Poemas desde la cuarentena 2

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Poemas desde la cuarentena 2

Poemas desde la cuarentena 2

Primera edición: Abril 2022

© 2022. Fabián Giles.

Publicado en Estados Unidos por: Google Play

Diseño e ilustraciones: Fabián Giles

www.behance.net/fabiangiles

www.facebook.com/FabianGilesArt

www.instagram.com/fabiangiles

Todos los derechos reservados. La reproducción por cualquier medio mecánico o electrónico es con autorización escrita del autor.

Recuerden: El arte nos hará libres.

Dedicado a ..

Los amantes de corazones necios y cuerpos entrelazados que se pertenecen al fenecer las cálidas madrugadas... ...y a ti, porque seremos.

Declaración

Así Gustavo Cerati lo expresaba en su canción “Lago en el cielo”, cuyas metáforas a algunos les parecen algo muy especial y a otros superfluas. Y aunque cada quien tiene su propia visión sobre el romance y la alquimia que producen en los seres humanos, unos simplemente lo ignoran mientras que otros reviven sus sueños y esperanzas a través de la música y la poesía. Estos versos escritos a un año de la publicación del primer libro “Poemas desde la cuarentena”, son un epílogo de la etapa de confinamiento y auto reflexión que vivimos durante los recientes dos años en los cuales yo experimenté esta faceta de la escritura como algo inédito aunque no pienso dedicarme de lleno, dado que no me considero poeta, aunque de serios, poetas y locos todos tenemos un poco. Eso lo dejo a quienes realmente se dedican a exacerbar la pasión del placer y el dolor a través de las palabras y rimas que consuelan a quienes gozan o sufren (como también lo hacen banalmente en las canciones de banda o regional mexicano) por un amor bien o mal correspondido que sea el motivo de sus desvelos o sus anhelos, con largas horas de dicha plena o de agonía entera.

Agradezco a quienes se den el tiempo de leer estos poemas escritos espontáneamente y que reflejan el intento de hacer llegar una parte del sentimiento y la melancolía que fueron comunes en estos tiempos de la pandemia que a muchos ha servido para unirse más o, al contrario, ha terminado de abrir las brechas y separarse más, sin embargo, como lo escribe en estos versos, Gustavo Adolfo Bécquer:

Mientras se sienta que se ríe el alma, sin que los labios rían;

mientras se llore, sin que el llanto acuda sentimientos a nublar la pupila;

mientras el corazón y la cabeza batallando prosigan,

mientras haya esperanzas y recuerdos, ¡habrá poesía! ¡habrá poesía!

..

Índice

Corazón frío

Saltar a la vida

Por vez primera

Es increíble y sublime

El calor de los cuerpos

Entrelazados y extasiados

Como el calor del café

Añorando el sabor y buen gusto

Con mi mente haciendo ruido

Apagando en mi memoria recuerdos

Del amor y la pasión

Obnubilados por el celo Demasiado poderosos

Son los astros bailando

Al compás de las visiones

Música y paz para la constancia

De que vendrán tiempos buenos

Uniendo los corazones

En un elixir de pasiones

Y el mañana que vendrá

..

Corazón frío que niegas la pasión constante que habita por tus venas deja de evitar la luz y admite a contemplar como el cielo azul lleno de estrellas cual juglar que canta al inicio del alba, maravilloso ante ti el mundo que emerge sin prisas ni tiempo rodeado de vida y de amor inmenso sin final ni principio incierto, libera tus cadenas y gira sin cesar porque el instante es aquí y ya no añora el pasado que se ha ido ni el mañana qué vendrá.

Saltar a la vida sin miedo al vacío eterno de la nostalgia absoluta como niños que juegan para no tener apologías ni destierro alguno siendo felices y libres, amando sin control ni remordimientos tontos, es momento de crear un universo gratificante pleno de ninfas y flores, colores y sentimientos que inspiren alegría y paz mental implícita, por tanto tiempo ocultas entre bisagras marchitas, salen ahora a la luz que deriva de tu ser y de tu mar de almas infinitamente agradecidas.

Por vez primera el amor inicia lo que un día predica con cúmulos de dicha ante la tierna mirada de tus cristalinos ojos que me envuelven de locura y deseo puro, sin lugar a dudas tomando de mi esencia la mas clara búsqueda del infinito sentir aplicable a tus labios cual púrpura linterna, alumbra mis ansias exhaustas de andar errando el camino hasta encontrarte ahí junto a mi lecho frío que explota de nuevo en incendio de felicidad.

Es increíble y sublime la destreza que tienes al dar tu amor y calma, cuando te entregas en cuerpo y alma llena sin barreras ni temores que puedan agregar esa paz y alegría pura de la conjunción plena y absoluta para unir dos bocas en una sola, sin ataduras ni ágoras rodeando las calles de la crítica y los celos, por la efervescencia del placer en la locura intrínseca de tu eros y el mío entrelazados, sin que nada más en el mundo importe.

El calor de los cuerpos invadiendo el invierno con luces de primavera y sus flores y frutos que ascienden al cielo descubriendo horizontes, anocheceres y júbilo, el amor supremo, eterno, de tus deseos con los míos tocando el terciopelo de tus ojos negros bellos reflejados en mi ser al avasallar tu ímpetu de encontrar la paz clara y el tormento bello, en ese temblor interno que nos reconforta más cuando es simultáneo extenso y etéreo liberando al Sol mismo del erotismo sereno.

Entrelazados y extasiados uniendo en uno solo ese deseo y pasión inocua que celebra la vida y la alegría infinita del amor intrínseco, sereno, que enciende el motor y la chispa de las caricias plenas, tocando el cielo descendiendo al umbral constante y recíproco para llenarla de dicha contemplando tu rostro, tus labios zafiros y tu mirada que enerva mis ganas ocultas ahora por fin liberadas unidas a las tuyas para explotar en calma.

Como el calor del café cuyo aroma se disfruta a primera hora del día así disfruto el recuerdo y las vivencias compartidas en aquellos días de invierno cuando te besé por primera vez haciendo nuestro el instante el lugar preciso de ello: aquella banca de metal con sus verdes matices, siendo testigo silencioso de lo que ocurrió esa noche tan gélida y lejana, ahora es parte de la memoria de los momentos dejados esos que ya no volverán por más que intentes forzar el tiempo inclemente, sólo son fragmentos ya diluyéndose en el aire como ese aroma pleno del café matutino y cierto.

Añorando el sabor y buen gusto deleitando los sentidos, al contemplar la belleza oculta a los demás de la languidez de tu vida apaciguando esos temores al no ver mas tus ojos y su mirada sempiterna, cascada de luz pétrea, pura, que cuantifica mi esperanza sin razón alguna y previa ante la miel que derraman tus labios jugosos y rojos que nunca me canso de probar como un fruto deleitoso, antecediendo a los prístino y tierno de tu cuerpo acurrucado junto al mío después de disfrutarnos en la eterna tormenta del deseo fino y corpóreo.

Con mi mente haciendo ruido provocando a la locura, manteniendo la cordura relajada en mis aciertos buscando respuestas a la vida estando en vilo y fresco, como una flor serena despertando ante el rocío en la mañana que predice la cara tersa semitransparente pidiendo azul celeste sobre tus hombros desnudos, tus piernas trémulas de pasión candente emulando al calor y frío de las corrientes terrestres, sobre el mar embravecido las mareas que azotan tu cuerpo junto al mío piel con piel adjuntas teniendo el alma sobrexpuesta y el corazón ardiendo.

Apagando en mi memoria recuerdos de aquello que ya no es más y se ha ido lejos, lejos, tan lejos que no vuelve porque el tiempo inclemente no perdona ni se pierde, ahogando para siempre la nostalgia reticente sobre lágrimas infinitas que se diluyen en la lluvia de la noche triste, infinita, añorando los momentos abrazados como rocas a la mitad del camino, para llegar a lo alto del altar de tu cariño y amor puro y sincero, tan largamente obtenido conservándose impávido hasta que en un instante se lo haya llevado el olvido.

Del amor y la pasión atraviesan los caminos destacando ante sí mismo los vestigios del deseo, erotismo sin designios ni arrepentimiento nimio, por las caricias dadas ante el calor de la velada como manecillas rotas y revisando el alma cual ave suprema libre de ataduras y miedos, tus mejillas ruborizadas delatan tu chispa pura el fuego pulcro de tu sexo tan advenedizo y pleno que hipnotiza mi sentir, haciéndome flotar como nubes de jardín acariciando al aire de tus labios de rubí.

Obnubilados por el celo de tu cuerpo sin control tus ojos brillan tanto que siento por un momento la ceguera del corazón al imaginar tus labios rozando el pleno de otra pasión, más siquiera fulgurarte fuera un dejo de inquietud sé muy bien que eres libre y yo soy solo un instante, oscuridad y luz arden en mi al abrazar tus pechos, refugiarme en tu regazo hundirme en silencio antes de perderme tanto entre tus piernas suaves y tus caderas de encanto, como un lucero en la noche donde tus sonidos efímeros se diluyen en un sueño apagando el sentimiento.

Demasiado poderosos son la razón y el tesón con que mis ganas se adhieren al deseo sin fin para estar a tu lado, mirando el atardecer de los días jubilosos llenos de diáfanas ideas recreando el destello acumulado en tu sonrisa sin que la vida misma me hagas sentir airoso, como palomo al vuelo aterrizando en tu centro al nido que busca alojar mi calor intenso que estalla por dentro hacia el infinito supremo de las horas interminables, en el vaivén erótico y pleno columpiando entre besos y mis caricias a tu cuerpo.

Son los astros bailando en el reflejo divino de tu mirada y tu aliento anegados al intuir sobre mis ánimos ocultos, cuantificando la luz de tus diamantes en bruto entre la palma de mi mano acariciando ese punto único que te hace vibrar y reír sin opacar el recuerdo sobre tu espalda dorada y los abrazos sin rumbo, dando fe y certeza de la unión que apacigua la dulce entraña tuya animada con la vida y los sonidos que emanan anunciando la llegada al paraíso repleto de la llama de tu alma con la mía acoplada.

Al compás de las visiones de los cánticos y pájaros arribando desde los cielos hasta el dintel de la ventana, trinan y observan el devenir de las horas cuando el sol acobijado despierta al mundo como desde hace milenios día tras día, año tras año, todo transcurre sin prisa a través de las horas conjuntando los eternos y sublimes sonidos del juego, cantos de jilgueros, gorriones, cuervos y cardenales que alegran la simetría encubierta y ahora viva en los momentos idóneos para hacer de tu compañía una bella fantasía.

Música y paz para la constancia ocupando los lugares recónditos durante un tiempo solitarios ahora plenos de maravillas, alegrías y reencuentros de los sentidos y sentimientos añorados por la lejanía tan tirana y apabullante, se relega por el filo de los sueños revividos largamente pausados, su posibilidad es absoluta gracias a los amantes del círculo antagónico a los señores del olvido que no perdonan el tiempo ni los pétalos caídos, renaciendo de los mundos expectantes a lo nuevo deseando tanto amor que no quepa por completo.

De que vendrán tiempos buenos, alegres y con espíritu de júbilo llenos de vida del amor bello están claros y prístinos sin importar el dolor y la nostalgia reprimida por tanto miedo y encierro, de esos que no volverán a hacer mella en el corazón, teniendo la infinita certeza como que el sol brillará cada mañana y cada día hasta que nuestras almas se conecten en una misma auspiciada por el Universo resplandeciendo sin prisa por los amores pasados que dan lugar a lo nuestro durando eterno y sereno hasta que uno seamos siempre.

Uniendo los corazones en entera concupiscencia de tu cuerpo sobre el mío sobre las olas del alba que acarician mi pecado siempre dedicado al tuyo la verdad de los encantos entre tus caderas sinuosas como palabras labradas sobre mármol y cantera, así se respiran los siglos testigos de nuestro amor y sentimiento infinito, deseando con locura tus castaños y bellos ojos mirando hacia el cielo negro del fulgor tan candoroso cuando llegamos juntos, siempre juntos y extasiados al jardín eterno y claro del placer sumo y orgásmico.

En un elixir de pasiones vivo en constante detenimiento abrazando los suspiros que rebosan de tu boca unida a mi existencia sin que pueda evitarlo, suave murmullo que evoca el calor de tus caricias, tus manos y tu monte de Venus que sublima mis deseos al grado de desvanecerse entre tus cabellos dorados, los olores que despiden los geranios perennes en su aceite esencial buscando el calor y brillo de los rayos tan solares así también yo busco tus piernas tibias escritas con tu cintura sujetando mis ansias de amarte tanto como si no hubiera un mañana.

Y el mañana que vendrá infinitamente agradecido en incendio de felicidad sin que nada más importe liberando al sol mismo para explotar en calma como el aroma pleno de la tormenta del deseo y el corazón ardiendo, hasta que en un instante acariciando el aire apagando el sentimiento columpiando entre tus besos de la llama de tu alma sea una bella fantasía deseando tanto amor durando eterno y sereno al jardín de placer, claro, como si no hubiera mañana ni luces que comprender, así quiero tenerte siempre con tu rostro bello mirando las estrellas.

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Y estaremos juntos

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