y me pongo a leer, viviendo todo y nada entiendo de las letras negras que me cansan los ojos doloridos. Alzo al cielo la luz y nada leo. Sólo estrellas desnudas y dormidas abriendo rosas blancas en la noche o en el día el azul y nubes grises y bajo el Sol, palomas. Me inclino sobre mi y abro la jaula y al pájaro que late le interrogo. Abro plumas y alas. Miro adentro y nada entiendo aún: circula sangre y esta sangre que vive es la tristeza.
JOSÉ MARÍA PÉREZ MARTIN www.faximil.com
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