Programa de mano, OSUG, 3 - 1ra Temp, 2024

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Viernes 1° de marzo

20:00 horas Teatro Principal Guanajuato

PRIMERA TEMPORADA 2024

DESDE EL CONO SUR

Juan Carlos LOMÓNACO, director invitado Rodrigo MATA, contrabajo

Tangazo

Variaciones sobre Buenos Aires (1969)

Astor PIAZZOLLA (1921-1992)

Concierto para contrabajo y orquesta de cámara, no. 1* 2012; rev. 2022 (orquestación original)

Andrés MARTÍN (n. 1981)

I. Tangueramente. Tango

II. Nocturno. Neblinoso – Andante – Moderato –Meno – Andante

III. Allegro obsesivo. Con brio

INTERMEDIO

Danzas del ballet Estancia Op. 8a (1941)

Alberto GINASTERA (1916-1983)

I. Los trabajadores agrícolas

II. Danza del trigo

III. Los peones de la hacienda IV. Danza final: Malambo

El sombrero de tres picos, Suite no. 1 (1919-1921)

Manuel de FALLA (1876-1946)

I. Introducción – La tarde (Mediodía)

II. Danza de la molinera. Fandango

III. El corregidor

IV. Las uvas

El sombrero de tres picos, Suite no. 2 (1919)

Manuel de FALLA (1876–1946)

I. Los vecinos. Seguidillas

II. Danza del molinero. Farruca III. Danza final. Jota

*Estreno en Guanajuato

Programa / DESDE EL CONO SUR 3 Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato 14’ 26’ 12’ 14’ 12’

ÁSTOR PIAZZOLLA (1921-1992)

Tangazo

Si se le pregunta a un argentino qué es un Tangazo, contestará rápidamente que es una de las más notables obras de concierto de Ástor Piazzolla. Si se hace la misma pregunta a cualquier otro latinoamericano, responderá sin duda que un tangazo es el espectáculo de ficticio dolor y exagerada agonía que representa un futbolista argentino sobre el césped de cualquier cancha del mundo ante el menor contacto físico con un miembro del otro equipo. Al margen de esta diversidad de percepciones, lo cierto es que en el Tangazo está uno de los ejemplos más claros y depurados de una de las facetas más importantes y atractivas de la labor creativa de Ástor Piazzolla: su sólida, infalible intuición para combinar lo mejor y más representativo del alma popular del tango con lo más clásico y tradicional de la música de concierto. Lo maravilloso del caso es que de la combinación de estos dos elementos Piazzolla extrajo un lenguaje y una sonoridad que son inconfundiblemente suyos, y al mismo tiempo, inconfundiblemente modernos. Respecto a la feroz polémica que causó (y sigue causando) la música de Piazzolla en los círculos purista del tango, vale la pena repetir, una vez más, una sincera invitación: aquellos muchachos de antes que afirman que Piazzolla le faltó al respecto al tango, quienes insisten en que Piazzolla desvirtuó su esencia, quienes se aferran a la idea de que lo que Piazzolla hacía no era tango, están cordialmente invitados a quedarse varados para siempre en el año de 1935, mirando con ojos húmedos la fotografía del recientemente fallecido Carlos Gardel, según ellos, el último representante del “auténtico tango”.

El Tangazo de Piazzolla se inicia en un ambiente inesperadamente lento y oscuro, casi lúgubre, en el registro grave de las cuerdas. A pesar de este inicio poco ortodoxo, de inmediato se percibe la vena sentimental (aunque altamente estilizada) de la pieza. El material planteado por Piazzolla al principio de la obra va ascendiendo poco a poco hacia registros más agudos en las cuerdas; en el contexto de un discurso que poco a poco va dejando surgir sus raíces de tango, la armonía planteada por el compositor es de cualidades básicamente agridulces. Después de una larga introducción en el estilo descrito, que funciona a manera de preludio, Piazzolla entra de lleno al Tangazo propiamente dicho. El tempo se vuelve más vivo y las cuerdas comienzan a invitar a los demás instrumentos de la orquesta: después de un par de gestos sonoros inconfundiblemente piazzollianos (¿así se dice, o piazzolleanos?), que recuerdan la sonoridad de su famoso quinteto, el compositor propone sucesivos episodios protagónicos para el oboe y la flauta, acompañados por el resto de la orquesta. La intervención del fagot señala otro cambio de ánimo: el Tangazo se vuelve lento de nuevo y después de un puente ricamente coloreado viene un bello y lánguido solo de corno, complementado por la flauta. Por debajo de la gran textura que sigue, encabezada por las cuerdas, Piazzolla propone figuras rítmicas típicas de sus tangos. El corno vuelve a destacar hacia el final del episodio, y una pausa general sirve para dar paso, de nuevo, al oboe y su melancólica melodía, retomada de inmediato por el clarinete y comentada ampliamente por el corno. Una nueva pausa: vuelve el oboe, pero ahora vivo, pícaro y juguetón, con acompañamiento percusivo. Vienen después otros instrumentos de aliento, en un discurso imitativo, en el espíritu contrapuntístico de una pequeña fuga, y la textura crece hasta abarcar a toda la orquesta. Nueva pausa, y Piazzolla propone un breve episodio de cierto dramatismo, acentuado por el xilófono, y el Tangazo concluye, casi inesperadamente, con dos callados acordes.

Después de la descripción pormenorizada de la música, les ofrezco ahora una referencia que, aunque meramente anecdótica, no deja de ser interesante. Hace algunos años, el director de orquesta Michael Tilson Thomas grabó un buen disco compacto con ocho obras de música latinoamericana de concierto, entre las que está el Tangazo de Piazzolla. Debido sin duda al atractivo de esta obra, Tilson Thomas escogió como título general del disco, precisamente, Tangazo. ¿El resto del

repertorio? La Sinfonía india de Carlos Chávez, el Danzón cubano de Aaron Copland, la Rítmica V y la suite de La rebambaramba de Amadeo Roldán, Sensemayá de Silvestre Revueltas, las danzas del ballet Estancia de Alberto Ginastera y las Tres danzas cubanas de Alejandro García Caturla. Desde el punto de vista de la información, el folleto que acompaña al CD no es muy elocuente, pero algo se puede sacar de él. La nota, firmada por Simon Wright, concluye con este párrafo:

La quinta esencia de la vida latinoamericana, reconocida y amada sin duda por todos los compositores de este disco está sublimada en el anhelo agridulce del tango argentino, sensual, nostálgico, y que llega directamente al corazón. El Tangazo de Ástor Piazzolla, un estudio de concierto basado en el sinuoso pulso del tango, se escuchó por primera vez en 1988, y captura con elegancia el ánimo de la más célebre danza de América Latina.

ANDRÉS MARTÍN (1981)

Concierto no. 1 para contrabajo y orquesta

Tangueramente

Nocturno

Allegro obsesivo

Historia de dos ciudades: Buenos Aires, en la que nació, y Tijuana, que lo adoptó.

Historia de tres oficios: contrabajista, compositor y diseñador de instrumentos.

Si bien hay otras cosas en el perfil biográfico de Andrés Martín, lo anotado arriba sirve para hacerse una idea clara de su identidad. Al paso de más de dos décadas de residir en Tijuana, Martín afirma que esa ciudad se convirtió en el eje de su vida musical: ahí estudió composición, ahí se inspiró para componer, ahí ha escrito toda su música. A sabiendas de que su instrumento sufre de una especie de discriminación y desconocimiento (por numerosas razones que es difícil abordar aquí), Andrés Martín decidió poner su granito de arena para remediar esta situación; comenzó organizando pequeñas reuniones de contrabajistas y, como suele ocurrir con las semillas nobles, ésta dio frutos, y al poco tiempo ya se había instaurado el Encuentro Latinoamericano de Contrabajos. Dato importante en su hoja de vida: su pertenencia, de ya larga data, a la Orquesta de Baja California.

Ahora bien… el camino al contrabajo no fue directo; tuvo algunas escalas previas, fomentadas principalmente por su padre, quien lo puso en contacto, primero con la guitarra. En una entrevista para el diario The San Diego Union Tribune, el músico hizo estos comentarios:

Cuando estaba en el mundo de la guitarra había muchas cosas, mi aspiración era poder tener un lugar pequeño en un mundo gigante. En el mundo del contrabajo sentí que había mucho por innovar y sentí que aquí había más espacio para mí; me fui ganando un lugar en el mundo del contrabajo... Y mis sueños de rockstar, de tocar para miles de personas y de viajar, se me cumplieron en la música clásica.

La tercera faceta de su trayectoria, la de diseñador de instrumentos, no es menos interesante que su perfil de contrabajista/compositor. En el año 2018, una importante empresa constructora de instrumentos de cuerda lo buscó para pedir su participación en el diseño de un contrabajo más flexible, más adaptable para todo tipo de intérpretes, y que no perdiera su esencia y sonoridad. ¿Qué propuso Andrés Martín? Él mismo lo dice, con estas palabras:

Se me ocurrió pensar en un instrumento que sea engañosamente pequeño, repartir el volumen de la caja de una forma más cónica que cuadrada, que la forma superior

del instrumento sea muy pequeña, que se toque con comodidad y aprovechar la parte de abajo para agregarle volumen, para que el instrumento siga teniendo el volumen de una caja grande, también respetando lo que se debe hacer para tener un buen instrumento, un instrumento cómodo y que suene grandote y aparte que sea hermoso. Y estoy muy feliz con el resultado.

El Concierto no. 1 para contrabajo y orquesta de Andrés Martín es su primera obra en formato grande y su primer concierto como solista. Su catálogo incluye, además, otros dos conciertos para contrabajo, dos para violoncello y uno para violín; su producción para contrabajo solista ronda las 85 partituras. y está concebido en los tres movimientos tradicionales. El primer movimiento inicia con una introducción profunda y oscura, que da paso a un perfil inconfundible de tango que, cuyo estilo bien pudiera colocarse a medio camino entre Carlos Gardel (1890-1935) y Ástor Piazzolla (1921-1992). En este tango para contrabajo se alternan episodios melancólicos con otros de un sabor que tiende más a lo expansivo, casi tropical. La cadenza de este movimiento sirve como parteaguas entre dos de estos episodios de expresión diversa. El final del movimiento tiende a lo melancólico.

En el segundo movimiento, el compositor retoma ese ambiente melancólico y lo lleva hasta lo contemplativo, planteando para el contrabajo solista un acompañamiento orquestal de cualidades colorísticas, más que rítmicas o expresivas. En este movimiento Andrés Martín coloca otra cadenza para el contrabajo solo, después de la cual es el solista quien conduce, sin interrupción, al movimiento final, más veloz y extrovertido que el primero, y en el que hay una participación más destacada de la orquesta. A la mitad del movimiento, el compositor ha dado al contrabajo solista un episodio técnicamente exigente, a la manera de un breve moto perpetuo. De ahí, a un final poderoso compartido por solista y orquesta. Dice Andrés Martín sobre este concierto suyo:

Es una obra expresiva que se nutre tanto de raíces de la música de concierto (clásica) como de la música popular (tango, rock, latino) y que lleva la técnica del contrabajo a un alto nivel de exigencia, cubriendo todo su registro y explotando muchas de sus posibilidades expresivas como instrumento solista.

Compuesto en 2012, el Concierto no. 1 de Andrés Martín se ha convertido en una pieza estándar y muy popular del repertorio moderno, y ha sido designado como obra obligatoria en varios concursos internacionales de contrabajo, así como en audiciones del instrumento. Además, es materia de estudio en conservatorios y facultades de música alrededor del mundo. Su estreno ocurrió en Tijuana en noviembre de 2012 con el propio Martín como solista y la Orquesta de Baja California dirigida por Eduardo García Barrios, en el marco del Encuentro Latinoamericano de Contrabajos. Por cierto: aquel contrabajo que Andrés Martín diseñó hoy lleva su nombre.

Danzas del ballet Estancia, Op. 8a

Los trabajadores agrícolas

Danza del trigo

Los peones de hacienda Danza final: Malambo

El español (o castellano, para decirlo con más propiedad) es, como idioma de toda una cultura, un auténtico elemento unificador entre los pueblos que lo hablan, fundamentalmente España y los países de Hispanoamérica. Sin embargo, unificar no quiere decir uniformar, y dentro de su identidad claramente establecida, el castellano es un idioma con tantas variantes como pueblos lo hablan. Así, el castellano que se habla en Andalucía no es el mismo que se escucha en Chihuahua; el idioma

ALBERTO GINASTERA (1916-1983)

que se usa en Managua no es igual al utilizado en Santiago. De modo más específico, vale decir que el castellano que se habla en México (con sus propias variantes regionales) no es, ni mucho menos, el mismo que se habla en la pampa argentina. Así, lo que allá conocen como choclo, aquí lo conocemos como elote. Si allá dicen facón, acá entendemos puñal; si un gaucho habla de un boliche, sabemos que se refiere a una tienda rural, y cuando ese gaucho se mete a una pulpería, un ranchero mexicano entra a una cantina. Del mismo modo, a lo que en México conocemos como una hacienda, en Argentina le llaman estancia, y es justamente este concepto el que está encerrado en el título y en la música del ballet Estancia, una de las obras más representativas de Alberto Ginastera en el período en el que su música todavía aludía de modo directo a elementos claramente nacionales, distintamente argentinos.

Si bien el lenguaje musical de Ginastera fue evolucionando sólidamente, pasando del nacionalismo abierto al neoimpresionismo, después al serialismo estricto y más tarde a un estilo personal liberado ya de cadenas rigurosas, hay muchas obras suyas, de todas sus épocas, que tienen referencias claramente nacionales. Entre ellas vale la pena citar Panambí, El Fausto criollo, Ollantay, Impresiones de la puna, Pampeanas, Danzas argentinas, Danzas criollas. Y entre todas ellas, la música del ballet Estancia ocupa un lugar muy especial, no sólo por el hecho de ser una de las obras más ricas y evocativas del catálogo de Ginastera, sino también porque en sus imágenes sonoras está representada con singular poder la vasta, enigmática pampa argentina.

En el año de 1941 Ginastera compuso la música para Estancia por encargo de una compañía estadunidense, el American Ballet Caravan. Cuando el compositor puso manos a la obra, tenía en mente diversas escenas rústicas de las pampas, y en su momento, no había otro compositor más calificado para tal empresa. Ginastera terminó la obra puntualmente de acuerdo al encargo, pero el American Ballet Caravan se disolvió en 1942, de modo que el ballet tuvo que esperar un tiempo para ser estrenado. El 12 de mayo de 1943, en el famoso Teatro Colón de Buenos Aires, se tocó la suite del ballet Estancia, y el ballet completo fue estrenado como tal hasta el 19 de agosto de 1952, en el mismo escenario de la capital argentina. Para tener una idea de qué tan cerca está la música del ballet Estancia de la verdadera esencia tradicional de la Argentina, vale la pena leer lo que al respecto escribió Gerard Béhague en su excelente libro sobre la música de América Latina:

Estancia parece ser la más claramente nacionalista de las obras del período ‘objetivo’ de Ginastera. La inclusión de fragmentos recitados y cantados del poema Martín Fierro conecta de inmediato esta obra con las pampas. Además, la climática sección final de la obra, titulada Malambo, se deriva de una vigorosa danza del mismo nombre que siempre se ha identificado con los gauchos, en especial en ciertas competencias llamadas justas. Hoy extinto en la tradición folklórica, el malambo se caracterizaba por un movimiento rápido y constante en octavos de nota, dentro de un ritmo de 6/8.

Como imagen sonora adicional a lo dicho por Béhague, puede acotarse que este Malambo final de la música del ballet Estancia contiene elementos que lo acercan mucho a las últimas páginas de la Sinfonía india (1935) de Carlos Chávez (18991978). En ambos finales es claramente identificable la cercanía de los compositores a su tierra natal, no tanto en la cita precisa de referencias folclóricas, sino en la herencia latina y americana plenamente asumida. Esta herencia habría de hacerse evidente, en maneras más sutiles que en Estancia, aún en las obras más avanzadas de Ginastera, como por ejemplo en su espléndida ópera Bomarzo (1967). Diez años antes del estreno de Bomarzo y cinco años después del estreno del ballet Estancia, el escritor y crítico cubano Alejo Carpentier decía, refiriéndose a Ginastera:

Sin hacer alarde de su dominio de los recursos de la técnica actual, y aspirando más bien a que el oyente se olvide de la presencia de un procedimiento determinado, Alberto Ginastera se vale de los medios más sutiles para decir lo que quiere decir, bien con ternura, bien con vigor y energía.

Ese vigor y esa energía son, justamente, las cualidades principales de la suite del ballet Estancia. Al escuchar su brillante final, uno no puede menos que imaginar a Ginastera diciendo, como dijera el inmortal gaucho Martín Fierro:

...y si canto de este modo por encontrarlo oportuno no es para mal de ninguno sino para bien de todos.

Qué cercanas están, en efecto, algunas de las obras de Ginastera del Martín Fierro de José Hernández, espléndido poema en el que a la hacienda se le dice estancia. La mejor música de las pampas, en las notas de uno, en los versos del otro.

MANUEL DE FALLA (1876-1946)

MANUEL DE FALLA (1876-1946)

Suite no. 1:

Introducción - Atardecer

Danza de la molinera - Fandango

El Corregidor

Las uvas

Suite no. 2

Danza del vecino - Seguidilla

Danza del molinero - Farruca

Danza final - Jota

En marzo de 1833 nació en Guadix, provincia de Granada, España, Pedro Antonio de Alarcón, personaje que con el paso del tiempo habría de convertirse en un famoso escritor. Hacia 1857 su reputación como poeta y periodista estaba bien establecida, pero en ese año su obra teatral El hijo pródigo fue silbada por el público y Alarcón decidió hacer una pausa en su agitada carrera de escritor. Para descansar del público y sus rechiflas, se alistó como voluntario para luchar en la campaña de Marruecos en 1859-60. De esta experiencia obtuvo material para su interesante Diario de un testigo de la guerra en África. A su regreso a España Alarcón retomó la carrera de periodista y se afilió a la causa liberal, pero al paso de los años los vaivenes ideológicos arruinaron su carrera política. Como novelista, Alarcón creó obras importantes como El final de Norma, El escándalo, El niño de la bola y La pródiga. El estilo vívido y pintoresco de la prosa de Alarcón suele hallar de vez en cuando el obstáculo de la retórica excesiva, característica del romanticismo literario español. Pedro Antonio de Alarcón murió en Valdemoro, cerca de Madrid, en 1891, y hasta la fecha se le recuerda principalmente por su novela El sombrero de tres picos, sobre la cual Manuel de Falla habría de crear una de sus mejores obras musicales.

Después de haber escuchado la evocativa partitura de Noches en los jardines de España, el empresario ruso Serge Diaghilev sugirió a Falla la idea de hacer un ballet sobre la obra. Sin embargo, el compositor respondió con una propuesta alternativa: escribir una partitura especial para el proyecto escénico de Diaghilev. Atraído desde tiempo atrás por la novela de Alarcón, Falla encargó el libreto del ballet a Gregorio Martínez Sierra. La obra, concebida originalmente como una pantomima, llevó por título provisional El Corregidor y la molinera, pero cuando Falla y Martínez Sierra transformaron su trabajo en un ballet, se tomó la decisión de respetar el título original de la novela de Alarcón. En este proceso de transformación, Falla convirtió el pequeño grupo de cámara original en orquesta sinfónica y añadió algunas piezas que no estaban en la partitura de la pantomima. El libreto del ballet, muy apegado

al original literario, nos pinta a un magistrado gruñón y prepotente, el Corregidor, que además se las da de galán y seductor, en sus afanes por lograr los favores de la bella esposa del molinero. Sin embargo, sus esfuerzos son frustrados por la acción concertada de los demás personajes de la obra. Después de que la bella molinera baila una sensual danza con un racimo de uvas para tentar al Corregidor, el molinero y los vecinos realizan sus propias danzas y, como conclusión de una serie de escenas muy divertidas, el Corregidor es arrojado al río, donde se le bajan los humos y se enfría su ardor.

La música de El sombrero de tres picos fue estrenada en el Teatro Eslava de Madrid el 7 de abril de 1917, y como ballet, la partitura de Falla fue bailada por primera vez en el Teatro Alhambra de Londres el 22 de julio de 1919, bajo la dirección de Ernest Ansermet. Como fue el caso con los ballets de Stravinski, El sombrero de tres picos fue dado a conocer por una verdadera constelación de estrellas. Los diseños fueron realizados por Pablo Picasso, la coreografía fue de Leonid Massine y los papeles principales del ballet fueron bailados por el propio Massine y Tamara Karsavina. El estreno del ballet El sombrero de tres picos fue muy exitoso y la compañía de Diaghilev llevó el ballet a Madrid, a París y a Berlín, ciudades en las que fue bien recibido por el público y por la crítica. De la partitura del ballet, Falla extrajo dos suites de concierto que agrupan diversos números de la continuidad dancística original:

Suite no. 1: Introducción - Atardecer

Danza de la molinera - Fandango

El Corregidor

Las uvas

Suite no. 2: Danza del vecino - Seguidilla

Danza del molinero - Farruca

Danza final - Jota

Como en otras obras suyas, Falla tomó algunas danzas populares como modelo para sus piezas de ballet. En la Segunda suite, alude a tres formas bailables de características altamente individuales. En la Danza del vecino, el modelo es la seguidilla, una danza específicamente gitana de la que pueden hallarse variedades regionales como la seguidilla murciana y la seguidilla manchega, y una estrecha relación con el ritmo de sevillanas. En su forma original, la seguidilla va precedida de cuarto acordes introductorios de la guitarra y está construida sobre frases melódicas que suelen iniciarse en la cuarta corchea de un compás de 3/4. La Danza del molinero está basada en la farruca, una forma que se originó en el norte de España y que llegó a Andalucía con los trabajadores itinerantes que viajaban al sur para laborar como freidores de pescado o taberneros. La farruca tiene un patrón rítmico de cuatro tiempos similar al de la soleá, que suele desarrollarse en doce tiempos. Originalmente la farruca era bailada sólo por hombres, y más tarde su uso se generalizó. De raíces celtas y fuerte sabor folklórico, la farruca es una danza sobria, lenta y ceremoniosa que en los últimos tiempos ha caído en desuso. La jota que Falla utiliza como fuente para la Danza final es una forma típica de Aragón, pero también es posible hallarla en Castilla, Valencia, Galicia y Andalucía. Se trata de una danza rápida en compás ternario, que se desarrolla sobre frases de cuatro compases.

Además de utilizar estas danzas populares como fundamento de la partitura de El sombrero de tres picos, Falla usó también diversas melodías de corte folklórico a lo largo de la obra, logrando a través de ellas muy buenas caracterizaciones de los personajes y las situaciones del ballet, asignando a cada uno de ellos un Leitmotiv al estilo de Richard Wagner (1813-1883). En un artículo publicado en La Habana en 1930, el escritor y crítico musical Alejo Carpentier escribió lo siguiente:

Después de Noches en los jardines de España y El amor brujo, producciones aún llenas de impresionismo, dígase lo que se diga, Manuel de Falla supo darnos el nervioso,

agudo y personalísimo Sombrero de tres picos, mostrándonos a un Falla capaz de sonreír y de ser humorista en profundidad.

Por cierto, ese humor original de la novela de Alarcón atrajo la atención de más de un compositor. En 1896, más de 20 años antes del estreno del ballet de Falla, se estrenó en Mannheim la ópera El Corregidor de Hugo Wolf (1860-1903), basada en el mismo texto que el ballet del compositor español.

Uno de los directores de orquesta más importantes de su generación, hizo su debut a los 23 años con la Orquesta Sinfónica Nacional de México y desde entonces ha dirigido más de 60 orquestas en EUA, Canadá, Venezuela, Perú, Ecuador, Colombia, España, Portugal, Italia, Francia, Polonia, Rusia, Kazajistán, Bulgaria, Serbia, Montenegro y Macedonia.

En su experiencia están la Orquesta y Coros Nacionales de España, ADDA Sinfónica, Sinfónica de Murcia, de Córdoba, Orchestra della Toscana, Simón Bolívar de Venezuela, Sinfónica Nacional del Perú, Ópera y Ballet de Bellas Artes de México, Sinfónica de Xalapa, Filarmónica de la UNAM, Polish Chamber Orchestra, Czestochowa Orchestra, Filharmonia Sudeca, Garland Symphony entre otras. Ha sido director Titular de la Orquesta Sinfónica de Yucatán desde 2009-2023, de la Orquestas Sinfónica Carlos Chávez, del Instituto Politécnico Nacional, Conservatorio Nacional de México, así como director y fundador del Mexico-Philadelphia Ensemble y Ensamble Iberoamericano. Graduado del Curtís Institute of Music de Philadelphia donde estudió con Otto-Werner Mueller, así mismo realizó estudios en The Pierre Monteux School con Charles Bruch y en la Universidad de Montreal.

Su extenso repertorio y versatilidad abarca desde el Barroco a música contemporánea, Ópera, Ballet. Ha participado en los festivales Internacionales de San Lorenzo de El Escorial, Música Contemporánea de Treviso, Gaia-Portugal,

Juan Arturo Brennan s Juan Carlos Lomónaco – director invitado

Cervantino de México entre otros. Ha acompañado a solistas como Juan Diego Florez, Alexei Volodin, Leticia Moreno, Vadim Brodski, Mimi Stillman, Jorge Federico Osorio, Pacho Flores. Su discografía con diversas orquestas asciende a más de 20 grabaciones. Acreedor al Presser Music Award y las becas del FONCA en cinco ocasiones consecutivas. Es seleccionado en 2010 por la revista Líderes Mexicanos como uno de los 300 líderes mexicanos más influyentes.

Rodrigo Mata Álvarez (MÉXICO)

Contrabajista y compositor nacido en 1985 en el estado de Guanajuato, México, realizó la Licenciatura en contrabajo en la Universidad de Guanajuato. Conjuntamente estudió con Valeria Thierry (México) en la Ciudad de México y realizó en 2010 una estancia académica en Mount Royal University en la ciudad de Calgary, Canadá, bajo la cátedra de Sheila Garrett (Canadá), John Hyde (Canadá) y Rubim de Toledo (Brasil). De 2019 a 2021 cursó una maestría en Interpretación Musical en la Academia Noruega de Música con los maestros Dan Styffe (Suecia) y Håkon Thelin (Noruega). Como solista ha estrenado obras de compositores contemporáneos en México, Estados Unidos y Noruega. Ha sido miembro de la Orquesta Juvenil de Calgary en Canadá, la Orquesta de Cámara de León, la Orquesta Sinfónica y la Sinfonietta de la Academia Noruega de Música, Ensamble 3030 y la Orquesta Filarmónica Juvenil de Bergen. Actualmente forma parte de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, así como de diversos proyectos de música de cámara y jazz. Es director y fundador del ensamble de contrabajos “Mushamukas”, con el que ha estrenado obras de compositores de vanguardia y con el que en 2022 fue beneficiario del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales y en 2023 del Encuentro Nacional de las Artes, ambos del SACPC antes FONCA. En 2021 y 2023 fue beneficiario del Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA), como creador con trayectoria. Como compositor ha obtenido el primer lugar en el Concurso de Composición ISB (International Society of Bassist) 2020 y 2022, el primer lugar en el Concurso de Composición FICI (Festival Internacional de Contrabajo Infantil) 2021 y ha sido compositor residente de la Latin Orchestra of Europe en 2021, sus obras se han estrenado en Noruega, México, Reino Unido, Francia, República Chequia, Chile, Argentina, Portugal, Alemania, Venezuela, Perú, Israel y Estados Unidos. Ha participado en numerosos eventos internacionales como el Festival Internacional Cervantino, el Festival Fjord Classics, el Festival

Internacional de Arte Contemporáneo, el Festival Internacional Callejón del Ruido, el Festival Internacional de Jazz en Irapuato, la Convención de la International Society of Bassists y el Festival Latino Americano Contrabajos de Baja California, por nombrar algunos y ha realizado grabaciones con los sellos discográficos Tagma Records y Quindecim Recordings. Adicionalmente, se ha desempeñado como docente en las Orquestas Comunitarias del Sistema Bajío de Fomento Musical, Trinitate Philarmonia y continúa como docente de la cátedra de contrabajo en la Universidad de Guanajuato.

ORQUESTA SINFÓNICA DE

LA UNIVERSIDAD DE GUANAJUATO

Violines Primeros

Dmitry Kiselev – Concertino

Héctor Hernández Pérez – Asistente de concertino

Maksim Smakkev

Jorge Luis Torres Martínez

Luis Enrique Palomino

Katherine Giovanna Ramírez

Urpi Dainzú Holguin González

Yessica Melgar

David Jesús Viña

Pedro Zayas Alemán

Alexander Applegate

Violines Segundos

Sergio Andrés González * (-)

Moab Alberto González López ** (-)

Andrés Ildefonso Gallegos Rodríguez

Fidel Berrones Goo

Elizabeth Martínez Ramírez

María Camila Florez Acosta

Violas

Lydia Bunn * (-)

Oscar Pinedo Nava **(-)

Augusto Antonio Mirón Pleitez

Betsabé Jiménez Valencia

Carlos Reyes Hernández

Anayantzi Oropeza Silva

Violonchelos

Michael Severens *

Bruno Mente ** (-)

Luis Gerardo Barajas Bermejo

Fernando Melchor Ascencio

Fortunato Rojas Francisco

Omar Barrientos

Andrés López Bermúdez

Cintia Presa Rodríguez *** (-)

Contrabajos

Russell Brown *

Óscar Argumedo González *

Jorge Preza Garduño

Rodrigo Mata Álvarez

Pedro Álvarez Vigil

Guillermo Caminos López

Andrés Peredo Plascencia

Flautas

Cuauhtémoc Trejo *

Víctor Frausto Zamora **

Oboes

Marie Park *

Héctor Fernández **

Jorge Arturo García Villegas

Clarinetes

Hugo Manzanilla *

Heather Millette ** - Clarinete Piccolo

Fagotes

Katherine Snelling *

Ariel Rodríguez Samaniego

Cornos

Claire Hellweg *

Darío Bojórquez **

Michelle Pettit

Apolinar Alavez Salas

Trompetas

Macedonio Pérez Matías *

Juan Cruz Torres Díaz **

José Cayetano Hernández Díaz

Trombones

Louis Olenick *

Gil Martínez Herrera

Trombón bajo

John Swadley

Tuba

Salvador Pérez Galaviz *

Timbales

Óscar Samuel Esqueda Velázquez *

Percusiones

Alan Sánchez Sánchez

Ulises Hernández

Katheryne Cruz Martínez *** (-)

Alan Montoya Calderón *** (-)

Piano

Iván Hugo Figueroa **

Arpa

Alejandra de Ita - Arpa ***

*Principal **Co-principal ***Invitado

(-) Temporal

Músicos invitados

Nayeli Guadalupe Cervantes Luis –Oboe 1°***

David Pérez Patlan- Violín 1º ***

Cesar Ulises Gómez García– Violín 2º ***

Diego Velazco Yount - Violín 2º ***

Christian Barajas Hernández – Violín 2º ***

Juan Manuel Jiménez Pérez – Violín 2° ***

Abraham Quintanilla Melgar – Violín 2°

Wolfgang Graterol – Violín 2° ***

David Gutiérrez Escalante – Viola ***

Cecilia Melgar Azanza – Viola ***

Oscar Enrique Martínez Porras– Flauta***

Luis Manuel Mora – Clarinete / Clarinete Bajo***

Juan Raúl Gutiérrez Morales – Corno ***

Katheryne Yarely Cruz Martínez – Percusión***

Manuel Eduardo Melgarejo Betancourt–Percusión***

César Pérez Prado – Percusión***

Programa de mano

Notas al programa

Juan Antonio Brennan

Diseño y Difusión

Dirección de Comunicación y Enlace, Transmisión /SIRTH / Radio UG

Personal Administrativo OSUG

Alejandro Guzmán Rojas Gerente

Carolina de la Luz Pérez Cortés Coordinadora de Personal

Lilian Bello Suazo Coordinadora de Producción

Juan Carlos Urdapilleta Muñoz Coordinador de Biblioteca

Atziri Joaquín Ramos Coordinadora de Relaciones Públicas

Zugehy Alejandra Soto Vázquez Enlace Administrativo

Patricia Guillén Cabrera Apoyo Administrativo

Delia Vázquez Ramírez Apoyo Administrativo

Cuauhtémoc Vega

Auxiliar Técnico

Gustavo Emilio Espinosa Rodríguez Auxiliar Técnico

Manuel Gutiérrez Auxiliar Técnico

DRA. CLAUDIA SUSANA GÓMEZ LÓPEZ

Rectora General

DR. SALVADOR HERNÁNDEZ CASTRO

Secretario General

DRA. GRACIELA MA. DE LA LUZ RUÍZ AGUILAR

Secretaria Gestión y Desarrollo

DR. JOSÉ ELEAZAR BARBOZA CORONA

Secretario Académico

DIRECTORIO DE EXTENSIÓN CULTURAL

DR. JOSÉ OSVALDO CHÁVEZ RODRÍGUEZ

Director de Extensión Cultural

LIC. PABLO ALFREDO DAMIÁN MEDINA

Secretario Particular

MTRA. KARINA JUSSIEL ESPINOS GÓMEZ

Coordinadora de Seguimiento Programático y Enlace Transversal

MTRA. INDRA SAMANTHA MIGUEL ROLDÁN Coordinadora Administrativa

MTRA. VALERIA RANGEL ROMERO Coordinadora de Proyectos Culturales

MIGUEL ÁNGEL MATA CASTRO Coordinador de Programación y Difusión

MTRA. CHRIS CELESTE CUELLO VARGAS

Coordinadora de Talento Artístico, Planeación de arte y cultura

MTRA. GISELA GUADALUPE VILLEGAS BOLAÑOS

Coordinadora de Fomento Cultural

LIC. LUIS ÁNGEL ARCOS SIERRA

Coordinador de Museos y Galerías

Dirección de Extensión Cultural
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