Jean-Pierre
Melville
Jean-Pierre Melville Alicia Potes Antonio Santamarina Carlos Aguilar Carlos F. Heredero Carlos Losilla Dolores Devesa Francisco Llinás Jesús Angulo José Enrique Monterde M. Vidal Estévez Miguel Ángel Barral Pablo Pérez Rubio Quim Casas Sara Torres Yves Montmayeur
Jean-Pierre Melville
Francisco Llinás
Autores varios:
Autores varios • Jean-Pierre Melville
No son muchos los libros dedicados a la obra de Jean-Pierre Melville y la mayor parte de ellos son, lógicamente, franceses y publicados hace ya unos años, con lo que no son siempre fácilmente localizables. La escasa atención que el cineasta ha recibido en los últimos tiempos, sin duda a causa de su muerte, cuando se podía esperar aún nuevos títulos, ha influido posiblemente en que no se haya beneficiado por las últimas aportaciones al análisis fílmico, algo que también puede deberse a que no es un cineasta que provoque la unanimidad a la hora de estudiar su obra. El cine de Melville, poco conocido hoy, no ha tenido, en general, buena fortuna crítica y no hay, o al menos no lo conocemos, ningún acercamiento a su obra que pueda considerarse del todo satisfactorio. Esperemos que este número de Nosferatu (ahora vuelto a publicar por el 23.º FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE MAR DEL PLATA) sirva para llenar este vacío y que en el futuro los dioses críticos sean más propicios para este singular e irregular cineasta.
En la historia del cine conocemos a más de una heroína y sin duda a varios héroes marcados por el odio. Pero el personaje del que ahora vamos a hablar, Jean-Pierre Melville, estuvo desde siempre marcado más bien por el amor: amor ante todo hacia el universo simbólico de la literatura y del cine de los Estados Unidos de América, de los cuales tomó muchas pautas de su arte; su gusto por el riesgo violento de los héroes solitarios, los meandros de la amistad viril sellada por el combate entre la lealtad y la traición, las sórdidas tramas gangsteriles, los coches que derrapan y los neumáticos que chirrían durante las persecuciones de madrugada… Por tomar, hasta su nombre lo tomó de un gran creador literario de la orilla oeste del Atlántico. Sara Torres