Benito Quinquela Martín. Elevadores a pleno sol (1945), óleo sobre tela. 200 x 164 cm. Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, Argentina. Fuente: https://www.bellasartes.gob.ar/coleccion/obra/8823 (Consulta: 6 de septiembre 2016).
que los viajeros europeos creyeron virgen; un tema sublime por excelencia: la gran dimensión. Este tema fue clave en el ensayismo rioplatense, desde Domingo Faustino Sarmiento a Ezequiel Martínez Estrada, desde Charles Darwin a José Ortega y Gasset. En arquitectura no dudaría en citar el personaje más obvio, imposible de evitar: Le Corbusier. Ya sea siguiendo de cerca sus propuestas sintéticas (sus croquis del 29), ya sea discutiendo con él, la figura de Le Corbusier sigue pesando en la interpretación arquitectónica (para bien o para mal). Es necesario recordar que Le Corbusier, recibido por la elite porteña, conocía bien los clisés pampeanos elaborados por la literatura local. DC. En tus libros y artículos abordás y construís el paisaje fluvial como objeto privilegiado de estudio en su doble dimensión física y simbólica (nos referimos particularmente a tu tesis sobre el Riachuelo, uno de tus últimos libros El lugar común. Una historia
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de las figuras de paisaje en el Río de la Plata y tu participación en la expedición Paraná Ra’Angá). Al respecto pensamos en la dialéctica que se establece con los paisajes de las orillas, de las ciudades, industriales. Queríamos preguntarte en este sentido ¿dónde considerás que está la potencialidad del paisaje fluvial para pensar la ciudad? GS. Con el tema del río me sucedió algo que puede resultar útil registrar, para notar cómo las preguntas van cambiando a través del tiempo, aun cuando el referente (el río, en este caso) sea aproximadamente el mismo. Cuando inicié el trabajo sobre el Riachuelo, me interesaba el río como paisaje industrial y portuario; sabía que en la Boca la misma construcción de viviendas estaba relacionada con las labores náuticas, con los barcos, con las industrias que ocupaban las orillas. Desde temprano en el siglo XX el paisaje del Riachuelo fue identificado como paisaje pintoresco, objeto de la pintura, y
entre las razones por las cuales era elegido se encontraba, precisamente, la presencia del agua, con sus móviles reflejos, colores y brillos. El contraste entre el elemento agua (natural), los monstruosos puentes de hierro y las anónimas figuras hombreando bolsas fue el hallazgo principal de uno de los pintores más populares de entonces, Benito Quinquela Martín. En El lugar común, el tema fluvial seguía siendo importante, aunque no exclusivo de todos los paisajes típicos a través de los cuales nos representamos a la Argentina. Ya había terminado el libro cuando Martín Prieto me invitó como curadora de la expedición Paraná Ra’Angá, cuya idea inicial fue la de recrear el viaje de Ulrico Schmidl. Como se sabe, las tierras bajas de Sudamérica carecían de caminos cuando llegaron los conquistadores (sí los tenía el área andina); el camino era, entonces, el río. Viajar por el Paraná en barco, entregados a las variaciones del clima y de las aguas, a veces a paso de
REVISTA A&P Publicación temática de arquitectura FAPyD-UNR. N.5, diciembre 2016 · ISSN 2362-6097