Mondo Cane
La contratapa del suplemento El País Cultural incluye textos diversos: cuentos, poemas, ensayos breves o alguna carta. A fines de 1994 H.A.T. comenzó a pergeñar un nuevo aporte para esa última página. Lo llamó Mondo Cane, y fue una ágil recopilación de textos breves tomados de numerosas fuentes, más un par de ilustraciones. Descendiente con retoques de colecciones anteriores (desde Disculpe!, pasando por La mar en coche hasta los dos tomos de la Enciclopedia de datos inútiles), en cada sección se incluían entre dos y nueve textos de toda extensión, y entre una y tres ilustraciones. Con frecuencia una de ellas era un chiste gráfico, a menudo recogido en las páginas de The New Yorker, que por cuestiones legales no podemos reproducir aquí. El marco temporal podía abarcar desde la prehistoria hasta ayer martes (según una de sus fórmulas) y de igual modo la geografía también abarcaba al mundo entero. Predominaba la visión áspera y sintética de H.A.T. pero la recopilación incluía divertidos aportes del resto del equipo coordinador del suplemento. Su aparición no tuvo una periodicidad pareja. A veces pasaban tres o cuatro semanas antes de que apareciera un nuevo Mondo Cane. Los propios títulos indicaban su variedad. Casi siempre eran palabras únicas, a lo sumo dos. Eso a veces contribuía a incitar a la lectura, al no dar una clave del contenido, que sin embargo se descontaba ingenioso, cortante, incluso inesperado: “Revelación”, “Gente rara”, “English Spoken”, “Pañales”, “Sabiduría”, “Justicia”, “Lerdos”, “Sexo difícil”, y así sucesivamente. Un texto frecuente llevaba el título fijo “Profetas”, y reunía pronósticos fallidos. El aspecto gráfico contribuía con el chiste (casi siempre leído antes que el resto), a establecer una predisposición activa y alerta. La sección tuvo mucho éxito entre los lectores que, una vez establecida la costumbre, empezaban a preguntar “cuándo salía Mondo Cane”, si demoraba en aparecer más de dos semanas. H.A.T. tampoco le hacía ascos a meterse con erratas de otros medios, o microescándalos, como cuando dos semanarios locales recordaron una investigación de la desaparecida revista Jaque, con la particularidad de que uno de ellos mostraba una foto retocada en el mejor estilo soviético: había desaparecido un periodista antes presente. Fue el único caso de texto único, debido a las tres fotos en buen tamaño que lo acompañaban. El primer Mondo Cane apareció el 13 de enero de 1995 (Nº 271), el último el 14 de diciembre de 2001 (Nº 632): en total aparecieron 81 páginas. Antes, la resonancia de la sección llevó a una recopilación en libro, Lo peor de Mondo Cane (2000). El material fue tan abundante que permitió la cómoda selección del material incluido aquí, no recogido en aquel libro. La variedad incluía filología, listas (uno de los hobbies eternos de HAT) y también una atención preferente a los deslices o grandes patinadas de la vecina República