Cabanyal Portes Obertes Edició VII

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Años después, me dirigí a él para pedirle unas fotografías para una exposición, que sobre fotoperiodismo, quería montar en Valencia. No albergaba ninguna ilusión sobre que accediera a mi vana pretensión. Pero para gran sorpresa mía no solo accedió rápidamente, sino que además se creó una corriente de entendimiento entre los dos. Fui conociendo su vida y sus vicisitudes contadas por él mismo y lo que era una exposición sobre la fotografía de prensa se convirtió en un homenaje hacia su persona. Y para colmo accedió a venir a Valencia para asistir a la inauguración de la exposición. Los días que estuvo en Valencia consolidaron la química que había entre los dos. Me sorprendió la humildad de una persona que había creado los cimientos de nuevo periodismo gráfico en España. Pero por encima de aquel hombre que era un mito ya no sólo de la fotografía española, estaba la gran calidad humana de Agustí. Hablamos de la dureza de la fotografía durante la Guerra Civil. Del exilio exterior e interior. De las represalias y venganzas que había sufrido él y otros. De a donde iba la fotografía de los jóvenes que empezábamos. Un hombre que estaba ya de vuelta de todo y que sin embargo tenía una espina clavada. Su falta de reconocimiento en Cataluña, deliberado y consciente. Le pedí autorización para incluirlo dentro de la historia de la fotografía valenciana, al fin y al cabo había nacido en Valencia, y me dijo que sí. Por eso y por sus propios méritos siempre lo he citado dentro de la historia de los fotógrafos de prensa valencianos. Quería volver a Valencia, a conocer más la tierra donde habían nacido sus padres y sus abuelos, tenía aún familia en Lliria, y me pidió que le acompañara en sus visitas y recorridos.

para contribuir a la mermada economía familiar, se colocó a trabajar de botones en una empresa de construcciones eléctricas. Su primer contacto con la fotografía le llegó a través del interés que suscitaban en él las películas que veía en el cine de su barrio. No le interesaba tanto el argumento sino los encuadres, los detalles técnicos, las luces. Esta primera escuela, la de las técnicas del cinematógrafo, supuso una gran influencia en su trabajo posterior de periodista gráfico. En aquella época quería ser operador de cine. A los quince años, y en la Agrupación Fotográfica de Catalunya, aprendió a retocar negativos. Como aprendiz entró a trabajar en el estudio de Ramón de Baños donde haría retratos de artistas de variedades. Su pasión por el cine le llevó a realizar la foto fija de la película de Ramón de Baños Don Juan Tenorio. De la mano de José Badosa, del cual Centelles decía que "era el mejor reportero gráfico de Barcelona de la época" comenzó a trabajar en el periódico El Día Gráfico. Con una voluminosa cámara, la Contessa Nettel de 9x12, realizaba fotografías deportivas y acontecimientos oficiales. Esta cámara utilizaba chasis dobles por lo que se obligaba a escoger meticulosamente la toma. Esta forma estática de trabajó condicionaba su inquietud en la toma de imágenes. Entendía Centelles que "el informador gráfico se ha de llevar dentro, hace falta ser intuitivo, percibir los acontecimientos. El reportaje es la secuencia de tres o cuatro fotos de un hecho". Sus fotografías se distanciaban del tipo de fotografía de prensa inmovilista que se realizaba en aquellos años, lanzándose a una búsqueda de información gráfica desarrollándola con un modelo de periodismo distinto al de la época. En 1933, en el campo de fútbol de C.F. Barcelona, descubrió la máquina Leica que llevaba un reportero. La versatilidad de la cámara, que utilizaba rollos de 36 imágenes, su poco peso y rapidez de enfoque enamoran a Centelles, ya que le permitían desarrollar su peculiar forma de concebir la información gráfica. Se compra una Leica que le cuesta 900 pesetas, y que paga a plazos con las 10 pesetas que le pagaban por foto publicada, y se convirtió en periodista independiente. La aparición de esta versátil cámara, que podía montar tres objetivos: un 50 mm. Elmar anastigmático de extraordinaria resolución y luminosidad de 3'5, un gran angular de 35 mm. y un tele de 135 mm., con telémetro para su enfoque y que utilizaba película de 35 mm. de 50 exposiciones, conjuntamente con la aparición de una película de

En mi última llamada a su casa, su hijo me comunicó que Agustí estaba internado en un hospital. Nuestro viaje quedó aplazado para siempre. BIOGRAFÍA: Agustí Centelles i Ossó nació en El Grao de Valencia el 21 de mayo de 1909. Hijo de un electricista de Lliria, quedó huérfano a los dos años de edad. Su padre se tuvo que trasladar a Barcelona en busca de trabajo. Allí se casó con una modista de teatro que pasó a ser la madre que Agustí recordaba. Desde muy joven, y

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