huevo que caminaba, se movía, opinaba sobre las vicisitudes que pasaba el país y su capital.
extraño empezar a encontrarse a un huevo en todas las caricaturas que dibujaba. Un huevo que de huevo solo tenía la forma: tenía boca, ojos, manos, piernas y lo más importante era que tomaba posición frente a las situaciones del país y a las dificultades cotidianas de la vida. Es
Hernando Turriago (1923 – 1997)
memorable una publicación de 1966 cuando un invierno muy fuerte azotó Bogotá y se vio al huevo sin nombre en medio de la inundación
El azote del dictador
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como un damnificado más. Al final es salvado por un barril flotante.
Museo Nacional de Colombia, registro 5033. Foto © Museo Nacional de Colombia
do Turriago volvió de Estados Unidos, fue muy
Museo Nacional de Colombia, registro 5004. Foto © Museo Nacional de Colombia
Para los habitantes de la Bogotá de 1950, cuan-
Fue a partir de 1953, con el golpe de Rojas Pinilla, cuando empezó el momento
Turriago era un cachaco cabal y como tal
horas y horas al día: el café Automático, en el
estelar de Chapete con el inicio de la fuer-
hacía girar su vida alrededor de la emblemática
edificio Parque Santander.Ya casi nadie recuerda
te censura a la prensa. Ahí nació el segundo
avenida Jiménez. Allí, en la esquina suroriental
que este café albergó a los poetas, a los inte-
personaje, Gurropín, que es una deformación
de la séptima, estaban las instalaciones de El
lectuales, a los académicos más importantes del
del general Rojas Pinilla para mostrar la mez-
Tiempo, donde trabajaba. Dos cuadras más arri-
país por varias décadas y se constituyó en un
quindad de su régimen.
ba, en la quinta, se alzaba el sitio donde pasaba
lugar trascendental para la cultura colombiana.
die conozca pues hizo parte de una serie de
Ahora, en su lugar, hay un restaurante llamado
Bogotano raizal, liberal al extremo, fue el caricaturista que estuvo en la cárcel varias veces porque sus dibujos no le gustaban a Gustavo Rojas Pinilla.
publicaciones de 1917 a la que el ilustrador Bar-
Glück, cuyo dueño, Fernando Lozano, no tiene
tolozzi llamó Pinocho y Chapete.
ni idea de las glorias que albergó ese recinto
Por: Catalina Luna y Juan Mattos
mia Ramírez estudió pintura. Allí inventó El Tá-
Justamente en ese café, Chapete tomaba
bano, un impreso en el que caricaturizaba a los
tinto con su muy cercano amigo Hernán Meri-
cincuenta años atrás.
Posteriormente, en la desaparecida Acade-
“
cel a Chapete, pero también le significó ganar el
ño, el conocido caricaturista Chapete. Sus
premio Mergenthaler, en 1956, por su oposición
Escuela de Bellas Artes de Bogotá donde estu-
dos gigantes del humor gráfico decidieron, en-
exequias se efectuarán hoy en la iglesia San Luis
frontal a la dictadura de Rojas Pinilla y la lucha
dió Dibujo y Caricatura Aplicada a la Publicidad.
tre risas, a quién le iban a clavar los dardos de
Beltrán, del Polo Club, diagonal 86A No. 31-60”.
por la libertad de expresión.
A partir de ese momento tomaría el rumbo que
sus dibujos en la siguiente edición.
Ayer dejó de existir en Bogotá, a la edad
´José Dolores´ llevó varias veces a la cár-
maestros y a sus propios compañeros. En 1938,
no, otro caricaturista enorme. Seguramente, en
de 76 años (sic), Hernando Turriago Ria-
cuando finalizó el colegio, decidió ingresar a la
más de una mesa y al calor de un trago, estos
Es la información que publicó El Tiempo el
Para cuando nació Chapete en Bogotá,
21 de junio de 1997 para referir la muerte de
en 1923, hacía tres años se había estrenado
Para 1944, y por invitación de Enrique
que Chapete se convirtió sin sospecharlo en
uno de los caricaturistas más importantes del
el expresionismo alemán con El Gabinete del
Santos Montejo, el célebre Calibán, Hernan-
uno de los pioneros en Colombia de una in-
siglo XX en el país, y el más emblemático de
Doctor Caligari, y hacía uno se había publica-
do Turriago vio por primera vez publicada
vención que habría de cambiarlo todo. En 1954
los que padecieron, por cuenta de sus dibujos,
do el Ulises, de Joyce, descubierto la tumba de
una caricatura suya en el periódico El Tiempo,
el país estrenaba la televisión, y Gloria Valencia
la persecución de la única dictadura colombiana
Tutankamón en Egipto, y fundado la URSS. Los
donde colaboró hasta 1988, año en el que no
de Castaño se iniciaba en ella con un programa
en cien años, la de Gustavo Rojas Pinilla.
conservadores llevaban casi cuatro décadas
volvió a dibujar.
Fue con Merino y con Enrique Carrizosa
El tiempo, el cronológico, se ha dado a la
en el poder en Colombia, sin responsabilida-
En septiembre de 1947 le propuso ma-
tarea de hacerlo olvidar y lo ha conseguido. La
des por la pérdida de Panamá ni los miles de
trimonio a Blanca Posada con quien pasaría
misma suerte ha corrido ´José Dolores´, el cam-
muertos de la Guerra de los Mil días.
el resto de sus días y tendría once hijos. Ese
pesino hecho a lápiz por él, en creación a cuatro
Como buen bogotano, Hernando Turriago
mismo año se trasladó a Estados Unidos don-
manos con Hernán Merino (otro caricaturista
estudió en el Gimnasio Moderno, aunque antes
de trabajó hasta 1950 para compañías como
enorme), que se dolía de su situación de mise-
pasó por el Liceo de la Salle. Fue en sus épo-
la Quality Art Novelty, una firma alemana de
ria y desencanto desde las páginas de El Tiempo
cas de gimnasiano cuando se ganó el apodo de
películas en dibujos animados, y para el depar-
para dejar constancia de las intensas preocupa-
Chapete, un sobrenombre puesto por su gran
tamento visual de la ONU.
ciones sociales de un país que se hundía en la
parecido con el inseparable amigo del Pinocho
Aparte de José Dolores, dos personajes
violencia política.
de las tiras cómicas, a quien probablemente na-
son los más recordados de Chapete: uno es un
Museo Nacional de Colombia, registro 5033. Foto © Museo Nacional de Colombia
lo marcaría toda su vida.
llamado Lápiz mágico, que vio la luz el 3 de septiembre de ese año, y en el cual los tres caricaturistas dibujaban sobre los sucesos políticos más importantes de la semana, y la presentadora los comentaba de un modo crítico. Siendo la TV un juguete traído por Rojas Pinilla, era obvio que el programa no durara mucho tiempo al aire. Hoy es probable que el fantasma de Chapete siga rondando estos sitios, si es cierto aquello de que los espíritus se mueven por los lugares en los que vivieron. Si es así, debe ser doloroso constatar que nadie se acuerda de él.
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