundamental en el discurso de los líderes y lideresas entrevistados ya que busca, de alguna manera, develar la intencionalidad instrumental que existe tras las decisiones tomadas por ciertos avezados sectores políticos. “[Son] tipos que no han dado ninguna pelea sino porque tienen lucas o porque eran parte de la burocracia del partido que estén en el Parlamento”, opina Boric. El estigma de hacer política, del cual habla Boric, de alguna manera se justifica en esta noción de que lo político está supeditado a los intereses de la clase gobernante, y el orgullo que siente hace alusión a la capacidad que ha tenido el MEC y sus diversos sectores de transformar radicalmente esta misma noción. En última instancia, lo que se exige es un recambio de las fuerzas políticas en juego dentro del campo.

I.2 Surgimiento del movimiento frente a la oportunidad de cambio La crisis del sistema de partidos en combinación con una creciente acumulación de demandas sociales hacen una totalidad que define una estructura de oportunidades políticas (Mc Adam et al., 2007; Tarrow, 1997) que dan lugar a la potencialidad y capacidad movilizadora del

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MEC15. La misma noción de que el sistema no funciona viene dada por la preconcepción (el conocimiento anterior representado en el imaginario social chileno) que tienen los entrevistados sobre la creación del modelo social y político. Es decir, los entrevistados dicen que tienen consciencia de que el sistema político, económico y social del país es un sistema creado en dictadura y perpetuado por la Concertación durante más de 20 años; que por lo tanto no es representativo de los cánones morales y mandatos sociales de la actual sociedad chilena (PNUD, 2002)16. Camilo Ballestero (CB)17, vocero FEUSACH 2011 y actual militante de las Juventudes Comunistas (JJCC), hace una reflexión sobre esto al explicar por qué para él es necesario un cambio constitucional. (CB) “Yo creo que la Constitución es para los vivos, o sea es totalmente absurdo tener una Constitución que la hicieron personas que ya están muertas, que no la viven, que quienes incluso no la votaron tampoco. Y que, por otro lado, Chile ahora es un país que tiene desde una mejor condición socioeconómica, cambió su realidad como tal, como también tienen miles una visión distinta”. [Camilo Ballesteros, militante de las Juventudes Comunistas y presidente de la FEUSACH el año 2011] la impresión de que había alcanzado una madurez mucho más avanzada, sin duda el oficio de político le asentaba bien. El cansancio en su rostro me daba a entender que estaba muy comprometido con su trabajo, entre largos viajes, reuniones y dándose el tiempo para participar de actividades como ésta, Gabriel seguía siendo el mismo, no había abandonado los ideales que defendía cuando era un líder estudiantil, pero ahora su compromiso estaba con la ciudadanía en general y eso era un peso que se notaba que llevaba encima [Extracto de bitácora del entrevistador Alejandro Siebert]. 15 “... los cambios más destacados en la estructura de oportunidades surgen de la apertura del acceso al poder, de los cambios en los alineamientos gubernamentales, de la disponibilidad de aliados influyentes y de las divisiones dentro de las elites y entre las mismas. Las estructuras del Estado crean oportunidades estables, pero son las oportunidades cambiantes en el seno de los Estados las que ofrecen las oportunidades que los interlocutores pobres en recursos pueden emplear para crear nuevos movimientos” (Tarrow, 1997:50) 16 La visión respecto del modelo social por el que se apuesta es homogénea a partir del discurso de los entrevistados (de la Vega y Mejía Díaz, 2012). Los autores en su trabajo identificaron elementos comunes tanto en el discurso de estudiantes del movimiento para el período 2006, como para el período 2011. 17 La entrevista se desarrolló en la oficina de Camilo ubicada en el Palacio de la Moneda. Entrar a La Moneda es empaparse de su historia. Durante la caminata hacia la oficina el recorrido trajo a mi mente el olor a pólvora, el sudor de la valentía y la imagen de un mandatario que hasta el último minuto había defendido su utopía. Esos momentos y sucesos históricos que yo no había vivido estaban de todos modos frescos en mi retina y en ese Palacio. Al entrar a la oficina de Camilo él se mostró muy atento y cordial – además de mostrar gran interés por la investigación que estábamos desarrollando–. Camilo era consciente del rol que había jugado el 2011, era consciente del papel que jugaba ahora como funcionario del Gobierno [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert].

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“Las personas que ya están muertas” a las que se refiere Ballesteros en la primera parte de su argumentación son los idearios del proyecto autoritario de Augusto Pinochet siendo Jaime Guzmán –ideólogo de la constitución de 1980– su ícono. El enunciado del vocero se construye en oposición a la famosa frase de Guzmán que plantea que: “Si llegan a gobernar los adversarios, se vean constreñidos a seguir una acción no tan distinta a la que uno mismo anhelaría, porque –valga la metáfora– el margen de alternativas que la cancha imponga de hecho a quienes juegan en ella, sea lo suficientemente reducido para hacer extremadamente difícil lo contrario” (Guzmán, 1979)18. La propuesta de reformar la Constitución, en el enunciado de Ballesteros, está reflejando una apuesta por revisar de manera completa el modelo nacional. La segunda parte del enunciado explica que la desactualización de tal Constitución se debe a factores tanto estructurales de la vida nacional como a procesos de constitución de sujetos nuevos. Las problemáticas que el modelo carga a cuestas son reconocidas por los líderes y lideresas entrevistados, quienes coinciden en que la dictadura destruyó no solo las bases sociales sino también introdujo un miedo paralizador que muchas veces no dejó a la ciudadanía defender sus demandas. Sin embargo, no se consideran fruto de la dictadura, sino más bien de una transición que ha ido progresivamente consolidando un modelo altamente desigual que ellos no comparten y están dispuestos a transformar. A través del discurso de los entrevistados se identifica una auto descripción de ellos mismos como una generación que le ha perdido el miedo a la dictadura, que rompe con la tradición política, social, y cultural y que incluso reinventa mecanismos clásicos de protesta, convirtiendo la marcha en carnaval, como explica por ejemplo Guillermo Petersen (GP)19, vocero FEC 2011 y actual militante JJCC: Como lo describe Donoso (2014:7) “cuando la Concertación tomó el poder heredó una economía que había sido reestructurada acorde a líneas neoliberales desde los años 70. Muchas de las reformas políticas realizadas por los militares habían sido “amarradas” a través de las leyes orgánicas, las cuales, tal como ha sido mencionado, necesitan de altos quorums para ser modificadas. Así, como lo indica Foweraker, los pactos políticos que acompañaron la transición reforzados por constreñimientos constitucionales, dejaron poco espacio para alterar el modelo neoliberal (2001:850)”. 19 La entrevista se desarrolló en el lugar de trabajo de Guillermo a eso de las 10 de la mañana, en las dependencias del Ministerio de la Secretaría General de Gobierno, específicamente en la división de organizaciones sociales en donde actualmente Guillermo diseña metodologías de participación ciudadanas. Guillermo fue extremadamente cordial conmigo, quizás desde el momento en que supo que éramos colegas su simpatía hacia mi persona y mi trabajo se acentuaron. El chico duro de la CONFECH en 2011 había pasado de rebelde a funcionario de gobierno –cosa que llamaba la atención hasta por ahí no más– ya que Guillermo era capaz de hacer todas 18

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(GP) “Un viejito de Conce […] me dice: -“oye, ustedes están todos cagados”; -“¿por qué?” ; -“¡Porque ustedes marchan felices huevón!” … Yo quedé como, -“pero, ¿qué tiene?”; -“¡No po huevón! Yo marcho porque estoy descontento. Estoy indignado, estoy enojado, me están cagando… ¡Y ustedes marchan felices! ¡Esto parece un carnaval, una fiesta! No entiendo”, me dice. Bueno, fue justamente eso lo que atrajo más gente también”. [Guillermo Petersen, miembro del colectivo Construcción Estudiantil y presidente de la FEC el año 2011] En este caso el entrevistado está dando a entender que en su generación es tan legítimo protestar (como mecanismo de plasmación de demandas) que se hace de forma natural. En un segundo nivel se puede leer el sentimiento de tranquilidad que permite haber crecido en un contexto democrático: si en las expresiones del “viejito de Conce” la protesta es fruto de indignación, la libertad de expresión y la inherente felicidad que el sentimiento de libertad conlleva es la raíz del éxito de las marchas como estrategia política. A través del análisis del discurso se puede leer el modo en que se estructura la sociedad (su jerarquía) así como los mecanismos que ejercen dominación (Van Dijk, 2003:151-152); en este sentido para Petersen la estrategia política de marchar se apoya en un sentimiento de libertad y validez legítima de expresar las demandas, a diferencia del sentimiento que pudo impulsar a generaciones anteriores que crecieron y vivieron en contextos de miedo y frustración (Del Pozo, 1992). Para que se pudiera alcanzar una profundización temática en torno a las demandas y elaborar propuestas más ambiciosas como puede ser cambiar un modelo estructural, exigir una Asamblea Constituyente o la implementación de un modelo de educación gratuita, fue necesario que el movimiento asumiera una actitud propositiva capaz de elaborar una crítica sistémica que lograra evidenciar el problema de la calidad y segregación educativa y el problema del lucro, “asignándose a la relación social establecida en el acto de consumo de educación un rasgo de ilegitimidad” (Mayol et al., 2011). La demanda por una reforma constitucional hace referencia tanto al país que se piensa o se quiere construir a partir de la constitución de nuevos actores e ideales que entran a competir en el campo político y también la convicción crítica de que no se puede seguir viviendo bajo un modelo de país que está regido por una Constitución que no representa a los ciudadanos. En este

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sentido, como expresa Moisés Paredes (MP)20, presidente CONES 2013 y militante del Partido por la Democracia, (MP) “Es necesario plantearse y comenzar a discutir cuál es el verdadero principio y cuál es el modelo de Estado que queremos, porque en base a eso se va a discutir todo lo demás [...] yo recuerdo que se habló siempre de una Asamblea Constituyente o de un cambio constitucional. Parecía una locura y siempre, o sea siempre se plantea como el año 2001: el pase escolar, el mochilazo, el año 2006: la derogación de una ley general de educación; y el año 2011 ya un cambio constitucional. Entonces no tan solo creció la capacidad de movilización sino que también creció la profundidad de las demandas”. [Moisés Paredes, militante del Partido por la Democracia y vocero CONES 2013] Paredes describe la demanda por una nueva constitución como una demanda latente en el discurso del MEC desde el año 2006. Como bien dice, “se habló siempre de una asamblea constituyente o un cambio constitucional”. Ahora bien, fue una demanda que sólo logró articularse como tal tras un proceso de profundización y reflexión en torno a cuál era el problema de fondo; antes “parecía una locura”. Hubo un proceso evolutivo de las demandas que empezó a crecer conforme también se las autocríticas respectivas y su agudeza en el análisis y visión crítica respecto a cómo se estaban haciendo las cosas siempre constituían su análisis. Se tomó todo el tiempo del mundo para con profundidad contestar mis preguntas –incluso nos juntamos en una segunda ocasión debido a que no nos alcanzó el tiempo–. La visión crítica y a su vez propositiva de Guillermo (quien a todo esto no milita en ningún partido o colectivo) me demostraban que se podía seguir siendo rebelde –justamente en mente, ideales y perspectivas que finalmente son los fundamentos que construyen sociedad– en un ambiente institucionalizado [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert]. 20 La entrevista se desarrolló en una cafetería del centro de Santiago, a unas cuadras del palacio de la moneda a eso de las siete de la tarde. Moisés un tanto tímido al principio poco a poco se fue relajando. Se expresaba de forma calmada, reflexiva y muy analítica. Su discurso muy estructurado y algo serio me llamaba la atención, Moisés hace un par de años atrás todavía estaba en el colegio, pero parecía –por el conocimiento teóricopráctico que mostraba– que estaba saliendo de algún magíster o que tenía muchos más años de los que realmente tenía. Moisés monopolizó la conversación, en una hora y 20 minutos teoría y práctica siempre fueron de la mano articulando sus respuestas, de pocas sonrisas pero de una calidez innata para mantenerme atento en lo que me explicaba, la calma de Moisés me dejaba satisfecho y tranquilo, mientras caminaba hacia mi casa iba pensando y me decía a mí mismo “estos cabros saben pa´ donde va la micro, esta generación dará que hablar en los próximos 15 años”, eso estará por verse pero ya comienzan a cimentar ese camino... [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert].

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incluían más sectores sociales a las movilizaciones y protestas. “No tan solo creció la capacidad de movilización sino que también creció la profundidad de las demandas”. Los estudiantes lograron articular el argumento de que, si la madre de todas las leyes (la Constitución) sigue siendo una escrita en dictadura, no es posible erradicar el sistema social que permite y posibilita la desigualdad y la libre competencia en la educación. Los líderes y lideresas entrevistados están manifestando, a través de su discurso, la conciencia política que implica ser ciudadano y buscar mecanismos más o menos alternativos para hacer oír sus demandas cuando los canales institucionalizados no lo están permitiendo. A través de sus demandas están abogando por una renovación integral que requiere un rol protagónico del Estado y sus ciudadanos para que dicha renovación implique a todos y no sólo a quienes cuentan con el capital para optimizar las ganancias en el mercado.

I.3 La educación: el Derecho Social para la transformación Uno de los grandes avances que ha logrado el MEC es la reintroducción de la noción de derecho social en el debate público –siendo el derecho social por antonomasia la educación. Este concepto es reiterado por todos los entrevistados– incluso el actual presidente de la FEUC y gremialista, Ricardo Sande (RS)21, aunque más bien utiliza el concepto en contraposición a su propia noción de derecho: (RS) “La concepción de derecho social de que finalmente es un derecho social absoluto, que no tiene límites, no tiene restricciones. Yo creo que ahí efectivamente hay una concepción atrás que es bien marcada”22. [Ricardo Sande, miembro del Movimiento Gremialista y presidente de la FEUC el año 2015] La entrevista se desarrolló en el patio de la cafetería de la casa central de la Pontificia Universidad Católica de Chile a eso de las once de la mañana. Mientras nos tomábamos un café y soportábamos el ruido de las construcciones y remodelaciones que ahí mismo se estaban desarrollando, Ricardo se desenvolvía con simpatía y siempre hacía notar su disposición para con nuestra investigación. Siempre agradable me hizo sentir muy cómodo a pesar de que ambos sabíamos que pensábamos distinto, esto no fue un impedimento para que Ricardo se abriera y se expresara libremente respecto a la mayoría de los temas tratados [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert]. 22 El hablante luego dice “entonces hablar de derechos absolutos, a mi juicio, es incluso totalitario. Es una postura muy dura, muy dura ideológicamente hablando. Porque estamos hablando de que nadie puede negarle a una persona eso. Derechos sociales que en países desarrollados se entienden porque están los recursos para cubrirlos, 21

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Lo primero que se plantea en el discurso de los hablantes es que la educación debe dejar de ser vista como un bien de consumo transable en el mercado libre y pasar a ser considerada como un derecho. La tensión que se desprende de ello evoca la visión de una ciudadanía dónde en su extremo más liberal, la validación de la misma se apoya en la capacidad de compra versus una visión de la ciudadanía validada por sus inherentes derechos sociales. La reivindicación del derecho social a la educación en el seno del movimiento estudiantil se explica y justifica a través de los entrevistados como medio de transformación y ascensión social. Daniela López (DL)23, militante de Izquierda Autónoma y presidenta FEUCEN 2011, explica que la caída de la “promesa de desarrollo” (Mayol, 2013) es lo que da inicio al descontento, primero del estudiantado y sus familias, y luego de la sociedad. El modelo neoliberal muestra sus falencias a la salida de los primeros alumnos en estudiar con el Crédito con Aval del Estado (CAE) que da lugar a las primeras movilizaciones de “deudores”. Es interesante el cómo y porqué, según los entrevistados, la educación debe ser entendida como un derecho. Contraponer la lógica de un sistema de mercado necesariamente remite a pensar la educación como un bien social y no de consumo. La segregación pareciera ser el fundamento y el pilar de una sociedad individualista en donde los mínimos derechos pero que en países como el nuestro que está en vías de... uno dice “chuta, en qué podemos terminar?” Para Sande es autoritario hablar de derechos absolutos no porque sea autoritarista sino que porque no están los recursos en países como Chile para resguardarlos. 23 La entrevista se realizó en la Fundación Sol, el lugar en donde Daniela trabaja. Daniela estaba full pega, me había costado un poco concretar ese espacio de entrevista y no podía dejar de hacerla. Daniela era parte de la génesis del descontento, era la ex presidenta de la Federación de estudiantes de la Universidad Central, que muchos consideraban el lugar que comenzó a instalar la idea de lucro; y fundamentalmente que comienza a cambiar la orgánica de un movimiento que antes no había tomado en cuenta –un problema que ahora era común– que era que en las universidades privadas los problemas educativos, el endeudamiento y la precariedad eran iguales o incluso más significativos para los estudiantes. Estas ideas fueron las que profundamente Daniela fue desarrollando, de forma sensata y como si sus recuerdos de hace 4 años sólo los hubiera vivido hace pocas semanas, Daniela fue mostrándose cada vez más crítica, entrando en confianza y muy reflexiva pensando cada una de las cosas que me decía. En una hora y 30 minutos la visión política del sentido común que me había expresado Daniela acompañaba mi pedaleo de vuelta a casa, interiorizarse en los problemas políticos a partir de lo cotidiano, aprender a reconocer que las desigualdades son parte de estructuras concretas (que respiramos, tocamos, vemos y sentimos día a día) y que no son pura abstracción y que en definitiva depende de la organización y el compromiso de todos revelar estas verdades y construir una sociedad más justa, equitativa, tolerante e integrativa [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert].

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sociales como la educación, la salud, la vivienda, o el trabajo, sólo están garantizados para unos pocos. Así la educación chilena en manos del mercado deja ver cifras preocupantes: “[...] El costo de las universidades chilenas es el más alto del planeta: 41% PIB/cápita. El aumento de los aranceles es muy elevado: 60% (sobre UF) en doce años. Un hijo universitario implica un gasto superior al 40% del ingreso familiar de los tres menores quintiles de ingresos. El gasto público chileno en educación superior es 0,5% (PIB), el menor del mundo. Los universitarios chilenos tienen el mayor endeudamiento de todos los países” (Meller, 2011:11). En este sentido, la crítica a la distribución del poder en el campo educativo planteada por los estudiantes entrevistados podría ser una plataforma para ir consolidando un potencial proyecto alternativo de sociedad (Nicolás Fleet, 2011). La elaboración del discurso estudiantil que posiciona el debate en torno a lo público versus lo privado estaría “siendo el espacio preciso para criticar la hegemonía y el modelo de desarrollo mercantil imperante” (Fleet, 2011:112). El escenario complejo –en donde lo que prima son las fuerzas del mercado– es altamente cuestionado y utilizado para poder definir lo que los líderes entienden por público o privado respectivamente. Melissa Sepúlveda (MS)24, presidenta FECH 2014 y militante del Frente de Estudiantes Libertarios, explica que: (MS) “Se han desdibujado las barreras y los límites de lo público y lo privado (…) El mercado, finalmente, son otros los factores que pondera; es el lucro, es la obtención de renta, es el motor o la motivación de la educación de mercado y no pensada para construir una sociedad bajo ciertos pilares, ciertos valores y que hoy día esos valores que se reproducen tienen más bien que ver con la lógica del consumo y de lo individual”. [Melissa Sepúlveda, militante Frente de Estudiantes Libertarios y presidenta FECH 2014] 24

La entrevista se desarrolló en una sala de reuniones de la “Librería Proyección” a eso de las seis de la tarde. En ese espacio de reunión, crítica, discusión y fortalecimiento de la vida cultural y social de Xhile. No era una simple librería, tenía vida, era un verdadero espacio de interacción. Ahí llegó Melissa –mientras todos la saludaban– ella estaba preocupada porque venía un poco atrasada y no quería hacerme esperar más. Melissa se movía segura, estaba como en su casa, meditaba mucho sus respuestas y las acompañaba con algún repertorio teórico feminista, combativo y muy político. Había cierta rudeza en su manera de expresar las ideas, rudeza que se diluía en la medida en que tomaba confianza y se daba cuenta que no estaba frente al enemigo. La revolución y el feminismo iban de la mano en el análisis de Melissa, el descontento, el grado de agudeza y crítica social eran aspectos que la estudiante de medicina recalcaba [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert].

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Sepúlveda hace una reflexión no sólo a la oposición público/privado sino que también a cómo ese desdibujamiento de los límites entre lo público y lo privado afecta la construcción de un tipo de saber/poder (Foucault, 1990) particular que ”tienen más bien que ver con la lógica del consumo y de lo individual”. La tríada “educación pública, gratuita y de calidad”, eslogan inicial del MEC, toma significancia dentro de este contexto en la medida en que se problematiza tanto el acceso como el tipo de educación a la cual se aspira. En este sentido la educación “es el faro y la brújula de la sociedad” (Meller, 2011:17). En síntesis, la demanda de un derecho que pareció surgir circunscrita al ámbito educativo deja clara evidencia de que es la educación el gran motor de transformación de la sociedad. El modelo educativo de un país refleja los valores o principios de la sociedad que se piensa y se vive. La educación es entendida como derecho no sólo por ser pública, sino que también en la medida en que permite al individuo emanciparse, liberarse y desarrollarse íntegramente como ser humano, representando así el tipo de sociedad (y tipo de sujeto) que se quiere construir. Existe así la necesidad de pensar en un modelo teórico-práctico que permita reflexionar respecto a qué se entiende por educación (Meller, 2011). Por lo tanto, la crítica de los hablantes no se limita a la denuncia por una educación pública y para todos, sino que también se cuestiona el tipo de educación que se imparte. La educación no puede ser un producto que se transa como otros bienes materiales porque es entendida como un espacio de “producción de subjetividades” (Foucault, 1990), donde se despliegan diversas estrategias de conocimiento y autoconocimiento. Por ejemplo, Marta Matamala25 (MM), presidenta FEUSACH 2015 y militante del colectivo Somos USACH explica que: (MM) “La escuela, como está pensada en Chile –más allá de que sea un negocio y no todos puedan acceder a la educación– los que sí pueden acceder a esa educación, está orientada a encajar dentro La entrevista se desarrolló en las instalaciones del centro de alumnos de la USACH en plena jornada de trabajos voluntarios. Marta se hizo un espacio en medio de cajas y llamados reclamando su coordinación para compartir su experiencia como vocera de la CONFECH. De actitud cálida, simpática y altamente reflexiva me logró hacer olvidar el nerviosismo con el que llegué a entrevistarla dado que era mi primera entrevista. La entrevista fluyó en un entorno entusiasta por una visión compartida del mejor país en el que queremos vivir [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert].

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de un sistema, a no poder ser diferente, a no tener pensamiento divergente, a no tener capacidad crítica, a no poder soñar más allá de las posibilidades de su propia familia. Entonces la pelea ideológica que hay ahí es que la escuela si bien siempre va a ser un factor de reproducción, no se asegura la posibilidad del cambio. Y quien recibe esa educación para el cambio no encaja dentro de este modelo”. [Marta Matamala, militante Somos USACH y presidente FEUSACH 2015] La hablante al referirse a “esa” escuela chilena genera una doble representación del campo educacional. Por un lado, describe un sistema social en el cual la educación se perfila como un dispositivo pro status quo, que, si bien es “un factor de reproducción, no se asegura la posibilidad de cambio” y donde no está permitido “tener pensamiento divergente”. Por el otro, describe una educación posible que busca generar “niños libres” - pero improbable en el paradigma chileno actual ya que ”quien recibe educación para el cambio no encaja dentro de este modelo”26. El adjetivo “libre” que se presenta en varios enunciados del discurso de Matamala, hace referencia a una libertad producida por un sentido de autodeterminación del individuo que tiene como objetivo último la felicidad a través de la autorrealización (McMahon, 2006). Ahora bien, esta capacidad de autorrealización no viene dada por el poder adquisitivo que tenga la persona, sino que por la constelación de herramientas intersubjetivas que ésta posea. De alguna manera Matamala logra instalar la pregunta por el modelo educacional: ¿la educación debe ser vista como un mecanismo de emancipación en la medida en que sirve como trampolín para tener más poder adquisitivo o en la medida en que nos hace más felices? “A mí me da pena”, sigue problematizando la ex dirigente: (MM) “Cuando uno les pregunta [a los jóvenes] por qué van a estudiar una carrera y te dicen que es porque van a ganar tanta plata, porque tienes asegurado un campo laboral... y ya nadie te dice que es porque le gusta la carrera, y ya nadie te dice que es Este tipo de modelo educacional es ejemplificado por la entrevistada en la educación Montessori, que busca adaptar el entorno de aprendizaje del niño a su nivel de desarrollo para, de este modo, potenciar el autodesarrollo en un espacio estructurado. Para mayor información véase, Montessori, María (1912) “El Método Montessori”.

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para ser feliz. Entonces cuando tú dejas de tomar la posibilidad de la felicidad como un camino que tú puedas acceder por medio de la educación o de sentirte pleno, de ser libre por medio de la educación, y de liberar a otros por medio de la educación [...] esa discusión hoy día no se está dando en Chile, porque parece ser que la felicidad hoy en Chile es privilegio de pocos”. [Marta Matamala, militante Somos USACH y presidente FEUSACH 2015] El último enunciado cierra el planteamiento de la entrevistada volviendo a reiterar que otro mundo es posible, pero se encuentra dentro de este ”porque parece ser que la felicidad hoy en Chile es privilegio de pocos”. Es decir, la felicidad existe como posibilidad, pero para aquellos que tengan el capital (Bourdieu, 2002) y los recursos suficientes. Y ¿por qué llega a esta conclusión? Porque ve que en Chile existe una alternativa de educación que pareciera brindar una salida al problema de la autorrealización, pero que se reserva para algunos, anulando el propósito inicial de la educación que, según Matamala, debería estar amparada “por códigos como el respeto, la tolerancia y el pluralismo”. La idea fuerza en la que avanza este apartado es que el MEC es inicialmente un movimiento de deudores por el modelo educativo mercantilista que existe en Chile y que a posteriori, a partir de la toma de conciencia que implica para un proyecto país el tipo de modelo educativo se propone una reforma educativa integral. Como ya se ha mencionado, los líderes y lideresas entrevistados al hablar de derecho social, parecieran tener una voluntad de expansión que va más allá de una reforma puramente educativa al apostar por un modelo de sociedad en su conjunto que se constituye en el seno de lo educacional. Es por ello que surge la consecuente necesidad de llevar a cabo transformaciones en materia tributaria, laboral y constitucional donde la educación de calidad, pública y gratuita sea el pilar27.

“La razón de ser de los derechos sociales como el derecho a la educación, el derecho al trabajo, el derecho a la salud, es una razón igualitaria. Las tres tienden a hacer menos grande la desigualdad entre quien tiene y quien no tiene, o a poner un número de individuos siempre mayor en condiciones de ser menos desiguales respecto a individuos más afortunados por nacimiento y condición social” (Bobbio, 1995:151).

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I.4 Un movimiento con un sujeto de cambio nuevo El MEC se caracteriza, a través del discurso de los entrevistados como una nueva generación política. Este componente generacional no es visto solamente en términos etarios pues en el discurso de los dirigentes existe una conciencia en torno a los valores de la educación pública y de calidad como un bien global. En términos generacionales el MEC constituye una oxigenación de la política en donde los jóvenes encausan la nueva apuesta, pero no por ser jóvenes únicamente, sino por manifestar nuevas estrategias de participación y representación; existe “nueva generación de ideas”, como lo explica la ex vocera de la FEUC 2013 y militante de Nueva Acción Universitaria Naschla Aburman28: (NA) “Hay otro discurso, pero yo creo que más que una nueva generación –porque yo creo que no responde a la edad– porque yo he visto en el último tiempo gente como “de edad” muy adulta que se está metiendo a organizaciones sociales y cosas así. [También] he visto a gente muy joven que claramente está en la misma línea o peor que quienes han instalado el modelo que queremos cambiar actualmente, gente joven, ¡joven!, diputados jóvenes cachai”. [Naschla Aburman, militante Nueva Acción Universitaria y presidenta FEUC, 2014] En el discurso de Aburman, el MEC se presenta como un actor político que, sin oponerse a la institucionalidad vigente (expresada a través de unas reglas electorales y un sistema de partidos institucionalizado), refresca la dinámica política, la actualiza y reactiva en su conjunto, obligando a que los políticos vuelvan a re pensar y cambien ciertas estrategias en el proceso de toma de decisiones. El movimiento estudiantil como un movimiento de jóvenes “más allá de la edad” está reflejando la idea de novedad, de algo nuevo y diferente a lo que se venía dando y es por ello que el adjetivo joven cobra un protagonismo relevante a la hora de estudiar el MEC. La entrevista se desarrolló en una de las tantas cafeterías de Providencia. Naschla llegó con un caminar seguro y decidido, con la misma seguridad con que después expresó sus argumentos. Naschla había sido un personaje muy mediático –que la PUC tuviera una mujer como presidenta era algo inédito– pero más allá de eso Naschla era sabia, aguda y muy crítica a pesar de que sabía que se posicionaba en un lugar privilegiado. Lo interesante en el discurso de Naschla era que no se casaba con ninguna ideología, con ninguna noción abstracta de democracia, feminismo o libertad. Ella estaba comprometida con la realidad, con la posibilidad de transformarla desde las prácticas humanas, el trabajo y la organización [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert].

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El MEC, por el otro lado, también logra interpelar a sujetos de transformación nuevos e incorporar la noción de ciudadanía en su discurso. El Informe de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas del año 2002 ya auguraba esta necesidad que tiene la sociedad chilena de reconstituirse en un sujeto colectivo: “[...] El desconcierto acerca de quiénes somos los chilenos deja entrever cuán frágil se ha vuelto la idea de un sujeto colectivo capaz de conducir el proceso social. Parecería que muchos chilenos no poseen una imagen fuerte de sí mismos como un nosotros. Este es el desafío cultural de Chile” (PNUD, 2002:45). De acuerdo con esto, Chile se perfila hoy en día como un país que vive una fuerte tensión producto de los procesos sociales que se encuentran gestándose en su interior. Es por ello fundamental fortalecer la sociedad civil y generar procesos de subjetivación política (PNUD, 2015) para liderar un cambio social. El discurso de los dirigentes entrevistados de alguna manera logra eso: aglutinar y estructurar no solamente una demanda ciudadana ampliamente compartida, sino que también convocar e interpelar a amplios sectores de la ciudadanía. Como explica Fabián Araneda (FA)29 vocero FECH, 2013 y militante del Frente de Estudiantes Libertarios: (FA) “El movimiento social chileno por la educación apostó a eso, a construir una identidad y también un avance político en tanto a nuevos sujetos interpretados que no son netamente del clásico sujeto de izquierda revolucionaria con la biblia leninista bajo el brazo, no. Aquí hay un movimiento que ha logrado representar un montón de intereses, compañeros que son progresistas o que encuentran que hay cosas muy injustas, se han sumado a este proceso”. [Fabián Araneda, militante del Frente de Estudiantes Libertarios y vicepresidente de la FECH, 2013] La entrevista se desarrolló en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, específicamente en la pequeña sala del centro de estudiantes de esa Facultad. Era sin duda uno de los lugares más desordenados en los que había estado entrevistando a alguien, pero esto no fue impedimento alguno para poder escuchar atento a Fabián que a pesar de no acceder a participar en entrevistas como me comentó (este espacio e investigación académica le parecía interesante por lo que había aceptado concedérmela). Fabián no era especialmente cálido o amable, pero la seguridad que mostraba en su análisis entregaba confianza y me llamaba la atención la problematización que hacía a cada una de las preguntas. La fineza en el análisis, la capacidad de articulación de su discurso se hacía notar en aspectos y elementos básicos como por ejemplo en el cómo se fortalecía el movimiento estudiantil, según Fabián en su capacidad discursiva y programática, su salud orgánica y la influencia de las organizaciones políticas no só lo habían posicionado al movimiento como un

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Araneda hace referencia al MEC como “el movimiento social chileno por la educación” constatando así la idea de que se trata de un movimiento que afecta a la sociedad en su conjunto, vale decir, a la ciudadanía chilena. El clásico y caricaturizado –por el hablante– sujeto de la izquierda revolucionaria “con la biblia leninista bajo el brazo” deja de ser el único interlocutor válido del cambio social en este escenario. Por el otro lado, según Araneda, las demandas se han “democratizado” y han sido apropiadas y problematizadas por otros sectores de la sociedad civil. Como expresa, “aquí hay un movimiento que ha logrado representar un montón de intereses, compañeros que son progresistas o que encuentran que hay cosas muy injustas, se han sumado a este proceso”30. La novedad que implica este movimiento joven renueva la manera en que se interpreta la política y re incorpora a sectores de la sociedad que veían que “hay cosas muy injustas” pero que sin embargo se habían quedado en el camino sin hacer efectivas sus demandas a través de los mecanismos de la política tradicional de la post transición. Las injusticias tienen muchos matices, a principios del siglo XIX estaba encarnada por la abolición de la esclavitud, de forma posterior se trasladó hacia el objetivo de expandir mejores condiciones laborales para los trabajadores; el siglo XX ha sido el escenario en el que la igualdad de género ha ido tomando un protagonismo ascendente. López desarrolla la idea de que el individuo hoy en día debe ser visto como interpelado por otras categorías sociales post-marxistas (Laclau y Mouffe, 1987) tales como género, sexualidad, indigenismo, categorías ecologistas, entre otras. Esto da atisbos a pensar que el MEC también se articula como un nuevo movimiento social (Blumer, 1971) incorporando procesos de subjetivación diversos que complejizan el panorama político nacional. De esta forma, el actor estudiantil es visto como un catalizador de cambios que busca influir –a través de la participación directa– en resoluciones políticas entendiendo además que la democracia se funda en esos principios, por lo cual legitimar nuevas posiciones y debates pasan a ser pilares fundamentales.

actor clave, sino también serían las llaves para que éste siguiera consolidándose y no perdiera el rumbo de la acción necesaria para conseguir las transformaciones que se necesitaban de forma urgente [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert]. 30 Se puede inferir por lo que dice Farfán que por lo menos él se posiciona a la izquierda de los progresistas ya que los describe como “los de afuera” que “se han sumado al proceso” porque comparten ciertos valores como la justicia.

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(DL) “Mujeres interpelando el rol de la izquierda hacia sus demandas, la misma diversidad sexual haciendo lo mismo, los indígenas. Insisto, hoy en día hay una ciudadanía muy híbrida, y no lo resuelves en capital/trabajo. La gente no va a dejar de ser homosexual por ser obrero, hay constituciones de la clase... no son categorías estáticas”. [Daniela López, militante de Izquierda Autónoma y presidenta de la FEUCEN en el año 2011] Cuando la hablante expresa “hoy en día hay una ciudadanía muy híbrida, y no lo resuelves en capital/trabajo” está dando cuenta que Chile actualmente se identifica de una manera plural que excede categorías tradicionales de disputa en el terreno político como podrían ser el binomio burguesía/proletariado. Dicha mutación social se expresa a través del proceso de revisión legislativo profundo que vive el país en la última década, donde las propuestas de reformas y proyectos legislativos apuntan a asegurar los derechos sociales, civiles y políticos de todos los ciudadanos del país. La discusión sobre la despenalización del aborto en tres causales, la aprobación del Acuerdo de Vida en Pareja, la ley Zamudio, entre otras, son demostraciones de que lo que está puesto en el debate público no solamente refiere a un proyecto político social sino que también a un proceso de construcción subjetiva de un nuevo modelo de sociedad más plural (Inglehart, 1990). Es dentro de este contexto en el cual “de alguna manera, el movimiento social rejuvenece a la política y la rescata; le quita la exclusividad a los partidos políticos, anquilosados, y asume las tareas que otros sujetos sociales deberían haber ejecutado (...) De todas maneras, los muchachos y muchachas ya mejoraron el mundo. Movieron a un gobierno y conmovieron a un planeta. Un anuncio del nuevo tiempo donde lo popular, lo vital, lo creativo se manifiestan en conjunción con lo político y lo juvenil. Se constituye el héroe colectivo, plural” (Jofré, 2013:195). En las dos últimas décadas, Chile ha vivido ciclos de transformación política, en algunos casos de carácter innovador (como el hecho de contar con una de las primeras presidentas mujeres en América Latina y con un gabinete paritario) y en otros casos con un gran nivel de desafección política (como ha ido mostrando el descenso en la participación electoral31). La baja participación electoral ha ido acompañada de una En las elecciones presidenciales de 2013 se registró un 42% de participación electoral entre la población en edad de votar, según datos de IDEA Internacional [en línea: http://www.idea.int/db/countryview.cfm?id=45#Voter%20Turnout]

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creciente desconfianza en los partidos políticos y la búsqueda de medios alternativos para dar voz a las demandas (como lo refleja el ascenso en el uso y validación de la protesta como medio de hacer oír las demandas ciudadanas). En el discurso de los líderes y lideresas entrevistados, se puede desentrañar un sentimiento de ser parte de una(s) nueva(s) izquierda(s), una nueva generación política o un “nosotros” que, de alguna manera, se enfrenta a un “ellos” que defiende el modelo neoliberal imperante, clamando más justicia e igualdad. Resumiendo en palabras de Saavedra: (VS) “(...) Nuestros malestares son nuevos. Y en ese sentido, la configuración del movimiento estudiantil es un movimiento contra el neoliberalismo, es un movimiento que está en contra de la sociedad como está actualmente y es una sociedad que la produce el neoliberalismo. Es necesario reconocer que existe otro Chile, que existen distintas condiciones de organización”. [Valentina Saavedra, militante Izquierda Autónoma y presidenta de la FECH en el año 2015] Las “distintas condiciones de organización” de las cuales habla la ex dirigente se contraponen a aquellas desplegadas por el neoliberalismo y, por lo tanto, pueden hacer referencia, como se verá a continuación, a formas que emergen de ideologías relacionadas con la(s) izquierda(s).

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CAPÍTULO II

PLANO IDEOLÓGICO: LA TENSIÓN ENTRE LA IGUALDAD Y LA LIBERTAD

Luego de estudiar la manera en que lo político es definido en términos discursivos por los líderes y lideresas del MEC, el objetivo de este capítulo es identificar los valores y criterios interpretativos detrás de las propuestas de los voceros y las voceras, es decir, el marco ideológico en base al cual articulan sus discursos. Más allá de generalizaciones se busca identificar las “comprensiones del ambiente político” del que forman parte los líderes estudiantiles entrevistados, o sea, el campo político respecto del cual poseen “puntos de vista sobre los méritos y deméritos de dicho ambiente” (Freeden, 2013:17-18). Empero, antes de comenzar a desentrañar las ideologías presentes en el discurso de los entrevistados hay que comprender primero cómo se origina la interpretación ideológica de la realidad en las sociedades en general, para luego analizar el posicionamiento de los actores estudiantiles en función de la evolución política e ideológica en Chile. Finalmente se busca conocer cómo se agrupan los entrevistados en base a sus interpretaciones ideológicas. La serie de valores y marcos interpretativos más o menos homogéneos en base a los cuales se estructuran las ideologías de los entrevistados se llaman en la ciencia política clivajes1. El concepto de clivaje puede ser definido como la serie de conflictos políticos presentes en la génesis del sistema político de una comunidad nacional. Éste siempre se configura a partir de una fractura que separa a las sociedades en grupos en base a ciertos criterios de división ideológica que dependen de la historia y contexto de cada comunidad. A partir de estas divisiones se configuran sistemas de partidos que integran las diferencias en términos de valores Clivaje es definido como “pautas relativamente estables de polarización por las que determinados grupos apoyan a determinados partidos” (Inglehart, 1984:25).

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vigentes en las sociedades (Schattschneider, 1942:2)2. Por lo tanto, el concepto de clivaje sirve para explicar cómo, a partir de una escisión en el seno de la sociedad, se genera un determinado alineamiento político3. Existen varios trabajos que analizan los valores e intereses ideológicos tanto a nivel de ciudadanos como de la elite política en América Latina. Varios autores (Coppedge, 1997; Altman et al., 2009; Wiesehomeier, 2010 y Colomer, 2005), han usado las encuestas a especialistas; mientras que otros (Alcántara y Rivas, 2013; Dosek, 2011; Gramacho y Llamazares, 2008; Luna, 2008; Miranda, 2011), han efectuado sus análisis en base a encuestas regionales4. Estos estudios han puesto en evidencia que las interpretaciones ideológicas de la realidad varían en función del contexto nacional, por lo que no implica lo mismo ser de derecha en Honduras que serlo en Chile (Gramacho y Llamazares, 2007; Miranda, 2011; Ruiz Rodríguez, 2006). La manera en que los diferentes grupos se asocian y denominan (más o menos homogéneos en su interior) varía entre los países y esto tiene que ver con las particularidades ligadas a cada proceso histórico. En todo caso, varios de los trabajos en base a datos de encuestas hechas en Chile en torno a la estructuración ideológica de los encuestados permite observar que los chilenos son capaces de posicionarse en el continuo izquierda-derecha (Miranda, 2011). En el contexto chileno, el sistema de partidos parece responder en términos históricos a dos clivajes, uno religioso y otro de clase; el primero Entre los clivajes o divisiones ideológicos más conocidos están el liberal versus el conservador, el clerical versus secular o el burgués versus el obrero. Los partidos se configuran en la medida en que movilizan o son apoyados por una serie de ciudadanos con características similares. Las escisiones al interior de los sistemas políticos encontrarán, por lo tanto, la forma pacífica de gestión de sus conflictos a través de los partidos asumiendo que “el recuento de votos pone fin a la batalla” (Mouffe, 1999:12). 3 Se identifican tres tipos principales: 1) clase social y voto –materializado en la presencia de un partido obrero opuesto a un partido burgués o terrateniente– que da como consecuencia un voto automático; 2) denominación religiosa y voto –por las que se entiende que quienes se identifican confesionalmente en las religiones mayoritarias votan en general para mantener el statu quo; mientras que las minoritarias votan para modificarlo–; 3) origen y voto –entendido como división étnica o lingüística, o entre regiones o colectividades nacionales que efectivamente votan de una manera particular–. Los valores también, actúan como procesadores de la información con que se cuenta y éstos pueden ser: 1) identificación con un partido; 2) identificación izquierda/derecha; 3) nacionalismo; 4) pos materialismo (Anduíza y Bosch, 2004; Bustamante, 1999). 4 La Universidad de Salamanca desde la década de 1990 lleva a cabo una recopilación periódica de los valores e intereses de los diputados de cada país, por medio de datos de encuestas. [http://americo.usal.es/oir/elites/an%C3%A1lisis.htm]. 2

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representado a través de los partidos que aglutinan el electorado de la confesión mayoritaria (católicos) y el segundo a través de la serie de partidos que se posicionan dentro del espectro izquierda-derecha en base al conflicto rural/urbano y de la clase obrera predominante en zonas urbanas (Luna, 2008:78-79; Scully, 1994:83). Luego de la restauración democrática comenzó a identificarse la persistencia entre los votantes de un clivaje autoritarismo/democracia; entendiendo dicho clivaje como una división político-cultural dentro del posicionamiento izquierda-derecha que, si bien se habría gestado en el período 1973-1990, se cristalizó en dos bloques políticos luego del plebiscito por el NO en 1988 (Tironi, Agüero y Valenzuela, 2001:74-75). Por otra parte, hasta antes del año 2010 los votantes simpatizantes de un partido apoyaban electoralmente a su partido de manera notoriamente previsible, situando a Chile entre los países con más bajo nivel de volatilidad electoral (Luna, 2008)5. En términos clásicos el posicionamiento en la izquierda de la escala ideológica tiende a implicar un compromiso con los valores en pos de la igualdad, mientras que el posicionamiento hacia la derecha lo hace con la libertad (Bobbio, 1993). A su vez, la izquierda siempre es mayoritariamente interpretada como motor de cambio (progresismo) mientras que la derecha es defensora de mantener el statu quo (conservadurismo). La ubicación en el espectro izquierda/derecha consiste en un artefacto espacial que sintetiza posiciones en torno a cómo debe organizarse el mercado, el Estado, el rol de la Iglesia y la misma democracia (Llamazares y Sandell, 2001). Las categorías posibles dentro del continuo que va desde la izquierda hasta la derecha cuentan con matices de grado a la vez que responden a factores históricos y contextuales de cada sociedad. A continuación se procede a analizar cómo estos valores están representados en el discurso de los líderes y lideresas entrevistados.

II.1. La nueva izquierda (y derecha) Los entrevistados en este estudio se posicionaron en su gran mayoría en el tramo izquierdo en la escala ideológica; sin embargo, a través de su discurso es posible identificar importantes diferencias de grado. Específicamente en la historia política chilena dentro de la izquierda se identifican una serie de denominaciones que matizan las posturas de

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Si bien los bajos niveles de volatilidad predominaban desde el retorno a la democracia en Chile, esta tendencia ha ido cambiando progresivamente (Avendaño, 2013).

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izquierda; estás denominaciones posicionan a los actores de izquierdas entre rebeldes, revolucionarios y reformistas (Del Pozo, 1992). Estas tres vertientes dentro de la izquierda (identificadas desde hace más de 50 años) no sólo permanecen actuales, sino que son identificables entre los voceros entrevistados para este estudio. La permanencia y actualidad de corrientes ideológicas desde antes de la dictadura hace imprescindible matizar la definición de “nueva izquierda” en base a la que muchos de los entrevistados se auto definen y generan nociones sobre lo que significa ser de izquierda que van mutando conforme avanza la historia. Cuando en el discurso de los líderes y lideresas entrevistados se habla de “las nuevas izquierdas” en contraposición a otra izquierda tradicional, se está queriendo evidenciar el anquilosamiento de una izquierda que ha dejado de significar cambio y pasado a significar status quo. Como explica Jackson: (GJ) “(...) Años anteriores siempre habían dirigentes [en la CONFECH] que tenían que ver con los partidos que gobernaban; con partidos socialistas, con, no sé, con la DC, con el PPD. En cambio acá [en el período en que el dirigente era vocero] [...] los que eran de partidos como tradicionales eran muy pocos, ninguno era afín al gobierno. Por lo tanto se generó un nivel de confianza donde nadie pensaba que alguien se iba, por así decirlo, a ‘vender’ el movimiento a un gobierno de derecha”. [Giorgio Jackson, militante de Revolución Democrática y presidente FEUC 2011] Si bien no todos los entrevistados opinan igual, en el discurso de la gran mayoría de los voceros entrevistados ésta tensión “nueva izquierda” versus “izquierda gobernante” se traduce en “venderse” si los militantes se adhieren a los intereses de algunos de los partidos tradicionales (sean del espectro político que sean). Por lo tanto, el MEC se perfila como un movimiento de nuevas izquierdas no porque hace parte de una izquierda que en sus cimientos ideológicos articule un campo semántico diferente al de la izquierda clásica, sino porque hacen lo que le corresponde a la izquierda (impulsar el cambio); algo que, según los hablantes, la izquierda chilena post transición ha dejado de hacer. El reclamo por impulsar el cambio (que debieron haber llevado a cabo los partidos políticos tradicionalmente de izquierda) es asumido como una responsabilidad por los actores del MEC y se estaría viendo reflejado como, recalca Daniela López, en el rol progresista del movimiento:

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(DL) “La gracia del movimiento estudiantil no fue movilizar a los mismos de siempre, fue movilizar a sectores sociales que no se habían movilizado”. [Daniela López, militante Izquierda Autónoma y presidenta FEUCEN 2011] Cuando la hablante dice que “la gracia del movimiento” fue “movilizar a sectores sociales que no se habían movilizado” está hablando de progresismo en el sentido de: movilizar a sectores nuevos, cuyas problemáticas sociales –si bien antiguas– no habían alcanzado a ser canalizadas. De forma similar Lorenza Soto expresa respecto al gobierno de la Nueva Mayoría: (LS) “(...) Siempre se ha tendido efectivamente avanzar por sobre lo colectivo [en el MEC], pero este año que se viene será igual de complicado porque el gobierno es “picado a” progresista. No es una cuestión de llevarle la contra todo el tiempo, pero si es una cuestión de tener los ojos bien abiertos”. [Lorenza Soto, militante de Juventud Rebelde y vocera ACES 2014] Cuando Lorenza expresa que “el gobierno es picado a progresista” está dejando claro en su enunciado que el gobierno no está efectivamente reflejando los valores progresistas que se espera de un gobierno de izquierdas. Es decir, trata de aparecer progresista, o simula serlo, mostrando tener sólo valores superficiales de tales. A través del discurso de los entrevistados se percibe una visión de la política tradicional como de una labor técnica y no tanto de representación de ideales políticos. El discurso de los entrevistados centra su crítica hacía la actividad política como la realizada por tecnócratas (que ocupan cargos de gestión política), recayendo el reclamo sobre todo en la izquierda que es del sector ideológico del que se espera surjan los cambios. En este sentido Araneda, ex presidente FECH 2013 expresa: “Si bien creo que hay que disputar los espacios, hay que construir actores y organizaciones que sean capaces de disputar esos espacios, no estoy dispuesto a transar principios por eso. Te pongo el ejemplo de la Concertación, yo no iría con la Concertación a un lugar aunque me asegure muchos cargos, porque si uno impulsa una participación en la institucionalidad en algún cargo eso es detrás de un programa que tú buscas impulsar y llevar a cabo

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po; no en base al cargo solamente, ahí entras en un principio “electoralista” que es llenar cargos nomás”. [Fabián Araneda, militante Frente de Estudiantes Libertarios y vice presidente FECH 2013] En este caso el hablante al expresar “yo no iría con la Concertación a un lugar aunque me asegure muchos cargos” porque “no estoy dispuesto a transar principios” está transmitiendo dos ideas: primero que él mismo como de “izquierda y revolucionario” no siente que los cargos representados por la Concertación respondan al programa o las propuestas que él defiende; por otra parte cuando identifica el “principio “electoralista” que es llenar cargos nomás” da cuenta de cómo la representación se ha vuelto (a su ojos) una actividad centrada en ocupar cargos para la gestión de la política (tecnocracia) dejando atrás la defensa de un programa.

II.2. La gestión del Estado y el Mercado en la ideología Uno de los grandes debates que gira en torno al problema educativo tiene relación con el rol que debiese jugar el Estado y el mercado en tanto que suministradores de un derecho o un servicio respectivamente. Quienes intervienen en el debate –conservadores, liberales, el gobierno o el bloque social ciudadano (Redondo 2015, ver cuadro adjunto)– difieren sustancialmente respecto de la educación que imaginan. La influencia del Estado y el mercado es valorada por cada uno de estos grupos de forma disímil. La mayoría de los voceros estudiantiles concuerdan en que es fundamental concebir un compromiso más consistente por parte del Estado como garante de los derechos sociales; éste último debe garantizar educación, salud, vivienda, trabajo digno y cultura; ya que para los líderes estudiantiles estos son derechos que deben estar al servicio público de la ciudadanía y no bienes comerciables que puedan “venderse” en el mercado.

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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Imagen I. Actores involucrados en el debate por la Reforma Educativa + MERCADO # LIBERALES # CONSERVADORES - CONTROL

+ CONTROL # GOBIERNO # BLOQUE SOCIAL CIUDADANO - MERCADO

Fuente: Jesús Redondo: “La extinción de la educación pública en Chile” CLACSO, 2015. Pág.322.

Siguiendo la clasificación que hace Jesús Redondo (2015) de los actores involucrados en la disputa por la reforma educativa, las posturas ideológicas en torno a la reforma pueden organizarse en el Chile actual en función de cuatro categorías. El esquema arriba presentado posiciona a cuatro corrientes cuyas lógicas difieren y se contraponen. Los liberales (muchos de ellos dentro de la coalición de gobierno) comparten con el Ejecutivo la necesidad de una mayor transparencia, control y estándares educativos6. Los conservadores, quienes quieren mantener el statu quo, no confían tanto en el mercado como los liberales y mucho menos en el control o la posible participación de las comunidades educativas7. El Gobierno y quienes adhieren a la coalición gobernante trabajan en propuestas de ley que plantean la necesidad de menos mercado –demanda que nace en el seno del MEC–. La propuesta del Gobierno en materia de reforma educativa también aboga por un mayor control de los fondos públicos que el Estado invierte en educación, con estándares rigurosos, transparencia y controles por parte de los Según Redondo, la estrategia de coalición de los liberales con el mercado se justifica porque “saben que pueden utilizarlos, como hasta ahora, en función de aumentar el mercado en la educación. Muchos de ellos tienen intereses comprometidos en el mercado de la educación chilena” (Redondo, 2015:322). 7 En este caso, según Redondo los conservadores defienden la libertad de enseñanza en la medida en que ésta resguarda sus intereses y concepciones ideológicas, culturales y cristianas que aseguran los valores divinos y naturales de sus proyectos educativos (Redondo, 2015). 6

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entes correspondientes. Por último, el bloque social no sólo se opone al mercado en la educación con fondos públicos, sino que también se contrapone al lucro en todas sus formas. Además, desconfían de los estándares actuales y las medidas administrativas de una educación que para la mayoría segrega y genera grandes inequidades, proponiendo la posibilidad de incorporar a la toma de decisiones a una mayor cantidad de actores (entre los que se incluyen aquellos que participan del MEC). Si se toma la descripción de Redondo sobre el posicionamiento del bloque social y, por lo tanto de los líderes y lideresas del MEC, la discusión respecto del posicionamiento en el continuo izquierda-derecha implica entre sus dimensiones de análisis el papel desarrollado por el Estado a través de la administración del Gobierno. En términos discursivos todos los entrevistados reclaman un mayor protagonismo por parte del Estado para la garantización del derecho a la educación, asociado a una identificación ideológica con el modelo socialdemócrata de redistribución en contraposición a la visión de un Estado más reducido y sujeto a las leyes del mercado8. Muchos de los líderes y ex líderes estudiantiles entrevistados reconocen que lo público necesariamente exige un rol preponderante del Estado, pedir más Estado es concebir un Estado diferente al que se ha desarrollado en el Chile de la post transición; un Estado que no sólo se alinea con las lógicas del libre mercado, sino que también tiene la capacidad de intervenir, promover y garantizar los derechos sociales. El sentido de lo público que se desprende del discurso de los entrevistados va más allá de que sea gratuito pues encierra valores que permiten “que acceda todo el mundo”, como plantea Saavedra. (VS) “Yo creo que en cualquier país lo público es lo estatal, es lo gratuito, es a lo que accede todo el mundo, es donde uno no es Desde la corriente socialdemócrata se propone el modelo de Estado de bienestar en base al cual el individuo es desmercantilizado (en el sentido de que el bienestar de los individuos deja de depender enteramente del circuito monetario) y su lugar dentro de la estructura estatal se desarrolla en base al reconocimiento y garantía de sus derechos sociales (Sping Andersen, 1993). “Una definición mínima (de Estado desmercantilizador) debe implicar que los ciudadanos pueden decidir libremente y sin una potencial pérdida del empleo, de los ingresos o de la seguridad social, dejar de trabajar cuando lo consideren necesario (...) Merece la pena destacar que estas condiciones son las que normalmente disfrutan los funcionarios, profesores de Universidad y los trabajadores no manuales de mayor nivel. Habría que exigir algo similar para las pensiones, permisos por maternidad, permisos por estudios y seguros de desempleo” (Sping Andersen, 1993:43).

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discriminado. (…) Está todo tan privatizado en Chile, que pareciese ser que cualquier retroceso del sector privado es un poco más público (…) en la medida en que se elimine el negocio, se fortalece lo público. Bueno y al revés también, en la medida en que se fortalece lo público, retrocede el negocio, porque al no poder discriminar, los negocios se hacen menos rentables, por lo tanto se van desplazando”. [Valentina Saavedra, militante Izquierda Autónoma y presidenta FECH 2015] La hablante en este caso está dejando en evidencia que transformar un bien común (como es la educación) en un objeto de negocio pondera la obtención de rentabilidad en lugar de la generación de acceso y disfrute del bien común. Los valores que están detrás de la idea expresada por Saavedra giran en torno a la igualdad (el acceso por parte de todos) en oposición a una idea de rentabilidad en donde un bien sólo es provechoso en la medida en que dé ganancias. La entrevistada a través de su expresión “en cualquier país lo público es lo estatal, es lo gratuito, es lo que accede todo el mundo” rescata la contradicción que implica en Chile acceder a una educación pública pero que en realidad es privada (tanto por quienes en verdad pueden acceder a ella, como por el costo efectivo a nivel de los estudiantes qué significa ser parte del sistema “público” de educación)9. De forma similar Gabriel Boric al decir “este derecho [está] subordinado a criterios de mercado que es básicamente que en función de cuánto dinero tú tengas tú accedes a una educación de mayor o menor calidad” denuncia como el concepto de “público” en Chile ha perdido su real significado y es reemplazado por una validación de la necesidad de pagar para acceder a cualquier tipo de servicio Este “boom” por entregar servicios educativos creció de forma exponencial a partir de 1981 en adelante, 35 universidades cuya estructura de propiedad es privada se constituyeron a partir de entonces. Hoy en día las universidades privadas pertenecientes y no al CRUCH concentran el 73% del mercado educativo (Monckeberg, 2013). Con esto el Estado asume el rol privado de prestamista comprometiendo a millones de alumnos a tomar créditos para poder financiar su educación, entregando a los privados el derecho a lucrar con un servicio que antes era de exclusividad estatal, negocio que no sólo dejó totalmente desregulado sino además optó por subvencionar a favor del sector privado-empresarial. La imposibilidad de pagar estos créditos, producto de los elevados impuestos, sumado a la poca inserción laboral de los alumnos que salían de carreras que no les aseguraba un futuro en algunos casos y en otros ni siquiera tenían un campo laboral efectivo, provocó que el tema o la preocupación por la calidad de la educación fuera uno de los puntos más cuestionados por los estudiantes quienes veían que ni siquiera pagando por un servicio –al mundo empresarial o privado– con ello aseguraban cambiar su situación social.

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aunque se trate del acceso a un derecho que debiera estar garantizado como lo es el derecho a la educación. (GB) “(…) La educación es el espacio donde existe la posibilidad de que nos entendamos como iguales y al estar este derecho subordinado a criterios de mercado que es básicamente que en función de cuánto dinero tú tengas tú accedes a una educación de mayor o menor calidad. Lo que nosotros, por lo tanto, en contraposición a eso, lo que nosotros defendemos es que la educación tiene que ser un derecho social universal garantizado por el Estado, sin ningún tipo de discriminación no solamente económica sino tampoco de raza, de ideas, etcétera. Eso implica también un cambio en el carácter del Estado: pasar de la lógica del Estado subsidiario que es la que impera en Chile desde el 74 al 75 en adelante a una lógica de un Estado social garante de derechos universales”. [Gabriel Boric, militante Izquierda Autónoma y presidente FECH 2012] Boric al expresar que hoy en día ha sido un imperativo del movimiento estudiantil concebir “un cambio en el carácter del Estado” que implica “pasar de la lógica del Estado subsidiario (...) a una lógica de un Estado social garante de derechos universales” está abogando por la instauración de un modelo ideológico que podría asimilarse a uno socialdemócrata radical que ponga a disposición la infraestructura estatal y la serie de mecanismos pertinentes para garantizar los derechos sociales, económicos y culturales10. La idea de que lo público es un servicio precario al que acceden de forma subsidiaria quienes se encuentran por debajo de la línea de la pobreza, es una idea con un fuerte contenido ideológico que va acompañada de una visión del servicio estatal como precaria y que por tanto “justifica” que para acceder a un servicio de “calidad” se debe pagar. Como deja en evidencia el discurso de todos los hablantes “ahí está el principal conflicto ideológico” (dirá Araneda): El reconocimiento y garantía de los derechos sociales, económicos y culturales (DESC) están amparados por la Declaración Universal y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que junto con otros documentos conforman la llamada Carta Internacional de Derechos Humanos (instrumentos jurídicos internacionales que obligan a los Estados que lo ratifican a cumplir con el compromiso de velar por la garantía de los DESC. Dichos documentos fueron suscritos por Chile en 1966 y ratificados en 1972, estando vigentes en el país desde 1989 (PNUD Auditoría a la Democracia Chile, 2014:148-149).

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(FA) “Ahí está el principal conflicto ideológico que yo te planteaba [respecto de ‘lo público’ y el rol que debiese ocupar el Estado] Ese es el gran debate, ¿cómo entiendes tú la educación?, como un derecho social o como un bien de mercado (...) Nosotros al entender la educación como un derecho social entendemos que ésta es fundamental para algo, es fundamental o constitutiva de nuestra libertad, de lo que es democracia”. [Fabián Araneda, militante del Frente de Estudiantes Libertarios y vicepresidente FECH 2013] Araneda evidencia que su cosmovisión ideológica de la cobertura y garantía de los derechos sociales como la educación es inherente a la democracia: “al entender la educación como un derecho social entendemos que ésta es fundamental para algo, es fundamental o constitutiva de nuestra libertad, de lo que es democracia”, dicha idea expresa la esencia de la democracia como garante de los derechos sociales fundamentales. Esta idea configura toda una estructura que por medio de la recaudación de impuestos nutre lo público, cuya esencia es un Estado benefactor, con instituciones fuertes e inclusivas que requiere de todo un aparato que lo sostenga a través de la recaudación impositiva proporcional. Dicha estructura requiere que el trabajo “negro” sea inexistente, y por tanto es imprescindible el compromiso del sector empresarial a la hora de llevar a cabo las contrataciones y por parte de toda la ciudadanía a la hora de pagar sus imposiciones en base a un criterio de solidaridad y redistribución. La democracia social de derechos o socialdemocracia como modelo de organización estatal carece de una interpretación unívoca. La socialdemocracia surge tras la segunda guerra mundial como una propuesta intermedia (y distinta) al capitalismo norteamericano centrado en el libre mercado y el comunismo soviético (Giddens, 1999). Unas décadas después de que se acuñara el concepto socialdemocracia y se estructurara en un modelo de Estado y desarrollo, comienza a ser acuñado el concepto “tercera vía” como un modelo defendido sobre todo por gobiernos con un perfil socialista (como el laborismo inglés de Tony Blair) que en el proceso de superación de algunas de las primeras grandes crisis económicas (crisis mexicana de 1994 y asiática de 1997) intenta “trascender tanto la socialdemocracia a la antigua como el neoliberalismo” (Giddens, 1999:38). El contexto en el que se desarrolla la “tercera vía” es de una creciente globalización con todo lo que ello conllevó (incremento de los flujos migratorios, empresas trasnacionales, explosión de internet como medio de intercambio de información y

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comunicación, etc.). La interpretación del concepto “socialdemocracia” que predomina a lo largo de este trabajo es aquella que entiende el Estado como el ente regulador (primordial y necesario) de los mercados, como mecanismo imprescindible para paliar las desigualdades que de forma natural reproduce el libre mercado. La exploración de la ideología de los entrevistados implica conocer cuál es su posicionamiento en términos del papel que debe cumplir el Estado y el Mercado, así como la manera en que se auto ubican en el espectro izquierda-derecha. Respecto al papel del Estado, la discusión sobre el protagonismo de lo público versus lo privado en la educación y cómo se vincula ésta con la concepción del Estado ha estado siempre presente en el discurso de los estudiantes. Diversos debates ideológicos, valores y posturas emergen cuando por ejemplo se piensa en la educación como un derecho y no como un bien de consumo. Aunque existe una cierta confluencia en torno a valores socialdemócratas (en algunos más proclives al modelo tradicional de la social democracia y en otros entrevistados más tendiente a la defensa del modelo intermedio ( o “tercera vía”), no se encuentra en los discursos de los líderes y lideresas estudiantiles un consenso único respecto al rol y/o la interacción que entre lo público y lo estatal debiese ser la más adecuada. Respecto a esta idea Noam Titelman11 destaca que: (NT) “(…) No es un consenso dentro del movimiento estudiantil, yo creo que hay algunos que piensan que lo público realmente no tiene ninguna relación con lo estatal y en la medida en que sea un espacio auto gestionado, por ejemplo, da lo mismo si es estatal o

La entrevista se desarrolló en la CEPAL, lugar en el que Noam trabaja, la CEPAL es como otro mundo, pasar las barreras de seguridad y luego caminar por alrededor de 15 minutos para llegar a la cafetería más cercana atravesando lagunas con aves, áreas verdes e incluso topándose con un pavo real es toda una travesía. Noam es sin duda quien más “ganas” tenía de hablar, era una metralleta que tiraba sobre la mesa conceptos, ideas y posiciones; daba ejemplos y analizaba en perspectiva –sin dejar de pensar siempre en lo contingente– la relevancia que había tenido el movimiento estudiantil. En una hora y 45 minutos Noam habló de todo, me hizo sentir cómodo, su empatía y sintonía con lo que yo le preguntaba hicieron que la entrevista pareciera más bien una conversación entre amigos. A ratos un poco difuso, dándose quizás más vueltas de las necesarias para explicarme alguna idea Noam supo focalizar ahí en los temas que más le apasionaban una narración novedosa de lo que había pasado. Me sentí cómplice en la construcción de su relato, la horizontalidad que me había propuesto Noam –implícitamente– habían hecho de esta entrevista una de las más cómodas y entretenidas que me habían tocado realizar [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert].

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no, es una discusión; yo tiendo a creer que sí hay una particularidad en la propiedad del Estado pero no es como un consenso dentro del movimiento estudiantil. Entonces por ejemplo algunos decían que una Universidad pública podía ser una Universidad no estatal pero que fuese sin fines de lucro, pero además tuviese democracia interna…”. [Noam Titelman, militante Revolución Democrática y presidente FEUC 2012] El hablante en este caso está dejando en evidencia que desde su perspectiva lo público y estatal son dos conceptos mutuamente dependientes, pero que sin embargo esta relación intrínseca para algunos no es tal al afirmar que “algunos decían que una Universidad pública podía ser una Universidad no estatal pero que fuese sin fines de lucro pero además tuviese democracia interna”; Por otra parte lo público y por tanto estatal sería algo contrapuesto a “democracia interna” y quizás más específicamente a libertad que es el valor más asociado al libre mercado. En este sentido lo público puede también estar representado por una institución privada que entrega un servicio público y que no tiene fines de lucro. Para la mayoría de los ex líderes estudiantiles lo público tiene que ver con algo vinculado al conjunto de la población. En términos de propiedad o dominio del Estado, bajo esa lógica el rol que juega el Estado es fundamental, pero en un sentido más amplio que solamente de subsidiariedad. Como explica Takuri Tapia12, ex presidente FEUSACH 2014: (TT) “Ciudadanos chilenos con una nacionalidad o las personas que vengan a trabajar al país deben tener asegurados ciertos derechos mínimos que creemos que es la educación, creemos que es la salud, creemos también que es la vivienda, tener un espacio

Con Takuri nos juntamos en una esquina del centro de Santiago, el en un primer momento mostró cierta timidez que poco a poco se fue diluyendo mientras caminábamos en busca de algún café para poder hacer la entrevista. Así en las inmediaciones del metro moneda elegimos uno y comenzamos a hablar. Takuri siempre tenía presente en sus respuestas la importancia que tenían los trabajadores como actores posibilitadores del cambio social, tenía en cuenta que él lo sería y que desde ahí –desde ese espacio– debía influir ahora que prontamente se titularía como relacionador público. En una hora y 30 minutos Takuri hablo con naturalidad y mucha propiedad respecto a los temas que iban surgiendo, tenía claro que la educación era un tema complejo que tenía que ver con las estructuras de una sociedad que era desigual no tan solo en el ámbito educativo [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert].

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para vivienda y pucha podríamos seguir enumerando. Eso radica principalmente en que el Estado se tiene que hacer cargo, pero no bajo un régimen subsidiario, sino que bajo un régimen de garantización de derechos. Y esa garantización de derecho no se da solamente en agrandar la oferta y “arréglate como queraí” sino que se transforma en algo directamente ligado a una igualdad de enseñanza, a una igualdad de derecho y también a la posibilidad de compartir en conjunto con otras realidades. [Takuri Tapia, militante Somos USACH y presidente FEUSACH 2014] En este sentido cuando el hablante plantea “un régimen de garantización de derechos” frente a un “régimen subsidiario”, está haciendo referencia a que no se trata de que el Estado busque garantizar subsidiariamente un derecho individual sino garantizar los derechos sociales de manera total en tanto que bien colectivo al que deben acceder todos por igual, independiente de su situación inicial y/o sus características particulares. En este sentido el individuo inmerso en un colectivo es visto como un ciudadano que se hace cargo de los malestares sociales y aparece en el discurso de los entrevistados como un agente de cambio importante. Existe una conciencia que permite que las demandas del movimiento estudiantil no sean tan sólo de tipo sectorial, sino demandas representadas por un nuevo “sujeto de cambio” quien lejos de estar reproduciendo el sistema estaría apostando por su transformación global. Como bien explica la ex presidenta del Pedagógico Yoxcy Campos13: (YC) “Pasa a ser más importante pelear el modelo ideológico de la educación que estamos viviendo por sobre lo económico, porque podríamos tener educación gratuita y seguir siendo mano de obra barata y no tiene sentido. Y eso son cosas que yo creo ha dado un poco la madurez de todos estos años”. [Yoxcy Campos, militante La Kiltro y presidenta FEP 2012] La entrevista se desarrolló en los patios del “Pedagógico”, en la ahora ya ex-universidad de la egresada de pedagogía Yoxcy Campos. La buena onda, complicidad y simpatía de Yocxy me sorprendieron tanto como su sencillez. Su crítica permanente, su ingobernable pasión por el deber cumplido, y su rol como pedagoga me enseñaban a mí en cada momento que la educación era el problema esencial que debía ser combatido si queríamos una sociedad más justa. A su vez Yocxy fue la entrevistada que más develó las contradicciones existentes al interior del movimiento estudiantil, mostrándome la diversidad ideológica existente en los grupos que componían los colectivos a nivel universitario y dentro del CONFECH. La rebeldía de Yoxcy se complementaba muy bien con la serenidad y agudeza mediante la cual analizaba cada una de mis preguntas [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert].

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La entrevistada está dejando en evidencia a través de su discurso la pugna entre “lo económico” (la gratuidad) y “lo ideológico” (un modelo inclusivo de Estado benefactor) y que al centrarse en la parte económica “podríamos tener educación gratuita y seguir siendo mano de obra barata”, pero sin embargo se mantiene la propuesta de una reforma integral que redunde en una mayor igualdad y mejora integral de cara a la formación educativa y posterior integración en el mercado laboral. En resumidas cuentas, los entrevistados, están abogando en términos ideológicos por un modelo más bien socialdemócrata (además de una ciudadanía robusta y políticamente comprometida) que por medio de la redistribución palíe las desigualdades de origen. Lo que se traduce en sus discursos a la hora de advertir, como dice el vocero CONES y militante de las Juventudes Comunistas Ricardo Paredes14, que: (RP) “Los recursos naturales, la educación, la salud, el transporte, no pueden estar al servicio del mercado porque son necesidades básicas para el pueblo chileno y eso debe estar asegurado por quién representa jurídicamente a todos los ciudadanos del país por igual, que es el Estado”. [Ricardo Paredes, militante de las Juventudes Comunistas, Vocero CONES 2015] En este caso el vocero CONES, al enunciar que “los recursos naturales [...] no pueden estar al servicio del mercado” está denunciando como la lógica de subsidiariedad y Estado mínimo ha llegado a externalizar y dejar en manos privadas no sólo la cobertura social en materia de derechos sino la explotación de recursos naturales cuya rentabilidad (por ejemplo, del cobre) podría haberse destinado en pos del beneficio colectivo. Cabe destacar que el único colectivo parte del MEC que se aleja de los preceptos de la izquierda es el gremialista, liderado por Sande durante Con Ricardo nos juntamos en la FECH. Él con una actitud ruda y otro tanto excitado abandonaba las dependencias de la FECH, recién salía de una reunión junto a otros líderes estudiantiles –universitarios y secundarios– que como de costumbre se juntaban ahí para definir sus modos de acción y estrategias para enfrentar lo que ya venía siendo otro año más de luchas estudiantiles. Ricardo no parecía ser un estudiante secundario, más bien su estereotipo, modo de hablar y forma de expresarse y mover las manos me hacían pensar que era ya un político en potencia. A pesar de su corta edad, confiaba en sus convicciones políticas y parecía conocer muy bien cómo funcionaba el “juego político” y cuál era el rol que él como dirigente debía cumplir [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert].

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el 2015. Sin embargo, éste entrevistado a pesar de dejar claro a lo largo de la entrevista que su posición ideológica es de centro derecha liberal, deja constancia de un sentimiento de indignación por un sistema que beneficia a unos pocos. (RS) “ (…) Hay gente [que dice que] - y esto es una crítica que se nos hace mucho a nosotros y a mí particularmente - yo soy una especie de "defensor de los grupos económicos". Oye si a mí me importa una raja las empresas de este país, a mi lo que importa es que esos cabros […] tengan las mismas oportunidades [...] No es que sea un defensor del modelo neoliberal, pero sí soy una persona que viene del principio de subsidiariedad, que es la libertad”. [Ricardo Sande, militante del Movimiento Gremialista y presidente FEUC 2015] El mismo entrevistado en otro momento de la entrevista bromea con que “no hace falta ser marxista” para darse cuenta de eso. Cuando Sande expresa “pero sí soy una persona que viene del principio de subsidiariedad, que es la libertad” está dejando claro que, si bien considera que los derechos sociales deben ser garantizados, es partidario de un modelo de cobertura subsidiario y por tanto no tan cercano al modelo de Estado de bienestar. Scarlett Mac-Ginty15, presidenta FECH 2011 y militante de las Juventudes Comunistas, por su parte, explica que el discurso del MEC permeó incluso los sectores más de derecha cuando habla de la campaña del movimiento gremial. (SM) “El movimiento gremial en la Universidad Católica que ahora ganó [en el año 2015] dentro de su campaña tenía discursos que La entrevista se desarrolló en la casa central de la Universidad de Chile, ahí Scarlett –odontóloga de profesión– trabaja en la torre 15 en el equipo que asesora al Rector de la Universidad Ennio Vivaldi. La trayectoria de Scarlett es asombrosa, debe ser de las más extensas y laureadas de todos los líderes estudiantiles que en ésta investigación me ha tocado conocer. Scarlett comenzó en el colegio Manuel de Salas desde pequeña involucrándose en política, ahí como recuerda ella “fomentaban mucho la participación”, fue presidenta del colegio en el año en que la “revolución pingüina” explotó y posteriormente delegada y también presidente de la carrera de odontología de su universidad. Fue presidenta de la FECH y también Senadora universitaria de la Universidad. Era consciente del esfuerzo y la importancia que el movimiento estudiantil significaba para gran parte de su generación, de la necesidad y responsabilidad que cada uno de ellos tenía para con el país, así me lo hizo notar en el transcurso de una de las más gratas entrevistas que me tocó realizar [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert].

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fueron levantados por el movimiento estudiantil. Antes de ese movimiento era imposible pensar que un movimiento gremial tuviera ese discurso. Ahí se nota cómo incluso en ese grupo más de derecha del ambiente universitario permearon un montón de principios que ahora son como incuestionables en cualquier universidad. Ahí hay un cambio de paradigma que no existía anteriormente”. [Scarlett Mac-Ginty, militante Juventudes Comunistas y presidenta FECH 2011] Mac-Ginty, en su discurso, hace una distinción entre dos grupos de derecha: la “derecha tradicional” y “ese grupo más de derecha del ambiente universitario”, denotando una diferenciación (más o menos sutil) entre los planteamientos ideológicos de ambos grupos. El argumento generacional también toma importancia en la medida que constata que los actores concretos del cambio social hacen parte efectivamente de una nueva generación; independiente de qué tan a la izquierda del espectro político universitario se posicionan. Pero este cambio ideológico no nace espontáneamente, sino que se gesta (y es posible) tras las movilizaciones estudiantiles. El Movimiento Gremial, al parecer de la dirigente, ha adoptado preceptos más izquierdistas ya que la propia fuerza del discurso del MEC ha logrado cambiar un imaginario social, político y económico. Como explica cuando dice “dentro de su campaña [del movimiento gremial del 2015] tenía discursos que fueron levantados por el movimiento estudiantil”. Lo que refleja el discurso de la entrevistada es justamente la noción de que, para seguir siendo vigente en la arena política, la derecha tiene que reinventar su discurso y adaptarlo a una realidad nacional en cambio y reformas sustanciales. En última instancia, se podría decir que esta corriente gremialista universitaria del siglo XXI se posicionaría “a la izquierda” de la derecha del país. Si bien el colectivo hace parte del movimiento estudiantil (por su misma condición universitaria, Sande en su discurso deja en claro que no se siente parte de las demandas que “ellos” (el resto del movimiento de izquierda) levanta. En ese sentido el movimiento gremial se articula como un “otro” dentro del propio movimiento pero que coincide en valores de acceso más igualitario a la educación, aunque bien con una connotación subsidiaria. En este sentido también se puede hablar de una “nueva derecha” que coincide con la izquierda en que la desigualdad perjudica e impide el desarrollo global.

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II.3. Una reivindicación histórica desde la izquierda La distinción de las izquierdas estudiantiles respecto de la izquierda tradicional es vista en un sentido tanto discursivo como histórico/ contingente. Los entrevistados describen al movimiento estudiantil actual como un proceso emplazado históricamente que tiene su puntapié a finales de los noventa. Como rememora Melissa Sepúlveda: (MS) “Hay efectivamente una nueva izquierda que, en realidad no es tan nueva. Sale a la luz ahora con este cambio del mapeo político donde el PC vira hacia la derecha, se incorpora hacia la Nueva Mayoría y deja abierto un espacio, un lugar, que intentan copar varias organizaciones”. [Melissa Sepúlveda, militante del Frente de Estudiantes Libertarios y presidenta FECH 2014] A través de las definiciones y términos utilizados por la dirigente se infiere que un partido tradicional de izquierda como lo es el Partido Comunista (PC) se aproxima hacia la derecha cuando “se incorpora hacia la Nueva Mayoría”. Con esta expresión la ex presidenta de la FECH deja en evidencia que la Nueva Mayoría como coalición de partidos de centro izquierda ha estado desarrollando una política de derechas. La “nueva izquierda” que representa el movimiento estudiantil a través de sus demandas y “que, en realidad no es tan nueva”, se ve manifestada a partir del discurso de los hablantes desde el 2011, como el año en que los colectivos del MEC irrumpieron en la escena política universitaria convocando una amplia gama de seguidores perfilándose como la oposición en el escenario político. Rodrigo Rocco, presidente FECH 1995, predice un desplazamiento de fuerzas en la organización que repercutirá en el resto del MEC: “A riesgo de ser reductores en el análisis, todo el proceso interno vivido desde 1997 hasta la promulgación de los nuevos Estatutos Orgánicos de la Universidad de Chile en el 2006, puede ser, global y esencialmente visto como la creación de condiciones de base para una nueva etapa en la Universidad” (Rocco, 2005). Un estudio exploratorio (Carrasco, 2010) corrobora la misma observación al reportar que el 90% de los dirigentes entrevistados para esa investigación se sentían parte de la izquierda. En última instancia, “se ha conformado una nueva elite dirigente, identificada con la izquierda, que domina actualmente la Universidad de Chile” (Carrasco, 2010:99).

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Exceptuando el dirigente gremialista, la predominancia de valores de izquierda entre los voceros del Movimiento se puede extrapolar a la CONFECH y en general a la totalidad de grupos relacionados al MEC. Esta identificación con la izquierda o las izquierdas –entendiendo que existe una gama amplia de posturas– se evidencia al interior de LA CONFECH, en donde, como recalca Daniela López: (DL) “(...) La mayoría de las fuerzas son de izquierda. De diferentes sectores, pero son de izquierda. Pero también han ingresado fuerzas de derecha y fuerzas de la concertación. La izquierda es un actor clave en la lucha estudiantil actual, e históricamente lo ha sido, lo interesante de esta izquierda es que viene de un análisis de las derrotas de la izquierda del siglo XX y que está intentando no cometer los mismos errores. Está apelando a una disputa de sentido común, a discursos ciudadanos de mayoría, a no ser siempre vagón de cola de las fuerzas más socialdemócratas”. [Daniela López, militante de Izquierda Autónoma y presidenta de la FEUCEN 2011] La hablante en este caso está destacando expresamente “la disputa de sentido” que la izquierda del MEC quiere darle a la tradicional interpretación de social democracia en Chile representada principalmente por la Concertación. Cuando expresa “no ser siempre vagón de cola de las fuerzas más socialdemócratas” está haciendo alusión a lo negativo que se ve desde la izquierda del movimiento alinearse con la Concertación o la Nueva Mayoría. En este sentido, las demandas del MEC vienen a completar un vacío en el espectro ideológico de los partidos en Chile estructurado desde el centro hacia la derecha16. En otro momento de la entrevista la ex presidenta FEUCEN dejará en evidencia que ha sido la lógica de privatización de los servicios públicos “porque en un país tienes todo, absolutamente todo privatizado” llevada a cabo por gobiernos autodenominados de “izquierda” lo que permitió que colectivos posicionados de forma diversa en términos ideológicos se vieran integrados bajo un “paraguas súper amplio” común en la defensa de valores de izquierda como es la garantía de los derechos sociales: Gramacho y Llamazares (2007) a través de datos de encuestas aplicadas a diputados en América Latina (Encuesta ELITES de la Universidad de Salamanca) dejan en evidencia cómo el patrón de voto de los diputados en Chile, que se posicionan en la izquierda del espectro ideológico, defienden sistemáticamente valores neoliberales en términos de gestión del mercado los cuales son asociados a la derecha por parte de diputados auto ubicados en la izquierda en otros países de la región (en razón de la oposición libertad versus igualdad).

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(DL) “Más allá de la diversidad de colectivos, que pueden ser muy variopinto en lo que existe. O sea, algunos más marxistas, otros más anarquistas, otros más socialdemócratas. Yo creo que hay cosas que conllevan la unificación de ese movimiento estudiantil que ha sido muy significativo en particular del 2011 en adelante, es el cuestionamiento al modelo. Y ahí ese cuestionamiento al modelo, o sea, un neoliberalismo tan, tan agudo [...] Pero, aun así lo que mantiene unificado el movimiento estudiantil tiene que ver con esos cuestionamientos a pilares que son aquellos excesos del modelo. Por ejemplo el lucro, por ejemplo la demanda de recuperación por derechos sociales que fueron privatizados. Entonces ahí hay un paraguas súper amplio que te puede unir demanda socialdemócrata, más liberales, más de izquierda, porque en un país tienes todo, absolutamente todo privatizado”. [Daniela López, militante de Izquierda Autónoma y presidenta FEUCEN 2011] Existen en el discurso de los entrevistados una serie de connotaciones adjudicadas a ciertos conceptos (y que en la cita anterior quedan en clara evidencia) que es importante destacar: cuando se habla del “modelo” se está haciendo alusión directa al programa de políticas públicas implementadas desde una lógica neoliberal desde la dictadura a la transición a la democracia. Por otra parte, es la crítica al modelo lo que mantiene unido al MEC. En este sentido, los entrevistados reflejan esa sensación de descontento y desilusión frente a una elite política que, habiéndose declarado de izquierda, no cumplió con todos los compromisos que de dicha corriente ideológica se espera. Los valores de los líderes y lideresas del MEC reflejan también el estado de ánimo de la juventud en general de Chile, donde un sector amplio coincide en valores de izquierda, así como de activa participación, aunque no a través de los canales tradicionales o de los partidos políticos clásicos17. Ahora bien, cabe destacar que este proceso de retorno a la “[...] No cabe duda de que la FECH fue encabezada en primera instancia por un grupo (La Concertación) que fue desplazado al inadecuarse su “fórmula política” junto con el retorno de la democracia. Luego de ello, la Federación fue refundada por otra élite (JJCC) que también se ve desplazada, ya que su método político de las “Asambleas de Izquierda” rompe con los intereses propios de un partido versus la creciente tendencia entre los jóvenes a nivel nacional de no adherir a ningún conglomerado. De ello surge la actual dirigencia, fracción de una organización de la cual no pudieron asumir el control, y desde allí crearon un nuevo referente que aparenta tener bastante coincidencia con las tendencias nacionales, en vista de que sólo 19,5% de los jóvenes participa o le gustaría participar de un partido político, contra 51,4% que sí lo hace en organizaciones que defienden “causa o ideales”. De la misma forma, la mayoría de los jóvenes que se identifica con una tendencia política lo hace con la izquierda, con 19,8% de adherencia (INJUV, 2006)” (Carrasco; 2010:100-101).

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izquierda tampoco es nuevo en la historia nacional y se asemeja en varios aspectos al surgimiento del MAPU y el MIR en los años 60. “Ambos [...] nacen a partir de una crítica de sectores juveniles universitarios a las direcciones de sus partidos de origen (DC Y PS, respectivamente), lo que desemboca en la creación de nuevos referentes en los cuales estos sectores son mayoría” (Carrasco, 2010:99). Al igual que Miguel Henríquez fue expulsado de las Juventudes Socialistas en 1963 por su visión de socialismo radical fundando posteriormente el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Rodrigo Rocco se alejó de las Juventudes Comunistas en la década de los noventa por tener una propuesta política distinta, fundando la Nueva Izquierda Universitaria (NIU) que daría nacimiento a diversos grupos y colectivos que serán detallados más adelante.

II.4. Un tutti-frutti de ideas en dirección a una mayor igualdad Si en términos clásicos la izquierda se asocia al valor igualdad mientras que la derecha se asocia al valor libertad (Bobbio, 1996), los valores que predominan en el discurso de los entrevistados son claramente de izquierdas salvo, como ya se ha mencionado, en el caso de Sande. No obstante, en el discurso de los voceros entrevistados no todo es coherencia ideológica, de hecho, en varios momentos de las diferentes entrevistas se hace expresa mención a la falta de una articulación ideológica común entre los miembros del MEC. Así lo afirma Guillermo Petersen cuando dice: (GP) “Yo creo que el movimiento estudiantil carece de una estructura ideológica, carece de una estructura clara, carece de un norte, carece de una táctica [...] yo creo que lo único que une a los estudiantes es que es contra el sistema de libre mercado”. [Guillermo Petersen militante de las Juventudes Comunistas y Presidente FEC 2011] El enunciado expresa dos ideas fuerzas. Por un lado, el hablante hace una fuerte crítica hacia la configuración no sólo ideológica, sino que también orgánica del MEC al decir que “el movimiento estudiantil carece de una estructura ideológica, carece de una estructura clara, carece de un norte, carece de una táctica”. Pero por el otro admite que, por lo menos, “lo único que une a los estudiantes es que (el MEC) es contra el sistema de libre mercado” y es por tanto la lucha contra los efectos que dicho sistema produce en el aumento de las brechas sociales lo que une al común de los dirigentes estudiantiles.

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El consenso existe en medio de posturas diferenciadas en términos de ideas y en este sentido Naschla Aburman afirma: (NA) “Yo creo que el movimiento estudiantil siempre ha estado dividido, siempre ha sido un “tutti frutti” de movimientos, ideas, etc., etc. Pero creo que otro gran logro ha sido poder sacar cosas de eso. [...] De partida obviamente creo que es un movimiento de izquierda por supuesto –ahora izquierdas muy amplias–”. [Naschla Aburman, militante Nueva Acción Universitaria y Presidenta FEUC 2014] El movimiento se articula como un verdadero “tutti-frutti de ideas” y donde esta amplitud y diversidad en ideales, valores, consignas y estrategias, a ojos de los entrevistados, no ha imposibilitado al conjunto alcanzar una polifonía que permite el funcionamiento del movimiento. A pesar de la diversidad de corrientes, es posible “sacar cosas de eso” a partir de ciertos discursos más o menos anticapitalista o antineoliberales que todos los sectores del MEC sostienen y que permite catalogarlo como “un movimiento de izquierda por supuesto” aunque “izquierdas muy amplias”. Cuando se pregunta a los entrevistados respecto de los valores, motivaciones y principios que les llevaron a participar en las movilizaciones, apostar por la igualdad y un bienestar general son las que predominan, como se muestra en el gráfico a continuación.

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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Tabla I. Tabla posicionamiento ideológico

Corriente Ideológica Rebeldes

Revolucionarios

Nombre

Militancia

Organización Estudiantil

Lorenza Soto

Juventud Rebeldes

ACES

2014

Eloísa González

Juventud Rebeldes

ACES

2012

Recaredo Gálvez

Fuerza Universitaria Rebelde

FEC

2012

Yoxcy Campos

La Kiltro

FEP

2012

Takuri Tapia

Somos USACH

FEUSACH

2014

Marta Matamala

Somos USACH

FEUSACH

2015

Fabián Araneda

Frente de Estudiantes Libertarios

FECH (vicepresidente)

2013

Melissa Sepúlveda

Frente de Estudiantes Libertarios

FECH

2013

Sebastián Farfan

Unión Nacional Estudiantil

FEUV

2011

Valentina Saavedra

Izquierda Autónoma

FECH

2015

Sebastián Aylwin

Izquierda Autónoma

FECH (vicepresidente)

2014

Andrés Fielbaum

Izquierda Autónoma

FECH

2013

Gabriel Boric

Izquierda Autónoma

FECH

2012

Daniela López

Izquierda Autónoma

FEUCEN

2011

Francisco Figueroa

Izquierda Autónoma

FECH (vicepresidente)

2010 y 2011

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Año

Media Idelógica *

Conceptos relacionados a la ideología del MEC

2

Participación Movilización

2,4

Organización Gestión Autogestión


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Corriente Ideológica “Reformistas”

Gremialistas

Nombre

Militancia

Organización Estudiantil

Naschla Aburman

Nueva Acción Universitaria

FEUC

2014

Diego Vela

Revolución Democrática

FEUC

2013

Giorgio Jackson

Revolución Democrática

FEUC

2011

Ricardo Paredes

Juventudes Comunistas

CONES

2014 y 2015

Scarlett Mac-Ginty

Juventudes Comunistas

FECH

2011

Guillermo Petersen

Juventudes Comunistas

FEC

2011

Camilo Ballesteros

Juventudes Comunistas

FEUSACH

2011

Moisés Paredes

PPD

CONES

2013

Ricardo Sande

Movimiento Gremial

FEUC

Año

2015

Media Idelógica *

Conceptos relacionados a la ideología del MEC

3

Igualdad Resguardo de Derechos Sociales

8

Garantía de derechos sociales a través de mecanismos subsidiarios

Fuente: Elaboración propia. *Media calculada en función del auto posicionamiento expresado por los y las entrevistados.

Entre los entrevistados se identifican, en términos generales, criterios que responden predominantemente a una visión política igualitaria que implica la necesidad de “remover los obstáculos que convierten a los hombres y a las mujeres en menos iguales” (Bobbio, 1995:16). El discurso de los dirigentes estudiantiles se observa politizado y basado en constructos ideológicos fundamentados que, aunque con matices, apunta al objetivo común de lograr mayor igualdad (máxima de la izquierda). Los entrevistados también dejan claro que tanto estar a favor de una mayor igualdad como abogar por mayor libertad (y quedar a merced de las leyes del mercado) tiene sus fundamentos ideológicos. Sin embargo existe una predominancia de valores en función de corrientes de izquierda dentro del MEC; así entre los militantes más posicionados hacia la izquierda (de la izquierda) predominan valores movimentistas y de incentivación a la participación directa (rebeldes), a medida que se avanza más hacia una lógica de satisfacción y garantía de derechos a través de un rol subsidiario del Estado (gremialista situado más a la

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derecha del espectro ideológico estudiantil) se pasa por un discurso en pos de una autogestión y acción política organizada y estructurada (revolucionarios) y finalmente el discurso de aquellos dirigentes que propugnan valores claros de la social democracia (reformistas). En este sentido es posible posicionar a los diferentes entrevistados en base a su discurso de la siguiente manera dentro del espectro ideológico que va desde la izquierda hacia la derecha: Imagen II. Posición en el espectro político de izquierda derecha de los colectivos universitarios a los que pertenecían los entrevistados

REBELDES REVOLUCIONARIOS REFORMISTAS

Fuente: Elaboración propia.

MOV. GREMIAL

En el socialismo clásico el mayor obstáculo para alcanzar la igualdad era la propiedad individual; en la socialdemocracia el obstáculo a derribar se encuentra en un acceso desigual a los derechos sociales y económicos. Andrés Fielbaum (AF)18, presidente FECH 2013 y militante Izquierda Autónoma, explica que: (AF) “A nivel de las conducciones del movimiento estudiantil, hay principalmente fuerzas que se reconocen de izquierda, que eventualmente tienen un horizonte estratégico fuera del capitalismo, pero que comprenden que hoy lo fundamental en Chile es el combate contra el Estado subsidiario y que la educación es la fuente principal de disputa”. [Andrés Fielbaum, militante Izquierda Autónoma y presidente FECH 2013]

18

“No te molesta que me coma algo mientras hacemos la entrevista” fue lo primero que me dijo Andrés cuando nos vimos en el patio de la FEN (Facultad de Economía de la Universidad de Chile) y a pesar de que el pan era muy pequeño, a Andrés le duró los cerca de 50 minutos de entrevista. Las respuestas de Andrés eran estructuradas, pensadas y muy bien racionalizadas. Andrés manejaba a la perfección la problemática social que atravesaba los grandes números o cifras del sistema educacional chileno. Con un discurso reivindicativo y ciertos toques de utopía el líder estudiantil afirmaba que “la revolución francesa también fue difícil” pero nuestra generación tenía muchos sueños por los cuales seguir creyendo que era posible una transformación en nuestro sistema educativo [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert].

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El hablante, en este extracto de entrevista, al decir “que hoy lo fundamental en Chile es el combate contra el Estado subsidiario” está destacando que de forma aunada el MEC lucha con el obstáculo a una mayor igualdad en materia social que implica la lógica de distribución subsidiaria por parte del Estado y dónde el derecho social que implica la educación “es la fuente principal de disputa”. Existiría, por lo tanto, algo así como una sensibilidad de izquierda generalizada entre sus integrantes cuando éstos hablan en contraposición a la izquierda gobernante; ya que como plantea Matamala: (MM) “Si bien reconocemos tendencias ideológicas dentro del movimiento estudiantil, no se podría catalogar por ejemplo de un movimiento marxista, leninista, anarquista, maoísta, hay muchas corrientes. Yo lo catalogaría, personalmente, de izquierda”. [Marta Matamala, militante Somos USACH y presidente FEUSACH 2015] Las “tendencias ideológicas” se yuxtaponen con una serie de ideales y valores socialdemócratas, cristianos, feministas, socialistas, humanistas, comunistas, ecologistas (o incluso gremialistas). Dichas corrientes forman parte de muchos de los pensamientos y las líneas de acción de quienes participan de los diferentes colectivos políticos estudiantiles. Daniela López reafirma la idea expresada por Matamala al decir: (DL) “(...) Nosotros discutíamos el 2011 "ya, pero acá no basta con decir educación gratuita, de calidad, sino que tiene que decir que tiene que ser un derecho garantizado por el Estado porque tenemos un Estado subsidiario". Y ahí te abarcaba todas las fuerzas del Confech. En el estado actual de un neoliberalismo tan desatado en Chile (...) yo creo que el discurso socialdemócrata, en este inicio, en esta discusión, ha sido un paraguas para, por ejemplo, el movimiento estudiantil de la Confech”. [Daniela López, militante de Izquierda Autónoma y presidenta FEUCEN 2011] Estos principios, ideas y motivaciones individuales de cada uno de los actores se van configurando en un marco discursivo-ideológico general, que como plantea Daniela abarca a “todas las fuerzas del CONFECH”. En definitiva, este “discurso”, que podríamos calificar de “socialdemócrata” presente en el movimiento estudiantil funciona como “paraguas” de un pensamiento el cual ha ido con el tiempo posicionando ciertos valores por sobre otros.

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Si bien estas tendencias al interior del movimiento estudiantil son compartidas por actores que se ubican ideológicamente en colectivos diversos, la importancia, relevancia y rol que puedan llegar a jugar, están determinados por los bloques y posiciones políticas que dominan el ámbito ideológico en cada momento específico. Como señala Diego Vela19, presidente FEUC 2013 y militante de Revolución Democrática: (DV) “El 2009 era más comunista/socialdemocracia, un poco socialista […], pero entremedio pasó un poco socialcristiano, después autónomo, después libertario, ahora guevaristas. O sea yo creo que al menos a nivel de composición de bloques políticos, ha habido una transformación hacia la izquierda de las posiciones políticas”. [Diego Vela, militante Revolución Democrática y presidente FEUC 2013] El hablante en este caso está dejando en evidencia que para él “transformación hacia la izquierda de las posiciones políticas” dentro del MEC, ir desde una lógica comunista a otra guevarista es ir desde la derecha hacia la izquierda. En este sentido la descripción hecha por los hablantes en términos de posicionamiento de los colectivos en el espectro ideológico coincide con el gráfico arriba presentado.

II.5. Implicaciones ideológicas clásicas de cada colectivo20 A pesar de que el MEC está conformado por un grupo amplio y variado de colectivos políticos, la coincidencia en las demandas por una necesaria renovación del sistema político los hace converger (Donoso, La entrevista se desarrolló en el Campus San Joaquín de la Universidad Católica. Ahí mientras Diego aprovechaba de almorzar y comer algo de carne –su polola vegetariana o vegana (no recuerdo bien) no consumía carne– por lo que Diego feliz comenzaba a contestar mis preguntas en la cafetería del campus. Alegre y de muy buena disposición Diego fue cuidadosamente recordando su legado y participación en el movimiento estudiantil. La sencillez que manifestaba me sorprendieron desde el comienzo, no parecía haber sido un líder estudiantil, menos el presidente de una de las federaciones más importantes del país, sino más bien un alumno más comprometido con el movimiento y el trabajo por ir generando cada vez más espacios ahí en la Universidad Católica. Me sentí muy a gusto con Diego, él reflejaba sin duda parte del pensamiento de una generación que a mi entender se encontraba madura, lista para afrontar nuevos desafíos y seguir promoviendo ese sentido de colectivo y responsabilidad social que el país debía promover para construir una mejor educación y calidad de vida para todos [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert]. 20 Si bien existe a nivel secundario militancias y colectivos, estos están sujetos a un campo político menos institucionalizado que en el ámbito universitario. Es por ello que el espectro político que se elaboró solo contempla los dirigentes universitarios y sus colectivos. 19

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2014:3). No obstante, las adscripciones de los entrevistados a ciertas corrientes de pensamiento ideológicas no son las mismas, estando estas motivadas por los factores contextuales y autobiográficos21 de cada uno de ellos que dan lugar (como se describió anteriormente) a una gran izquierda multifacética. Los líderes y lideresas entrevistados, en base a los colectivos políticos dentro del cual militan, se han clasificado siguiendo la misma tipificación sobre las izquierdas chilenas propuesta en el estudio de caso desarrollado por José del Pozo (1992). El autor define tres “actitudes favorables a la izquierda” o corrientes de pensamiento que expresan el posicionamiento en el espectro político de los entrevistados de su estudio. Estos son los militantes rebeldes, revolucionarios y reformistas22. La clasificación de los tres posibles posicionamientos dentro de la izquierda hecha por Del Pozo (1992) para militantes de izquierdas exiliados en Canadá durante la década de 1970 y 1980 coincide con cómo se configuran actualmente los colectivos dentro del MEC; identificándose una predominancia de los valores aprendidos en la familia de origen (socialización primaria) entre los entrevistados posicionados más a la izquierda, mientras que aquellos entrevistados más posicionados hacia la centro izquierda registran una mayor influencia de los núcleos secundarios de socialización (como las instituciones marco bajo las cuales se relacionaban). Este es el proceso denominado por algunos autores (del Pozo, 1992; Dawson & Prewitt, 1969) como “socialización política”, lo cual hace alusión a un “proceso mediante el cual el ciudadano adquiere su propia comprensión del mundo de la política” (Dawson & Prewitt, 1969:6). 22 “[…] la adopción de la actitud favorable a la izquierda se efectuó a través de una gran variedad de situaciones y de mecanismos. Para algunos, ese proceso se ha vivido como una expresión de rechazo frente a las injusticias vividas personalmente o por parientes y amigos: aquí opera el sentimiento de rebeldía. Pero en algunos de estos mismos casos, y sobre todo en aquellos que no se sintieron rechazados por la sociedad, fue muy importante la influencia de grupos organizados e instituciones. Algunos de estos casos se manifiestan en casi todas las generaciones, como los sindicatos y centros de alumnos; otros se hicieron sentir en épocas más recientes, como por ejemplo la influencia de ciertos círculos de la Iglesia y el contacto entre pobladores y estudiantes. En los casos en que el acercamiento a la izquierda se dio esencialmente a través de una influencia institucional, la actitud de las personas fue menos de rebeldía que de adoptar una actitud crítica pero a la vez moderada ante los problemas de la sociedad: muchos de ellos actuaron en política a través de una perspectiva reformista. En fin, la perspectiva revolucionaria será el fruto de factores complejos: algunos vendrán de los que sintieron una rebeldía en su infancia, que se articulará con la adopción de un análisis doctrinario de la acción política, pero otros lo harán influidos por su proceso tardío de adopción de la actitud de izquierda, lo que los hará asumir una perspectiva más radicalizada” (Del Pozo, 1992:82). 21

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La literatura sobre formación de valores políticos destaca como la socialización primaria (el prisma político incorporado desde los vínculos primarios) es la que en verdad marca el camino que se recorrerá de adultos. En este sentido del total de 25 entrevistados, un porcentaje importante viene de una tradición de participación política en sus familias (tanto de forma directa como indirecta) y que también explica la manera en que se insertan en la política universitaria. Asimismo, cabe destacar que existen diferentes conciencias de clase23 en función de la universidad a la que asisten los dirigentes entrevistados, y se reconoce una extracción de clase de cada grupo o “piño” político en el sentido de la predominancia de estos en ciertas universidades. Más de la mitad de los entrevistados (13 sobre 24) tiene un familiar directo; o indirecto (12 sobre 24) que haya participado o participe en política; de este total de entrevistados que tiene un familiar directo vinculado a la política el 76% (10 sobre 13) tuvo o tiene una participación a través de organizaciones institucionalizadas como los partidos políticos (PC, PS y DC –en ese orden de preponderancia–); el resto lo ha hecho a través de organizaciones barriales o a través de mecanismos intermitentes principalmente en contra de la dictadura. Gráfico I. Niveles de socialización política entre los líderes y las lideresas del movimiento Tiene un familiar directo* que haya participado o participe en política Tiene un familiar indirecto** que haya participado o participe en política 13 12

12 11

NO

Fuente: Elaboración propia en base a las preguntas realizadas a los entrevistados. *Padre, madre, hermanos/as, tíos/as, abuelos/as. **Tíos/as abuelos/as, bisabuelos/as, primos/as.

Marx (1847:257) describe la conciencia de clase que se expresa en cómo “La dominación del capital ha creado en esta masa una situación común, intereses comunes. Así, esta masa viene a ser ya una clase frente al capital, pero todavía no para sí misma. En la lucha, de la cual hemos señalado algunas fases, esta masa se reúne, constituyéndose en clase para sí misma. Los intereses que defienden llegan a ser intereses de clase”.

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A través del discurso de los entrevistados, y una encuesta de auto descripción de posicionamiento ideológico24 e historial familiar, se los puede posicionar de acuerdo a sus tradiciones familiares y la Universidad en la que estudiaron y federación que representaron. Entre los entrevistados que declaran contar con familiares tanto directos como indirectos que participaron en política, llama la atención que predominan figuras masculinas (padres, tíos, abuelos, hermanos) quienes son identificados como referentes en la participación política. Esta situación coincide con el conocido problema de la izquierda chilena para ganar electorado femenino (Del Pozo, 1992:54) y del sistema político en general para incorporar la participación política activa de las mujeres, así como la predominancia de figuras masculinas en la transmisión de valores de participación política. De todos los líderes a nivel de universidades entrevistados (sin contar los CONES y ACES), 11 tienen padre con estudios universitarios o más, de entre ellos 8 participaron en la FECH y 3 en la FEUC. El resto de entrevistados universitarios (9) con padre con estudios de básica, media o técnica pertenecieron 3 a FEUSACH, 2 al FEC, 1 al FEP, 1 al FEUC y 1 a FEUCEN. Existe una relación clara entre el origen familiar en términos de capital cultural y el tipo de Universidad a la que los entrevistados pertenecen. En el gráfico a continuación se puede observar la correlación que existe entre colectivos y federaciones universitarias que representan los líderes y lideresas entrevistados.

Giorgio Jackson no contestó esta encuesta.

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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Imagen III. Descripción gráfica por Federaciones y Colectivos a las que pertenecen los entrevistados por coriente política Rebeldes

Revolucionarios

La Kiltro

Yoxcy Campos (FEP)

FEL

Melissa Sepúlveda (FECH) Fabián Araneda (FECH)

FUR

Somos USACH

Recaredo Gálvez (FEC)

IA Takuri Tapia (FEUSACH) Gabriel Boric (FECH) Marta Matamala Andrés Fielbaum (FECH) (FEUSACH) Valentina Saavedra (FECH) Francisco Figueroa (FECH) Daniela López (FEUCEN) Sebastián Aylwin (FECH)

Reformistas RD

UNE

Sebastián Farfán (FEUV)

Giorgio Jackson (FEUC) Diego Vela (FEUC) Noam Titelman (FEUC)

Guillermo Petersen (FEC) Camilo Ballesteros (FEUSACH) Scarlett Mac-Ginty (FECH)

Movimiento Gremial

IA

Ricardo Sande (FEUC)

NAU

Naschla Aburman (FEUC)

Fuente: Elaboración propia en base a las características de los entrevistados.

Estos colectivos, movimientos y organizaciones que emergen desde la izquierda a inicios del siglo XXI han ido configurando un escenario político e ideológico que recupera ideas de la izquierda tradicional chilena permeando sus discursos. Por otro lado, es significativo prestarle atención a la multiplicidad de colectivos e ideales perseguidos por los diferentes grupos, en un contexto que a partir del 2011 abrió una ventana de oportunidades políticas (Kingdon, 1995) ahí donde la problemática educacional se impone en el debate, buscando no solo la solución al conflicto sino también impulsando a que el ciudadano se interese en el conflicto. Este momento es aprovechado por muchos de los estudiantes entrevistados para organizar y levantar nuevos colectivos que hoy se consolidan. Una breve caracterización de estas corrientes a las cuales se adscriben los hablantes y sus colectivos permite comprender en qué medida ha ido desenvolviéndose el conflicto estudiantil en estos últimos años. Es importante destacar que se toman las definiciones hechas por Del Pozo (1992) respecto de la estructura de la izquierda tradicional chilena

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dado que se entiende que luego de la recuperación de la democracia el espectro más a la izquierda quedó menguado y comenzó a recuperarse progresivamente a partir del surgimiento del MEC. A continuación se describe el contenido ideológico de los entrevistados agrupados en función de las corrientes ideológicas identificadas III.5.a. Los Rebeldes Los Rebeldes pueden definirse como la izquierda más radical del espectro ideológico. Las características que les definen están asociadas a la predominancia de la socialización primaria entre los militantes, dónde los familiares directos juegan un papel claro en la cosmovisión valórica de la política, la mayoría de las veces motivada por un sentimiento de injusticia vivido en el seno familiar. El discurso de estos hablantes es coherente a la hora de manejar ciertos conceptos como “lucha obrera”, “clase trabajadora”, aunque siempre desde un reconocimiento de la búsqueda de transformación desde el diálogo. Muchos de los líderes entrevistados se posicionan o posicionan al colectivo del que son parte en la medida en que se alejan de otros colectivos “más moderados” desde su punto de vista. El discurso de los hablantes de este sub grupo es bastante articulado en términos ideológicos coincidiendo con una perspectiva más anarquista de la política, más horizontal y contraria a estructuras jerárquicas de toma de decisiones. Entre los entrevistados rebeldes se encuentran aquellos pertenecientes a los colectivos Fuerza Universitaria Rebelde (representado por Recaredo Galvez), La Kiltro (representado por Yoxcy Campos) y Somos USACH (representado por Marta Matamala y Takuri Tapia). La tradición de estos entrevistados es más combativa (cercana al MIR) aunque desde ningún punto de vista aboguen por “la lucha armada”: (YC) “El movimiento estudiantil permitió que muchas organizaciones que estábamos en las penumbras... porque todavía estábamos llorando nuestros muertos, lográramos salir y lográramos hoy día configurar posición política [...] hoy día no estamos hablando del movimiento popular tradicional que existía en los ochenta, en los noventa, sino que estamos hablando de un movimiento popular que aspira a ser del nuevo tipo, que aspira a hoy día a tener prácticas políticas distintas. O sea, hoy día tomar los errores del pasado y no volver a cometerlos po ¿cachay?“ [Yoxcy Campos, militante de La Kiltro y presidenta FEP 2012]

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Campos está utilizando un léxico discursivo asociado a la corriente Mirista (aunque en solidaridad también con todos quienes han tenido muertos desaparecidos durante la dictadura) cuando expresa “estábamos en las penumbras... porque todavía estábamos llorando nuestros muertos”, sin embargo, también está revisando y reconociendo que se deben ver “los errores del pasado y no volver a cometerlos” en clara referencia al abandono de una lucha armada (más adelante la entrevistada hace referencia a la importancia de luchar por lo que se quiere a través del diálogo y ya no más “volver a las armas”). Por otra parte, predomina entre los militantes de esta corriente una conciencia de clase a partir de la cual el estudiante se ve como un futuro trabajador y que si no son modificadas las condiciones de las clases populares, aunque pasen por la Universidad seguirán estando confinados a la explotación del sistema. (TT) “El movimiento estudiantil es un movimiento dinámico, transversal por eso yo creo que más que un movimiento revolucionario es un movimiento transformador. Que algunos dentro de él creamos que hay que crear un movimiento revolucionario está bien, pero también hay un carácter dentro del estudiante que todavía no es trabajador, que es una clase subalterna como algunos lo han llamado, que es bien importante delimitar”. [Takuri Tapia, militante Somos USACH y presidente FEUSACH 2014] Tapia matiza el carácter revolucionario del MEC cuando expresa que entre sus integrantes “hay un carácter dentro del estudiante que todavía no es trabajador, que es una clase subalterna”; la condición de estudiante se asocia a la clase subalterna que impide al MEC se le adjudique de forma total el carácter revolucionario dejándolo en “transformador”; es, en última instancia, la ausencia de una conciencia de clase entre los estudiantes lo que delimita el alcance del movimiento. III.5.b. Los Revolucionarios Los revolucionarios nacen de dos movimientos de “nuevas izquierdas”. Por un lado del movimiento SINFECH25, fundado por alumnos sin militancia previa y sin experiencia política pero que tenían fuertes críticas hacia el SINFECH hace alusión al grupo de alumnos que estaban en contra de las políticas que mantenían diversos dirigentes de partidos tradicionales de izquierda y que habían cooptado de alguna manera las vocerías de la CONFECH. En respuesta el grupo se autodenominó los SINFECH como un juego de palabras (con/sin).

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sistema social. Este nace al alero de las movilizaciones del 2011, cuando diversos colectivos estudiantiles se aliaron en respuesta al sector más conciliador o moderado de la CONFECH encabezados por los entonces dirigentes estudiantiles Giorgio Jackson, Camilo Ballesteros y Camila Vallejo. La prensa en su momento denominó a estos grupos como los “ultras” que dirigían federaciones (mayoritariamente de regiones) como la FEUV, la FEPUCV, la FEC, y otros colectivos de estudiantes autónomos de Valparaíso, Concepción, y otras regiones26. Por otro lado vienen del movimiento SurDa, fundado por ex militantes de los partidos tradicionales de izquierda (Juventudes Comunistas y Socialistas) insatisfechos por las políticas verticalistas de la organización27. La SurDa, que nace a mediados de los años noventa, tiene una perspectiva ideológica autonomista y latinoamericanista fuertemente marcada que viene dada por la propia constitución de sus integrantes, mayoritariamente académicos de izquierda y personas asociadas a la Universidad de Chile, tales como Carlos Ruiz. Entre los entrevistados revolucionarios están aquellos pertenecientes a los colectivos Frente de Estudiantes Libertarios (representado por Melissa Sepúlveda y Fabián Araneda), Unión Nacional Estudiantil (representado por Sebastián Farfán) e Izquierda Autónoma (representado por Gabriel Boric, Daniela López, Sebastián Aylwin, Valentina Saavedra, Francisco Figueroa, Andrés Fielbaum) además de Guillermo Petersen y Ricardo Paredes. El grupo de los revolucionarios se caracteriza por tener una socialización política primaria relativamente baja28 (mayoritariamente familiares indirectos partícipes en la política, militantes del Partido Comunista y Socialista en la dictadura militar). En ese sentido “la socialización política se realizó más tardíamente, y los agentes secundarios jugaron un papel preponderante” (Del Pozo, 1992:52). En el caso de los entrevistados, los agentes secundarios de socialización política son diversos y van desde movimientos artísticos contraculturales hasta los partidos políticos

Becerra, Mauricio (4 de octubre de 2011) Hablan los ‘ultras’. El Ciudadano [en línea: http://bit.ly/1YcVlJD] 27 Si bien en todos los colectivos existen proporciones de militantes “ex comunistas”, en el caso de la SurDa estos fueron los fundadores de dicho colectivo. 28 Sebastián Aylwin sería la excepción teniendo una socialización primaria alta, con padres militantes en el partido Demócrata Cristiano y un abuelo diputado del mismo grupo. 26

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tradicionales. Como bien lo ejemplifica Sebastián Farfán (SF)29 militante de la UNE y presidente FEUV 2011, cuando habla de su propia experiencia como dirigente y militante; la “escena anarca” y el movimiento punk en Valparaíso sirvieron mucho como catalizador de su malestar social. (SF) “Yo por la cuestión contracultural, incluso por la música, me empecé a enterar o a politizar. Así escuchando “Fiskales ad hok”, cuestiones así y eso es rabia po. Yo igual tenía –o sea es parte de esta generación cachaí– descontento con todo y yo me empecé a meter más en ese rollo de la onda punk que en un momento era bien fuerte en varios lugares de Chile. Pero no era un punk así solo de música, había un mensaje. Entonces habían varios grupos que transmitían líneas políticas prácticamente a través de sus letras, entonces ahí yo me empecé a politizar y cuando iba a los show de estos grupos que habían muchos en Valparaíso, no había solo tocatas o eran los típicos de curado, sino que habían ferias libertarias, se vendían periódicos, habían debates, etc. Entonces yo me fui naturalmente como informando por ahí, empecé a leer y empecé a cachar. Combiné la rabia de la generación nuestra esparcida hacia la desconfianza hacia lo político tradicional con una idea que era que “había que hacer transformaciones radicales””. [Sebastián Farfán, militante Unión Nacional Estudiantil y Presidente FEUV 2011] Lo contracultural, expresado en el punk, para Farfán juega un rol preponderante en su proceso de socialización política ya que es a través de ella que el hablante logra asociar sus sentimientos de rabia e indignación30. Antes de esa experiencia él aparece en su relato como un La entrevista se desarrolló en la fuente de soda “La terraza” un reconocido restaurante cercano a Plaza Italia, debido a que Sebastián venía de Valparaíso, me pareció oportuno invitarlo a esta “picada santiaguina”. La simpatía y carisma de Sebastián estuvieron siempre presente en la hora y media que duró la entrevista. Sebastián había comenzado su trayectoria y participación en el movimiento estudiantil desde sus últimos años como estudiante secundario. Sebastián mostraba vivir con un espíritu de participación, solidaridad y colectivo que me llamó mucho la atención; estas virtudes pude notarlas cuando se acercó a la mesa donde estábamos un dirigente social –que peleaba por el agua–, ahí me di cuenta que Rodrigo desde Petorca y Sebastián desde Valparaíso peleaban estratégicamente por sueños distintos que a su vez buscaban un bien colectivo mayor bajo esa mirada más sensitiva, “autóctona” o regionalista que comparten las personas que no pertenecen a la capital [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert]. 30 La indignación juega un rol central en el relato de todos los entrevistados en mayor o menor medida. 29

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individuo sin ningún tipo de acercamiento a la política propiamente tal. Biográficamente es cuando comienza a ir a conciertos y tocatas anacas que sus inquietudes políticas comienzan a aflorar porque se trata de un espacio no solo de juerga, sino que también de construcción ideológica, como expresa él: “yo me empecé a politizar y cuando iba a los show de estos grupos [...], no había solo tocatas o eran los típicos de curado, sino que habían ferias libertarias, se vendían periódicos, habían debates, etc.”. Farfán asimismo deja expresado que la opción o motor de cambio social viene dado por ese descontento que “es parte de esta generación”. En ese sentido, asume lo colectivo y lo generacional para reivindicar la demanda por el malestar, específicamente con la política tal cual se vivía hasta ese entonces. “Combiné la rabia de la generación nuestra esparcida hacia la desconfianza hacia lo político tradicional”. Por lo tanto, es la rabia hacia la política tradicional el motor que genera esa necesidad de cambio en el entrevistado (y en toda una generación según el entrevistado) canalizada a través del entramado discursivo del punk, a través de su música, sus ferias de libros, sus charlas, etc. En definitiva, la escena punk es relatada por Sebastián como un verdadero ágora en la cual participan diversos actores cuyos criterios políticos se asemejan a los suyos y con los cuales el hablante podía generar niveles de asociatividad. Otros entrevistados de esta corriente mencionan la propia universidad como el principal ente de socialización política. Con respecto al rol que deberían tener los actores en el campo político (estado/ciudadanía), este grupo es reacio a la noción de estado subsidiario más que nada y buscan en el mediano plazo cambiar características del estado chileno y el mercado; con la consciencia de que cambiar “el sistema neoliberal chileno” en su totalidad es más bien una postura discursiva/ideológica, un horizonte utópico deseable, pero no un objetivo concretable a través de la labor política real que los entrevistados pudieran eventualmente llevar a cabo. Si bien hay algunos entrevistados que se posicionan más radicalmente frente a esta proposición, también entienden que los cambios son procesos paulatinos y tienen un bagaje histórico importante que no se puede eludir. Un ejemplo de esta idea es la postura de Sepúlveda cuando se le pregunta si ella cree que es necesario romper con todo para generar cambios sociales. (MS) “Yo tal vez voy a tener una visión un poco más radical que otros, tal vez. Pero yo sí creo que efectivamente hay que destruir todo lo que existente. Suena un poco como caótico, pero creo que

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las relaciones sociales están determinadas por el patriarcado y por el capitalismo y eso es lo que se tiene que cambiar. Y eso es cambiarlo todo. De todas maneras, nosotros y nosotras no estamos preparados para vivir ese nuevo modelo de sociedad, complejo, con otras relaciones sociales, con otras formas de hacer sociedad... probablemente sin familia, sin Estado, al menos lo que yo creo, y eso implica un proceso de transformación total. Lo que no quiere decir que uno vaya a proponer que el movimiento social tenga que "destruir" algo porque no es algo material. Entonces hay un [pausa] tiene que existir un proceso de transformación y eso tiene distintos momentos”. [Melissa Sepúlveda, militante Frente de Estudiantes Libertarios y presidenta FECH 2013] Cuando Sepúlveda dice “creo que las relaciones sociales están determinadas por el patriarcado y por el capitalismo y eso es lo que se tiene que cambiar” está haciendo alusión a un plano de la vida social que va más allá del mero funcionamiento del sistema político o educacional. Está hablando de una manera de relacionarnos que ella cree que es tan nociva que hay que “destruir todo lo existente”. No obstante, también comprende que “nosotros y nosotras no estamos preparados para vivir ese nuevo modelo de sociedad, complejo, con otras relaciones sociales, con otras formas de hacer sociedad” constatando su opinión de que para que existan transformaciones profundas en el tejido social es necesario un proceso lento de decantamiento. Al igual que en el caso de los rebeldes Melissa no aboga por la lucha armada como mecanismo para lograr una transformación porque entiende que se trata de un cambio de imaginario social (Taylor, 2006), de lo inmaterial. Por lo tanto, en el discurso de Sepúlveda existe un cierto nivel de maduración política cuando sintetiza lo que dice explicando “que no quiere decir que uno vaya a proponer que el movimiento social tenga que “destruir” algo porque no es algo material”. Por el otro lado, los revolucionarios (quizás mejor que cualquier otro grupo) tienen la total conciencia de que para lograr un cambio social profundo hay que generar una ciudadanía participativa y activa en el quehacer político, lo cual tiene cierta concordancia con la orgánica de los colectivos que hacen parte de esta corriente (véase capítulo orgánico). Como explica la autónoma Daniela López: (DL) “Esta generación, o este grupo ciudadano [...] empieza a hacer más eco en el tema político, [...] empieza a cuestionar desde

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sus condiciones de vida de una manera distinta. Y no solamente, por ejemplo, en términos demandistas al estado pidiéndole más derechos, sino que cuestionando el carácter de la democracia. Esta ciudadanía que hoy día está en desacuerdo, o que tiene la política en contra de la pared por su descrédito y deslegitimación, no solo está pidiendo un acuerdo otra vez por arriba, está pidiendo una participación ciudadana mucho más directa en las decisiones”. [Daniela López, militante Izquierda Autónoma y presidenta FEUCEN 2011] La ciudadanía a la cual se refiere López es una que recién está en el proceso de tomar conciencia a nivel político. Ella pide responsabilidad ciudadana y, en ese sentido, participación (o más bien colaboración) por parte de los chilenos en plasmar las demandas sociales que ha levantado el MEC estos últimos diez años. Por lo tanto, el ciudadano debería posicionarse como un aliado del MEC para que se dé una transformación en el sistema social según la hablante. Sin la presión de esta nueva ciudadanía, que actúa a través del MEC en calidad de aliado y que tiene a los políticos tradicionales “entre la espada y la pared”, no sería posible un cambio genuino. En última instancia, si el Estado no debería ser subsidiario, los ciudadanos tampoco deberían ser pasivamente “demandistas” según la entrevistada. III.5.c. Los Reformistas El reformismo entendido como un tipo de movimiento político-social busca avanzar de forma paulatina, segura y gradual hacia un fin o interés general. Quienes son considerados reformistas en ésta clasificación, son respetuosos de las instituciones, tienen una visión un poco más jerárquica que el resto de los grupos antes analizados y por lo general a través de una socialización secundaria –interrelación con sus compañeros universitarios– han ido forjando y ejerciendo una activación política que va en aumento. Así mismo sus integrantes no tienen inconvenientes en buscar alianzas con otros sectores de la izquierda tradicional. Entre los reformistas se ubican los entrevistados pertenecientes a los colectivos Nueva Acción Universitaria (representado por Naschla Aburman, Diego Vela y Noam Titelman), Revolución Democrática (Giorgio Jackson) y las Juventudes Comunistas (Scarlett Mac-Ginty, Camilo Ballesteros). Como se pudo apreciar anteriormente, la trayectoria familiar de los individuos que representa este grupo es bastante más homogénea respecto a rebeldes y revolucionarios. Los mejores niveles de vida

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alcanzados por sus padres, sus mejores niveles de escolaridad y condiciones de vida les ha permitido alcanzar una situación ventajosa que los posiciona como parte de una clase más acomodada. Aunque cabe destacar que están muy lejos de ser considerados como parte de la burguesía, el sector empresarial chileno. En sus discursos la situación o condición de privilegio si puede apreciarse; para Jackson incluso constatar estas diferencias –que dentro de su misma universidad unos pudieran estudiar y otros tuvieran que hacerse cargo de los servicios, por ejemplo– fue una de sus motivaciones para involucrarse activamente en la política universitaria: (GJ) “Yo decía “pucha, que rabia que no puedan estar estudiando como yo tuve la oportunidad...” y esa, por así decirlo, contradicción de los que, los privilegiados que tuvimos acceso a todo esto versus los excluidos, también tratamos de hacer que eso tuviera un relato común, no que se odiaran los excluidos con los privilegiados...”. [Giorgio Jackson, militante de Revolución Democrática y presidente FEUC 2011] Llevar ésta “contradicción” de los “excluidos con los privilegiados” a la opinión pública fue según el actual diputado uno de los mayores aciertos del movimiento estudiantil; con esto el movimiento no sólo se distanciaba de las críticas que lo posicionaban como un movimiento gremial que buscaba beneficios para sus miembros, sino que también demostraba en palabras de Jackson que “estamos en distintas condiciones pero queremos apuntar a que en el futuro nuestros hijos tengan las mismas oportunidades”. Los contextos de socialización primaria y sus agentes, le han permitido a gran parte de este grupo compartir esta experiencia familiar y transmitirla entre grupos informales de amigos y/o compañeros universitarios. Pero siguiendo la clasificación propuesta por José Del Pozo, quien divide estos contextos de socialización en tres –“innatos”, “por adopción”, “convertidos”–, en la mayoría de los casos los entrevistados se encontrarían en el segundo grupo, es decir sus integrantes “provendrían de medios más bien identificados ideológicamente” (Del Pozo, 1992), pero esta socialización se habría adquirido de forma más tardía, ahí donde los agentes secundarios –sus compañeros universitarios– jugaron un papel preponderante. Es dentro de las mismas facultades donde se iría desarrollando la activación política, lo que no necesariamente llevará a cada uno de estos

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actores a participar o militar en un partido político. Si bien la mayoría de los entrevistados participó de instancias políticas y organizativas al interior de sus colegios y centros de alumnos en una primera instancia, esto no se vio impulsado por el apego familiar o la trayectoria políticoideológicas de sus familias: (NA) “No llegue a esto por una cuestión o respondiendo a una ideología política(...) Fue un shock demasiado grande en mi vida cuando yo me vine a Santiago, ahí empecé a cachar que puta alguien tenía que hacer algo. Y obviamente no dije "soy yo", sino que empecé a preocuparme, empecé a participar en asambleas, en campus oriente sobretodo hay como un ambiente, una identidad muy fuerte del lugar”. [Naschla Aburman, militante Nueva Acción Universitaria y presidenta FEUC 2014] Como plantea Naschla para ella fue “un shock demasiado grande” tanto el cambio de ambiente –de provincia a la capital– como los contextos de socialización universitarios y el ambiente o la “identidad muy fuerte del lugar” donde estudiaba, aspectos que sin duda influyeron de forma significativa para que se inmiscuyera en el ámbito político. III.5.d. Los gremialistas El gremialismo como corriente ideológica busca como fin último el recto ordenamiento social entre las personas y el Estado, fundamentándose en las doctrinas sociales de la iglesia católica. El movimiento gremial ideado por Jaime Guzmán en 1967, se funda como un movimiento universitario al interior de la Universidad Católica en oposición a la reforma universitaria. Defienden el autonomismo entendido como la forma mediante la cual un cuerpo o institución intermedia debe mantenerse independiente a influencias políticas externas puestos que estas sólo servirían para instrumentalizar la acción del estudiantado. Este último grupo está conformado por un solo entrevistado (Ricardo Sande) y representa la derecha del MEC. Sande a través de su discurso deja clara su posición ideológica en dos sentidos: primero dando a entender que también observa una falta de coherencia ideológica ya que “el movimiento no está definido” entre los líderes y lideresas del MEC: (RS) “(…) El movimiento estudiantil no está definido, sino que se define… constantemente… y eso genera que en el movimiento estudiantil (...) haya propuestas contrarias en el plazo de un año”.

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[Ricardo Sande, militante Movimiento Gremial y presidente FEUC 2014] Sande deja ver desde su perspectiva que las propuestas que se presentan para el debate en el marco del MEC son contrapuestas incluso dentro del mismo año. A su vez, el hablante deja claro a través de su discurso que él es el diferente dentro del MEC, aunque no se considere “un detractor”: (RS) “Yo no me considero un detractor del movimiento estudiantil pero sí que me considero opositor en las ideas al menos. Si bien formo parte orgánicamente, soy parte de los estudiantes, soy parte del movimiento estudiantil [las ideas del MEC] no son las ideas por las que marcharía”. [Ricardo Sande, militante Movimiento Gremial y presidente FEUC 2014] En esta parte de la entrevista Sande se desmarca de la tónica general del MEC al expresar que “no son las ideas por las que marcharía”, aunque reconociéndose parte del movimiento. En términos orgánicos su visión es más respetuosa del sistema de partidos actual, lo que en términos orgánicos refleja su conservadurismo. En otro momento de la entrevista dejará en evidencia que “no comparte” la visión que el MEC en su conjunto transmite sobre la necesidad de “derrocar toda la institucionalidad vigente”.

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CAPÍTULO III

PLANO ORGÁNICO: ORGANIZACIÓN, ESTRATEGIAS Y VÍNCULOS

En el capítulo anterior se describió cómo en las sociedades se generan ciertos clivajes que dan origen a un sistema de partidos. Detrás de toda configuración de un sistema político y social existen conflictos que a lo largo del tiempo se consolidan y se transforman en ciertas prácticas más o menos institucionalizadas, entre ellas los partidos políticos (Lipset y Rokkan, 1992). La lógica de interacción y disputa que existe entre los partidos políticos a nivel del Parlamento chileno, se ve replicada en cierta medida a nivel de la política universitaria del MEC. Los colectivos universitarios no solamente experimentan diferencias a la hora de pensarse como una nueva izquierda (como se vio en el capítulo sobre el plano ideológico), sino que también a la hora de organizarse como grupo político y desplegar estrategias de participación que se han venido a denominar como “democracia estudiantil”. Al interior del movimiento estudiantil existen colectivos políticos en torno a los cuales se agrupan los estudiantes, los que buscan disputar (a nivel universitario) sus federaciones y, en última instancia, participar de las vocerías de la CONFECH. Democracia y representación son dos sustantivos que a lo largo de los últimos siglos se han tendido a asociar indisolublemente, sin embargo no son ni sinónimos ni componentes imprescindibles una de la otra. Ésta tensión comienza a problematizarse ya “hacia la década de los años setenta (en donde) se difundió la concepción de que había dos formas de democracia: la representativa, basada en las oligarquías partidarias en competencia, periódicamente seleccionadas para gobernar; y la participativa, basada en la organización de base, con poca injerencia de la división de poderes” (Di Tella et al., 2008:165). Si bien la lógica que hay por detrás de los mecanismos participativos que propone esta nueva “democracia estudiantil” es coherente con la democracia representativa que hoy se conoce (o se ejerce) en Chile, ella también incorpora otras herramientas de participación política más directa

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a través de mecanismos menos institucionalizados (características que estarían más asociadas a esta dimensión más participativa de la democracia). Como se verá más adelante, algunos de estos colectivos buscarán como fin último, insertarse en la política nacional como un adversario e interlocutor válido (Mouffe, 2005) –es decir, como partido inscrito– mientras que otros optarán por seguir vías de participación alternativas. Los y las lideresas en sus discursos, al referirse al movimiento estudiantil y sus dinámicas de competición internas, transitan del “nosotros” al “ellos” con cierta intercambiabilidad. A veces consideran el MEC una unidad cohesionada y articulada con altos niveles de consenso –especialmente en el plano ideológico y político al definirse como “opuesto al gobierno” o perfilarse como “las nuevas izquierdas”– y otras veces se consideran un organismo dinámico donde conviven diversos grupos políticos con opiniones sobre la forma de hacer las cosas que de a ratos son divergentes y otras veces convergentes y que no pueden ser generalizadas al MEC en su conjunto. La presencia de mecanismos alternativos con que cuente la ciudadanía para hacerse oír estarían respondiendo a un estadio avanzado de desarrollo democrático; es decir, que las condiciones mínimas democráticas se amplían y complejizan a medida que los valores e instituciones básicas de la democracia se encuentran consolidados. ¿Qué define a estos colectivos y partidos políticos? ¿En qué medida se registran la ausencia o presencia de conflictos organizacionales entre dichos colectivos? ¿Cómo se agrupan y qué alianzas generan? ¿En qué medida los conflictos organizacionales tienen su origen en motivaciones políticas (por tipos de demandas) o ideológicas (mismas demandas pero diferente manera de articularlas)? ¿Qué tipo de estructura orgánica presentan estos diversos colectivos? ¿Cuál es la incidencia o presencia a nivel territorial que alcanzan?. Estas son algunas de las preguntas que a través del desarrollo de este capítulo se intentan responder.

III.1 Organizaciones Estudiantiles: secundarias y universitarias El MEC en sus dos niveles de movilización estudiantil (secundaria y universitaria) ha reproducido dinámicas asambleístas similares de organización aunque asociadas en cada nivel a entidades con características diferentes. En el caso de los secundarios, la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) y la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (CONES) son las mayores instancias de coordinación política.

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En el caso de los universitarios, la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH), cumplió su papel como la única organización estudiantil con carácter nacional agrupando a las federaciones de universidades estatales en un principio y sumando a las privadas durante el último período coincidente con el auge de la revuelta estudiantil. Tanto las organizaciones secundarias como las universitarias mostraron claros signos de evolución más inclusivos (durante el período de mayor auge de las movilizaciones) que vienen a reflejar una sintonía con los valores esenciales del MEC. Durante el proceso se logra la incorporación de actores políticos que en un principio eran considerados periféricos a la vez que comienza a haber una articulación discursiva diferente respecto de dichos actores otrora marginados; en dónde la tensión entre “públicos” y “privados” intenta diluirse en pos de la demanda por una educación gratuita y de calidad para todos. En los apartados siguientes se describen en primer lugar las características y evolución de las diferentes organizaciones estudiantiles (secundarias y universitarias) para luego describir cómo los diferentes colectivos a los que representan los entrevistados se integran y coordinan al interior de dichas organizaciones. III.1.1. La ACES y la CONES: organizaciones secundarias La Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) y La Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (CONES) son las mayores instancias de coordinación política a nivel secundario, sin embargo, ambas presentan lógicas organizativas diferentes. La ACES nace en octubre del año 2000 para reemplazar a la histórica (y predecesora directa) Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago (FESES). La ACES al constituirse se posicionó como un referente para el movimiento secundario alcanzando importantes logros durante el período que correspondió al Mochilazo y hasta la actualidad. La ACES en sus orígenes nace como respuesta a las características orgánicas de las FESES y el tipo de relación político partidista que mantenían amplios sectores más ligados a los partidos tradicionales y que marginaba a los estudiantes sin militancia por lo que era un imperativo cambiar dichas estructuras. Como lo expresará la ex vocera ACES respecto de que esta institución no solo “representa a los centros de estudiantes sino también a varios de los colectivos y colegios que no tenían centros de estudiantes”. La ACES como una coordinadora zonal –inicialmente en las comunas de Santiago y Providencia– fue sumando a otras comunas en donde la horizontalidad del trabajo en conjunto la ha ido posicionando como un

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referente importante para el sector secundario. Respecto a los inicios de la ACES, Eloísa González1, vocera ACES 2012 y militante del colectivo Juventud Rebelde, recuerda que: (EG) “La ACES se articula en respuesta a la FESES para dar un espacio ampliado a los secundarios en donde no solamente se representa a los centros de estudiantes sino también a varios de los colectivos y colegios que no tenían centros de estudiantes, que tenían altos niveles de represión interna al interior de sus establecimientos. Así nace la ACES, con esa lógica, la lógica de la asamblea que abarcaba centros de estudiantes, colectivos e incluso estudiantes de bases, pero siempre con la idea de poder articular organización donde no la hubiera. También muy crítica al rol de los colegios emblemáticos que tenían un peso mayor en el movimiento estudiantil y tratando de articular a los colegios más de periferia como los técnico-profesionales, los particulares subvencionados, etc.”. [Eloísa González, militante de Juventud Rebelde y vocera ACES 2011] Para la entrevistada el principio de inclusión de actores marginados es fundamental en la medida en que permite crear un nuevo bloque social estudiantil. Esta “lógica de la asamblea” tenía como fin “articular organización donde no la hubiera” dando espacio a nuevos actores estudiantiles2, entre ellos los “técnico-profesionales”, los “particulares subvencionados” y colectivos que, como bien da a entender la entrevistada, era un “rol” que “los colegios emblemáticos” no estaban ejerciendo. El primer paso entonces fue hacer de la ACES una institución

La entrevista a la ex vocera de la ACES se desarrolló en el Mall de Plaza Egaña. La primera expresión de Eloísa al ver que nos juntábamos en él hace poco y recientemente inaugurado “mall Plaza Egaña” fue un “que fea esta huevada, no puedo creerlo”. Eloísa destacó sus puntos de vista particulares en su trayectoria política desmarcándose en sus opiniones tanto de la ACES, como del movimiento estudiantil chileno aunque defendía sus principios y valores. Con un lenguaje claro y segura de sí misma se mostró sumamente crítica respecto a cómo la clase política había dirigido el país los últimos años [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert]. 2 Respecto a esta diversidad de nuevos actores, algunos autores han señalado que “… los “ultras” o los anarcos, era la que predominaba en la asamblea. Sin embargo, bajo este apodo está un conjunto de jóvenes de distintas características. En general, buscan transformaciones radicales, se asocian a colectivos de estudiantes, pertenecen a colegios de menos recursos y viven en poblaciones marginales. La actitud de la mayoría de ellos tiende a desconfiar de las autoridades, como consecuencia de la realidad en que viven, por lo que se niegan muchas veces a transar, negociar y a firmar acuerdos” (Silva, 2009:17). 1

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realmente representativa3, en donde las decisiones no las tomara una cúpula dirigencial sino todo aquel estudiante que quisiera participar. Como destaca la entrevistada, existían diferencias al interior del espectro secundario: mientras que la FESES se perfila ante los ojos de González como la instancia más bien institucionalizada y partidista, la ACES es considerada la voz de aquellos colegios periféricos o “dejados de lado” de las coyunturas y conflictos educativos. Es interesante la capacidad de mutación que ha tenido esta organización para adaptarse a los nuevos contextos. Al igual que la CONFECH asumió que era necesario incluir federaciones privadas a su organización, y como se explicará más adelante, la ACES fue incorporando y abriendo espacios de participación a colegios no emblemáticos4, que en un comienzo se los “veían con muy malos ojos” como recuerda Eloísa: (EG) “Hubo un rechazo inicial muy fuerte, y a medida que nos fuimos involucrando y comprometiendo particularmente desde el rol de la comuna de Ñuñoa tratando de vincular los colegios desde ahí hacia la ACES, nos fuimos involucrando mayormente. Ahí levantamos el “Cordón Ñuñoa”. Después de esa coyuntura, el 2011 mantuve mucho el contacto con los compañeros con quienes fuimos dirigentes en ese entonces, algunos egresaron y otros se quedaron, y con los que se quedaron decidimos levantar la ACES el 2011. Ahí con toda la coyuntura implicaba que una buena asamblea podía llegar a tener 100 colegios en la región metropolitana y la ACES se constituía además a nivel nacional. Entonces había viajes a regiones, había mucho movimiento y compromiso. [Eloísa González, militante colectivo Juventud Rebelde y vocera ACES 2012] Estos principios son establecidos en la comisión del congreso del 2001de la ACES y registrados en el documento de discusión que establece entre otras cosas que: “La autonomía es un principio rector, así como la horizontalidad, que debe entenderse como "acción directa de masas", lo contrario a delegar esa acción en un dirigente. Por esto no se plantea jerarquización ni dirección central como necesidad. Cada sector que se integre tiene la misma importancia. Las decisiones se toman abajo, en asambleas de libre convocatoria. Las clásicas directivas y sus funciones y atribuciones, son reemplazadas por comisiones ejecutivas que se ajustan a las resoluciones por todos tomadas y las ejecutan públicamente” (fuente Documento de discusión, historia ACES en http://www.nodo50.org/aces/index1.htm). 4 Los liceos emblemáticos son colegios públicos que se caracterizan por tener una trayectoria de excelencia académica y prestigio. Algunos fueron inaugurados en los primeros años de la consolidación de la república y por eso tienen un alto sentido republicano. 3

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González deja en evidencia por un lado el nivel organizativo que ya existía en la comuna de Ñuñoa a través del “Cordón Ñuñoa”, instancia que no sólo les permitió comenzar a generar lazos entre el estudiantado, sino además “levantar la ACES” con mayor fuerza a partir del año 2011 en que la “coyuntura” permitió que la organización abarcara a un número mayor de regiones y notablemente muchos más colegios involucrados en la discusión respecto a la reforma educativa. A pesar del “rechazo inicial muy fuerte” que generaba la idea de involucrar a colegios no emblemáticos, en definitiva este cambio de perspectiva contribuyó a generar un proceso mucho más inclusivo en donde “había mucho movimiento y compromiso”. La lógica organizativa que tiene la ACES, y que actualmente comparten mucho de los colectivos políticos y federaciones universitarias, está dejando en evidencia una lógica de participación coordinada más activa y diferente a la preexistente en la FESES. En este sentido las lógicas participativas de la democracia representativa se reconocen como parte inherente del proceso, donde los voceros son identificados sólo como portadores de las ideas de las bases, que en cada una de las asambleas resolutivas comienzan a trazar el camino de ideales para transformar el modelo educativo. “En la ACES [en contraposición a la ACES], basada principalmente en un “asambleísmo” de inspiración anarcosindicalista, la izquierda inorgánica a las estructuras tradicionales de organización política encuentra un medio para desarrollar un trabajo de ruptura con la verticalidad de la organización de los estudiantes secundarios” (Torres, 2010:8). Por el otro lado, la CONES surge tras el movimiento estudiantil del año 2011, que aunque también tiene como objetivo representar a diversas agrupaciones secundarias; cuenta con una alta adhesión de los liceos denominados “emblemáticos”5. Moisés Paredes, uno de los primeros voceros que tuvo la CONES describe el porqué de la predominancia de los colegios emblemáticos en la organización estudiantil dado que “no todos [los establecimiento educacionales] tienen la cultura política que tienen los [liceos] emblemáticos”:

La gran crítica que se le hace a la CONES por parte de los dirigentes de la ACES (y en el caso particular de esta investigación por González y Soto) es justamente la monopolización de estos colegios en el aparataje político de la CONES. González, en su entrevista, explica que en gran medida la CONES sólo defiende los intereses de estos liceos por estar ellos sobrerrepresentados. Además esta última se estaría guiando por una “lógica de política tradicional” vinculada a los partidos que tienen cuotas de poder en el aparato gubernamental-legislativo, lo que genera un quiebre con la “lógica de organización asambleísta horizontal de democracia directa” que defiende la ACES.

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(MP) “[En los colegios privados o subvencionados] no hay una organización que esté definida en términos secundarios, solamente existen los centros de alumnos que en su mayoría no tienen ningún peso en, ninguna valoración en la comunidad educativa; los Directores hacen lo que quieren y si al Director le dicen “Director, quiero hacer una jornada de reflexión”... “Qué bueno, ahí en el recreo si es que podí a las 4 de la tarde –cuando todos están afuera–”; entonces es distinto por ejemplo en el caso de los [liceos] emblemáticos, yo recuerdo que si yo le decía: “Director quiero hacer una jornada de reflexión” y no quieres, entonces están en paro todos a las 10 y en 5 minutos todos estamos haciendo jornada de reflexión”. [Moisés Paredes, militante del Partido por la Democracia y vocero CONES 2013] Moisés justifica la gran presencia de colegios emblemáticos en la CONES debido a que existe una “cultura política” extremadamente desarrollada que da por sentado la importancia y el aspecto positivo de la movilización social. Esto, se puede suponer, que tiene estrecha relación con la cultura política propia de este tipo de colegios cuyas trayectorias se destacan por tener un alto sentido republicano. A partir de este prisma también se puede suponer que es producto de esto mismo que los alumnos tengan una capacidad y voluntad organizativa más institucionalizada. Como recuerda Moisés, si yo le decía: “Director quiero hacer una jornada de reflexión” y no quieres, entonces “están en paro todos a las 10 y en 5 minutos todos estamos haciendo jornada de reflexión”. A través de dicho enunciado el entrevistado está dejando constancia de la predominancia de una conciencia de los derechos políticos de participación de los estudiantes de colegios emblemáticos; que por otra parte son más difusos o casi inexistentes en otros colegios y su cuerpo estudiantil ya que “en su mayoría no tienen ningún peso en, ninguna valoración en la comunidad educativa” siendo supeditados estos a las decisiones de los Directores. No obstante, no es un problema del estudiantado, en ninguna parte del discurso de Paredes se establece la creencia de que los alumnos de liceos no emblemáticos tienen menos cultura política porque tienen desafección política. Más bien el conflicto está a nivel orgánico, donde la propia institución educativa es la que impide la movilización. El discurso del entrevistado apunta no solamente a destacar en términos abstractos y conceptuales la articulación política secundaria (la “cultura política”), sino que también apunta a la práctica política altamente desarrollada

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en esos sectores del estudiantado dando a entender que si no los dejan juntarse, de todos modos se organizarán para protestar. Moisés Paredes también reconoce en otra parte de su entrevista que en algún momento existieron deseos por parte de la CONES para construir una gran federación de estudiantes secundarios. Como explica: “nosotros muchas veces le planteamos a la ACES unificarnos, el punto es que la ACES tiene detrás de su organización al Frente de Estudiantes Revolucionarios”. Siguiendo la lógica propuesta por Paredes, la unión de estas dos organizaciones secundarias era difícil que se concretara ya que un número significativo de miembros del Frente de Estudiantes Revolucionarios creía que “su voz iba a ser supeditada a una mayoría un poco más moderada”. La idea era sin duda poder emular la capacidad organizativa y de convocatoria de la CONFECH, una “organización respetable [que] sigue generando y fortaleciendo el espacio que en definitiva es lo que le da movilidad a las organizaciones” como explica Paredes. La estrategia de la CONES (buscando imitar a la CONFECH) se dirigía a evitar que los conflictos internos entre militantes de diversos partidos o colectivos estudiantiles florecieran; algo que, como destaca Paredes, también pasaba en las organizaciones universitarias inmersas en la CONFECH en la que pese a las tensiones internas entre colectivos seguía manifestando una “unidad en la acción”. A través del discurso de los entrevistados se percibe como la gran capacidad de movilización que acompañó el 2011 sirvió de impulso para fortalecer la capacidad organizativa y de coordinación a nivel de los estudiantes secundarios; dónde éstos intentaron reiteradamente emular a los “grandes”, su referente: la CONFECH. Las dificultades que manifiestan las organizaciones secundarias tienen que ver con ciertos grados de inmadurez de los estudiantes y sus ciclos naturales de desarrollo. Las formas mediante las cuales se organizaban los secundarios en palabras de Moisés requerían de esfuerzos mayores, pues como líderes secundarios, tenían la tarea de lidiar con una organización “mucho más en el aire” que la organización universitaria. A las precariedades del sistema educativo secundario se sumaban los permisos que los menores de edad debían solicitar a sus padres para poder movilizarse, viajar y coordinarse con estudiantes de otras regiones cuyos financiamientos además eran más escasos; y a la vez seguir cumpliendo con las responsabilidades y fechas acordadas para dar pruebas y/o exámenes entre otras dificultades. Todos estos aspectos hacían que la organización secundaria fuera mucho “más compleja, difícil e inestable”.

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En síntesis, hay una división dentro del mismo MEC que hace que los secundarios tengan menos capacidad organizativa (porque no está ni el espacio, ni el tiempo, ni los recursos para hacerlo). En este sentido se identifica la disputa que se da dentro del campo político por un lado entre jóvenes y adultos (brecha generacional), y por otro entre jóvenes y jóvenes (brecha cultural). Podría afirmarse, entonces, que los jóvenes se encuentran enfrentados intergeneracional e intra generacionalmente. La lucha entre jóvenes se identificaría durante el proceso de escolarización. Desde siempre, los jóvenes acomodados han podido acceder a la educación, y por lo tanto, ingresar a un mundo entero de posibilidades dadas por su capital cultural y su capital social. A medida que la educación se abrió a la sectores populares, estos jóvenes se vieron entre la dicotomía del ser joven, pero también del ser adulto a la vez. Esto quiere decir que debían estudiar y trabajar a la vez, lo que se contrasta con la situación de las clases más privilegiadas, personas cuyo rol era únicamente ser jóvenes y hacer uso de su tiempo libre disponible para dedicarlo al ocio y al esparcimiento. A esto último, Margulis y Urresti (1996) lo denominan como moratoria social. La moratoria social atraviesa las lógicas de organización de los jóvenes secundarios y universitarios dentro del MEC. Mientras los universitarios tiene más independencia y acceso a la gestión autónoma de sus propios recursos para llevar a cabo sus reuniones y campañas; los secundarios se ven supeditados a los horarios que les permite su establecimiento; especialmente aquellos cuya cultura política es menor o inexistente. No obstante, esa disparidad entre universitarios y secundarios da un espacio más amplio para la subversión, ya que, como explica González, los estudiantes secundarios “[tienen] mucho menos que perder”. Esto debido a que son más jóvenes y sienten menos las consecuencias de estar en paro, perder clases o inclusive el año escolar. Si bien tanto la CONES como la ACES se presentan como dos grandes estandartes de la “nueva ciudadanía juvenil” que potencia liderazgos más democráticos e inclusivos y critican abiertamente prácticas poco participativas (delegativas) o personalismos ambiciosos de poder; las diferencias intra grupo entre los secundarios se refleja en la oposición que se da entre éstas dos organizaciones, que le ha permitido a la ACES sostener una lógica más horizontal e inclusiva al “construir un espacio político donde la participación efectiva de todos y la diversidad se transformaban en elementos constituyentes de una nueva ciudadanía juvenil” (OPECH, 2009:28). Esta lógica se contrapone a la estructura predominantemente vertical o jerárquica en base a la cual se organiza la CONES. Como destaca Lorenza:

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(LS) “La ACES es una asamblea y esa es la principal diferencia con la CONES la cual es una federación, ahí es distinto porque una “huea”(refiriéndose a la CONES) es una pirámide, la otra “huea” (refiriéndose a la ACES) es horizontal, bla bla, bla... Aunque entre la ACES y la CONES tratamos de no “hueviarnos” mucho porque es absurdo que mediáticamente se centre el problema en eso. En la CONES se agrupan “RD”, la “J”, las juventudes socialistas y puras “hueas” muy institucionales y probablemente los colegios de Las Condes, Ñuñoa y Providencia”. [Lorenza Soto, militante de Juventud Rebelde y vocera de la ACES el año 2014] En este sentido la lógica asambleísta de la ACES se encontraría ausente en la CONES, en la medida en que esta última, en palabras de Lorenza, privilegia una lógica más piramidal, jerárquica o institucionalizada que estaría siendo representada por ““RD”, la “J”, las juventudes socialistas (...) y probablemente los colegios de Las Condes, Ñuñoa y Providencia”. Estas diferencias –si bien reconocidas y problematizadas al interior de las organizaciones secundarias– no son el centro de atención de los liderazgos estudiantiles, como reconoce la entrevistada: “entre la ACES y la CONES tratamos de no “hueviarnos” mucho porque es absurdo que mediáticamente se centre el problema en eso”; más bien el descontento se sustenta en una diversidad (en este caso en las formas o lógica mediante las cuales estas organizaciones funcionan) pero donde la unidad en la acción prima por sobre las diferencias de perspectivas. III.1.2. Universitarios y la CONFECH: Entre lo público y lo privado La Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH) formada en 1984 en Valparaíso, se configuró como la única organización estudiantil con carácter nacional. Esta organización agrupó a las federaciones de universidades públicas y las llamadas tradicionales en un principio, incluyendo posteriormente a las privadas a partir del 2011. Antes del 2011 sólo podían participar en la CONFECH aquellos establecimientos que fueran considerados como tradicionales y en donde las federaciones de estudiantes fueran democráticamente electas. Antes de la entrada en vigencia de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza en 1981, existían en Chile sólo ocho universidades. Estas que hasta hoy en día siguen siendo las denominadas tradicionales constituían el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) y se dividían en dos grupos: las públicas y las privadas. Dicho lo anterior, los entrevistados

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reconocen ciertas características “públicas” o “privadas”6 que generan tensiones a la hora de discutir positiva o negativamente el “rol público” que permite o impide a una Universidad para entrar en la CONFECH. La mayoría de los entrevistados consideran que la ampliación de la CONFECH es algo positivo siempre que se reconozcan las exigencias mínimas para asegurar que quienes entran al organismo están representando democráticamente7 a sus electores como federación. Como bien reconoce Francisco Figueroa8, militante de Izquierda Autónoma y vicepresidente FECH 2010 y 2011: (FF) “Nosotros, los autónomos, seguimos pensando que si los estudiantes de las tradicionales hacen su organización por un lado y los de las privadas por otra y los técnicos por otra, sus demandas

Es mucho más agudo el diagnóstico que debe tomarse en consideración a la hora de clasificar el tipo de universidades que integran la CONFECH, uno de los organismos más importantes y reconocidos a nivel universitario. Hay que constatar que no todas estas universidades privadas son iguales. Durante el último tiempo el boom y negocio universitario ha posicionado a estas universidades en distintos escalafones en donde por cierto los intereses a los cuales estas se comprometen son variados y muchas veces incluso contradictorios unos de otros. Antes de la Ley que en 1981 fijaba las normas sobre el financiamiento de las universidades, existían en Chile un 25% de universidades públicas, frente a un 75% de universidades privadas o particulares. Pero ¿qué tanto ha cambiado el panorama? Si bien son muchos los académicos que han estudiado la relación entre establecimientos públicos o privados, tradicionales o particular (Monckeberg, 2007; Krauskopf, 1992; Brunner, 1991; Zolezzi, 2009) e instituciones como la OCDE (2009); lo cierto es que en base a tres criterios propuestos –propiedad, jurídico y económico– las universidades presentan características tanto “públicas” como “privadas” según los productos que ofrecen y las dimensiones o criterios que están en juego (Parada, 2010). 7 Cabe mencionar, no obstante, que los niveles de participación estudiantil en las votaciones de Federaciones a veces no alcanzan el quórum mínimo necesario para ser legítimas. Este es el caso de las elecciones de la FECH del año 2014, donde un grupo de estudiantes apelaron al Tribunal Electoral (TRICEL) por considerar que no se había alcanzado el quórum mínimo de votos (40% fue el porcentaje de estudiantes que votaron en esa ocasión). Fuente: http://bit.ly/1Uuvb1S 8 Francisco me abrió las puertas de su casa para entrevistarlo; aunque es uno de los líderes con mayor repercusión mediática para mí su cercanía no fue una novedad, siempre lo había admirado por su simpatía y su manera calma pero aguda de expresar las ideas políticas. En el living de su departamento –el cual estaba rodeado de fotografías y recuerdos de viajes– Francisco fue muy preciso, siempre fue al grano del asunto que yo le proponía. Una entrevista en la que la mayoría se tomaba algo más de una hora y veinte minutos en promedio, él lo había hecho parecer más bien en un cuestionario de simples alternativas. Había una virtud en Francisco, el periodista sabía expresar y decir las cosas manejando los hilos de la conversación. Era alguien que encarnaba años de movimiento estudiantil, de ideas y posicionamiento mediático, había escrito hasta un libro de esa experiencia y ahí en las alturas de su departamento entre el viento y las ideas que me iba expresando, no necesito más que treinta minutos para aclararme el panorama [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert]. 6

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se tienden a gremializar, tienden a ver el problema desde su posición particular y se pierde la posibilidad de hacer una mirada común sobre el conjunto del sistema que es el problema. Por esa razón se abrió la pelea dentro del movimiento estudiantil, en la CONFECH en particular acerca de la participación de universidades privadas, eso empezó el 2012 y se han ido integrando, entiendo, varias universidades privadas. No ha sido un proceso fácil por supuesto, yo creo que ha habido mucho resquemor de lado y lado pero ha sido un hito respecto a los años anteriores”. [Francisco Figueroa, militante Izquierda Autónoma y vicepresidente FECH 2011] Este “hito respecto a los años anteriores” al cual hace referencia Francisco levanta el debate sobre si este cambio a nivel organizacional produjo un cambio sustantivo en las demandas del movimiento estudiantil. La demanda por la inclusión de las universidades privadas favoreció la derogación del Decreto con Fuerza de Ley N°2 (DFL29); dicha derogación ha sido catalogada como uno de los grandes logros para el movimiento, en la medida en que se estableció “una mirada común sobre el conjunto del sistema”, identificando problemáticas diversas que afectaban a los universitarios, tanto de universidades públicas como privadas, que no podían ejercer su derecho a elegir a sus autoridades, directivos, ni centros de alumnos. Esta mirada en conjunto permitió que las demandas universitarias no se “gremializaran”, como destaca el entrevistado, justamente porque les dio un sentido de unidad a los universitarios que era mayor que la suma de las partes. El discurso del MEC no sólo permitió el cuestionamiento del sistema político nacional, sino que también permitió un cuestionamiento del mismo sistema de organización política universitaria. Asimismo, la entrada a la CONFECH de voceros de federaciones de universidades privadas generó una mayor distribución del poder entre estas federaciones y colectivos, quienes lograron entrar a la arena política como interlocutores válidos. Francisco plantéa que “no ha sido un proceso fácil (...) ha habido mucho resquemor de lado y lado”, lo que sin duda guarda relación con la redistribución del poder al interior de la CONFECH. Si antes del 2011 las Juventudes Comunistas y otras organizaciones y colectivos asociados a los partidos tradicionales

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El 18 de junio del año 2015 ocurrió la derogación del artículo del DFL N° 2 del Ministerio de Educación del año 2010. Éste artículo impedía el derecho a voto de estudiantes y funcionarios en las instituciones de educación superior, fue reemplazado por un nuevo artículo que prohíbe a las instituciones limitar este horizonte.

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comandaron las federaciones y monopolizaron el poder al interior de la CONFECH, hoy el panorama es muy distinto. Actualmente un número importante de nuevos colectivos universitarios monopolizan el 77%10 de la orgánica interna de la CONFECH; destacan entre los 57 presidentes de cada una de las federaciones de estudiantes universitarios que hoy lo integran los colectivos: Unión Nacional Estudiantil con nueve representantes al interior del CONFECH; Izquierda Autónoma con siete representantes y el Frente de Estudiantes Libertarios con cinco representantes. Lo que en definitiva hace pensar que la distribución del poder ha cambiado considerablemente perdiendo protagonismo partidos tradicionales como las juventudes de partidos políticos (PC, PPD, PS y DC); estos nuevos colectivos han priorizado la alianza entre ellos –y si bien puede que existan ciertas cercanías con los partidos políticos tradicionales– hoy parecen ser los actores más relevantes y decisivos al interior del movimiento estudiantil. No obstante también están quienes critican la entrada de voceros de las federaciones de universidades privadas a la CONFECH, aludiendo que ellos deberían agruparse en una confederación que defendiese los intereses específicos de las universidades privadas, apoyando más bien la tesis de que las demandas deberían ser específicas a los sectores que las representan. Como explica Petersen, (GP) “Yo en lo personal siempre estuve en contra de que las universidades privadas entraran a la Confech, siempre estuve en contra. Y sigo estando. Yo creo que las universidades privadas tienen que organizarse dentro de universidades privadas po. Eso, así de corta (...) no quiero que las universidades privadas estén porque yo creo que hay una disputa que ellos como universidades privadas tienen que hacer. Son universidades que están hechas, constituidas para la élite y para reproducir la élite”. [Guillermo Petersen, militante Juventudes comunistas y presidente FEC 2011] Este 77% representa a los colectivos [que hoy en el 2016] monopolizan las influencias, coordinan y tienen el poder al interior de la CONFECH. Estos colectivos son los ya mencionados Unión Nacional Estudiantil, Izquierda Autónoma, Frente de Estudiantes Libertarios, además de las Juventudes Rebeldes, Fuerza Universitaria Rebelde y otros colectivos de “nichos” universitarios que se encuentran presente sólo en los espacios de sus universidades como lo son La Kiltro en el pedagógico y Somos USACH en la USACH; entre otros que aunque sea aportando un representante, pueden catalogarse como “nuevos referentes y colectivos universitarios”. Estos datos fueron elaborados respecto a la información contenida en las actas del CONFECH del 19 de marzo del 2016; así como los datos consultados el 15 de abril del año 2016 en la página https:// confech.wordpress.com/quienes-somos/.

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El principal argumento que plantea Petersen para negarse a que universidades privadas entren y hoy en día integren la CONFECH es la elitización que estarían representando dichas universidades “que están hechas, constituidas para la élite y para reproducir la elite” según el entrevistado. Cuando se refiere a que existe “una disputa que ellos como universidades privadas tienen que hacer”, Guillermo estaría apostando a que las problemáticas que las universidades del ámbito privado tienen son diferentes a aquellas que se presentan en las universidades públicas. Ahora bien, el planteamiento de Petersen será rebatido duramente por algunos de los entrevistados, especialmente la idea de que las universidades privadas están hechas para las élites. La disputa que se dio respecto a si debían o no integrar la CONFECH las universidades privadas, lo gatilló sin duda el caso de la Federación de Estudiantes de la Universidad Central11 (la primera federación de una universidad privada en ingresar a la CONFECH) lo cual generó un gran debate entre aquellos que creían que las privadas no debían entrar a formar parte de la CONFECH y otros que pensaban que sus problemas eran tanto o más agudos como los que vivían las estatales o privadas con subvención estatal. Así lo problematiza Daniela López la vocera de la FEUCEN del 2011 al recordar que: (DL) “(…) Los estudiantes de privadas viven las contradicciones más fuertes del sistema. Esos nuevos actores no sólo construyen nuevas vocerías, sino que permiten un cuestionamiento mucho más profundo y total del modelo. Por eso cuando dicen “queremos fin al lucro en el sistema público”, y salta el movimiento estudiantil y dicen “no po, si queremos fin al lucro, queremos fin al lucro en todo el sistema educacional”. Porque precisamente en el sector privado es donde más se lucra con ello”. [Daniela López, militante Izquierda Autónoma y presidenta de la FEUCEN 2011] Este fue un debate que federaciones privadas como la FEUCEN tuvieron que exponer, demostrando que sus alumnos no eran “defensores del Como recuerda Daniela López “ahí se dio una disputa interna de demostrarles que nosotros no queríamos ingresar a la CONFECH porque veníamos a defender el lucro en la educación, que era la demanda en contra de la que levantaban la CONFECH, sino que porque éramos precisamente los que vivíamos las constricciones más fuertes del sistema. Y que había que fortalecer la lucha, y había que ampliar las espaldas sociales del movimiento estudiantil, y los estudiantes de la universidad privada eran los que concentraban el porcentaje más alto de la matrícula, representado precisamente esas capas medias que habían creído en el modelo de desarrollo...”.

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lucro y el empresariado” como destaca López, sino quienes vivían en carne propia y de forma más directa las desigualdades impuestas por el sistema educativo. La mayoría de las voces al interior de la CONFECH creían que los problemas vividos por universidades como la Central eran incluso peores pues sus estudiantes vivían las “contradicciones más fuertes del sistema” como destaca la entrevistada, ya que son los más vulnerables los que acceden a la educación universitaria privada. Así mismo se planteaba que esa aglomeración de nuevas fuerzas (las federaciones de universidades privadas) que entraban a debatir, abrían un espacio que posibilitaría a futuro un “cuestionamiento mayor al modelo” que se estaba criticando y pretendía transformar. Esta decisión de mayor inclusión a nivel organizacional permitió una expansión del universo de “indignados” que estaban siendo representados en el discurso del MEC. Al igual que en el caso de los colegios privados y liceos emblemáticos se desmitifica, de alguna manera, la noción de que los alumnos de instituciones privadas “no están ni ahí”12 con la política. Hoy en día ya son catorce las federaciones de Universidades privadas no tradicionales que integran la CONFECH. Hace unos años atrás no existía ninguna. El “conservadurismo” propio de la CONFECH –como opinan López y Figueroa– sumado a la incapacidad de algunas federaciones tradicionales para concebir a las privadas como aliados y generar una estrategia común en defensa de la educación pública, gratuita y de calidad, sólo fue consolidándose en la medida en que estos actores lograron evidenciar que sus problemas eran consecuencias de un mismo modelo neoliberal a partir del papel del Estado como subsidiario. Como también reconoce el ex presidente de la FEC Recaredo Gálvez13: Para un mayor entendimiento sobre las actitudes y posturas estudiantiles frente a las políticas del gobierno véase capítulo sobre política. 13 La entrevista se desarrolló en la Fundación Sol ubicada en la calle Miraflores en el centro de Santiago. Ahí Recaredo es parte del equipo de investigadores que estudian temas relacionados con el trabajo, el sindicalismo y la educación. Recaredo se mostraba muy comprometido con los ideales de justicia, solidaridad y compromiso social para hacer de Chile un mejor país. Más allá del tema educacional que se notaba que lo había marcado mucho, constantemente relacionaba los problemas educativos con el sistema neoliberal y las dificultades e injusticias vividas día a día por los trabajadores. A veces un tanto disperso, otras espectacularmente agudo y crítico Recaredo se tomaba su tiempo para darme a entender que los problemas relacionados con la educación estaban más bien vinculados con una cuestión de clase. Por lo mismo el desafío para los nuevos líderes estudiantiles –según Recaredo– era lograr que el movimiento estudiantil se proyectara en conjunto con otros sectores igualmente afectados. Recaredo me despidió amablemente por segunda vez consecutiva, ya que al igual que con Guillermo el tiempo el día anterior no nos había alcanzado para concluir con la entrevista [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert]. 12

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(RG) “(...) Es ahí [en las universidades privadas] donde muchas veces hay injusticias, son perseguidos por militar políticamente o son perseguidos por querer armar federaciones o hay cobros abusivos, sus planes no se encuentran acreditados o no tienen [un] mínimo, respecto de cómo podrían impartirse ciertas materias, entonces ellos también de alguna manera forman parte de estos ideales que ya ha planteado el movimiento estudiantil, hasta hay ideas concretas y no tienen por qué quedar afuera (…) me parece importante que ellos estén vinculados y retroalimenten y fortalezcan los debates de la Confech y de otros espacios en los cuales se puede debatir los asuntos”. [Recaredo Gálvez, militante Fuerza Universitaria Rebelde y presidente de la FEC 2012] Gálvez le da un estatuto importante a los alumnos de las universidades privadas diciendo, “ellos también de alguna manera forman parte de estos ideales que ya ha planteado el movimiento estudiantil (...) y no tienen por qué quedar afuera”. Efectivamente existe, en el discurso del entrevistado, una concordancia entre el repertorio de demandas que moviliza el MEC y la injusta realidad de este sector del estudiantado que para Gálvez (al igual que para López) son los más perjudicados por el sistema educacional actual. En el discurso del entrevistado no sólo existe una opresión monetaria del estudiantado que asiste a universidades privadas (“hay cobros abusivos”), sino que también una opresión política en la medida en que las oportunidades para la participación son mitigadas por las autoridades universitarias. El vocero recalca este punto enfáticamente cuando dice que los alumnos de las universidades privadas, “son perseguidos por militar políticamente o son perseguidos por querer armar federaciones”. Los entrevistados están denunciando como el modelo educativo implementado termina favoreciendo el acceso a mejor calidad educativa a quienes provienen de familias con un mayor capital cultural y económico (variables que en general van de la mano). El planteamiento se condice de alguna manera con lo que expresan tanto Daniela López como Moisés Paredes al hablar de la distinción entre “alumnos de establecimientos públicos versus privados”; dónde en los llamados públicos tradicionales predominan estudiantes que conocen y ejercen sus derechos, mientras que en los privados predominan estudiantes que de manera socio estructural y socio cultural no tienen incorporadas las lógicas de participación política y parecen “no estar ni ahí” sin embargo se ven tanto o más afectados que los estudiantes de establecimientos

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públicos y por ello de hecho protestan y se incorporan a las asambleas estudiantiles (Honneth, 2004)14. Lo cierto es que en el 2011 el panorama organizativo de la CONFECH cambió radicalmente en la medida en que por primera vez en su historia comenzaron a ser parte de su orgánica Federaciones de Universidades privadas no tradicionales y con ello nuevos colectivos universitarios. Para Sebastián Farfán el “aprendizaje” acumulado fue esencial para “generar organización” entre “toda una juventud desencantada de los partidos políticos”: (SF) “Todo ese camino fue de aprendizaje y el aprendizaje fundamental era que había que generar organización. Toda esa juventud desencantada de los partidos tradicionales, de la izquierda también –o sea para nosotros el Partido Comunista o la “J” tampoco representaba una opción– entonces, intentamos crear cuestiones alternativas; sobre todo se representó a través de colectivos locales. En muchos lugares de Chile empezaron a surgir colectivos, empezaron a trabajar localmente para echar a sus rectores o por becas o por democracia, distintas peleas”. [Sebastián Farfán, militante Unión Nacional Estudiantil y presidente FEUV 2011] En base a lo que plantea Sebastián, estos colectivos nacen tanto de la necesidad por agrupar puntos de vista distintos, en un momento en donde la orgánica estudiantil –de la CONFECH particularmente– giraba en torno a la hegemonía de grupos o partidos políticos tradicionales de izquierda. Estos últimos manejaban las formas en que se organizaban el conjunto de los colectivos, las demandas por las cuales se luchaba y los tiempos en los cuales debían actuar la mayoría de las organizaciones a nivel nacional. Los colectivos estudiantiles a partir del 2011 comenzaron a recorrer “ese camino [de] aprendizaje” que permitió en definitiva “crear cuestiones alternativas” a las lógicas tradicionales que representaban el partido comunista o sus juventudes militantes; al mismo tiempo que estos “colectivos locales en muchos lugares de Chile” comenzaron a levantar sus propuestas, ganar federaciones e ir paulatina y gradualmente apoderándose de la CONFECH.

Socioestructural refiere a la institucionalización de prácticas que norman la vida social y sociocultural refiere a la amalgama de esas expresiones en el tejido social.

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En síntesis, la ampliación de la CONFECH es uno de los elementos más interesantes que ha ocurrido en los últimos años para el MEC. Esta ampliación viene a mostrar nuevas formas de articulación al interior de una orgánica que no solo introduce nuevos elementos, sino también y fundamentalmente le da un espacio a universidades privadas, otorgándole a la Confederación de Estudiantes de Chile una legitimidad mayor ya que se consolida efectivamente como la representante del conjunto de actores del sector universitario del país, bajo un principio de participación inclusiva que busca integrar en pos de la defensa de una educación “sin lucro, gratuidad y de calidad”, a todos aquellos que sufren los efectos del modelo de mercado y, en definitiva, las consecuencias de un modelo educativo deficiente.

III.2. La Democracia Estudiantil Como se vio en el capítulo anterior, el MEC y sus diferentes actores levantan demandas sobre el acceso a la educación y otros derechos sociales y utilizan los mecanismos de la política (Mouffe, 2014; Rosanvallon, 2003) como medio para implementar o efectivamente concretar tales demandas. Esos mecanismos a veces se adscriben dentro de los marcos institucionales que tiene un sistema político para ofrecer (como votaciones) y otras hace parte de un repertorio dinámico de acciones y prácticas contrahegemónicas (como las protestas, marchas, “cacerolazos”, manifestaciones artísticas, etc.)15 que no sólo buscan suplir las necesidades ciudadanas, sino que también cuestionar el propio sistema democrático y las reglas del juego. Como explica Boric: (GB) “La mayoría de los parlamentarios hoy día [...] no tienen una inserción en procesos de lucha reales, sino que vienen más bien de El movimiento social involucra desafíos sostenidos hacia los detentores del poder en el nombre de una población que vive bajo la jurisdicción de aquellos detentores del poder a través de demostraciones públicas concertadas del valor, unidad, número y compromiso de la población. Los movimientos sociales combinan: 1) Protestas sostenidas en el tiempo por la obtención de demandas, 2) un espectro de actuaciones públicas incluyendo marchas, mítines, demostraciones, creación de asociaciones especializadas, reuniones públicas, declaraciones públicas, petitorios, escritura de cartas y lobbying, 3) reiteradas demostraciones públicas de valor, unidad, números y compromiso a través de la utilización de ciertos colores, marchar en rangos disciplinados, portar alguna insignia que publicite la causa, la exhibición de signos, cantos, slogans y piqueteo frente a edificios. Esta combinación produce significativamente menos confrontaciones violentas que las guerras civiles, las rebeliones y las revoluciones, pero es más sostenido en el tiempo que una sola protesta y menos rutinizada que las actividades de los grupos de interés (Tilly and Tarrow, 2006:ch. 6). (Traducción Propia).

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burocracias partidistas o de familiares, entonces yo espero que en algún momento la pregunta sea al revés, algo así como “qué raro que los Walker sean los tres diputados” o que tipos que no han dado ninguna pelea sino porque tienen lucas o porque eran parte de la burocracia del partido estén en el Parlamento; sino que ojalá sea de que quienes estén en el Parlamento –independiente de su posición política– sea producto de que, de que son representativos de luchas concretas sociales”. [Gabriel Boric, militante Izquierda Autónoma y Presidente FECH 2012] La democracia chilena es vivida así por los voceros y las voceras entrevistadas como una especie de “partidocracia”16 en donde la ciudadanía tiene poca incidencia y capacidad para transformar las “reglas del juego”, a diferencia de los partidos que dominan y hegemonizan las prácticas políticas. En este sentido la falta de congruencia entre ciudadanía y partidos, se explicaría por la insatisfacción que la ciudadanía concentra respecto a la partidocracia, toda vez que además de estar muy arraigada en el sistema, interfiere con la completa funcionalidad de la democracia en términos de legitimidad, responsabilidad y alternancia en el poder (Siavelis, 2009). Esta partidocracia según Boric no favorece la defensa de “procesos de lucha reales”, más bien es vista como un impedimento en pos de velar por una verdadera representación de la ciudadanía; estas “burocracias partidistas o familiares” actualmente no “son representativos de luchas concretas sociales” sino defensores de sus intereses y de la reproducción de un status quo particular y altamente arraigado en la política. El entrevistado al referirse a “los Walker” está haciendo referencia a esa “casta” de políticos profesionales que dejaron de representar intereses ciudadanos para cooptar la política. Aburman Para entender la idea de partidocracia respecto al caso chileno, Siavelis plantea que “A comienzos de la transición democrática, 17 partidos políticos (5 de los cuales podrían ser considerados como los principales: PS-Partido Socialista; PPD-Partido por la Democracia; PDC-Partido Demócrata Cristiano; PR-Partido Radical, y el PSD-Partido Social Demócrata) se unieron para formar la coalición de centro izquierda con el fin de enfrentarse a la Alianza que representaba a la coalición de derecha (compuesta por dos partidos principales, la UDI-Unión Demócrata Independiente y RN-Renovación Nacional). Los partidos se dieron cuenta que la única manera de ganar las elecciones post autoritarias (especialmente a la luz del sistema electoral legislativo mayoritario legado de Pinochet) era unirse en una transición negociada caracterizada por la repartición del poder entre los principales partidos. Los partidos políticos construyeron una serie de instituciones formales e informales, negociadas a través de sus elites, que apuntaban a realizar una repartición del poder y asegurar la transición democrática (Siavelis, 2009:11-12).

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refuerza este punto con sarcasmo cuando dice “yo invitaría a algunos “políticos” a que se metan a tratar de sacar consensos de un lugar [como la CONFECH]”, enfatizando la idea de que la CONFECH se perfila como un espacio de construcción política diferente donde la discusión y el disenso no son vistos como una amenaza, sino como una oportunidad de hacer una especie de síntesis de ideas. Los políticos a los cuales se refiere la vocera estudiantil en el enunciado son justamente aquellos que representan la vieja forma de hacer política, donde –según los hablantes– los intereses personales de partidos o individuos tiñen las discusiones. Andrés Fielbaum, también comparte estás ideas al manifestar que efectivamente al interior de la CONFECH se ha reducido la participación de aquellas organizaciones o militancias que representaron a la Concertación y que actualmente militan en partidos asociados a la Nueva Mayoría. La capacidad representativa de colectivos universitarios de más reciente formación (como podría ser Izquierda Autónoma y Revolución Democrática) ha ido acumulando un peso histórico más protagónico en el seno de la CONFECH. Este fenómeno según Fielbaum se ha ido manifestando precisamente debido a que: (AF) “Lo que se comprende es que no hay una crítica a la militancia en sí misma, no es una crítica a la política, sino que hay una reapropiación de la política, justamente para desterrar a la política de la transición. Yo creería que eso es lo que se ha construido estos últimos años, y eso es tremendamente positivo”. [Andrés Fielbaum, militante Izquierda Autónoma y presidente FECH 2013] Cuando el hablante se refiere a la “reapropiación de la política” está queriendo destacar como los nuevos colectivos universitarios al interior de la CONFECH (si bien sucesores de la transición democrática) toman la institucionalidad participativa y asamblearia que caracteriza a este organismo, para resignificar la democracia en esto que se ha venido a llamar democracia estudiantil. El término democracia estudiantil sirve y es utilizado discursivamente por los hablantes para diferenciarse de lo que se conoce como la política en Chile. De forma recurrente los entrevistados manifiestan una crítica a la llamada “política de los consensos” que de manera posterior a la transición democrática se tradujo en un progresivo estancamiento de las lógicas de participación ciudadana más activas17. Para mayor información véase capítulo de Política.

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La democracia estudiantil que plantea el MEC se asemeja a las nociones de “democracia radical” (Mouffe, 2011; Ibarra y Blas, 2006) o “democracia efectiva” (Inglehart y Welzel, 2008), donde la participación ciudadana (o estudiantil en este caso) es esencial en la medida en que sirve “justamente (como medio) para desterrar a la política de la transición” ya que garantiza que los derechos puedan efectivamente ser ejercidos. El ex candidato a diputado Francisco Figueroa18 explica que: (FF) “[El MEC] tiene una visión muy igualitarista, muy de defensa de igualdad, muy democrática y con una visión participativa de la democracia, o sea, la idea de que la democracia que tenemos es suficientemente representativa y además que debieran ser partícipes los actores sociales organizados en la toma de decisiones. Yo creo que esas cuestiones son claves a la hora de pensar un poco que tiene en la cabeza el movimiento estudiantil”. [Francisco Figueroa, militante Izquierda Autónoma y vicepresidente FECH 2011] Dicha reflexión queda expresada en la máxima de Inglehart y Welzel (2008:178), “[...] la democracia puede ser efectiva sólo si el poder es otorgado a las personas” (Inglehart y Welzel, 2008:178). Cuando Figueroa expresa que la “visión participativa de la democracia” es una de “esas cuestiones que son claves” para el MEC, está destacando como la organización asamblearia “más igualitarista” que caracteriza la lógica de discusión entre los colectivos estudiantiles marca la diferencia respecto de la forma de negociación democrática heredada de los partidos tradicionales; esto sería la democracia estudiantil. Existe una oposición en términos de cómo se dan las lógicas de negociación al interior del MEC respecto a cómo se da al interior de los Francisco me abrió las puertas de su casa para entrevistarlo; aunque es uno de los líderes con mayor repercusión mediática para mí su cercanía no fue una novedad, siempre lo había admirado por su simpatía y su manera calma pero aguda de expresar las ideas políticas. En el living de su departamento –el cual estaba rodeado de fotografías y recuerdos de viajes– Francisco fue muy preciso, siempre fue al grano del asunto que yo le proponía. Una entrevista en la que la mayoría se tomaba algo más de una hora y 20 minutos en promedio, él lo había hecho parecer más bien en un cuestionario de simples alternativas. Había una virtud en Francisco, el periodista sabía expresar y decir las cosas manejando los hilos de la conversación. Era alguien que encarnaba años de movimiento estudiantil, de ideas y posicionamiento mediático, había escrito hasta un libro de esa experiencia y ahí en las alturas de su departamento entre el viento y las ideas que me iba expresando, no necesito más que 30 minutos para aclararme el panorama [Extracto de la bitácora del entrevistador Alejandro Siebert].

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partidos políticos; y esto se refleja de forma constante en la primacía de lo colectivo y de una negociación más horizontal por sobre lógicas verticales y jerárquicas de adopción de decisiones. Soto en este sentido expresa que: (LS) “El movimiento estudiantil se ve como un fenómeno distinto al que por lo general vemos; el hecho de votar y discutir todo y de incluso a veces tomarnos el colegio para discutir porque no nos dan los tiempos para discutir todo es un fenómeno porque los partidos políticos no funcionan así”. [Lorenza Soto, militante de Juventud Rebelde y vocera de la ACES el año 2014] La ex vocera ACES está dejando en evidencia a través de su discurso que el “fenómeno distinto” que significa el MEC en términos de funcionamiento interno, tiene que ver con que los partidos políticos han tendido a legitimar una lógica de toma de decisiones menos consensuada. Como bien expresa Lorenza “el hecho de votar y discutir todo” viene a romper con esa lógica de verticalidad del poder, asumiendo la participación como un factor clave para el cambio social. Esto no quiere decir que el MEC reniegue o crea que se puede prescindir de los partidos políticos; sino más bien se reconoce que las lógicas orgánicas y formas mediante las cuales los partidos políticos hacen política deben cuestionarse y ser transformadas a partir de la organización de base y la participación en aumento de una ciudadanía activa. Esta nueva lógica o “fenómeno distinto” como está señalando Soto reivindica y legitima la “acción colectiva directa” (PNUD, 2014) demostrando que “las organizaciones de la sociedad civil también pueden tener un rol fundamental en procesos de formulación e implementación de políticas públicas, así como en procesos de cambio en el marco legal de los países” (PNUD, 2014:104). El rol que pueden estar desempeñando los partidos en torno a la gestión de poder ha sido un tema de importancia para el MEC y sus colectivos. Incluso hay quienes critican a algunos líderes y lideresas del MEC que piensan que se puede hacer política sin partidos, asumiendo que estos mismos líderes que denostan a los partidos son inconsistentes en sus afirmaciones. Mac-Ginty lo expresa claramente cuando dice: (SM) “Vemos ahora el anuncio de la Izquierda Autónoma, por poner un ejemplo, se dijo mucho que ellos no querían ser un partido, que se diferenciaban mucho de los partidos, etc. Ahora en su última asamblea definieron que quieren ser un partido”. [Scarlett Mac-Ginty, militante Juventudes Comunistas y presidenta FECH 2011]

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La entrevistada como militante de las Juventudes Comunistas, entiende que los partidos políticos siguen siendo medios legítimos para articular demandas. Respecto de la fiabilidad y respeto institucional Mac-Ginty en otro momento de la entrevista es clara al decir, “no creo que en un corto período vamos a poder reemplazar a los partidos políticos por un movimiento”. La entrevistada cuando hace alusión a “reemplazar” no está afirmando que sólo los movimientos sociales –en este caso el estudiantil– tengan que monopolizar el ámbito político, sino más bien que los movimientos sociales deben ir llenando espacios políticos que la ciudadanía no ha sabido ocupar; a diferencia de ciertos partidos que sí han aprovechado esos espacios. En este sentido es que la entrevistada plantea que “estos nuevos grupos” –en referencia a Izquierda Autónoma y Revolución Democrática, colectivos estudiantiles con intención de erigirse como partidos políticos– “representan las ganas de la participación y el descontento que existe de gran parte de los grupos políticos tradicionales”, lo que por ningún motivo excluye a los partidos, sino que se reconoce la importancia que estos han tenido como parte constitutiva de “la columna vertebral del proceso político del país” (Scully cita a Garretón, 1996:83). Es importante recordar que todos los líderes y lideresas estudiantiles crecieron en democracia y por tanto conocen desde la génesis las lógicas de interacción y participación democráticas; y aun cuando pongan en práctica lógicas de participación más disruptivas (como tómas o cortes de calles) lo hacen desde la reivindicación de valores democráticos. En términos teóricos cuando se define repertorio de acción colectiva “[...] en vez de variar infinitamente como resultado de intereses, oportunidades y cálculos estratégicos, dentro de cualquier régimen particular, las demandas colectivas se agrupan en un número sorprendentemente pequeño de conductas. En democracias contemporáneas, por ejemplo, muchos actores políticos saben cómo solicitar y tener una audiencia pública, pero no cómo organizar un golpe de estado o asesinar un candidato rival” (McAdam, Tarrow, Tilly, 2007:5). Si lo que busca y demanda el MEC es más democracia (es decir más igualdad), entonces es a través de los mecanismos que ofrece la Democracia que hay que conseguir más igualdad19. Estas reflexiones tocan el corazón de la discusión que se da dentro del MEC en torno a las Estos mecanismos no están limitados solamente a lo electoral, sino que se entienden en un sentido amplio y aglomeran toda práctica que se relacione con los principios y valores de las democracias liberales tales como inclusión, consenso, respeto, libertad de asociación y expresión, etc.

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formas de participación: “Ahí está el debate como entre "participamos o no" [en el Parlamento]”, explica Farfán: (SF) “Yo creo que es importante que hayan cabros de nosotros ahí [en el Parlamento], aunque sean de distintos partidos o toda la cuestión. Yo creo que es importante que lleguen porque cambian también todo el escenario político. Ahora yo efectivamente no creo que bajo los marcos institucionales actuales se vayan a generar los cambios, pero al menos tenemos a locos gritando también en el Parlamento. [...] Yo por eso te decía que encuentro positivo que esté el Gabriel Boric. Claro, si tú lo ves de una postura ultra crítica tú puedes decir "ha pero está avalando la dictadura pinochetista, participa de la misma institucionalidad y todo". Perfecto, pero esa institucionalidad no va a caer por un acto de voluntad, va a caer porque miles salgan a las calles, y para que esos miles salgan a las calles tienes que meter el "bichito" en la cabeza de la gente que se puede po. El Boric hoy en día hace un poco eso [...] Más que las leyes que saque o las cuestiones que haga yo creo que lo fundamental es lo que dice, es como una reserva moral que tenemos ahí, es como una ramificación de lo que fue el 2011”. [Sebastián Farfán, militante Unión Nacional Estudiantil y presidente FEUV 2011] El entrevistado está poniendo en valor la representación simbólica y discursiva que la figura de Boric representa en el Parlamento, más que la capacidad de generar cambios estructurales, “Boric es la reserva moral”. La capacidad de repercusión está puesta por sobre todo en la acción ciudadana (“que miles salgan a la calle”) y no en lo institucional, a pesar de que el participar en la institucionalidad es visto como algo mejor que no participar en ella (“tenemos a locos gritando también en el Parlamento” que le están metiendo “el "bichito” en la cabeza de la gente que se puede” salir a las calles, cambiar la institucionalidad). La propuesta radica en ocupar los espacios que la institucionalidad política dispone, así como los espacios no institucionalizados de participación política. Farfán termina su planteamiento diciendo que “[...] el movimiento estudiantil trae otra forma de ver la democracia, entonces mientras estén [los voceros del MEC] ahí adentro [del Parlamento] tenemos más megáfonos para decir que hay que cambiar la cuestión, yo por eso lo encuentro positivo”; con esta afirmación Farfán está mostrando de este modo cómo ciertas maneras híbridas de participación conllevan

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a procesos políticos con mayor capacidad de cambio social o por lo menos alcance, perfilándose como algo más deseable que no tener representantes del MEC en la institucionalidad parlamentaria. El MEC ve enfrentado, por lo tanto, no solamente su visión ideológica sobre la sociedad, sino que también el despliegue de su forma de organización política en el cruce de la política contenciosa y la institucionalizada. El movimiento y sus líderes exponen sus ideas a través de la lógica de discusión asambleísta, horizontal e inclusiva respecto de las disidencias incluso dentro del movimiento. A su vez, varios de los ex líderes y lideresas del MEC, luego de haber crecido políticamente en este ambiente que la CONFECH significa, se insertan en la institucionalidad parlamentaria por una parte validando que el MEC es compatible con la institucionalidad vigente y por otro recordándole al resto de los parlamentarios la deuda vigente con la reforma educativa20.

III.3. Identidad, alianzas y formas de organización: La unidad en acción hace referencia al objetivo de ponderar el consenso por sobre el personalismo y el disenso. Las izquierdas del movimiento estudiantil (si bien heterogéneas) coinciden en que la realidad del país debe ser transformada y que para ello debe actuarse en concordancia. Algunos plantean transformarla desde adentro, utilizando la institucionalidad vigente mediante reformas. Otros plantean cambios más radicales e incluso prácticas que revolucionan el sistema, nuevas formas de actuar políticamente y organizarse. Las lógicas de construcción son distintas en la medida en que si bien las organizaciones sociales de izquierda son relativamente cercanas, algunas privilegian una lógica cupular y vertical en donde la mesa ejecutiva, la federación o el presidente son el punto de partida, mientras otras plantean lógicas de construcción diferente en donde se involucre efectivamente un mayor número de individuos en la toma de decisiones; donde la horizontalidad potencie e invite a toda la población y especialmente las bases a ser parte del proyecto que se quiere construir. Ahora bien, sin importar la postura que se tiene en relación al binomio dirigentes/bases, todos los colectivos e individuos que los constituyen están de acuerdo con la máxima “unidad en la acción”. Al revisar la trayectoria de los y las parlamentarios en la actualidad, se identifica cierto patrón común en términos de trayectoria política, a partir del cual se puede inferir que en general varios de los representantes actuales comenzaron a cumplir funciones políticas en su etapa estudiantil a través de la CONFECH, como uno entre los varios ejemplos figura el de Carolina Tohá.

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El vínculo entre actores del MEC con actores al interior y exterior del mundo educativo se ha ido fortaleciendo poco a poco. Estudiantes, profesores, funcionarios, apoderados y auxiliares se han ido vinculando especialmente en el ámbito secundario. La “mesa de actores por la educación” convocada por el Gobierno fue una iniciativa que posibilitó que diversos actores entre ellos rectores, estudiantes, el colegio de profesores y académicos discutieran y formularan propuestas para solucionar los problemas educativos y establecer un espacio constante de discusión. Destacan las mayores alianzas con sectores de los trabajadores y académicos de izquierda; alianzas también históricas. Fuera del mundo educativo, los trabajadores portuarios, los trabajadores del cobre, sindicatos diversos, sectores medioambientales y también los trabajadores del Transantiago han ido tejiendo puentes con los estudiantes. El vínculo que pueda establecerse con los trabajadores es clave en la medida en que para los estudiantes son ellos quienes sostienen el sistema. Por lo mismo, a algunos rebeldes y revolucionarios les preocupan los bajos índices de sindicalización que tiene la CUT y las organizaciones sindicales en general. (VS) Nosotros siempre reconocemos el rol de los trabajadores en todo tipo de sociedad, pero cómo te articulas con algo que no está organizado. Ese es el problema, o sea, el nivel de sindicalización en Chile es de 7%, y una sindicalización muy antigua. En general las generaciones sindicalizadas son de mucha edad. [Valentina Saavedra, militante Izquierda Autónoma y presidenta FECH 2015] Con esta declaración la entrevistada está dejando en evidencia que el MEC a la hora de interactuar y movilizarse con otros actores de relevancia como “los trabajadores” deben luchar con ciertas inercias de estancamiento en términos de participación organizada que se refleja en el bajo nivel de sindicalización de Chile y donde dicha dinámica de participación sindical pertenece a generaciones anteriores. La lógica de interacción orgánica del movimiento ha implicado en muchos casos la asociación con actores políticos de diferentes sectores. Para muchos es indispensable organizarse en conjunto a los trabajadores, ya que los estudiantes solos no paralizan la producción, un aspecto indispensable a la hora de consolidar demandas. (MS)“(...) de a poco se ha ido entendiendo que esto es una cuestión de proyecto histórico y que pertenecemos a la misma clase y que

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somos futuros trabajadores… tal vez profesionales con un mejor sueldo, en el caso de los universitarios, pero que vamos a estar bajo el mismo sistema de explotación, bajo el mismo sistema de dominación y, por lo tanto, es necesario que nos articulemos y que peleemos en conjunto”. [Melissa Sepúlveda, militante Frente de Estudiantes Libertarios y presidenta FECH 2014] Pensar el MEC inserto en una lógica o “una cuestión de proyecto histórico” habla del reconocimiento de que muchos de los cambios posibles que el movimiento logre consagrar, no beneficiará a las actuales generaciones sino más probablemente a sus descendientes. De esta forma la organización con los trabajadores es estratégica pero a su vez sentida para muchos como algo natural en la medida en que –esos trabajadores– son sus padres, hermanos, familiares y en gran medida serán ellos mismos “futuros trabajadores”. En este sentido la efectiva articulación del MEC con otros actores del sistema político ya insertos en el mercado productivo está dejando en evidencia la importancia de pensar una reforma educativa de largo alcance que contemple también la manera más óptima de que los futuros profesionales egresados de la Universidad puedan integrarse al mercado laboral chileno (Flisfisch, 2014:62-65). La relación con estos actores se ve como algo necesario independientemente de quienes las dirijan en la medida en que dicha relación legitima y otorga fuerza a la movilización. Estos actores se reconocen y apoyan mutuamente como bien reconoce Takuri Tapia, militante de Somos USACH y presidente FEUSACH 2014: (TT) “Se ha logrado avanzar en ciertas temáticas, se ha logrado un vínculo yo diría que hasta afectivo con varias organizaciones de sentir que estamos en la misma y que tenemos que seguir luchando. Se ha logrado alimentar a un movimiento mucho más allá de lo que la propia organización ve, sino que tiene que vincularse y ve que los discursos son similares entonces bueno articulémonos, organicémonos en conjunto, etc.”. [Takuri Tapia, militante Somos USACH, presidente FEUSACH 2014] Es fundamental que exista voluntad por parte de las organizaciones políticas que respaldan al movimiento estudiantil, un movimiento que logra conversar sobre sí mismo a pesar de sus diferencias y llegar a acuerdos, disputando espacios, discutiendo ideas, trabajando en

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determinadas temáticas es algo que no puede hacerse si no existe esta voluntad entre las organizaciones. Todas estas ideas van posibilitando que el movimiento estudiantil adquiera un mayor proceso de maduración y sea percibido seriamente por quienes interactúan con él. Existe una demanda común al interior del MEC reflejada en la máxima “la educación como un derecho y un Estado que lo garantice” (como lo expresa López). Sin embargo, esta demanda común confluye con un conjunto de creencias disímiles que se encuentran reflejadas en la orgánica del MEC en la medida en que, si bien existe una misma demanda que es compartida, ésta coexiste con estrategias diferentes entre sí para la consecución de los objetivos. Con esto se refiere a que es fundamental tener en cuenta que si bien existen diversas formas de articular la misma demanda, se mantiene la unidad, se construye un sentido de pertenencia –un nosotros– que posiciona a los estudiantes comprometidos en contraposición a los otros, aquellos responsables de las condiciones adversas que reproduce el sistema neoliberal que deben superarse. Los líderes estudiantiles se agrupan y forman alianzas –independiente de sus militancias o afinidades políticas– que posibilitan la construcción de una identidad común. La unidad más allá de las disidencias refleja la primacía de valores democráticos y consensuales por sobre la imposición de visiones particulares al interior del MEC. La necesidad de más y mejor democracia ha ido consolidando la identidad del MEC y abriendo la posibilidad para defender nuevas demandas que se consolidan para desarticular y desafiar el orden y los discursos preexistentes en el debate (que avalan el sistema neoliberal y modelo de Estado subsidiario). En este sentido, Daniela López a continuación deja claras ciertas ideas a través de su discurso: (DL) “Creo que el movimiento estudiantil vino a ampliar y a cuestionar la forma de la Democracia, la forma de resolución de conflictos en la Democracia. Esta democracia liberal que terminó siendo herramienta exclusivamente de la política de los acuerdos, muy excluyente, y la forma de ir recuperando o cambiando las reglas de la política para el ingreso de nuevos actores, o mejores condiciones de vida, radica en poder hacernos cargo de las luchas democráticas, de profundizar la democracia. (...) Hoy en día lo que nos une es poder conseguir una Democracia mucho más profunda que nos permita evidentemente cambiar las reglas del juego”. [Daniela López, militante Izquierda Autónoma y presidenta de la FEUCEN 2011]

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La entrevistada a través de su discurso pone en evidencia que la “Democracia liberal que terminó siendo herramienta exclusiva de la política de los acuerdos” era excluyente y por eso mismo el MEC viene a resignificar la Democracia al incluir “nuevos actores” en el debate, logrando por tanto “profundizar la Democracia”. El MEC está siendo inclusivo según López porque se hace “cargo de las luchas democráticas” de diversos sectores. Esta idea de ruptura con los patrones de negociación asociados con la “política de los acuerdos” de la transición es recurrente en todos los entrevistados y por eso se entiende que la lógica desarrollada por el MEC viene a “cambiar las reglas del juego”. Este deseo común de los diversos sectores por ir conquistando una mayor democracia, reafirma la idea de que este es un “eje que no sólo tiene que ver con el movimiento estudiantil” sino con la sociedad en su conjunto. III.3.a. Formas de organización y estrategias de comunicación En relación a las formas de organización de los colectivos, los entrevistados dejan en evidencia que existe una coincidencia respecto de la lógica de negociación dentro del movimiento, aunque unas estrategias son más validadas que otras en función del colectivo bajo el que se agrupan. (RS) “(...) En realidad las vocerías están súper sobrevaloradas. Lo que es importante es la mesa ejecutiva. Generalmente lo que [es] importante [son]… los acuerdos que se llega dentro de la Confech. Eso es lo que repercute, lo que se dice hacia afuera”. [Ricardo Sande, militante Movimiento Gremialista y presidente FEUC 2015] La lógica asambleista que embebe a la CONFECH es incorporada por los estudiantes para el diálogo y la toma de decisiones al interior del movimiento. Lo que se conversa en la mesa ejecutiva, “los acuerdos que se llega dentro de la CONFECH” es como conjunto “lo que se dice hacia afuera”. Esta estrategia deja en evidencia que, independientemente de ciertos liderazgos más visibles, el movimiento logra comunicarse como un todo más allá de personalismos. La lógica horizontal de negociación (asumida a través de la mesa ejecutiva de la CONFECH), parece trascender la manera más jerárquica de toma de decisiones que los entrevistados asocian a los partidos políticos. Los partidos políticos son importantes y reconocidos por algunos de los entrevistados (mayoritariamente los pertenecientes al grupo de los

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reformistas y algunos revolucionarios) en la medida en que entienden a los partidos políticos como espacios de formación, otorgándole a sus militantes una visión de cómo son las cosas y hacia dónde y cómo deben resolverse los conflictos. Sin embargo, hay quienes no están muy convencidos en general de la influencia que puedan llegar a tener los partidos tradicionales en la lógica y relación entre las bases y la cúpula política. La mayoría de este grupo más crítico con los partidos políticos pertenecen justamente a los colectivos más rebeldes. Si bien reconocen no tenerle miedo a la militancia en sí, desconfían de la falta de mecanismos de control y el miedo a las formas de trabajo y orgánicas detrás de las militancias partidistas que muchas veces vienen establecidas por la cúpula del partido. (DV) “Yo creo que claramente los partidos políticos: uno, deberían cuestionarse cómo al final toman las decisiones, o sea qué tan democrática y representativa son; y dos, como van en caída también respecto a las demandas de la ciudadanía”. [Diego Vela, militante Revolución Democrática y presidente FEUC 2013] El hablante refleja una sensación de desconfianza respecto de cómo se da la toma de decisiones al interior de los partidos. El enunciado asocia, a su vez, democracia y representatividad con transparencia y horizontalidad; justamente el ámbito que propicia la lógica asambleístas de la CONFECH. En este caso el hablante, aunque no pertenece al grupo de los rebeldes, es interesante que esté invitando a la reflexión respecto de la misión y forma de toma de decisiones al interior de los partidos. Esta reflexión es acompañada por otra entrevistada que a través de su discurso evidencia también una visión negativa respecto de los partidos políticos y su funcionamiento orgánico: (YC) “(...) O sea, el hecho de que hoy día no hayan partidos políticos dentro de la universidad sino que hayan “colectivos políticos” es un cambio importantísimo. O sea, eso quiere decir que el activo orgánico político no es el que hoy día está primando en el movimiento estudiantil”. [Yoxcy Campos, militante La Kiltro y presidenta FEP 2012] “El activo orgánico político” que se asocia a los partidos políticos no es el que “hoy día está primando en el movimiento estudiantil”, deja claro la entrevistada (perteneciente al ala más radical de izquierda del movimiento) al asociar este hecho como un cambio importantísimo (eminentemente positivo). Para muchos la labor que deben cumplir

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las izquierdas hoy en día es poder levantarse como una verdadera alternativa, lo que para muchos comienza a definirse a partir de la capacidad organizativa del movimiento (representante de la nueva y verdadera izquierda). Si bien hoy en día el movimiento estudiantil es intuitivamente de izquierdas existen algunas diferencias que por lo general son limadas gracias a la capacidad de diálogo entre los diversos sectores: (MM) “Hay diferentes expresiones de la izquierda en términos generales, quizás en términos estratégicos no confluyan hacia el mismo punto, pero en términos tácticos programáticos sí […] En la medida en que existan fuerzas con capacidad de diálogo pero sobretodo con capacidad de síntesis política (no de consenso); con capacidad de síntesis política, de elaborar una idea nueva que tome ambos elementos y genere una propuesta diferente, entonces tenemos capacidad de avanzar”. [Marta Matamala, militante Somos USACH y presidenta FEUSACH 2015] La entrevistada en este caso está dejando constancia que existe una diferencia entre lograr una “síntesis” entre las ideas propuestas en contraposición a lograr “consenso”. Ambos conceptos son formas de dialogar contrapuestas, donde consenso se perfila como el consentimiento pasivo de las partes a un acuerdo versus la síntesis, que busca “elaborar una idea nueva que tome ambos elementos y genere una propuesta diferente”. En ese sentido también se apela a actores activos y pensantes, que participan en la elaboración de propuestas unitarias a través de un duro trabajo político. Al referirse a síntesis política Matamala también apela a la necesidad de elaborar un nuevo tipo de comunicación, una comunicación asertiva en la arena política. Para ella existen diferencias inherentes a los grupos políticos de izquierda (hay diferentes expresiones de la izquierda en términos generales) que deben ser respetadas para, de esa manera, lograr síntesis. En una segunda lectura el consenso ampliamente asociado a la estrategia de negociación concertacionista de la transición se presenta como caduca frente al logro de nuevas ideas como síntesis política de los diferentes planteamientos colectivos. Por el otro lado, en un sentido táctico la estrategia comunicacional sirvió para organizar un discurso unificado que mostrar “hacia afuera”. González, por ejemplo, destaca que inteligentemente ellos han evitado mostrar mediática o públicamente divisiones internas, por ende han

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evadido pagar costos políticos que el movimiento posteriormente pudiera lamentar. En última instancia, el espacio de interacción es abierto a las diferencias ideológicas dentro del movimiento que, no obstante, logra transmitir un mensaje coherente. La heterogeneidad de principios que cada uno de estos grupos establece “...no significa, en ningún caso, antagonismo ni inmadurez del movimiento, sino que refleja pluralidad y un sentido social que incorpora, con distintos matices, problemas que afectan a la ciudadanía en general “(Redondo, 2015:292). III.3.b. Democracia estudiantil equitativa en términos de género A partir del 2011 con la asunción de mujeres a los principales cargos de las vocerías21, el protagonismo de lideresas en el MEC se situó de manera equitativa en las federaciones de estudiantes universitarios del país y también en organizaciones secundarias como la ACES. La problemática en torno a las cuotas de mujeres que actualmente se está discutiendo para la representación en el Parlamento, se dio de forma espontánea al interior de los puestos de representación del movimiento. Daniela López por ejemplo plantea que en un comienzo ser dirigente mujer no fue fácil, siempre “tenías que lidiar con las propias lógicas machistas internas de tus organizaciones”, las cuales se cuestionaban si una mujer podría liderar un movimiento estudiantil tan potente como el que vivió Chile el 2011. (DL) “Yo creo que nos pasó a muchas(...) [que] no solo se dedicaban a seguir reivindicando el movimiento estudiantil, sino también para poder levantar nuevas voces dentro de luchas como el feminismo, el aborto, la Democracia en términos generales y no a la demanda liberal de que éramos mujeres como mujeres o más cuota en el Parlamento, sino que tiene que ver con el hecho de mujeres al servicio de las transformaciones que el país necesita y para eso, mujeres que cuestionen las relaciones de poder en la sociedad”. [Daniela López, militante Izquierda Autónoma y presidenta de la FEUCEN 2011]

Mac-Ginty, López y Vallejo el 2011; Campos y González el 2012; Aburman, Sepúlveda y Soto el 2014; Matamala y Saavedra el 2015. Para una mayor profundización respecto a los periodos y aspectos biográficos de cada una de estas entrevistadas, acceder a los anexos metodológicos y selección de casos, contenidos en este libro.

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En su discurso Daniela está dejando claro que “las transformaciones que el país necesita” no pueden darse sin una participación equitativa tanto de hombres como de mujeres; y donde dicha participación equitativa implica que las “mujeres cuestionen las relaciones de poder en la sociedad” al ocupar los espacios de representación de forma espontánea. Es importante destacar que el MEC por su carácter joven está compuesto por un sector de la sociedad que se formó y valida de raíz relaciones equitativas de género. De este modo las entrevistadas reconocen que fueron conviviendo en espacios y generando lazos con organizaciones en donde no era raro ver liderazgos de mujeres. La CONFECH y la ACES por ejemplo –con una gran participación femenina– serían grandes oportunidades para comenzar a cuestionar las relaciones de poder y desigualdad que vivían como dirigentes. En este tipo de organizaciones es fundamental que exista equidad tanto en la participación como en la representación, en la medida en que son espacios en donde se disputa el poder. Sin embargo, como plantea Eloísa González “una mujer refleja mucho para los medios, una imagen de una organización más rupturista, eso le llamo mucho la atención a los medios”. Con esta expresión González está dejando en evidencia que la presencia de liderazgos femeninos en el MEC fue llamativa al resultar “rupturista” de cara a los medios de comunicación lo que hace suponer que para sus compañeros en el movimiento estudiantil en general no resultó rupturista contar con liderazgos femeninos al interior de la CONFECH. Es decir, serían los medios de comunicación los que reflejan una visión menos progresista de las lógicas de participación y representación al llamarles la atención que mujeres estuvieran en las vocerías. La incorporación de las mujeres de manera natural ha sido una característica y una tarea aún en construcción para el movimiento estudiantil y los demás movimientos sociales. Estos se proponen seguir generando mayores espacios de participación, arrebatar poder a los sectores dominantes, ampliar y complejizar las redes de solidaridad, actualizar sus proyectos e incorporar a actores que fortalezcan la identidad del conjunto y su capacidad para intervenir en la agenda pública (Goicovic, 2005). Estos espacios en donde se disputa el poder, permean las dinámicas y lógicas mediante las cuales el MEC se organiza. El movimiento actúa en tanto agente que desafía las concepciones dominantes en los ámbitos simbólico, interactivo, institucional y sustantivo. Simbólicamente cambian las narrativas, explicaciones y prescripciones culturales que definían cómo debían resolverse los conflictos sociales, que en definitiva mantenían el status quo. Interactivamente el MEC es un actor que incide, construye y transforma el conflicto social, pretendiendo cambiar la correlación de fuerzas,

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criticando a quienes han monopolizado el control de dichas relaciones. Institucionalmente el MEC impacta, transforma y tensiona los espacios que regulan a los actores, canalizando sus conductas a través de acciones no convencionales y/o contenciosas. Por último sustantivamente es un instrumento de cambio de la realidad, en la medida en que se posiciona como un actor relevante, con capacidad organizativa para influir y coordinar el descontento (Martí i Puig, 2004).

III.4. Presencia territorial y estructura orgánica del MEC Este apartado busca explorar dos aspectos en términos de la orgánica del MEC en función del grado de presencia territorial de los colectivos del MEC y de forma posterior (y en función de lo anterior) llevar a cabo una clasificación orgánica. Tanto la presencia territorial como la estructura orgánica se han sub clasificado en 3 categorías: alta, media y baja (para la presencia territorial). La presencia territorial Alta se refiere a la presencia del colectivo a nivel nacional en al menos cinco o más regiones del país, incluyendo regiones en el Norte, Sur y Centro de Chile. La presencia territorial Media implica la presencia del colectivo en tres o más regiones del país, el colectivo tiene presencia en alguna provincia al menos, que no sean Santiago. Mientras que la presencia territorial Baja implica la presencia del colectivo en al menos una región del país, su alcance es céntrico, esto quiere decir que tiene presencia sólo en la capital del país. Respecto de la estructura orgánica la de tipo avanzada es aquella en la cual el colectivo reconoce estatutos claros, disputan espacios de poder (como federaciones de estudiantes y cargos públicos); además sus principales rostros son altamente reconocidos como actores relevantes en la discusión político-pública y mediática. Por lo general se vincula y defiende demandas de otros sectores, colectivos u orgánicas afines. Estructura orgánica intermedia es aquella en que si bien el colectivo reconoce ciertos estatutos, solo disputa ciertos espacios de poder como pueden serlo las federaciones de estudiantes; sus rostros son medianamente reconocidos. Se vinculan parcialmente con otros actores pero no necesariamente para defender sus demandas. Una estructura orgánica básica implica que los colectivos no presentan un estatuto claro, disputa espacios de poder como federaciones de estudiantes, sus rostros no son tan mediáticos ni reconocidos, no se vinculan con otros actores políticos y sólo defienden sus ideales. Como se verá a continuación la estructura orgánica de la mayoría de los colectivos estudiados oscila entre estructuras de tipo avanzada e

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intermedia. Los colectivos ya sea por el tiempo que llevan cristalizando y promoviendo sus intereses o por la forma en que se organizan y disputan espacios de poder, alcanzan altos niveles orgánicos. Destaca el caso de las Juventudes Comunistas que se funda en 1932, lo que desde ese entonces le ha llevado a disputar las federaciones de estudiantes más importantes del país. Por otro lado a partir del 2011 se produce un boom respecto a la visibilización del dirigente estudiantil, estos no sólo ganan gran notoriedad como dirigentes sociales del movimiento estudiantil, sino también su imagen pasa a formar parte de la mediatización en general, llenando espacios de noticiarios, fotos en las portadas de los periódicos y una multiplicidad de entrevistas y repercusiones en las redes sociales. Camila Vallejo, Giorgio Jackson y Camilo Ballestero sin duda marcan la primera impronta de este boom mediático. A partir del 2012 otros colectivos comienzan a afianzar sus estructuras, ganando federaciones y disputando espacios –incluso relegando– a colectivos políticos tan importantes como las Juventudes Comunistas o el Movimiento Gremial. Son los casos de Izquierda Autónoma y Revolución Democrática que irían monopolizando sus liderazgos en la mayoría de las federaciones de estudiantes a lo largo del país, y además de esto hoy se conforman como grandes fuerzas cuyos militantes no sólo pertenecen al ámbito universitario sino a la ciudadanía en general. Por último es importante destacar que muchos de estos colectivos a pesar de mantener una estructura orgánica intermedia ya consolidada, su campo de acción no pasa de estar vinculado al ámbito universitario. Los casos de “La Kiltro” en el Pedagógico, “Somos USACH” en la USACH, la “Nueva acción Universitaria” y el “Movimiento Gremial”, ambos últimos presentes en la Universidad Católica; sólo mantienen un alcance céntrico o una presencia muy reducida que estaría representando sólo a sectores que pertenecen a dichos centros universitarios, sumado a esto que su campo de acción se reduce por lo general a la capital. Esto es lo que se ha definido como una presencia territorial baja. Ya sea por su trayectoria y consolidación o el alcance a nivel regional que estos colectivos tienen ya sea en el norte, centro o sur del país, la totalidad de estos colectivos pueden clasificarse de acuerdo a la presencia territorial que alcanzan.

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Un resumen de las corrientes anteriormente descritas, sus estructuras orgánicas, presencia territorial y los colectivos que las constituyen se presentan en la tabla a continuación, Tabla I. Caracterización Colectivo Universitario según corriente ideológica a la cual pertenece Corriente Ideológica

Corriente Rebelde

Corriente Revolucionaria

Colectivo Político

Fundación

Estructura Orgánica

Presencia Territorial

Militantes entrevistados

Fuerza Universitaria Rebelde

2006

Intermedia

Media (Centro-Sur)

RG

La Kiltro

2012

Intermedia

Baja (solo Pedagógico)

YC

Somos USACH

2011

Intermedia

Baja (solo USACH)

MM, TT

Frente de Estudiantes Libertarios

2003

Intermedia

Alta (Norte-CentroSur)

MS, FA

Unión Nacional Estudiantil

2011

Intermedia

Alta (Norte-CentroSur)

SF

Izquierda Autónoma

2008

Avanzada

Alta (Norte-CentroSur)

GB, DL, SA, VS, FF, AF

2008

Avanzada

Baja (Solo en la Universidad Católica)

NA, DV, NT

Revolución Democrática

2011

Avanzada

Alta (Norte-CentroSur)

GJ

Juventudes Comunistas

1932

Avanzada

Alta (Norte-CentroSur)

SM, RP, CB

Movimiento Gremial

1967

Intermedia

Baja (solo FEUC)

RS

Nueva Acción Universitaria Corriente Reformista

Corriente Gremialista

Fuente: Elaboración propia.

Cada uno de estos colectivos tiene una manera de ejercer la política o hacer ver sus demandas que, a veces, suelen estar por fuera de las dinámicas electorales. La validación de esta acción política contenciosa se ha extendido hasta instaurarse como una estrategia más para hacer oír las demandas ciudadanas. En términos generales se puede inferir que los colectivos al interior del MEC desarrollan lógicas de organización en función del posicionamiento ideológico predominante de sus integrantes, pudiéndose a firmar que a nivel universitario los colectivos posicionados más hacia la izquierda

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en el espectro ideológico presentan una orgánica predominantemente horizontal. En el nivel secundario, los estudiantes presentan lógicas de organización más o menos estructuradas en función del ámbito de origen (liceos tradicionales versus particular subvencionado) en este sentido, dado el capital político y cultural de los estudiantes pertenecientes a los liceos tradicionales organizados a través de las CONES, encuentran menores dificultades para discutir y articular sus demandas. En todos los ámbitos (secundario y universitario) se replica una estrategia de discusión asamblearia que busca inhibir el protagonismo de líderes puntuales y apostar por el consenso en los postulados.

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CONCLUSIONES

Esta investigación buscó arrojar luz acerca de la naturaleza de los colectivos pertenecientes al movimiento estudiantil como una contribución a la explicación del panorama político nacional que ha ido mutando esta última década, principalmente gracias al MEC y su discurso. Desde una perspectiva del análisis del discurso el Movimiento pareciera haber desafiado el propio campo semántico de la política, haciendo que conceptos como “público” y “privado” fueran puestos en revisión. Esto se ha visto posibilitado gracias a lo que muchos entrevistados reconocen como un apoyo constante por parte de la ciudadanía a las demandas de los estudiantes como a la necesidad de producir cambios en el modelo educativo. Los dirigentes entrevistados demuestran ser una generación con conciencia política y de su capacidad de generar cambios. A lo largo de los diferentes capítulos de este libro se han logrado desentrañar las cosmovisiones predominantes de los líderes y las lideresas estudiantiles a lo largo de las diferentes dimensiones de análisis: política, ideológica y orgánica. En términos ideológicos se infiere de manera general del discurso de los líderes que existe una sintonía de izquierda (aunque con variaciones) entre los colectivos que aglutinan el movimiento. Para algunos, el ser de izquierda se traduce en entender la estructura política basada en un Estado fuerte que recauda y re distribuye para dar más a quienes menos tienen y obtener más de quienes más tienen (reforma fiscal proporcional). Para otros se trata de un cambio a nivel de sistema, que erradique el discurso pro status quo que permea la sociedad hoy en día. Las voces del movimiento se presentan como herederas de la Democracia dónde una transición pactada a través de un sistema institucional fuerte pudo dar lugar a que ahora se proteste sin que eso signifique poner en duda los valores democráticos. Las grandes herramientas de

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transmisión del mensaje político han sido las movilizaciones a través de marchas y otras actividades colectivas siempre desde una convicción democrática. Las protestas y movilizaciones ha sido la estrategia política predominante en el movimiento que se consideró necesaria para dar voz a unas demandas que a través de los canales institucionalizados no estaban siendo oídas. El análisis de la dimensión orgánica del movimiento corresponde a la última parte de este trabajo; sin embargo, es quizás la dimensión que aglutina con mayor claridad las demás dimensiones. En principio puede concluirse que a medida que los colectivos se posicionan más hacia la izquierda, la lógica de interacción es más horizontal, en contraposición a aquellos colectivos cuyos miembros se posicionan más hacia el centro donde predominan lógicas más jerárquicas o personalistas de articulación. Sin embargo, existe una concepción generalizada de la necesidad de negociación colectiva a través de estrategias asamblearias entre los diferentes colectivos. En el ámbito universitario la estructura organizacional de la CONFECH se posiciona como la organización estudiantil más importante a nivel nacional. Su legitimidad, capacidad organizativa, movilizadora, coordinadora y su estructura orgánica nacional son destacadas constantemente por los líderes estudiantiles. El nivel de complejidad orgánica a nivel de los estudiantes secundarios varía de forma importante entre los estudiantes provenientes de liceos emblemáticos y aquellos provenientes de colegios privados o subvencionados. De manera transversal a todo el MEC (universitario y secundario) y seguramente sostenido por los niveles de desigualdad social que afectan a Chile, los jóvenes se ven enfrentados entre sí por cuestiones de su origen que definen la manera en que se organizan, sus demandas e ideologías. Los líderes estudiantiles en general están manifestando a través de su discurso la conciencia política que implica ser ciudadano y buscar mecanismos más o menos alternativos para hacer oír sus demandas cuando los canales institucionalizados no lo están permitiendo. A través de sus demandas están pidiendo por una renovación integral que requiere un rol protagónico del Estado para que dicha renovación implique a todos y no sólo a quienes cuentan con el dinero para optimizar las ganancias en el mercado. La construcción de organizaciones con lógicas distintas como se aprecia en el apartado destinado a explorar la orgánica del movimiento, deja en evidencia una nueva forma de hacer política. Formas descentralizadas, mucho más horizontales y poco burocratizadas. Hacer política desde

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abajo otorgándole amplia importancia al rol que pudieran cumplir las bases de colectivos, asambleas y organizaciones ha sido una bandera ampliamente agitada por el movimiento y sus dirigentes. La democracia estudiantil entiende el ejercicio de la ciudadanía política de forma participativa a través de una revisión y reflexión constante de la medida en que las decisiones gubernamentales (plasmadas a través de propuestas legislativas) afectan al cotidiano vivir de la comunidad. La manera en que piensan, participan y se organizan los líderes del MEC hace pensar en la necesidad de implementar instancias intermedias de diálogo y discusión entre la ciudadanía y los legisladores para que en conjunto se logren diseños legales que contemplen la participación activa de la ciudadanía en la toma de decisiones. Incentivar el protagonismo del Parlamento como una institución que escucha e interactúa con aquellos cuyo status legal se ve afectado probablemente también incrementaría los niveles de confianza y valoración de dicha institución política. Adicionalmente, el grado de conciencia respecto de los derechos y deberes civiles, políticos y sociales a nivel de los estudiantes secundarios abre la discusión de la reducción en la edad mínima para votar. Desde una perspectiva metodológica se buscó arrojar luz acerca del Movimiento Estudiantil y su composición a través del estudio de su discurso desde tres perspectivas diferentes: la política, la ideológica y la orgánica. Ello, sin duda, más que cerrar temáticas tiende a abrir debates y discusiones respecto del estudio. En ese sentido se pueden inferir ciertos patrones políticos que se van consolidando en el camino. Algunos colectivos (ubicados en las corriente reformistas y revolucionarias y el Movimiento Gremial) irán consolidando una institucionalidad que les permitirá establecerse como partido político mientras que otros (ubicados en la corriente rebelde) buscaran lógicas más asambleístas y horizontales, que no buscan posicionarse dentro de la institucionalidad de los partidos políticos. En términos ideológicos si bien se identifica en el discurso de todos los actores una coincidencia en valores de izquierda, la articulación del contenido discursivo se percibe más débil quizás también debido a la poca trayectoria con que cuentan los líderes y las lideresas estudiantiles. La más débil articulación ideológica se presenta entre los colectivos posicionados hacia el centro y es posible que esto explique el hecho de que algunos colectivos se separen y se dividan. En ese sentido se trataría de ciertas crisis de identidad política; los colectivos buscan

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posicionarse como “la verdadera izquierda” y en esa búsqueda varios temas polémicos salen a la discusión. En gran medida se cumplen las hipótesis planteadas al principio del trabajo, pues pese a las diferencias ideológicas (o por pertenencia a los colectivos), el MEC logra articularse como un actor político que cuenta con una estrategia compartida de agregación de demandas; lo que le ha permitido mantenerse en el tiempo haciéndose oír. Por otra parte, entre los líderes y lideresas con un discurso más articulado ideológicamente la cohesión organizacional al interior de sus colectivos de pertenencia es mayor. Si bien en términos políticos resulta indudable el éxito del movimiento a la hora de posicionar sus demandas entre las prioridades de reforma política del gobierno; en términos de articulación ideológica le queda a los referentes del MEC un recorrido por transitar y poder posicionarse a largo plazo. Los líderes y lideresas del MEC, futuros representantes ciudadanos (y en el caso de la “bancada estudiantil”, actuales representantes) no sólo son los protagonistas de un gran cambio sino que a esta altura se puede afirmar que han hecho historia en la política chilena. Es por ello que se hace necesario oírles y conocer sus demandas pues la forma, demandas y mecanismos de articulación estarán en sus manos y en la de las nuevas generaciones de ciudadanos y ciudadanas en Chile.

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SELECCIÓN DE CASOS

A continuación se describe brevemente la trayectoria política de cada uno de los líderes y lideresas estudiantiles estrevistados/as*.

Nashla Aburman (1989, Linares).

Actualmente estudia Arquitectura y Pedagogía en la Universidad Católica. Durante el 2014 fue elegida como presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica en representación del colectivo político Nueva Acción Universitaria, un año antes lideró el Centro de Estudiantes de Arquitectura de la misma universidad. Estudió en el Liceo Nuestra Señora del Rosario en Linares.

Fabián Araneda (1987, Santiago).

Actualmente es egresado de periodismo y estudiante de Psicología en la Universidad de Chile. Durante el 2013 fue vicepresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile en representación del colectivo político Frente de Estudiantes Libertarios. Estudió en el Instituto Nacional ubicado en Santiago Centro.

* Fotos extraídas del perfil de twitter y facebook de los entrevistados.

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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

Sebastián Aylwin (1987, Santiago). Actualmente es miembro de la fundación Nodo XXI. Estudió derecho en la Universidad de Chile. En el 2009 participó en la toma de la facultad de dicha universidad, en la cual se demandó la renuncia del decano, Roberto Nahum. Durante el 2013 fue vicepresidente de la FECH en representación del colectivo político Izquierda Autónoma. Asimismo, fue senador de su universidad para el período 2012-2014. Camilo Ballesteros (1987, Santiago).

Actualmente es director de la División de Organizaciones Sociales del Ministerio Secretaría General de Gobierno y ex candidato a alcalde en Estación Central. Estudió Ciencias de la Actividad Física en la Universidad de Santiago de Chile y durante el período 2010-2011 fue presidente de la FEUSACH en representación de las Juventudes Comunistas, así como miembro de la mesa ejecutiva de la CONFECH. Estudió en el Colegio Latinoamericano de Integración.

Gabriel Boric (1986, Punta Arenas).

Actualmente ejerce como diputado. Estudió derecho en la Universidad de Chile, en el 2009 presidió el Centro de Estudiantes de Derecho y fue Senador Universitario por el periodo 20102011. Durante el 2011-2012 fue presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile en representación del colectivo político Izquierda Autónoma y vocero de la CONFECH, por lo cual es reconocido como una de las caras más visibles del movimiento. Estudió en The British School ubicado en Punta Arenas.

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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

Yoxcy Campos Navarrete (1989, Santiago).

Actualmente estudia en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, ex Pedagógico. Durante el 2012 fue presidenta de la Federación de Estudiantes del Pedagógico en representación del colectivo político La Kiltro. Estudió en el Colegio Elena Bettini ubicado en la comuna de Independencia.

Sebastián Farfán (1988, Valparaíso).

Actualmente es encargado nacional de la Unión Nacional Estudiantil (UNE), fue candidato a diputado por Valparaíso, Juan Fernández e Isla de Pascua. Estudió Historia y Ciencias Sociales en la Universidad de Valparaíso y durante el 2011 fue secretario general de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Valparaíso en representación de la lista Estudiantes Movilizados. En este mismo año contribuyó a la creación del colectivo UNE, que agrupó instancias críticas de la CONFECH. Estudió en el Liceo Juan XXIII El Belloto ubicado en la comuna Quilpué.

Andrés Fielbaum (1987, Santiago).

Actualmente es el encargado nacional de la parte estudiantil de Izquierda Autónoma. Estudió Ingeniería en Matemáticas en la Universidad de Chile. En el 2011 fue presidente del Centro de Estudiantes de Ingeniería y durante el 2013 fue elegido para presidir la FECH en representación del colectivo político Izquierda Autónoma. Estudió en el colegio Pedro de Valdivia ubicado en la comuna de Las Condes.

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Francisco Figueroa (1986, Santiago). Actualmente es director de la fundación Nodo XXI, fue candidato a diputado por Ñuñoa-Providencia. Estudió Periodismo en la Universidad de Chile y durante los años 2010 y 2011 fue vicepresidente de la FECH en representación del colectivo político Izquierda Autónoma, periodo en el cual escribió el libro “Llegamos para quedarnos” publicado en el 2013. Estudió en el colegio San Pedro Nolasco, ubicado en la comuna de Vitacura. Recaredo Gálvez Carrasco (1989, Cauquenes).

Actualmente cursa Magister en Política y Gobierno en Universidad de Concepción y trabaja en la Fundación Sol. Estudió Ciencias Políticas y Administrativas en la Universidad de Concepción y durante el 2012 fue presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción en representación del colectivo político Fuerza Universitaria Rebelde, integrante de la Mesa Ejecutiva de la CONFECH y vocero de la Zonal Sur. Estudió en el colegio Municipal Liceo Claudina Urrutia ubicado en la comuna de Cauquenes.

Eloísa González (1994, Santiago).

Actualmente estudia Cine y Televisión en la Universidad de Chile. Estudió en el Liceo Experimental Manuel de Salas y durante el 2012 fue elegida vocera de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios. Entre eventos claves que lideró cabe destacar la organización estratégica de varios colegios de Ñuñoa, los cuales se movilizaron en lo que se conoció como el “Cordón Ñuñoa”. Actualmente milita en Juventud Rebelde.

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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

Giorgio Jackson (1987, Viña del Mar).

Actualmente es diputado, miembro y fundador del partido Revolución Democrática. Estudió Ingeniería Civil Industrial en la Universidad Católica de Chile y durante el 2011 fue presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica representación del colectivo político Nueva Acción Universitaria. Este mismo año lideró, junto con Camila Vallejo y Francisco Figueroa, una visita a varios países europeos con el propósito de visibilizar y obtener respaldo para el movimiento estudiantil. Estudió en el colegio Tomás Morus ubicado en Santiago.

Daniela López (1986, Santiago).

Actualmente es directora de Ideas Crisol y vocera del Núcleo Feminista Izquierda Autónoma. En el 2013 fue candidata a diputada por Valparaíso. Estudió Derecho en la Universidad Central de Chile y durante el 2011 y 2012 fue presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Central en representación del colectivo político Izquierda Autónoma. Estudió en el colegio The Garden School, ubicado en la comuna de la Florida.

Scarlett Mac-Ginty (1987, Santiago).

Actualmente es estudiante de Magíster en Salud Pública. Estudió odontología en la Universidad de Chile. En el 2011 hizo parte de la lista ganadora de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile y ocupó la presidencia durante dos meses en representación de las Juventudes Comunistas después de que Camila Vallejo renunciara para oficializar su candidatura para un nuevo periodo. Fue parte del Senado universitario para el periodo 2012-2014. Estudió en el Liceo Experimental Manuel de Salas ubicado en Santiago.

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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

Marta Matamala (1990, Santiago). Actualmente es egresada de Pedagogía en Historia en la Universidad de Santiago de Chile y presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago de Chile en representación del colectivo político Somos Usach. Asimismo, es vocera de la CONFECH. Antes de ocupar este cargo, fue vocera de su carrera en el 2011 y consejera estudiantil de la Facultad de Humanidades en el 2013. Estudió en el Liceo No. 1 Javiera Carrera ubicado en Santiago. Moisés Paredes (1994, Santiago).

Actualmente es estudiante de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales, miembro de la Comisión de Gestión Política y Legislación de la Fundación Iguales. Durante el 2013 fue vocero de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios mientras estudiaba en el Liceo Arturo Alessandri Palma, desde donde lideró varias jornadas de movilización.

Ricardo Paredes (1996, Santiago). Actualmente es estudiante de secundaria en el Liceo Manuel Barros Borgoño y presidente de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios, cargo que ocupó por primera vez en el 2014 y por el cual fue reelegido en el 2015. Desde el 2013 milita en las Juventudes Comunistas.

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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

Guillermo Petersen Núñez (1989, Concepción).

Actualmente trabaja en la División de Organizaciones Sociales (DOS-SEGEGOB)y milita en el Partido Comunista. Estudió Sociología en la Universidad de Concepción y durante el 2011 fue presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción cargo obtenido siendo partícipe del colectivo Construcción Estudiantil. Petersen fue uno de los líderes de la izquierda independiente dentro de la CONFECH, así como uno de sus críticos más fuertes, posición que defendió con las universidades regionales. Terminó sus estudios secundarios en el Aucklan School ubicado en la comuna de Concepción.

Valentina Saavedra (1990, Los Andes).

Actualmente es egresada de Arquitectura en la Universidad de Chile y presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile en representación de una lista que abarca Izquierda Autónoma, el Frente de Estudiantes Libertarios y la Unión Nacional Estudiantil. Durante el 2011 presidió el Centro de Estudiantes de Arquitectura. Estudió en el Colegio Alemán ubicado en la comuna San Felipe.

Ricardo Sande (1991, Santiago).

Estudiante de Derecho en la Universidad Católica de Chile. En el 2013 fue delegado de su facultad y un año después fue presidente del Centro de Alumnos. En el 2015 fue elegido presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica en representación del Movimiento Gremial. En mayo de este mismo año fue removido de la vocería de la CONFECH, siendo reemplazado por las federaciones de la Universidad de Santiago y la Universidad Diego Portales.

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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

Melissa Sepúlveda (1991, Concepción). Actualmente estudia Medicina en la Universidad de Chile y milita en Acción Libertaria y La Alzada, de Acción Feminista Libertaria. Durante el 2014 fue presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile en representación del Frente de Estudiantes Libertarios, al cual se adscribió en el 2011. Antes de liderar la FECH, presidió el Consejo de Estudiantes de Salud de Medicina, donde creó la secretaría de género y sexualidad. Estudió en el Colegio Almondale ubicado en San Pedro de la Paz. Lorenza Soto (1997, Santiago).

Egresada del Liceo Experimental Manuel de Salas ubicado en Santiago. En el 2014 fue elegida como vocera de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios. Participó activamente de las tomas de su colegio en el 2011, asumió la voceria de su Liceo el año 2012 y, al igual que Eloísa González, lideró la movilización de estudiantes secundarios durante el 2013, especialmente fuerte en los colegios de la comuna de Ñuñoa. Actualmente milita en Juventud Rebelde.

Takuri Tapia (1989, Santiago). Actualmente es estudiante de Magíster en Políticas Públicas. Estudió Administración Pública en la Universidad de Santiago de Chile y durante el período mitad 2013 y todo es 2014 fue presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago de Chile en representación del colectivo político Somos USACH. En el 2011 participe el Centro de Estudiantes de su carrera Administración Pública y ejerció como consejero académico de la federación hasta mitad del 2013. Estudió en el Colegio Santa María de la Cordillera, ubicado en Puente Alto. 166


Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

Noam Titelman (1987, Israel). Actualmente es el coordinador de contenidos de Revolución Democrática. Estudió Ingeniería Comercial y Letras en la Universidad Católica. Fue presidente del Centro de Estudiantes de Letras y delegado en la CONFECH en el 2011. Durante el 2012 fue elegido para presidir la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica en representación del colectivo político Nueva Acción Universitaria. Estudio en el Instituto Hebreo ubicado en Lo Barnechea. Diego Vela (1987, Valparaíso).

Actualmente es director de Educación 2020 y miembro de Revolución Democrática. Licenciado en Ingeniería Comercial y Magister en Economía de la Universidad Católica, fue presidente del Centro de Alumnos de su facultad en el 2010. En el 2013 fue elegido como presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica en representación de Nueva Acción Universitaria, colectivo con el cual trabajó como coordinador en el 2012. Estudió en el colegio SSCC Manquehue ubicado en la comuna de Vitacura.

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