Puerto Negocios - Julio 2013

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INVERSIONES

Cuando el patrón dólar no es tan “patrón” La utilización del dólar no se debe a ningún sentimiento extranjerizante, sino a la escasa confianza que los ciudadanos le tenemos a nuestra moneda. Ing. Alberto Bottai alberto@bottai.com.ar

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n mi trayectoria como inmobiliario, las compraventas de propiedades se hicieron en dólares, o por lo menos se tasaron en esa moneda, con escasos períodos de excepción. ¿La razón?, simplemente porque desde 1968, nuestra moneda perdió 13 ceros y con esa velocidad de devaluación, para que una tasación tenga vigencia por un período razonable, sólo la podíamos expresar en una moneda más estable. Por esa misma razón y por la desconfianza, los vendedores solicitaron siempre dólares, para quedar protegidos por cualquier cambio en nuestra moneda. Antes de 1969, donde se produjo el cambio de Pesos Moneda Nacional a Pesos Ley 18.188, si bien hubo inflación y derivó en la necesidad de sacarle dos ceros a nuestros pesos,

los pesos nos habían acompañado desde 1881 y era conocido en el mundo como una moneda confiable. La utilización del dólar no se debe a ningún sentimiento extranjerizante, sino a la escasa confianza que los ciudadanos le tenemos a nuestra moneda, y a la vez, por el poco empeño que han mostrado los gobernantes para defender el valor de la misma. Esto quedó demostrado cuando, en el período de la “convertibilidad”, donde existía confianza, nos costaba a los inmobiliarios que los propietarios recibieran dólares en lugar de pesos como pago de los alquileres, dado que si debían hacer pago en pesos, al convertir los dólares en pesos, perdían algunos centavos. Hasta aquí la historia, que muchas veces nos enseña el porqué de las cosas.

Qué ocurre en nuestros días Tanto compradores, vendedores e incluso inmobiliarios, tenemos confusión o por lo menos incertidumbre con el valor de las propiedades. Ocurre que nuestro histórico y confiable “patrón” de medida fluctúa, con diferencias superiores

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a un 20% y lo hizo en retroceso. El dólar blue, o sea, el que se puede conseguir y que nos proporcionaba la tranquilidad para efectuar una compraventa, al bajar el porcentaje de cotización, hace que lo que era “simpático y agradable”, hoy no lo sea tanto para el que los recibe. Una venta en U$S100 mil permitía comprar cosas por $1 millón, ahora sólo permite comprar por un valor aproximado a $800 mil. Nuestro histórico “apego” al dólar por “la seguridad” que nos brindaba y hoy parece carecerla. Y esto hace que tengamos un nuevo inconveniente para la comercialización de las propiedades construidas que se suma a los problemas que nos ocasionaba la escasez de dólares. En otra categoría se encuentran las propiedades que se compran en fideicomisos y que se pagan totalmente en pesos, cuya cuota varía con independencia de las variaciones del dólar y que se ajustan con la variación del índice de la construcción. Este es un buen sistema que permite al que encuadra con la cuota que se propone, es decir, a la persona que puede afrontar esa cuota mensual, hacer una inversión que se ajusta de manera similar a sus ingresos y donde tiene asegurada la inversión en propiedades con independencia de lo que ocurra con el dólar. Lamentablemente, la inversión en fideicomisos no nos resuelve el problema de la compraventa de las propiedades ya construidas. En ese caso, sólo deberemos confiar en nuestro instinto, sin olvidar que aunque existan variaciones puntuales, el índice de aumento de los precios en pesos es superior al del dólar.


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