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ayerly Araque tiene 34 años y la amargura de haberse gastado todo el capital de su familia en un negocio que quebró apenas seis meses después de inaugurado: una estación de servicio. La historia la cuenta sin titubeos, sentada en la pequeña oficina de administración de otro negocio de venta de combustibles en el que hoy es empleada. Apura un sorbo de café que se ha servido antes y empieza su relato. “Hice un mal negocio y el crédito del banco salió tarde. También puede decirse que fui demasiado optimista. O que tuve mucha confianza. Todo eso es verdad. Pero lo que realmente me mató fue la guerra de precios del corredor. Por eso le dicen el corredor de la muerte”, asegura. Mayerly habla del trayecto de casi 50 kilómetros que hay entre las ciudades boyacenses de Duitama y Tunja, en plena zona carbonera del país, y de la feroz competencia que mantiene una sola estación de servicio con el resto de gasolineras ubicadas a lo largo de la vía. Esa estación –espaciosa, moderna, con altos estándares de diseño y de propiedad de la mayorista Terpelvende cada galón de combustible entre 300 y 400 pesos más barato que sus vecinos en medio de un modelo de mercado conocido como Integración Vertical que esa empresa –mayoritariamente chilena- replica por todo el país.
TERPEL ES HOY POR HOY LA EMPRESA QUE MÁS ESTÁ CRECIENDO EN LA VENTA DE COMBUSTIBLES Fotos tomadas simultáneamente el 3 de marzo de 2016. La diferencia de precios en diesel, como puede verse, es de 359 pesos.
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