Folleto exposición: "Octavio Paz. Guerra, Censura y Libertad"

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Octavio Paz: Guerra, Censura y Libertad Documentos en el Archivo General de la Administraci贸n (AGA)


Octavio Paz: Guerra, Censura y Libertad Documentos en el Archivo General de la Administraci贸n (AGA)

Imagen de cubierta: 漏AGA (03)17. Junta Delegada de Defensa de Madrid. F-04067-55949. Retrato de Octavio Paz. Albero y Segovia.


Octavio Paz: Guerra, Censura y Libertad. Documentos en el Archivo General de la Administración (AGA) Jesús Cañete Ochoa (Universidad de Alcalá)

OCTAVIO PAZ: GUERRA, CENSURA Y LIBERTAD Documentos en el Archivo General de la Administración (AGA)

Organizan Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Secretaría de Cultura. Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas. Subdirección General de los Archivos Estatales. Archivo General de la Administración Universidad de Alcalá. Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Relaciones Institucionales – Instituto de Estudios Latinoamericanos Embajada de México. Instituto Cultural de México en España Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid Programa Centenario Octavio Paz (1914-2014)

Subdirector General de los Archivos Estatales Severiano Hernández Vicente Coordinación por parte del AGA Evelia Vega González Universidad de Alcalá José Raúl Fernández del Castillo Díez Vicerrector de Extensión Universitaria y Relaciones Institucionales Fernando Fernández Lanza Coordinador General de Extensión Universitaria Comisario de la exposición Jesús Cañete Ochoa (Universidad de Alcalá. Grupo de investigación Semiosferas) Diseño, montaje y gestión María José Durán Vaquero, Ignacio Garcés Fernández, Natalia Garcés Fernández e Ismael Cañete Ochoa Edita Servicio de Publicaciones UAH ISBN : 978-84-16133-49-9 DL: M-1388-2015

Al igual que el resto de los archivos estatales, el Archivo General de la Administración (AGA), dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de España, tiene encomendadas las funciones de custodia, organización, descripción, conservación y difusión de los fondos en él depositados, en tanto que constituyen una parte importante del patrimonio documental español. Dentro de los fondos del AGA hay numerosos materiales relacionados con muchos de los más relevantes escritores de la lengua española. Sobre el poeta y ensayista mexicano Octavio Paz (1914-1998) se conservan numerosos documentos en diferentes fondos: en el de la Junta Delegada de Defensa de Madrid (que contiene fotografías del propio poeta y de algunos de sus compañeros durante su estancia en España en 1937); en Censura Literaria (en donde se encuentran expedientes de la censura franquista sobre una buena parte de su obra poética y ensayística); y en el Archivo Alfonso (que contiene un reportaje gráfico realizado durante la visita que en abril de 1982 hizo Octavio Paz al Ateneo de Madrid. –5–


En la exposición “Octavio Paz: Guerra, Censura y Libertad”, organizada por el Archivo General de la Administración (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Secretaría de Estado de Cultura. Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas. Subdirección General de los Archivos Estatales), la Universidad de Alcalá (Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Relaciones Institucionales e Instituto de Estudios Latinoamericanos), la Embajada de México en España (Instituto Cultural de México en España) y el Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid, en el marco del Programa del Centenario de Octavio Paz (1914-2104), puede verse una selección de piezas procedentes de los fondos mencionados.

I. Guerra Durante la sesión inaugural de la conmemoración de los cincuenta años del Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, que se había celebrado en Valencia en 1937, Octavio Paz dijo que ese Congreso fue “un acto de solidaridad con unos hombres empeñados en una lucha mor–6–

◄► De izquierda a derecha: (03) 17 F-04069-56123 El señor Carreño España, José y el Señor Henche, Alcalde de Madrid en la inauguración de la exposición de “Cien años de arte revolucionario mexicano”. (03) 17 F-04069-56122 El pintor mejicano Fernando Gamboa en el acto de inauguración de “Cien años de arte revolucionario mexicano”.

tal contra un enemigo mejor armado y sostenido por poderes injustos y malignos. Unos hombres abandonados por aquellos que deberían haber sido sus aliados y defensores: las democracias de Occidente. El Congreso estaba movido por una ola inmensa de generosidad y de auténtica fraternidad; entre los escritores participantes muchos eran combatientes, algunos habían sido heridos y otros morirían con las armas en la mano. Todo esto —el amor, la lealtad, el valor, el sacrificio— es inolvidable y en esto residen la grandeza moral del Congreso. ¿Y su flaqueza? En la perversión del espíritu revolucionario” (Paz 1989). Paz viaja a España recién casado con quien será la escritora Elena Garro; ya ha escrito un libro de poemas, Raíz del hombre, y es autor del poema “No pasarán” del que se han editado 3.500 ejemplares en México para apoyar con su venta al Frente Popular español. La asistencia al Congreso de 1937 le permitió a Paz conocer la polémica surgida en torno al escritor francés André Gide y su libro Retoques a mi regreso de la URSS (1937), complemento a Regreso de la URSS (1936), y escuchar la “Ponencia colectiva” presentada por Arturo Serrano Plaja que fue “el punto de partida de una larga campaña en defensa de la libre imaginación” (Paz 1989). Después, en Barcelona, mantuvo un encuentro fugaz con su amigo el anarquista español José Bosch, a quien había dedicado su poema “Elegía por un compañero muerto en el frente de Aragón”, que le informará de los enfrentamientos encarnizados entre comunistas y anarquistas. La experiencia vivida por Paz durante su viaje a la España en guerra de 1937 se plasma en una obra poética y ensayística que, a partir de ese momento, se caracteriza por su actitud disidente. –7–


Un fotógrafo de la agencia Albero y Segovia hace un retrato a Octavio Paz a su llegada a España en 1937. En esta fotografía puede verse el rostro del joven poeta de 23 años que, sin posar frente a la cámara, transmite al espectador su preocupación por las graves circunstancias que atraviesa el pueblo español. Además de Octavio Paz, forman la delegación que representa a México en este Congreso el escritor José Mancisidor y el poeta Carlos Pellicer. Durante este viaje Paz va a fortalecer su amistad con Pellicer, de quien más tarde escribirá que es el poeta “más rico y vasto de los poetas de su generación. Hay poetas más perfectos; o más densos y dramáticos; más afilados o más hondos; pero ninguno tiene su amplia respiración, su deslumbrada y deslumbrante sensualidad” (Paz 1957). En una de las fotografías que se muestran en esta exposición, se puede ver a Carlos Pellicer dirigiéndose a un auditorio para dar un discurso, o quizá leyendo uno de sus poemas. Junto a los delegados mexicanos, también viajó al Congreso un grupo de creadores mexicanos pertenecientes a la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) integrada por el músico Silvestre Revueltas, el escritor Juan de la Cabada, el museógrafo y pintor Fernando Gamboa y su esposa, Susan Steel, el pintor José Chávez Morado y la actriz y maestra María Luisa Vera.

▲ (03)17 Junta Delegada de Defensa de Madrid F-04067-55957 II Congreso Internacional de Escritores para Defensa de la Cultura. Valencia 1937. El delegado mexicano y poeta Carlos Pellicer. –8–

La LEAR organizó la exposición titulada “Cien años de arte revolucionario mexicano” que se pudo ver en Valencia y, en septiembre de 1937, en la sede de la Asociación Española de Amigos de México de Madrid. En esta muestra se podían contemplar litografías y grabados de reconocidos artistas mexicanos como Guadalupe Posada junto a otros de artistas jóvenes como Luis Arenal, Everardo Ramírez o Leopoldo Méndez. –9–


II.- Censura

En el AGA se conservan fotografías que documentan la actividad de este grupo y la exposición que organizaron.

En el prólogo a El ogro filantrópico (Seix Barral, 1979) Octavio Paz advierte al lector de que ha incluido en esta colección de ensayos el texto “Aniversario español” porque fue “recogido en la primera edición de Las peras del olmo pero la censura española lo suprimió en una nueva edición de ese libro. Como esa edición es la que circula todavía, lo incluyo ahora en El ogro filantrópico” (Paz 1979:12-13). “Aniversario español” es un discurso de julio de 1951 que pronuncia Octavio Paz en un acto celebrado en París con republicanos españoles (anarquistas en su mayor parte). En este acto también tomaron la palabra Albert Camus y la actriz María Casares, que recitó poemas de Antonio Machado. La intervención de Camus comienza con una contundente afirmación: “El 19 de julio de 1936 comenzó en España la Segunda Guerra Mundial. Hoy conmemoramos ese acontecimiento. Esta guerra ha finalizado en todas partes salvo, precisamente, en España” (Camus 1951). ◄ De arriba a abajo: (03)17 Junta Delegada de Defensa de Madrid F-04069-56126 Exposición de “Cien años de arte revolucionario mexicano”. (03)17 Junta Delegada de Defensa de Madrid F-04069-56125 Vista parcial de la exposición de “Cien años de arte revolucionario mexicano”. (03)17 Junta Delegada de Defensa de Madrid F-04069-56124 Visitantes de la exposición “Cien años de arte revolucionario mexicano”.

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En su texto, Octavio Paz recuerda la espontánea reacción del pueblo español que salió a la calle el 19 de julio de 1936 para defenderse de una sublevación militar que provocó la tragedia de la Guerra Civil. Paz elogia la actuación de un pueblo en armas, “sin jefes, representantes e intermediarios”, y lamenta que muy pronto se viera prisionero de una casta de jefes revolucionarios “tan funesta como la de los príncipes” (Paz 1979:204). Paz denuncia que el principal peligro para un pueblo es el mesianismo político y avisa que todo pueblo debe cuidarse de los salvadores de profesión. – 11 –


En el AGA se conservan expedientes de censura sobre catorce obras de Octavio Paz que primero fueron emitidos por la Dirección General de Propaganda, y después por la Dirección General de Cultura Popular del franquista Ministerio de Información y Turismo. Estos documentos revelan el escrutinio que sufrió la obra de Octavio Paz por la dictadura de Franco que comenzó su actividad inquisitorial durante la Guerra Civil y se mantuvo vigente hasta 1976, un año después de la muerte del dictador.

No parece raro que este discurso fuera suprimido por la censura franquista en la edición española de Las peras del olmo (Seix Barral) en 1971, año en que Franco tomaba la decisión de nombrar presidente del Gobierno al almirante Luis Carrero Blanco, representante de las posiciones más duras e inmovilistas de la dictadura. Desde su llegada al poder, Carrero Blanco impulsó una “ofensiva contra la cultura” que tuvo, entre otras consecuencias, la clausura del diario Madrid, la suspensión durante cuatro meses de la revista Triunfo y las prohibiciones de la representación de El círculo de tiza caucasiano de Bertolt Brecht y de la proyección de la película de Basilio Martín Patiño, Canciones para después de una guerra. Pero no sucedió exactamente como escribe Paz, pues el texto no formó parte de las galeradas que debían enviarse a los censores que, preceptivamente, debían emitir un informe antes de la impresión de un libro. Estos informes de censura, que constituyen un género que se podría denominar como literatura de la mordaza, estaban formados por el siguiente formulario: “¿Ataca al dogma? ¿A la Iglesia? ¿A sus Ministros? ¿A la moral? ¿Al Régimen y a sus instituciones? ¿A las personas que colaboran o han colaborado con el Régimen?”. Durante todo el periodo de la censura franquista no se modificaron estas preguntas, que debían acompañarse de los números de las páginas en las que figuraban los ataques políticos o las desviaciones morales. En muchas ocasiones estos informes apenas consistían en una breve reseña sobre el libro en cuestión, con unas referencias a las páginas que se debían revisar en donde figuraban palabras o frases que habían sido tachadas por el censor. – 12 –

▲(03) 50 Censura Literaria 21-09199-03767 Portada del libro Libertad bajo palabra. Octavio Paz.

Las primeras obras de Octavio Paz impresas en México necesitaron un informe de la censura para ser distribuidas en España. En julio de 1950 la compañía española EDHASA (Editora y Distribuidora Hispano-Americana SA) solicitó permiso para importar doscientos ejemplares del libro Libertad bajo palabra, publicado el año anterior en México por el Fondo de Cultura Económica. Para autorizarlo fue necesario que lo examinaran dos censores. El primero, Pedro de Lorenzo, mediocre escritor que un par de años después calificaba al poeta Luis Cernuda como “uranista” y “rojo de España”, escribió en el informe que se trataba de: “Poesía. Verso. En las páginas señaladas (8, 15, 16, 17, 18 y 35), frases o expresiones obscenas, otras irreverentes”. El censor señalaba como perniciosas algunas líneas de la introducción (“Invento la quemadura y el aullido, la masturbación en las letrinas, las visiones en el muladar, la prisión, el piojo y el chancro, la pelea por la sopa, la delación, los animales viscosos, los contactos innobles, los interrogatorios nocturnos, el examen de conciencia, el juez, la víctima, el testigo”) y versos de los poemas “Ni el cielo ni la tierra”, “Las palabras”, “El prisionero” y “Al ausente”. – 13 –


En una segunda revisión, un nuevo censor, esta vez el eclesiástico Andrés de Lucas, personaje que debe ocupar un lugar destacado en la historia de la infamia literaria española, añadió que Libertad bajo palabra era un libro con: “Versos oscuros y estúpidos con algunas expresiones equívocas. Creo, sin embargo que puede autorizarse por el escaso número de lectores que leerán estos engendros”. Como el resto de censores, estos dos personajes se caracterizaban, como apunta el investigador Eduardo Ruiz Bautista, por su “servilismo desmedido, exceso de celo, ínfulas de literato frustrado y la crasa ignorancia y competencia lectora que exhibían en muchos de sus juicios y prejuicios” (Ruiz Bautista 2008:84). Esta falsaria lectura no impidió la distribución en España de Libertad bajo palabra pero es probable que, a partir de este momento, la dictadura franquista pusiera bajo sospecha la obra de Octavio Paz. Quizá por esa razón del siguiente libro de Paz que se distribuyó en España, el poemario ¿Águila o Sol? (1951), se solicitó autorización de importación tan solo para dos ejemplares, como figura en número y letra en el informe del anónimo censor que escribió que se trataba de “Poesía en prosa. Puro lirismo. Puede ser autorizado” (25 de febrero de 1952).

◄ (03) 050 21/09199-03767 Expediente de depuración de la obra Libertad bajo palabra. Octavio Paz.

Tres años después, la orden de importación de doscientos ejemplares de Semillas para un himno (1955) venía autorizada por las torpes palabras del poeta falangista Jesús Juan Garcés, uno de los fundadores de la revista Garcilaso: “Poesías de un poeta americano, creacionista sin un argumento general. Después de la obra creadora el poeta hace unas traducciones de los poetas Marvell y Gerardo Nerval. Nada que objetar. Autorícese salvo superior parecer” (17 de marzo de 1955). – 15 –


1969) el censor escribe (los números se refieren a la paginación de las galeradas):

La última importación de un libro de Paz es de 1956, cuando se autoriza la distribución de doscientos cincuenta ejemplares de El arco y la lira publicado ese año por el Fondo de Cultura Económica. Pero una cosa era importar un libro de México y otra imprimirlo en España. La obra de Octavio Paz se dio de bruces con la censura franquista cuando el poeta y editor Carlos Barral quiso publicar la que será primera antología de poesía de Paz y su primer libro impreso en España: La centena (Poemas:1935-1968), una selección de cien poemas realizada por el propio autor de los tres volúmenes ya publicados: Libertad bajo palabra (1935-1957); Salamandra (1958-1961), y Ladera Este (1962-1968), además de los dos libros de poesía espacial de 1968: Topoemas y Discos Visuales. La centena se publicaba al amparo de la nueva Ley de Prensa de 1966, pero no por ello fue más fácil su edición. La investigadora Nuria Prats asegura que la supresión de la consulta previa (obligatoria para los libros) y su sustitución por la consulta voluntaria, propició “una traslación de la responsabilidad censorial, que ahora recaería con mayor peso sobre el editor y el escritor, propiciando el refuerzo de las censuras no gubernamentales, esto es, la censura editorial y la autocensura” (Prats Fons 2004). Además la Ley venía acompañada de una herramienta a favor de los censores: el “silencio administrativo”, que abandonaba al autor y editor a su propia suerte (Abellán 1980:149-150). La centena, como antes Libertad bajo palabra, también necesitó dos informes de censura para obtener la aprobación pertinente. En el primero (de 6 de mayo de – 16 –

▲(03) 50 Censura Literaria 66-03042-04712 Portada del libro La Centena. Octavio Paz.

I. Poemas de valor diverso, con gran variedad métrica, en los que predomina el tema erótico, si bien sea casi siempre expuesto sin crudeza ni realismo, sino más bien en forma velada mediante una gran riqueza de metáforas y algunos (menos) símbolos de inspiración preferentemente oriental. La obra comprende también algunas páginas en prosa donde el autor expone, con gran riqueza de imágenes y metáforas, impresiones y experiencias personales en su labor poética. Hace gala el autor de una gran imaginación y facilidad en el juego de palabras y el uso del retruécano. Algunas de las poesías, conjuntamente con el tema erótico, intentan incorporar elementos tomados de la metafísica oriental, preferentemente del budismo. II. Débense suprimir los pasajes señalados en las páginas 2 (expresión soez), 16 (tres, especialmente irreverentes), 46-57 (tendencioso), 58 (expresión soez), 63 (soez e irreverente), 75 (obsceno), 95 (tendencioso pro marxista), 98 (obsceno y atroz). Conviene hacer notar que la numeración de las galeradas salta de la 46 a la 57. III. Con las supresiones precitadas el libro PUEDE AUTORIZARSE.

El segundo censor escribió a mano sobre el informe del anterior que “De los pasajes arriba señalados creo que sólo merecen tachaduras los de las págs. 16, 57-58 y 95. Los marcados como ‘obsceno y atroz’ en la página 98 es un hecho histórico. Cabe tachar asimismo lo indicado en las páginas 6 y 13-14” (de nuevo la paginación se refiere a las galeradas). Pero ni se suprimió el “chillen putas” del poema “Las palabras”, ni en el largo poema “Piedra de sol” se eliminaron los fragmentos marcados por el censor: tanto la estrofa que comienza “Madrid, 1937” (en donde hace referencia a los bombardeos de Madrid durante la Guerra Civil), como los versos: “el Jefe, el – 17 –


tiburón, el arquitecto / del porvenir, el cerdo uniformado”, o, más adelante, los versos “amar es desnudarse de los nombres: / ‘déjame ser tu puta’, son las palabras / de Eloísa, más él cedió a las leyes, / la tomó por esposa y como premio / lo castraron después”. Tampoco desapareció el verso “una prostituta bella como una papisa” del poema “Noche en claro”, o la referencia al Che Guevara (“La muerte del comandante Guevara / también es ruptura”) que hace en el poema “Carta a León Felipe”. Finalmente la censura consiguió mutilar dos poemas. El censor, como si cumpliera un ajuste de cuentas pospuesto casi dos décadas, volvió a fijarse en el poema “El prisionero”, dedicado a D.A.F. de Sade (que ya había sido señalado como peligroso por el censor que leyó Libertad bajo palabra). En las galeradas presentadas tachó con ferocidad las palabras “de Dios” del verso “esos delicados instrumentos de cirugía para extirpar el chancro de Dios”. La otra mutilación recayó en la décima sección del poemario “Trabajos del poeta” del libro ¿Águila o Sol? (1949-1950); aquí el censor tachó las palabras que, a continuación, aparecen en negrita: Para execrar, exasperar, excomulgar, expulsar, exheredar, expeler, exturbar, excorpiar, expurgar, excoriar, expilar, exprimir, expectorar, exulcerar, excrementar (los sacramentos), extorsionar, extenuar (el silencio), expiar. (…) Ronda, se insinúa, se acerca, se aleja, vuelve de puntillas y, si alargo la mano, desaparece, una Palabra. Sólo distingo su cresta orgullosa: Cri. ¿Cristo, cristal, crimen, Crimea, crítica, Cristina, criterio? (...)

◄ (03) 50 66/03042-04712 Expediente de depuración de la obra La Centena de Octavio Paz. – 18 –

Ni las expresiones “de Dios”, “los sacramentos” y “Cristo” se encuentran en la primera edición de La centena que se acabó de imprimir en septiembre de 1969. En su lugar, el lector encuentra los huecos de las palabras ausentes y algunos restos tipográficos: una coma colga– 19 –


da en la página 19, un paréntesis y una interrogación vacíos, ambos en la página 43. El libro, diseñado por Julio Vivas y del que se publicaron seis mil ejemplares, obtuvo el éxito que Carlos Barral esperaba para el que también era primer libro publicado por su editorial. Barral le había comunicado en una carta enviada al jefe de los censores y director general de Cultura Popular, Carlos Robles Piquer, su deseo de crear una editorial destinada a “desacralizar la poesía y a incrementar la fluidez de su circulación en un país como el nuestro que, como he dicho tantas veces en declaraciones y entrevistas, se caracteriza por la multiplicidad de minorías literarias cultas y dispersas”. En 1969, Barral Editores convocó el Premio Maldoror, de cuyo jurado se nombró presidente honorario a Octavio Paz, que también recibió este galardón en su primera convocatoria. En 1970, Barral Editores publicó la antología realizada por Octavio Paz y Eikichi Hayashiya del poeta japonés Matsuo Basho titulada “Sendas de Oku”. De La centena se publicó en 1972 una segunda edición de tres mil ejemplares. Para esta reedición no hubo más corrección que el cambio de lugar, de una página en el interior a la contraportada, de la escueta biografía de Octavio Paz en donde se decía, sin dar más explicaciones, que: “En 1937 estuvo en España”. En el texto escrito por Octavio Paz para el homenaje que se tributó a Carlos Barral en 1992, recuerda que le conoció “hacia 1950 o 1951 gracias a un español desterrado que vivía en mi país, un escritor amigo y que fue un puente entre los escritores mexicanos y españoles: Max Aub”. Barral fue un gran polemista que peleó para que la censura no cercenara, o lo hiciera lo menos posible, los libros publicados por su editorial. Eso le costó numerosos en– 20 –

frentamientos con el poder y también con sus propios socios cuando todavía permanecía en la editorial Seix Barral. Después, al frente de su sello Barral Editores, continuó las discusiones con Robles Piquer, duro jefe de censores al que no era fácil convencer para que atenuara las multas y las denuncias, como demuestra que prohibiera la publicación de la novela de Juan Marsé, Si te dicen que caí, cuya primera edición se publicó en México en 1973. Es conocida la carta que Robles Piquer escribió a Mario Vargas Llosa en donde le aseguraba que “la censura de libros puede servir, y de hecho sirve para proteger de ello [de las manifestaciones pseudoliterarias] a los auténticos escritores” (Prats Fons 2004). La intervención de lo fortuito, a la que tanto debe la creación poética de Octavio Paz, le llevó a coincidir con Robles Piquer cuando ambos, el primero como ganador del Premio Cervantes 1981, y el segundo como presidente del antiguo Instituto de Cooperación Iberoamericana, formaron parte del jurado que otorgó el Premio Cervantes 1982 al poeta granadino Luis Rosales. Tras La centena, la censura franquista puso la obra de Paz bajo estricta vigilancia. Por eso no extraña que la editorial Seix Barral hiciera lo indecible para evitar las trabas de la censura cuando en 1971 decidió publicar Las peras del olmo. En una de las cartas que Octavio Paz envía a mediados de 1971 (la única de ese año) a su amigo el poeta y editor Pere Gimferrer, le dice que le manda “el contrato de Las peras del olmo. Por cierto, les pido a ti y a Juan Ferraté [en ese momento director literario de Seix Barral] que me digan si están de acuerdo con las supresiones de Las peras del olmo” (Carta de 14 de junio de 1971; Gimferrer 1999:34). – 21 –


◄▲ (03) 50 66/03042-04712 Galerada y página de la obra La Centena. Octavio Paz. – 22 –


◄▲ (03) 50 66/03042-04712 Galerada y página de la obra La Centena. Octavio Paz.


El censor de este libro fue el conocido padre Vázquez, un sacerdote dominico obsesionado con la literatura infantil, que escribió en su informe: Las peras del olmo de Octavio Paz: una recopilación de textos críticos en cuya primera parte el autor hace un estudio en torno a la poesía mejicana, deteniéndose en la contemporánea, así como otro sobre la figura de Sor Juana Inés de la Cruz, Tablada y Gorostiza. En la segunda, sobre la literatura actual japonesa, el surrealismo, Buñuel, Machado, Miguel Hernández… etc. He subrayado las páginas 170 relacionadas con Machado y la 178 con Miguel Hernández. El resto no tiene nada que objetar. Aceptado.

Los párrafos marcados en rojo por el censor eran los siguientes: El resto: Iglesia, Aristocracia, Milicia: el Pasado –es una estructura hueca que, por su pertenencia misma de intemporalidad, oprime y mutila al presente vivo, a la España popular y tradicional. (pg. 170).

▲(03) 50 Censura Literaria 73-01424-12251 Portada del libro Las Peras del Olmo. Octavio Paz.

En una cárcel de su pueblo natal, Orihuela, ha muerto Miguel Hernández. Ha muerto solo, en una España hostil, enemiga de la España en que vivió su juventud, adversaria de la España que soñó su generosidad. Que otros maldigan a sus victimarios; que otros analicen y estudien su poesía. Yo quiero recordarlo. (pg. 178).

Es posible que se llegara a un acuerdo entre Seix Barral y la censura que permitiera la publicación de Las peras del olmo sin modificar los párrafos señalados, pero que no se incluyera el texto “Aniversario español”. Además de la ya comentada edición de Las peras del olmo, en 1971 se publicaron otros dos libros de Paz. En el primero, Los signos en rotación y otros ensayos (Alianza Editorial), el censor encontró algunas expresiones problemáticas contenidas en el ensayo “La novia y sus solteros”, escrito a partir de la pieza – 26 –

► (03) 50 Censura Literaria 73-01424-12251 Expediente de depuración de la obra Las peras del olmo. Octavio Paz.


de Marcel Duchamp, “La novia desnudada por su solteros”. Todas las referencias a la Virgen (“una alegoría de la Asunción de la Virgen”; “la Virgen”; o “un cuadro de la Asunción de la Virgen”) fueron tachadas por el censor. En su informe, el censor escribe: “junto a su marxismo hay que señalar las referencias a la religión como creación cultural humana (hay un agnosticismo total) que tampoco pretende ser proselitista pero que surge constantemente como idea”. Cuando en 1973 Círculo de Lectores quiso publicar de nuevo esta obra, el censor, que no había logrado meter la tijera en la primera edición, volvió a la carga señalando como “constitutivas de delito” las mismas expresiones referidas a la Virgen. En su opinión, “tales pasajes, aunque en un contexto enteramente alegórico, contienen referencias demasiado claras a Dios y a la Virgen que resultan irreverentes y hasta blasfemas”. Cuando Círculo protesta por los problemas que producen esas correcciones con la impresión (en carta enviada por Círculo de Lectores el 28 de junio de 1973 se lee: “ya que los trabajos de dicha obra están muy adelantados por creer no existirían dificultades para su publicación”), el censor responde que: “Es una razón muy pueril pues la supresión de cinco frases muy breves –en parte bastaría suprimir las mayúsculas– no causa trastorno tipográfico apreciable en ninguna parte”. Los censores ocupaban el escalafón más bajo de la estructura represiva franquista y sus opiniones no siempre eran tenidas en cuenta. Este libro, como sucedió en otras ocasiones, fue autorizado por el director general mediante el “silencio administrativo”. La censura lograba a medias su propósito; cuando no mutilaba las obras se conformaba con demorar su publicación. La solicitud de reedición la presentó Círculo de Lectores en abril de 1973 y la autorización de impresión no – 28 –

llegó hasta año y medio más tarde, a fines de septiembre de 1974. El otro libro publicado en 1971 fue Traducción: literatura y literalidad (Tusquets Editores), cuyo primer título según el documento enviado a censura era “Ensayos poéticos”. La editorial no pudo evitar que el ensayo “Un poema de John Donne” sufriera la mutilación y corrección por parte de la censura. Este texto de Paz, que se publicaba por primera vez en España, ya había formado parte de los ensayos reunidos en Puertas al campo (1966) editado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En el informe que el censor escribió señala una página en la que había marcado unas líneas con dos tachaduras: ▲(03) 50 Censura Literaria 66-05926-08040 Portada del libro Traducción Literatura y realidad. Octavio Paz.

el poeta propone que se transporte a ese planeta la Compañía de Jesús para que allá propague la herejía papista. Cuenta que en el infierno San Ignacio de Loyola ha sido elegido general de la Compañía de los Réprobos, no sin la envidia de seis rivales que aspiraban a ese puesto: Copérnico, Paracelso, Maquiavelo, Aretino, Cristóbal Colón y el hoy olvidado Felipe Nerius.

Y un poco más adelante No es extraño que muchos hayan visto con desconfianza la conversión de Donne. Aunque en su juventud fue escéptico y libertino, cultivó siempre las amistades que podrían acercarlo al poder.

► Páginas siguientes: (03) 50 Censura Literaria 66-05926-08040 Galerada y página de la obra Traducción: Literatura y realidad. Octavio Paz.

En el expediente de censura figura una reescritura de estos párrafos. La censura, que siempre actuó como defensora a ultranza del catolicismo español, no toleraba que se calificara como “el hoy olvidado” a Felipe Neri; de modo que hubo que sustituirlo por “San Felipe Neri”. La segunda tachadura se arregló reescribiendo el párrafo sospechoso, que, como se puede ver en la edición publicada por Tusquets (página 24), quedó de la siguiente forma: – 29 –



censor dice que es de “carácter estrictamente literario, su contenido no ofrece objeción”; y El mono gramático en donde el censor llama la atención por las “descripciones de las páginas 62 y 73-74. No hay otra cosa señalable en el libro y, aunque la primera descripción sobre todo es fuerte, estimo que por sí sola no tiene entidad suficiente para influir negativamente en el depósito. Autorizado”. También publica ese año Seix Barral la segunda edición de Las peras del olmo, en la que tampoco se incluye el texto “Aniversario español”.

En sus mocedades fue escéptico y libertino pero la misma audacia de sus opiniones y gestos –alianza de inteligencia y desafío, ingenio y agresividad– le conquistaron amigos en un círculo brillante y cercano al poder.

En la edición española de Puertas al campo (Seix Barral, 1972) se recuperó el texto de la edición mexicana de 1966, excepto que en vez del “hoy olvidado Felipe Nerius” se lee “San Felipe Neri”. En su informe, el censor señala que: En la primera parte de la obra se recopilan distintos artículos sobre crítica literaria; mientras que en la segunda parte, dichos artículos tienen como tema el arte. Aun cuando hay referencias a escritores españoles de la generación del 98 y del 27 –Unamuno, Valle Inclán, Machado, Lorca, Jorge Guillén…– no existe alusión ni ataque al actual sistema político español. Autorizable.

En 1973 la editorial Lumen publica Solo a dos voces, conversación entre Julián Ríos y Octavio Paz. Tampoco el censor encontró problemas en este libro que no contenía “referencias políticas o ideológicas, únicamente pueden citarse algunas frases en que se critica duramente la sociedad creada en Rusia por el comunismo”. En 1974 se publica Teatro de signosTransparencias (Fundamentos); el censor reconoce en su informe “que no sé de qué se trata. Todo pura forma. Como traducir a prosa una poesía de Góngora quitándole toda erudición mitológica. Mejor, sustituyéndola por los cultos eróticos de las religiones hindúes. Todo confuso, sin aludir a nada en concreto”. A mano, otro censor escribe que “por la portada no es autorizable y cabe la denuncia”; sin embargo el libro se publicó sin modificación. Ese año también aparecen dos primeras ediciones en Seix Barral: Los hijos del limo, de la que el – 32 –

▲ (03) 50 Censura Literaria 73-04092-05442 Portada del libro Teatro de Signos. Octavio Paz.

En 1975, la censura, que estaba dando sus últimos latigazos, volvió a ocuparse de Paz. En este caso, no de uno de sus libros sino de la revista Plural que dirigía desde su fundación en 1971. En una de las cartas enviadas a Gimferrer se lamenta Paz de que “la censura se ha negado a autorizar la libre circulación de Plural en España. Es escandaloso. Hace varios meses que forcejeamos con las autoridades españolas –a través de nuestro distribuidor en el extranjero: el Fondo de Cultura Económica, que tiene sucursales en Barcelona y en Madrid. Ahora, cansados, preparamos una protesta pública” (Carta de Paz a Gimferrer de 18 de septiembre de 1975; Gimferrer 1999:90-91). Todavía en diciembre de 1976 fue necesario que el censor revisara el poemario Vuelta que fue publicado por Seix Barral. En su escrito el censor demuestra sus dotes como crítico: “Poesía surrealista. Pero no como la de Lorca –cuando es surrealista puro– que es cálida, sino seca y raspante. No dudo de que tenga mérito. Pero a mí no me ha gustado. Desde el punto de vista jurídico-administrativo, nada que señalar. Hay alusión a la iglesia histórica (pág. 77), que hoy puede encontrarse –cien mil veces más dura– en cualquier ‘Hoja Parroquial’ (si es que siguen existiendo)”. – 33 –


El trato severo que sufrió la obra de Octavio Paz por parte de la férrea censura franquista se encuentra documentado en los expedientes de censura conservados en el AGA para infamia de aquella mordaza y aprendizaje de las generaciones futuras.

III. Libertad En 1982 Octavio Paz viaja a España para recibir el 23 de abril el Premio Cervantes de Literatura en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá. Durante su estancia, Paz visita el Ateneo de Madrid, institución cultural que en 1982 había recuperado su capacidad de autogobierno y en la que el poeta había pronunciado en 1937 la conferencia “El movimiento literario en México y la Revolución mexicana”. En su visita a la Docta Casa Octavio Paz estuvo acompañado de su esposa Marie José Tramini, del poeta Luis Rosales (que sería galardonado con el Premio Cervantes en la edición de ese año), del arquitecto Fernando Chueca Goitia, presidente del Ateneo, y de varios miembros de su junta directiva, entre ellos, Julián Marías, Miguel Martínez Cuadrado o Mabel Pérez-Serrano.

◄ (03) 50 Censura Literaria 73-04092-05442 Informe del libro Teatro de Signos. Octavio Paz. – 34 –

Octavio Paz visitó la biblioteca del Ateneo, en donde pudo hojear alguno de sus tesoros, como los volúmenes de la primera edición de la Encyclopédie de Denis Diderot y Jean d’Alembert. También mantuvo un encuentro con el poeta y crítico Dámaso Alonso, que había sido galardonado con el Premio Cervantes 1978 y que en esos momentos era director de la Real Academia Española. – 35 –


En una de las fotografías se puede ver a un emocionado Octavio Paz estrechando las manos de Dámaso Alonso, a quien consideraba uno de sus maestros y cuya Antología de la poesía medieval y tradicional, fue un libro “que llevé conmigo durante años y años. La poesía medieval me reveló la versificación irregular, algo que influyó en mi concepción del verso libre y del ritmo poético en lengua española” (Paz 2005). De su paseo por el Ateneo se conserva el reportaje gráfico en el Archivo Alfonso, que fue adquirido por el Ministerio de Cultura en 1992 y que se encuentra depositado en el AGA.

◄► De izq a derecha y de arriba abajo. (03) 124.2 Archivo del Estudio Fotográfico Alfonso-Gran Vía. Visita recepción a Octavio Paz, Premio Cervantes. 1982. Ateneo de Madrid. 110660 / 110686 / 110681 / 11068 – 36 –

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Bibliografía ABELLÁN, Manuel L. (1980). Censura y creación literaria en España. 1939-1976. Península. Barcelona. CAMUS, Albert (1951). “Para Europa y para nosotros, a menudo sin darnos cuenta, vosotros españoles, habéis sido, y sois, maestros de libertad”. Solidaridad Obrera (París). 4 agosto 1951. GIMFERRER, Pere (1999). Memorias y palabras. Cartas a Pere Gimferrer, 1966-1997. Seix Barral. Barcelona. PAZ, Octavio. (1957). “La poesía de Carlos Pellicer”. 95-104; en: Las peras del olmo. Octavio Paz. Imprenta Universitaria. México. ◄▼(03) 124.2 Archivo del Estudio Fotográfico Alfonso-Gran Vía. Visita recepción a Octavio Paz, Premio Cervantes. 1982. Ateneo de Madrid. 110647 / 110636

(1979). El ogro filantrópico. Seix Barral. Barcelona. (1989). “Acto de inauguración. Intervención de Octavio Paz”. 38-46; en: Congreso Internacional de Intelectuales y Artistas. Vol. I. Joan Àlvarez Valencia (recopilador). Generalitat Valenciana. Valencia. (2005). “Octavio Paz: poesía y metafísica”. 430448; en: Obras Completas. Vol. VIII. Miscelánea. Círculo de Lectores. Barcelona. PRATS FONS, Nuria (2004). “La censura ante la novela hispanoamericana”. 189-218; en: La llegada de los bárbaros. Joaquín Marco y Jordi Gracia. Edhasa. Barcelona. RUIZ BAUTISTA, Eduardo (2008). “La larga noche del franquismo”. 77-109; en: Tiempo de censura. La represión editorial durante el franquismo. Eduardo Ruiz Bautista (editor). Trea. Gijón.

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obras de Octavio Paz CON Expedientes de Censura CONSERVADOS EN EL ARCHIVO GENERAL DE LA ADMINISTRACIÓN Importación: 1. Libertad bajo palabra, Fondo de Cultura Económica, México, 1949. (Expediente de importación: 10 julio 1950). 2. ¿Águila o Sol?, Tezontle, México, 1951. (Expediente de importación: 17 marzo 1952). 3. Semillas para un himno, Tezontle, México, 1954. (Expediente de importación: 17 marzo 1955). 4. El arco y la lira, Fondo de Cultura Económica, México, 1956. (Expediente de importación: 17 julio 1956). Ediciones publicadas en España 5. La Centena, Barral Editores, Barcelona, 1969. (Expediente de censura: 22 abril 1969). La segunda edición se publica por Seix Barral en 1972. (Expediente de censura: 10 febrero 1972). 6. Solo a dos voces. Octavio Paz/Julián Ríos, Lumen, Barcelona, 1973. (Expediente de censura: 7 de marzo de 1973).

primer título “Ensayos poéticos” para el que se presentó a censura el 11 de agosto de 1970. Con el título final se presentó el 14 septiembre 1971). 9. Las peras del olmo, Seix Barral, Barcelona, 1972. (Expediente de censura: 13 diciembre 1971). La segunda edición se publicó por Seix Barral en 1974. (Expediente de censura: 13 julio 1974). 10. Puertas al campo, Seix Barral, Barcelona, 1972. (Expediente de censura: 22 abril 1972). 11. Teatro de signos-Transparencias, Seix Barral, Barcelona, 1974. (Expediente de censura: 8 mayo 1974). 12. Los hijos del limo, Fundamentos, Madrid, 1974. (Expediente de censura: 14 octubre 1974). La segunda edición se publica por Seix Barral en 1975. (Expediente de censura: 22 de enero 1975). 13. El mono gramático, Seix Barral, Barcelona, 1974. (Expediente de censura: 24 de octubre de 1974). 14. Vuelta, Seix Barral, Barcelona, 1976. (Expediente de censura: 1 diciembre de 1976).

7. Los signos en rotación y otros ensayos, Alianza Editorial, Madrid, 1971. (Expediente de censura: 15 julio 1971). La segunda edición realizada por Círculo de Lectores en 1973. (Expediente de censura: 17 abril 1973). 8. Traducción: Literatura y Literalidad, Tusquets Editores, Barcelona, 1971. (Este libro tuvo un – 40 –

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Octavio Paz: Guerra, Censura y Libertad Documentos en el Archivo General de la Administración (AGA)

Archivo General de la Administración (AGA). Paseo de Aguadores, 2 28801-Alcalá de Henares. Del 17 de febrero al 20 de marzo de 2015. Entrada libre. De lunes a viernes, de 10:00 a 14:30 horas. Sábados, domingos y festivos, cerrado.

Organizan: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Secretaría de Estado de Cultura. Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas. Archivo General de la Administración. Universidad de Alcalá. Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Relaciones Institucionales. Instituto de Estudios Latinoamericanos (IELAT) de la Universidad de Alcalá. Embajada de México en España. Instituto Cultural de México en España. Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid. Programa Centenario de Octavio Paz. (1914- 2014).


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