Cabanyal Portes Obertes Edició VII

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origen, aunque alguno de los deportistas se quedaron para participar en la defensa de España. Realiza reportajes sobre la llegada de los refugiados al estadio de Montjuïc, el envío de ayudas a Madrid, la salida del barco hospital Marqués de Comillas con rumbo a Mallorca o de la visita de Manuel Azaña a la fábrica de armamento Vulcano, en Sadurní d'Anoia en 1937, acompañado de Lluís Companys, Eugenio Vallejo, de la CNT y director de las Industrias de Guerra de Catalunya, donde trabajaban principalmente mujeres. También les acompaña Josep Tarradellas, que durante la Guerra Civil fue primero Conseller de Servicios Públicos, Economía y Finanzas, y luego de Cultura. Otro importante reportaje lo realizó sobre la creación de la Escola Nova Unificada (CENU), retratando a su director Puig Elías conversando con unas ahumas en julio de 1936. Atento como siempre hacia la aparición de cualquier noticia inesperada, cubre la información sobre el asesinato de los hermanos Miquel y Josep Badia en la puerta de su casa en la calle Montaner, destacados represores en 1934 de los actos delictivos achacados a miembros de la CNT. Una imagen simbólica y estremecedoramente pictorialista concluye este grupo, y fue tomada durante el incendio de un barco, después de un bombardeo, en el puerto de Barcelona en 1938. El siguiente grupo recoge las imágenes mas contundentes del frente de Aragón. Sería muy largo detallar cada uno de los acontecimientos que se sucedieron en las diferentes batallas y en las que la mirada de Agustí Centelles tuvo que observar. Cubrió tanto la primera línea de fuego, como los diferentes movimientos de las tropas republicanas y la situación civil en las ciudades y pueblos. Una fotografía realizada por un autor anónimo nos muestra a Agustí Centelles en una de las trincheras del frente de Huesca, armado con sus cámaras, junto a una miliciana. Nos encontramos con escenas estremecedoras en la Sierra de Alcubierre, donde se desarrollaron combates entre noviembre de 1936 y marzo de 1937. En el castillo de Montearagón, cuando es ocupado por les fuerzas republicanas, en septiembre de 1936. Un coche "blindado" en Biescas, un ejemplar digno de una representación teatral, más que de formar parte de una guerra. Una guerra que fue muy dura, ya que en Teruel en esos años, las bajas temperaturas fueron de las más fuertes que se han registrado y como indica el propio Agustí Centelles en la parte trasera de una fotografía, las tropas iban, la mayoría, con alpargatas de esparto. Un reportaje global que incluye la entrada de los tanques en una Teruel derruida por los bombardeos,

las escopetas de caza que portaban los campesinos, los integrantes de las Brigadas Internacionales en sus trincheras, el descanso de la tropa en Alcañiz, la llegada de refuerzos al pueblo de Siétamo. Dos terribles imágenes finalizan este capítulo, tomadas a la población civil que es evacuada de Teruel en diciembre de 1937. Dos imágenes que se adelantan muchos años a numerosas escenas que se repiten en cada nueva guerra y que no han servido para sensibilizar a los pueblos para que no se produzcan nunca más. El grupo número diez está dedicado a las escenas de los enfrentamientos en Belchite y al bombardeo de Lleida. Dos acontecimientos unidos por el doloroso sufrimiento de la población civil, reflejado en Belchite al comprobar como las tropas recorren un pueblo completamente destruido y luchan entre las ruinas. En Lleida, a través del rostro desencajado de esa mujer frente al cadáver de un niño, rodeado de otros muchos muertos o esa mujer que de rodillas, recibe el abrazo de una mano amiga, que intenta ayudarle en su aflicción, cuando comprueba la identidad de un ser querido muerto. La batalla de Belchite duró desde finales de agosto a mediados de septiembre de 1937 y el 2 de noviembre del mismo año, aviones alemanes bombardean Lleida, ocasionando un sinfín de muertos. Las imágenes son de una frialdad total, donde la sangre fría del fotógrafo tuvo que superar muchas barreras para poder ejercer su profesión. Nunca sabremos exactamente cuantos muertos hubieron en ambos bandos, muertos innecesarios para solucionar un conflicto de ideas. Pero lo cierto es que estos reportajes evidencian el sufrimiento real del pueblo, uno de los resultados que no se pueden solucionar nunca a posteriori. El siguiente grupo esta formado por un reportaje increíble, que realiza Agustí Centelles en su exilio en el campo de concentración francés en Bram. Dos meses después de su movilización, en diciembre de 1937, Agustí Centelles fue nombrado jefe del gabinete fotográfico del Departamento Especial de Información del Estado, que en 1938 pasaría a depender del Servicio de Investigación Militar. El 22 de enero de 1939, pocos días antes de caer Barcelona en manos de las tropas franquistas, recibe el encargo de evacuar todo el archivo que mantenía, de todos los fotógrafos que habían trabajado para el ejercito catalán y cruza la frontera a pie cargado con una maleta repleta con mas de cinco mil negativos, dejando a su mujer y su primer hijo, que tenia poco más de un año. Un éxodo que siguieron miles de españoles con un destino incierto. La derrota de 1939 llevó al Gobierno catalán, a los miembros del

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