María Beatriz Medina
la palabra escrita construye puentes, porque la lectura es un espacio de encuentro y reconstrucción que propicia la confrontación entre lo que el lector es y la propuesta textual. Por lo tanto: leer materiales literarios de calidad garantiza esta confrontación. En todo proceso, la lengua es un elemento cohesionador que revela el sentido de leer y escribir, que se va dando a lo largo de un proceso intenso que congrega multiplicidad de saberes, que garantiza el acceso democrático a la educación a través de la consolidación de sociedades letradas, el carácter emancipador de la lectura se adquiere por el derecho y el poder que implica. Todo esto nos lleva a suscribir que la formulación de políticas públicas de lectura debe estar sustentada en la articulación de redes que involucren a todos los sectores del circuito del libro y la lectura. Sólo así, articulando e integrando la cultura propia del mundo con el objetivo común de desarrollar sociedades con lectores competentes, capaces de asumir posiciones críticas, es que podemos instrumentar políticas eficientes de lectura. No es un trabajo aislado. Es importante difundir y promocionar libros que puedan dialogar fácilmente con lo que somos y con nuestra cultura sincrética, sin dejar de lado la mirada del mundo, para dar un primer paso que afiance ese sentido de proximidad entre mediadores y el ciudadano común. Estamos comprometidos a promover el desarrollo lector y la incorporación de las comunidades en esta tarea. Y en ese sentido es imprescindible estudiar y analizar el mercado editorial para poder orientar a los formadores de lectores e influir de alguna manera en la producción del libro. Esa tarea se proyectará hasta los lectores en formación, que desarrollarán su particular gusto estético y los preparará a saborear la difícil y placentera tarea de leer en español en ambos lados del Atlántico. A pesar de nuestra diversidad, nos acercamos e integramos en torno a esas glosas culturales y a una lengua. En todo proceso nuestra tarea es la de difundir la literatura infantil y juvenil y conectar lectores. Hay, como dice Adam Chamber, un medio ambiente, una ecología cultural, en la cual las personas tienden a crecer como lectores saludables y comprometidos. Solamente tienden; porque estamos tratando con seres humanos y nada que tenga que ver con ellos es infalible.
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