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INTRODUCCIÓN

La historia de la producción escriturística en la Antigua Grecia tiene una extensión inmensa; por este motivo, se la clasifica por épocas, por géneros literarios, por las orientaciones literarias de los autores y por otros signos distintivos característicos.

La clasificación predominante de la historia de la producción escriturística, de acuerdo a las épocas, es la siguiente:

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1. Periodo arcaico (pro-ático), que empezó en la época micénica tardía y terminó al inicio de las Guerras Médicas (1100-490 a. C.). Es denominado también «poético» («Ποιητική»). Este pe- riodo se subdivide en los dos siguientes: a) el periodo desde los tiempos míticos hasta Homero, y b) el periodo desde Homero hasta las Guerras Médicas. Estuvo dominado por las figuras de Homero y Hesíodo, y por el género poético de la epopeya. Termina con la consolidación de la poesía lírica y de sus tipos: la elegía1, el yambo2 y el canto3 y 4 .

2. Periodo ático, desde las Guerras Médicas hasta la época de Alejandro Magno (440-300 a. C.). Fue denominado «periodo de esplendor ático» («Ἀττικὴ περίοδος τῆς ἀκμῆς») porque el epicentro del desarrollo de las letras y de las artes fue el Ática, cuyo centro, Atenas, impuso el «modelo educativo de Grecia» (« παίδευσις»). El dialecto ático alcanzó una amplia extensión y la literatura ática representó el crecimiento a pasos agigantados de la antigua literatura griega. Los escritores atenienses alcanzaron mucho prestigio con sus obras, y la reflexión filosófica consiguió una inmensa extensión en el horizonte del pensamiento. Por estas razones, a este periodo de florecimiento se lo denomina también «clásico»5. Es la época del gran florecimiento de la prosa (historia, filosofía, retórica), del poderío de la poesía, especialmente de la épica y de la lírica, y del desarrollo y perfeccionamiento de una nueva especie literaria: el drama.

3. Periodo alejandrino o alejandreótico (Ἀλεξανδρεωτική), del año 300 al 30 a. C., esto es, hasta la época de Augusto.

4. El periodo de los emperadores romanos, del año 30 antes, al 330 después de Cristo, esto es, hasta la fundación de Constantinopla, el nuevo gran centro político, religioso y cultural de la antigüedad. Según otros, el cuarto periodo se extiende hasta la época de Justiniano (527-565 d. C.) y, por este motivo, es también denominado «romano y bizantino».

El segundo de estos periodos, el más fecundo en producción literaria, coincidió con una serie de transformaciones sociales y políticas que los autores dramáticos griegos, especialmente Esquilo, plasmaron en sus obras por medio de símbolos y metáforas, colocando al «héroe trágico» (símbolo de la transición del modelo agrícola a la consolidación de la democracia ateniense, y del paso del matriarcado y los mitos agrícolas al modelo patriarcal) como protagonista de la nueva especie dramática.

En la Orestíada, única trilogía de la antigüedad griega conservada el día de hoy, Esquilo presenta las preocupaciones e intereses de los hombres y mujeres de su época, a través de un lenguaje potente y lastimero que evoca, sin embargo, un silencioso optimismo.

1 El «ἔλεγος» era un canto lastimero que, desde el inicio, «se cantaba en el palacio» («ᾔδεπο πρὸς αὐλόν»). Más tarde, tomó la misma forma poética, en dos filas, de un verso en hexámetro dactilar y un pentámetro incompleto en la escala del tercero y sexto pie. Esta especie de estrofa en dos filas es llamada «metro elegíaco» («ἐλεγειακὸν μέτρον»). Sus principales representantes fueron Calino de Éfeso, Tirteo, Mimnermo de Colofón, Solón de Atenas, Teognis de Mégara y Focílides el Milesio.

2 La poesía yámbica es una especie de poesía lírica, denominada de este modo por la palabra «yambo» («ἴαμβος»), cuya etimología es aún obscura. Unos la atribuyen al verbo ἰάπτω (=lanzo), y otros la asocian, lo que es mucho más probable, con «triambo» («θρίαμβος») y «ditirambo» («διθύραμβος»), y le atribuyen procedencia tracio-frigia, como también al término «ἔλεγος». En sus inicios, los versos yámbicos fueron interpretados con el acompañamiento de un instrumento musical en la poesía religiosa y en el culto de los dioses primigenios (adoración dedicada completamente a la honra de los misterios de Deméter y Perséfone). Luego, los autores de yambos (ἰαμβογράφοι) se sirvieron de la simplicidad y vitalidad del ritmo yámbico para utilizarlo en la poesía satírica (burlas, ironías, insultos, obscenidades). Finalmente, el metro yámbico fue utilizado para representar, por lo general, al mundo sensible. Los principales autores de yambos fueron Arquíloco de Paros, Semónides de Amorgos e Hiponacte de Éfeso. Su aparición coincidió con la de Esopo y sus fábulas.

3 Un signo característico de esta especie de poesía lírica denominada canto u oda (μέλος ἢ ᾠδή) era su estrecha conexión con la música; además, era interpretada con el acompañamiento de instrumentos musicales. Se distinguen dos especies de canto: 1. El canto principal u oda, y 2. El canto coral u orquestal. La poesía coral tiene origen religioso, así como carácter grupal (ὁμαδικὸν χαρακτῆρα), y fue desarrollada en los centros de reunión dóricos (δώριον μέλος), en las fiestas públicas y en celebraciones relacionadas con la adoración de dioses y héroes. Expresa, por lo tanto, los sentimientos de todo el pueblo. Contiene pudor, seriedad y una imponente solemnidad, que corresponde al carácter de los dorios. Era cantada por muchas personas a la vez, quienes formaban el coro. La parte musical y los movimientos de baile eran enseñados por el mismo autor del poema. Los principales autores de cantos fueron Taletas, Alcmán, Arión, Estesícoro, Simónides de Ceos, Baquílides de Ceos, Píndaro, Laso de Hermíone, Íbico de Regio y Timocreón de Rodas.

4 Según Τζουγανάτος (1975: 37-38), podemos distinguir dos categorías de cantos corales: primero, los relacionados a la alabanza de los inmortales y, en segundo lugar, los dedicados al elogio de los mortales. Las especies principales de la primera categoría son:

1. Los himnos (οἱ ὕμνοι), los cuales eran cantados con el acompañamiento de la guitarra para la honra de los dioses y de los vencedores. 2. Las prosodias (τὰ προσόδια), que eran cantadas con el acompañamiento de la flauta al ingreso (τὴν πρόσοδον), es decir, cuando era el momento de entrar a los altares y a los templos. Con el instrumento musical se regulaba el paso y el canto del coro. 3. Las marchas (τὰ ἐμβατήρια), cantos para los cuales (para el acompañamiento de cuya música) se componía el «ritmo para entrar» («τὸ πρὸς βαίνειν»), es decir, el ritmo para la marcha de cada grupo. Todos los pueblos de origen dórico tenían marchas semejantes dedicadas a Ares, en honor de quien el jefe del ejército hacía un sacrificio para que favoreciera el inicio de su marcha. 4. Los peanes (οἱ παιᾶνες, los cantos de acción de gracias), de los cuales se distinguen cuatro formas: a) los cantos de mesa (ἐπιτραπέζιοι), es decir, plegarias cantadas en los banquetes, con el acompañamiento de flauta, b) las súplicas (ἱκετηρία), las cuales eran cantadas a Apolo y a Artemisa para la eliminación de enfermedades contagiosas, c) Las marchas (ἐμβατήριοι), las cuales eran cantadas antes de la lucha en honor de Ares, d) Los cantos de victoria (ἐπινίκιοι), que eran cantos triunfales para los dioses sobre la victoria o la salvación. 5. El hiporquema (τὸ ὑπόρχημα), que era un canto acompañado de música y coro, así como de bailes muy animados, interpretado, desde sus inicios, en honor a Apolo. El hiporquema adquirió su forma definitiva en Creta. 6. El ditirambo (ὁ διθύραμβος), canto coral, agreste y divertido (χαροποιόν), el cual, antiguamente, era cantado en Naxos, Tasos, Beocia y el Ática en honor a Dioniso. Desde la antigüedad, estuvo formado por estrofas y antistrofas; después, permaneció más o menos sin métrica (ἄμετρον). Se dice que, pro- bablemente, los danzantes aparecían disfrazados de sátiros. Según Aristóteles, la tragedia proviene del ditirambo. 7. Los iulos (οἱ ἴουλοι, ἢ καλλίουλοι), cantos en honor de Deméter y Perséfone. El nombre procede de los «iulos», es decir, del cultivo de cereales; por esto, Deméter es denominada también «Iuló» («Ἰουλώ»). Los tipos principales de la segunda categoría de cantos corales son: 1) Los encomios (τὰ ἐγκώμια= ἐν+κῶμος= discurso festivo), es decir, cantos interpretados en las fiestas, que eran organizados para honrar la victoria en las batallas, cuando el vencedor era conducido por los amigos a su hogar. 2) Las triunfantes (οἱ ἐπίνικιοι o también ἐπινίκιοι), cantos triunfales de victoria, esto es, en honor de los vencedores en batallas y luchas. 3) Las canciones de mesa (τὰ σκόλια, ἢ παροίνια), las cuales eran cantadas alternadamente por los invitados al banquete con el acompañamiento de la lira, sin un orden riguroso. 4) Las virginales (τὰ παρθένια, ἢ παρθένεια), cantos interpretados por un grupo de vírgenes con el acompañamiento de flauta y con baile simultáneo. Se desarrollaron principalmente en Esparta, a causa de la educación más libre de las mujeres. 5) Los himeneos (οἱ ὑμέναιοι), cantos nupciales interpretados por los acompañantes de la novia durante su traslado a la casa del marido. 6) Los epitalamios (τὰ ἐπιθαλάμια), cantos nupciales que eran cantados en el tálamo nupcial. 7) Los lamentos (οἱ θρῆνοι), cantos religiosos que eran interpretados en la cena, junto a la tumba de un muerto. La división de estos cantos de poesía coral no es, por lo general, aceptada. Otros la dividen guiándose por una base diferente. Con base, por ejemplo, en los temas de los poemas, se dividen en banquetes (συμποτικά), cantos nupciales (ἐπιθαλάμια), lamentos (θρήνοι), cantos de victoria (ἐπινίκια). Tomando como base la composición del baile, se dividen en: virginales (παρθένια), infantiles (παιδικά), etc.

5 Los romanos utilizaron por primera vez este concepto. Proviene de la palabra classis=orden. Classicos (classici) eran llamados quienes pertenecían al orden más alto de los ciudadanos romanos. Metafóricamente, la palabra fue utilizada para el «scriptor classicus» (=escritor clásico). Con este concepto es conocido en la época del Renacimiento.