El infierno me ha llamado: Crónicas del transtorno bipolar.

El infierno de mi mente. Crónicas de episodios de manía o depresión en el trastorno bipolar.

EL INFIERNO ME HA LLAMADO Crónicas de episodios de manía o depresión en el trastorno bipolar.

Felipe Szarruk

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El infierno de mi mente. Crónicas de episodios de manía o depresión en el trastorno bipolar.

Atención: Muchos de los capítulos de este libro son descripciones de sentimientos y sensaciones de momentos específicos, por lo tanto, algunos capítulos se pueden leer como una forma de explicación sobre las etapas de la enfermedad y otros sencillamente son la secuencia literaria de algún episodio de manía o de depresión, creo y espero ser bastante claro al lector en cual es cual.

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El infierno de mi mente. Crónicas de episodios de manía o depresión en el trastorno bipolar.

Introducción En el momento en que comienzo a escribir este pequeño libro, el mundo parece irreal. Tengo constantes pensamientos recurrentes sobre la muerte. Pienso… ¿vale la pena vivir?, ¿para qué estoy acá?, todo el día estos pensamientos cruzan mi cabeza de un lado a otro y no importa que esté haciendo siempre van a estar ahí, como un fantasma. Como cuando vemos en las caricaturas un diablito en el hombro que te habla… taca, taca, taca y no para de hablarte – ¡te vas a morir, te vas a morir, te va a dar otro infarto! – y se repite durante las veinticuatro horas del día.

Me duele la cabeza y el pecho, pero ya aprendí que el pecho tal vez me esté doliendo por la gastritis a causa de tomar tantas pastillas y no porque sea otro infarto, sin embargo no está demás llamar a los médicos a que vengan a tomarme otro electrocardiograma como ha venido sucediendo cada día de por medio desde mi episodio cardiaco que fue causado por un vaso espasmo coronario que a su vez fue causado por un episodio de estrés monumental en medio de un ataque de pánico y cuatro cajas de cigarrillos. Y de todas maneras, mientras estoy acá escribiendo este libro y aguantando este infierno, cada día me trato de llenar de esperanzas y de hacer algo bueno, productivo y entretenido.

Soy músico, comunicador social y maestro en estudios artísticos, mi objetivo al escribir todo esto es que sea primero que todo un medio de desahogo emocional para mí y mi enfermedad. Ser un acompañamiento para otras personas enfermas de TAB y una descripción adecuada para los médicos ante el inminente fracaso de los tratamientos actuales y la imposibilidad de la medicina de curar esta y muchas enfermedades.

También ser una guía para los amigos y familiares del enfermo de TAB que se los digo de la manera más sincera, generalmente es su desconocimiento el que más mata y su indiferencia es la que más duele.

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Los invito entonces a continuar con la lectura de mi relato, esperando ser de alguna ayuda en el tratamiento de lo que hoy en día se conoce como el Trastorno Afectivo Bipolar o lo que antes le llamaban de una manera más cruda, el Trastorno Maniaco Depresivo.

I Cuando me di cuenta de que no me daba cuenta de nada.

“Me impresiona como los caballeros se convierten en animales por diez pesos”

Es duro, pero por más que trato de ver a las personas como mis iguales no lo logro. Aun sabiendo que somos de la misma especie, supuestamente. Por que cuando uno odia, siempre espera que ese odio sea fundamentado en algo tangible. Uno siempre está a la espera de una señal divina, sobrenatural o extraterrestre que te diga – ¡Hey loco, no eres de este planeta, te pusimos acá como castigo, por eso estas encerrado en ese cuerpo frágil que no te deja en paz!¡Pero no! llega el día en que por algún medio te das cuenta que tú también eres humano, que también perteneces a esa especie que tanto odias, que tu cuerpo está enfermo, tu mente está enferma y que también vas a morir, como todos.

Yo alcancé mi infarto a los 35 años, aunque sabía que iba a suceder en algún momento, la verdad es que te toma por sorpresa. En el instante en que sucede uno nunca piensa que va a morir, pero el miedo fluye por las venas, por cada ápice de tu cuerpo. Lo peor no es el infarto, es sobrevivirlo teniendo en cuenta que fue producto de un ataque de pánico, de ansiedad, de una película que ni siquiera existe, eso es lo más duro, tener que lidiar y aceptar que aunque uno no siente que está loco, los demás si te ven así, pero es preferible loco, que drogadicto… porque al final, la mayoría de los bipolares somos drogadictos, adictos a algo, no solo a las drogas, también al sexo, a la música, a las películas, a las guitarras o a cualquier cosa que amemos con toda el alma y que casi siempre también se convierte en el objeto de nuestra perdición.

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Odiar es muy fácil y porque no decirlo placentero, no es megalomanía, es sencillamente odio, desprecio por los demás. Odiar duele, pero es difícil dejarlo, es algo extraño, pero prefiero odiar a los demás que odiarme a mí mismo, porque sé de enfermos que se odian a sí mismos y terminan matándose, en mi caso no lucho por no hacerme daño, más bien lucho por no hacerle daño a los demás.

Fui diagnosticado varias veces erróneamente hasta que el consenso general fue TAB (Trastorno Afectivo Bipolar mixto), antes de eso, el diagnostico fluctuaba: ataque de pánico, síndrome de ansiedad, paranoia y quien sabe que más cosas que los psiquiatras aun están tratando de descifrar.

Una cosa más, pasé de ser un drogadicto ilegal, a ser un drogadicto legal, lleno de Prozac, Rivotril, Xanax, Ácido Valproico, Sertralina, entre otras, las cuales me tocó comenzar a usar en vez de alcohol, cocaína y nicotina. Sustancias que acompañaron mis noches desde cuando tenía más o menos 18 años de edad y las cuales fueron placebo para mi mente destruida. Para ese entonces no sabía yo, ni me había dado cuenta que se gestaba en mi mente un desorden que se convertiría en un infierno.

Escribo este libro por dos razones muy sencillas. La primera y más importante, para que la gente que siente lo mismo, encuentre en estas palabras que no están solos, sé por experiencia propia que es difícil describir los síntomas, que los demás no entienden lo que uno está sintiendo por dentro, la batalla que se lucha, el dolor tanto físico como mental, y que uno necesita saber que está pasando.

Por eso pasamos pegados a Internet incontables horas buscando ayuda, buscando apoyo, un libro, un escrito pero no encontramos nada y la mayoría de lo que se encuentra son estudios sin fundamentos y textos que hacen dar más miedo que otra cosa. Escribo esto para todos aquellos que están diagnosticados con esta enfermedad y que al menos por ahora sabemos que no hay probabilidad de que nos curen, no hay ciencia, pseudo-ciencia, religión, fe ni doctrina que repare estas mentes dañadas pero tocadas con la creatividad, porque el bipolar siempre es un ser algo especial.

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Y la segunda razón, escribo este libro para que los psiquiatras, el cuerpo médico, los cienciólogos, los chamanes, la gente del común y todo el que se dedique y haya tratado de adentrarse en la mente humana y de tratarla a su manera, se dé cuenta que desde el comienzo de la humanidad, aun no han podido curar ni un solo paciente con enfermedades de la mente y que estas líneas les sirvan para analizar la experiencia de ser un enfermo maniaco-depresivo (como peyorativamente nos llamaban antes) para ver si algún día alguien da con el chiste y puede en realidad ayudar o ¿por qué no? curar.

Hoy, he aprendido más o menos a controlar mi infierno, a cargar un extinguidor para cuando las llamas de la mente arrecian, trato de sofocarlas un poco. Nunca se van, nunca termina, a veces en mis crisis de manía se dispara la creatividad y es donde puedo crear un montón de cosas, libros, pinturas, música, películas, etc. Pero en las depresiones el mundo parece inmenso, no me dan ganas de nada, le temo a todo. Así es vivir en dos personas a la vez, la que puede conseguir todo lo que se propone con solo una mirada, que puede arrasar ejércitos enteros con una mano y la que se esconde bajo la cama a llorar por que no entiende la vida y le tiene pavor a morir.

Ese es el infierno de mi mente, mi castigo, mi lucha diaria.

II Bipolar precavido vale por dos bipolares “Así usted crea que usted tiene la verdad, la verdad es única y existe. Todo mundo cree que tiene la verdad…”

Una de las molestias mas grandes es pasar por la prueba y error de los médicos, los cuales no saben a ciencia cierta cuál es el origen de la mayoría de enfermedades. Mucho menos en el campo de las ciencias de la mente que es un campo inexplorado, durante siglos y siglos los pacientes mentales se han visto expuestos a torturas, drogas y otros métodos para tratar de cualquier manera aliviar los síntomas, obviamente sin ningún resultado. En el punto en que estamos ahora en que nos tratan con pastillas es un poco más “humano”. Sin

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embargo no hay mejoría de ningún tipo, yo tengo las pastillas como una especie de placebo para mi mente. Aunque me gusta pegarme mis viajes de Rivotril y Prozac, soy consecuente con la idea de que eso destruye mi cuerpo.

Uno de mis principales desesperos es el estomago, mi estomago está destruido por las drogas que me han dado después del episodio cardiaco. La Aspirina es un destructor del sistema digestivo y eso combinado con la cantidad de pastillas que tomo, hace de mi vida diaria algo difícil de soportar. No puedo ya comer nada porque me siento mal y amanecer cada mañana se convirtió en una rutina de casi media hora en el baño, he subido más de 30 kilos porque también la tiroides ha sufrido y la lucha con la obesidad es lo peor. Es desesperante, sin embargo sin las pastillas estaría muerto, prefiero estar sedado a punta de pastillas que esperar a que un Alien venga a salvarme. Y no es por irrespetar a nadie, pero es que solo el enfermo sabe y sufre su enfermedad y yo ya estoy algo cansado de que toda persona con la que uno habla tiene un consejo para uno o la solución, o la cura. Todos son genios, médicos, sabios, etc. Y no se dan cuenta que eso en lugar de ayudar, pueden llegar a ofender. Si en realidad existiera una cura no habría tanto intelectual de cafetería ni sabio de Google y Facebook, bastaría con decir, la cura es “esta” y ya.

Uno debe hacerse consciente de su enfermedad y tratar de aprender a controlar los síntomas y reconocerlos, comprar las herramientas necesarias que la ciencia hoy nos puede dar, como un tensiómetro, un pastillero para mantener ordenadas las pastillas (es bien fácil olvidar que se ha tomado uno y que no), tener un servicio de atención medica domiciliario (que no es caro, en realidad es bien barato y le ahorra a uno la ida a una clínica que ya saben cómo es de terrible, tener que aguantarse no solo a un prepotente sino a más de cuarenta) y tener la EPS o la medicina pre-pagada siempre al día. Porque aunque toque aguantarse a todo el triste sistema administrativo de las EPS (en Colombia), al menos el cuerpo médico es bueno y pueden salvar la vida en cada oportunidad sin que uno tenga que arruinarse económicamente. Ya saben que un enfermo bipolar visita la clínica al menos una vez por mes.

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Algo que me pasó a mí después del infarto, y sé que le ha pasado a muchos enfermos que han pasado por esto, es que me comenzaba a doler el pecho cada día como si fuera a tener otro infarto, obviamente eso se convertía en paranoia y los médicos terminaban en mi casa. Al principio esta “isquemia” era más que todo psicológica, fui perdiendo el miedo a medida que avanzaba en la rehabilitación cardiaca, cuando podía ver que el ejercicio no me hacía daño y que podía correr y saltar, etc. Termine de perder el miedo en la primera prueba de esfuerzo, cuando parecía que el corazón me iba a explotar pero no pasó nada y la perfusión miocárdica (examen que se hace con radioactivos para ver cómo está la irrigación sanguínea en las arterias) salió bien. Entonces los dolores persistían y me di cuenta después de una endoscopia y una colonoscopia, que sufría de tres tipos diferentes de gastritis entre otras cosas que me causaban el mismo dolor del infarto. Es decir, el dolor de la gastritis es muy parecido al de un episodio cardiaco, así que toca aprender a diferenciarlos. Imaginen ustedes, no saber si lo que tienes es un pedo atravesado o un ataque cardiaco, eso es muy duro y la mente se llena de pánico y ahí es donde se desencadena todo el daño cerebral. La enfermedad de la mente va drenando de energía vital el cuerpo y nuevas enfermedades se van haciendo presentes con el paso del tiempo, uno inevitablemente es un enfermo crónico, hoy sufro cuatro enfermedades que tendré siempre y me acaban de diagnosticar con apnea del sueño, hecho que me ha puesto a dormir con un Cpap y que no sé en qué lado va a terminar o a desenlazar esa historia.

Entonces para resumir, después del episodio cardiaco viene la paranoia, acompañada de dolores y miedo a una muerte inminente, eso es normal y dura un tiempo, depende de cada paciente el cuanto dure. Puede ser que las medicinas alteren el sistema del cuerpo y comiencen otros síntomas que antes no existían. En mi caso siempre tuve extrasístoles (ritmos inusuales o “paradas” en el corazón) los médicos nunca le dieron importancia a esto, para un medico es fácil echarle la culpa de todo lo que un paciente mental sufre a la “ansiedad”.

Si usted va taquicárdico a urgencias le dicen que es por el ataque de pánico y la ansiedad, lo mismo le dirán si va por un dolor en el dedo meñique del pie. Es importante entonces que usted le haga notar al médico y le exija la seriedad del caso, como digo siempre, solo el enfermo sabe lo que está sintiendo y es Felipe Szarruk

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responsabilidad del paciente hacerle saber al médico que no está haciendo bien su trabajo y que la “ansiedad” es un síntoma y no una causa.

La medicina hoy en día es una ciencia difícil, ellos están a la espera de la cura mágica. Mientras tanto echan mano de lo que hay en el mercado. Por ejemplo he visto que algunos psiquiatras tienen un negocio “pactado” con un almacén y cada vez que uno va a consulta, el doctor le prescribe a uno una medicina nueva que no está en el plan obligatorio de salud con la excusa “es cara pero es lo que le sirve”, y esto es mentira, no hay cura para las enfermedades mentales, lo que si hay es comisiones para los doctores que envíen clientes nuevos a estos almacenes. Hay que estar muy pendiente de esto.

La EPS (Entidad Prestadora de Salud) y el sistema de salud son una tortura para cualquier paciente pero más para el paciente de la mente. Si uno llega temprano, se demoran una hora en atenderlo a uno, pero si llega un minuto tarde ya no lo atienden. Nadie hace nada al respecto.- A veces cancelan las citas sin avisar, cambian los doctores, etc. Es tanta la negligencia de estas entidades que a diario les colocan cientos de tutelas y acciones judiciales, pero es más descarada la forma de gobierno que tenemos, que ahora en vez de intervenir las EPS para que no comentan mas estos errores, a alguna “eminencia” que tenemos en el poder se le ocurrió que se deben intervenir las acciones de tutela, para que no se pongan tantas. Así que nosotros los pacientes si no tenemos dinero para pagar médicos particulares, estamos a la deriva y a nuestra propia suerte, por eso es importante que usted se haga profesional en su propia enfermedad, que la conozca, que sepa reconocer los síntomas y que sepa cuándo es un ataque y cuando en realidad necesita ayuda médica, a veces la cura puede ser peor que el mal y llegar a una clínica puede hacerle más daño que quedarse en casa.

Uno debe acudir a urgencias solo cuando la vida está en peligro, por eso insisto en tener un servicio de medicina domiciliaria el cual usted puede llamar cada vez que se sienta mal.

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III Mi cuerpo no aguantó el voltaje “! La vida es como es, no como usted cree que es!”

Estoy diagnosticado desde hace un tiempo con un pequeño "problemita", nada grave, TAB mixto, controlable según dicen. Pero me hace sentir mucha ansiedad y miedo. El miedo más duro que enfrento es a la muerte, se que en algún momento, como a todos, va a llegar. Pero la cuestión es que le temo a la sorpresa.

Es obvio que conocer la fecha y hora exacta de tu muerte sería algo terrible. Para los más sensatos o sabios y de sangre fría seria la oportunidad maravillosa para arreglar todos sus asuntos y disfrutar hasta el último momento. Pero para una persona más pasional como yo sería un desencadenante de pavores, pánicos y miedos tan terribles que adelantarían esa hora y fecha a medida que se aproxima, casi seguro de un paro cardiaco por el susto.

Aunque después del infarto estoy muy bien del corazón, sigo enfermo, teniendo dolores, me han hecho mil exámenes de todas y cada una las partes de mi cuerpo, la sangre, las glándulas, etc. Y al parecer todo está bien. Dentro de los límites normales de hoy en día. Sigo en la incertidumbre, de hecho ya me aburrí de ir a consultas, he perdido más de siete citas estos últimos dos meses, creo que perdí la esperanza en la medicina moderna y soy lo bastante escéptico para buscar otro tipo de medicina, así que acepto el hecho de que así tengamos cigarrillos electrónicos, teléfonos inteligentes y comamos con tenedor, en algunas áreas del conocimiento aun estamos en el medioevo sobretodo en la medicina y la movilidad. ¿Culpa de quien? Del mismo hombre que ha malgastado toda su historia en tonterías en lugar de investigar más y de querer hacer el bien para todos en vez de para cada uno.

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Estoy a merced de mi cuerpo y de una enfermedad que nadie conoce al parecer.

Eso me da miedo, porque la muerte es ese fantasma que me persigue a diario.

Me gustaría saber ¿le pasa lo mismo a otros?, es decir ¿el miedo a la muerte ocupa sus vidas?, porque es algo en lo que yo pienso al menos una vez cada dos o tres horas, es un problema existencial grave. ¿Sera que estoy muy enamorado de la vida? O que le temo a lo desconocido. Es extraño, al parecer es la propia muerte la que puede llegar a matarlo a uno, el propio miedo.

No es cuestión filosófica es meramente humana, es un pensamiento carnal. El miedo a perder lo material y la existencia como si pudiéramos dominarlas. Hay tantas cosas en este mundo que nos matan que uno puede pasar varios días haciendo la lista y sin embargo y así, nos arreglamos para vivir varios años.

Tengo conocidos que se destrozan a diario ellos mismos y ahí están, saludables, llenos de droga, alcohol, nicotina y cuanta cosa se puedan meter y me da envidia.

No por su forma de vida obviamente sino por su "supuesto" aguante. Algunos pasan de los cincuenta años con la salud de un niño de 20.

Pero es la sorpresa, el no poder calcular, el saber que puede ser en cualquier momento lo que más me aterra.

Mi conclusión a todo esto es que lo que hace temer es no poder completar el plan que tenemos, las actividades y metas que tenemos. Pero ¿será que algún día un ser humano inteligente, consiente y en todas sus facultades deja de tener metas?, ¿Será que llega un día en que uno dice ¡ya no más!? ya hice lo necesario y suficiente, me puedo ir tranquilo. Si ese es el caso entonces llegar a ese momento es lo que debemos hacer todos, tal vez el miedo se pierde y se convierte en una espera al fin de una historia en lo que ya está todo hecho. Morir con el deber cumplido.

Mientras tanto, me gustaría mucho lograr respirar tranquilo cada día sin pensar en la muerte súbita, inminente, eso es muy aburridor. Sé que a muchos les pasa igual porque nadie es único, nadie es especial, todos compartimos los mismos

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miedos, las mismas metas, unos más que otros, pero al final todos apuntamos a lo mismo.

IV El ataque de pánico “La humanidad en grupo, huele a mierda”

¿Saben ustedes lo que es el desespero y la paranoia?, cuando el pánico aparece y consume toda tu realidad, cuando acaricias a la muerte pero esta se encuentra lejana pero se hace tan real en tu mente que la sientes físicamente. ¿Saben lo que es ser preso de tu mente? De no poder esconderse de ella por que vive sola, aparte de ti. Cuando llega la hora de las sombras es la peor parte, cuando todo lo que escuchas te hace llorar, te da miedo. Cuando no confías en nadie, cuando el pecho duele, cuando otra vez viene el infarto, o tal vez no.

Ya las pastillas no ayudan mucho, al principio eran una cura, después fueron un escape, hoy son solo pastillas, nada más.

A veces siento el castigo, estoy encerrado en un cuerpo que no me pertenece, que no aguanta el voltaje, condenado años y años en un cuerpo podrido y defectuoso que al final se las arregla para seguir viviendo. Ojo, no se confundan, quiero vida, quiero seguir, solo que el instrumento parece no ser el adecuado. ¿Han sentido a veces que no son de esta tierra?, que alguien los puso acá, los dejo tirados a su suerte y te abandonaron… yo sí.

El suplicio diario de ser humano, de despertar cada día y tener que lavarse la boca, orinar, defecar, bañarse, tragar para que el cuerpo mantenga su desgracia de estar de pie. Yo creo que todos nacemos humanos pero hay que sobreponerse a esa enfermedad, hay que evolucionar.

Veo a diario los noticieros y ya no veo gente, solo carnes que se atacan unas a otras, que se matan por un hueso, me deprime, me rehúso a hacer parte de esta

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humanidad, no puede ser, no somos así. He llamado a Dios y el ha contestado y sin embargo aun lo sigo llamando en expresiones que nadie entiende. Hoy todo mundo es pastor, todo mundo es doctor, todo mundo es sabio, pero lo único seguro es que todo el mundo es ignorante en muchas cosas.

V AMO A LA HUMANIDAD, PERO DETESTO A LAS PERSONAS “La única verdad es la mía y la defiendo a muerte”

El titulo no es contradictorio así lo parezca. Les voy a explicar. Ser bipolar no es como dicen, al parecer esta condición se ha convertido en una especie de moda y muchas personas lo están tomando en chiste, hacen grupos en las redes sociales, se burlan, ponen letreros como “odio ser bipolar, se siente putamente bien”, etc. Pero la realidad de la enfermedad los que la sufren la saben. La verdad es un infierno terrible. Yo no sé, si alguien llega donde su familia y le dice “tengo cáncer terminal en el páncreas”, toda la familia se consterna, se vuelca en lastima y apoyo para el enfermo y se le toma muy en serio, pero parece que esto no aplica para los enfermos mentales en donde todo mundo cree que estas patologías no existen, son “inventadas”.

Generalmente cuando voy a donde los médicos y ellos ven mi historia clínica y la culpa de todo se la “echan” a la bipolaridad y con ese diagnostico me mandan a la casa. Ese tipo de conducta fue el que me costó que me diera un infarto a los 35 años por que los médicos creían que era mi ansiedad la causante de todos mis males, de las palpitaciones o “extrasístoles”, de todos los síntomas. Ahora, cuando ya he sufrido un infarto, soy hipertenso, tengo tres tipos de gastritis y una duodenitis, apnea del sueño, duermo con Cpap y tengo que soportar el infierno del TAB me toman un poco más en serio, lo traduzco… me pasan más rápido en urgencias para que me vuelvan a mandar a casa diciendo que estoy ansioso y que la tensión 180/120 es normal para una persona como yo. ¿Qué les puedo decir? No soy médico, pero tampoco estúpido.

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Amo la humanidad, sí. Me preocupa el mundo, lloro cuando veo cada noticia horrorosa, cuando leo sobre las masacres, las injusticias me duelen físicamente, me enojo cuando pierde la selección o cuando se roban algo, siento mucha lástima por el dolor de la gente. Pero solo cuando es “la gente” es decir en masa.

Amo a la humanidad, me preocupo por ella, mi problema no es con la raza humana, mi problema es con el individuo, con la persona, con Carlos, Juanito, David, Hermenegildo o quien sea. Mi problema es con que el ser humano no piensa como “humanidad” sino como “uno” y es ahí en donde se está matando lentamente la sociedad.

A las personas les importa únicamente el “yo”, si “yo” tengo, si “yo” estoy bien, si “yo” puedo, etc. Y si “yo” paso encima de los demás por lograr mis objetivos no me importa, por que quien importo soy “yo”.

A mi esposa le digo que la gente en grupo huele a mierda. Me asusta salir a la calle, me siento ya desprotegido. Yo que viaje por el mundo entero sin saber siquiera donde iba a dormir ahora me encuentro en esta situación de terror absoluto a la calle y de odio ciego hacia las personas.

Quisiera desaparecer a un montón de gente. Me da asco cuando me toca montar en el bus y sentir el roce de los demás, que se aplastan unos contra otros, no dejan bajar ni subir, huelen feo, sudan, se tiran pedos, me miran. En la calle desconfió de todo el mundo, para mí todos son asesinos, estafadores, ladrones, ratas, me da miedo, no lo entiendo, es una dualidad muy desesperante. Te amo pero te odio, amo a los humanos, pero odio a los individuos.

VI El bipolar no tiene familia “Si no te duermes ya, viene el coco y te comerá”

Ahora es que tienen sentido, ahora es que todos esos miedos tienen su razón de ser, me desbarato de solo pensar cuantas en cuantas veces vi fantasmas, ovnis, monstruos bajo mi cama. No me importa si todo estaba en mi cabeza o

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no, lo único que importa es que yo pedía ayuda cada vez y nunca me hicieron caso. Siempre la respuesta era la misma, un regaño y de vuelta a la cama. O un grito por dejar la luz prendida toda la noche… y mis miedos consumiéndome. A veces era tanto el pánico que lloraba en silencio enfrentando mis demonios de niño y hoy de adulto es igual. Ahora no llamo a mi madre sino a mi esposa la cual ni se inmuta cuando duerme por que ella no siente nada, porque esa batalla es mía.

El bipolar nunca tendrá familia ni amigos sencillamente porque nadie se aguanta al bipolar. Por que cuando uno comienza a gritar, a romper cosas, la gente se asusta, se hace a un lado y lo que dicen es –este tipo está loco- pero no saben la presión que tienes en ese momento en tu cabeza, como todos los músculos de la cara se aprietan sin causa aparente, como el dolor en la cabeza es palpitante como el corazón. En mi caso que ya me dio, la paranoia de que me de otro infarto, en el caso del que no le ha dado, la paranoia de que le dé por primera vez, el miedo a la muerte inminente, la rabia, el odio, todo concentrado en un solo momento fugaz de explosión, de potencia emocional, de locura. Cuando los amigos o familiares reconocen una de las frases que te detonan, la seguirán diciendo hasta herirte, hasta que explotes y cuando lo hagas y desates el infierno en tu casa, trabajo, sitio de estudio, etc. Entonces el demonio serás tú, el monstruo siempre serás tú pero nunca van a pensar en qué y porque pasó todo.

Es triste… es patético!!!

Y cuando pasa, todo vuelve a ser normal. El bipolar olvida rápido, puedes haber herido de muerte a tus seres queridos un segundo atrás pero al segundo siguiente es como si nada hubiera pasado. Después de la tempestad viene la calma y ahí menos te entiende la gente. Porque la gente “normal” es de alguna manera estúpida. La gente “normal” la que no sufre de estas cosas cree que diciendo “está loco, no le haga caso ahora se le pasa” ya arreglaron el problema.

Muchas veces, los ataques de ira y rabia son desatados por algún comentario fuera de contexto, porque cuando las personas no te entienden entonces siguen el juego y comienzan a ser hirientes y uno en ese momento lo único que desea es matarlos, humillarlos, arrastrarlos por el piso para hacerles ver lo equivocados Felipe Szarruk

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que están, pero cuando viene la calma entonces viene el arrepentimiento, el amor de nuevo, ya uno los ve de manera diferente, tu mamá regresa a su lugar y vuelve a ser tu mamá, al igual que tu padre, al igual que tu amigo. Pero ellos quedan heridos, lastimados física y mentalmente y eso nunca es perdonado, por eso el bipolar debe aprender a ser un solitario, por eso nunca tendrá amigos, padres, hermanos de corazón. Siempre andarán prevenidos contra ti, te dicen que te aman pero es mentiras, puede que en realidad te amen con el corazón, pero en la práctica prefieren que estés lejos. Es una realidad y debes aceptarla para poder vivir tu infierno en paz. Lo peor que uno puede hacer es mendigar afecto, mendigar amor, pedir ayuda a gritos y no encontrarla, por eso es necesario que el bipolar aprenda a manejar su propia enfermedad y en los ataques mejor encerrarse y tragarse el fuego solo.

Lo digo porque las familias y amigos de los bipolares nunca han podido entender la enfermedad y se retiran. Y lo peor que algunos hacen es pelear de vuelta y quedar heridos para siempre.

VII El odio Si yo hubiera sabido que esa copa era nuestra última copa, no la hubiera servido…

Desde el mismo instante en que abro los ojos cada mañana comienzo a odiar, apenas tomo conciencia del primer respiro es como si una corriente de odio ingresara en mis venas. Habría tenido suerte si no soñaba nada o al menos si no me acordaba, porque generalmente, de unos años hacia acá el odio ha consumido hasta mis sueños- Cuando sufrí el episodio cardiaco, algunos doctores decían que era por fumar cigarrillos, otros querían culpar a una adicción inexistente a la cocaína, pero yo se que fue por el odio.

Odio casi todo lo que tiene que ver con los seres humanos, odio la piel llena de huecos, de irregularidades, llena de espinillas, granos, sudorosa, asquerosa.

Odio la respiración, las miradas, odio a cada una de las personas que no conozco.

Felipe Szarruk

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Mi odio es algo extraño. Porque he comprobado que si tengo la capacidad de amar, pero incluso a personas que he amado quisiera hoy alejarme, por el odio.

Ese sentimiento del que ya no puedo escapar.

Pero esperen. No crean que todo esto es una patología, lo más seguro es que algunos de los “sabios” actuales lo categoricen así, pero no. Mi odio es sencillamente el resultado de haber tenido que nacer, crecer y convivir con un montón de ignorantes (a mi forma de ver porque supongo ellos creerán que son genios), perros y cerdos disfrazados de humanos. Es el producto de nacer en una sociedad a la cual lo único que le importa es ganar un peso a costa del daño a cualquier persona para poder ir y meterse en la boca un pedazo de pan. Odio a las personas, las odio tanto que creo que ya solamente estoy compuesto de odio.

Mi celda es mi cuerpo, mi vida es mi condena. Estoy atrapado en un cuerpo asqueroso, que engorda, al que hay que darle de comer para que funcione, deteriorado, maltratado y experimentado por un sin fin de médicos actuales que lo han llenado de pastillas. Lo han saturado de medicina… años de clonazepam, litio, alprazolam, aspirina, enalapril, diltiazem, lovastatina, omeprazol, buscapina, ranitidina, etc. Por otro lado yo mismo lo llené de nicotina, vodka, whisky, grasa, sal y una que otra droga que probaba de vez en cuando. Mi cuerpo al igual que el de todos los humanos es la porquería más grande que existe. Caga, mea, eructa, sangra, suda, se estira, le salen estrías, duele, le salen pelos, se le caen otros, cera, mocos, flemas, vomito, lagañas, uñeros, pecueca, pedos, granos, hongos, parásitos, flora, fauna, es vomitivo, y le hacemos hasta concursos de belleza.

El cuerpo no soporta el voltaje de una persona que en realidad quiera vivir, porque si se dan cuenta al cuerpo todo lo destruye. Al ser humano lo mata hasta un zancudo. El hombre es tan inútil que ni siquiera sus más grandes genios han sabido cómo mantener la vida, como mejorar el poco tiempo que vivimos o incluso como curar al menos una enfermedad grave. Y lo que más odio, lo que más me duele, es que soy humano.

Felipe Szarruk

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Me duele mi ignorancia y mi incapacidad de no cambiar nada de esto, de no tener el conocimiento necesario para lograr un cambio en realidad, porque aunque no me lo crean, amo todo lo demás, amo el universo, el planeta en el que vivimos, amo la vida, la perfección de toda la naturaleza y sus misterios, mi problema es con los humanos, con mi propia especie, mi odio es hacia ellos, los que caminan en las calles creyendo que todo lo que llevan en la cabeza es la realidad, la verdad absoluta. Los que creen que su ideología salvara al mundo, los que creen que su guerra traerá la paz, los que hablan, los que ríen, los que lloran, los que duermen, los que viven. Los odio, los odio en realidad.

VIII ¿Un traguito, un cigarro, un periquito, señor bipolar?

“Nuestras virtudes son, a menudo, hijas bastardas de nuestros vicios.”

Friedrich Hebbel (1813-1863) Poeta y dramaturgo alemán.

Yo siempre tuve una gran ventaja sobre las demás personas y era mi control en la locura. Es decir, nunca fui un borracho fastidioso, nunca era de esos que armaban peleas y se ponían cansones. No, eso me pasa ahora por el odio, pero nunca por tomarme un trago, siempre he sido un señor, eso se lo aprendí a Frank Sinatra en su libro “El olvidado arte de vivir”.

El bipolar es un vicioso, es un drogadicto, un consumidor de todo lo que lo hace sentir más tranquilo, es un hedonista clásico, un sibarita, todo lo que el bipolar hace lo hace con pasión extrema ya sea lo bueno o lo malo, por eso cuando amamos, amamos de sobremanera, cuando nos gusta algo lo conseguimos como sea, cuando peleamos lo hacemos a muerte y cuando consumimos lo hacemos también desaforadamente. Todo bipolar tiene vicios, TODO BIPOLAR TIENE VICIOS. A mí me toco pasar de ser Jim Morrison a ser la Madre Teresa en un día.

Recuerdo cuando me dieron de alta en el hospital después del infarto que me

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dijeron: -Usted tiene corazón para cuarenta años más, pero fúmese un cigarro, tome bebidas energéticas o métase un pase de perico y hasta ahí llega – y ese fue mis queridos amigos el fin de mi vida como la conocía.

Yo era de los que fumaban cuatro paquetes diarios de cigarrillos, me metía dos botellas de Vodka y si había drogas de vez en cuando lo hacía, eso obviamente acompañado de Rivotril, Prozac, y todas las medicinas que me dan. ¿Por qué se los voy a negar? Acaso no es este un ejercicio para ser sinceros. No me da pena, la pasé delicioso y aun extraño esos días, los extraño demasiado, deje todos mis vicios menos el alcohol. Aun estoy luchando con ese, solo tomo Whisky porque es vasodilatador y ahora tomo cerveza por que según el boletín de cardiología de España al cual estoy inscrito, se puede tomar cerveza. Me pego borracheras, sí, estoy luchando por dejar de hacerlo, pero soy músico, trabajo en los bares, toco en conciertos, es muy difícil dejar de hacerlo. No hay nada como un Jack Daniels con hielo y una Fender Telecaster en una misma noche.

A lo que voy con este escrito es que es difícil superar las adicciones, léase cualquiera de ellas. Pero las que son nocivas es mejor darles batalla. Porque tarde o temprano las cobra toditas. El bipolar acaba su cuerpo demasiado rápido, lo raro es que es un deterioro crónico que no llega a ser mortal ni puede ser curable, eso es desesperante, es como si uno tuviera que manejar eternamente un automóvil todo descompuesto y andar cambiándole repuesto a cada salida. ¿Sí o no? Se sienten así… el ataque de pánico mañanero es el peor, y lo que más molesta es el estómago, parece una montaña rusa. Después la paranoia, el miedo, los dolores de cabeza, etc. ¿Pero saben qué?, me doy el merito de haber dejado de fumar, pero debo aceptarles a ustedes que cuando bebo me siento bien, me siento feliz, no sé porque pasa esto, es como si en ese preciso momento todo se olvidara, el cuerpo vuelve a responder, soy un Rockstar, todo lo puedo. Lo hp viene en la mañana... y dejen a un lado la resaca común, a mi el dolor de cabeza y las nauseas no me importan, lo que me mata es el miedo, el pánico, la sensación de muerte inminente, la sensación de que todo está mal pero no se en realidad que es lo que está mal.

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Escoja papito, un trago o una mañana de psicosis… escoja, póngalo en una balanza. ¿Dejarlo? Dejar mi vida entera, todo lo que soy, la música, los bares, los amigos, los borrachos.

It's nine o'clock on a Saturday The regular crowd shuffles in There's an old man sitting next to me Makin' love to his tonic and gin He says, "Son, can you play me a memory I'm not really sure how it goes But it's sad and it's sweet and I knew it complete When I wore a younger man's clothes." la la la, di da da La la, di di da da dum Sing us a song, you're the piano man Sing us a song tonight Well, we're all in the mood for a melody And you've got us all feelin' all right Now John at the bar is a friend of mine He gets me my drinks for free And he's quick with a joke and he'll light up your smoke But there's some place that he'd rather be He says, "Bill, I believe this is killing me."

As his smile ran away from his face "Well I'm sure that I could be a movie star If I could get out of this place" Oh, la la la, di da da La la, di da da da dum Felipe Szarruk

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Now Paul is a real estate novelist Who never had time for a wife And he's talkin' with Davy, who's still in the Navy And probably will be for life And the waitress is practicing politics As the businessman slowly gets stoned Yes, they're sharing a drink they call loneliness But it's better than drinkin' alone Sing us a song you're the piano man Sing us a song tonight Well we're all in the mood for a melody And you got us all feeling alright It's a pretty good crowd for a Saturday And the manager gives me a smile 'Cause he knows that it's me they've been comin' to see To forget about their life for a while And the piano, it sounds like a carnivore And the microphone smells like a beer And they sit at the bar and put bread in my jar And say, "Man, what are you doin' here?"

Oh, la la la, di da da La la, di da da da dum Sing us a song you're the piano man Sing us a song tonight Well we're all in the mood for a melody And you got us all feeling alright (Piano Man de Billie Joel) Felipe Szarruk

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IX Extrasístoles El hombre que tiene miedo sin peligro, inventa el peligro para justificar su miedo.

Alain (1868-1951) Filósofo y ensayista francés.

La mayoría de veces rezo – Señor ayúdame, cúrame, quítame esto – otras veces maldigo y soy grosero – Vida hijueputa, estoy desesperado, maldita vida la mía – otras veces me quedo callado en silencio y muerto de miedo como en este momento en el que estoy escribiendo esto. Esperando… con la zozobra infinita de si son mis últimos momentos en esta tierra, al lado de los míos, de mis proyectos. Es desesperante, y creo que la palabra no alcanza.

Todo aquel que ha sentido las extrasístoles sabe que es un infierno dentro de otro infierno, es uno de los síntomas más terribles, aterradores y fuertes de la ansiedad. Hacía tiempo no las sentía pero han vuelto, fui al cardiólogo y le conté pero él no me hizo caso, como si no le hubiera dicho – Hey pendejo, tengo las extrasístoles otra vez- el solo me dijo, estas controlado y ya, me mando a casa.

Días antes de mi infarto yo lo presentí, las extrasístoles me lo decían, yo les hablaba a todos mis amigos y a los médicos y les decía, hay algo malo en mi, en mi corazón lo puedo sentir y tome, infarto agudo al miocardio provocado por un vaso espasmo. Lo único que me pudieron decir en la clínica fue que yo era drogadicto, porque no sabían nada más, porque no sabían porque me había dado y mucho menos que lo había ocasionado… no saben nada.

Pero ya ha pasado mucho tiempo y he dejado casi todo lo que yo era, solo tomo Whisky de vez en cuando, han regresado las extrasístoles y peor que antes. El miedo es peor, la paranoia, el desespero. Las escucho, escucho mi corazón, se hacen más fuertes cuando me acuesto, ya no se que mas hacer.

A veces soy optimista y pienso, ¿para que voy a seguir luchando y colocando mi esperanza en la medicina si es una ciencia que aún no cura casi nada? Los

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psiquiatras en 400 años de práctica aun no han curado a nadie y un día el mío me recetó Quetiapina y casi me mata. Fue la peor traba de mi vida. Y otras especialidades como la cardiología están en el mismo punto de hace 600 años solo que con aparatos electrónicos que miden exactamente lo que siempre han calculado al ojo, pero ¿Qué pueden curar? Les digo que soy optimista es porque ya no me preocupo, sigo con mi vida, esperando solo el momento en que me truene de nuevo el corazón y ahí termine de una vez esta historia.

Pero por otro lado, cuando veo a mi familia, cuando toco mi música, cuando estoy en mis proyectos, me da miedo y no quiero morir y me da rabia de pensar en que he visita médicos, brujos, hechiceros, curas, iglesias, he meditado, Yoga, gimnasio, Tai Chi y cuanta cosa me han dicho para seguir sintiendo estas desesperantes extrasístoles que no se pueden quitar con nada en este mundo.

Maldita sensación de no poder hacer nada, de estar luchando conmigo mismo.

Para quien no sabe que es una extrasístole les voy a contar. Es una “pausa” en su corazón. El corazón lleva un ritmo, como el de una canción, el mejor ejemplo es el siguiente, imaginen que están escuchando una canción de música electrónica, pum chis pum chis pum chis pum y ahí va el ritmo, de repente el ritmo para un par de segundos y vuelve con un golpe fuerte y como que fuera del ritmo anterior. Eso mismo es una extrasístole, pero adentro de tu pecho y uno la siente, la siente fuertísimo, la escucha, el aire sale, es horrible, es una de las sensaciones más asquerosas y desesperantes de este mundo. ¿Y qué podemos hacer? Nada, porque los médicos no tienen ni idea de que hacer, los chamanes no tienen ni idea ni nadie en este mundo sabe que hacer solo resta aguantar y encima de aguantar, volver a aguantar a los que le echan la culpa de todo a la “ansiedad”.

Lo peor de todo esto, es que a falta de respuestas, uno comienza a buscar en Internet y en Internet la mayoría de escritos son trágicos. Yo por ejemplo, leí que las extrasístoles después de un infarto son fatales. Y acá me tienen, seis Rivotril después no me puedo quitar el miedo a que voy a morir hoy.

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X Salud!!! Por los hijos de puta!!! ¡Soledad mi vieja amiga, se mi compañía solo por hoy!!!

Es duro vivir… ¿para qué lo voy a negar? Uno pasa la mitad de la vida feliz, siendo joven, lleno de sueños para pasar la otra mitad revolcándose en la miseria de los años y pagando con la salud cada cosa que hizo en la mitad buena.

Todos los momentos de mi vida han sido la consecuencia directa de mis actos, solo que muchas veces no han sido la consecuencia que buscaba. En mi camino, aprendí que la raza humana no es buena, pienso que es la mayor conspiración en contra del universo que se haya podido gestar jamás. Pienso con todo mi corazón que el ser humano es una bola de carne sin conciencia y que hasta una cucaracha es más inteligente que nosotros y me arrepiento de pertenecer sin pedirlo a esta raza, podrida y nauseabunda.

Por eso durante toda mi vida he buscado el conocimiento y la sabiduría para cambiar lo que somos ya que acepto por fin el hecho de que no es que alguien me haya dejado acá tirado en castigo a algo que se hizo. Acepto el hecho con dolor de que solo soy un humano más y que el haber llevado mi cuerpo y mi mente al límite me han dejado secuelas imborrables que lo único que hacen es convertir esta existencia en un infierno.

Y lo peor de todo es que cada día el odio hacia los demás se alimenta. Pero no se confundan… a pesar de todo el dolor que me han causado algunos en esta vida y de toda la porquería que me han hecho comer, de que mi familia no sirviera para ya que por un lado son un atado de egocéntricos inútiles y por el otro son solo inútiles. Me importa el mundo, me interesa la humanidad y he luchado toda mi vida para que se den cuenta que el mundo es como es y no como lo tienen en la cabeza.

La raza humana podría sobrevivir, solo que se esfuerza de sobremanera para no hacerlo. El mundo se estancó en un momento en donde los sueños pasaron de

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ser obras de hombres visionarios, a ser el pasatiempo de los tontos. La gente es hoy medida con la vara de las posesiones, el poder y no importa pasar por encima de cualquiera para conseguir lo que alguien anhela.

He conocido países hermosos y también países que quisiera destruir y borrar de la faz de la tierra, pero no por la tierra, sino por los que viven en ella. He conocido sociedades hermosas, no perfectas, pero tranquilas, y he conocido la desgracia en persona. He sido enormemente feliz, he logrado todo lo que me he propuesto en la vida menos aniquilar a los que odio, solo porque es ilegal y aunque no lo crean respeto la ley, así la ley haya sido una gran prostituta conmigo y se haya dejado manipular por los dos o tres torcidos que he conocido en mi vida.

Pero a veces pienso que sería hermoso poder arreglar este mundo sin que nadie lo recriminara a uno. Poder arreglar tanta injusticia, desaparecer a tanto malvado, a tanto torcido, tanto inútil.

Arreglar la educación, la forma en que nos gobiernan, la forma en que se sobrevive, poner a favor de la humanidad el conocimiento y que no sea superado por el fanatismo a todo. Porque en este mundo lo único que hay es fanáticos, religiosos, científicos, amorosos, etc. Solo fanáticos, con la pasión suelta y desenredada en sus cuerpos, creyendo que andan con la verdad en la boca profesando su credo a cada persona que conocen.

Me tocó ser humano, nunca lo pedí pero acá estoy, luchando porque este planeta y esta vida puedan ser un poco mejor, reflejando cada error en mis hijos y tratando de labrar un camino para que ellos no sufran y de ser necesario ese camino hay que labrarlo a punta de lanza y de puños.

Porque en este mundo existen cuatro clases de poder: El político, el adquisitivo, el religioso y la fuerza bruta y cada uno de ellos compite por ser el más fuerte.

Por lo tanto hago todo lo posible por tratar de tener una parte en cada uno de ellos. Siempre es bueno tener un amigo abogado, un amigo ingeniero, un amigo doctor, un amigo artista, un amigo religioso y un amigo profesor, para acudir a ellos cada vez que se necesita algo en este sistema vacio y triste.

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La verdad es duro vivir, pero es bueno el paso por la vida. Al final sin filosofía ni fe, lo único que quedara tal vez sea una foto que también desaparecerá con el tiempo, al igual que todas las teorías, imperios, vidas y monumentos han desaparecido, cada cosa que somos hoy en nuestro presente también va a pasar. ¿De qué sirvió ser grande o pequeño en esta vida? De nada.

Ese es el problema del ser humano, que en su cabeza cree que su vida es especial, que este mundo es especial, que esta historia es especial, pero la verdad amigos míos, es que solo somos especiales para nosotros mismos, ¿pueden vivir con eso?

XI Ayer me morí, hoy me muero y mañana moriré “La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente.”

François Mauriac (1905-1970) Escritor francés.

Ayer me morí tres veces, ustedes, los que son bipolares o sufren de constantes ataques de pánico saben de que les hablo. En este momento, después de dormir todo el día, estoy escribiendo esto en la zozobra de morir y tal vez si sobrevivo, de hacerlo mañana. El caso es que no pasa un día sin que piense en la muerte, cada hora, cada segundo, cada instante está ahí presente como una sombra, como una espina, algo que no me deja en paz. Creo que ese fantasma es peor que el de los esquizofrénicos cuando tienen a uno de sus “amigos”.

No lo sé, lo curioso es que ya me enfrenté una vez a la muerte y ella me perdonó, me dejó acá otro rato, pero mi calidad de vida desde ese instante ha sido una verdadera basura, a pesar de que he luchado por vivir y porque sea buena la experiencia. Deje de fumar, deje de hacer todas las cosas que hacia durante cada día de mi vida. Tardé como cinco meses para que el miedo y el pánico me permitieran otra vez salir a la calle, tomarme un trago. Cada fin de semana que tocaba en el bar llegaba la ambulancia, no es mentiras. Después de que comprobaban que no estaba muriendo yo salía a la tarima y a veces hasta los

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doctores salían a jugar con nosotros. Tengo electrocardiogramas como para empapelar el palacio de Buckingham y lo peor de todo es que llevo varios días sintiendo las extrasístoles que precedieron el infarto y eso me está matando.

He estado considerando de nuevo mi posición hacia la medicina tradicional y he cometido el error que mucha gente comete. Estoy desesperado por tomar tantas pastillas y hace unos días deje de tomarme la Fluoxetina y eso me está matando mas creo yo, eso lo acabo de reflexionar. El otro día termine en urgencias por que el psiquiatra me recetó Quetiapina y les juro que fue un viaje mas bárbaro que el que se metieron Neil Amstrong y su combo a la luna en el 69, porque yo visite todos los planetas de este universo y encima de eso me tuve que aguantar una tensión arterial de 180/120 y tener que tomar 20 litros de agua para poder eliminar la “pastillita”, esa traba me duró dos días. Pero prefiero esa traba al miedo y la zozobra que estoy sintiendo hoy que han regresado las extrasístoles.

No sé si son ventriculares o auriculares, no sé nada, porque el cardiólogo cuando se las mencioné fue como si no lo hubiera hecho. Yo en realidad no sé si los médicos entienden lo que ellos tratan, o al menos lo que tratan de tratar. Porque les juro que si un medico sintiera esto que yo siento o su mamá lo hiciera, el trataría de curarlo, de investigar. De verdad me disgusta como los médicos hablan con su pedáncia y su altivez, recetan y te mandan a la casa a estar peor que antes. Es como aquel pastor que predica la biblia con una estrella de David en el altar y una pistola en la cintura, habla en contra de las drogas y jamás se ha fumado un porro, pero si ha sido un traficante de personas. (No crean que me invente este personaje, existe y vive en El Salvador). Estoy cansado de la indiferencia de la gente hacia la otra gente, de que las personas que te pueden ayudar, como los doctores nunca lo hacen y las que no te pueden ayudar como tus amigos y familia siempre tienen miles de consejos. Estoy harto de eso. Estoy harto de lidiar con la EPS, su negocio, su monstruosidad, su inhumanidad.

Leyendo historias como las del Dr Gerson o las del Dr Johnson en Internet y en los libros me doy cuenta que la cura está ahí hace años pero no va a salir a la luz sencillamente porque las farmacéuticas no lo van a permitir y están incluso dispuestas a matar por esto. Es como cuando yo dije en un escrito publico que Felipe Szarruk

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acá en Bogotá existía un “Rock del Estado” y uno de mis detractores salió a negarlo y a decirme a mi “Idiota”, una persona que toda la vida había sido mantenido por ser precisamente parte de ese grupo del “Rock del estado” (Tampoco me invente este personaje, es real y vive en Bogotá)- Como ven, a veces la realidad supera la ficción.

Les recomiendo que traten de no morir cada día, yo no lo he podido hacer, estoy muriéndome en este momento y de seguro amaneceré muriéndome mañana.

Pido ayuda a gritos y no la encuentro. Hoy voy a orar, a ver si Dios me escucha.

Porque cuando le grité en mi pedáncia que me demostrara que existía, que no fuera pendejo y que me diera una señal, amanecí con un infarto al miocardio, así que hoy le voy a volver a exigir, pero humildemente, que me ayude ya que ningún humano ha podido hacerlo, que me quite estas extrasístoles y me dé un poco de paz en este cerebro. ¿Qué tengo para perder? Si ya he perdido toda la esperanza en todo lo que hay en esta tierra.

XII No hay que perder la fuerza, no hay que perder la fe, solo la humanidad.

La razón no me ha enseñado nada. Todo lo que yo sé me ha sido dado por el corazón.

Leon Tolstoi (1828-1910) Escritor ruso.

Hoy me pasó algo extraño, me vi a mi mismo reflejado en otra persona, invadida por un ataque de pánico extremo con la sensación inminente de que iba a morir.

Yo entre todos los que la rodeaban al saber exactamente lo que estaba sintiendo fui el único capaz de calmarla. No bastó más que tomarle la tensión, medio Xanax y decirle lo que le iba a pasar en los siguientes minutos. Un rato después estaba calmada y tranquila. ¿Cómo es posible que uno en ese estado no pueda ver desde afuera hacia adentro como me pasó con ella?, es increíble.

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Las cosas en la vida pasan por algo, eso es seguro. Me encuentro de vacaciones en la casa de mi madre, vine a Bucaramanga motivado por factores externos.

Para mí, esta ciudad murió con mi abuela, no había vuelto en mucho tiempo, pero quería hacer rock acá, unir gente a la asociación de músicos, dar la conferencia y animar a mi madre para que colocáramos su empresa de comida Árabe en un nivel en donde sea una industria y se acaben los problemas económicos.

Tenía todo planeado, cada paso, cada palabra, cada cosa que iba a hacer, pero como siempre el universo me volvió a demostrar otra vez que el mundo no es como uno lo piensa, sino como en realidad es. Esa es mi frase favorita, mi esencia, mi principal moraleja en esta vida.

La única certeza que tengo es la de mí pasado, no creo en el futuro porque cada vez que he llegado a él no ha sido lo que he esperado. El futuro que nos vendieron es diferente al que alcanzamos y la única certeza que tenemos de él, es que allá se encuentra la muerte.

Hay dos errores que uno comete en la vida, el primero es confiar en los demás y pensar que todos compartimos un mismo ideal, el segundo es todo lo demás.

Nuestra existencia es una tristeza.

La parte difícil de ser bipolar en todo esto es que el fracaso se siente de mil maneras y se siente más fuerte. En varios casos lo mejor sería rendirse, tirar todo a la basura porque en realidad dan ganas. Ganas de mirar a la cara a todos y decirles “!son imbéciles!”, como si Dr House viviera en realidad. Pero no se puede, porque cada persona en su interior tiene una verdad, y está dispuesta a matar por ella, así esa verdad no sea sino el reflejo de su propia y patética ignorancia.

En los últimos días he tenido momentos maravillosos pero también momentos duros, el reflejo de la realidad es demasiado fuerte como para creer que puedo cambiarlo solamente con quebrar unos cuantos espejos. Al llegar acá a Bucaramanga me di cuenta por ejemplo que el ímpetu y el amor de mi banda de Felipe Szarruk

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rock hacia la música ha cambiado, sucumbió a la necesidad, a la supervivencia y tal vez soy yo el equivocado en no darme la oportunidad de conocer y emprender otro camino. Me doy cuenta de que a pesar de que traté con toda el alma, para mí esta ciudad en realidad si murió con mi abuela, la siento como un gran campo baldío en donde nada tiene alma. Encontré a mi mama estática en el espacio-tiempo, contenta con lo que es y tiene y me di cuenta que las ambiciones son mías y no de ella, ya cansada no le interesa tener un “imperio”, solo luchar hasta que aguante que parece que no es ya mucho. Y mi idea de encontrar soldados para el ejercito cada vez se desvanece mas porque vi que solo hay un puñado de muchachos a los cuales los ven como parias en una ciudad reinada por el calor, el vallenato, el reguetón y todo lo que incluya el diccionario popular colombiano, así que ando un poco decepcionado.

Lo duro es que eso se siente fuerte, les pedí en El Salvador que cambiaran el nombre a Subterránica, un programa radial que yo creé, ya que un personaje que yo odio lo estaba usando en beneficio propio, y para sorpresa mía la opción de ellos no solo fue cambiar de nombre sino mantener el espacio que yo hago en el show. Eso me hace pensar que tal vez cambiar el mundo es más difícil de lo que uno piensa, porque al fin y al cabo ¿Quién es el dueño de la verdad? ¿La de quien es la verdadera verdad?, la mía para mí, la de él para él y la de ellos para ellos. Muy fácil.

Para cambiar el mundo primero habría que convencer a todos los demás que la verdad es la tuya y eso es un acto de egocentrismo sin nivel medible, en otras palabras es una estupidez.

Por eso hoy además de derrotado me siento emocionado de saber que entre miles y millones de personas diferentes a mí, tengo un grupo de personas que creen en mi, que creo en ellos y que creemos unos en los otros y que tenemos al menos un objetivo en común, ya con eso basta.

Seguiré adelante, levantándome de nuevo, cansado y aburrido pero mañana estaré mejor, esa es la ventaja de sufrir de TAB, hoy el mundo me queda grande, pero mañana me lo trago entero de nuevo. Esperemos que sea así.

Felipe Szarruk

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XIII El Cansancio El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.

Friedrich Wilhelm Nietzsche

¡Estoy asustado!, en verdad lo estoy, nunca he tenido pensamientos suicidas pero hoy fue la primera vez que sentí el cansancio. En realidad lo sentí, lo siento ahora. Estoy cansado de luchar, de luchar contra todo y contra todos. He ganado mis batallas, pero siento que estoy lejos de ganar la guerra. Estoy cansado de no poder confiar en nadie, de sentir que no tengo amigos, porque mis mejores amigos han sido al final los peores, no sé si escogí mal o sencillamente he sido yo el que lo ha hecho mal toda la vida. Igual no importa, también estoy cansado de eso, de tener que jugar a ser parte de una maldita sociedad podrida. Estoy cansado de ver el noticiero cada día y solo ver sangre, muerte y basura. Me cansé de saber que la inocencia más difícil de comprobar es la del inocente y que hay mucho de cierto en aquella frase “los buenos van al cielo, los hijos de puta a todas partes”. Me canse de esperar, de tratar de amar solo para darme cuenta que las relaciones siempre terminan en lo mismo así uno tenga la firme razón de llevarlas mas allá. Nunca nadie te va a creer, hagas lo que hagas siempre va a haber algo mal hecho y siempre, de alguna manera vas a ganar algún enemigo que no sé cómo pero al final nunca están a tu altura.

Generalmente tus enemigos son aquellos que nunca pudieron ser tus amigos, no lo soportaron, no aguantaron el voltaje. En mi caso también, mis enemigos son aquellos sin ideales y que solo están contentos cuando tienen y miden a la persona por el dinero. Odio a ese tipo de gente, la odio con todo el corazón y de eso también estoy cansado.

Hoy por fin sentí el peso de la vida, he caminado demasiado, pero lo he hecho a pie y con los zapatos destrozados. Hubiera sido tan fácil entregarme a la tradición del ser humano y haber sido un gran ingeniero, un gran abogado, de seguro seria

Felipe Szarruk

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millonario, tendría a medio mundo detrás mío, disimulando ser mis amigos, me vestiría de Boss o Armani solo para comprobarles que también puedo y comería en restaurantes en donde sirven una porción como para un gato de algún plato insípido que no sabe a nada, hablando basura que es de lo que el mundo más entiende.

Me da miedo estar cansado porque soy un guerrero y estoy acostumbrado a llevar hasta el fin todo, pero tanto cuerpo como mente me jugaron hoy una mala pasada. Empezó como un mareo, físico, me acosté y comencé a pensar en todo, creí que la solución era no tomar hoy las pastillas y reemplazarlas con un litro de whisky para desahogarme pero al parecer el alcohol potencia el odio y me canso mas, porque odiar cansa y hoy me doy cuenta que he estado odiando durante la mayor parte de mi vida.

Me da miedo estar cansado, quiero reponerme, levantarme y enfilar de nuevo el rumbo a mis ideales, porque no quiero terminar fácil, no quiero escapar… al revés, quiero que cuando yo me muera mis enemigos digan: - por fin se murió, yo pensé que era inmortal!!!XIV NAUFRAGANDO EN EL MISMO MAR “No hay que tener miedo de la pobreza ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte. De lo que hay que tener miedo es del propio miedo”

Epicteto de Frigia

Yo no sé, pero al parecer cuando el cuerpo no quiere más no hay nada que puedas hacer. Hoy fui diagnosticado con otra enfermedad nueva. Síndrome X o Síndrome Metabólico, quiere decir que mi cuerpo no metaboliza bien las grasas vegetales, tengo los triglicéridos en 500 es casi absurdo, y a eso súmenle la hipertensión, la gordura, todo un coctel para que me de otro infarto, esta vez por otra causa diferente.

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La verdad ya ni sé si me importe o no, obviamente siempre hay desespero y llanto porque la verdad lo que me duele más de morirme es no poder ver más a mis hijas y mi familia, pero por otro lado vivir con este pánico a diario es un Karma bastante difícil de soportar.

Al parecer nada de lo que uno haga es suficiente, la enfermedad bipolar lo que hace es potencializar cada cosa que le da a uno. He visto con rabia como algunas personas creen que ser bipolar está de moda o algo así, son tontos, no saben lo que es este infierno, no se lo deseo ni a mi peor enemigo. Es como el carnaval “quien lo vive es quien lo goza!”.

Día tras día, noche tras noche, es como si esperara en qué momento me voy a morir, no pienso en otra cosa, aun cuando estoy pensando en otra cosa esta presente el pensamiento de la muerte, es inherente a mi mente, no se va, no se sale de ninguna manera y ahora con este nuevo diagnostico será peor, lo sé.

Vi una película en la que asesinan a una niña de 14 años, “The Lovely Bones” de Peter Jackson, y ella, la protagonista, dice una frase “No se angustien, al final todo el mundo muere”.

He podido ver que la gente que está sana no es consciente de la muerte, no la piensa, es como si creyeran que son inmortales, pero cuando uno ya la ha probado es muy difícil dejar de pensar en eso.

No ha existido un solo día en que un ataque de pánico no me consuma de la manera más despiadada para después dejarme agotado tirado en la cama durmiendo o llamando a los médicos a que vengan a verme.

Yo estoy luchando, no soy de los que tiro la toalla, y si al cielo le dio la gana de darme un cuerpo que no aguantaba el voltaje de mi mente pues de malas, este cuerpo débil se va a tener que aguantar, porque si estamos en guerra pues la voy a pelear y aunque evidentemente la voy a perder en algún momento, les juro que este “enemigo” va a quedar muy maltrecho, tanto que ya me siento medio encerrado en el.

Felipe Szarruk

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Es difícil lidiar con todo esto, sin embargo entre tanta cosa siempre encuentra uno el momento de felicidad durante el día, la ilusión de que nada malo va a pasar y así va, entre el optimismo y el pesimismo, entre el miedo y la esperanza, entre los proyectos y los sueños, entre el malestar y un chispazo de bienestar.

Es peor que tener múltiples personalidades, porque al menos una no es consciente de la otra, esto es como estar en guerra con uno mismo, como darse a puños con las propias manos, el enemigo es uno mismo así como el único que lo puede ayudar.

XV MIS BUENOS MOMENTOS Las horas oscuras…

-Truman Capote-

A pesar del desasosiego y la hipocresía, de la sombra oscura que proyecta mi alma, a pesar de mis fieros enemigos y vacíos detractores, y muy a pesar del planeta en que me tocó nacer, he tenido momentos buenos.

Fui de aquellos que puso en práctica cada poema de vida, de esos de Borges, Neruda y Becket y gracias a ellos y sus filosofías logré destrozar mi cuerpo y transformar en rostro mi existencia.

A veces es difícil entender los caminos por donde la vida te conlleva, marañas intrincadas de sentimientos dolorosos y gloriosos. Es necesario mantener la fe para no desfallecer, así esa fe sea basado en una infinidad de preguntas sin respuesta.

Lo más difícil fue darme cuenta que estaba solo, fue eso incluso más difícil que darme cuenta que estaba enfermo. De un momento a otro me encontré navegando un infinito vacío donde parecía no haber salida… pero aun así he tenido buenos momentos.

Felipe Szarruk

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Crucé los brazos y miré al cielo gritando ¿Por qué Dios mío si es que existes, has dejado que me humillen, que me vapuleen? Ser la escoria incluso de mi madre y mi padre que no toleran mi existencia y disfrazan su incompetencia de un amor insípido.

Ya no espero nada del silencio, antes era mi compañía y consejero. Un día el silencio se calló y nunca me volvió a hablar, me negó su consejo, empacó y se fue, me dejó solo con mi vieja amiga la soledad.

La gente piensa que soy fuerte, que puedo arrasar el mundo, que mi corazón es blindado y mi alma es de azufre. Más si miran bien por un rato sabrán que soy de caliza y de arcilla que aunque horneada se parte fácil.

He cometido errores porque he querido, lo único que habita en mi maltrecho corazón es venganza y resentimiento. Quisiera hacer daño a tanta gente que no puedo dormir consumido en ese odio. Sin embargo y así he tenido momentos felices.

No sé qué camino tomar, a veces pienso en la cicuta que tomó el maestro, en el honor derramado en las ideas y en la rabia de la burla de las tontas ideologías.

Haga lo que haga, incluso si muero, nunca podré dejar de ser un humano, porque al igual que todos los humanos mi cuerpo se va a podrir en la tierra, alimento de gusanos.

Me pregunto entonces ¿Cuál es el juego de los dioses? ¿Será acaso cada lágrima y cada trazo de dolor un punto en su macabro juego de creación? ¿O será que ni se han dado cuenta que lo que han creado tiene vida?

Tiene sentido… se han olvidado de nosotros ¿Cuántas veces si no siempre nos hemos olvidado de nuestras propias creaciones? ¿Cuántas veces lo nuevo es bello y lo viejo ya no? El eterno ciclo de lo inexorable.

Me voy a sentar a ver pasar la vida, en silencio, porque cuando uno habla las personas no entienden. Porque los humanos siempre interpretan lo que quieren Felipe Szarruk

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entender. La vida es mala, la muerte es mala, el blanco es malo, el negro igual.

Pero sin embargo he tenido buenos momentos.

Yo le suplico al universo entendimiento, le suplico realidad. Mi mente trata pero no comprende… estoy seguro que el más tonto es el más feliz y el más feliz nunca será el más tonto, porque no estamos acá para comprender sino para vivir.

Pero ¿Qué es la vida?, ¿Será esta experiencia triste y aburrida que nos han mostrado durante toda la existencia? O será otra cosa… hermosa, escondida, un tesoro a ser encontrado, a ser solucionado por otros que no sean los hombres.

Mi sentimiento favorito es la envidia, no la que siento, sino hacerla sentir. Disfruto viendo a los demás esforzarse en rebajar mis ideales sin lograrlo, consumidos en la ira. Entonces mi odio es placer y me convierto en hedonista. ¿Y qué es el placer más que la meta de la existencia? ¿Y porque el odio no puede ser placentero? Mi ser, mi ser entero está lleno de odio y sin embargo y así, solo así… he tenido mis buenos y mejores momentos.

XVI EL DESESPERO DE NO ENTEDER NADA DE NADA “la gente ignorante es la más feliz”

Lisa Simpson

Realmente es difícil, ¿es difícil existir verdad?, yo hago alarde a mí mismo de mi conocimiento y mi tonta idea de creer que uno es inteligente. Un cantante que no me gusta como escribe pero que respeto por lo que ha logrado y porque es otro músico es Arjona, me parece burda su prosa, como esa canción “El problema” en donde dice siempre “el problema no es… el problema es….”

Felipe Szarruk

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Entonces voy a aplicar esa forma de oración acá para tratar de explicar algunas cosas que agobian mi mente y siento que la destrozan, que me hacen perder la cordura y que aparecen todos mis males de nuevo, porque últimamente he sentido la zozobra y el miedo que sentía justo antes de sufrir un infarto.

El problema no es existir, el problema es no entender esa existencia, no saber porque estamos acá, no saber si el universo es eterno, no saber que pasa después de que morimos, no saber si después de que todo acabe quedara el negro infinito y eterno, no saber esas cosas me ocasiona ataques de terror absoluto que me hacen llorar del desespero, y cuando busco a los más cercanos me hacen cara de “esta loco” o no le ponen atención sin darse cuenta del conflicto interno tan macabro que se gesta dentro de mi ser. Entonces el problema no es estar acompañado si no que los que te acompañan no te tomen en serio. Parece que las enfermedades de la mente son un juego para todo el mundo porque no se “ven”.

El problema no es saber que me voy a morir, eso es inevitable, ya estuve a las puertas de la muerte en el infarto y sé que algún día me va a tocar, el problema es la paranoia diaria de pensar cada segundo en la muerte, en que si me duele el pecho por x o y razón es otro infarto, en que tengo como seis enfermedades crónicas. Me causa mucha curiosidad que antes del infarto cuando era borracho, drogadicto y fumador me sentía bien, me sentía vivo, era feliz, después del infarto y que deje todos los vicios me siento vuelto nada, acabado, como un anciano, soy hipertenso, soy bipolar, tengo síndrome metabólico, es como si haber dejado las cosas malas lo único que me trajo fue peores, agréguenle la subida de peso y el hipotiroidismo, la apnea ¿qué es todo eso? A qué horas apareció de un momento a otro.

El problema no es tener fe en Dios y creer o no creer en él, el problema es que después de un viaje en mi mente, un viaje canalla yo me senté en la cocina a gritarle que era un hijo de puta y que si de verdad existía me diera una señal y al otro día amanecí infartado sin causa aparente, al final dijeron que era un vaso espasmo, algo que le da a uno entre un millón de personas.

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Pero lo más duro y que si es un problema es el miedo, el miedo a todo, que si voy en carro se va a chocar, que si voy en avión se va a caer, que si voy en barco se va a hundir, que si me duele el pecho es otro infarto, etc. Y ese, ese en realidad es el problema, el más duro, el que necesito que se acabe porque está acabando conmigo.

Me llama la atención que ahora los doctores son “psíquicos”, recuerdo que antes uno iba al consultorio y el doctor lo auscultaba a uno de mil maneras, tomaban la presión, le tocaban la panza, le metían un palo en la boca, le revisaban los ojos, los oídos, hacían la palpación abdominal, escuchaban el tórax, los pies, las manos, miles de cosas, era tanto que al final le daban a uno una paleta, le sonreían y lo mandaban a exámenes. Hoy entra uno al consultorio y el hombre ni siquiera lo mira a uno a los ojos, solo clava su mirada en la PC llenando una historia médica que tienen prediseñada en un software y por arte de magia y unas preguntas ellos te mandan a exámenes, me parece que la profesión médica se ha deteriorado mucho tanto en la parte humana como en la profesional. Yo necesito cura, no necesito egos. Y lo peor es que nadie puede hallar una cura para nada, ni para la hipertensión, ni para el trastorno bipolar tipo II, ni para la obesidad por el hipotiroidismo, ni para el miedo, ni para el estrés ni para nada, solo me dicen que es tratable, que paciencia, que puedo vivir muchos años, pero a este paso el miedo me va a matar ya.

Es difícil vivir, el problema es tratar de que los demás entiendan. No quiero más tratamientos psiquiátricos ni pastillas, tomo más de 20 al día, es impresionante, el otro día la Clozapina me dio un viaje de dos días que fueron de los peores de mi vida, tengo el peor trastorno de sueño y de horario en la historia de la humanidad y ya en realidad perdí la esperanza de que la ciencia médica moderna pueda hacer algo, sinceramente pienso que la medicina moderna no sirve, sino que está en desarrollo, pero no fue en esta vida que me tocó ver los avances, sinceramente espero que en un futuro hallen algo que de verdad sirva a la humanidad, no niego uno que otro logro, pero por favor, seamos realistas…

Yo seguiré tratando de entender, tratando de dominar, pero es difícil, muy difícil.

Gracias a Dios tengo sueños y proyectos que me mantienen vivo y sobretodo el Felipe Szarruk

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amor a mi familia que, aunque no comprenden bien que tengo, al menos me han aguantado.

XVII 3 AM La locura, la verdadera locura, nos está haciendo mucha falta, a ver si nos cura de esta peste del sentido común que nos tiene a cada uno ahogado el propio.

Miguel de Unamuno (1864-1936) Filósofo y escritor español.

Insomnio, miedo, sensaciones desagradables y soledad. ¡No, no estoy solo, estoy rodeado de soledad!!! 3 AM, mi esposa duerme, mis hijas duermen, todo el mundo duerme. Tres películas después aun no concilio el sueño. Miedo, más miedo, sensación de muerte inminente. Miedo por el viaje de la otra semana, si voy en barco se hunde, si voy en avión se cae, si voy en bus colapsa, miedo, insomnio. Me levanto, computadora, escribo. Miro las redes sociales, la misma cosa de siempre. Pienso…

Espero el sueño, no llega, lo que espero llega a montones, desespero, tengo frio pero hace un calor horrendo, pero el frio se intensifica adentro, es como dos placas de metal opuestas la una a la otra. Escucho la música de “Dr House” al fondo allá en el cuarto, tal vez el volumen este muy fuerte y despierte a la bebe.

No es mucho, no es mucho, aguantar dos horas mientras sale el sol para poder ir a dormir, cerrar los ojos, soñar y despertar como si nada hubiera pasado.

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XVIII LO PEOR DEL INFIERNO ES VIVIRLO SOLO La soledad se admira y desea cuando no se sufre, pero la necesidad humana de compartir cosas es evidente.

Carmen Martín Gaite

Es incontable el número de veces que uno pide ayuda, que uno pide que lo escuchen y lo traten de entender. La frustración es grande, generalmente se termina peleando con la otra persona en medio de un interminable ataque de pánico, de esos que le provocan a uno ese mareo tan peculiar y que hacen sentir la cabeza muy pequeña para contener el cerebro.

Cada noche es un infierno y el día es la reflexión de ese infierno, nunca hay paz, siempre he pensado que la vida es una constante cadena de horrores y que solo existen chispazos de felicidad. Siempre he pensado que el hombre tuvo la osadía de convertir nuestra existencia en un mar de excremento en donde no se puede nadar e inevitablemente nos vamos a ahogar.

Sometidos, entrenados, para vivir en un planeta en donde nadie puede construir un sueño porque hay que estar preocupado por mantenernos, por sobrevivir. Así nos mantienen en silencio, viendo a diario los horrores en los noticieros. Y los que no salen en los noticieros, las peores fotos, los peores hombres, los vemos en Internet a razón de uno por segundo. La información es tanta y tan agobiante que no para de llegar y llenar nuestra cabeza, pero no es buena información, son solo datos que destruyen.

Cada vez que en la historia de la humanidad se ha tratado de dibujar un mundo mejor estos seres han sido destruidos, aniquilados, asesinados por los ignorantes, por los perros que quieren mantener cualquier tipo de poder solo para sentir que son alguien porque su cabeza no les dio para más que para imponer sus ideales a sangre y fuego en los demás.

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Estoy cansado, cansado de luchar, de tratar de cambiar algo, cualquier cosa, viendo como los que más daño hacen son los que salen adelante en esta patética sociedad, viendo como hay tantas personas ciegas alrededor, contentas porque los ascendieron en un empleo en el que trabajan de ocho a ocho y no les alcanza para un pan, contentas porque por fin después de cinco años de su vida pagaron un miserable auto de clase media, contentas porque consiguieron un apartamento con un arriendo barato, porque este año gana nuestra selección, porque la bandeja Paisa es una delicia, porque en vez de un Mustang se van a comprar un Marlboro, los veo colocar fotos en sus perfiles felices con una botella cara de licor en la mano, porque por fin un día en el año tuvieron la oportunidad de salir a un bar con los ahorros del mes a tomarse un trago. Este mundo es una conspiración en contra nuestra. ¿Por qué he de temer tanto a la muerte si detesto este infierno en el que vivimos?, porque he visto vida, a través de mis hijos y mis sueños he visto que si podría ser feliz, solo que los demás parecen estar tranquilos en su eterna burbuja, la de levantarse, bañarse, cagar, ir al trabajo, regresar, dormir, levantarse, bañarse, cagar, irse al trabajo, regresar, dormir, levantarse… y así, infinitamente, por los siglos de los siglos amen. No, perdón, hasta que algún ignorante nos aniquile o hasta que este planeta nos aguante.

Mientras tanto, solo… gritando ayuda a los oídos sordos.

XIX MI VIDA ANTES DEL INFIERNO Todos son locos, pero el que analiza su locura, es llamado filósofo.

Ambrose Bierce (1842-1914) Escritor estadounidense.

Para comenzar quiero decir que no soy médico. Nunca he estudiado nada que tenga que ver con áreas de la salud y que como la mayoría de la humanidad tenia mis esperanzas y mi vida puestas en la medicina, pero esta también ha fracasado. No quiero decir con esto que algún día la ciencia no va a avanzar

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hasta tal punto de comprender los recovecos de la mente y el cuerpo humano y logre darnos a los humanos una mejor calidad de vida, con muchas menos enfermedades y una vejez mejor, pero por ahora debemos enfrentar la realidad y saber que se está trabajando en todo eso, pero actualmente no existe cura, tratamiento ni terapia que pueda ayudar de una manera contundente a un enfermo mental.

El infierno se desato a mis 28 años, no de las maneras en que lo vivo en este momento en que escribo estas líneas, pero si se comenzó a manifestar, gradualmente, como un enemigo que asechaba poco a poco, un ejército que te atacaba cada vez más frecuentemente, es ahora cuando me acuerdo de esos días y pienso -¿Por qué no fui capaz de reconocer los síntomas?- pero la respuesta es fácil: sencillamente porque no los conocía, no pretendía creer tampoco que yo estaba enfermo y creía que hasta ese punto había llevado una vida “Normal”.

Para el año 2003 yo trabajaba como locutor en una de las mejores radios de Centroamérica, era joven, tenia reconocimiento, mi música sonaba en las radio y acababa de perder a mi hermano menor en un espantoso accidente de tránsito el cual yo le había anunciado insistentemente durante el año y medio que tuvo el carro. Antes de eso, es decir desde el primero de mayo de 1975, día en el que nací, creía que mi vida había sido maravillosa.

Si alguien en ese momento me hubiera pedido que contara mi vida en menos de una página le habría dicho lo siguiente: Nací en Bogotá en el seno de una familia multicultural, formada por un lado por descendientes palestinos y salvadoreños y por otro lado por colombianos de pura cepa. Crecí en con mi madre hasta terminar el colegio y de ahí emprendí mi propio rumbo, viajé por el mundo, me convertí en artista, investigador cultural, viajero y comunicador, mi pasión por la música me llevo a vivir una vida de locos, nómada. He tenido muchas novias, la he pasado bien, he tenido trabajos increíbles, estudie en las mejores universidades, me di el gusto de recorrer el planeta entero, era fiestero, me encantaba fumarme un cigarro acompañado de Felipe Szarruk

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un buen Whisky, comía de todo y me casé con una mujer maravillosa. En fin, cualquiera diría que era una vida de sueño. Y en realidad yo mismo lo pensaba, creía que mi vida estaba perfecta, pero la realidad era otra. Lo que pasa es que cuando los problemas comienzan a manifestarse es bien fácil ahogarlos en disfraces que te hacen sentir bien. O tal vez sencillamente uno se acostumbra a “lo que le tocó vivir” y trata de que esto sea lo más feliz que se pueda, tratando de llenar siempre unos ideales que se han construido en el cerebro y que llegan a ser el paradigma de tu existencia y cuando ya alcanzas esto, no hay nadie que te saque de ahí.

En efecto mi vida hasta ese punto fue divertida, nunca note nada raro, me divertía mucho, vivía de una manera suicida sin saberlo, pero todos lo notaban, todos me lo decían, pero yo creía que era eterno, que era un “rockstar”, que lo que mandaba era el sexo, las drogas y el rock and roll. Sin embargo hoy extraño esa vida, hoy quiero volver a esos tiempos cuando nada me importaba, cuando podía tomar un avión hacia un rumbo desconocido y no arrepentirme, no sentir miedo, “echar p´adelante” como dicen por ahí.

Pero ya es tarde, me deje ganar por mí mismo, yo mismo soy mi enemigo, sufrí un ataque cardiaco provocado por mi misma existencia, por mis miedos, mis excesos, mi paranoia, mi enfermedad, una enfermedad de la cual en realidad nadie sabe nada solo quien la sufre, un demonio, algo peor que cualquier cáncer o enfermedad en el universo, una enfermedad que ahora llaman TAB, trastorno afectivo bipolar, antes le decían maniaco-depresivo o como muchos le dicen un “desestabilizado”.

La he sufrido y luchado de muchas maneras, he visitado más de 100 psiquiatras siempre con la esperanza de que me hagan sentir mejor pero esto nunca pasa.

El psiquiatra de hoy es un ser apático, cuya cita no puede durar más de 20 minutos en los cuales tratan de adivinar lo que uno siente y después recetan pastillas a diestra y siniestra. Pastillas que ayudan en algunas ocasiones y que destruyen en otras. Le he perdido la fe y el respeto a la psiquiatría, pero al fin y al cabo no queda más. No voy a ir por el mundo buscando un Gurú o un ciencíologo que me cure, ni voy a pedir la cura con rezos ni nada por el estilo.

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Soy lo que soy, tengo lo que tengo y ya. Culpa de quien o de que haya sido esto no se puede cambiar.

Lo primero que le preguntan a uno los médicos es si has pensado en suicidarte… ¿para qué? ¿Acaso tienen la cura solo cuando te vas a matar? ¿Lo pueden impedir?, no recuerdo ni un caso de un suicida que no haya logrado su cometido, tarde o temprano lo hacen.

Para mí no es tan fácil, tengo familia, tengo sueños, amo la vida, odio la manera en que me ha tocado vivirla de un tiempo para acá pero guardo la esperanza de cambiar un poco para poder entender todo el misterio que nos rodea. Al fin y al cabo debe tener un sentido lógico el estar acá en este universo, existiendo, no puede ser que seamos un error, no puede ser que mantengamos la ignorancia eternamente.

Creo que el mayor aporte que un psiquiatra me pudo dar alguna vez fue una frase: - Esa es la historia que le tocó vivir, vívala!!!- y acá estoy tratando de hacer es precisamente eso, aunque sea casi imposible.

XX ESTOY PENSANDO EN CORTAR TODOS MIS TRATAMIENTOS MÉDICOS La medicina es el arte de acompañar al sepulcro con palabras griegas. ‐Enrique Jardiel Poncela-

Esta es una aseveración bastante fuerte, porque tengo varias enfermedades crónicas como la hipertensión, hipotiroidismo, TAB tipo II y a eso agréguenle los altos niveles ocasionados por el síndrome metabólico y el daño cardiovascular por el infarto que sufrí hace un tiempo. Cualquiera me diría – usted está locoPrácticamente he vivido con los médicos durante dos años, cada semana he ido a dos o tres citas para exámenes o para ver a diferentes especialistas, en lo único que parecen coincidir todos, absolutamente todos es en la frase – no tome, no fume, no tome energizántes y no meta drogas!!!- punto. No más, de otra forma

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no hay manera de que un médico o más bien el campo de conocimiento de la medicina moderna pueda explicar ni siquiera una sola enfermedad de las que sufro y mucho menos curarla. Uno que otro tratamiento me ha ayudado a controlar ciertos niveles desordenados en mi cuerpo y el día del infarto de no ser por la rápida ayuda de los paramédicos y el cuerpo médico que me atendió seguramente no estaría ya por estos lados. Sin embargo lo que para mí era una esperanza, una luz, se convirtió en un desespero y en el alimento de mis más grandes miedos: los médicos y la incapacidad de la medicina para curar.

Enfrentemos la realidad, la medicina moderna no cura el 98% de las dolencias humanas, el avance en estos campos hoy en día está en procesos experimentales y no se ve en un futuro cercano nada que nos pueda dar esperanza a los que podemos alguna enfermedad crónica.

Respecto a mi infarto, que fue ocasionado por un vaso-espasmo coronario, una condición supremamente extraña y más a mi edad, nadie ha sido capaz de responderme nada concreto- ¿Por qué me dio? No sabemos hay muchos factores de riesgo, ¿me va a volver a dar? No sabemos puede que sí así como puede que no, ¿tengo el corazón dañado? Aparentemente no pero obviamente después de un episodio de estos quedan secuelas… es decir, entre la religión y la medicina, creo que las respuestas que me dan la religión son más satisfactorias, al menos la religión no me dice –no sabemos- sino me dice, los caminos de Dios son misteriosos y si él quiso que fuera así, es por algo. Entonces en la religión “alguien” sabe lo que hace, en la medicina parece que no.

Lo mismo si pregunto por mi trastorno Bipolar me dicen - no sabemos por qué da-, -no existe ninguna cura -, -las pastillas te ayudan- etc. solo me dicen, no haga, no coma, no tome, no mire, no, no, y no, pero en 400 años de psiquiatría no han curado ni siquiera a una persona y mientras tanto yo he conocido a más de 20 psiquiatras los cuales todos experimentan conmigo una droga diferente, drogas que me han llevado hasta la clínica en viajes más bravos que los de heroína, marihuana o perico, con taquicardias de 180, tensión de 200/120 y que han sido experiencias desagradables para mí, es decir, me convirtieron en un drogadicto legal.

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Antes, antes del infarto, cuando yo era un adicto al alcohol, las drogas y el cigarrillo me sentía bien, así todo el mundo diga que me estaba matando, me siento peor ahora y siento es ahora que me estoy muriendo. La verdad quisiera no ir más a los consultorios, en realidad mi fe en la medicina se ha desvanecido y quiero minimizar mi dependencia a los doctores.

Es una decisión difícil, pero no siento que estén ayudando, si siento que tratan de hacerlo, es decir, siento que en realidad tratan pero no tienen el conocimiento o la tecnología para lograrlo, entonces de que sirve. Mientras tanto yo tengo que seguir enfermo y luchando contra un sistema de salud fatal como el colombiano en donde la EPS lo trata a uno peor que un perro y el atender a un paciente es un favor.

Vigilantes en las puertas de las clínicas que se creen doctores o dueños de las clínicas, personal administrativo incompetente y grosero, burocracia por todos lados, papeles, autorizaciones, uno enfermo muriéndose y haciendo filas de tres horas para que le autoricen una cita o una droga que al final generalmente no la entregan porque el medico no hizo bien la formula, etc. He tenido más de 15 peleas a golpes con personas que me fastidian en las EPS y más de mil creo yo verbales, lo cual contribuye a que mi condición empeore.

Es en este momento cuando más quiero aferrarme a Dios y decirle – ¡cúrame!!!porque al menos en la religión dicen “pide que nada te será negado”, en la medicina me han negado casi todo.

XXI LA HORA DE LA CLARIDAD ¡A pesar de todo, les juro que no cambiaría ni un solo minuto de los que he vivido!!!

No sé si para las personas “normales” sea igual, pero durante mi día yo tengo mis etapas. Como decía Truman Capote a través de su protagonista en “desayuno en Tiffany´s” tengo mis “Horas Negras”, la mayoría del día. En

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cualquier momento puede cambiar todo, la visión del mundo, la visión del futuro, la esperanza, la visión de la humanidad, etc.

Quiero colocarles un ejemplo, supongamos estoy viendo una película en la computadora, tranquilo, una película que realmente me gusta, me siento relajado, con la cabeza “suelta” como le llamo yo… de repente comienza de la nada esa sensación en la respiración y en el pecho, el primer pensamiento que se viene a la cabeza es de muerte, a saber porque, pero siempre es de muerte.

Luego, la cabeza se “aprieta”, pero por dentro, como si algo hiciera presión, a veces los ojos se revientan y las venas se colocan rojas, esas pequeñas venitas o lo que sea que hay en los ojos y comienza el martirio, ya no hay vuelta atrás, el pánico y el caos se apoderan de mí.

Pero al contrario de “las horas oscuras” hay otro tipo de horas, las de claridad, en las que me gusta estar. El bipolar trata siempre de estar en manía, porque es en la manía cuando el mundo se ve pequeño, cuando la vida se ve fácil, ¿10 millones de dólares? Pfff fácil, los hago ya mismo, ¿construir una pirámide?

Enseguida, ¿ir a la luna? Pídeme algo difícil!!! Esa es la manía, son las horas claras. Tal vez se llaman así porque el cerebro no está “apretado”, esta suelto, los pensamientos fluyen y la creatividad aflora, puedo componer 60 canciones en la hora, escribir un libreto completo en un día, tomarme una botella de Whisky entera y ser feliz, escuchar mil discos, ser feliz, ser feliz por ese instante, pensar que soy “normal”. Mis horas claras.

Pero Capote tenía razón a través de su protagonista en el libro, son más las horas oscuras. He tratado de dejar el dolor y el odio atrás pero no he podido, cada día mi alma se alimenta de resentimientos hacia otros, incluso hacia mi madre y mi padre, hacia mis hermanos, mi familia, mis amigos, es duro.

Hace un par de días termine en un hospital psiquiátrico porque se me había acabado el medicamento y lo que vi allá fue terrible, el espectro de la locura por todas partes, pero de la locura total, la demencia, personas que me hablaban sin ningún sentido, sin embargo no lo puedo explicar pero algunos se veían felices.

Estando allá llego una niña muy bella a pedir que la ayudaran porque una pastilla Felipe Szarruk

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(Quetiapina) le había caído muy mal, a mí ya me han hospitalizado por ese tipo de drogas, la Quetiapina y la Clozapina, personalmente me parecen terribles.

Voy a ver si puedo venderlas a los Junkies de Bogotá. Me sugirieron tomar un programa llamado “Clínica de día”, que es que voy todos los días y vengo a dormir a casa. ¿Para qué? Le dije yo, si esto es todo lo contrario a lo que yo necesito, odio este lugar, con toda mi alma y mi corazón, creo que la única forma en que pueden tener acá a un ser humano es que realmente este demente y que encima de eso ustedes le ayuden un poco más llenándolo de sustancias. Me fui, todo el día me sentí enfermo, pálido, con la presión alta, comprendí que tal vez mi enfermedad sea la causa de mi muerte tardía o temprana, pero no permitiré perder la cordura, nunca!!! Nunca podre permitir depender de los demás.

Así que en una de mis “horas claras” tome la decisión de cortar la relación con mi madre y mis dos medios hermanos, siento que no me aportan nada como familia ni como personas. Tengo mis razones, no me gustaría explicarlas acá, pero ha sido duro. Al ser músico dependía también de las ayudas de mi madre y mi familia y yo hemos estado pasando tiempos duros estos días.

Pero entonces vuelven las horas claras y me llaman a hacer algo por mí y mi familia, a luchar, a seguir adelante conmigo y mi ideología y a pensar de mil maneras como hacerle el quite a esta enfermedad de mierda y poder vivir tranquilo, al menos tratar.

En las horas negras no duermo, pero generalmente antes de las horas claras duermo hasta tres veces al día, me levanto extraño, siempre enfermo, me duele todo y todo está “apretado”, pero al rato me convenzo de que estoy bien y aprovecho la hora clara hasta que llega el pánico.

Mis horas claras son la mejor parte del día.

Felipe Szarruk

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XXII AL UNIVERSO NO LE INTERESA LO QUE HAGAS El ignorante, si calla, será tenido por erudito, y pasará por sabio si no abre los labios.

Salomón (970 AC-931 AC) Rey de Israel

Cada mañana la gente se levanta con un proyecto o una meta que cumplir, es importante, es tal vez lo más importante que están haciendo en su vida, para cada persona el yo, el uno, el individuo es lo más importante. Incluso cuando se casan, forman familias, es el yo el que se quiere ver beneficiado, quiero tener MI pareja, MIS hijos, MI familia, disfrutar con ellos para poder hacer MIS momentos en la memoria y recordar eso cuando ya esté en el fin de mis días.

Tal vez, pertenezcas a ese selecto grupo de personas que cambian el curso de la humanidad, tal vez seas tú el que descubra la cura contra el cáncer, te den miles de premios, te hagas rico como se han hecho ricos tantos. O tal vez seas tú aquel genio incomprendido que muere en la pobreza aunque tengas la realidad y la verdad en tu cabeza, en la cabeza de cada cual.

Nada de esto importa porque comparados con el universo somos una ínfima partícula, errática, que no equilibra ni desequilibra nada, el universo entero es tan grande que toda la galaxia pudiera desaparecer y no le haríamos ni cosquillas, puedes ser quien tú quieras ser, pero al final solo serás un muerto más, un polvo, un átomo en el infinito de lo incomprensible para nosotros los humanos.

Trata bien tu vida y vívela con honor y emoción porque para la única persona que tiene validez es para ti mismo, tal vez para algunos que amas, pero igual tú, ellos, también pasaran y tal vez toda la humanidad pasara, porque la humanidad es tan idiota, tan ciega que no se ha dado cuenta de esto, la humanidad cree que es eterna, porque cada persona cree que es eterno, que lo que haga valdrá para algo, que pasar a la historia es algo bueno. La historia pasará, el tiempo humano pasará y el universo seguirá ahí constante o inconstante, eterno o

Felipe Szarruk

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infinito, eso no importa. No importa cuántas noches pienses en lo mismo lo que es real es real y el resto no interesa, en realidad ninguna vida interesa porque la vida es parte de un todo que es mucho más grande que cualquier cosa imaginable, nada de lo que es real cabe en la cabeza de un humano.

El universo tiene las verdades, aquellas que nunca conoceremos, por eso, lo importante es que cada uno le dé un significado a su vida y la disfrute hasta la última gota que le pueda exprimir, dejando atrás las preocupaciones, el trabajo por supervivencia, las ideologías, las religiones, los pensamientos de grandeza, el poder público, lo que no necesite más allá de la realidad, porque príncipe o mendigo pasarás igual, como todos, no somos nada, más lo que nosotros mismos queramos ser.

XXIII LO EFÍMERO DE LA EXISTENCIA ¿Qué paso que el tiempo que pasó tan rápido?, estoy acá sentado escribiendo, tengo cuatro hijos, conozco el mundo, termine dos carreras después de haber estudiado mil, he grabado diez discos, escrito 6 libros o más, sembrado a saber cuántos árboles y entonces ¿Por qué me sigo sintiendo como un niño?, ¿Por qué aun quiero viajar por el mundo en busca de aventuras? ¿Por qué aun quiero ser Rockstar?, ¿no se supone que para este momento debía ser un hombre “maduro”, hecho y derecho, con dinero y un proyecto?, siento que la vida ha pasado muy deprisa, siento que la he vivido intensamente pero quiero más, aun estando enfermo, cuando ya no puedo fumar, no puedo drogarme, no puedo beber como antes, hipertenso, bipolar, con síndrome metabólico, apnea del sueño, hipotiroidismo, lleno de dudas, quebrado, aun guardo en mi corazón miles de sueños y por eso lloro, lloro de frustración porque siento que me estoy haciendo viejo, ¿Por qué me siento así?

No me gusta el mundo y la vida en que me tocó estar, siento y pienso que nuestra existencia no tiene sentido…

Felipe Szarruk

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Piénsenlo, tenemos un momento desde que nacemos hasta que morimos, lo que hagamos en ese momento solo es relevante para la humanidad, pero al final seamos quienes seamos, pobres o ricos, famosos o desconocidos, así hayamos trascendido en la historia no va a pasar nada, la existencia del hombre es importante únicamente para el hombre y entonces tuvimos que inventar formas para pasarla bien mientras morimos.

De hecho hay algunas cosas interesantes y agradables en la vida, pero porque se va tan rápido, es un suspiro, cuando uno tiene 20 años cree que nunca va a llegar a los 40, hoy que estoy llegando a los 40 ni siquiera siento que he pasado mis 20, soy un niño atrapado en un cuerpo de un hombre, adentro tengo las greñas largas pero por fuera estoy quedándome calvo, y eso me entristece.

Quisiera poder detener el tiempo, no para ser eterno sino para seguir jugando, porque eso es lo que yo he hecho toda mi vida, jugar, jugar con todo, nunca pedí esta responsabilidad de la que no soy capaz de hacerme cargo y sin embargo mi mayor felicidad es mi familia.

Es duro vivir, es duro crecer, pero sobretodo es duro ver pasar tu vida y aceptar que nunca va a volver, el tiempo no ha sido suficiente para mí, espero que si Dios me da un poco más de vida, pueda alcanzar la paz interior, porque en este instante siento una batalla en mi alma.

XXIV ME HACE DAÑO EL MUNDO, ME DUELE CUALQUIER COSA Si te parece que sabes mucho y entiendes mucho, ten por cierto que es mucho más lo que ignoras.

Thomas De Kempis (1380-1471) Teólogo alemán.

Me identifico con cada noticia que sale en los diarios, en la TV. Si escucho alguien llorar por alguna tragedia, me toca en lo más profundo del alma. Pero es algo muy raro, no me importa el individuo, es decir, obviamente siento empatía

Felipe Szarruk

El infierno de mi mente. Crónicas de episodios de manía o depresión en el trastorno bipolar.

por algunas historias pero lo que me duele es el mundo, la humanidad entera.

Es difícil vivir en estos tiempos en donde la vida no interesa, donde no hay moral, donde lo único que vale es el –yo- y –los míos- en algunos casos. Últimamente me he dedicado a pensar… no crean, el acto de pensar tiene su ciencia, la mayoría de los seres humanos desgastan sus mentes pensando en la supervivencia diaria. Es cierto que la meta máxima de cualquier ser viviente es la supervivencia, pero nosotros los humanos tenemos algo que los demás seres vivientes no tienen y es la ciencia y las artes, esto nos hace responsables de pensar un poco más allá que solamente en sobrevivir, sino en cómo y para que hacerlo.

Desde que me enfermé hace unos años y cuyo punto máximo al parecer fue el ataque cardiaco he seguido estrictos controles médicos, he llevado a cabo cada una de las estrictas reglas impuestas por los doctores, deje de fumar, solo tomo Whisky, deje de consumir otras sustancias, hago más ejercicio, me cuido más en la comida, disfruto más mi vida, trato de no estresarme aunque en este mundo eso sea imposible y lo único que he conseguido es sentirme peor cada día. Voy a los controles y al parecer no hay nada grave que me vaya a matar inminentemente pero siempre existe la posibilidad, como lo decía en otro párrafo, mi miedo a la muerte inminente es incontrolable.

Hoy pienso en ir a donde los médicos y encararlos, porque en realidad y si sonar desagradecido por sus esfuerzos, yo no siento que exista un avance en mi condición más que la lucha que mi cuerpo está dando por mejorar, pero que al parecer está perdiendo. Si somos sinceros, la medicina moderna no tiene ni la más remota idea de cómo curar cualquiera de mis dolencias ¿y por qué?

Sencillo… porque no tienen idea de que las provoca o de cómo funcionan. En estos años le he servido a la ciencia médica de conejillo de indias de 23 pastillas diarias y cientos de exámenes para que siempre me digan lo mismo –Está controlado-, pero yo no me siento controlado, yo me siento peor cada día, tanto en la parte psicológica como en la parte física, entonces sigo pensando y no hallo un motivo sensato para seguir con los tratamientos médicos más que la fe en que algún día darán con el chiste y mejorare un poco.

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Mientras lidio con esa incapacidad médica, la negligencia del cuerpo administrativo de la EPS y la patética sociedad en la que me tocó vivir, trato de continuar con mi vida y mis sueños, de cumplir mis ideales, de mantener a mi familia y estar con ellos, de sencillamente vivir, respirar, soñar, estar acá, pero no es fácil. Los miedos y el odio se apoderan de mi a diario, no es mi culpa ellos solo llegan y se incrustan en la cabeza y no salen hasta que ya han ocasionado algún daño, sea a mi o a otra persona y sé que esto está mal, pero es algo con lo que hay que vivir.

No quiero extenderme mucho en este título ya que siento que no hay mucho que decir, queda claro que he perdido la fe en todo, en la ciencia, en la religión, en lo místico, en los demás, en el mundo y que daría lo que fuera por encontrar de nuevo algo que me llene, que me dé una luz. Ha sido para mí demasiado difícil aceptar el hecho de que estoy enfermo y de que voy a morir como todos los seres humanos, de que no entiendo el universo y de que no tengo ni la más remota idea de cuál es el punto de que estemos acá. Me refugio en las cosas que me gustan y en mi familia, pero es difícil. Si alguien tiene respuestas, me gustaría algún día escucharlas… más las respuestas siempre son personales, nadie en este mundo tiene la verdad, aunque sabemos que hay una.

XXV TODO LO QUE RETUERCE MI MENTE MÁS Y MÁS Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida.

Woody Allen (1935-?) Actor, director y escritor estadounidense.

Es desesperante, lidiar con tantas cosas además de mi vida. Yo era un tipo normal, al menos eso pensaba. A mí no me importa si me estaba destrozando o no pero eran buenos tiempos, no me preocupaba por nada, ya tenía mi enfermedad Bipolar y un poco de hipertensión pero nunca me imaginé todo lo que venía por delante. Aun así no me cuidaba, bebía, metía, me la pasaba de fiesta en fiesta, pero sinceramente era bueno, me sentía bien, vivía, eso era lo

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importante. De repente todo cambio, de ser un rockstar pase a ser una monja de un día para otro. Deje de fumar los casi cuatro paquetes diarios, solo tomo Whisky de vez en cuando, cuando se puede pero ya no es lo mismo, con la cantidad de pastillas que me meto a diario una borrachera es casi la muerte, no puedo dormir, me enfermo hasta límites que no se imaginan, se me acabo la vida como la conocía. A eso súmenle las miles de enfermedades crónicas que se dispararon con el infarto, la hipertensión, la gastritis, el síndrome metabólico, el TAB, etc. Ya en realidad se me olvido que es sentirse bien… estoy vivo sí, pero con que calidad de vida y más acostumbrado al desenfreno en el que vivía y que debo ser sincero lo extraño mucho, era la forma en como yo vivía este mundo, en como interactuaba con él y me gustaba.

Ahora me anuncian que tengo dos bloqueos en el corazón, que en cualquier momento se repite el infarto y pum, chau mundo, chau familia, chau todo. Igual todos vamos a morir, sí, pero es que cuando a diario piensas en esto las 24 horas del día la cosa se convierte en paranoia y no es muy chistoso que digamos.

Ahora me dices que por los bloqueos tal vez deban colocarme un marcapasos a mis 37 años… y yo que creía que mi pelea con la universidad y con Sayco eran problemas, ahora me salen con esto. No puedo hacer nada, estoy gordo, peso más de 100 kilos porque el litio me ha destrozado la tiroides, sin embargo no puedo hacer ejercicio hasta que no me valore el electricista o quien sea que debe ver si me pone el aparato o no. ¿Y si me pone el aparato? ¿Será garantía de poder vivir muchos años más?

Porque la verdad si lo hago es por mis hijos, mi esposa, por seguir disfrutando el rock, el tocar guitarra, el ver películas y luchar por mis ideales, amo la vida pero también amo hacer las cosas que ya no puedo hacer y eso me hace sufrir.

Es una situación complicada, no sé qué pensar, lo que les puedo decir es que debo aprender a aceptar el hecho de que estoy enfermo y que esa es la historia que me tocó vivir. Sé que moriré algún día como todos ustedes, solo que quisiera estar un rato más acá. Me da miedo morir, me da miedo perderme las cosas maravillosas, me da miedo la nada eterna.

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Soy sincero, espero algún milagro, algún descubrimiento de la ciencia, siempre pensamos que somos especiales, pero en realidad somos lo mismo, los mismos cavernícolas de hace siglos, solo que hay usamos tenedores y IPads. Somos error, pero un error maravilloso.

XXVI ESTOY ENFERMO Cuando una medicina no hace daño deberíamos alegrarnos y no exigir además que sirva para algo.

Pierre Augustin de Beaumarchais (1732-1799) Poeta dramático francés.

¡Estoy enfermo! ¿Qué parte de esa pequeña frase no entiendes? No es difícil, se compone únicamente de dos palabras… ESTOY, que es un verbo, que significa existir, sentir en el momento, y ENFERMO que es un Adjetivo cuyo significado es que “padece una enfermedad”. Yo lo entiendo muy bien, no porque entienda el español, que al parecer es un idioma que tú no manejas muy bien.

Yo lo entiendo más que nadie porque en el momento en que te digo “estoy enfermo” significa que en ese preciso y maldito instante estoy consternado en mi mente, en mi cuerpo, que algo está sucediendo, tal vez la depresión me está diciendo – Parce, métase un tiro, Loco, toda la gente es pendeja, es estúpida y cuando dices que “estas enfermo” no te creen, no lo entienden – o tal vez es la insoportable manía diciéndome – Loco, ellos no valen ni un cinco de lo que tu vales, sos vos el sano, ellos los enfermos, dales tranquilidad, tenles lastima¿Qué quieren que les diga?, creo que el estúpido no soy yo sino los que no quieren entender que mi enfermedad por el hecho de no tener un tumor que me tape la cara o estar vomitando y escupiendo sangre no significa que no tenga síntomas. Recuerdo el día en que me estaba dando el infarto y yo le pedía ayuda a todo el mundo – Me está dando algo, ayúdenme, llamen una ambulancia- Y nadie me hacía caso, todos decían que era cuestión de nervios, cuestión de ansiedad. Al parecer la frase predilecta de todos los médicos es “eso es por la

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ansiedad” y la de todos los amigos y familiares es “usted no tiene nada, eso son puros nervios”… Como quisiera por un instante que sintieran el golpe mortal del ataque, cuando llega y se posesiona como un demonio de cuerpo, alma y la muerte ya ni miedo da porque uno la espera constantemente. Lo que duele de verdad, lo que da rabia es la indiferencia.

Aprendan por favor de la manera más drástica posible, y esto va para aquellos que creen que esta enfermedad es un invento o una moda de Facebook en donde hacen chistes y todo lo demás. Que cuando un bipolar les dice que ESTA ENFERMO, es porque algo está pasando, porque ESTA ENFERMO, no hay que ser muy inteligente para comprender ¿verdad?, es como cuando alguien le dice a uno – Quiero ir a mear- ¡Pues levántese y vaya al fucking baño!

XXVIII El miedo No pido riquezas, ni esperanzas, ni amor, ni un amigo que me comprenda; todo lo que pido es el cielo sobre mí y un camino a mis pies.

Robert Louis Stevenson (1850-1894) Escritor británico.

Después de un espacio de aparente tranquilidad vuelve a mí el temor insuperable de la muerte. Leo noticias de personajes que han sufrido lo mismo que yo o al menos algo parecido y después de cinco o siete años les sobreviene una recaída y si no mueren, quedan en coma, vegetales, dañados, alterados que es casi lo mismo que morir.

El miedo es un estado poderoso y aterrador, cada célula del cuerpo sufre y alimenta el sentimiento, estoy petrificado hasta el alma de saber que no tengo el más mínimo conocimiento para luchar contra el peor de los enemigos que es mi propio cuerpo y eso me hace poner muy triste.

La esperanza se perdió hace mucho tiempo, no creo en los médicos, me cuesta creer en lo divino, aunque lo busco a diario y en lo que creo, que es en mi familia

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y mi mente es lo que me da miedo perder, es por la única razón que no quisiera morir.

Si me dieran a escoger yo pediría tiempo para hacer todo lo que quiero, para ver a mis hijas crecer, para terminar mis proyectos, para aprender un poco más y para alcanzar a ver cosas maravillosas que hará el hombre o tal vez para ser testigo del triunfo de la estupidez y presenciar nuestra destrucción.

Por más que he tratado, que he seguido las nuevas reglas, parece que mi cuerpo no se quiere someter a los parámetros de lo saludable, cada día engorda, cada día las pastillas hacen menos efecto, nunca me siento bien, es un desespero absoluto saber que haga lo que haga, yo, cualquiera, nada va a cambiar, vivo en una ruleta Rusa que en cualquier momento se dispara y quedare ahí y ya no seré.

La muerte no debería importar porque cuando se está muerto ya no importa y cuando se está vivo ella no existe, así que siendo algo inevitable se debería esperar con paciencia, pero cuando la condición del ser humano es “normal” el pensamiento en la muerte no es tan recurrente como cuando ya le has acariciado la cara y sentiste su aliento frio en la espalda.

Miedo a todo, ya lo he dicho, sobre todo cuando la ansiedad y el pánico se confunden con el frio de la madrugada y no permiten dormir así uno este rendido y el cansancio se note en la sensación de los ojos.

Acá estoy de nuevo, con la mirada puesta en mi final, esperando y rogando que se olvide de mí y pase de largo, sabiendo que estoy atrofiado, esperando el milagro de la medicina o la ciencia, o tal vez el milagro de Dios, esperando que la historia cambie y por algún motivo se me dé la oportunidad de vivir un tiempo decente, un tiempo normal, una vida humana.

El miedo… el miedo no se va, a diario, cada día, cada noche, cada minuto, cada segundo, la eternidad!!!

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XXIX RESPIRAR ¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de mí todos los demonios.

Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) Escritor británico.

Hoy ha sido un día largo, eterno, difícil, duele y asusta… llevo un poco más de dos años naciendo en la mañana y muriendo cada noche, al abrir los ojos lo primero que busco es el dolor de la muerte y al no encontrarlo, respiro, trato de controlar la paranoia y me levanto. Trato de no seguir la rutina pero hay una que me persigue. Mientras voy al baño en la mañana y me doy cuenta que aún sigo siendo humano, cada día recuerdo a quienes se han ido, recuerdo a mi hermano Sebastián y en como solíamos hablar, pienso que tuvimos muy poco tiempo. Recuerdo a Yeyo y a Yeya, casi todos los momentos, recuerdo el día que me enfermé y como le había pedido a dios a gritos insultándolo que me diera una señal de que el existía. Cuando termino esta rutina es que en realidad comienza el día.

Hacía mucho tiempo no me sentía así como hoy pero tengo esa extraña sensación de que algo anda mal de nuevo, como el día en que trágicamente le vaticiné a mi productor en el estudio cuando estaba grabando TRINIDAD que me iba a dar un infarto. Hoy no siento que sea eso, siento que es algo mucho más extraño, más profundo, tal vez proviene otro lado, de otra motivación, pero algo es seguro, no es miedo lo que siento, es horror.

Tratar de vivir con los demás después de esto ha sido duro, me di cuenta que la vida es una colección de momentos y entre más momentos colecciones más rico habré sido y eso contrasta con toda la filosofía trivial de la sociedad en la que me tocó vivir, en donde hombres imposibles y caricaturas humanas son veneradas y llamadas por títulos únicamente porque poseen dinero. Nadie se pregunta, sencillamente los admiran. ¿Y sus momentos? La mayoría llegan a ser patéticos.

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Comprendí entonces que la vida era coleccionar tesoros y que yo los tengo todos, tengo una colección enorme de momentos y una familia absolutamente hermosa que para mí se acerca al ideal de lo que una familia debe ser. Ya no somos una TRINIDAD, hace poco llego alguien nuevo, mágica, indómita, como traída del mismo infierno siendo aún ángel para desatar este mundo, un ser especial que de solo mirarlo asusta con su vitalidad. Y ahí se reafirmó mi lastima por los demás, porque los demás (o casi todos) coleccionan cosas inservibles, cosas que se oxidan, que se rompen, que se pierden, coleccionan frases vacías que no alimentan, coleccionan egos inflados por pequeños triunfos que no representan nada, y comprendo entonces que los más ricos son aquellos que aun teniendo o no teniendo quedan marcados eternos, impresos en las mentes de cualquier persona. Son muy pocos comparados con la cantidad de humanos, pero han sido miles, no todo el mundo vive en vano, no todo el mundo únicamente respira, coge, caga y come.

Hoy ha sido un día extraño y quiero vaticinar mi existencia prolongada, pero tengo mucho miedo, lo acepto, es de humanos y de valientes sentir miedo, tengo miedo a la muerte, miedo a los hipócritas, prefiero que me detesten por ser sincero a que me adoren por ser un hipócrita, como dicen por ahí. Prefiero morir con mi ideal bien puesto, sabiendo que traté de conseguirlo, que coleccioné esos momentos que nadie nunca tendrá jamás. Sé que comparto esto con muchas personas, sé que no andamos solos, espero que sean más de los que se ven.

He aprendido a controlar un poco el odio, pero no el desprecio, más me queda callar, mirar, despreciar en silencio, no al hombre, sino a las almas de esos hombres si tal cosa existe. No vale la pena mirar adelante o atrás, eso lo practicaba cuando aún no había acariciado la cara de la muerte y me había mirado a los ojos, cuando uno cree que es inmortal, que la vida significa algo más que “de la cuna a la tumba”. Pero después de sentir las gélidas manos de ella pasando por todo tu cuerpo y sobrevivirlo es que te das cuenta que la vida son momentos, y los momentos son el ya, el ahora, no hay mañana y ya hubo ayer, extractos de ayer son los que se coleccionan. Sin mirar más allá de la muerte de esta noche y esperando nacer de nuevo mañana, sin proyectar una

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vida más allá del otro día, una vida entera en cada día, día tras día hasta que no exista ya otro día.

Hoy es un día extraño, esperemos a que mañana mejore.

12/12/12 XXX Ser bipolar en un mundo bipolar La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.

Benjamin Franklin (1706-1790) Estadista y científico estadounidense.

Yo estoy enfermo, eso lo sé, padezco muchas enfermedades que me tienen sinceramente aburrido yo, entre esas el trastorno afectivo bipolar tipo II, cariñosamente llamado, “mi loquera”. Eso lo tengo claro… ¿pero saben algo?

Este mundo está más enfermo que yo, este mundo es una costra pusilánime que supura maldad, odio y que hace más difícil mi guerra interna, Este es un planeta infestado por la más grande enfermedad del universo, peor que el cáncer y que cualquier otra que ha existido o vaya a existir: El Hombre.

La sociedad actual es una apología a la ignorancia y a la estupidez. Estoy seguro que nací en la peor época para haber nacido, años adelante cuando estudien nuestro periodo histórico, los profesores y maestro lo llamaran “La edad estúpida”, “la edad ignorante” o “el segundo oscurantismo” para ser optimistas.

Nos recordaran por la forma en que se perdió la humanidad y el dinero y las cosas materiales primaron sobre la vida y la moral, nos recordaran porque fuimos quienes avanzamos tecnológicamente pero nos atrasamos intelectualmente.

Nos recordaran porque nos creíamos los dueños del mundo y acabamos con todo, porque nos matábamos por ideas estúpidas como los dogmas religiosos, nuestros nietos no podrán creer que mientras muchos morían de hambre se gastaban miles de millones de dólares en armas, nos recordaran como la

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sociedad que perdió todo por su estado constante de “imbecilidad”, porque lo que importaba era el “YO” y no “El nosotros”, y cuando nos recuerden se reirán y dirán – que estúpidos, ¿Cómo pudo llegar la humanidad a eso?- gracias a Dios llegará el momento en que alguien despertara y se quitara la venda y comenzará una revolución que cambiará todo. Eso no lo veremos nosotros.

No es buen momento para estar vivo y mucho menos para estar vivo con una enfermedad como la mía, ser Bipolar en un mundo bipolar es una tortura eterna, uno ya no se levanta sino que muere cada noche y resucita cada día. La medicina actual es una farsa, no sirve, no sirve y punto. Las instituciones no sirven, los servicios de salud no sirven, el odio, las guerras, la ignorancia, todo alimenta más y más la enfermedad, el cerebro se nutre de odio y confusión como una sanguijuela llenándose de sangre. Duele, da miedo, la lucha se acrecienta y parece que debemos resignarnos a perderla.

Me da asco esta sociedad en la que me tocó nacer, amo la vida y amo el mundo, amo a mi familia, a mis hijas, amo mi musca, amo tantas cosas que he decidido hace mucho tiempo encerrarme en mi burbuja y tratar de vivir en un mundo aparte, pero es imposible, siempre te empujan a la mitad, a que tienes que ser parte de esta estupidez para vivir, para comer, para pagar un arriendo, ya no hay sueños, solo sed de dinero, ya no hay moral, solo sed de dinero, ya no hay metas, la meta es el dinero. Asco, vomito cuando pienso en los humanos.

XXXI APREDIENDO A SER LO QUE SOY Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo.

Sigmund Freud (1856-1939) Médico austriaco.

Estoy consciente de que soy un hombre enfermo, pero mi enfermedad por más dura que sea no me limita a vivir, sería yo el primero en pedir la muerte si supiera que estoy siendo una carga para la sociedad o mi familia, pero creo que para los únicos que soy una carga ahora es para la aseguradora en mi caso en Colombia

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La EPS, y es justo, yo le pagué toda mi vida mensualmente, al igual que todos, nunca pensé en enfermarme y creo que mientras pueda ser útil a la sociedad y a mi familia, mientras sea yo el soporte para que ellos tengan un techo y coman, mientras pueda seguir trabajando, tocando, es justo que la EPS gaste dinero en mis tratamientos porque no soy un moribundo. Por lo tanto y aunque estoy de acuerdo en que cuando mi condición de ser humano ya no me permita ser sino un estorbo, por ahora tengo mucho para dar y en realidad no tengo nada que me limite a ser un lisiado.

Todo lo que tengo tiene solución o tratamiento, es más fuerza de voluntad que otra cosa, sé que llegara el día en que pase una de dos cosas, o que el deterioro progresivo por fin alcance su meta y llegue mi hora, o que los científicos y médicos por fin tengan un viso de genialidad y encuentren un tratamiento o una cura no solo a mis males sino a los de todos.

Si bien la teoría es que el mundo está sobrepoblado y esto llevará al colapso, no creo yo que la receta del éxito sea matar a todos los que estamos vivos, sino colocarle un freno a quienes aún no han nacido y “dosificarnos”, para un poco la procreación, pero mientras tanto, nuestro deber como humanos es mejorar la calidad de vida de los que ya estamos acá.

Yo acepto lo que soy, y acepto que lo que estoy sufriendo es sencillamente la consecuencia de una vida despreocupada y que ahora me está cobrando la partida, lo he aceptado y aunque me ha costado poco a poco lo he ido manejando.

Parece que a quien más le cuesta aceptar todo esto es a la familia y a los amigos, por eso espero que la lectura de este libro les haya ayudado a entender un poco como se siente un enfermo bipolar, el sufrimiento, los desesperos, los miedos, esa sensación de muerte súbita, el no tener amigos, lo difícil que es convivir con uno mismo.

Sin embargo leí en alguna parte que la enfermedad bipolar se relaciona directamente con la creatividad y porque no decirlo, con algunos genios de la Felipe Szarruk

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humanidad. Es un consuelo entre tanta oscuridad. Yo por ejemplo, desahogo todo en mi música, mis escritos y en general en todo lo que me sirve para expresarme.

Le agradezco a los que entienden, a los que tratan de entender y a los que siguen en la búsqueda de un método para tratar el TAB. A los que siguen en esto, un abrazo enorme y continuemos en nuestra diaria aventura. La buena y la mala.

Felipe Szarruk 2017

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