Los seres humanos intentan fundar sentido a través de diversos actos; aferrándose a ficciones (más o menos) efímeras. Crean su identidad por filiación a un ideario político, una deidad, un terruño, un estilo de música, una manera de hablar, de vestirse, etc.
¿Y dónde reside el sentido? ¿Qué papel juega el lenguaje?
La necedad (¿estética?) de fede.f lo lleva a formular en Frecuencia Fantasía un lenguaje (¿poético?) superfluo y/o peligroso donde la letra efe pareciera cumplir un espacio vital y fecundo. Tal vez haya vuelto a fracasar, tal vez nos brinde un pedacito de fresca alegría.
Un libro plagado de fábulas, fiestas, fornicios, filarmónicas, fragorosas filosofías, finas falacias, feroces cuestionamientos, fascinantes féminas, filias y fobias, fusilados, famosos, fingidores, fantasmas fieles, filastrocca, deformaciones fonéticas, figuras danzarinas y fraternales fracasos.