'Un mundo en común' se compuso de dos eventos simultáneos: una muestra de proyectos artísticos de corte participativo y un encuentro para debatir sobre el arte de interacción social, que sucedieron a la par, de manera que las prácticas de comunidad específica fueron comisionadas para la muestra, y buscan ampliar y enriquecer la discusión sobre las mismas. En los proyectos colaboraron un grupo de niños y niñas de un pueblo de la Alta Mixteca Oaxaqueña, un grupo de trabajadoras sexuales de La Merced; varias comunidades religiosas musulmanas; un grupo de adultos mayores; los alumnos de la Escuela Nacional de Ciegos; agrupaciones activistas de diversos estados del país; un grupo de mujeres familiares de desaparecidos, así como un colectivo de mujeres sonideras de reciente formación.
'Un mundo en común' abrió un espacio para la conformación de comunidades temporales en acción reunidas a partir de una consigna artística, donde se experimentó modelos de arte de interacción social y de cocreación con públicos.