Evento Horizonte, Vol. 1, Núm. 2 Fantasía tropical / Tropical Fantasia [fan tei sha]

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Índice

Nota editorial 1 Getea 2 Casi un suspiro 3 MTurgy de Jesús 10 Una piscina loca en Rincón y una arena que nunca se secaba 11 Johansen Quijano 23 Just a Few Bad Apples 24 Unreality 26

Deb Soto y Daniel López 37 Eutheria 38 Gabriela Ajlesha 43 Jevostra de la Taft 44 A Moth’s Night Out 44 Dembow y brujería 45

Nomar Nikko Borrero 47 Sabor tropical 48 Max Chárriez 50 El escritor y el perro 51 Ángel Isián 57 Tepuiyel 58 Vanessa Isabel 66 Un lugar natural 67 Mariesther I. Muñoz Phi 73 Crash Boat 74 Sangre y leyendas 76 Maquillaje de fantasía 77 Daniel Torres y Eïrïc R Durändal Stormcrow 79 Escribir Lucy, tú qué sabes 80 Traducir Lucy, tú qué sabes 82

Norman De Jesús De Jesús 85 Sueños de nereidas 86

Yahmái Flores Pérez 90 Apurada 91 Yolanda Arroyo Pizarro 94 Tremor octubrino 95 Hijes de la tormenta 96

Artistas invitados 105 Gaddiel Francisco Ruiz Rivera 106 Alfonso Muñoz Alma 120 Luis Gabriel Sanabria 133 Elo Photox 142 José Sebastián “Sebas” 154

El Tonguas Project 167 Santurce Sketching by Stormcrow Enter vista por Daniel Torres 181

Aidalís Rivera 191 En cuerpo de ceniza 192 Evelyn A Velázquez 197 El canto de la iguana 198

Rosalina Martínez González 205 La última cena 206 Ana María Fuster Lavín 211 Al otro lado, el silencio [la resistencia] 212

Eïrïc R Durändal Stormcrow 222 Reemergencia 223 Sangre de fe 229

***Colaborador para este número: Raúl Vázquez, edición y corrección ISBN: 9798365803251

Nota editorial

La categoría es fantasía tropical / tropical fantasía (fan tei sha). Así rezaba una de las convocatorias más atrevidas y locas que se me hayan ocurrido jamás y nuestros artistas y escritores respondieron con un asombroso despliegue no solo de sus habilidades y destrezas artísticas, sino también de sus poderes mentales a la hora de adaptarse a un tema y de su creatividad y PERMISIVIDAD con la que se enfrentaron a este. La invitación era a jugar. Digo esto porque se suponía que jugaran con ambos términos, no solo con sus significados sino con las distintas connotaciones de lo que fantasía y tropical pueden ser. Y me preocupa un poco la cantidad de escritores y artistas que se quedaron fuera por no poder jugar con los términos más allá de sus primeros significados.

La pregunta se mantiene. ¿Qué es fantasía? ¿Acaso solo el género que se pone a la ciencia ficción? ¿O puede una fantasía de venganza caer dentro del renglón? ¿Una fantasía sexual? ¿Una fantasía de país, como lo es el ELA? ¿Qué es una fantasía? ¿Qué fantasías nos decimos todos los días para sobrevivir? Yo sé las que me digo: que puedo escribir, que puedo hacer arte, que no me quedan grandes los zapatos de editor y que se puede sobrevivir en Puerto Rico. Tamaña fantasía esa última.

Igual suerte corre la segunda pregunta. ¿Qué es lo tropical? ¿Acaso solo Puerto Rico o lo conocido? ¿O acaso lo tropical es algo que se lleva adentro, y que uno se lleva consigo a la diáspora tan pronto el país te bota a patadas? ¿Es Trópico de Cáncer o Trópico de Capricornio? Ahora que los polos han migrado, ¿han migrado de igual forma los trópicos? ¿Sigue la línea del Ecuador fustigando los mismos territorios?

Algunas de las preguntas anteriores quedan contestadas. Otras persisten. Y eso está bien. La literatura no está para contestar nada.

Espero que esta colección tan desprendida y hecha contra la marea, y muy a pesar de la violencia que nos dejó el huracán Fiona, la respuesta de LUMA y nuestro gobierno corrupto, sea de su agrado.

Eïrïc R Durändal Storrmcrow

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Getea 2

Casi un suspiro

Hay fuegos fatuos, fuegos que abrasan y fuegos que dejan huella. Una pequeña pieza de roca se desprende de un cometa y desde el espacio atraviesa la atmósfera de la tierra. Se mueve tan rápido que se calienta y emite brillo a su paso, regalándonos brevemente su luz Recibe el nombre de estrella fugaz Para mí es un meteoro Prefiero llamar las cosas por su nombre. Pienso en esto y me pregunto: la brevedad, ¿guarda relación con la belleza y la intensidad?

Termina la graduación, voy a su encuentro, nos abrazamos. Beatrix me besa los labios. Le entrego una tarjeta con, entre otras cosas, mi retrato de graduación, al que le escribí: “Para ti, mi gran amor Mi mayor deseo es que puedas realizar todas tus metas junto a mí Que ambos podamos superarlo todo, pues sé que unidos podemos y tenemos la fuerza necesaria. Te amo ” . Nos vemos en la cena susurra, parada en la punta de sus pies. No vas conmigo digo extrañado.

Luego te digo contesta mientras camina hacia Malissa. Su amiga desde la escuela elemental obviamente iría con ella Mi mente gravita entre lo que es y lo que sueño que sea Me voy solo para poder estacionar cerca del portón No pierdo las esperanzas de poder escapar con ella. Aunque no le digo mis planes, ella los sospecha.

Llevamos cuatro meses siendo novios. Durante su primera fase, la Luna no refleja luz, por lo que no es visible desde la tierra. Se le llama novilunio o luna nueva. Hoy es luna nueva, nuestro satélite se interpone entre la Tierra y el Sol, mostrándonos su lado oscuro La intervención no tan divina de su gran amiga persigue evitar que disfrutemos nuestro tiempo juntos. Son como hermanas, inseparables. Malissa no me soporta y vive empeñada en que no hacemos pareja. Sufre corajes cuando no seguimos su única instrucción, no nos quiere ver juntos.

Vamos a comer, que me desmayo dijo mientras me la ligo. Yo no tengo hambre, pero ella insiste Le pido que luego de comer salgamos, la noche está bella, y adentro con la música no podemos hablar Ella contesta que para hablar tenemos el resto de la vida, hoy vamos a celebrar. No me gustan los lugares ruidosos, lo que quiero es compartir con ella y fugarnos lejos de la influencia de su odiosa amiga. Quien, al vernos se vira de espaldas, supongo que para no tener que saludar. Queda una silla vacía en la mesa. Beatrix se detiene y queda frente a mí.

¡Bingo! Me muero de ganas de compartir la mesa con ella Emilio, por favor, te pido que lo hagas por mí, yo busco otra silla, es solo un ratito me suplica.

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Foto por Phuong Luu

Muevo mi cabeza de arriba a abajo y la abrazo guardando un poco de distancia. Miro a Malissa y veo que pone su mejor mala cara, sonrío Temo acercarme mucho, por dos razones, que la Alpo me muerda es una La otra, que se note físicamente lo mucho que me gusta.

Sé lo que estás haciendo y no me vas a dañar la noche le dice a su amiga. Me aprieta la mano con fuerza. La Alpo se para en medio y nos vemos obligados a soltarnos. Ella busca la silla, la coloca junto a la que estaba vacía. Aleja ambas de la mesa.

Aquí vamos mi novio y yo dice Vuelve y me agarra para ir a hacer la fila de la comida Me muevo lo más rápido posible El tiempo pasa volando. Recuerdo a Einstein y su relatividad del tiempo en el espacio. El tiempo pasa de manera distinta en diferentes regiones gravitacionales. La gravedad no actúa como una fuerza normal; mientras mayor es la distorsión del espacio y el tiempo, más lentamente transcurren los segundos. Esa diferencia consiste en nanosegundos y fue probada experimentalmente A menor potencial gravitacional más lento se mueve el reloj Por esto conviene tener los pies sobre la tierra si deseas alargar el tiempo Imposible lograrlo en mí caso, porque siempre ando en las nubes pensando en lo que me gustaría hacer con Beatrix.

Estamos a las afueras del pueblo, con mucha vegetación y poca iluminación. El edificio es una estructura rectangular básica. Dos paredes de cemento, las otras con rejas abiertas. La entrada es una escalera al centro con jardineras a ambos lados Adentro, dos salones separados por columnas en el centro, un lado con una tarima en madera y el otro salón para cena. Sólo se escucha el ruido de la música. Los grillos y los coquíes fueron amordazados por el momento de festejo. Tengo la jardinera vigilada, allí quiero que nos sentemos. El resto es la fascinante oscuridad del “parking”.

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Foto por Rajee Blochanchand

Terminamos de comer, voy a botar nuestros platos. Cuando vuelva, me la llevo afuera, así sea cargada Al regresar no la veo Están las dos hablando, a una por su cabello largo, sus curvas que a más de uno marean, era imposible ignorar su presencia y al mirar su rostro, muchos opinan que es perfecto. Debe dedicarse al modelaje y dejarnos en paz. La chica de mis sueños es diminuta, encantadora, su piel dorada y su pelo ondulado, espectacular y bella. Tiene personalidad conciliadora, ella es amiga de los que los demás no soportan. Sus ojos son grandes, soñadores. Me trae mal su cuerpazo voluptuoso por todos lados. Me encanta como camina y su olor a paz Está bailando con un grupo, me sigue con la mirada y me hace señas con las manos para que vaya Le hago señas de vuelta, con las manos señalo hacía afuera y me tapo los oídos. Rápido viene hacia mí. Por más que trato soy tan tieso y ella tan atenta. Veo una enana marrón espacial que detiene su camino, Beatrix la esquiva, la mira y hablan, desde acá parece una súplica. Tengo que hacer algo, o va a lograr su propósito nuestra queridita compañera de clase. Una enana marrón es un tipo de objeto sub estelar que ocupa un rango de masa entre el más pesado planeta gigante de gas y la estrella más liviana No es estrella, no es planeta, es solo eso, una enana marrón

El modelo de Rutherford plantea que la estructura atómica es como un sistema solar en miniatura donde el núcleo es el Sol y los electrones son los planetas.

¿Qué pasó ahora? pregunto cuando llega. Nada, un cuento de los de Malissa. Dice que vinimos a compartir, que no nos vamos a volver a ver, que es egoísta que, en vez de estar con el grupo, salga al jardín contigo continúa

No toma pausa para respirar. Mi chica el sol y yo un planeta gravitando en torno a ella. Sus ojos son la fuerza gravitacional y no tengo voluntad de apartarme de ella.

Por fin afuera, mirando las estrellas la abrazo, uno sentado al lado del otro, me acerco, la toco. Somos parecidos en esencia, distintos en nuestra forma de relacionarnos con el mundo Ella es energía, yo soy fuerza El principio de incertidumbre de Heisenberg indica que es imposible medir a la vez y con absoluta precisión cuánto se mueve y la posición exacta de una partícula. Cada media hora, se levanta y va a darle la vuelta a Malissa, nunca sé cuándo va a estar donde. Así llevamos un rato, hay que interrumpir un abrazo, un beso, una conversación. La noche, mi paciencia y mi chica se parten en fragmentos. Lo único bueno es que cada vez que llega y cada vez que se vuelve a ir me da uno o más besos.

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La dualidad onda partícula postula que una partícula puede exhibir comportamiento de onda. Esta vez cuando regresa, ponen un set de boleros, y comienza a cantar. “…you’re my angel, come and save me tonight, you’re my angel, come and make it all right...”. Me mira a los ojos, me toma las manos y las pone en su cintura, coloca las suyas alrededor de mi cuello Pide que la siga para enseñarme a bailar Aprovecho que deja de cantar y le pido que me explique porque después que le autorizaron sus padres, no andamos juntos en mi carro. Entonces cuenta de que unas horas antes de salir para la graduación, Malissa le reclamó un trato que tenían desde noveno grado. Yo soy el recién llegado por el que ella quería abandonar a todos sus amigos. Coronó la conversación con el cuento de que yo estaba con ella por su insistencia, que no la quería y que me había visto con otra Si Beatrix me cree a mí es porque no confía en ella y debe darle una prueba de amistad después de tantos años Le pido crea en nosotros Una supernova es un evento astronómico transitorio de las últimas etapas de una estrella masiva, cuando explota y provoca la aparición repentina de una nueva estrella que en un breve lapso desaparece de la vista. Me armo de valor y le propongo que escapemos un ratito, demos una vuelta y la regreso a tiempo para regresar con Malissa Sólo quiero que vayamos cerca de mi casa, a la playa para que escuche los sonidos de los que le cuento en mis cartas Ella me mira con un destello Se separa de mí en dirección a su amiga La retengo con un beso. Nunca había sentido esta intimidad. Por primera vez la beso yo. Pido que no le diga nada porque lo puede arruinar. Quiero seguirla besando no importa dónde. La sostengo cada vez más cerca de mí, no quiero que se vaya más, no hoy. Mi amor insisto necesito que entiendas que exponiéndose tanto a esa presión tu confianza en mí, a la larga, se verá disminuida

Le digo, mientras la miro a los ojos que ella es mi vida, mi sueño hecho realidad En respuesta me abraza con fuerza y me dice que me ama. Ya no es necesario irnos de aquí, donde estemos ambos, así, sintiéndonos, allí todo es posible. Me dice que no la deje ir, ella está tratando que su amiga, casi hermana, entienda y lo acepte. Me pide que insista, que actúe, que no me quede callado Vuelvo y la beso, no deseo hablar, pero tengo que hacerlo Busco en ese beso la energía para enfrentarme a Malissa y decirle dos o tres cosas Ella misma me pedía que la dejara manejar las cosas y no hiciera nada Hoy no, hoy parece que no podemos más.

6 Foto por G4889166

Se escucha un bocinazo y luego la bocina pegá. Gritan el nombre de Beatrix. Parece que la conversación no va a ser amistosa Brinca del susto, pero continúa abrazándome Veo vergüenza y confusión en su rostro, me mira por un breve instante y baja la vista No sabe si ceder para evitar el espectáculo. Es el estilo de Malissa, dictatorial. Entiendo, esa mirada profunda y amorosa me suplica que haga algo. Reacciono, como me lo pidió, no la voy a soltar. Trato de caminar hacia donde se escucha el desorden. Ella refugia su cabeza en mi pecho y comienza a llorar. ¿Qué hago? El sol que nos mantiene en órbita se está desmoronando en mis brazos Le pido que se siente y espere Le recuerdo que al final se hará lo que ella determine Voy donde Malissa Llego al carro aun escuchando el ruido incesante, me acerco por la puerta del conductor y la miro fijamente a los ojos. Me tardo en abrir la boca, antes respiro profundo y me contengo. Veo su cara hermosa, Malissa es una mujer muy linda, pienso. No sé si sus ojos me miran con odio o lo que veo es el reflejo de mis sentimientos. Hasta hoy no había sentido así hacia ninguna otra persona

Bájate del auto y suelta la bendita bocina para que hablemos como seres civilizados digo.

En ese momento Beatrix toma mi mano con sus dos manos. Con la mano libre le hago una señal de que espere y me deje hablar, no sea que se arrepintió de lo que me pidió que hiciera y venga a pedirme que no lo haga. Malissa mueve sus manos para indicarme que hable

Está bueno ya comienzo Eso lo determino yo contesta desafiante.

Comienzo a perder la calma, le digo que me deje hablar. Ya no estoy en posición de pedir. Estoy desesperado, Beatrix sufre. Mi tono es autoritario y la agresividad de Malissa no cede, no para de mover su pierna derecha, es evidente que tiene la respiración agitada. Es tiempo ya de que lo aceptes, no eres dueña de nadie Demuestra que eres una amiga de verdad y permite su felicidad, no armes más escándalo, ni llames más la atención, respeta esta amistad de años. Beatrix te respeta más de lo que mereces, en contra de su voluntad, hace cosas para no herirte, más por miedo que por cariño. Déjanos ser felices, no inventes más mentiras.

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novia, mi primera novia, y ella me mira transformada, veo la galaxia, luz, admiración, amor, fuerza y esperanza en sus ojos.

En este preciso instante un meteoro grande, brillante, con una estela verde, ancha y majestuosa se toma su tiempo en pasar de lado a lado en el cielo Escucho la expresión de asombro ante la belleza de lo que muchos de nosotros estamos mirando y compartiendo. Mientras, trato de aferrarme a su estela con el deseo de identificar dónde caerá el meteorito. Definitivo, hay fuegos fatuos, fuegos que abrasan y fuegos que dejan huella.

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Foto por Fabián Ciucio
Getea es cuento, sueño y poesía. La otra es una caborrojeña llamada Gloria María Toro Agrait, aprendiz de humana en constante evolución y búsqueda. Estudió Ingeniería Química en el Colegio de Mayagüez. Pertenece al Colectivo Literario en los Bordes y a la comunidad virtual Palabreadores. @gmta72 @gmtoroagrait 9

MTurgy De Jesús

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MTurgy De Jesús es ponceño nacido en 1993. Es egresado del Departamento de Artes Dramáticas de la Escuela Especializada de Bellas Artes de Ponce, discípulo de Edilberto Torres Santos. A partir de entonces, ha prestado su servicio a sin número de entidades culturales tales como Plataforma 121 y Colectivo Algo Que Decir. En 2011 formó su propia compañía de espectáculos (Sopla Café Teatro) En la actualidad se hace llamar ElLórax de Corozal, tiene conocimientos en botánica y medicina natural con los que ejerce de guardabosques comunitario en el bosque Oubaomoin en Corozal protegiendo ecosistemas del desmedido desarrollo industrial y gestionando huertos comunitarios. @mturgy.dejesus

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Dilaida Santiago nace en Ponce, en 1986. Es maestra de artes visuales y artista plástico. En el 2014 recibió el grado de maestría en Artes con una concentración en Pintura y dibujo en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico. En ese mismo año, realizó su primera exposición individual titulada "Remembranzas" con tema de la niñez y los juegos de la infancia como parte de su propuesta artística. Desde entonces ha participado en diversas exposiciones colectivas tales como: "Los medallones de San Blas" (Santa Isabel), "Navidad Contemporánea", (Coamo), "Conceptos Irreverentes", (Carolina) y "Raíces" (Ponce). Al presente, se desempeña como maestra. @dilaida.santiago

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Johansen Quijano

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Just A Few Bad Apples

Juan Gómez had always been a member in good standing in his community. He was respected and loved by all. He was a selfless soul who always thought of others before him, so it was only natural that today, the day of his daughter’s sweet 16 party, the entire community would be excited Juan had rented the biggest, most luxurious restaurant he could afford. His daughter deserved the best.

It was 3:16 p.m., fifteen minutes, give or take, to the party. As it was customary, Juan led the traffic, allowing access to those who were to attend the festivities access, and those who were not to move on.

It was going to be a fine day Flashing lights appeared in the distance

The three policemen were drunk. They had just come out of the local bar, El Beduceño, open 24/7, and were more than just tipsy. They were looking for trouble.

In the distance, the three policemen saw a man doing what was, traditionally, the job of a policeman: directing traffic What irked them was not the fact that he was guiding traffic, but that he did better than they ever could They stopped the patrol car and walked up to Juan, one of them caressing his gun.

“Sir, you are obstructing traffic,” said one police officer in a threatening tone, “get the fuck out of here.”

“I apologize for the inconvenience, sir,” replied Juan humbly, “but today is my daughter’s sweet 16, I am only di ” Juan’s explanation was cut short by a slap on the face by the third policeman “We said shut the fuck up and leave!”

Juan covered his face with his hands, a natural reaction of human beings when threatened by a bigger individual. This was the last mistake he would ever make.

“Shit, motherfucker thinks he can fight with us? Cuff him!”

Relentlessly, the public servants sworn to protect and uphold the law began to beat Juan with their fists and boots One of the police officers forced Juan on the ground, and while his two partners kicked him, he handcuffed Juan.

“NO! DON’T DO THIS!” yelled the bystanders, “THAT’S ABUSE! THAT’S POLICE ABUSE!”

The officers did not care. They were having too good a time. They were having too good a time that….

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Six gunshots were fired from a single gun. Juan lay dead in the sidewalk, five bullets encrusted in his body The sixth bullet grazed a police officer’s thigh It was only a superficial wound

“News footage from an amateur filmmaker just in!” announced the news anchorman. “We advise discretion when watching the following footage.”

The three policemen were drunk. They had just come out of the local bar, El Beduceño, open 24/7, and were more than just tipsy They were looking for trouble

In the distance, the three policemen saw a man doing what was, traditionally, the job of a policeman: directing traffic. What irked them was not the fact that he was guiding traffic, but that he did better than they ever could They stopped the patrol car and walked up to Juan, one of them caressing his gun.

Juan’s murder had been captured on film by one of the bystanders. It was now on national television The nation’s cries of astonishment went up in unison, as they saw three police officers murder an innocent civilian in cold blood for no reason whatsoever.

“One of my officers was shot,” said the superintendent, live, in the same newscast, “I say that if gunshots were fired it was very likely that someone assaulted my police officers. Policemen do not assault civilians just because.”

“IT WAS SELF DEFENSE! POLICE OFFICER FREE OF CHARGES!” read the headlines of next morning’s news media

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Johansen Quijano es profesor asociado de inglés en el Tarrant County College, donde imparte cursos de escritura, retórica, literatura, pensamiento crítico, escritura y juegos, y medios sociales. Ha publicado varios artículos y capítulos sobre la teoría y la crítica del juego, la tecnología educativa y las narrativas lúdicas. Actualmente trabaja en un manuscrito sobre Final Fantasy que disecciona y analiza críticamente los principales títulos de la serie. Ha publicado en Fricción cuántica: Antología de ciencia ficción desde Puerto Rico y su diáspora.

@qsen.quijano

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Deb Soto y Daniel López

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Eutheria

En Eutheria, cada noche se vislumbra una gala celeste de tres lunas plateadas, estrellas brillantes alineadas de forma paralela hacia el este. Allí, el noble esplendor cautiva a todos con sus radiantes atardeceres y el campo virgen llama a cada ser viviente Nadie jamás ha cuestionado la sabia organización de la isla mayor, donde las bestias cazan al alba, más al ponerse el sol se redimen las almas sin temor. El silencio se oculta sin que alguno espere, los colores armonizan y resplandecen en un tono profundo, permitiendo el paso de especies que se asoman cada una en retaguardia por un monte sin redes. Se contemplan cadenas de matices rojizos que cruzan el césped húmedo. Los artrópodos iluminan en vanguardia hacia su irremediable destino sin miedo, cuidando en el viñedo oculto la materia orgánica Entonces, todos los sentidos se esfuerzan, atienden y escuchan alerta.

Se siente el zumbido, el chillido, el bramido, el siseo, el aullido, el tierno ulular, el molesto graznido y sobre todo las voces perfectas en la huerta que buscan dónde morar sin ser descubiertas.

Pero, en esas mismas noches, miles de espectadores recorren los campos en busca de qué nutrir su mañana incierta Aquellos que prefieren sustancias que otorgan vigor de lo que la rutina no les llena.

Setas, trufas, champiñones, gírgolas fluorescentes, y portobello con delineadas gamas anaranjadas, verdes y moradas, son el nutriente; que, a su vez, son nutridos con los fluidos de los inocentes.

Dos de ellos, dos de los inocentes, recorren de la mano huyendo del presente, susurrando uno al otro lo que quieren, donde los únicos testigos son los helechos y los claveles Tendidos sobre hojas húmedas de yagrumo, desnudan las almas que no son suyas. Pactos se rompen y el engaño resuena en cada poro de la piel que transpira su inocencia.

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Entre jadeos se escuchan palabras que son el verbo en una promesa: Qué importa si eres hermafrodita, prologuemos la especie y liberemos la semilla Sabes que de tu morfología el estambre es lo que me excita No quiero esperar más, con ansias te recibiré en mi estigma. Así que empieza, desciende con cautela, traga mis fluidos, inserta tu esencia y deslízate sin pena.

No acabes, espera, disfrútalo, juguetea, y mírame mientras me saboreas. Ahora llega, introdúcete descubierto, siente mis paredes porque en tuya me convierto Mientras palpas mi fibra y te fundes en mí, yo solo te nombro a ti Tras el calor de la aurora, se ocultan las especies bañadas en rocío. Los inocentes caminan de regreso a morar con sus respectivas parejas, esperando que, esta vez, no duela tanto mientras alguno lanza sus golpes sin que nadie les proteja.

Las paredes de las cabañas interrumpen la luz que quiere ser infiltrada, pues la estrella menor promete cegar a quien salga

En colonias se ocultan las diversas especies, hasta la llamada del atardecer, donde los inocentes ruegan porque su dolor cese.

Así, cada ocaso, todos se dispersan encaminados, decididos a tomar cada uno su rumbo sin desfallecer, en busca de algo a lo que estar eternamente dedicados y aferrarse a un ser corpóreo o incorpóreo que creen merecer.

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Deb Soto, del sur de Puerto Rico, es creadora de la tienda literaria ‘Inserta’ y también autora de El susurro de las aves, novela que se publicará próximamente. A través de sus estudios en biología y literatura hispana se ha adentrado en aquello que le apasiona: leer y escribir.

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@deb.soto

Daniel López es un artista coameño nacido en Ponce en 1998, para quien el arte ha sido lugar de refugio, fuente de asombros, obsesiones y expresiones desde temprana edad. Le inspira la música, la gente, una buena historia y los infinitos misterios del universo. Introvertido por naturaleza, su obra consiste en una exploración del imaginario interno en sus distintas manifestaciones.

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@imagery.mundi

Gabriela Ajlesha

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Jevostra de la Taft. Garras macabras, uñas, colmillos, aleteo destino entre químicos puercos ¿Acaso piensas, bestia ausente encontrarme acá dentro? Palanca sublime piscina, jueguitos viles, pongo sobre pechos mohosos, mi mano más ardiente. Sudo lo oscuro, cínica y distante. Retuerzo en humo. Aprieto

A Moth’s NightOut

Sigo órdenes de la noche. Observo a oscuras sensuales velas Mis irises se estimulan Anhelo a las llamas crueles. Guerreo salvaje relámpagos de Jade. Hago míos espíritus de Fuego Devoro sus almas simples. Trago pureza, mi luz jadeante. Son órdenes de la noche a continua hacia partícula azul Ilustración por Gordon Johnson

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Gabriela Ajlesha (Gabriela María de la Providencia Muñiz Jiménez) nace en 1985 en San Juan, pero es cagüeña de corazón. Es antropóloga orgánica, artista independiente, tatuadora. lectora de cartas e historiadora. Posee una maestría en Estudios Puertorriqueños con especialidad en Historia del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. Ha publicado el ensayo “Cultura Visual Navideña: La apropiación ideológica como mecanismo hegemónico del gobierno muñocista, 1949- 1966”, en En pie de lucha; nuevas investigaciones históricas puertorriqueñas.

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@g.ajleshai

Nomar Nikko Borrero

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Sabor tropical

En una pequeña isla del Caribe de infame sabor tropical existe una tipa que vive de todo lo que te puede sacar no importa si en barra o iglesia te sonríe y te empieza a bailar te duerme con ojos llenos de cuentos te juran por siempre amar se aprende y canta tus canciones otras veces se pone a recitar una vez hasta pintó a uno en un cuadro

a mí me llevó a emborrachar con sus besos va acechando lo servible sus caricias palpan dónde buscar y cuando caes en sus manos esa noche intentas no dejar de respirar algunos despiertan sin ojos otros sin hígado o sin riñón pero todos despertamos en tinas de hielo con dolor mas allá del corazón agonizando te preguntas si valió la pena que por qué te dejaste engatusar pero al final todos entendemos nadie le dice que no al sabor tropical

Foto por Rizal Deathrasher
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Foto por Anja Cocoparisienne

Nomar Nikko Borrero nace en 1975, en San Sebastián. Cuenta con publicaciones en las antologías de Laberintos (2016), Frightened (2017), En el cafetal (2018), Grietas en el tiempo (2018), Cuando estemos viejos (2018), Pecados y otras fechorías (2018), No cierres los ojos 2 (2018), Tragedias ejemplares (2020) y Di lo que quieres decir (2019 - 2020), además de colaboraciones con las revistas Caminos Convergentes y Hound Magazine.

@nikkoborrero

@nomar.borrero

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Max Chárriez

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El escritor y el perro

Esta es mi historia. Me la cuento todos los días para no olvidarla. Mantengo la esperanza de que algún día, cuando pueda regresar a mi versión del planeta Tierra, pueda escribirla y vender muchos libros

Eso de vender muchos libros es lo que me trajo aquí No, no me gusta admitirlo, pero es la verdad.

Todo comenzó hace aproximadamente cinco años. Digo aproximado porque es difícil de calcular ya que en esta versión de la Tierra no se usan calendarios ni se escribe. Todos los seres sensibles se comunican por telepatía. No hay palabras; hay imágenes, conceptos, emociones, sentimientos, pero no palabras De alguna forma, que todavía me es incomprensible, la comunicación es más efectiva, es real No hay mentira ni engaño, falsedad o hipocresía.

Ni tan siquiera sé lo que comen porque la cadena alimenticia no es clara. Parecen vivir en completa armonía. Pero algo tienen que comer. Cometí el error de comerme un lechoncito que atrapé. A pesar de sus súplicas y de transmitirme todo el dolor, angustia, sufrimiento que le causaba, el hambre pudo más y me lo comí como si fuera Nochebuena Por eso existo en el clandestinaje, vivo oculto en hoyos y cavernas Me persiguen como a un monstruo, una aberración.

Ahora solo como insectos, caracoles y lombrices. Perdón, me distraje. Hace 5 años era un escritor cancelado que vivía en una isla que se cree el ombligo del mundo. Como todos sus habitantes, sufría del complejo insular y

buscaba el reconocimiento. Después de un gran éxito local e internacional al publicar mis primeros seis libros, una mala crítica, mal intencionada, de una colega envidiosa, pero muy influente, y la batalla en las redes sociales, dejó mi carrera arruinada. Nadie quería asociarse conmigo. Caí en depresión. Sufría de constante ansiedad Para sobrevivir tuve que buscar trabajo como profesor en una universidad tipo fábrica de diplomas.

Peor aún, mi mente estaba hueca de ideas. No importaba qué método aplicara, me sentaba frente a la computadora y no salía nada Solo más ansiedad

Y la vida siguió su curso con sus días y noches.

El perro se sentó a mi lado y por las próximas horas, hasta el amanecer, me contó quién era y de dónde venía Entendí que venía de otra dimensión o universo paralelo, de otra versión de la Tierra en que los seres sensibles y conscientes de sí vivían en armonía guiados por una consciencia suprema que emanaba del mismo planeta vivo.

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Un buen día anunciaron que se aproximaba una gran tormenta, un huracán monstruoso Vivía tan amargado que me daba lo mismo A pesar de la pobreza, había podido mantener mi casa en las afueras de la ciudad Ese día cerré y apagué todo, me tomé unas pastillas y me acosté en un nido que hice en el piso. Si me tocaba morir aplastado o ahogado, pues, que así fuera.

No recuerdo mucho. No puedo contarles nada de lo que ocurrió esas horas porque es muy posible que me haya sobremedicado. Cuando desperté, todavía estaba vivo. La casa no me había caído encima ni me habían llevado las aguas Abrí la puerta con esfuerzo, salí al balcón y quedé espantado La destrucción era tremenda Como si hubiese caído una bomba atómica. En los próximos días, descubrí que el ojo del huracán, con la presión barométrica más baja registrada en la historia, y su pared llena de tornados había pasado sobre el área.

En medio del cataclismo a mi alrededor, en que apenas reconocía el panorama, sobresalía la presencia de un perro Bueno, lo que parecía un perro Estaba sentado frente a la entrada mirándome fijamente Tenía algo en la mirada, se percibía una especie de inteligencia o consciencia “sobrecanina”, diría que sobrehumana. Mi primer instinto fue espantarlo. No soy amante de los animales, excepto cuando están muertos y cocinados en mi plato. Y en esas circunstancias, menos iba a ponerme de rescatista. Pero no hice nada. Sí, también me dio un poco de desconfianza. Además, mi mente estaba nublada por las drogas, abrumada por el apocalipsis y sentía una enorme sed Me di la vuelta para entrar a la casa cuando un pensamiento me detuvo La imagen, la idea, concepto, la emoción, lo que fuera, era clara, pero mi cerebro supo, de inmediato, que no era mía, era una proyección del perro. Me volví sobre mis pies y el animal estaba más cerca aún, estudiándome con esos ojos de inteligencia superior y volvió a “hablarme”.

Una sucesión de imágenes y emociones, conceptos, algunos nuevos para mí, pero comprensibles a la vez; como si a la misma vez que proyectaba la información, también la piedra roseta para entenderla La sensación física era como si miles de alfileres pincharan mi cerebro. Sentí nauseas, vomité e inmediatamente me desmayé y soñé que yo era el perro y huía de un gran vórtice que se abrió en el cielo que succionaba todo a su alrededor: nubes, arrancaba árboles, suelo, rocas, agua… soñé cómo el vórtice se convertía en un túnel oscuro porque la luz viajaba muy rápido a mi alrededor y no iluminaba. Soñé cómo caía junto a los árboles, tierra, rocas, agua en otro lugar donde había un vórtice aún mayor en el cielo Pero este no chupaba, sino que destruía a su alrededor Sin embargo, no era un sueño. Era el perro contándome lo que le había sucedido.

Desperté y el perro estaba sentado sobre mi torso. Saqué un grito y empujé para quitármelo de encima y como pude entré a la casa y tiré la puerta. Llegué hasta la cocina y

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bebí agua en la oscuridad. Tenía tanta sed. No sabía cuánto tiempo había pasado, pero ya era de noche

Me senté a la mesa y noté que temblaba Comencé a recibir lo que se sentía como una invitación y a la misma vez una sensación de calma. Se fue el miedo y sentí una necesidad de descubrir, de conocer. Me levanté de la mesa y al caminar hacia la puerta volvió el miedo y otra ola de sensación de calma, de apertura me invadió y superé el miedo. Abrí la puerta y me senté en la escalera. En la sensación de calma que sentía, pude observar la noche, no había luces por ningún lado y en el cielo se podían apreciar los millones de estrellas de la galaxia Por un momento, comprendí mi humanidad y lugar

en el cosmos

El perro se sentó a mi lado y por las próximas horas, hasta el amanecer, me contó quién era y de dónde venía. Entendí que venía de otra dimensión o universo paralelo, de otra versión de la Tierra en que los seres sensibles y conscientes de sí vivían en armonía guiados por una consciencia suprema que emanaba del mismo planeta vivo. Me causaban fascinación las imágenes y conceptos que me proyectaba y las sensaciones que provocaban Su versión de la Tierra era similar y, a la misma vez, tan diferente La viveza de los colores, el aire limpio, la belleza de unos panoramas inalterados, la armonía entre el planeta y los habitantes… todo era sobrecogedor. Sobre todo: los humanos como una especie más, ni dominante ni subyugada. Evolucionaron para ser seres espirituales dedicados a la meditación, integración, la sanación, las artes. Me mostró cómo en las noches de luna llena el planeta y sus habitantes se enfrascaban en una orgía de placer y bienestar Desde corales, insectos, plantas, seres de todo tipo, incluyendo visitantes de otros planetas, todos envueltos en la energía que irradiaba, como un orgasmo planetario. Desperté en el piso del balcón. La mañana llegó diáfana, a pesar de la destrucción a mi alrededor. El perro seguía ahí. No había sido una alucinación. Sentía una gran calma y hambre. El perro me dejó saber que también sentía hambre. Lo dejé entrar y buscamos en la cocina Como no había electricidad, lo que había en el refrigerador se estaba dañando Saqué carnes, cortes fríos, tocino Pero no quiso nada Le ofrecí enlatados y nada Me pidió que le abriera la puerta, salió al jardín y lo vi escarbar y comer lombrices, larvas y no sé qué asquerosidades más. Yo me hice un café. Estar lejos del perro y su influencia telepática me permitió volver a ser yo. Y lo primero que sentí fueron unas enormes ganas de escribir, de plasmar todas esas imágenes de ese mundo tan parecido, pero ajeno al nuestro. Se me ocurrió que podía crear toda una serie de libros de fantasía Imaginé una historia en que esta versión de la Tierra invadía, a través de un portal interdimencional, a esa otra versión de la Tierra y se desataba una gran guerra de años. Imaginé los protagonistas, el portal, la ciencia detrás de todo eso, la batalla entre planetas conscientes…

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Corrí a la computadora, pero recordé que no había luz y busqué una vieja libreta. Regresé al balcón y esperé a que el perro, cuyo nombre todavía desconocía, terminara de adquirir proteínas, vitaminas y minerales necesarios para sostener la vida, según me proyectó. Cuando regresó con el hocico lleno de tierra, se sentó a mi lado y comenzó a hacer preguntas. Le propuse que intercambiáramos respuestas. Ambos queríamos conocer más del planeta del otro. Me pidió una cosa más a cambio: que le diera albergue y le ayudara a descubrir la forma de regresar a su mundo. Accedí. Le prometí un lugar seguro, espacio y recursos para que investigara la forma de regresar Yo solo quería saber más y más de su mundo para vender libros

La Isla se recuperó poco a poco de los estragos del huracán. Y por los próximos cinco años, si bien recuerdo, mientras el perro se dedicaba con mi ayuda a calcular cuándo y cómo se abriría otro portal, me dediqué a escribir una serie de libros de fantasía. Fue catalogada como un nuevo movimiento literario latinoamericano. Fui invitado a conferencias, ferias, festivales, universidades y recibí muchos galardones Los libros, que se publicaban uno tras otro, para sorpresa, sospecha y envidia de muchos, se tradujeron a varios idiomas y ya había ofertas para llevarlas al cine.

Pero según iba pasando el tiempo me daba cuenta de que el perro, nunca pude pronunciar su nombre, se acercaba más y más a la solución hasta que un buen día, terminando el cuarto año, me anunció que tenía resuelto el enigma. Debíamos esperar por otro huracán intenso que pasara por la misma área y en el ojo del huracán la extrema baja presión barométrica crearía el vórtice, el portal que permanecería abierto por solo unos instantes.

Primero me preocupé, imaginando que perdería mi musa, pero pensé en las probabilidades de que un huracán igual de intenso pasara por la misma área en tan poco tiempo y me calmé.

Para nuestro asombro, eso fue lo que sucedió meses después El pronóstico de una temporada muy activa se cumplió y el Servicio Nacional de Meteorología anunció que un huracán de categoría cuatro o cinco se formaría sobre el arco de las Antillas menores y tomaría la misma ruta norte noroeste del anterior, cruzando a Puerto Rico. Intercambiamos miradas. Supe que el perro entendió todo en ese momento. Aparté la mía para que no leyera la angustia e insidia que sentía. Solo tenía unos días. Estaba determinado a no permitirle regresar Salí a toda prisa y compré un arnés con cadena y una jaula para perros, pero cuando regresé no estaba. Busqué, pero no aparecía. El huracán pasaría sobre nosotros y por más que se escondiera, tendría que salir cuando apareciera el vórtice. Lo estaría esperando y lo detendría.

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Llegó el día y el huracán azotó con su fuerza destructiva. Aparte de la jaula, el arnés y cadena, me había equipado con soga y una malla para atraparlo No permitiría perder la fuente de mis historias, los libros, la fama y el dinero Lo haría cooperar a toda costa Le rompería su espíritu, lo tendría bajo mi control para siempre y sería el escritor más famoso del mundo.

Usé un pedazo de la soga para amarrarme al balcón y que el viento no me llevara y esperé. Según pasaban las horas se hacían más y más fuertes los vientos y la lluvia. Era casi imposible ver Ramas y escombros azotaban mi cuerpo, la lluvia como filosas piedras De pronto, cuando parecía no tener fin, llegó el ojo del huracán y la brillante luz del sol fue visible. Todo quedó en calma. Mis oídos explotaron ante el cambio de presión. Alcé la vista y, justo en el medio del círculo de nubes un enorme vórtice, como un tornado, surcaba el cielo azul. Solté la soga y corrí en su dirección mientras sacaba de la mochila la malla para atrapar al perro. Lo importante era impedirle el acceso mientras durara el portal. Mientras corría en esa dirección vi cómo el perro salió de su escondite y corría paralelo a mí Traté de cortarle el paso a tiempo, pero era más rápido que yo Aceleré con todas las fuerzas que mi cuerpo de escritor en sobrepeso me permitía y me acerqué lo suficiente como para tirar la malla justo cuando llegábamos al punto donde el vórtice hacía contacto, pero no lo alcancé. Lo que provoqué fue que ambos tropezáramos y rodáramos por el suelo. Su cuerpo se detuvo unos pies fuera del vórtice, pero yo caí justo adentro y fui succionado por el túnel oscuro lleno de luz que iba muy rápido para brillar El portal se cerró tras mí y lo próximo que experimenté fue una caída a un campo hermoso y tranquilo Me levanté del suelo y miré alrededor. El alcance de lo sucedido y mi nueva realidad me abrumó. Grité y lloré. Desde entonces huyo. Me perturba la soledad y el silencio y espero impaciente que aparezca otra vez el vórtice que me regrese a mi versión de la Tierra.

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Foto por Jan Mallander

Max Chárriez nace en 1968 en San Juan. Posee una Maestría en Creación Literaria de la Universidad del Sagrado Corazón. Es profesor de lenguas en NUC University División Técnica Online. Su obra literaria incluye: Delirios de pasión y muerte (2009, 2013); Ojos como de hombre (2011); Huesos secos (2013); Mutilãre (2014); 2058 d. C. y otros cuentos (2016); De sombras y de muerte (2020) y Phālus (2021). Vive en Bayamón.

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@escmaxcharriezi

Ángel Isián

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Tepuiyel

En las noticias anunciaron un nuevo sistema de lluvias. Se esperaba que llegara como tormenta, pero a última hora reportaron que entraría a la isla como huracán, así que Carlos, luego de ver cómo estaba su abuela Consuelo y que las máquinas que la mantenían saludable estuvieran corriendo, se ocupó de los pocos preparativos de tormenta que sus medios le permitían. Quitó objetos que el viento pudiera arrastrar, se aseguró de que todos los desagües quedaran destapados y compró botellas de agua, baterías, galletas, carnes enlatadas, velas y fósforos en el colmado del barrio.

Al regresar y sacar las velas de la bolsa plástica se preocupó por la inevitable falta de luz que habría luego de los estragos Sabía que la empresa privatizadora que asumió el control de la Autoridad de Energía Eléctrica no tenía la mejor reputación a la hora de gestionar reparaciones. En lugar de mejorar el servicio, empeoró, y los apagones fueron cada vez más frecuentes. Tanto así, que su abuela tuvo que darle la firma para un préstamo que le permitiera comprar una planta eléctrica para mantenerla viva, y se añadió otra factura más por pagar mensualmente encima de todos los incrementos a la factura de luz. Carlos trató de no pensar mucho en eso Se ocupó mejor de verificar que la planta tuviera suficiente gasolina y aceite para mantenerla corriendo Cuando no le quedó nada más por hacer, se echó sobre el sofá de la sala y suspiró profundamente en un intento de liberar la ansiedad. Ya estaba atrasado en sus proyectos, lecturas y asignaciones de la universidad porque no era fácil trabajar, estudiar y cuidar de su abuela encamada a sus diecinueve años, y más cuando no tenía ni carro ni casi dinero para cubrir los gastos del hogar. La pensión de la

Dejó que se enfriara un poco el caldero y luego, se desnudó y llevó su ofrenda al patio trasero. Era una especie de bosque pedregoso en las colinas entre Aibonito y Coamo, bastante privado porque los árboles cubrían toda visibilidad.

abuela a duras penas daba para cubrir sus gastos médicos, así que el resto recaía sobre él, que lo manejaba todo con su miserable sueldo y las deudas que iba asumiendo con los préstamos estudiantiles, que usaba para resolver durante el semestre. En medio de su trance, escuchó a Consuelo llamarlo.

Carlitos, papi, ven acá dijo en su voz frágil Voy le respondió y fue hasta su cuarto, se paró frente a la camilla y se inclinó hacia ella.

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No te olvides de él dijo, y cerró los ojos como para seguir descansando. Carlos no dijo nada, solo salió del cuarto, tomó de una canasta sobre el gabinete tres hojas de recao, dos parchas, una guayaba, semillas de achiote y tres guineos y se dispuso a mezclar los ingredientes en un caldero con agua caliente. Se cortó la piel levemente como para que le brotaran unas gotas de sangre y las dejó caer en la mezcla. Luego puso ambas manos en el aire sobre el caldero y los movió de forma circular.

Invoco la magia de los cemíes del bosque para que purifiquen esta ofrenda al guardián de nuestro humilde patio

Dejó que se enfriara un poco el caldero y luego, se desnudó y llevó su ofrenda al patio trasero. Era una especie de bosque pedregoso en las colinas entre Aibonito y Coamo, bastante privado porque los árboles cubrían toda visibilidad Más abajo corría un río que a

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Foto por Adrian Gonzalez

Fue un sueño, se dijo y se enfocó más en sus problemas reales y las responsabilidades que habían recaído sobre él demasiado pronto

Tras el ritual y luego de bañarse, Carlos escuchó la lluvia y los truenos comenzar Se sentó junto a Consuelo y le leía de lo que estudiaba, o de sus ensayos para sus clases. Consuelo, cuando no estaba dormida, le comentaba sobre lo que escuchaba.

Qué lindo mi nieto, tan inteligente… mereces mejor que esto, nene. Que estar cuidando a esta vieja.

No digas eso Tu no tenías por qué criar a un manganzón después de criar a tus hijos Sin ti quién sabe a dónde estaría ahora

Eventualmente, se quedó dormido y, cuando la tormenta estaba en su momento más fuerte, lo despertó el estruendo de una rama golpeando una de las ventanas por la fuerza del viento.

Se fue la luz dijo Consuelo. Mierda murmuró Carlos entre dientes

La luz no vino el día siguiente, ni el próximo. Al tercer día, ya no tenían gasolina para mantener la planta encendida. Carlos se percató de que tampoco tenía dinero para comprar más y no iba a poder trabajar hasta que todo se estabilizara. Trató infructuosamente de comunicarse con la empresa de electricidad, pero solo respondían las máquinas asegurando que pronto el servicio se restablecería No había forma de saber con certeza Nadie había venido, y ninguno de los vecinos había visto los camiones asomarse por el barrio para indicar que ya comenzaban las labores del restablecimiento del sistema.

Al día siguiente, cuando vio que la batería de la máquina que ayudaba a Consuelo a respirar se estaba agotando, Carlos llamó a cuanto pariente para ver si le podían prestar algún dinero para comprar gasolina, pero todos le decían o que no tenían forma de llegar allá o que no tenían dinero para enviarle No te apures, mijo, que, si me toca la hora, al menos ya no seré una carga para ti le dijo Consuelo. Tú no eres una carga le dijo Carlos llorando . Eres mi abuela, mi madre y te amo. No voy a dejar que te vayas así.

Shhhh No llores, nene Todo estará bien No te olvides de él Él Carlos no había hecho el ritual desde el día de la tormenta Sin mucho más que hacer por el momento, dejó a Consuelo descansando y se preparó. Lo hizo enojado, frustrado y triste. Esta vez, en adición a las hierbas y frutas y sangre, sin querer dejó caer lágrimas en el brebaje. Cuando salió al patio, todo estaba recrecido y húmedo. El bosque parecía más bien pantano y sus pies descalzos pisaron charcos de agua y lodo del camino

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al inmenso jagüey. Carlos tenía frío, pero cumpliría con la encomienda. Guardián del patio Te ofrezco humildemente nuestra ofrenda Hemos sido fieles y cumplido con ella, ¿o no? Ahora ¿por qué nos abandonas a nuestra suerte? Sin luz, mi abuela puede morir y yo sin ella, no sé qué haría. ¿Dónde está tu magia, la luz que vi hace tantos años? Carlos se echó a llorar de nuevo.

Una brisa se coló entre las ramas del jagüey, pero no era fría, sino cálida. Carlos miró hacia arriba, atraído por el movimiento de las ramas, y notó entonces cómo el árbol cambiaba de forma Se ensanchaba y abría una apertura en medio del tronco Del hueco salió el hombre verde que Carlos vio de pequeño Al salir y acercarse a Carlos, una luz llenó el aire. El hombre agarró a Carlos en sus fuertes brazos, y Carlos se dejó llevar, estupefacto y embelesado por la belleza del ser que lo cargaba como a un infante. Viajaron a través del portal del jagüey y lo próximo que Carlos supo era que estaba en un mundo de muchos colores brillantes, cálido y lleno de luz. Las plantas, animales, olores y escenas que experimentó a duras penas podía descifrarlas, puesto que todo le era extraño e irreconocible, pero no de una forma que le indujera espanto, sino asombro Estaba acostado sobre una grama púrpura, la más suave de las gramas. Se sentía completamente cómodo y relajado sobre ella. Junto a él, el hombre verde lo acariciaba, lo abrazaba y lo miraba fijo a los ojos. Carlos se sintió seducido por el ente y se dejó llevar por él según recorría su cuerpo. Le correspondió sus caricias, explorando el cuerpo del guardián Fue una sensación nueva para Carlos, quien, aunque ya había disfrutado de sus primeras experiencias sexuales, seguía siendo algo nuevo para él, a veces emocionante, a veces terrorífico. Pero esto era más que eso. Había una magia, un afecto que transcendía lo que ocurría entre sus cuerpos. Había placer, sí, y besos y caricias y se adentraron el uno dentro del otro hasta que intercambiaron luz fluidos energías y afecto pero también hubo

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Tepuiyel dijo, y una cosquilla le subió por el estómago. La luz eléctrica volvió al hogar de inmediato y una gran sonrisa se formó en su rostro Luego, ya bañado y vestido, Carlos se sentó junto a Consuelo para relatarle su encuentro con el cemí, aunque dejó fuera la parte más íntima.

Sabía que eras especial, nene. Sabía que Tepuiyel te cuidaría. Ahora puedo morir tranquila.

Ay, ya, abuela, deja de hablar de morirte. Ahora eso no va a suceder en mucho tiempo.

El día siguiente comenzaron los problemas Primero, llegaron los vecinos curiosos y deseosos de saber cómo Consuelo y Carlos tenían luz sin prender la planta cuando el servicio no había sido restablecido. Carlos evitó responder a sus preguntas, simplemente diciendo que no sabía nada, pero que estaba más que dispuesto a ayudar a los vecinos que necesitaran recargar, y ofreció prepararles hielo y dejó que vinieran por ratos a ver las noticias en el balcón Hasta les cocinó en par de ocasiones a los que no tenían estufa de gas Eventualmente, como se mostró tan servicial, los vecinos dejaron de atosigarlo con preguntas sobre el milagro de la luz en su casa.

Pero la curiosidad de los vecinos no fue el único problema. En las noches, a eso de las tres de la mañana, Carlos empezó a sentir una presencia. La primera vez fue la noche después de su encuentro con Tepuiyel. Se despertó con un sentimiento de extrema pesadez y miedo Se levantó de la cama y prendió su lámpara de noche Tomó la vara y caminó por la casa para ver qué pasaba Cuando llegó a la sala vio, a través de la ventana, un camión de la empresa de energía eléctrica. Al principio, pensó que ya estaban reparando las líneas para reestablecer el servicio, pero no había nadie trabajando y el camión estaba apagado. De él salió alguien que se quedó mirándolo fijo desde esa distancia a pesar de la poca visibilidad. Carlos quedó tieso y su corazón palpitó tan rápido que sentía que se le saldría por la boca La persona dio pasos hacia al frente, cruzó la calle y llegó hasta el portón No se le distinguían facciones o vestimenta, estaba hecho todo de sombras grises. Su mano se extendió para abrir el portón y, en pánico, Carlos levantó la vara. Tepuiyel dijo. Y, de inmediato, desapareció el hombre de sombras y el sentimiento de pesadez que lo afectaba. Uy, se dijo. No pudo dormir esa noche ni las siguientes, especialmente porque las visitas incrementaron En medio de la noche, llegaba un camión de la empresa, pero nadie trabajaba nunca, ni llegaba la luz al barrio Luego de llegar, solo salía la persona de sombras y observaba o intentaba entrar a la casa, pero la magia de la vara de Tepuiyel los protegía.

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Pero pronto, ahí frente a la casa, el ente de sombras movía sus manos y emitía un canto barítono que casi sacudía las paredes Carlos podía sentir la magia desfallecer La luz se iba, y el ser lograba acercarse más, hasta lograr abrir al portón una noche y llegar hasta la puerta. En cada ocasión, Carlos levantaba la vara y lograba restaurar la luz y expulsar de su presencia al ser de sombras.

El día después de que el ser casi abriera la puerta, tras ofrecer el caldero frente al jagüey, Carlos le confesó su miedo al guardián. Tepuiyel salió de nuevo, se lo llevó a su morada y lo reconfortó

El ser de sombras no es de estas tierras Aquí le decimos el Arisarijuna y no es el único Hay otros. Siempre que detectan nuestra magia tratan de robarla. Tienen magia propia, pero nunca les basta, quieren más. Tú también llevas mi magia dentro, la magia de esta tierra que nadie, ni siquiera él, te podrá arrebatar. Viene por la vara que te di, pero no debe obtenerla. Sé fuerte, Hijo de la Isla.

Carlos despertó poco después frente al jagüey Cuando se levantó, se percató de que la casa estaba a oscuras Corrió hacia el cuarto de Consuelo y se alarmó al encontrar al hombre de sombras ahí. Tenía una mano sobre el cuello de la anciana y con la otra apuntaba hacia Carlos.

Sabes lo que quiero. Dámelo dijo con una voz grave, casi electrónica, mientras hacía gesto de amenaza como si fuese a dejar sin aire a Consuelo.

Carlos no sabía qué hacer, estaba aterrado y confundido, y no entendía en qué momento falló la magia de Tepuiyel como para que el Arisarijuna lograra entrar a la casa El ente no le dio mucho tiempo para pensar. Apretó sus gruesos dedos contra la tráquea de Consuelo, y ella solo podía gruñir como si estuviera asfixiándose.

Carlos corrió a su cuarto y agarró la vara. Regresó de inmediato y apuntó hacia el ente. Tepui… trató de decir.

No te atrevas ordenó en un bramido poderoso el Arisarijuna, apretando aún más el cuello de Consuelo Ella apenas se movía y Carlos estaba desesperado y con lágrimas bajándole por cada mejilla.

No dijo nada. Se lanzó hacía el ente y enterrándole la vara en el pecho gritó: ¡Tepuiyel!

El pecho de Carlos se expandió de momento, como si fuera el jagüey. Un agujero de luz se formó, y de él salió la mano de Tepuiyel con una espada de luz que atravesó al Arisarijuna y lo llenó de tanta luz que su cuerpo explotó La mano de Tepuiyel regresó por donde había venido, el pecho de Carlos volvió a la normalidad y la vara cayó al suelo.

Carlos se levantó de inmediato. La magia había resumido su función, iluminaba la casa de nuevo, pero Consuelo no respondía.

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Abuela, responde dijo en un llanto ahogado. Pero Consuelo no saba señal de vida.

Carlos terminó de preparar la ofrenda Llevó el caldero al jagüey Temprano en la mañana había estado en el funeral de Consuelo. Más que triste, estaba furioso. Por eso había derramado lágrimas otra vez en el brebaje.

Tepuiyel, te ofrezco la ofrenda. No dejes de favorecerme con tu poder y gracia. No pude defender a abuela Consuelo, pero lo que no se logra defender, se venga. La mano de Tepuiyel salió del hueco en el tronco del jagüey Portaba la espada de luz Dame la vara dijo y toma la espada Reclama la magia de la tierra que te pertenece y saca de aquí a los que pretenden robarla. Así lo haré respondió, y se fue a cumplir la encomienda.

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Foto por Onno Kalverda

Ángel Isián nace en 1984, en Santa Isabel. Es narrador y poeta. Es autor de La casa de los espejos (2013) y El cuco te va a comer (2020), además de coautor de Cuerpos en la pared (2016) y editor de La primera antología de La Liga de Poetas del sur (2014), No cierres los ojos: Antología de relatos de horror y terror (2016) y No cierres los ojos 2: Antología de relatos de horror y terror (2019). Además ha contribuido con la revista Evento Horizonte y publicado cuentos y poemas en las antologías Fricción Cuántica: Antología de ciencia ficción desde Puerto Rico y su diáspora, Antología para el aislamiento, Proyecto Cuthulu y Pleilist Shuffle, entre otros.

@angelisian 65 @angelisianescritor @angelisian

Vanessa Isabel

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Un lugar natural

En mi isla del encanto, Puerto Rico, viví el día más triste de mi vida cuando lo conocí. En pleno solsticio de verano, un día que suele estar lleno de encantos, mi madre había muerto. Me sentía como si me hubiesen desgarrado el corazón del pecho y ahora en su lugar tenía un hueco tolerable. Como buena mujer fuerte, estaba sentada en una barra de mi hotel boutique favorito en Isabela, acariciando el vaso de whiskey en silencio, sonriendo con falsedad cada vez que pasaba un desconocido Escuchando las olas rozarse con la arena La brisa acariciaba las palmeras. El boricua es bien mozo, apetitoso a la vista. Para mí, dormir desnuda en un cuarto de hotel es una de las cosas que me hace sentir decadente. Caminando hacia mí en una cadencia elegante estaba este hombre alto, bronceado, barbudo, sus rasgos de gladiador romano. Esa cualidad felina que sería vista como arrogancia por el ojo menos refinado, un hombre que se siente a gusto en su cuerpo, que se mueve por el mundo con la certeza de que lo deja inundado por su esencia Observarlo me tenía tan mojada que temí moverme en el asiento y dejarlo empapado. Su polo azul oscura se enredaba en sus fornidos bíceps. Su boca carnosa se abrió para sonreír en mi dirección, el espacio entre sus dientes me dio vestigios de una esperanza persistente que desembocó en hoyuelos. Me sorprendió la emoción y le invité a acompañarme. Su voz era tan bellaca como su apariencia varonil y firme Muy amablemente se sentó y me ofreció un trago Le enseñé mi vaso de Cristal Lalique que aún tenía whiskey Pidió dos más Le dije que no estaba obligado a ser el espejo de mis gustos. Me juró que el whiskey era su preferencia. Hablamos de lo encantador que es ese pueblo con su gente y sus playas. Para recalcar su opinión, me tocó el hombro con toda la intención de un seductor sedicioso.

Teníamos mucho en común pero lo que me parecía interesante era todo lo que no. Creció en un pueblo costero de mangós y papayas, yo crecí en el país Todo lo que lo llevó a ser el hombre que estaba delante de mí, era constante Yo era la reina de la diversidad y resolver en el momento. A él le gustaban las fraternidades y los grupos, las sociedades. Yo lo que bien o mal, lo hago y pago sola. Su tono era serio y yo suelo hablar relajando. A mí me gustaba su hermetismo y a él mi vulnerabilidad. Entre tanto distinto, nos encontramos en el lugar más importante, la complicidad. No teníamos idea de adónde llevaría la noche, no nos importaba nada más que estar presente en esta noche suntuosa de cálido verano boricua

Siempre me ha maravillado la capacidad que tenemos los humanos de sentir más de una cosa. La pérdida de mi madre descuartizaba mi alma, pero la oportunidad del confort de este extraño me seducía. El tiempo voló sin nosotros, en pocas horas amanecería. Le invité a ver el amanecer desde la terraza de mi cuarto. Lo bueno de que te pase una tragedia es que te tomas menos en serio y encuentras la magia de los riesgos Me

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preguntó qué haríamos en lo que llegaba ese sol. Le dije <<fresquerías>> y sonreí. Subimos al cuarto En teoría, soy una mujer lanzada, pero la mitad del tiempo, en mi interior, siento una inseguridad ensordecedora Solo que tengo una determinación incansable de hacer de mi incomodidad un lugar natural. Sentía cómo me palpitaba el corazón en el toto, la desesperación delirante. Esa ansiedad de bellaquera, lo tomé de sus hermosas manos masculinas, sus dedos largos. Las manos son un detalle que me excita de los hombres, este tenía manos de pianista. Me cambió la mano y me di cuenta de que la izquierda era más áspera Pensé que debía ser diestro o que usaba más crema en la mano derecha para tocarse

Llegamos a la habitación, yo engatusada por el galán. Ni detalles puedo dar de la decoración. Él era la decoración, la pieza de resistencia. Lo observé desnudarse, cada detalle. La polo fue lo primero que eligió, miré cómo la puso en la silla que ahora cobraba vida en el espacio que solo tomaba carácter cuando él lo habitaba. Mi ropa ya había volado por los aires, no tengo esas delicadezas con la urgencia Me acosté cómoda en la cama a esperarlo Me dio un poco de ansiedad que se veía delicioso sin ropa, tanta perfección agobia y me recordé que entre las piernas tengo un portal al universo. El pantalón siguió, este hombre se estaba desvistiendo metódicamente, con seriedad, y yo me iba a memorizar cada movimiento. Develó un lunar en la cadera que me provocó lamerlo, lamerle todo el cuerpo. El voyerismo me tenía mojada hasta el muslo. Se movió hacia mí en la cama con una expresión facial risueña que le prestaba vulnerabilidad Me besó, su boca carnosa sabía a destino La expectativa me tenía erizados los pezones La tensión sexual era devastadora, asentí con la cabeza a un encuentro que ya daba vestigios de memorabilidad. En esa voz seductora susurró <<quiero darte mucho placer, eso me da placer>>. Me dio tanta tranquilidad que mi sarcasmo salió a pasear. <<No se diga más, yo lo puedo complacer>>, pensé. Se acercó, se arrodilló frente a mí y me veneró. Sabes mucho de un hombre sin que te toque por su intención, este caballero tenía un aprecio por las mujeres y se le notaba Tu orgasmo es tu responsabilidad, pero sabes que un hombre es especial como amante cuando quiere empezar el acto por deleitar. Metió la mano en mi toto mojado, los dedos. Me miraba con esta intensidad penetrante, la energía era palpable. El aliento en mi cara y el olor de su piel en morse despertaba mis sentidos, olía a erotismo y hedonismo. Sabía a él, alborotaba. Su mano se intensificó rasgando el interior de mi toto. Toda mi piel gritaba que la manoseara Me chorreé sin mucha provocación, las horas hablando ya me tenían sugestionada La gente inteligente es sexi Me dejé llevar y comencé a sentir una necesidad inmensa de jadear, gritar, serpentear, culear. Me sentí cargándome en una onda electrificada, viva. Apretó el interior de mis muslos, me sorprendió su emoción, esos pobres muslos que los he pelado y despreciado en tantas ocasiones. Él los halaba y apretaba como un tesoro que yo no vi. Me apretó los

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muslos con apreciación y deseo. En ese momento no pensé en si tenías celulitis o flacidez, solo disfruté sus manos grandes apretándome Su mirada de exaltación

Sus dedos se adentraron más en mí, puso la palma de la mano sobre mi Monte de Venus, se sentían más intensos sus zarpazos. Algo tocó que desató una fuente intermitente de chorreo. Arrodillado entre mis muslos su pene parecía una espada, gordo, largo, engrandecido, venoso, irreprimible, auténtico. Me dijo en su voz ronca varonil <<te lo quiero meter>> y asentí. Lentamente, cucándome con su acero, se adentró en mí. Experimenté cada línea, su quijada pronunciada, su bronceado boricua, las marcas de sus músculos, la ingle tallada, esculpido por los dioses, ese cuerpo hermoso, la flexión de sus brazos fornidos, su piel sedosa. A la entrada marchaba su pene abriéndose camino en mí. Lo recibí en el abismo sagrado que tengo entre las piernas, el depositó su energía, la renové y la devolví. A este hombre grande e imponente yo sujetaba, abrazándolo como una estrella de mar a una roca. Ondeaba sus caderas, me avisó de un orgasmo del que yo no sospechaba, descifrando mi materia, mi ser El jadeó, gritó, me dio un clímax que no había experimentado, suelo tener orgasmos enredados, pero este era continuo, como una tecla pegada en un piano electrónico. Cerré los ojos para encontrar en ellos una nébula tarántula en mi mente provocada por su brujería sexual. Me sorprendí gritando <<¡puñeta!>>. No suelo usar la palabra tan a menudo como se lo merece la vida, pero agradecí que mi expresión sexual también es fiel a mi cultura. En el nudo de los orgasmos uno encima del otro, competían por cuál se liberaría primero Lo abracé, le dije al oído lo rico que estaba, acaricié su cabeza Su piel suave la manoseaba, la tocaba con mi cara Su bicho me exasperaba, llenaba y liberaba. Quería un momento, no quería que parara, no podía ni pensar. Electrificada, visceral, tanteada, conocida, vista. Me anunció que se venía, lo sacó, abrí los ojos para no perderme nada. Se frotó con una desesperación sorprendente, agobiante y encantadora. Explotó. Se acostó al lado mío y me apretó el antebrazo, demostrando la presencia que no pasaba desapercibida Le puse la pierna sobre la suya para replicar su gesto Nos tomamos un momento para estar, disfrutar el silencio, la complicidad, la existencia. Logré verbalizar un poco <<a mí también me gusta dar placer>>. Me acerqué a su desahuciado pene desinflado. Su bicho es un crecedor morado pálido. La mejor manera de reestablecer a ese soldado caído es con la áspera lengua, mojada y caliente. Seguí <<ya te complací y ansío tocarte, quiero tocarte todo, quiero apretarte el bicho, escucharte jadeando, besarte, quiero sentirte todo, manosearte todo Quiero lamerlo de vuelta a su gloria anterior>> Lo puse todo en mi boca, lo lamí con gusto. Sentí con regocijo cómo crecía dentro de mi boca hasta que ya no cabía. Me moví a usar las manos. Usé ambas, lo manoseé de arriba a abajo, froté el frenillo. Llega el momento sexual de toda mujer que se viene por penetración que sientes que si el tipo no te penetra no podrás sobrevivir. Le pregunté si me podía sentar sobre ese bicho guapo y

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consintió. Me senté sobre la magnífica erección mejor que en cualquier trono. Me tomé un momento para apreciarlo El hombre espectacular debajo de mí, la vitalidad que sientes en pleno sudor sexual, mi toto relleno de puro bicho Apoyé mis manos sobre su pecho macizo, me balanceé sobre él y me moví con gusto, natural. Lo escuché cuando me dijo que hiciera eso para mí. La intención me dio más bellaquera. Se levantó hacia mí y, en medio de que me sujetara, sentí cómo me subía por la espalda un orgasmo que debe ser como se siente la gente cuando poseen su cuerpo en medio de un ritual de media unidad. Me vine de nuevo, me temblaron tan fuerte las piernas que le pedí que cambiáramos de posición Debajo de él, me entregué a los bandeos de su cuerpo, el estruendo y la colisión Sus movimientos respondían, estaba usando mi piel como si fuera suya. La misionera siempre ha sido divertida con el conductor adecuado. Se vino dentro de mí, dejándome enlechada y lo apreté con un abrazo de chocha. Mis piernas no se habían recuperado. La gente que luego de un encuentro corre al baño ha perdido todos los detalles de estar en otra piel Se quedó bien callado Sentí que algo le pasaba Le pregunté por el cambio Me verbalizó con vergüenza que se había enamorado de una bruja que le hizo un sortilegio, y que solo estaba entre los vivos durante el Solsticio de Verano. El resto del tiempo se disipaba en el éter. Según él, ese día es más mágico porque tiene más horas del Sol, hay más luz. Le comuniqué entre risas que había escuchado cuentos para tener sexo con alguien y no quererlo ver de nuevo, pero que mejor matara a una abuela o algo más creíble Que si, al día siguiente, se metía en un programa de protección de testigos de crímenes y tenía que cambiar su identidad, eso era más creativo Me explicó cuándo comenzó todo, se enamoró de esta chica mayor, coqueta y brillante de Aguadilla. Todo iba bien hasta que empezaron a distanciarse. Se enamoró de una bruja que, cuando ya no lo podía tener, lo encadenó en las tinieblas. Ella coleccionaba hombres como trofeos y lo encerró en un cuarto mientras trabajaba el hechizo. Entró, lo sedujo explicando que lo liberaría si estaban juntos una última vez Lo sentó en la cama y le mamó el bicho hasta que se vino en su boca Ella se fue con la boca llena porque su semen era lo último que necesitaba para el conjuro. En una olla gigante, escupió aquello y lo mezcló con otras hierbas y una porción de sus vellos, para luego hacer una declaración: <<este hombre me pertenece y si no quiere estar conmigo, solo puede estar entre los vivos, el día que el sol tiene más potencia>>.

Le dije <<un día del año al menos es un día No te pongas triste>> mientras palpaba mi bajón Lo miré con intención como si mis ojos fueran una cámara y pudiera al parpadear reclamar su cara a mi memoria. Lo observé maravillada y agradecida, hay gente que con solo existir te hacen sentir más viva. Podemos vernos ese día, negocié. Es mejor un

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poquito de algo glorioso, que nada. Vivirás en las tinieblas y yo en la luz, tu mundo y el mío no serán el mismo hasta ese grandioso día La vida no es blanco y negro, muchos vivimos en calidoscopios de gris El resto del año, para mí, vivirás en la bóveda de mi corazón Un lugar natural. Me dijo muy seguro que nadie sabe lo que va a pasar en la vida. Aún no amanecía. Desnuda me abracé a su cuerpo, su piel fresca. Lo abracé con la intención de depositar dentro de él todo el amor y la luz que pudiera pasar de mi cuerpo al suyo, consciente de que su sanación era decisión suya. Mientras lo abrazaba sentía cómo comenzaba a desaparecer, lo apreté más fuerte Es fácil abrazar la catástrofe cuando se vive una vida de furia o duelo, inútil e impotente ante tanta injusticia O abrazas la injusticia y la impotencia o explotas de coraje y dolor. A veces hacemos ambas. Sollocé, me apartó para mirarme con apreciación. En una voz delicada me pidió que lo besara mientras desaparecía como una estrella centellante. Se desvaneció como si hubiese sido un sueño de una noche de verano, un conjuro de mi imaginación. Me tiré en la cama a llorar, lloré por tanto que no tenía nada que ver con él, luego lloré porque lo necesitaba El acto sexual me había abierto de par en par y sentí mi tristeza La pérdida del milagro que experimenté con ese hombre. Conectar en esta isla abandonada es un acto atípico. El dolor nos acerca a lo divino, a la cruz, al calvario. Sentí mi dolor porque si no lo sentía me iba a ahogar. Pasaron los días en mi diluvio de llanto, mis lágrimas se convirtieron en agradecimiento y seguí. Porque en la vida muchos seguimos sin que los demás sepan lo que llevamos dentro, lo que escondemos, lo que es solo nuestro Él era mío Yo lo tenía guardado adentro Parte de mi estaba segura de que no lo volvería a ver

Pasó el año sin mucho cambio, la vida continúa. Los hombres en general no tienen mucho de mi atención. No tengo prisa de andar acompañada ni una necesidad de ser completada. Me siento completa sola, disfruto de mi tiempo conmigo y veo a los hombres más como el frosting en el bizcocho, que es rico hasta sin él Hay que orar y pedir a los ancestros guía, pero también hay que actuar Regresé al hotel en el solsticio y pasé horas sentada acariciando mi whiskey, esperé por su caminar felino. No lo vi. Nadie se acercó a mí con su apariencia de gladiador, ni de otra forma.

Me retiré a mi cuarto. Me di un baño caliente y desnuda me metí en la cama, cerré los ojos Me quedé dormida pensando en el milagro que no se dio Quise ponerme triste, pero coincidir es el verdadero milagro, alguien que te conmueva, estremezca y vea En la mañana, mientras despertaba, noté un peso en la cama, abrí los ojos y allí estaba él. Me sonrió. Le pregunté <<¿Cómo estás aquí? Ya salió el sol>>. Me contestó <<tenías razón, mi hechicero soy yo>>.

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Vanessa Isabel es escritora, empresaria y amante. Ha publicado la novela porno Intervalos con la Editorial San Fillippo, de la cual es Editora en Jefe. @vozeros @vanessaisabel

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Mariesther I. Muñoz Phi

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Crash Boat

A todo marinero le contaron en su infancia que un hombre se enamoró de una mujer de diferente especie. Dijeron que las sirenas eran preciosos monstruos marinos de Sicilia. Cantaban hermosas canciones y guiaban a los marineros a la muerte porque se hipnotizaban con sus voces y los barcos se estrellaban contra las rocas, la única forma en que los marineros podían vivir bajo el mar era con un beso de sirena Estad seguros de que estas criaturas eran muy misteriosas y hermosas, pero su naturaleza era muy malvada; matarían a cualquier marinero y pirata que se acercara a su hogar

Después de años, los marineros se aventuraban por el mundo. Sus historias vivían en ellos, pero las historias de piratas y monstruos marinos no eran las más famosas de la época.

La nueva tierra, los nativos y el oro constituyeron los principales relatos de marinos y colonos

Un día, un grupo de piratas supo del oro que se había encontrado en Puerto Rico y decidieron hacerse de un poco del preciado metal. Entraron por el norte, pero desembarcaron por el oeste porque el noreste yacía conquistado y muchos otros corsarios ya se peleaban por y saqueaban la capital. Estos piratas intentaron entrar en la isla por la playa que hoy conocemos como Crash Boat

Se cuenta que, durante su intento, los piratas escucharon voces melódicas que cantaban como ángeles Siete de ellos se acercaron a la isla en un bote más pequeño No creían que en esta parte del mundo pudieran existir sirenas. Tras acercarse a la isla, quedaron tan hipnotizados que se ahogaron en la playa, festín de tiburones, y el bote se estrelló contra la isla.

Mucha gente pregunta cómo se conoce esta historia Bueno, uno de los marineros fue espectador de la escena Vio a sus compañeros del gran barco negro Fue una horrible experiencia, los otros piratas esperaron en el barco un día entero para intentar volver a la isla. Al día siguiente, otros siete de ellos trataron de llegar a la isla, pero también murieron en el intento. Al tercer día, el capitán envió siete piratas más por última vez, pero también se ahogaron. Esa misma noche, todo estaba en paz en el gran barco, hasta que una canción hermosa se oyó a lo lejos, desde la isla Todos los piratas escucharon las voces, incluso los que estaban durmiendo, la mayoría se despertó, excepto uno La playa se volvía luminosa, con resplandecientes colores azules y verdes Casi todos los piratas veían el inusual espectáculo desde el barco, excepto el que se quedó dormido por el trabajo pesado del día. Siguió durmiendo y soñó con una singular nadadora. Permanecieron en el barco durante aproximadamente una hora, pero estaban tan

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maravillados con la vista que llenaron tres pequeños botes y trataron de remar hacia la isla. El capitán dio la señal para enviar el gran barco negro de una buena vez

Los piratas estaban hipnotizados, pero cuando el pirata dormido sintió que el barco se movía, se despertó y fue adonde los demás. Este duro trabajador y pirata de carácter era un hombre de muy buen corazón. Vio a sus compañeros saltar del bote y trató de detener a algunos de ellos, pero se soltaron de sus manos y saltaron. El barco se quedó solo con el capitán y el pirata consciente. Cuando vio que el capitán no evitaría que el barco se estrellara, saltó al océano Confundido bajo el agua, se desesperó porque no encontraba aire para respirar En un momento, vio una figura acercársele. Recordó las historias de sus años de infancia y nadó hacia la figura, a quien sorprendió por la espalda, agarró y giró para besar sus labios. No sorprendió a ninguna sirena cualquiera, sino a la Reina de todas ellas. Después del beso, todas las sirenas sintieron la presencia de un nuevo miembro, se volvieron hacia la reina y desaparecieron en el océano oscuro La reina sirena y el pirata ahora se encontraban a solas La sirena lo miró a los ojos, lo agarró de la mano y lo llevó al fondo del mar Pudo respirar bajo el agua. Se conocieron mejor en la oscuridad. Él no podía ver nada porque sus ojos no veían a esa profundidad. Unas horas más tarde, la sirena notó que la piel del hombre no era normal. Entendió que él no podía vivir bajo el agua. Comenzó a cantar y el pirata se quedó dormido. La sirena lo llevó a la orilla de la playa y lo devolvió. Cuando el pirata despertó, era de mañana y estaba solo Vio el barco estrellado contra las rocas y algunos cuerpos cerca de los restos Se preguntó sobre la isla, los animales en ella, sus maravillas y sobre las sirenas de la noche anterior, pero no caminó demasiado profundo temiendo a los nativos y colonos. Construyó una casita de madera, cerca de la playa y la mayoría de los días comía pescado, cangrejos, cocos y plátanos.

Nueve meses después, apareció una mujer frágil en la frontera con el lugar donde despertó el día después del accidente El pirata la vio y fue a socorrerla Notó que ella cargaba una criatura y, cuando la vio, recordó la primera mirada de la sirena que besó. Ella lo vio, le tocó la cara y lo besó en los labios. Él la llevó a su casa y luego se dio cuenta de que ella había dado su cola por estar con él.

Cada noche, ella le cantaba y la playa tomaba un color azul y verde brillante. Su hija creció y, como las sirenas necesitan agua, su niña, ahora toda una mujer, se fue al océano y vivió allí hasta que un nuevo bote se acercó a la playa de Crash Boat

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Foto por Dimistris Vetsikas

Sangre y leyendas

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Maquillaje de fantasía

Esta princesa del espacio ha viajado por decenas de galaxias, pero prefiere un estilo algo antiguo, combinado con una mezcla de culturas intergalácticas Ella cree que la unión de las galaxias se encuentra en la aceptación de cada cultura, sin discriminar cuan viejas o nuevas son Es una defensora en cada planeta en el que se detiene y en cada estación en la que se encuentra. Cada lugar que toca se transforma con su ideología y experiencia

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Mariesther I. Muñoz Phi (ella) se dedica al diseño de presentaciones escénicas y plásticas. Al realizar un trabajo creativo, su base es la autoevaluación y su relación con el entorno social y natural, enfatizando la psicología del color para trabajar temas de escenas costumbristas, libertad, amor, vampirismo emocional, paisajes, animales, baile o de autoevalúo. Escribe la obra corta "Ayer y hoy" en el 2019. Se presenta por primera vez en la obra "La cita entre el ayer y hoy" el 22 de mayo de 2019, en El Ensayo Café-Teatro-Bar, Río Piedras, P.R.

MariestherIMunozPhi

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Daniel Torres y Eïrïc R. Durändal Stormcrow

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Escribir Lucy, tú qué sabes Daniel Torres

La publicación de Lucy, tú qué sabes / Lucy, the Hell You Know! en la editorial alternativa puertorriqueña Gnomo Literario (“Literatura peligrosa para lectores peligrosos”), con una traducción al inglés del escritor Eïrïc R Durändal Stormcrow, director de ese proyecto; me ha hecho reflexionar acerca del proceso de escritura que significó, desde los años de la década de 1980, el inicio de la concepción de las historias que comprenden la trilogía o “dragalogía” (por ser tres novelas cortas sobre dragas): Morirás si da una primavera (1993), Conversaciones con Aurelia (2007) y, ahora, Lucy, tú qué sabes (2022). El arte de la ilusión del travestismo o “draguerío” es el centro solar de esta diégesis. Se trata de contar en tres narrativas altamente poéticas varias décadas de pensamiento y ejercicio escritural, y es también hacer un compendio de la historia personal y nacional de Puerto Rico y su diáspora desde 1993 hasta 2022.

Comencé a ejercitar la pluma para cifrar a Papo y a la Madama del Dulce de Coco en Morirás… desde la pandemia del VIH y sida de los 80 y a elaborar la historia de Aurelia en sus Conversaciones… hasta llegar a Lucy… y cerrar un ciclo episódico y discontinuo de vidas que paralelamente cuentan casi la misma experiencia a través del lenguaje del melodrama y la música de canciones clave y artistas de la canción como: Sara Montiel, Lucy Favery, Blanca Rosa Gil, Paloma San Basilio, La Lupe, Isabel Pantoja, Valeria Lynch, entre otras otras divas. Los showcitos de las dragas en el local del Pájaro azul primero, y mucho después en La Cueva, son expresiones de un espacio que se quiere conquistar y recobrar a través de la palabra. Lo mismo pasa con la famosa “Rogativa de las Dragas” por la Calle Norzagaray en el Viejo San Juan, de madrugada, cuando un grupo de hijas putativas de Aurelia llevan sus cenizas para depositarlas clandestinamente en el cementerio marino Santa María Magdalena de Pazzi, donde descansan los héroes nacionales. Luego de ir a misa en catedral se reúnen en un mentado “Café de Medianoche”, pero a media mañana, después del esparcimiento de las cenizas, para pasar a narrar una “cháchara de las comadres dragueras” donde terminan de contar la historia, y después retrotraerse al espacio de la primera colonia a extramuros de La Ciudadela de San Juan en un epílogo como una coda para volver a empezar Los tres epígrafes al inicio de la novela preparan a quien lea para el mundo en el que se va a aventurar: el encuentro fortuito del poeta Alfredo Villanueva Collado con Lucy Fabery, los versos de Raúl Lugo Rodríguez sobre el momento de la muerte y el posting en Facebook del actor Roberto Franco sobre su personaje Dodi Maleanta son tres sensibilidades que indagan sobre lo fabuloso, lo triste y lo juguetón del mundo drag Ya luego cada sección o

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capítulo también tiene una serie de epígrafes de diversas procedencias, de los Salmos, John Milton, Lourdes Vázquez, el profeta Jeremías, Fangoria y William Shakespeare. Todos hacen hincapié en lo que se quiere narrar para enmarcarlo en el discurso literario de otros registros desde la historia sagrada, la música popular, la poesía y la narrativa Esto hace de la novela corta Lucy, tú qué sabes una especie de palimpsesto en el que quise cifrar distintos discursos que fueran develando la historia.

La hermosa portada y contraportada del mismo Eïrïc R. Durändal Stormcrow y su esposo José Sebastián “Sebas”, esa Lucy pelirroja, como muchas veces lo fue Lucy Favery, su modelo, con un maquillaje exagerado de sombra azul y lápiz labial rojo jungla sosteniendo un vaso de Martini en sus dedos impecablemente manicurados, también de rojo a juego con su vestido, sobre fondo violeta, engalanan el texto y señalan hacia la dimensión deliberadamente camp de toda literatura queer.

Escribir Lucy tú qué sabes, pues, ha sido para mí una liberación y espero que quien la lea pueda experimentar esa misma sensación sin necesidad de leer las otras dos entregas anteriores o le prepare para ir hacia atrás y volver a empezar desde Morirás si da una primavera y seguir con Conversaciones con Aurelia Para quien se embarque en ese viaje, muy buena lectura, y cuidado con estas dragas malas que no lo son tanto

Lucy, tú qué sabes 9" x 11" Plumilla y acuarela

Penciler: José Sebastián "Sebas"

Inker: Eïrïc R Durändal Stormcrow

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Traducir Lucy, tú qué sabes Eïrïc R. Durändal Stormcrow

Traducir es mucho más que ir cambiando palabras de una lengua por facsímiles razonables en otra. Cuando traducimos, en realidad, estamos intercambiado semas o unidades básicas de cultura. En eso, la traducción se parece mucho a la creación de memes para las redes sociales: se trata del junte de sentidos, aglomerados y aglutinados en una flecha que da en el punto preciso de la pituitaria de quien lee Sin embargo, es vital reconocer que, como en tantos asuntos de la experiencia humana, no todo el mundo está en la misma página en cuanto a la lengua No todo el mundo escribe igual porque la forma en que recibimos la lengua no es la misma. Yo, por ejemplo, recibí el inglés de mi padre y el español de mi madre en un contexto familiar cultural cerrado, sectario (me crie en la secta de los Testigos de Jehová) y bastante limitado En mi caso, suelo viajar libremente entre una lengua y otra en la oralidad En la escritura, sin embargo, suelo agarrarme de un formato sumamente estricto, cohesivo y consistente a lo largo del texto, que me ayude a hacer el mismo viaje, back and forth, sin ningún problema, seamlessly y de manera sleek. Uso mucho esa última palabra, sleek, como norte de todo lo que quiero lograr literaria y artísticamente, y ahora a los niveles de traducción y edición de manuscritos. Se ha vuelto una muletilla personal la palabrita. Y esa colección de muletillas o formas personales de usar la(s) lengua(s) se conoce como idiolecto: el conjunto de decisiones lingüísticas personales que forman una firma en cada ente comunicador

Los escritores no somos ajenos al ideolecto. Muchos, incluso, reaccionamos violentamente a cualquier enfrentamiento que pueda existir entre el ideolecto y la lengua normativa social. Case in point: Joserramón “Che” Meléndes con su Casa de la forma, poemario que inicia la piquiña de ciertos entes comunicadores de destruir la lengua por completo y, aún así, esperar a que les lean Estas volatilidades, sin embargo, son la excepción En realidad, casi todo individuo intuye y sabe cómo navegar los vaivenes entre la lengua normativa y el idiolecto.

Para el traductor, sin embargo, navegar estas aguas intersticiales requiere negociación continua con el autor del texto original. Es aquí donde muchas traducciones se caen, sobre todo cuando el ego del traductor se interpone en su labor Aquí conviene describir un poco la forma en que la traducción se convierte en una suerte de lip synching y el traductor se transforma de una especie de draga y la traducción es su showcito en la barra de su predilección. Traducir a Lucy fue una conversación continua con el autor, sobre todo porque Daniel, aunque es narrador, primordialmente, es poeta y los poetas, cuando

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también son narradores, tienden a poetizar en sus ficciones, a permitir que lo lírico se desangre en lo narrado No en balde, poetas como Alfredo Villanueva Collado, se rebelaban contra lo híbrido (“la poesía con la poesía y la narrativa con la narrativa” le leí decir una vez), y es que cuando la poesía se saca de su reino y contexto naturales y se mete en la narrativa, se crea un efecto peculiar: la narrativa se desdibuja con la lírica, se pierde lo que se está narrando, se borra, y esto es bueno saberlo para restringir lo lírico a ciertos espacios clave dentro de la narrativa. Lo opuesto sería dejar que lo lírico se apodere, cual virus de VIH/sida, del cuerpo narrado, lo colonice, lo desvirtúe y, al final, lo destruya Traducir a Lucy representó retos incluso con ideolecto generacional, puesto que Daniel y yo somos de generaciones sucesivas, es decir, él es Baby Boomer tardío, yo soy Generación X igualmente tardío y la traducción, necesariamente, tenía que servir de puente, no solo entre una cultura y otra y una lengua y otra, sino entre una generación y otra. Esto es algo que no solo sucedió a nivel léxico, sino a nivel sintáctico, porque al igual que existe vocabulario específico de ciertas generaciones (ya nadie escucha a los cacos decir “ eso es melaza” refiriéndose a que algo es cool o asombroso, pero sí escuchas a hípsters decir “ eso es awesomesauce”). La lengua va cambiando, se metamorfosea, a veces, incluso, se mete en crisálidas y “ se tranca”, para luego renacer y seguir evolucionando. Como la gente misma. La lengua se comporta como quienes la usan. Es una criatura espejo de sus amos. El ejercicio de la traducción manda entender eso.

Así, para traducir una novela de dragas, hay que meterse en la cultura de dragas. Hay que entrevistar a gente del ambiente drag, o del “draguerío” (que en sí mismo, es un ideolecto de Daniel Torres. Jamás había escuchado a nadie usar esa palabra). Hay que entender el aspecto camp de la cultura drag, y de la cultura queer at large, su historia, sus proyecciones, sus luchas y sus triunfos Y hay también hay que ser crítico de esa cultura Pero más que nada, para traducir algo que se escribió de manera deliberadamente camp, hay que ser, de igual forma, deliberadamente camp. Nada más para traducir el título, tuve que pararme frente al espejo, sentirme Lucy, sentirme draga, y repetir, una y otra vez, “tú qué sabes” hasta que me llegase el “the hell you know”, moviendo la cabeza de lado a lado y todo, imitando a las dragas cuando lo hacen, moviendo el dedito mientras lo decía, hasta que pude asimilarlo, asumirlo y ponerlo en la página.

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Daniel Torres es un escritor gay boricua. Ha publicado múltiples poemarios y libros de cuentos, así como las novelas Morirás si da una primavera (1993), Premio Letras de Oro, seguida por Conversaciones con Aurelia (2007) y Lucy, tú qué sabes… (2022). También ha publicado crónica y crítica literaria. Es profesor de Lengua Española y Estudios Latinoamericanos en Ohio University desde 1990.

@dani _ daniel _ torres

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Sueños de nereidas

Pero mi mundo no era tan mágico como los de los parques. En esta maldita Isla, nada es mágico. ¿Comó puede ser mágico un lugar donde se va la luz cada dos días y se echa a perder la carne que compre a sobreprecio en Selectos? ¿Cómo puede ser mágico un país donde vas al médico por un dolor en el costado y terminas tomando una Tylenol porque no te da el presupuesto ni para los bioequivalentes? Tampoco es mágico un lugar donde tienes que ser blanquito y agringado para que te miren como bonito, porque las prietas apestan y los del resto de la Isla son jíbaros ¿Cómo puede ser mágico un lugar así?

Las nereidas son finas, como las hijas del sol y las aguas del río y del mar, porque son como el verde del monte y tan negras como la noche azabache. Ahí fue cuando me tocó en el hombro el hada y me hizo regresar a esta realidad Mi realidad.

Pero mi mundo, este mundo que me he creado, sí que es mágico y aquí las hadas nadan bajo el mar Una se me acercó y, con un susurro casi imperceptible, me pidió que mirara hacia arriba Una intensa luz amarilla bailaba la misma danza, mientras que el hada me sonrió con cierta maldad. Por un instante me dejé llevar por la luz, como lo hace el primo de Yaritza después del moto y me elevé a una frecuencia donde yo misma me veía desde arriba, flotando en medio de las olas, dejándome llevar por las corrientes que hacían las nereidas al bailar Quedé maravillada Porque las nereidas son hermosas, no como las

Las hadas revoloteaban a mi alrededor bailando una danza mañanera de ensueño de verano. Zigzagueaban al compás de la melodía del océano y del cantar de las nereidas. Por un momento, pensé que me había vuelto loca, pero luego pensé que las hadas son mágicas y pueden vivir donde sea, incluso en el fondo del mar Son tan mágicas como la cojóbana que aspiraban los caciques taínos para invocar a los cemíes metiéndose una larga pipa por los orificios de la nariz y dejando salir el humo por la boca, o como la mariguana que fuma el primo de la Yaritza que lo hace alucinar hasta babearse de la risa mientras baja los monchis con un pedazo de bizcocho de piña de la panadería La Gran Piñata, o tan mágicos como las ratas y ratones que viven en los parques de Orlando y que visten trajes de puntitos y guantes blancos Cierto, allí también viven hadas que vuelan desde un árbol y con una varita mágica encienden un castillo que se ilumina de fuegos de colores. 86

sirenas que son escamosas y verdosas, con garras como los gatos y ojos como la lava en el fondo del océano y que queman al mirar, no Las nereidas son finas, como las hijas del sol y las aguas del río y del mar, porque son como el verde del monte y tan negras como la noche azabache. Ahí fue cuando me tocó en el hombro el hada y me hizo regresar a esta realidad. Mi realidad.

¿Qué hago aquí? pregunté.

¡Celebramos la vida! Me volvió a susurrar el hada, esta vez con cierta picardía La vida, pensé, gran mierda ¿Acaso aquí, en el fondo del mar, las cosas eran distintas? ¿Acaso aquí se come caviar y maná? ¿Acaso se bebe cerveza de cereza y champagne con espuma humeante mientras las otras bailan como en las películas que me ponía mi madre cuando era pequeña? Tremendo mierdero me había tocado vivir, en un país donde la corbata tiene más poder que la Biblia y los que la usan se roban el dinero del pueblo y nadie dice nada, porque la corbata les da poder Mierdero de país donde el pueblo se tira a las calles a exigirle la renuncia a un gobernante, para que gane una nueva escoria en las elecciones siguientes. Aun así, me dejé llevar por la celebración de las nereidas y las hadas. Las nereidas me vistieron con ropas blancas. Peinaron mis cabellos con espumas de sal y pintaron mis labios con tinta de corales. ¡Por primera vez me sentía una princesa! Pero no una de cuentos de castillo y besos de príncipes, no, yo quiero ser cacica.

Las nereidas me llevaron al centro del arrecife Allí un enorme pulpo verdoso y anaranjado, de piel como las cebras y cabeza de león, me abrazó y, con un chorro a propulsión, me hizo dar vueltas por todo el lugar. Todos reían y aplaudían mientras sonaban campanas. Vi mi vida pasar por delante de mis ojos. Cada recuerdo de cada una de las vidas que había tenido. Había sido Loíza. Había sido Celestina. Había sido Adolfina. Había sido Dominga. Había sido Isabel. Ahora era Yamilete y pronto sería alguien más. De repente, todo se volvió oscuro y solo escuché cómo se quebrantaba mi alma, como si se escaparan todos los fantasmas de mis antepasados, como si los cemíes dejaran de estar en cuclillas, se levantaran en sus dos piernas y alzaran los brazos al infinito. Luego todo fue silencio. Una luz quebró lo azabache del mar y salió aquella bestia con sus hermosos ojos de lechuza y aquellas branquias en cada lado del cuello. Su cabello prieto y rizado se llenaba de burbujas y su cuerpo musculoso parecía que iba a estallar en cualquier momento. Se acercó a mí y me miró, con una llamarada en los ojos que me hizo sentir el calor del sol mismo, y me acarició el rostro Sentí sus escamas rayar mi piel y dejé salir mi aliento Puso su pene en mi vulva y se movió como salvaje, como lo hacen las bestias de los campos para

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calentarse del frío del invierno; o, quizás, como las bestias mismas del infierno después de haber sido echados de Sodoma y Gomorra; o, quizás, con la misma intensidad con la que se masturbaba María Magdalena pensando en Jesús, no como salvador sino como hombre, y ella sedienta de sí; o como dos jovencitos calientes en el malecón a medianoche entre las sombras. Incluso sentí mi sudor a pesar de estar en medio del mar. Y sentí su venida dentro como el renacer de la nueva yo que sería a partir de ahora, porque ya no era Loíza ni Celestina ni Adolfina ni Dominga ni Isabel ni Yamilete, porque ahora sería una diosa como Abatey o como la mismísima Yemayá; y tendría el poder de parir hijos que amaran a esta bendita tierra que una vez me quitó las esperanzas de vivir Pariría hijos guerreros incapaces de dejarse colonizar. Las nereidas estaban felices por mí. Las hadas danzaban haciendo piruetas. Había fiesta en el fondo del mar.

Ya flotaba en las profundas corrientes, cuando sentí la mano de aquel hombre que me levantó Lo sentí acercarse a mi rostro y lo llenó de aliento ¿Estás bien? preguntó Venía por aquí y vi cómo te llevaba el mar Sí, estoy bien contesté con cierto dolor mientras miraba al sol candente del verano. Soy de aquí y jamás te había visto. Señaló con cierta desconfianza justo antes de desmayarme. Cuando desperté solo alcancé a ver aquella cola enorme perdiéndose en el agua, mientras que, a la distancia sonaban acordes de una fiesta tropical distinta a la anterior

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Foto por Brigitte Werner

Norman Joel de Jesús de Jesús nace en 1977 y es puertorriqueño residente en la diáspora. Trabaja como educador. Escribe para dos revistas de información variada y es autor de varios libros educativos, infantiles y una novela corta. Participó de Fricción Cuántica: Antología de ciencia ficción desde Puerto Rico y su diáspora (Gnomo, 2022). Además, tiene su propia compañía de asesoría educativa para la educación temprana.

@Normanjoel72 @norman.joel

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Yahmái Flores Pérez

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Apurada

Se nota que las cervezas empezaron a hacer efecto porque me estoy orinando, y mucho. La cosa es que, si abro las compuertas ahora, voy a estar yendo al baño toda la noche y el anfiteatro está abarrotado Mejor aguanto un poco De todos modos, orinar en un baño público se me hace más fácil mientras más picá estoy

El calor y la humedad me están volviendo loca, sobre todo con tanta gente apiñá. A que llueve ya mismo... ¡Ay, no sé! A lo mejor debo ir ahora. Esta banda ya ha tocado varias canciones y seguro el baño se llena cuando acaben. Y por más apurada que esté, me cuesta usar un baño donde hay mucho revolú. Voy a ir ahora.

La gente no se mueve, carajo, y siento el vapor subiendo del piso por entre los pies de la gente Me siento tan pegajosa, pero ¿de qué me quejo? En un concierto esto siempre es rico. ¡Denle, muévanse que me orino!

¡Qué misión llegar hasta aquí! Hay más fila de la que pensé, pero está bien. La he visto mucho peor; entre banda y banda así que me quedo A ver, hay como seis personas esperando aquí afuera y adentro debe haber unas cinco o seis más. Estimo que llego al cubículo como en quince minutos; puedo aguantar sin problemas. El problema empieza cuando me acerco al inodoro y escucho el caos de afuera Por más ganas que tenga, no importa cuán apurada esté, aunque sienta que estoy a punto de reventar, nada sale. ¿Entonces para qué hago esta fila? Bueno, porque me estoy orinando mucho. Necesito relajarme un poco y prepararme mentalmente para que todo fluya cuando llegue el momento

Esperaré de pie hasta que esté a punto de empezar Si me sobo el centro de la mano, como que me dan más ganas. Ahí debe haber algún punto nervioso relacionado con la vejiga. Intento, intento y nada ¿Habrá algún punto específico de acupuntura para orinar? Si lo hay, no es el centro de la mano. Esto no está funcionando. ¡Tengo que enfocarme!

¡Anda! Ese rayo cayó súper cerca, el trueno no tardó nada en sonar. Seguro llueve ya mismito. A lo mejor el ruido de la lluvia me ayuda y... ¡mira!, ahí está el vendedor de cervezas. Voy a comprarle una para beber mientras espero. Si me la tomo rápido, me pico y me suelto más. Así me dan más ganas de orinar.

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Está bien fría. Y esto funciona. Me la bebí a culcul y siento el mareíto. La verdad es que estoy más tranquila y relajada Seguro que podré orinar rápido, como todo el mundo Tengo muchas ganas y estoy ready A ver, ya me toca pasar a esperar adentro ¡Ea! La luz aquí está potente. Hay tres cubículos y dos personas antes que yo. ¿Quién se lo iba a imaginar? Se vaciaron los tres a la vez y me toca entrar rápido. Voy a poder orinar y todo va a estar bien.

Qué mierda, me tocó el más pegado a la entrada y los lavamanos. Se me haría más fácil en el último, en el más alejado de todo Este está nasty Pero bueno, me imagino que todos están igual y peor sería una letrina Aunque no, o sea, las letrinas pueden ser peores, pero dan más privacidad. El remedio contra ellas es asegurarse de respirar por la boca y pensar en otra cosa. Ahora necesito enfocarme y orinar. No voy a tocar el inodoro para nada y eso lo hace todo más difícil.

Empezó a llover, pero el ruido no me ayuda como esperaba. Veo los pies de la del lado, de las que esperan afuera, las escucho hablar y sé que me pueden ver por las rendijas de este cubículo mal montado ¿Cuánto tiempo puedo aguantar así, en cuclillas? ¿Por qué me tiemblan las piernas? Vamos, necesito orinar. Intento enfocarme. Pienso en un río fluyendo. Trato de ignorar el revolú de afuera. Me pongo presión... ¡Dale, orina! Acaba y hazlo que hay mucha gente esperando.

Esto no funciona. La del lado ya salió, entró otra y me estoy tardando demasiado. Voy a tratar de otra manera Esperaré de pie hasta que esté a punto de empezar Si me sobo el centro de la mano, como que me dan más ganas Ahí debe haber algún punto nervioso relacionado con la vejiga. Intento, intento y nada. ¿Habrá algún punto específico de acupuntura para orinar? Si lo hay, no es el centro de la mano. Esto no está funcionando. ¡Tengo que enfocarme!

Llevo demasiado tiempo aquí. Salió la segunda que entró al lado y ya se metió otra más, así que llegó el momento Voy a ubicarme y a cerrar los ojos Es hora de usar mi poder para invocar a las fuerzas del universo Dirijo toda mi energía a crear un pequeño agujero negro que gira, primero lento, después más rápido. Y va haciéndose más y más grande. Consume a la del lado, a las de la fila, a las de afuera. Se lleva enredados a los vendedores, las bandas, el anfiteatro, la lluvia, los carros, la isla, el planeta. En segundos, devora todo. Todo, excepto a mí y al inodoro. Ahora estoy sola, completamente aislada. No veo ni escucho nada. Todo es vacío No hay nadie alrededor Me relajo y ¡lo logro! ¡Qué alivio! Abro los ojos y veo que salí justo a tiempo ¡Esta canción me encanta! Y más si puedo bailarla bajo el aguacero

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Foto por Michal Jarmolouk

Yahmái Flores Pérez nace en 1984. Se graduó del Departamento de Humanidades de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras con estudios en Literatura Comparada e Historia. Desde 2007, ha trabajado como creadora y editora de textos educativos de Español, Literatura, Historia y Estudios Sociales, entre otras materias. También ha colaborado en la edición de periódicos comunitarios y revistas independientes. Publicó el cuento “La máquina imaginada” en Fricción cuántica: Antología de ciencia ficción desde Puerto Rico y su diáspora (Gnomo, 2022) bajo el pseudónimo Ilú Mayaní, y el cuento “Quiero que se calle” en 100 razones para no dormir esta noche: antología de terror (Rubín Editorial, 2022). @yahfp @yahmai

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Yolanda Arroyo Pizarro

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Primera detonación. La estructura se cae y me aseguro de estar presente, con binoculares atentamente colocados, alejada lo suficiente de la explosión. El primer molino eólico estalla y mis compas y yo lo celebramos Nos abrazamos, nos revoleteamos el pelo, chocamos las manos en señal de victoria y es en ese momento que vuelvo a advertir la presencia de mi ex en el grupo de rebeldes, sus ojos inseguros pero copartícipes, su cuerpo esbelto de compromiso fallido, pero de ideales solidarios. Y recuerdo nuestra primera foto tomada en las letras de Ponce, aquella tarde de octubre en que nos juramos durar para siempre, sin saber que para siempre se remitía a catorce meses, como máximo.

P O N C E, habíamos deletreado ilusionadas, boca con boca abierta, lengua mostrada adrede para que la foto tuviera más efecto Nuestras cabelleras al viento y una de sus trenzas encaramada en mi cuello, adornando mi puca. Las letras grotescas, rojas y negras, de veinte pies de alto y dieciocho de ancho, se habían quedado cortas ante nuestra declaración de amor eterno.

El pendejo artista de estos armatostes se apellida Villafañe. Es un escultor de Ponce dice con desprecio mi ex, en aquel momento cuando todavía no era mi ex Y acto seguido decidimos besarnos y vandalizar la “O” con un grafitti en forma de corazón, y escribimos dos letras románticas y una frase singular que durante más de una semana hicieron los titulares de los periódicos del país. Pero eso no fue lo único que hizo las primeras planas de los diarios. La demanda por $80 millones de dólares de la Administración Federal de Carreteras al gobierno municipal ganó la atención de la opinión pública (rebasando nuestro aguerrido garabato) cuando semanas después se supo que era ilegal colocar cachivaches gigantescos de esa índole, que entretienen y distraen, en los expresos de ningún estado o territorio americano, y eso incluía a nuestra híbrida colonia portorricensis.

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Foto por Oimheidi

Hijes de la tormenta

1.

Conduzco el auto sobre las curvas de la carretera rural. A ambos lados del camino el follaje se va estrechando La pista se vuelve cada vez más y más apretada Es difícil conducir así Comparo esta antigua vía con el recién estrenado expreso construido en Cataño, la nueva capital del país. Debo aceptar que los flamantes rascacielos de la metrópoli, sus puentes multiniveles sobre todo aquel que lo une a la ciudad colonial amurallada y las pavimentaciones más recientes han brindado un aire de sofisticación y adelanto a la zona norte de nuestra gran nación.

Sin embargo, en las pocas extensiones de campo y terreno agrícola que aún persisten al sur y centro, sigue haciendo falta ver más avance, colocar más asfalto, construir con más hormigón y cemento para que realmente se vea que Puerto Rico progresa.

El auto que conduzco es pequeño, de marca japonesa. Es el transporte familiar asignado por el gobierno. Además de este, en casa tenemos una motora clásica, doble mofle y de asientos en cuero tratado que mi padre conduce.

Poco a poco se hace incómodo el trayecto y temo que de la nada y de pronto me quede sin carretera En el asiento del pasajero va Roberto, algo mareado Ha estado llorando a ratos. Se seca las lágrimas con las mangas de la camisa, suspira hondo y pasados unos minutos en los que creo se calmará, regresa a sus sollozos. Trata de hablar. Murmura que algo estallará cerca de algo, y que algo no volverá a ser la misma cosa. Algo dentro de su pecho duele y se parece a algo que nunca entenderé. Finalmente, la carretera se endereza y se amplifica, pero los lamentos de Roberto siguen igual de ininteligibles Logro conducir por una recta que nos dura varios minutos El cielo se ha nublado, creo que lloverá. Sobre la planicie de matojos y yerbas marrón y verde que puede distinguirse a la izquierda, hay varias vacas pastando.

La vida es mierda; todo este pendejismo apesta, exclama Roberto, ahora en un tono más descifrable Digo que sí con la cabeza Sé que tiene razón Y justo cuando intento abrir la boca para dejarle saber cuánto lo comprendo, y dejarle saber que no pasa nada, consolarlo para que entienda que vale la pena sosegarnos, que hay que analizar el asunto y tomar las cosas con calma, suena el disparo Roberto se ha quitado la vida en el asiento del pasajero mientras yo conduzco.

Por eso le cuento que Lolita Lebrón ha sido reelecta por segundo término en la elección de 1979. Es durante ese tiempo que mis madres y yo celebramos mi cumpleaños número doce en 1982. Y es en ese momento que nos damos cuenta de lo que sucede.

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Me llamo Mario, le digo a Roberto el día en que nos conocemos Estamos en noviembre, justo antes de comenzar los festejos de la semana en Conmemoración de la Resistencia Indígena. El evento se celebra el día 19 de ese mes, de manera multitudinaria alrededor del mundo. Conlleva un llamado a realizar actos de vandalismo a cualquier estatua de Cristóbal Colón que aún se encuentre erigida. De hecho, hacia la Plaza Colón de la antigua capital, San Juan, es que nos dirigimos en busca del anhelado acto de pillaje anual. La actividad se celebra desde 1980, momento en que se dice que el planeta entero evolucionó a un estado de consciencia más pleno para derrocar los efectos del colonialismo y las conquistas barbáricas en la mayoría de los países no soberanos que quedaban.

Roberto repite mi nombre, luego de presentarse como nuevo integrante del grupo universitario. De inmediato realiza unos juegos de palabras, a modo de trabalenguas que van más o menos así: Mario, mareo, marea, mar, mera, mira, mara, avemaría, Mariano… A estas alturas ya la población general está acostumbrada a tratar con muchachos que padecen el espectro Asperger, y aunque no estoy del todo seguro de que Roberto sea un chico autista o algo parecido, le dejo pasar el palabra grama, en principio.

Digo en principio porque se nota que él cree que es divertido, y algo en su sonrisa me amilana. Sin embargo, cuando me repite el coro de lo que ya se va convirtiendo en música molestosa, comienzo a mirarlo con seriedad y él lo nota, así que guarda silencio.

Nos asignan al mismo grupo de estudio Compartimos con otros dos chicos y una chica La profesora de Historia de Puerto Rico es abrumadoramente aburrida Lo único que la salva es que se canta fanática irredenta de nuestra actual gobernadora Dolores “Lolita” Lebrón Sotomayor. Si no fuera por eso, hace rato me hubiera dado de baja de la clase.

3.

Los sesos de Roberto se explayan sobre el cristal frontal del auto, en su asiento y el mío, sobre el tablero y la guantera Hay pedazos de carne color morada, rojo brillante y violeta oscuro, restregados en el cristal lateral que queda a su derecha. Podría jurar que hay pedazos de piel aún calientes, llenos de vida y palpitantes, desparramados en la alfombra y en la manivela de cambios. La sangre de Roberto es brillosa, viscosa, salada. Parte de la frente de Roberto ha caído sobre mi mejilla derecha. Creo que encima de mi labio superior y adentro de mi boca ha aterrizado un segmento de su ceja izquierda con todo y hebras Todavía estoy diciendo que sí con la cabeza, mientras intento exclamar que sé que tiene razón. Apenas inicio el movimiento para abrir la boca y dejarle saber cuánto lo entiendo, y dejarle saber que no está solo, y hacerle entender que vale la pena sosegarnos y analizar el problema.

2.
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Aún estoy a punto de considerar aconsejarle que tome las cosas con calma, que quizás podemos reunirnos con un psicólogo, un trabajador social, a lo mejor hasta con un siquiatra Entonces vuelvo a escuchar la detonación; entonces veo el disparo eyectarse de la pistola, o a lo mejor imagino que lo he visto. Creo incluso tener la certeza de haber observado la llama chispeante del arma. Casi puedo asegurar que me ha dejado ciego el destello.

4

La señora Jusino nos orienta con relación a cómo vamos a grafitear Nos entrega las latas de pintura en aerosol y nos pregunta si recordamos las reglas. Hay pautas que debemos seguir relacionadas a los actos de bandidaje concedidos por el gobierno a la luz de las celebraciones patrias. Todo siempre tiene un límite. Corremos hasta la plaza e iniciamos el proyecto pictórico con total libertad creativa. La chica que anda con nosotros, Paola, se emociona hasta el punto en que vandaliza también las escalinatas del recinto Además, cruza la calle y pinta una estela de aerosol rojo sobre la pared frontal del Teatro Tapia. Cuando la profesora de Historia de Puerto Rico se da cuenta, ya es tarde.

Los primeros agentes de la policía llegan apenas pasan varios minutos. Otros grupos de estudiantes que se acercan hasta el lugar, provocados seguramente por el mismo deseo de celebración, se dan cuenta de la falta que se ha cometido. Se detienen a observar todo el proceso muy cerca de sus respectivos líderes y maestros

Nuestra constitución y leyes son muy claras con relación al cuidado y respeto que debemos prodigar al patrimonio nacional. Cualquier lugar en el que se veneren las artes es considerado protegido. A Paola se le ha ido la mano.

Con algo de vergüenza me siento en la cuneta a escuchar las alegaciones de Paola, que a decir verdad se expresa de forma bastante irrespetuosa. La señora Jusino intenta disculparse con la coronel de la Policía de San Juan, pero cada cierto número de palabras Paola la interrumpe Es brava la nena, le digo a Roberto quien recién decide sentarse a mi lado. Está riquísima, contesta él por toda respuesta para luego añadir: Paola, caoba, baobab, bola, pelota, mamota, capota, bellota.

5

El 1 de marzo de 1954 se produce el exitoso ataque nacionalista de puertorriqueños al Congreso de los Estados Unidos. Tres hombres dirigidos por una mujer son los responsables. La fémina lleva por nombre Lolita Lebrón. Acto seguido los atacantes son apresados y declarados enemigos del régimen imperial. Se convierten en enemigos

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políticos de Norteamérica. Sin embargo, para todos los puertorriqueños los cuatro valientes equivalen a héroes de la patria Durante esa época nace una de mis madres, Isabel

En el ataque ningún congresista muere y los nacionalistas logran capturar la atención internacional al denunciar que el gobierno de Puerto Rico es una colonia maltratada, vejada y vilipendiada del imperio norteamericano. Por tal razón, nuestra isla comienza a recibir apoyo de potencias como España, Francia y Alemania como defensores de la democracia. La Organización de las Naciones Unidas también toma cartas en el asunto y exige a Estados Unidos que inicie acciones reparativas para liberar al pequeño país Ante ese panorama, comienzan a hacerse marchas y protestas que exigen la excarcelación de los presos políticos, dentro y fuera de la isla.

Lolita Lebrón, líder del grupo, y sus compañeros, cumplen varios años de cárcel. Durante una marcha en la que participan millares de puertorriqueños que invaden las calles de Barrio Obrero en Santurce, Condado, Isla Verde y Carolina hasta concentrase frente al Tribunal Federal, cuya sede en la isla se encuentra en la llamada Milla de Oro en Hato Rey, mi madre biológica Isabel conoce a Alfonsina. Ambas llevan pancartas con el emblemático rostro de Lolita, quien se ha convertido en el símbolo de la revolución. Más adelante me contarán que aquel sentido de solidaridad y protesta las enamora.

Cientos de miles de hombres y mujeres de todas las edades portan carteles que reclaman la liberación de los prisioneros políticos Las protestas se extienden por varios meses Los chicos más pequeños cargan afiches de camino a la escuela y los mayores carteles y cruzacalles de camino a sus trabajos. Todo el mundo exige que sean excarcelados; los cantantes componen música en honor a Lolita y sus hombres; los poetas declaman versos de liberación; los programas de televisión los veneran y recrean escenas, documentales, miniseries, películas.

Isabel y Alfonsina pasan a ser parte del Comité Pro Derechos Humanos de Cataño, organismo que se convierte en vocal y protagónico en la defensa de los nacionalistas Se mudan juntas y emprenden una campaña afirmativa de pueblo en pueblo para educar sobre las injusticias cometidas hacia nuestra isla por los pasados años. En medio de ese peregrinar conocen a un muchacho dominicano residente de San Germán que acepta ser el donante de espermatozoides de mis madres, así que me conciben dentro del vientre de Isabel y bajo los afectuosos cuidados de mi progenitora de crianza, Alfonsina Lolita Lebrón es liberada el 29 octubre de 1970, mismo día que comienzan las contracciones de mamita Isabel. A la heroína Lebrón la liberan junto a sus compañeros en la lucha, gracias a un indulto que concede el presidente Richard Nixon. Cuentan que debido

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al júbilo existente y la emoción que experimentaba el país entero ante tales noticias, a Isabel se le adelanta la labor de parto Llego al mundo durante esa tarde de la liberación de quien luego se convertiría en nuestra gobernadora

Tiempo más tarde, en una acción sin precedente y después de haber liberado a todos los presos políticos en suelo norteamericano, el presidente Nixon ofrece su renuncia del cargo en agosto de 1974. Ninguna de sus acciones previas a su dimisión pudo ser impugnada.

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No poder llorar. No poder desahogarme. El tímpano aún afectado y no me sale ni una lágrima. Con algo de esfuerzo desacelero el vehículo japonés que conduzco. Me muevo hacia una de las veredas del camino y detengo el carro. Marco los dígitos del servicio de emergencias en el teléfono móvil. Trato de concentrar mi mente en lo que tengo que decir. Comienzo a escuchar el tono del discado y me paso la mano izquierda por la cara Tengo sangre en la frente Tengo sangre también en la nariz, en la quijada, en la camisa que llevo puesta, sobre el reloj. A mi lado Roberto no habla, no respira, no llora más.

7.

El video muestra a Paola tomándose las pastillas. Una a una. Paola está sentada en posición de flor de loto sobre su cama Viste unos pijamas alegóricos al personaje del famoso cuento El Principito, decorados con flores y elefantes Alrededor de Paola hay varias almohadas y otros cuantos libros.

Antes de la divulgación de aquel video por Internet, siempre que Roberto se refiere a su novia Paola, lo hace confundido. Paola no es feliz, me dice en más de una ocasión. Paola quiere suicidarse, añade otras tantas veces. Es como si Paola se hubiera enamorado de la idea de quitarse la vida a como diera lugar Roberto y ella se vuelven íntimos una vez concluyen los protocolos de multa y castigo por lo que Paola ha vandalizado. Se besan casi sin querer tan pronto se paga la fianza para su libertad. Él me cuenta que los labios de Paola saben a metal, pero que igual disfruta lamerlos, morderlos. Paola es acosada por un exnovio. El tipo ha colocado en una página de Internet todas las fotografías que íntimamente se han tomado juntos. Algunas los muestran besándose, otras abrazándose Tres de las fotos revelan a Paola desnuda; sus anchos pechos expuestos, su peluda vagina visible y manifiesta

De nada han servido las súplicas de Paola, el exnovio no elimina las imágenes de Internet y eso la aflige casi todo el tiempo.

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De inmediato Roberto se entera de las Benadryl que constantemente toma Paola. Al parecer es muy, muy alérgica al polvo, a los ácaros, al ambiente húmedo de la isla, o eso alega ella Una que otra vez, si sale con nosotros a la discoteca, trae con ella Klonopin y Percoset. Los toma mezclados con algún licor y los ofrece a los demás de manera muy simpática y serena. Insiste en premiar al que se beba alguno que otro coctel con ella y los premios van desde besos prolongados de lengua o masturbaciones de esquina, hasta mamadas profundas.

La mayoría de las veces Roberto resulta ser el galardonado

8.

Cuando Dolores Lebrón es liberada y mamita Isabel da a luz, todo es gozo. Isabel y Alfonsina realizan una ceremonia simbólica en la que ambas se visten de blanco y celebran su amor con los pies descalzos sobre las arenas de la Puntilla, un pequeño pedazo de playa del pueblo costero Invitan a los familiares que están a favor de su unión y desdeñan a aquellos que alegan no estar del todo convencidos Igual no hacen falta Eso lo aprenderé con el tiempo.

En 1975, Dolores “Lolita” Lebrón Sotomayor es elegida gobernadora de la isla por mayoría abrumadora. De inmediato pone en vigor algunos proyectos de prioridad necesarios para su isla: vivienda segura para invasores de casas y terrenos, auto familiar concedido por el gobierno para familias que lo necesiten, y una legislación titulada Ley de Genealogía Reparativa aplicable a todo puertorriqueño descendiente de amo o dueño de esclavos que los obliga a dividir sus fortunas acumuladas hasta el momento con otros menos privilegiados.

Mientras tanto, yo comienzo a asistir a la escuela y poco a poco me convierto en una niña estudiosa y obediente.

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Le cuento a Roberto que mis madres son lesbianas y que mi padre es un emigrante dominicano. Esa tarde él se me queda mirando asombrado y me dice: He aprendido a entender a Paola. Ya sé por qué se quiere matar.

En seguida le pregunto por qué, a lo que Roberto contesta: Este pendejo mundo está loco ¿Cómo es eso de que tienes dos madres y son lesbianas? ¿Cómo es eso de que tu padre, que en realidad no es tu padre, es dominicano?

Las tres noches siguientes a esa dormiré mal. En la cuarta noche lloraré hasta el cansancio y aprenderé de cerca lo que es el rechazo. El rechazo por parte de alguien tan cercano. Por alguien del cual no te esperabas desprecio semejante. Roberto es también un ser humano diferente y sin embargo, o a pesar de eso, ha sabido lastimarme.

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Durante el resto del semestre lo mantengo lo más lejos posible de mí. No contesto sus saludos y hago caso omiso cuando la profesora nos incluye en un grupo de estudio para discutir uno de los tópicos del prontuario

Pero todo cambia justo el día de la muerte de Paola.

La muchacha coloca la grabadora de video personal que pertenece a su padre sobre el buró de su habitación. Mueve sus estuches de maquillaje y le hace espacio para cuadrar el ángulo. Se sienta sobre la cama, entre libros y almohadas de colores. Abre el primer envase de pastillas Benadryl y se toma con una botella de tequila las primeras treinta Luego abre el segundo envase que contiene calmantes recetados y lo engulle en su totalidad, tragándolo con el licor. Repite el ritual con el tercer y cuarto envase mientras observa fijamente a la cámara y sonríe. Entonces se marea, se cae hacia la izquierda, sobre las almohadas. Se agarra el estómago, como si sintiera dolor, y así, con extrema lentitud, se va quedando dormida.

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Llego a pensar que Roberto se deprime ante la partida de Paola. Quizás por eso comenzamos a pasar mucho tiempo juntos, sentados uno al lado del otro, callados. Miramos al mar desde el malecón de Cataño. Desde allí observamos por largas horas el puente que une a las dos ciudades, las dos capitales de la patria, la antigua y la nueva. El acceso vial comienza en lo que antes era el Terminal de las Lanchas y culmina en el acceso cercano a la Puerta de San Juan, cerca de la antigua Fortaleza Los mejores amaneceres pueden divisarse desde esa latitud. Lo sé porque Roberto me ha pedido que lo acompañe a ver cuarenta y tres de ellos.

Roberto a veces me toma de la mano.

La primera vez que sucede la retiro, puesto que no sé cómo reaccionar. Sin embargo, al día siguiente, vuelve a estirar su brazo y entonces yo lo permito

Roberto sonríe y dice: Mario, mareo, marea, mar Yo trato de hacerle coro y exclamo: Roberto, boquiabierto, entreabierto, despierto. Comienzo a entender que a Roberto le gustan los ritos. Aquellos amaneceres se acompañan de algunos atardeceres que entonces también decidimos atestiguar desde la bahía.

Es precisamente desde un atardecer de otoño que Roberto aprovecha la oscuridad después de la puesta de sol y se acerca Y me besa Y me dejo besar

11.

Son muchas las conversaciones que preceden a un acto como aquel. A un beso. Hay gente que necesita explicaciones. Roberto es una de esas gentes.

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Por eso le cuento que Lolita Lebrón ha sido reelecta por segundo término en la elección de 1979 Es durante ese tiempo que mis madres y yo celebramos mi cumpleaños número doce en 1982 Y es en ese momento que nos damos cuenta de lo que sucede Como he mencionado antes, a estas alturas ya asisto a la escuela y poco a poco me convierto en una niña estudiosa y obediente. También, como ya le he contado, mi padre, o el donante de esperma que permite que mis madres me traigan al mundo, es originario de República Dominicana. Proviene de un área denominada Salinas, al suroeste del país, una remota villa donde se da un fenómeno singular que ha sido documentado por médicos y expertos de ciencia: los güevedoce

Ser un güevedoce significa nacer hembra, completamente niña y, al cabo de alcanzar la pubertad, desarrollar un crecimiento inusitado de genitales de macho. El clítoris se alarga hasta el punto de convertirse en un pene funcional. Aparecen testículos y se cierra la abertura de la vagina. Todo esto de manera espontánea y sin intervención extrínseca alguna Así que todos los güevedoces hemos sido mujeres antes de los doce años, y luego de esa edad comenzamos la conversión a varón El fenómeno se estudia desde 1970, año en que la endocrinóloga Julianne Imperato de la Universidad de Cornell anuncia su descubrimiento. Los responsables de la anomalía son la enzima 5a y la hormona DHT según se desprende de un artículo publicado en Berkeley Medical Journal. Así las cosas, soy un güevedoce como muy seguramente lo ha sido mi padre, y quién sabe si incluso mi abuelo. Roberto, boquiabierto, entreabierto, despierto, deja de hablarme Aprendo a decir a solas aquel sonsonete, porque ya a estas alturas no recibo respuesta de su parte

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Los trozos de Roberto desperdigados en el auto lo convierten en un ser sin vida; es un ente que ya no busca mi mano ni me prodiga besos. Quisiera repetirle que aunque sigo siendo su Mario, mareo, mar no debe afligirse Quiero consolarlo Decirle que vale la pena sosegarnos Quisiera explicarle que no importa que haya besado a un hombre porque no he sido siempre un hombre. Que, para él, en secreto, puedo ser una chica, una niña, una novia si eso es lo que desea. Su María, su marina, su marea.

Nunca entenderé por qué Roberto desaparece; por qué deja de existir tan de repente, tan destrozado en pedazos. Acaso preferirá lo no binario, la no dualidad que representa dejar de ser Acaso la vida para él es solo mierda; todo será pendejismo Desde ya, en este silencio inmisericorde, extrañaré a Roberto, abierto, desierto, muerto

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Yolanda Arroyo Pizarro es Catedrática Auxiliar y Escritora Residente de EDP University. Ha sido reconocida nacional e internacionalmente como una de las autoras Afrocaribeñas más comprometidas con la lucha y educación antirracista para construir una sociedad más justa y equitativa. Fue premiada por el Instituto de Cultura Puertorriqueña en 2015 y 2012, y el Premio Nacional del Instituto de Literatura Puertorriqueña en 2008. Ha publicado las ficciones Caparazones (2010), Violeta (2014) Lesbianas en clave caribeña (2015) y TRANScaribeñx (2017).

@yolandaarroyopizarro

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Lacategoría es:fantasíatropical/ TropicalFanteisha

Artistas invitados

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Fotografía de Laurelle

Gaddiel Francisco Ruiz Rivera

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EÏRÏC R. DURÄNDAL STORMCROW: ¿Cómo te posicionas en el arte plástico puertorriqueño en oposición a tu ya establecida posición en las letras del país?

GADDIEL FRANCISCO RUIZ RIVERA: Aunque mi práctica es interdisciplinaria, acostumbro a dibujar interpretaciones de mis textos y de textos de otras personas, por lo que me he denominado ilustrador. Sin embargo, podría considerarme emergente o aficionado. La realidad es que llevo más tiempo de mi vida dibujando que escribiendo. He compartido muy poco mis obras, porque exploro desde mi laboratorio de ideas, cuando quiero entretenerme o por medio de cursos que he tomado para conocer técnicas de encuadernación, de grabado y de dibujo. Algunos de mis maestros de taller lo han sido Víctor Rodríguez Gotay, con quien trabajé la encuadernación, y Raquel Quijano, quien me enseñó el grabado. Sin embargo, es como mi sombra, siempre ha estado ahí.

Lo de emergente viene más por mi incipiente oficio como ilustrador. Lo más conocido de mi arte plástico es con relación a la ilustración literaria Mis libros Reptura de agua enchufada en una isla y Remedios crónicos para enfermedades caceras cuentan con dibujos que interpretan y acompañan algunos textos. En el 2017 hice mi primera ilustración para la portada de Noche sin pan de Alba Ariet, su primera colección de cuentos y primer libro publicado. En el 2019 ilustré con grabados Islas galápagos de Verónica Aranda, publicado por Ediciones Aguadulce, un libro de poemas para la niñez sobre la fauna de ese archipiélago del Océano Pacífico También, ilustré a tinta la cubierta de La honra del Jabberwöck (2021) de Eïrïc R Durandal Stormcrow, publicado con Gnomo, una colección de poesía fantástica premiada y autopublicada. Actualmente, trabajo en las ilustraciones de La bala de Lucca Bé Marealta, un libro inspirado en sus amores que viven con VIH. Continuamente hago un arte distinto para cada Peña Ponimágica, un encuentro de artistas lgbtq+ que gesto el día 15 de cada mes. Para estas obras he trabajado el collage, el dibujo en tinta y a lápiz y, con Cristina Margarita, colaboré para hacer una impresión en cianotipia ERDS: ¿Cuál es tu propuesta como artista plástico? ¿Cuál es tu propuesta como escritor? ¿Qué proyectos específicos (si se puede) has llevado a cabo en ambos campos? GFRR: Mis propuestas son más de dos en ambos casos. Me gusta desarrollar arte divertido, pero también crítico, y, como artista, trabajo toda la vida con las figuras animales. De hecho, mis ilustraciones mayormente han sido exploraciones de animales, en su mayoría aves y reptiles, que es lo que me llevó al dibujo desde la niñez Tengo un proyecto en proceso que consiste en realizar una serie de 4 a 6 piezas de aves endémicas y nativas a color. Continúo explorando con el color y el grabado desde la ilustración de animales, con lo que tengo varios proyectos en mente.

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Sin embargo, creo que mi proyecto artístico más abarcador en este momento se denomina House of Puns o Jausofpons, en su forma hispanizada Junto a los escritores Kelly Daniel Díaz y Lucca Bé Valentín, fundamos una casa refugio que, desde el 2021, participa activamente en la escena ballroom de Puerto Rico. Por medio de la Casa, he participado en categoría de baile, performatividad, seducción y pasarela. El 2 de octubre de este año presentamos en el Teatro Shorty Castro el Mundo cruel Ball, primer ball que gestionamos como grupo. Este contó con siete categorías.

La honra del Jabberwöck portada del poemario homónimo de Eïrïc R Durändal Stormcrow Tinta en papel

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En cuanto al mundo de la escritura, cuento con un libro reciente, De raíz, publicado por la Editorial Pulpo, de Carlos Colón Ruiz Con él se demarca un momento particular de mi poesía En esta colección estoy atento a la lógica sensorial del verso y al lenguaje emotivo, toda vez que continúo mi bestiario. Resalta en mis libros cierto aire animal que, en este, se inclina por una fauna más grecorromana y zodiacal: el toro, el carnero, los peces, los unicornios, las sirenas. Se cuela un par de gatos, por efecto de un manuscrito hermano a De raíz que sometí a un concurso cuyo fallo no se ha dado.

Llevo mes a mes un proyecto tierno y ambicioso a su vez, la Peña Ponimágica Es un encuentro de creadores literarios, artísticos, performativos y músicos que en su mayoría se identifica con la comunidad lgbtqi+. De esta forma, se ha creado un espacio que atrae a personas lgbtqi+ interesadas en apreciar arte de su propia comunidad.

ERDS: ¿Te parece que el arte plástico y la literatura son lenguajes traducibles de lado a lado? ¿Qué elementos o destrezas de la escritura usas en tu arte plástico? ¿Qué elementos o destrezas de tu arte plástico usas en tu escritura?

GFRR: Pienso que son semióticas traducibles, salvaguardando las tensiones que genere la diferencia entre un sistema y el otro. Y digo semióticas, porque por lenguaje, en esta ocasión, interpreto el sistema de signos culturales con el que interpretamos los artefactos plásticos o literarios que no son únicamente las letras ni son únicamente piezas físicas independientes, considerando espacios multimediáticos, como es incluso Evento Horizonte La adaptación depende del material artesanal e intelectual para el que se ejecuta. Dicho esto, afirmo y discuto una premisa que la pregunta asume como cierta en mi práctica: el juego consiste en aprovechar las herramientas de las artes para un producto particular.

Una ojeada a mis publicaciones revela un buen puñado de poemas a los que me interesa llamar la atención desde el aspecto visual Esta tensión se ve en poemas que retan la linealidad de la lectura o la secuencia tradicional en que la vista recorre una página y también en caligramas. Lo he hecho en Reptura de agua enchufada en una isla, en donde incluyo varios caligramas y ejercicios aislados de ruptura visual. En lógica escata trabajo la idea del poema que se extingue al igual que una vela. Ya el ejercicio en Remedios crónicos para enfermedades caceras se inclina más a la literatura como texto no literario, coqueteando con formas informativas como el libro de recetas, la noticia de periódico, el blog de internet, el artículo zoológico En De raíz y en otros manuscritos trabajo la textura visual más algunas de las estrategias anteriormente utilizadas: poemas que son corteza de árbol y poemas que son instrucciones para crear otras piezas, entre otros caligramas. En mi arte plástico, la literatura aparece como motivo de fondo en algunas ocasiones, en otras como acompañante, pero lo más que aplico es la metáfora y la personificación.

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ERDS: ¿Qué consejo tienes para las personas que no se dedican solo a la literatura o al arte, sino que quieren aprender a manejar ambos medios a la vez?

GFRR: Una de las frases que más me gustan la aprendí de un cuento de Pepe Liboy que se llama “La medusa” y sugiere que cuanto te gusta mucho un tema, lo sigas y aprendas todo de él hasta que agotes la materia. Tu interés no puede ser menos ambicioso si lo ocupan varias artes. La juventud enfrenta el reto de la falta de recursos y de estructuras holísticas para la formación y la exhibición de artistas y arte interdisciplinario, pero no hay reto sin confrontación La literatura conglomera estilos diversos y la plástica también Organiza a corto y mediano plazo proyectos, y visualiza a largo plazos tu interés formativo. Aprenderás mucho de un proceso que se torna autodidacta y que recomiendo complementar compartiendo con otros artistas, similares o no. La exposición nos permite el diálogo, la reflexión y hace que regrese ese espíritu quisquilloso que se llama inspiración.

El unicornio trans barrilero, 2022, cianotipia sobre papel, colaboración con Daki

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Incubando al basilisco, 2020, tinta en papel

Logo de Jausofpons

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La vueltita por Santurce, 2021, Collage
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Unicornio lee Mundo cruel en Duckwalk, 2022, Collage

Devolución, 2021, lápiz en papel

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Madrigal en la cama

La próxima cabalgata hacia el sueño retorcido nacerá un pez involucrando lunas tendrá caminos la hectárea, pastarán desenredados unicornios cuerniheridos la almohada cerrándose desnuda al lomo infinito el río de la mirada, que ve volar nuestra estrella, que en las noches aterriza contra una nueva tierra que siempre ha estado ahí De Reptura de agua enchufada en una isla 2015

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Ovejas Inc.

Alguna habrá que no volverá a ver la caída del sol Cindy Jiménez Vera

Les queda un diente a las ovejas abejas sin panal. La tienda de animales está abierta con especies del Caribe y de los Andes, continente de criaturas en maletas al mar. El prestigio parra el sacrificio lo comparte un rebaño de chivos expiatorios, los espías esquilándoles la miseria, cisnes voyeristas pastoreando en las islas papel de periódicos, la calles construyéndose por siempre, se repiten cuando mueren las abejas y las comadrejas, antes y después de los alces.

Las ovejas parten sus rodillas por el hambre que ronca sobre sus balidos por el tauro que constela al vigía, por el lobo del que cuentan la obscenidad de su aullido solitario, sus rodillas están tiesas en las carnicerías y en las mesas de artesanos como los alces

Un molar les queda y tienen hambre mascullan versículos transgénicos arrugan sus manos en el vidrio columpian un hijo al otro lado de la mente le enseñan a volar hasta el desierto Las más antiguas obejas han muerto aplastadas en las calles, el protocolo salubrista las rasura. ¡Salud! Se paga el vino con melino. Las cabezas trashumantes de las islas no se enteran Pastan. Mueren las abejas en las tiendas de ropa las vitrinas sonríen como comadrejas.

De lógica escata 2017

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Bienes embargados O chupacabras

Estos versos, propiedad inmueble, son bienes embargados con mujeres subastadas en un pregón de remate por Trujillo Bajo.

Mayo del año mil ochocientos sesenta y uno

La esclava………………300 carga más edades en sus párpados quen su corazón es parte de una deuda y más valdría bautizada en la subasta de la Alcaldía, como Carolina o Felicia, ocultan su nombre en la elipsis del precio en su repudio al dios blanco.

El cálamo no sabe la lengua materna de quien está atada a trescientas argollas de hierro, en una casa de ladrillos ¿Qué tinta conserva cursiva en sus rizos acento taíno? ¿Cuál Cid se atreve a su ciencia de guerra?

No quiere su nombre de pila bautismal ¡Que el río le nombre, oiga su voz!

En pleno remate se apodera de su cuepro el chupacabras en llamas fuego llamas fuego columnas de caoba en cenizas asalto cima rojo brasas al ladrillo ardientes pastizales, las jacas encabritadas vegas prendidas en adrenalina dejando atrás los sabuesos en lo bajo del Trujillo Hechas polvo

las paredes de la casa, la bestia hipnótica embiste, muge, resplandece galopa en ascuas que se enervan en álgida neblina y cantos ululantes en las ramas la vida rescatándola de la muerte.

Bajando a aldea de Loíza, el dorado de sus dunas trepando el Canovanax, roca tras roca del río pierde su rastro los alguaciles no pasan.

Y la fuga al palenque bajo las aguas del Daguao caudal que unge la sangre ardiente de la libre del chupacabras saliendo por siglos de sus párpados al fin, el nombre libremente escogido. Pero, esto es un poema de bienes embargados, a nombres y ficciones sometido, a la esclavitud al racismo remates no tan distintos.

De Remedios crónicos para enfermedades caceras 2017

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elefantasía no después de los siglos aprendieron a rebuscar en gavetas ajenas un columpio de papel hacía saltar los elefantes Azul daba saltos por un nuevo color amplia pila de garzas daba al mangle el lustro del desahucio; habían aprendido de husmear armarios desprendiendo prendas del déspota cercano aprendiendo el himno al revés de los cristianos lo habían des(a)prendido tenían las plumas de las aletas brotando en garras llenas de tierra y de agua que antes de tierra ser tierra y de agua ser agua fueron bajo fuego y fuego, fango y fango yo después de los siglos iliada me cago en los peces de colores me recago en sus agallas repito el rito en sus escamas: al Pezleón, pez con corbata, lo quiero entintado en disentería, a un par de koi, karpas del estanque japonés, con cólicos colorear el cloro en sus peceras, al balbuceante Pez tragabolsillos al de boca de inodoro, al Pez déspota y lacra del coral lo entinte un pulpo enculándole el acuífero; lo predijo un himno que eclosionó en el agua: al glaba al duble daldagú glubembe dube emblugadú graciosa forma con que dicen las sirenas «me cago en los peces de colores»

ilusiónóptica

le faltaba menos de dos leguas para el tropiezo con las piedras en la bahía de los brillos a un delgado elefante Azul, navegante de Cartas luminosas el filo que tocó a los Nombres entrecortados poseedor de colmillos de marfil creador de un tintero para pronunciar leyes; las torres eran proyectos inconclusos los arquitectos, fantasmas ópticamente ilusionados, a dos lenguas se tropieza la trompeta con la costa, el recibimiento con los grillos no hace esperar el cambio del viento; las banderas en la orilla con sus símbolos extraños en la espalda picando la pólvora, el fuego un par de huesos quebrados ahora ceniceros la pieza arqueológica, una sonrisa en una foto un «te quiero» hueco nunca faltó menos

Estos tres poemas son del libro inédito Nunca es azul

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Gaddiel Francisco Ruiz Rivera nace en 1991. Es seropositivo, artista, crítico, escritor y editor vegabajeño. Ha publicado los libros Via crucis de la otredad (2012), Reptura de agua enchufada en una isla (2015), Remedios crónicos para enfermedades caseras (2016), lógica escata (2017) y De raíz (2022). Es biógrafo para el Proyecto de Literatura Puertorriqueña. Dirige mensualmente la Peña Ponimágica, un encuentro de artistas lgbtqi+. @anolisgaddx

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@larani
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Alfonso Muñoz Alma

Eïrïc R. Durändal Stormcrow: ¿Cómo te posicionas en el arte plástico puertorriqueño y cuáles son tus más grandes influencias? ¿Quiénes fueron tus maestros?

Alfonso Muñoz Alma: Mi gran influencia fue Pablo Picasso y eso viene de haber sido asistente de un artista italoargentino, Antonio Loro, que se radicó en Puerto Rico por un tiempo cuando yo tenía 13 años.

Estuve en su taller por cinco años hasta cuando me fui a la universidad. Otra gran influencia, luego de haber ejercido una carrera en el ámbito comercial de dirección artística, fue el artista francés Roger Capron, quien me invitó a estudiar escultura en el pueblo de Vallauris al sur de Francia, lo cual me llevó a conectar directamente con los tres últimos sobrevivientes del colectivo de las famosas exposiciones de cerámica que organizaba Picasso en los 50s. Al concluir allí, no volví al ámbito comercial y me he mantenido principalmente como artista plástico desde entonces. ¿Cómo me posiciono en el arte local? No creo que tengo mucho poder al respecto. Eso lo deciden otros puertorriqueños

ERDS: ¿Cuál es tu propuesta como artista plástico?

AMA: La temática de mi trabajo gira en torno, principalmente, al empoderamiento de la mujer, necesario para el balance y estabilidad del planeta.

ERDS: ¿Cómo traduces tus experiencias? O sea, ¿cómo es tu proceso creativo?

AMA: El medio que utilizo está determinado por aquello que le dé más fuerza al tema que me preocupe Cuando hice el proyecto de la invasión de pollos y gallinas en la ciudad de Nueva York, representaba a la generación de mis padres que vinieron en el vuelo del Kikiriki. Los pollos los esculpí con bolsas de basura transparentes, llenas de botellas plásticas. Eso me permitía hablar del trato que recibieron y al mismo tiempo mencionar la contaminación ambiental

ERDS: Háblame de tu libroarteThe Journey of Imagination

AMA: Empecé a tomar fotografías de muñecas después de una fiesta de cumpleaños en 2003. Puse en práctica mi experiencia como decorador de escenarios y compré un surtido de personajes que acabaron por todo el apartamento. Estaba a punto de guardarlo todo a las 2:00 a.m., pero me sentí obligado a documentarlo porque, de niño, no se me permitían las muñecas Esa constatación inspiró una explosión de imágenes y situaciones: vestir a los personajes, alterar sus rostros para restaurar una infancia perdida, al tiempo que se ventilaban inquietantes cuestiones sociales. El resultado fue algo parecido a un cómic editorial en el que los personajes de plástico abordan temas complejos en 3D. Algunas de las obras pueden parecer ofensivas, pero como objetos de plástico y arreglados, están lejos de los horrores abordados. Es un universo alterno donde los personajes no son necesariamente lo que representan en nuestra dimensión Es imperativo imaginar las cosas de otra manera

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122 Mercenario de Colón 31" x 79” Acrílico sobre bastidor con seda reciclado En proceso
Colonización de América <Sobre los horrores de la conquista y colonización de las Américas por parte de los europeos>
Serie
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Queen Isabela, 2 be re examined 60" x 71"
Acrílico y gesso transparent en lona de piso

A

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Gallas 2' x 4' Sección de pintura modular. Acrílico en canvas.
Gallas Roja 20" x 15" Acrílico en canvas
Gallas 2' x 4' Detalle de pintura modular Acrílico en canvas
Serie
Gallas <Mujeres portan atavíos inspirados por gallos. Diálogo de empoderamiento> A
A
A
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Serie Gallo Pato / Queer cock <Diálogo sobre lo femenino y masculino y sus roles en el cortejo.> Gallo Pato / Queer Cock 4' x 6' Acrílico sobre canvas. Gallo Pato / Queer Cock 2 4' x 6' Acrílico sobre canvas.

Otras series <Otras exploraciones.>

En la guagua por la Ponce de León Acrílico sobre cartón reciclado

Cacerola Girl Tinta y acrílico en papel

3 Reinas Magas Acrílico y pigmentos sobre gesso en cartón y madera reciclada Inspirada en los reyes magos de la abuela del artista.

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The Chickens d ll h h d b l d b ll d b ll l l d l l

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The Journey of Imagination: A Children's Book for Adults

[El Viaje de la Imaginación: Un libro de niños para adultos]

<Serie de fotos de instalaciones con muñecas realizadas mayormente en Nueva York entre 2004 y 2009 Comentario sobre todo aquello que pueda afectar negativamente a la imaginación >

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American Bar Angel Apparition Home at Last Big Bird

Imagination's Prison Mess in the Kitchen

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Power Tea “They can't hear me!” The Big Wedding
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Little Boy in the Mercury Forest

Adquiere tu ejemplar aquí:

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Alfonso Muñoz Alma es un artista multidisciplinario y handyman cultural de Santurce, meca del festival de arte Santurce es Ley, del cual participa ocasionalmente. También es parte de A&A, en Londres, un collab de arte y diseño con Alasdair Brown. Muñoz emplea distintos medios: pintura, fotografía e instalaciones que trabajan asuntos relacionados a la mujer, lo queer y el ambiente. En 2008, recibió la beca New York Urban Artist Fellowship. En 2009, fue seleccionado para Salpica, un programa de intercambio de artistas con ITT en Amherst, con un subsidio del Departamento de Asuntos Culturales de los Estados Unidos de América. Muñoz es egresado del Art Institute of Chicago.

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@alfonsodolls @alfonso.moonOz
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Luis Gabriel Sanabria

Eïrïc R. Durändal Stormcrow: ¿Quién es Luis Gabriel Sanabria?

Luis Gabriel Sanabria: Soy un artista multidisciplinario nacido en San Juan Puerto Rico en 1993. Me crié entre la República Dominicana y Puerto Rico. Es allá en la ciudad de Santiago de los Caballeros que me intereso por las artes y las máscaras de los carnavales. Al regresar a Puerto Rico y terminar los estudios de escuela superior, entro a la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras a cursar estudios en Actuación. Luego de completar mi tercer año, viajé por Estados Unidos colaborando con diversas iniciativas de teatro comunitarias, colectivos de arte y artistas independientes Luego trabajé con la compañía de teatro Bread and Puppet Theater en Vermont. Desde el 2020, he desarrollado mi práctica como artista individual enfocada en una exploración de los personajes del carnaval puertorriqueño, comenzando con los íconos ancestrales hasta los vejigantes. Me encuentro desarrollando la serie de Carnaval Carnal que amplifica las capacidades narrativas dentro de los personajes del carnaval, partiendo desde la intimidad, los sueños y la memoria

ERDS: ¿Cuál es tu propuesta como artista?

LGS: Como artista, propongo un acercamiento íntimo ante toda disciplina que desarrolla, partiendo desde el subconsciente, explorar las capacidades narrativas dentro de los conceptos culturales hasta recrearlos personalmente, apropiar y localizar a nivel íntimo los íconos culturales para añadir a su evolución y trascendencia para hoy y futuras generaciones

ERDS: ¿Cuán importante es el aspecto multidisciplinario en tu propuesta?

LGS: El aspecto multidisciplinario está muy presente en mi obra pues trabajo desde el diseño de las obras, máscaras y vestuarios, los escenarios, la fotografía, los videos, el cine, el teatro, el performance, la música y demás disciplinas.

ERDS: Dentro del arte multidisciplinario y multimedia ¿crees que ciertos temas mandan un formato o medio específico?

LGS: Dependerá del proyecto y su contenido. De ahí el formato será más pertinente, pero creo en la libertad para explorar infinidad de temáticas en infinidad de medios sin barreras, basados en la experimentación.

ERDS: ¿Qué consejo tienes para personas interesadas en el arte multidisciplinario?

LGS: Les aconsejaría que partan desde lo que les llama la atención, que piensen en sus experiencias para que las transmitan en sus proyectos, partiendo desde lo íntimo en todo momento, y tratar de seguir educándose en distintas disciplinas que nutran no solo el trabajo artístico sino también a nivel personal. Hay que tener hambre de conocimiento en todos los aspectos, tener disciplina y convicción en las propuestas a desarrollar y escudriñar sobre los puntos de vista personales, familiares, de las comunidades aledañas, del país, de la nación, del mundo en general y más allá. No ponerse límites.

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Foto Familiar Dirección, diseño, concepto y composición: Luis Gabriel Sanabria Foto: Fernando Samalot Madre Dorada, Carnaval Carnal Dirección, diseño, concepto y composición: Luis Gabriel Sanabria
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Padre Plateado, Carnaval Carnal Dirección, diseño, concepto y composición: Luis Gabriel Sanabria Fotos: Ana Cristina Sanabria
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Firehouse Vejigante Resurrection, Carnaval Carnal Dirección, diseño, concepto y composición: Luis Gabriel Sanabria
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Firehouse Vejigante, Carnaval Carnal Dirección, diseño, concepto y composición: Luis Gabriel Sanabria
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Puerto Rican Emerald Vejigante, Carnaval Carnal Dirección, diseño, concepto y composición: Luis Gabriel Sanabria
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Vejigantes Reflections, Carnaval Carnal Dirección, diseño, concepto y composición: Luis Gabriel Sanabria Fotos: Ana Cristina Sanabria
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Vejigante Dragón, Carnaval Carnal Dirección, diseño, concepto y composición: Luis Gabriel Sanabria

Luis Gabriel Sanabria es un artista caribeño multidisciplinario queer que vive en las montañas de Puerto Rico. Se graduó en la Universidad de Puerto Rico con un bachillerato en Arte Dramático y Humanidades. Crecer en la República Dominicana, donde se celebran los mayores carnavales del Caribe cada año, despertó en él un gran interés por la cultura de la creación de máscaras y disfraces. En la actualidad, Luis está centrado en la creación de proyectos artísticos que implican prácticas tradicionales del Caribe. Con la intención de celebrar y honrar a los iconos culturales a través de una visión personal, Luis desea arrojar luz sobre la complejidad de la experiencia latina queer contemporánea. @luisgabrielsanabria.art @luisgabrielsanabriaartist

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Elo Photox

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Eïrïc R. Durändal Stormcrow: Hablanos de tu transfondo. ¿De dónde es y salió Elo?

Elo Photox: Soy natural de Bayamón y, actualmente, como muchos otros boricuas, vivo en Florida. Desde bien pequeño, tuve la suerte de tener una muy buena educación en arte. Estudié artes plásticas enfocado en multimedia y fotografía, tanto en escuela superior como en la universidad. Me considero en los márgenes del mundo del arte, ya que mi práctica es bien personal y no está enfocada en la fama o la fortuna. ERDS: ¿Cuál es tu propuesta como artista y fotógrafo?

EP: Incluso antes de que pudiera poner en palabras lo que hago, mi trabajo siempre se ha enfocado en el cuerpo masculino. Desde muy temprana edad, percibí que era algo prohibido y está poco representado en el mundo del arte comparado con el cuerpo femenino. En el mundo mainstream, rara vez vemos un cuerpo masculino desnudo. Es algo que aún es muy prohibido. Incluso en el contexto del mundo del arte, aún el cuerpo masculino desnudo sigue teniendo un “shock factor”

Pero más que nada, eterna exploración del cuerpo que es, mi trabajo tiene que ver mucho con el homoerotismo. Mi trabajo trata sobre la manera en que los hombres que se sienten atraídos a otros hombres, cómo apreciamos los cuerpos y los vemos de formas específicas. Por ejemplo, les he mostrado mi trabajo a mujeres heterosexuales y, realmente, no se sienten atraídas a lo que ven, en oposición a la cantidad de hombres que ven mi trabajo y sienten atracción y deseo por lo que ven ERDS: ¿Cual es la propuesta del proyecto Elo Photox?

EP: El proyecto Elo Photox surge hace ya 10 años y, al comienzo, no tenía idea de en qué se iba a convertir y el impacto que tendría en los hombres que han sido parte de él. Todo comenzó con una simple sesión de fotos en mi apartamento de estudiante para una clase de fotografía Luego de que otras personas vieran las fotos, recibí mucho interés de seguir creando homoerótica Hoy, 10 años después, he hecho cientos de sesiones de fotos con diferentes modelos, con sensibilidades que varían desde lo sexy y erótico hasta lo completamente explícito y porno.

En la superficie, puede parecer banal, pero el efecto en la autoestima y amor propio de las personas que pasan por la experiencia es única, es un valor artístico añadido y, realmente, es mi parte favorita de lo que hago Mi trabajo es hacer que los modelos se vean a sí con nuevos ojos y tengan un espacio seguro para explorar su propia sensualidad.

ERDS: ¿Cómo te posicionas como artista boricua en la diáspora?

EP: Mi identidad como puertorriqueño siempre está presente en mi trabajo y en mis redes sociales La gran mayoría de mis modelos son puertorriqueños o tienen herencia

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puertorriqueña. Ahora viviendo en Estados Unidos, he tenido la oportunidad de trabajar con todo tipo de personas, pero tengo mi gran afinidad es hacia los boricuas Simplemente, nos entendemos Es interesante ser puertorriqueño, ya que nuestra cultura es bien sexualizada y, al mismo tiempo, bien conservadora. Creo que eso ha formado quien soy, ya que esas mismas limitaciones de la cultura son las que me han hecho buscar y encontrar esos espacios que celebran la sexualidad. Para mí, ha sido especialmente interesante trabajar con modelos de herencia puertorriqueña que quizás no se criaron en la isla o no tienen esa relación con Puerto Rico, pero que conservan la sazón, la esencia, la sensualidad que nos distingue ERDS: ¿Cómo es tu proceso creativo? EP: Mi trabajo es bien estético y siempre ha estado inspirado por la iluminación más que nada. Ahí es que mi creatividad florece. También es muy importante para mí alimentarme creativamente de la persona con la que estoy colaborando y crear algo que sea relevante para él y sus experiencias de vida

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Elo es natural de Bayamón, Puerto Rico y tiene mas de 15 años en estudios formales en artes plásticas, en la Escuela Especializada Central de Artes Visuales y un bachillerato en Fotografía e Historial del Arte Occidental de la UPR-RP. En su trayectoria artística, ha expuesto sus obras en el Museo de Arte Contemporáneo y en la galería PH21 en Budapest, ademas de varias publicaciones digitales tales como Savage Magazine y Erottico Magazine.

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@elo.photox @elophotox

Juny aka

Ravioli Verde

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Eïrïc R Durändal Stormcrow: ¿Quién es Juny, aka Ravioli Verde? ¿De dónde vienes en términos artísticos y académicos?

Ravioli Verde: Juny es un artista genderfluid y mariconcísimo de Ponce. Tengo un bachillerato en diseño gráfico digital y he dibujado desde los 3 años.

ERDS: ¿Cuál es tu propuesta como artiste?

RV: Quiero romantizar el homoerotismo y la cultura queer puertorriqueña. También quiero desmitificar el pasado en cuanto a la cultura queer La gente ve las identidades (y comportamientos) queer como fenómenos recientes cuando la realidad es que hemos existido desde siempre y estaremos presentes en dondesea que se encuentre la humanidad.

ERDS: ¿Te gusta más el arte gráfico o el plástico y por qué uno o el otro?

RV: Cada uno tiene su lugar y su momento, pero en este momento prefiero el arte gráfico digital ya que me permite un sinnúmero de herramientas al alcance de mi mano para lograr mi visión.

ERDS: Dentro del arte plástico y gráfico, ¿crees que hay medios que se deberían dejar para ciertas cosas solamente, como, por ejemplo, la acuarela para paisajes, y no usarse para nada más?

RV: Negativo Cada persona logra su potencial con los medios que más le guste Hay artistas que han logrado hacer obras fenomenales trazando líneas sobre el polvo en un cristal Los límites están en la destreza con la que unx cuente como artista y no en el medio.

ERDS: ¿Qué consejo tienes para personas que no se conforman con un solo medio y quisieran “brincar el charco” hacia otro medio con éxito?

RV: Adelante Sigue tu musa y no te limites solo a lo que conoces: ábrete a los experimentos Te sorprenderás al ver como realizas tu visión utilizando medios que no se te ocurría utilizar antes.

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el williwaw de Frank Mathis cubierta del poemario homónimo de Eïrïc R Durändal Stormcrow Arte digital
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Fisherman Twins Arte digital Jíbaro Night Arte digital
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Fisherman Scene Arte digital
Juny es un artista genderfluid ponceño graduado de Atlantic University College que ama la animación, la cultura pop, el erotismo y los videojuegos. Participante regular de las galerías de arte erótico puertorriqueño “Chichaítos/Little Fucks” que solían darse en Taller Secreto en Río Piedras y artista participante del ‘Born Brave Bus Tour’ de Lady Gaga. @ravioliverde 153

José Sebastián "Sebas"

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Estaciones 7" x 10" Plumilla y acuarela

Calle Loíza 8" x 8" Plumilla, marcadores y acuarela

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Iglesia industrial 9" x 11" Plumilla, marcadores y acuarela 156

Estación de lluvia 9" x 11" Plumilla, marcadores y acuarela

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Yauco 3" x 8" Plumilla, marcadores y acuarela

Detalle Iglesia Nuestra Señora de Lourdes, Miramar 8" x 8" Plumilla, marcadores y acuarela

Ave. Fernández Juncos 8" x 8" Plumilla, marcadores y acuarela

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8"
8" Plumilla, marcadores
8" x 8" Plumilla, marcadores
acuarela 159
Barrunto
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y acuarela La Gran Frutera
y

Arde la Palma

8" x 3" Plumilla, marcadores y acuarela

No hay nada más tropical que un chango en un poste 8" x 3" Plumilla, marcadores y acuarela

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Tríptico de la calma antes de la tormenta 8" x 3" Plumilla, marcadores y acuarela

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Los ciclos de las cosas 8" x 3" Plumilla, marcadores y acuarela

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Coquí de viernes en la noche 8" x 3" Plumilla, marcadores y acuarela

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Me and my Cat Watching the Woods 9" x 6" Plumilla, marcadores y acuarela

Versión alterna 7" x 6" Plumilla, marcadores y acuarela

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Poste de Yauco 8" x 8" Plumilla y acuarela 165

Sebas es artista plástico boricua y ex bailarín de ballet clásico. Trabajó para compañías como Ballet Concierto de Puerto Rico, Ballets de San Juan y The School of American Ballet. Es el editor en jefe de la editorial de libros de arte Gato Gordo. Otoño de tinta es su primer libro.

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@joeyboy787 @gatogordo1304b

El Tonguas Project Eïrïc R. Durändal Stormcrow avec Isabella SantiagoCoralys O'Halloran Acevedo Lu (Luisa Colón) Gabriella Collazo

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In my college years, circa 2000, the Tonguas magazine from the English Department of the University of Puerto Rico, Río Piedras Campus, a then recently created journal in my years, represented a series of steps and stages that were key in my development as a writer By 2002, I was already fully involved in the creative writing courses taught by Prof. Loretta Collins and Prof. Dannabang Kuwabong of the English Department, and Prof. Mayra Santos Febres of the Hispanic Studies Department. At that time, the scattered courses of both departments became the "quick fixes" for many of us who graduated before the Interdisciplinary Studies Department's bachelor's degree in Creative Writing was created Likewise, for many of us, Tonguas represented our first publication of our own, supported and reviewed by a faculty member with field experience.

Finally, for some of us, Tonguas also meant our first experience in the publishing world, on the other side of the backstage, where the dream of every student with literary and artistic concerns is designed, typeset, and printed. Where the magic lies and is made with hidden hands During my undergraduate years, I had the honor and privilege of being part of the student editors of the magazine I witnessed the titanic effort it takes to carry out a project in an institution that one loves to death, but has no budget for creative student projects. And, likewise, I witnessed the feeling of achievement when we saw our names on the printed page, next to our works, which had been reviewed and workshopped in our courses and by our classmates and peers who, intuitively, knew what we wanted to achieve, especially in the celebratory open mics in the now defunct Librería La Tertulia or, even, in the Rotonda de la Torre or the Student Center, or even the Plaza del Mercado in Río Piedras Such was my experience that I conceived Gnomo and this magazine, Evento Horizonte, themselves as an extension of that initial Big Bang in my life, which was Tonguas, and an extension of its open policy of inclusiveness, which I know, for a fact, works like a dream in developing students' skills and propelling their careers throughout their lives.

To remember is to live, but also to help keep the fire burning in those who have never ever desisted from the word, and to rekindle the almighty flames in those who would want to return to the Road of Ink. In order to promote a project that, in its time, was as much mine as it has been for others, and in which I still have utter and absolute faith, I contacted and interviewed Tonguas's most recent student editors: Isabella Santiago, Coralys O'Halloran Acevedo, Lu (Luisa Colón), and Gabriella Collazo.

My hope for this piece is to raise awareness on the value of graduate and undergraduate literary and artistic work, to continue a now long standing tradition of literary excellence started by Professors Loretta Collins and Dannabang Kuwabong, and to praise and promote the efforts of the new generations, who have had to face a world of such disillusionment and sorrow, and valiantly continue to break through every day. Blessed be.

Eïrïc R. Durändal Stormcrow

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Eïrïc R Durändal Stormcrow: What's your name, faculty, and department? Pronouns if you want to disclose them Do you consider yourself a writer/artist?

Isabella Santiago: I’m an English Literature major from the Humanities Department. My pronouns are she/her. I’m working on calling myself a writer, for some reason I find it intimidating.

Coralys O’Halloran Acevedo: I major in English Education for both Elementary and Secondary levels I dabble a little bit in writing and art from time to time Whenever I have a chance to do so

Lu: My name is Luisa Colón but I go by Lu mostly, I’m a fifth year English Major in the Humanities Department. My pronouns are she/they, and depends on the day, but I do consider myself a writer most of the time.

Gabriela Collazo: My name is Gabriela Collazo Díaz, my pronouns are she/her, and I’m an English Lit major in the MA program I’ve always enjoyed creative writing, drawing, and singing, so I suppose that makes me a writer and artist?

My specialty is writing unfinished songs.

ERDS: Nice to meet y’all. What years did you work for Tonguas, under whose guidance, and what were your specific tasks and challenges?

IS: I worked for Tonguas during the 2022 Spring semester with the guidance of Prof Jorge González I was one of the editors revising the written submissions along with my other classmates/team members.

CO’HA: I worked on vol. 21 of the Tonguas Literary Magazine this year (2022), and as a team we worked under Prof. Jorge González’s guidance. My specific tasks/contributions for the magazine included organizing and compiling the submitted work by dates on which we would be reading and voting on them, creating folders for the literary work that had been greenlit for publishing, and then organizing those by language and type of text (stories, poems, and essays). With an amazing group of people, I helped build the magazine from scratch by deciding the order we wanted each artwork to be in, along with the literary pieces we had picked as a team. And, lastly, I also contributed on editing the Tonguas webpage to include all the hyperlinks for the official online published Tonguas Literary Magazine Vol 21 on issuu

LU: I worked on the 21st edition of Tonguas earlier this year from January to May, which was led by the fantastic Professor Jorge Gonzalez. I held a lot of different roles during my time working on the magazine, but I was mostly in charge of the email committee, organizing and communicating with the writers interested in submitting their works as well as overseeing events such as our Poetry Slam which I had the honor of hosting

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GC: I took the Tonguas course as an undergraduate back in 2019, and then became the assistant MA student in Fall of 2021 When I took the course my peers and I were under the guidance of Prof Jorge González, while my current advisor is Dr Dannabang Kuwabong one of the founders of the magazine. During the Tonguas class, tasks included selecting and editing the works that would go into the magazine; hosting poetry slams; working ‘Call for Submissions’ stands; and managing social media. What I specifically had a hand in was the editing and the selection process, and helping out in the ‘Call for Submissions’ stands. As an MA assistant, my main task has been revising some editions we have on backlog The hope is to publish those as soon as possible My job also consists of tending to the needs of the students who take the Tonguas course in the Spring. My biggest challenge has really been trusting my own abilities as an assistant without the fear of over stepping. During the Fall when the course isn’t taught, and I’m the only one in charge of Tonguas, it’s also been somewhat challenging figuring out how to manage tasks on my own

ERDS: What do you think you'll take with you from this experience? What have you learned as a student editor of Tonguas Magazine?

IS: I learned that I tend to be my worst critic regarding my writing process. It's very easy to find faults within work you’ve seen and stressed over multiple times, a fresh pair of eyes and new perspectives is key Working as a student editor let me experience firsthand what its like to work with a team in the literary world and I loved it

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CO’HA: I thoroughly enjoyed the experience of everything that it takes to create and publish a magazine, I think I learned more about that process in general, the teamwork needed to accomplish this, and how to properly evaluate the pieces submitted I would love to maybe, in the future, one day be part of an editing team of another literary magazine.

LU: I definitely can say that working on Tonguas solidified my decision to pursue editing in the publishing industry. During my time in Tonguas, I could hear real critiques of my work without my name being attached to it, which at first really hurt my ego as a writer, but it was nothing compared to the critiques I had for myself After Tonguas, I took editing and being a part of a team like this very seriously, and eventually, I was promoted to Senior Editor for the university’s HerCampus online magazine chapter. These steps are only the first in my journey to becoming a Book Editor in the future.

GC: I’m actually interested in editing as a career, so this experience has given me a sneak peek into what goes into putting together a publication As a student editor I’ve learned that teamwork and communication are the bulk of the job

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ERDS: Have you published in Tonguas yourself? Can you attach a published piece?

IS: I had three published pieces in the 2021 edition of Tonguas, although looking back they’re not my favorites compared to my current style I’m forever honored for this feature and immensely grateful to Tonguas for granting me this opportunity.

CO’HA: I was able to publish two pieces in this current volume of Tonguas actually, one in English called When Our Eyes Met (p. 13) and the other in Spanish titled Un Último Adiós (p. 121) Both were written in distinct moments in my life where writing was the only way to express all the feelings portrayed in both poems, which if you read them, you’ll see they express very different sides of the same spectrum.

LU: I have been lucky enough to have been published in both the 20th and 21st editions of Tonguas; including PRUDE (ed. 20 p.44), To my mother tongue, (ed. 20 p. 61), To my father who tries, (ed. 21 p. 14), and MANEATER (ed. 21 p. 40).

GC: I haven’t

ERDS: Did you publish in other magazines before Tonguas? If so, where? What was your experience?

IS: No, Tonguas was the very first time I’ve had anything officially published.

CO’HA: I had not, sadly. But now that I took that first step with Tonguas, I do feel more confident submitting my work to other magazines So, I’ll just have to wait and see where that could take me

LU: Yes! As I mentioned earlier I am the Senior Editor for the online magazine HerCampus UPRRP and I’m also a writer for them. I usually touch on literature, and publishing, and I dabble in pop culture commentary. I love being a part of the system where I can creatively delve into the things I’m passionate about as well as help others with the process

GC: I took a creative writing course with Mayra Santos Febres for which we did a student anthology. The anthology was titled Más allá del huracán (2018), and it was a project inspired by Hurricane María. In it I published a short story titled “La pubertad de las hadas”. It was the first time I ever had something published, so that was exciting. It was a fun experience, though I didn’t have the pressures that some of my peers did. We had an artist in the group who designed the cover art; a photographer among us who took our picture for the publication; someone else filmed and edited a promotional video; there was even a release event with a Q&A and live readings. This was all entirely handled by us students. Essentially, this was Tonguas before Tonguas for me.

ERDS: What was your experience regarding promotional work of the issues you worked in, ie. open mics, launch parties, happenings, social networks, virtual presentations, etc.?

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IS: We had a lot of fun with the promotional work. We were able to host a poetry slam led by the amazing Lu Colón, who also worked as a student editor during that time; it was a complete success, not to mention it gave us a sense of community among the poets and writers on campus. The social media and graphic design team (led by Kay Santiago!) at Tonguas also did a stellar job by making individual “meet the team” posts on different platforms. It definitely added to the experience and made it real.

CO’HA: It’s not easy, that’s for sure I wasn’t part of the social media team, but, regardless, everyone had to contribute to the promotional work It takes a lot of team effort to promote the activities, personally inviting people that might be interested in what we’re organizing, a lot of sharing promo on our personal accounts; all in the effort of helping Tonguas grow as a literary magazine in the UPR, but also to be known and recognized by other magazines nationwide.

LU: While I wasn’t part of the social media team during my time in Tonguas, I did take the liberty of sharing posts on my social media accounts as well as stepping out of my comfort zone and spreading the information of Tonguas by word of mouth during my classes and with friends and acquaintances. A big selling point for the poetry slam was presenting myself as the host and inviting people personally, which was really fun!

GC: Back when I took the course as an undergraduate, we did a poetry slam and an open mic The semester was flying by and we were still in need of submissions, so we did the open mic to promote a deadline extension However, this wound up coinciding with another big event on campus that day, so we struggled to garner an audience. Since we hardly had any participants, my peers and I had to fill up the time ourselves. Me and a classmate even scraped together an acoustic performance of Mulan’s “Reflection.” Everything worked out in the end. People did eventually arrive, and we closed out the event with live music. But that doesn’t take away from the fact that I was made to sing last minute, which was nerve wrecking

ERDS: What do you see in Tonguas' future? What would you like to see in Tonguas' future?

IS: I envision Tonguas expanding, I’m sure more and more students will be eager to join the team in the following semesters. I personally would love for different Tonguas editions (past and future) to be printed and sold as physical copies, it would highly benefit the Literature Department and motivate students to submit their work I would also love it if former editors and other team members could help out the current students as a way to engage with them and further the development of the magazine.

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CO’HA: I feel like if the next Tonguas’ team creates a more varied set of activities, and promotes what Tonguas is a little more, they could reach bigger audiences outside of the UPR Humanities Faculty I would love to see physical copies, which I know are costly, but there’s something about printed magazines that just hit different.

LU: I want to believe that Tonguas is going to expand outside of a class in the English Department, I feel like we are a forgotten faculty in the university which makes this class a hidden gem I want Tonguas to thrive outside of a grade at the end and accept people who are actually passionate about literature and publishing I know showcasing Puerto Rican talent like Tonguas does is key for it to succeed outside of our university.

GC: What I hope to see in Tonguas near future is no more unpublished editions. As of last year, the magazine has its own website and the issues are being published online. Because of this, I think releases will be a lot smoother moving forward. It’s all thanks to the student editors and MA assistant of Spring 2021 With more online engagement, hopefully the magazine will also continue to gain traction It’s also cool to look at past editions and find names of people who’ve gone on to do bigger things post Tonguas. For a lot of them, this was their first publication. I think that’ll continue to happen.

ERDS: My personal wish, which is what motivated me to reach out to y'all, is for the magazine to keep prospering and serving as a safe space for student creativity forever and ever

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Isabella Santiago

Rome

They say when Rome fell, it didn’t make a sound For it was too loud to see and no one was around

They say when Rome fell, everything was lost. All things but the valor and truly at what cost?

They say when Rome fell, the entire world cried. Its most valued masterpiece, suddenly had just died.

They said after Rome fell, nothing would be the same No one would ever compare, or dare to bear its name

They said after Rome fell, that the pain wasn’t worth the climb If everything fell instantly, Why did no one see the signs?

But why would you ever be angered at how a fire flickered out? Did you not bask in its warmth? And when it burned you, Did you not shout?

The truth is Rome was cocky, she didn’t watch her step

She always knew what to do now, But never what happened next Rome didn’t imagine, a world she didn’t exist In a way she always knew, Her name would be on our lips.

Rome is not forgotten Nor will it ever be. Even if it has crumbled, it will stand just as we live. So you see the greatest empires were always destined to fall. For it’s better to have a short glory, than to have never lived at all

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Song of the Sirens

The sailors warned me about sirens, to not venture out at sea, for if I dared to hear their melody, they would never let me be.

But my spirit was a wildfire one, A force they had yet to know I had to wander without them They never noticed me go

So I embarked across the ocean with their warning deep in my mind. I knew that for me to find them, I had to leave it all behind.

I wasn’t searching for an answer nor a person, treasure, or name. It was my curiosity what had sparked this madness, but still, it’s not to blame.

I knew why the sirens were dangerous They called out to me They were waiting for the day that I would give in to their pleas

The truth is legend tells us the reason sailors drowned was that what the sirens sing is neither song nor sound.

But rather they can show you whatever your heart desires, whether that is love of passion or a different kind of fire.

Many went out and looked for them for a chance that they might see the long gone tragic lovers at the bottom of the sea

Others searched for gold. Some, just power and greed. But my wish was much different, it was the reason my soul would bleed.

All the years I spent in solitude, I let a lifetime go by. I never once had adventure nor someone by my side.

I had to know if the sirens could show me everything that could have been All the wonder and magic that I was too blind to have seen

I knew that if I went to them, I was never to return. The ocean would become hell, the one where I was destined to burn.

So I walked to edge of a cliff and threw myself into the sea. At once I heard the sirens calling; it seemed they welcomed me.

I saw everything I wanted, a happiness that could be mine But the gap between dreams and death is quite a fragile line

A scream is what was left of me, an echo of the sound. But somehow, I still thank the sirens for what a privilege it was to have drowned.

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Coralys O'Halloran Acevedo

Un último adiós

Me quedaba durmiendo porque sabía que al despertar me tendría que ir y no volver. Porque llegaría el momento que por tanto tiempo evité, el de tener que aceptar que lo que fue, ya no es, y no será. Y así, durante esa última noche, me despedía en silencio. Mirándote por última vez con los ojos de amor que siempre me envolvieron Así me despedía con un último adiós que no se repetiría, con un ‘hasta luego’ que tal vez nunca existiría Y con el corazón en la mano caminé, me fui de aquel lugar donde tantos recuerdos forjamos. El lugar que por tanto tiempo me acogió, me amó y me formó. Para convencerme con el tiempo, que amar en otro lugar me haría mejor.

When Our Eyes Met

Something beautiful I saw today was the look in your eyes when you glanced my way. We accidentally encountered out of pure coincidence on a day I thought you would not exist. In this brief moment we lingered, no words in between just the meaning conveyed when our eyes met

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LuTo my father who tries,

To my father who tries, You try but not hard enough, You love but not in the way that you think you do. You see me but I don ’t see you.

We are two strangers living under the same roof, Two aliens sharing the same soul. You don ’t care to know me, still stuck on what never was, I don ’t care to know you because I’ ve tried for 20 years, And I couldn’t even begin to guess your favorite color I know you the same way I know the periodic table. You know me the same way you know how to love.

You claim it without ever trying, thinking if you say it enough it’ll be true. It’ s strange though, the passage of time, How I’ ve started off so timid and terrified. Now all I can bring myself to feel is pity, The way you ’ll go without knowing that my favorite color is green And I know nothing about chemistry

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Maneater

They sat for a while, both too timid to even share a glance He kissed her tenderly, waiting for the moment that she would finally give in to him and accept him He knew her well enough to know that he had to wait but that it was coming Her hesitation was nothing less than familiar, the internal battle being one she fought with herself for years. He was patient, waiting, sitting, humming, doing everything he could to distract himself from the fact that he ached for her. She loved him for who he was, for all the beautiful things that he had been for her, that much was true But with her mind holding so much weight of who he was before, of what they were before, there was a pull in her subconscious telling her that changing something that wasn ’t particularly broken was a recipe for disaster, and a push telling her to give herself up completely, to dive into what she had always craved. There were so many voices yelling at her to split into different people, but she was only one. The ambiance was everything to her, and the scene couldn ’t have been played out more perfectly. The so hum of his too old car, the whispers of her favorite songs singing sweetly through the speakers, filling the car with warmth In her head, this was the reason why the windows fogged, but secretly she craved more For a second, everything became silent The sound of his jagged breath enveloped her and she lost all sense, falling into temptation in one swi motion. It was almost as if everything that wasn ’t his touch was poison and he was the antidote. Things moved quickly for him, he was blinded by her so skin that glowed in the pale moonlight. He was going through withdrawals and she was exactly what he was missing, everything that he was craving was splayed right there in front of him He moved expertly through the crevasses of her, every touch felt new and familiar all at once She looked at him intently, hungry for the taste of his flesh. Everything turned red.

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Special shoutout to Gabriela Collazo Teacher Assistant who helped conjure the magic

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Santurce Sketching by Stormcrow Entrevista por Daniel Torres

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Entrevista a Eïrïc R. Durändal Stormcrow en su faceta de “urban skectcher”

El sitio en Instagram llamado “Santurce Sketching by Stormcrow” constituye el intento de hacer una cartografía de la ciudad de San Juan, Puerto Rico, y en particular de su icónico barrio Santurce, el antiguo Barrio de Cangrejos de la Primera Colonia Para conocer el propósito de este proyecto audiovisual conversamos con su creador, Eïrïc R Durändal Stormcrow, editor de la Editorial Gnomo y de esta revista, Evento Horizonte. Daniel Torres: Eïrïc, ¿cuál es el propósito de “Santurce Sketching by Stormcrow” en la plataforma virtual de Instagram? Eïrïc R Durändal Stormcrow: Los edificios de Puerto Rico siempre me han llamado la atención Siempre me han “hablado” La arquitectura de Puerto Rico es bien variada y ofrece estilos que no solo compiten entre sí por un pedazo de tierra cabronamente mal planificada, sino que crea un estilo ecléctico y monstruoso que se come nuestras ciudades con el mismo afán e ímpetu con los que nuestra condición colonial nos consume a nosotros. Hay una infinidad de historias que se pierden en los resquicios entre edificio y edificio, historias de traición, de gentrificación y desplazamiento, de abandono (de parte de

los dueños de edificios abandonados y de parte del alcalde de San Juan), historias de adulterio (sobre todo, entre casa y casa, y más si no hay una verja que las separe, historias de esperanzas tronchadas y alguna que otra que se dio Todo ese arsplasma, esa

La arquitectura de Puerto Rico es bien variada y ofrece estilos que no solo compiten entre sí por un pedazo de tierra cabronamente mal planificada, sino que crea un estilo ecléctico y monstruoso que se come nuestras ciudades con el mismo afán e ímpetu con los que nuestra condición colonial nos consume a nosotros

información emocional, merece ser rescatada y compartida El proyecto es una denuncia contra la politiquería barata, pero también contra el tiempo y contra el cambio, o contra las cosas que cambian demasiado pronto, sin darnos tiempo a disfrutarlas. Este proyecto pretende hacer un alto contra esa corriente y darle al espectador un momento congelado en el tiempo que le derive placer y le permita, mientras exista la obra, proyectar su conciencia hacia ese espacio que amó De igual modo, sin embargo, la propuesta es una de esperanza, que estalla de inocencia y amor ante un futuro desolador

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Señor Paleta, Ave Ashford

8" x 8" Plumilla, acuarela y marcadores

Calle De Diego FG 8" x 8" Plumilla, acuarela y marcadores

DT: ¿Cómo coinciden el escritor y el artista plástico en estas imágenes citadinas?

ERDS: La manera de concretar el proyecto es volver a la unidad más básica del arte: la línea, como es la palabra la unidad más básica de la literatura. Le tengo mucha fe a las cosas básicas porque funcionan para todo el mundo. Mientras más básico es algo, más es compartido y mayor es su alcance. Así son las palabras y así son las líneas.

Mi bachillerato en la UPRRP fue en artes plásticas y me gradúe en el 2005, hace 17 años. Algunos de mis profesores, de quienes, como todo estudiante, me enamoré, han muerto. Otros luchan contra la vida por sus vidas, como el resto de nosotros. En mi bachillerato, las mejores destrezas que aprendí fueron: (a) a sobrevivir, (b) a empatar o remendar (no solo

Sinagoga Shaare Zedeck 8" x 8" Plumilla, acuarela y marcadores

8" x 8" Plumilla, acuarela y marcadores

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Torre Almenada

lo que me hubiese quedado mal sino también las enormes lagunas con las que llegué al bachillerato) y (c) a hacer lo que me dé la gana Durante mi bachillerato, casi no produje arte Produje mucha literatura y a mucha gente le he confesado que estudié artes plásticas porque, en aquel momento, no había un bachillerato de escritura creativa. Durante aquellos años, me dediqué a “traducir” todo lo aprendido en el arte hacia la literatura. Y no me fue tan mal.

DT: ¿Por qué utilizar el medio de la acuarela y no otro?

ERDS: La acuarela es clásica y, por eso, también es básica Es también de los pigmentos más versátiles en existencia en estos momentos También es infantil y naif Me gusta mucho jugar con esa inocencia, no de la niñez, sino de las primeras miradas. Me excita mucho eso de la mirada naturalista o de la primera mirada que uno le da a lo desconocido. No hay nada que resuene más con eso que la goma arábiga que sirve de aglutinante a la acuarela.

También, me gusta fantasear con que soy un impresionista tardío, sobre todo luego de fumar yerba o de consumir hongos mágicos La acuarela se presta muy bien para esa mirada perdida e intoxicada, que lo que busca, más que nada, es primeras impresiones

DT: Hay una caricaturización de la ciudad, pero a la vez un toque inocente de la pintura naif caracterizada por una aparente ingenuidad y espontaneidad autodidacta. ¿Esta perspectiva implica un comentario social?

ERDS: Las palabras caricaturas y caricaturización me producen vértigo. Las encuentro demasiado polarizadas, estigmatizadas y demonizadas, porque la caricaturización de las cosas casi siempre ha ido de la mano de una satirización de esas mismas cosas Tendemos a convertir las cosas en caricaturas para poder burlarnos de ellas.

De igual modo, tendemos a caricaturizar aquello a lo que le tenemos miedo. Por ejemplo, la caricaturización del monstruo: convertir a un dinosaurio terrible y temible en Barney, mejor amigo de los niños. En este renglón, la caricaturización es una forma de normalizar lo terrible y adecuarlo como producto de consumo para las familias heterosexuales del mundo, a quienes, presuntamente, hay que rendir culto Este proceso, yo le llamo la “cutificación” de las cosas, porque viene de la voz inglesa cute. También le llamo la putificación de las cosas, no por hacerlas putas, sino “putin”, “chuchin” o “chulin”, nuestras variantes de cute.

Finalmente, existe otro tipo de caricaturización, mucho más sutil, mucho más noble, mucho más inocente, que es la que promueve, precisamente, el art naïve (o naif, como bien estableces en esta pregunta), un arte que no busca satirizar nada ni cutificar nada Se trata, más bien, de un movimiento artístico de gente que busca jugar con la inocencia y ver el mundo desde el punto de vista recuperado de un niño. Por ahí me voy yo. Mis urban sketches son wonky, las líneas no son trazadas con reglas, sino a mano. Y la mano tiembla.

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Así, el resultado es un testimonio no solo de la ciudad y sus historias, sino de la intervención humana de un tipo a quien le tiemblan las manos Parece un dato tonto y sin importancia Como la oreja ausente de Van Gogh

DT: En las entradas hay también un llamado a ser comunidad como urban sketcher y a establecer un contacto entre artistas. ¿Cuán exitoso ha sido este llamado?

ERDS: No. No ha rendido frutos. Parece que la arquitectura de Puerto Rico no le llama a mucha gente como me llama a mí. Esto es una relación personal que me encantaría compartir, pero, pues, soy consciente de que hay supervivencias más importantes en este momento Siempre habrá algo más importante que hacer que dibujar la ciudad, pensarla, estudiarla y comunicarse con ella. Comer es más importante. Pagar la renta, pagarle a LUMA, pagar los billes, todo eso es mucho más importante y siempre acaparará todo. Ese es el verdadero tsunami con el que lucho todos los días. Se llama adultez.

DT: Aparte de calles y espacios urbanos, los edificios de Santurce cobran protagonismo y la arquitectura diversa y variopinta de la urbe del San Juan moderno e industrial toma vida en las imágenes ¿Has pensado hacer lo mismo con otras zonas de la ciudad como Río Piedras, Hato Rey o el Viejo San Juan?

Parada 18 de Santurce 8 5" x 11" Plumilla, acuarela y marcadores

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La Respuesta 8 5" x 11" Plumilla, acuarela y marcadores

macabro de desplazamiento por gentrificación gringa. Pienso en cómo dibujar la ciudad sería una forma de preservar la ciudad contra los cambios neocolonizadores e imperialistas Pero a la vez, recuerdo que la prioridad es Santurce porque es donde vivo

DT: Los vídeos se conectan con un grupo de seguidores que observan al artista en su estudio en acción mientras trabaja, oye música y explica el proceso creativo del sketch y da saludos a los espectadores. ¿Cómo surge este otro proceso de crear y compartir simultáneamente?

ERDS: Surge por moda, más bien Todo el mundo en Instagram lo hace Es una forma básica de conectar y crear comunión Ya sabes lo que pienso de las cosas básicas

DT: Definitivamente, eres un maestro o pedagogo nato y, a través de la literatura y el arte, educas y compartes tu amor a y devoción por la expresión artística. ¿Has pensado ampliar

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el proceso de este sitio en Instagram y el proyecto editorial Gnomo como un espacio de aprendizaje a todos los niveles?

ERDS: Sí El plan es convertir a Gnomo en no solo una editorial sino un espacio, estilo Doméstika, desde donde los autores e ilustradores de Gnomo puedan impartir cursos y talleres y se beneficien económicamente de ello.

DT: ¿Piensas que esta página pudiera seguir ofreciendo tu arte por mucho tiempo?

ERDS: Espero que sí. “Santurce Sketching by Stormcrow” es una página de resistencia. Se resiste hasta que el cuerpo aguante

DT: Muchas gracias por esta conversación, Eïrïc, y por permitirnos ahondar más en esta propuesta estética. Se trata de pasar de la literatura al arte y a la música de los vídeos como tres instancias. Éstas nos permiten reflexionar acerca de la ciudad como un espacio vivo en el que podemos crear y modificar para insertarnos en su quehacer y su continuum como un devenir. Al cifrar edificios y escenas por medio de líneas en el papel y darles color, como un acto político, nos permitimos preservar en nuestra retina ese caos urbano de una ciudad llamada San Juan, capital de la isla de Puerto Rico para poder reflexionar al respecto Les invitamos a visitar “Santurce Sketching by Stormcrow” en la plataforma de Instagram, para que puedan apreciar lo que aquí se ha discutido y no olviden darle un “ me gusta” y dejar sus comentarios.

Hotel San Jorge 8" x 8" Plumilla, acuarela y marcadores

El Ambassador 8" x 8" Plumilla, acuarela y marcadores

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El Hangar en Santurce

8" x 8" Plumilla, acuarela y marcadores

La Placita de Santurce

8" x 8" Plumilla, acuarela y marcadores

Santurce Pop

8" x 8" Plumilla, acuarela y marcadores

Clínica Veterinaria El Buen Pastor

8" x 8" Plumilla, acuarela y marcadores

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El Normandito

8" x 8" Plumilla, acuarela y marcadores

Colegio La Inmaculada

8" x 8" Plumilla, acuarela y marcadores

Vintage 254 (La Placita de Santurce) 8" x 8" Plumilla, acuarela y marcadores

La casa de Alberto 8" x 8" Plumilla, acuarela y marcadores

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Santurce Sketching by Stormcrow es el proyecto de dibujo urbano de Eïrïc R. Durändal Stormcrow. Este proyecto fue concebido como una forma de congelar el alma de la ciudad ante las inclemencias de tantos cambios tan corridos.

@santurcesketchingbystormcrow

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Aidalís Rivera 191

En cuerpo de ceniza

Después de tantos años en el exilio, Frances regresó a la isla al enterarse de que su madre estaba gravemente enferma. Durante sus últimos días, la cuidó con esmero. Apenas me dejaba entrar a verla en la sala de cuidados intensivos Por cuestiones de sangre y apellidos, aquella puerta estaba cerrada para mí, a pesar de haber ocupado su papel de hija por años No esperó bien a que se enfriara el cuerpo de Lucy para mandarme a echar de la casa Salgo esta noche de la isla, así que para mañana deberás sacar tus cosas. Le dejé las llaves a Marta, ella me mantendrá al tanto de la situación. Espero no tener que acudir a la policía para terminar con este asunto me dijo en tono severo, sin despegar la mirada del celular, creyéndose importante A leguas se notaba que le urgía regresar a la vida que había dejado en pausa afuera, conmigo no tenía que disimular Sin embargo, le entraba una llamada de algún conocido para darle el pésame y comenzaba el acto de desgarrarse sin consuelo. Cuánta hipocresía. Era tanto su afán, que esa misma noche, antes de cerrar la puerta y recordarme por milésima vez que debía marcharme de la casa al día siguiente, no se percató de las cenizas de su madre sobre la mesa. De seguro le avisaría a Marta que se las enviara por correo En realidad, no me importaba lo que hiciera luego con ellas, pero esta noche, mi última noche en esta casa, la tendría solo para mí Sin su dolor disimulado, podría por fin liberar mi pena. Llorarla en paz. Recorrí cada esquina con la urna entre mis brazos. Cuantas alegrías abarcaron estas paredes. A la verdad que Lucy me regaló una vida feliz, contrario a la que me hubiese podido ofrecer mi verdadera madre. No por lo material, éramos pobres, pero sí ricas en amor y en hacernos compañía. Cuánta falta me hará.

Encendí el televisor para ignorar por un rato el dolor que se me iba acumulando en el pecho En las noticias no paraban de hablar sobre las protestas frente a Fortaleza El pueblo nuevamente se levantaba en contra del gobierno por lo mismo de siempre: la corrupción. Los analistas políticos creen que podría suceder lo mismo del verano del 2019. Yo lo dudo mucho. No hubo acto que amargara más aquella dulce y efímera victoria que las elecciones celebradas un año después. Un ciclo enfermizo que nos caracteriza. A veces me pregunto cómo se puede vivir en una isla tan linda y que, a su vez, parezca la guarida del mismo diablo Los ojos se me fueron cerrando de a poco hasta que el ladrido de unos perros me sacó de mi ensoñación. Me levanté del sofá y fui a la cocina a preparar café. Me fijé que en la repisa aguardaban en fila india los frascos de las pastillas que le habían

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recetado a Lucy para el dolor. Cuando me volteé para tomar una taza, olvidé que había dejado la urna en el borde del mueble del fregadero y sin querer le di con el codo, desparramándose su contenido por el suelo No podía concebir lo que acababa de pasar Un aullido amargo salió de mis adentros. Con las manos ensangrentadas por el corte de la fina porcelana que se mezclaba con el polvo, recogí lo más que pude, colocándolo dentro del tazón de sopa favorito de Lucy. Maldije mi triste realidad. El tener que irme de allí por cuenta de la cabrona de Frances, que nunca me consideró como su hermana y ahora me dejaba en la calle después que hice por su madre lo que ella nunca pudo por comemierda Una terrible y obsesiva idea se me cruzó por la cabeza: “Frances la llevará lejos, sé su morada”. Espantada, dejé el tazón en la cocina y me fui a empacar mis cosas. Sin embargo, el pensamiento seguía latiendo en mis adentros descontroladamente: “Sé su morada, sé su morada, sé su morada…”. Presa del dolor y de la furia obedecí el impulso. Polvoricé las pastillas y las mezclé con las cenizas que pude salvar. Ahora y para siempre Lucy y yo seríamos una Me desperté con el escándalo del televisor Anoche se me olvidó apagarlo Al parecer, las protestas en Fortaleza se tornaron violentas. La fuerza de choque increíblemente había apresado a más de 100 manifestantes y los iban a ahorcar frente al capitolio. Lo estaban transmitiendo en vivo por las noticias. No podía creer lo que estaba viendo. Era imposible que eso estuviera pasando en esta isla. Me estrujé los ojos, sacudí la cabeza pensando que aún dormía, pero todo era real La puerta se abrió sin aviso La luz del sol me cegó por un momento Había sido Marta Se te agotó el tiempo me dijo con un descarado gusto. Ahora salgo, dame un break le dije con aliento a ceniza.

Entré al baño, casi no reconocía la que me devolvía la mirada en el espejo. Me eché agua fría en el rostro, tratando de reponerme Cerré el bulto con lo que pude echar en el Marta hablaba por teléfono, asumo reportando sus labores a Frances. Esperé que colgara para entregarle mis llaves. Miré a la cocina y, para mi sorpresa, el tazón de sopa continuaba allí. Marta no mencionó nada sobre la urna olvidada. Lo de anoche no había sido un sueño. Presa de una

Tuve que soltarla de mis brazos. Con cada exclamación me enterraba sus filosas uñas en la piel. Parecía un animal despavorido De nuevo, la punzada en el estómago, me alejé de Dorian para vomitar.

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arcada incontrolable, cubrí la delgada mano de Marta con un vómito gris y espeso, parecido al cemento La bruja no dijo nada, más bien una sonrisa macabra se le dibujó en el rostro durante el tiempo que me tomó limpiarle la mezcla viscosa que se escurría entre sus largos dedos.

Al salir a la calle, el sol de media mañana quemaba más de la cuenta. El aire crujía, como si en alguna parte se estuviera quemando algo. El ambiente del barrio se sentía diferente. Los vecinos estaban más furiosos que lo habitual. Cuando pasé frente a la casa de Fermín, no daba crédito a lo que le gritaba a su hijo Apaga ya ese condena’o televisor, si tanto te importan las noticias te hubieras ido a protestar, así estarías tan muerto como esos pendejos… siempre defendiendo esas ideas estúpidas, estúpido, maldito el día en que te engendré, pero qué bueno que el gobierno por fin tomó acción contra esa plaga como en los viejos tiempos puñeta.

Dos casas más abajo, Dorian, la esposa del reverendo, lloraba histérica. Detuve el paso para ver qué le pasaba Ay mija, se soltó la bestia, el anticristo se está manifestando aquí, en esta isla allá dentro, está Máximo teniendo sexo, SEXO POR AMOR A DIOS, con los perros, CON LOS PERROS, me dijo que me uniera al acto, porque todos éramos criaturas de Dios e iguales ante el padre, AY, AY, AY, EL LLORO Y EL CRUJIR DE DIENTES

SE CUMPLEN, AY, AY, AY.

HA LLEGADO, LA PROFESIAS

Tuve que soltarla de mis brazos Con cada exclamación me enterraba sus filosas uñas en la piel Parecía un animal despavorido De nuevo, la punzada en el estómago, me alejé de Dorian para vomitar. Estaba mareada. Esto es una locura. Imposible que las cosas hubieran cambiado tanto de un día para otro. Saqué el celular del bulto para llamar a Juan. No había señal. Todo esto debía ser una alucinación o una pesadilla. Necesitaba llegar a su negocio tan rápido como pudiera o al fin despertar de este mal sueño. Sí, eso era. A lo mejor Lucy seguía viva y me estaba esperando allá mientras se toma un café Él me va a ayudar, él nos va a ayudar a las dos Apenas se podía cruzar la avenida. El tapón era descomunal. Los semáforos no funcionaban. La gente se salía de los carros a pelearse con otros. Todos maldecían y se trataban con odio. La policía no daba a vasto. Había cuerpos baleados encima y alrededor de los autos. Caminaba entre gritos con un susto en el pecho. La ruta hacia Juan se me hacía larga Sentía que llevaba horas caminando por el mismo sitio, cuando la ruta a pie

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consistía en no más de 10 minutos. Las sirenas y los bocinazos retumbaban por todas partes Solo veía y respiraba muerte No sabía con certeza la hora que era, pero el día comenzaba a morirse también Tuve miedo Al doblar la esquina, vislumbré la entrada del negocio. Resplandecían a lo lejos luces de patrullas policiales. No era algo extraño, los guardias amaban las delicias que preparaba Juan. Me crujieron las tripas a raíz del recuerdo. Cayó la noche en un parpadeo. Cuando estuve más cerca, noté que habían rodeado el local con cintas amarillas. Lo más seguro, con lo caótico que estaba el país, le habían robado. Uno de los policías acercó un gran foco para alumbrar la escena La luz dejó ver el cuerpo ensangrentado de Juan, al que habían colgado en forma de cruz en la mismísima puerta del negocio. Sobre su cabeza había un letrero que decía: Una ovejita menos. NO, NO, NO, NO... No podía creer lo que mis ojos estaban viendo. Me golpeé la cara sin parar con las manos en forma de puño, me retorcía del dolor a ver si por fin despertaba, hasta que regresó la punzada al centro del estómago. Vomité por última vez. No me quedaba nada más por dentro Lucy se fue en ese gran charco negro que me cortó la respiración, dejándome sola en esta maldita porción del infierno Sola, con un eterno sabor a ceniza en el cuerpo.

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Foto por Manuel de la Fuente

Aidalís Rivera Quiñones es oriunda del pueblo de Lares. Durante 2 años formó parte del colectivo Letras y Poesía: Literatura Independiente, espacio donde publicara algunos de sus poemas. Participó de la antología poética Palabrea (2019), dirigida por el profesor Elidio Latorre Lagares y en la antología de cuentos El humor es cosa seria (2020) de Ediciones Enserio. Algunos de sus cuentos y poemas han sido publicados en la revista digital Didasko. Finalmente, en el año 2020 salió a la luz su primer libro de cuentos titulado El rosa debe ser rudo con la editorial EDP University.

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@aidalis153

Evelyn A. Velázquez

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El canto de la iguana

Una iguana verde se estaba comiendo las amapolas; no era una enfermedad lo que consumía al arbusto. Débora quería fulminar al reptil con la mirada, pero se tuvo que alejar de la ventana cuando sintió malestar en el estómago, una sensación conocida, como de indigestión «¿Por qué no hace el ruido?»

Sin desviar la vista de la ventana, caminó hacia atrás buscando asiento y guiándose con las manos. Cuando se acomodó en el borde de la cama ya tenía la sensación de que algo le apretaba la columna hacia arriba y abajo.

«Maldita sea, suena »

El dolor se había expandido del brazo hasta alojarse en el pecho, sentía la respiración acortarse; pero no le quitaba la vista al verde que casi se perdía entre verdes afuera de su ventana.

«Es tu culpa.»

El vértigo le fue nublando la visión, y los brazos estaban entumecidos.

«Te voy a matar, a destrozar »

Cerró los ojos y, dándole la espalda a su amante, se acostó en la cama Poco después sintió el cric en el pecho que le reguló el corazón.

El primer infarto no le ocurrió en uno de los maratones que corría, ni alto escalando montañas, ni en lo profundo mientras buceaba; le ocurrió sola en la casa, caminando de un cuarto a otro, un día inusualmente cotidiano Tras el ataque, la rehabilitación no fue muy alentadora, el corazón estaba débil, por lo que le tuvieron que implantar un marcapaso que le devolvía el ritmo al músculo desequilibrado, pero le quitaba el hambre y los sueños. El infierno era pasar horas recostada en la cama, mirando por la ventana el silencio de estar quieta con una vista a un patio conquistado por la maleza, excepto cuando de vez en cuando escuchaba un cric; un sonido casi imperceptible pero magnificado por los demás sentidos en desuso

Se había alejado de todos los que formaban su vida pasada; no podía controlar la angustia de no poder lo que antes podía y otros todavía podían. La única persona a quien dejaba asomar en su vida era Bruno, por la constancia de que, al ser su terapista físico, lo tenía que ver todas las tardes, por obligación. En las terapias le preguntaba a Bruno si escuchaba el cric.

Esos aparatos no hacen ruido, Debbie

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Tú no tienes uno, ¿verdad? Pues ¿cómo puedes estar seguro de que no susurran o tintinean cuando se encienden?

No hay que ir a una letrina para saber que huele a mierda Idiota.

Entre sesiones, la amistad fue creciendo y culminó cuando, una tarde, Bruno le regaló a Débora una amapola.

No me interesan flores muertas, esas son para funerales.

No es una flor cortada, mira, está en el tiesto, tiene raíces ¿Y para qué quiero eso?

Mejor que le hables a una planta que a una batería glorificada. Yo no le hablo, él suena cuando se activa... olvídalo. Intenta sembrarla, si es que el pecho no se opone. Ese gesto amable incitó en Débora una nueva manía, y no sólo sembró la amapola, sino que convirtió su patio desolado en un modelo de arquitectura paisajista Bruno le ayudaba con el jardín y, aunque al principio no deseaba su ayuda, la aceptó tras reconocer que la necesitaba.

Todas las mañanas, antes de ir al trabajo, Bruno llegaba al jardín para que Débora le asignara las tareas.

La mata de la esquina parece trapecio, pícala bien, hasta que parezca cuadrada. Al roble le está brotando una rama, córtasela El ave de paraíso tiene cinco pencas a un lado y siete al otro, haz algo al respecto Trasplanta la amapola al lado de la fuente, riégala con

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Foto por Inspired Images

Su única salida de la casa se convirtió en la inspección mañanera, y su planta favorita era la amapola cuyas flores despertaban sus pétalos con el sol y se arropaba de ellos en la oscuridad, un baile de plena secreto para quienes pudieran viajar en el tiempo o tuvieran paciencia de observar por muchas horas. Pero ese aliento imprescindible empezó a decaer cuando las flores de amapola comenzaron a esfumarse, y sus ramas estaban secas, rotas, como enfermas Ni Débora ni Bruno entendían lo que le pasaba a la planta Debbie, no te agites, recuerda, tu corazón

No puedo correr... ¡bien!... no puedo patinar... ¡fantástico! … no puedo tener sexo gracias al bendito cric que lo interrumpe y me recuerda que soy una maldita incapacitada... ¡maravilloso!... pero no me digas que no me agite, porque la maldita planta, que tú mismo me regalaste, se está muriendo y no tengo idea de por qué... ese jardín es lo único que me mantiene cuerda Ok Dime, ¿qué hago?

Bruno abonó, podó, medicó y trasplantó la amapola para ver si mejoraba. Ella observaba todo lo que él hacía desde la ventana del cuarto, no por examinar su labor, que no la consideraba muy buena pues la amapola seguía muriendo, sino por la vitalidad que sentía al ver su cuerpo descamisado y radiante por el sudor; le excitaba ver sus músculos contraerse mientras clavaba la pala en la tierra Una tarde, le pidió que no se fuera Esta noche no quiero estar sola No estás sola, estoy aquí, contigo. Se sentía como una reina tirana reclamando clemencia ante la guillotina.

Pero, es que... no es que necesite compañía... es que... Pídeme lo que sea, ¿te he negado algo?

Es que no sé si lo pueda decir Tomó la mano de Bruno y, junto a la suya, las colocó sobre el pecho, encima de la piel abultada que escondía el aparato eléctrico.

Chico, no te puedo ofrecer mucho.

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No es cierto.

Débora sonrió y ni tan siquiera parpadeó al deslizar su mano con la de él desde el pecho afligido al seno excitado ¿No te molestarías si te pido un favor?

Bruno ya estaba firme cuando ella movió la otra mano hacia el pantalón, rozándole. Me molestaría si no me lo pides.

Lo abrazó por la nuca y le plantó los labios, explorándole la boca, la lengua. El asombro no le duró mucho a Bruno, quien como en una carrera, le recorrió el cuerpo, deteniéndose a veces sobre el busto o para acercársela agarrándola por las nalgas hasta que súbitamente se detuvo.

Espera, nena, espera... vamos con calma que no quiero que te me pongas mala.

Con calmada ligereza la desvistió, y le besó el cuello, los senos, el abdomen, el pubis. Nunca la habían besado así; una mezcla de desesperación comedida y alivio. Las lenguas cosquilleaban las encías mientras las manos se multiplicaban, simultáneamente encontrando los pechos, el cuello, la espada, la entrepierna y de repente no eran manos; eran bocas que chupaban y mordían todos los cuerpos.

Cegada de placer, ella solo podía ver con la piel los interludios entre suaves caricias y estrepitosos agarres. Se tuvo que aguantar para no caer, la electricidad rítmica corría desde su clítoris por la espalda hasta los brazos/piernas y los dedos/boca; apretaba los puños y encorvaba los pies para que no se le escapara el placer

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Foto por Christiane Foto por Christiane

¿Estás bien?

Sigue, sigue

Débora gemía y arqueaba la espalda, como si el alma se le elevara hacia el cielo y fuese el cuerpo el único anclado a la tierra. El hambre le entró por la garganta y salió por sus labios mojados, pero eso no bastaba, necesitaba algo más que ser uno; se atragantó desde la médula y se traspasaron al ritmo afónico de un baile no ensayado hasta que ambos murieron un poco y se bebieron la saliva, el sudor y el vino de su fruta. La humedad entre ellos se había convertido en vapor; estaban satisfechos Lentamente, Débora volvió a ser una, y según le regresaba la visión, su respiración se calmaba y se enarbolaba el deseo de estar sola, su hambre había sido saciada.

También te amo, nena. «¿También te amo...?» Débora sintió que se le erizaba la piel. «¿Quién le dijo que yo lo amo?» Se puso de pie y caminó hasta la ventana del cuarto.

Quiero gritarlo a los cuatro vientos, te amo, nena Sintió una leve náusea «A veces la amistad es la amistad, y el sexo es sólo eso, sexo. Si le digo que no lo amo, lo pierdo; si le digo que sí, me pierdo yo.»

La idea de que una persona lo puede ser todo para otra era un sentimentalismo zalamero que Débora no aceptaba, pero tampoco quería ofender a quien consideraba un buen amigo En eso escuchó un cric leve y continuo

Lo escuchas, ¿verdad? Ese es el ruidito que te digo Bruno se levantó y pegó la oreja al pecho de Débora por unos segundos.

Lo puedo oír, pero no viene de tu pecho. Creo que viene del patio. Entonces la vio, una iguana verde parada sobre el palito de amapolas, masticando una de las pocas hojas que le quedaban. Con cada mordisco a la amapola sonaba un cric, cric, cric que anunciaba la muerte lenta de la planta «Maldita iguana, empeorando las cosas » Decidió eliminar la iguana; estaba convencida de que era lo más importante en ese momento. Sin perderle la vista a la criatura planificaba mentalmente su muerte.

¿Qué te pasa, mi amor?

Ah sí, «¡tan rápido me llama mi amor!» ya descubrí lo que le pasa a la amapola, una iguana se la está comiendo la mata no está enferma, está bien Pues, si quieres, la atrapo por ti No te preocupes, mañana temprano lo hacemos juntos. Bruno la besó en la frente. Juntos... suena bien.

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Sin desviar la vista de la ventana, caminó hacia atrás guiándose con las manos y buscando asiento Cerró los ojos y, dándole la espalda a su amante, se acostó en la cama Poco después, Débora regresó al jardín; estaba sola. Pensó en Bruno y sintió que el pecho se le explotaba; un sentimiento de felicidad plena poco a poco le emanaba. Luego escuchó un cric. Contempló el cielo que se envolvía de tonos anaranjados, rosa y violeta. cric cric. Sintió un calor que le ruborizaba toda la piel y la hacía liviana, casi como si pudiese flotar Cric cric cric Caminó descalza por la grama desmochada, un poco más alta que lo habitual, pero por primera vez advirtió lo suave y sedosa que era; escuchó el insistente ruido a lo lejos. Cric cric cric. Los arbustos parecían nubes amorfas, pero estaban floridos y olorosos. Los colibríes besaban las flores y bailaban con las ramas mientras entonaban un zumbido celestial; cric cric. El roble había creado una alfombra rosada sobre la grama, se acostó sobre ella. Cric. El violeta del cielo poco a poco oscurecía, y entre las nubes comenzaban a aparecer, como luciérnagas, las primeras estrellas Miró la amapola, cubierta de flores rojas que se cerraban con el caer de la tarde como volantes de bailarinas Cric. Una iguana apareció en el tope del arbusto y miró a Débora fijamente, quien a su vez ya entendía lo que estaba ocurriendo.

No me hagas sentir culpable, yo acepto las consecuencias de mis actos... es fácil de entender; lo quise, pero me quise más a mí.

La iguana caminó hasta el pecho de Débora donde se acurrucó y luego desapareció justo cuando la oscuridad cubrió el cielo Cric La piel de Débora comenzó a resplandecer Entonces, las aves del paraíso se desligaron de sus raíces, abrazaron a Débora y alzaron vuelo con ella hacia las estrellas. Cric.

Bruno, al despertar, se dio cuenta de que Débora no estaba en la cama y supuso que había ido al jardín a deshacerse del intruso. Escuchó un crujir leve, un ruido casi imperceptible; presumió que era la iguana masticando hojas Persiguió el sonido, pero no encontró ni iguana ni hojas, en su lugar estaba el arbusto completamente pelado y Débora

«Te voy a matar, a destrozar.»
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Foto por Campos33

Evelyn A. Velázquez incursionó en el estudio de las artes y ciencias desde pequeña. Estudió ingeniería química y se destacó en la industria farmacéutica. Estudió Creación Literaria, por la cual ganó la medalla Pórtico, otorgada por la Universidad del Sagrado Corazón. Ha ofrecido talleres de creación literaria en colaboración con el Instituto de Formación Literaria, y en su tiempo libre ha ayudado a otros autores en la edición y publicación de sus libros. Han publicado sus cuentos en varias antologías y en su tiempo libre ayuda a escritores independientes en la publicación, diseño y mercadeo de libros.

@evelyn.a.velazquez

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Rosalina Martínez González

La última cena

Me hablaron de ello una tarde que nos juntamos para bucear hasta una bodega submarina. Uno de los buzos se había puesto malo y, aunque no me lanzaba al mar a pescar botellas de vidrio macerando entre las corrientes, me pareció divertido El restaurante se llamaba «Filete de Sirena» y creo que uno de los platos principales también se llamaba así Pocas semanas después se dio la cita. Estaba mi amigo, el de la bodega, uno de los socios del restaurante y otros dos hombres de apariencia extranjera y cuyo oficio no supe hasta más allá del postre. El restaurante pertenecía a dos chefs salidos de una famosa escuela local, para paladares sibaritas. El plato fuerte fue, en efecto, filete de sirena. Tenía muy poca elaboración, para que «el comensal note todo su sabor original», según nos explicó el maître: a la plancha, vuelta y vuelta, con una salsa a base de pimienta rosa de Brasil. Cuando pregunté de qué pescado se trataba, la mesa se estremeció con una sonora carcajada a coro y luego el socio pidió disculpas ante mi cara posiblemente desubicada y estupefacta.

¡Es que somos unos desconsiderados! En fin… ¿qué cuál es el pescado? ¡Pues, sirena! ¡Filete de sirena!

Y rieron estrepitosamente otra vez Supongo que me había perdido parte del chiste y que el vino empezaba a hacer efecto, así que lo dejé pasar.

Nos dijeron que para el postre había algo especial. A mí me importaba poco, no soy mucho de postres y con un café solo hubiese estado bien, pero el maître nos dijo que tenía algo peculiar y el socio soltó un «no tiene desperdicio». ¿Qué tipo de personaje era el socio este? Se había pasado toda la velada echando chistes, la mayor parte de ellos bastante malos, pero su sola actitud te hacía reír, el chiste era su risa Se le habían subido los colores a las mejillas… ¿o los llevaba así cuando nos dio la bienvenida? El postre se retrasaba y me estaba entrando una modorra descomunal. Ese café… tardará… ¡pero si ni siquiera lo he pedido!

Me recosté hasta que la nuca quedó apoyada sobre el borde del espaldar de la silla. Sabía que se me estaba clavando el filo, pero no me importaba Sentía mi cuerpo pesado, muy pesado, como si necesitara urgentemente una siesta Los compañeros de la mesa me miraban y sonreían. Su risa ya no sonaba estrepitosa, sino lejana. El salón se había quedado vacío. No sé qué hora era, ni cuánto estuvimos esperando por el dichoso postre, pero habían cerrado las puertas y no había más clientes que nosotros. Seguramente ya hayan cerrado hasta la hora de la cena.

No sé cuánto tiempo después llegó el postre: una panacota de agua de rosas y limoncillo, con forma de medias esferas, tocadas de una cereza confitada Nuevas carcajadas Chistes masculinos. Mi cabeza daba vueltas.

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Llévate la teta que me corresponde. Te la regalo. Y me traes un café, solo le solté al camarero antes de irme en off

Cuando desperté, estaba en un diván en un despacho diáfano: muebles oscuros y suelos marmolados, un escritorio muy clásico de madera oscura y tope de cristal y el diván era muy cómodo. Afuera ya había oscurecido y se veían las luces de la ciudad. No sé cuánto había dormido. Salí de allí hasta un pasillo. El personal de servicio terminaba de comer y caminaba con sus platos de vuelta a la cocina. Un reloj en la pared marcaba las seis de la tarde Entonces, me acordé de mi móvil Lo busqué en el bolsillo: mensajes de todo tipo y una llamada de Lena Uno de los camareros me indicó el camino hasta el otro despacho, donde aguardaba el resto de los invitados. Una nube espesa de tabaco cubría la estancia. Todos me miraron con una sonrisilla pícara. ¡Bella durmiente! ¿Todavía sigues queriendo el café?

Asentí y me estrujé la cara mientras me sentaba. El socio le hizo un gesto al camarero. No te preocupes Todas las primeras veces son algo así ―¿Es que la comida estaba drogada? Bueno… no, específicamente me respondió uno de los hombres que acompañaba el socio. Era la primera vez que abría la boca . Pero algo de ello sí que hay. Me contaron una historia muy rara, de que, en efecto, había comido filete de sirena y me reí. Nuevamente querían jugármela, era el objeto de la ocasión y no sabía por qué, pero de repente, se acabaron las risas y me hablaron muy seriamente Me ofrecieron una buena cantidad por acompañarlos a unos mares del Pacífico sur, donde se encontraban los ejemplares, porque no bastaba ser buen pescador: había que sumergirse y entablar no sé qué tipo de dinámica con esos bichos y claro, eso solo lo podía hacer un buzo. Y ahí estaba yo. Incrédulo, seguía sorbiendo de la taza de café en silencio, mirando a todos los que estaban allí uno por uno.

Sé que puede ser difícil de asimilar, pero esto te despejará las dudas me dijo el socio moviendo su orondo cuerpo hacia la puerta Atravesamos el pasillo de antes y luego otro y, después de varias puertas, entramos en una gran cámara frigorífica. Sobre una mesa de autopsia había un pez de enormes dimensiones, quizá las de un tiburón, pero su cuerpo era más delgado, y delicado, y la concentración mayor de carne existía de la mitad hacia abajo, en la cola. Cuando me acerqué, mis ojos no daban crédito de lo que veían: el pez, de hecho, tenía un torso femenino, cubierto de escamas El rostro, más cercano al de un humano, era pequeño y aplastado como el de un pez y tenía una suerte de cabellos parecidos a las algas. La cola estaba parcialmente fileteada: la parte que nos habíamos comido. Mis tripas no aguantaron

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tanto como mis ojos y corrí de allí, pero terminé vomitando en el pasillo. Después, mientras los demás se arremolinaban a mi alrededor, empujé una puerta entreabierta de donde escapaba una luz artificial Estaba vacía salvo por una enorme urna de cristal solo con agua Me sujeté con una mano a la pared. Sentía que me mareaba.

Decidme que no es humana.

No lo es.

No pienso aceptar vuestro negocio.

¡Oh, sí! Claro que lo harás ―¿No pensaréis obligarme? ¿O matarme? le contesté al socio y luego dejé caer unas risitas para romper la tensión que se había creado en pocos segundos.

¡No, por dios! ¿Cómo la vamos a traer sin ti, el cazador oficial? me contestó el socio entre risas. Había pasado de ser buzo, a pescador y ahora a cazador de sirenas . La traerás a la mayor brevedad posible porque su carne es adictiva y también la necesitarás.

Aquella noche no pude pegar ojo Le había contado una versión suavizada de los hechos a Lena. Que era una especie exquisita y de difícil captura, lo que la hacía cara. Que me pagarían un pastón por una sola expedición. Nada de que era una especie de humanoide. Nada de que era adictiva.

Entonces, ve y tráeme un poco me dijo . Yo también quiero probarla.

Y me entró una risilla nerviosa, asentí y la besé en el hombro antes de que cerrara los ojos Y quizás yo también los cerré, un rato Luego volvía a despertarme Tuve terrores De que estaba bajo el agua y perseguía un ejemplar de humanoide, de que cuando finalmente la capturaba era Lena, de que me comía una cola entera y aún seguía teniendo ganas de más, de que mi hambre era infinita. Lo peor es que esa hambre no solo venía en sueños. Era muy real.

Imaginaba a Lena tendida en mi cama y pensaba en las redes vacías Habíamos llegado al hotel del puerto.

Sé que ha pasado un tiempo considerable, creo. ¿Cuánto es un tiempo justo? ¿Meses? ¿Años? ¿Cuánto tiempo merece la aventura? En alta mar tuve mucho tiempo para pensar. Con el paso de los días, algunas cosas expiraron o quedaron nulas y ya carecen de importancia Pero seguía sintiendo el deseo por esa carne Todos los que estuvimos allí, en la expedición, la habíamos probado A la larga, olvidamos el encargo y las maletas de dinero. Al final solo queríamos un bocado de aquella aterciopelada carne deshaciéndose en nuestras bocas. Era el fin último, la meta a conseguir. Lo demás no importaba. ¿Qué más daba si nos rellenaban el cuerpo de plomo, si ya la habíamos probado una vez más, pese a que fuera la última?

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Frente a esta luz, la barba parece más densa, más real Mi imagen oscila como las olas del mar aun, pese a que el espejo sigue quieto en la pared El espejo que, a ratos, me reflejaba la captura, lo que quedó de ella, sobre la cama. ¿Seguimos siendo los mismos cuando dormimos? ¿Es sueño si no nos volvemos a despertar?

Lena llegó justo después de soltar la mochila tras entrar por la puerta. Su rostro como un sol quiso hacer muchas preguntas y muchas afirmaciones y muchos gestos, se colgó a mi cuello, pero cuando olió el cloroformo se me deshizo en los brazos, su piel sedosa bajó trabajosamente por mi piel quemada al sol hasta que tocó el suelo. Me apresuré a darle un sedante intravenoso y la desnudé. Qué palidez uniforme y cálida, qué sensación tan aterciopelada me devuelve a los ojos, su cabello marrón y denso, brillante y profuso, todos sus rincones me llevan a las veces que disfruté de él, de este cuerpo del que quiero tomar posesión otra vez, definitivamente

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Foto por 0fjd125gk87
Martínez González
en Adjuntas, Puerto Rico en 1983. Estudió literatura comparada y gestión editorial. Ha publicado poesía y narrativa corta. Actualmente se desempeña como traductora. Vive con dos gatas que colaboran en su proceso creativo. @ _rosalinamg_ 210
Rosalina
nace

Ana María Fuster Lavín 211

Al otro lado, el silencio [la resistencia]

Después del gran huracán y las posteriores epidemias, comenzó la exterminación institucional. Los que no emigramos vivimos sigilosos como gatos, a la expectativa ante los peligros y constantemente alertas Así somos: invisibles, clandestinos, básicamente anónimos para el nuevo orden gubernamental, pero aún existimos Nosotros, los deambulantes de la resistencia, en los pequeños ratos de ocio, conversamos sobre los antiguos ciclos de nuestras vidas, cuando solo crecíamos amándonos, discutiendo, conformándonos, protestando, sintiendo, hasta llegar a la universidad o aprender un oficio, ser adultos y luego amar, discutir, conformarse, protestar, hasta morir. Lo demás se llena con las anécdotas individualizadas Somos los sobrevivientes buscando a los otros después de la muerte de lo que fuimos al otro lado del olvido. Siempre en silencio, para que no escuchen los gritos de nuestro rumbo. Buscamos una respuesta, buscamos a otros como nosotros, intentamos llegar al área restringida y recuperar nuestro país.

Con el gran huracán, que devastó el Caribe, el gobierno aprovechó para instaurar un descomunal proyecto de desalojo y establecer un nuevo régimen con sus elegidos Aunque lo oculten a los medios de prensa local e internacional, fueron unos quince mil muertos, más otros tantos miles desaparecidos, unido al casi un millón entre los que emigraron y quienes siguen en el proceso de escapar. Eso, según lo que escuchamos antes de que se apagara la última emisora radial de la isla, y poco antes de que emigráramos de nuestro

barrio abandonado hacia la periferia del área protegida. A estas alturas tienen que ser muchos más los emigrantes, los muertos, los desaparecidos Y estamos nosotros, de los que no hay censo ni falso ni real. Nos escondemos entre los escombros, las casas abandonadas y los cementerios. Aquí habitamos en la necrópolis escondida de una isla prácticamente olvidada. Los pocos que quedamos, fuera del nuevo centro de gobierno, hemos perdido parte del pigmento de la piel y de los ojos a causa del encierro diurno. Nos hemos tornado entre grisáceos y pardos,

La niña que llegó con ella entendía el lenguaje de señas, por lo que nos ayudó a entender los relatos de la enferma Además, nos informó que ya no quedaba nadie en el sureste.

El silencio es el grito más fuerte Arthur Schopenhauer
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como gatos en la noche. Padecemos de hipersensibilidad a los sonidos, debido al silencio oral al que nos sometemos durante las horas de sol, permitiéndonos mínimos susurros y articulaciones guturales con los que nos comunicamos en la oscuridad Resistimos así Recopilamos nostalgias, nos recargamos de supervivencia.

O quizá seamos parte de un improvisado monumento a los muertos anónimos que construyó el nuevo gobierno. Dejamos que sus nombres, de los que ya no están, acaricien nuestros pies descalzos (para que no se escuchen sus pisadas). Las paredes de nuestros sótanos están repletas de esos nombres, apodos o apellidos, de pequeñas anécdotas ya disecadas Muchos de estos son de personas que nosotros mismos enterramos o cremamos, pues el gobierno aprovechó el gran huracán para adelantar la última fase de su proyecto.

Después del viento y las lluvias, lo peor vino con el apagón general, en la mayoría de las regiones nunca volvieron a instalar energía eléctrica. Al no haber electricidad durante más de un año, los hospitales cerraron, también escuelas, farmacias, casi todo Luego nos enteramos de que había sido parte del plan, agua, electricidad, internet, solo estaban permitidos en la zona protegida.

Una de las últimas personas vivas que nos topamos, quien murió frente a nosotros, era una mujer sorda que andaba con una niña. Ellas se habían unido a la resistencia desde el este de la isla. Lamentablemente, antes del huracán, le habían diagnosticado a la señora un cáncer con metástasis en el páncreas (muchos de los pocos sobrevivientes habían desarrollado distintos tipos de cáncer) La niña que llegó con ella entendía el lenguaje de señas, por lo que nos ayudó a entender los relatos de la enferma. Además, nos informó que ya no quedaba nadie en el sureste. A pesar de sospecharlo, nos miramos desilusionados. Cambiamos el tema y le narramos nuestras experiencias, tanto reales como imaginarias.

La fantasía es una de las mejores medicinas cuando no se tiene nada. A veces nos imaginábamos que aquellas enormes manchas formadas por los hongos en los techos nos contaban la historia de otra civilización que vivió aquí mucho antes de nuestro exterminio o de la que pudimos ser si el pueblo se hubiera unido y rebelado a tiempo. Y es que una vez un maestro nos dijo que el miedo a la miseria nos devora la dignidad… pues, ahora somos menos que miseria y la dignidad es una de esas manchas en el techo que cada cual interpreta según sus niveles de esperanza, de desesperación o de conformismo.

Somos los muertos bajo los escombros de una gran mentira, de una inmensa nube de humo y desolación

Al par de días del encuentro de la mujer y la niña, nos dirigimos al antiguo centro estudiantil. En una de las paredes, cercana a la entrada de lo que antes fue la universidad nacional de nuestra isla, nos topamos con un mensaje algo borrado por el tiempo y

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por lo que sospechamos que fue un intento de borrar con detergente por parte de las autoridades gubernamentales: “Aguántate y calla te roban y torturan deja que te violen tus derechos y calla vota por los mismos y calla… obedece y calla... ora y calla... habla mierda y calla… cierra los ojos, muérete antes de gritar ‘basta ya ’ y… ”

Amanecía. En silencio concluimos que las personas que hicieron la pintada en el muro habían sido ejecutadas antes de terminar el mensaje Nos percatamos de que también había una costra seca hasta el piso de lo que fue un charco, ya color terracota Nos acercamos y comprobamos que era de sangre y coágulos, piel, pelo y demasiados sueños. Debió ser luego de la gran protesta, cuando los militares exterminaron a los sobrevivientes que se unieron con los estudiantes.

Lloramos todos los días, pero no se nos enturbia el camino de las noches hacia el encuentro de comida o de otros como nosotros Recordamos al señor que hace uno o dos meses hallamos muerto en el carro Dejó una nota, no era suicida para nosotros, claro, sino pura lógica en nuestra nueva realidad. Las pesadillas lo devoraron poco a poco. Su carta exponía que el miedo le había comido hasta los sueños, que no aguantaba más esa oscuridad, en especial al haber perdido a su esposa y a su hijo enterrados bajo el lodo después del deslave que se llevó su casa por el medio. También relataba en su misiva que el gobierno desapareció a su hermana, luego de la gran manifestación, y que había visto la construcción de la matria en la zona protegida Le entregó sus medicamentos y la insulina que le quedaban a la doñita que vivía más retirada, quien también había perdido a su marido y hermanos. Prendió el carro y guio hasta donde la muerte o la gasolina le llevaran. Las demás palabras estaban borradas, intuimos que fue por las lágrimas, porque nosotros también lloramos junto a su nota. Tomamos sus zapatos y tapamos su rostro con su propia camisa Aceleramos el paso Ese día finalmente nos atrevimos a cambiar el inmovilismo al que habíamos llegado después de la protesta Intentaremos llegar, en silencio y de noche, para no ser vistos a donde vivían los elegidos y gobernantes. Tal vez, solo somos lo que queda de la resistencia. Sería lo más lógico, puesto los hechos o no hechos de los últimos meses, ¿o serían años? Espero que estemos equivocados… ¿Eso fueron voces?, ¿acaso, pasos? Al volver la vista, no pudimos comprobar si lo imaginamos o, en efecto, existen Falta poco para arribar al centro de gobierno, en ese islote de la capital es donde también residen ahora los elegidos, con aire purificado, agua, alimentos Ellos dirán fuera de la isla que ya no existimos, si es que al resto del mundo le importa la última colonia del mundo. Borraron las huellas de nuestra miseria.

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Caminamos durante otras cinco noches. A la quinta madrugada, vislumbramos otra sobreviviente La observamos acercándose con dificultad por aquel antiguo parque (ahora cementerio de árboles) hacia la entrada del más alto foro judicial, ahora abandonado, situado en la frontera del área prohibida para nosotros. Era muy peligroso. Sin embargo, nos urgía intentar llegar al otro lado. Según avanzábamos, observamos una silueta de mujer. Nos sentamos semiocultos al otro lado de la calle, después de escuchar pisadas y murmullos en aumento. El miedo nos distorsionaba la posibilidad de creer que pertenecieran a otros como nosotros Otros sobrevivientes El miedo siempre nos nubla la confianza en nosotros mismos, la esperanza de poder salir vivos de esta soledad, que conseguiremos comida, techo, seguridad; una soledad que nos clava pequeños alfileres pisada a pisada. A su vez, el miedo nos salva de la ingenuidad. Sobrevivientes. Lo somos porque nos cuidamos de la maldad natural, de la maldad humana de quienes nos han ido segregando.

¿Y si tan solo somos los muertos que aún insistimos en estar vivos?

Nos duelen las pisadas, pero seguimos caminando hacia los edificios abandonados del antiguo foro judicial. Según andamos, escuchamos más murmullos, esperando que fuesen conocidos. Deseamos con todas las energías que nos quedan, no estar equivocados; son voces, tienen que serlo. Esas vocalizaciones cada vez son más evidentes y temblamos. Una puerta que se abre en la entrada del tribunal abandonado. Quizá fue que no lo reconstruyeron después del vendaval, pero no está cerrado Imposible, está justo en la linde del régimen y los elegidos Dos o tres de los resistentes, nos habían contado que durante la gran protesta habían ejecutado a una magistrada y dos magistrados que se habían opuesto al plan final. Los resistentes nos dijeron que había otros y que se rebelarían, que faltaba poco. Nunca los volvimos a ver, pero nos dio un impulso de positivismo. Estábamos a punto de retirarnos, cuando de nuevo vimos aquella silueta femenina. Nos acercamos lo más que pudimos para evitar ser vistos por los militares o policías que solían rondar el área Volvimos a mirar y sí, era una mujer envuelta en una bolsa negra de basura y con algo que colgaba de una de sus manos. No podía tener más de 25 años. Aparentaba estar saludable en términos físicos, a pesar de su delgadez. Según se acercaba, distinguimos a quiénes pertenecían los sonidos que nos habían obligado a escondernos. Eran algunos empleados de lo que fue el tribunal, ellos también lucían precarios, quizá eran otros sobrevivientes que se habían escondido en aquellas ruinas Antiguos empleados, tres o cuatro que creyeron que allí se salvarían, pero no habían sido parte de los elegidos Nos acercamos un poco más, nos miraron con aparente indiferencia. La mujer se paró frente a ellos y se arrancó a trocitos la bolsa que la cubría hasta quedar totalmente desnuda. “Lo

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perdí todo, todo, ellos son malos, todos estamos muertos”. Gritó tan estruendosamente que la ráfaga que salió de su boca nos empujó hasta hacernos perder el balance Luego arrojó con fuerza hacia nosotros el paquete que tenía en la mano y se dejó caer en picada hacia un gran charco de fango.

Allí permanecimos absortos. Nosotros junto a dos mujeres y un hombre, que entraban y salían de entre los cuartones de madera que clausuraban lo que fue la biblioteca judicial, o al menos indicaban las letras colgantes en la fachada. Una de las señoras, la mayor, consiguió un poco de ropa en una oficina Estuvimos a punto de vestirla y socorrerla, cuando se aproximó el estruendo de la sirena de dos o tres patrullas de la policía Nos ocultamos como pudimos. Los policías militares se aproximaron a la mujer que desde el charco les suplicaba. Ella vociferó su nombre y apellidos, también los nombres y apellidos de otros que aseguró acabarían con el plan de exterminio. “Asesinos. Hoy o mañana, venceremos. Comienza el final de este cabrón proyecto”.

Ante nuestro terror le dispararon una y otra vez, hasta tres, cinco, diez ráfagas de tiros Nos ocultamos No podíamos creer que no nos hubieran acribillado Estamos seguros de que nos habían visto. ¿Será que el silencio nos invisibiliza? Quedamos ocultos muchas horas sin proferir ni un monosílabo. Poco antes de la medianoche salimos y, con un simple gesto, nos despedimos. Sin embargo, el más joven me tocó el hombro y señaló a lo lejos. Asentimos con la cabeza. Ya decididos a brincar el muro, la mayor del grupo del tribunal dio una sutil palmada y señaló el bulto que había arrojado la occisa Sin meditar nada lo abrimos

Nuestro espanto se elevó a niveles insospechados cuando descubrimos su contenido. Era un bebé muerto, entre azul y gris, rígido, envuelto en sabanitas manchadas de sangre seca. Fuimos hacia el cuerpo inerte de la mujer sumergido en el charco de fango y sangre, y colocamos el cuerpo del bebé entre el suyo. Los cubrimos con hojas y ramas. Todos en silencio Somos isla y muerte Nos abrazamos Luego ellos desaparecieron a través de las maderas y nosotros continuamos el camino a través de la periferia de la zona protegida Era ahora, o nunca.

Somos los muertos en vida. Somos dolor, fango e incertidumbre. Lucha. Somos camino… Ese había sido el primer día en que nos topamos con otros desde la mujer sordomuda y la niña, semanas, meses o, tal vez, hasta años después de la gran manifestación, pues habíamos huido después del gran huracán: cuando murieron nuestros padres y abuelos, cuando no encontramos más vivos o comida en el barrio; cuando dejamos de toparnos con otras personas, cuando dejamos de oír noticias en la radio. El tiempo ya no era el mismo al otro lado del silencio. Hasta el momento creíamos que solo era un mito, que nuestras propias ansias de que existiesen otros era lo que nos hacía sentirlos, nos llevaba a pruebas y rastros de esos ellos y ellas. La última vez que escuchamos la radio, desmintieron el

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exterminio, pero la transmisión se interrumpió. Somos lo que queda de una isla que fue destinada a morir Somos el silencio al otro lado de la historia oficial Mintieron, nos robaron y humillaron. Eso nos decíamos en las noches de la oscuridad eterna, mientras nos aterraba más la incertidumbre que el hambre. Al final acampamos en otro edificio abandonado más cercano al área de los elegidos. Recordamos a otra chica que también llegó con su bebé inmóvil y grisáceo entre las manos. Le colgaba aún un largo ombligo al pequeño Lo último que lo unió a la vida era aquella muchacha que ahora tenía los muslos ensangrentados La ayudamos a lavarse No nos entendía, ni nosotros a ella Pensamos que de seguro era de St. Martín u otra de las islas cercanas. Los primeros días no soltaba al bebé, que comenzaba a heder. No lo apartaba de sí e, incluso, intentaba amamantarlo. Terminaba llorando porque el chiquillo no chupaba. Le conseguimos una cajita del tamaño suficiente y una manta. La observamos un rato con ternura, besamos su frente y la del pequeño cuerpito A la tercera madrugada vimos que del cuellito y la boca del bebito brotaban gusanos Ella abrió los ojos con terror, como si toda la humanidad acabara de colapsar. Entonces nos dejó envolver el cuerpito, ponerlo en la caja y enterrarlo en una tumba hueca, del cementerio donde vivíamos ahora. Ella no nos acompañó, y cuando regresamos ya no estaba.

Todos somos los muertos negados.

¿Y qué nos dicen de los suicidas? Cuando la desesperación llega antes que la propia muerte, la invocamos con nuestras propias manos como una orden inminente de la sangre La incertidumbre y el miedo muerden cada pedacito de la esperanza hasta vomitarla hacia el abismo; hacia ese otro lado del puente que añoramos, pero que cada vez es más distante. Unos pensamos que es posible resistir y reconstruirse a pesar de lo lejana que está esa posibilidad. Otros desesperan concluyendo que este se derrumbó y el abandono los estrangula No los podemos juzgar, sus ojos no tienen filtro y ven la crueldad social tal como es Insoportable Las noches se eternizan hasta causarles ceguera y hambre La desesperación angustia los ojos, las voces, las pisadas. Ellos también son resistencia, pero somos nosotros quienes no llegamos a tiempo.

La invisibilidad de la muerte nos convierte en murmullos, casi pequeños maullidos, hasta olvidar nuestra propia voz. Era parte del proyecto, silenciarnos por miedo, también por los químicos que arrojaron desde helicópteros convirtiéndonos en luto eterno de este huracán que no nos abandona

Somos soledad refugiada en las largas noches del olvido. Somos el colapso. Decíamos ya a punto de derrumbarse de incertidumbre, agotamiento, hambre de pueblo.

Finalmente atravesamos el túnel del cementerio que llegaba a la matria o zona elegida.

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Jovencita, ¿vives aquí, sola?

Noss nnn nosssotroh Todos quí escuchamos la voz que sale de mi boca Había permanecido demasiado tiempo habitándonos en mis pensamientos, murmullos y maullidos.

Pero si solo veo gatos aquí. ¿Vives en este cementerio abandonado? ¿Vivo? carraspeando, ya la voz comenzaba a fluir como en la época anterior a la tragedia.

Esta es el área de los elegidos Pero ¿qué hace una jovencita sola con todos esos gatos? No, ellos son yo, son nosotros dijimos en voz baja ronroneante Mira, yo estoy viejo, y he visto demasiadas cosas. Pero juraba que habías llegado con gatos, pero ahora son ¿niños?

Somos los niños y niñas y jóvenes sobrevivientes del silencio. Voy a buscar a los otros y avisarles. Ponte la identificación de mi nieta, murió ayer. Diles a los niños y niñas gatos, que corran a La Perla, allí deben esperar la señal Los elegidos también pueden morir si gritan lo prohibido, antes de tiempo ¿Y si nos atrevemos a resucitar?, les dije a los otros. Nos miramos y por primera vez nos sentimos fuertes. Somos la resistencia. Nos envolvimos en pequeños recuerdos murmurados. No. No. Llegamos aquí. ¡Basta!, clamé, clamamos. Rugimos con tanta fuerza, a su vez, escuchamos una fuerte explosión en el palacio marmóreo del gobierno No queremos morir más No más silencio desgañité, desgañitamos

Vemos a lo lejos militares marchando velozmente hacia el área de los olvidados. Nos hacemos pasar por los elegidos. Y corremos entre ellos. A lo lejos, escuchamos tiros y la voz del anciano, gritando.

Todos gritamos, gritamos fuerte. Recibo un contundente golpe en la cabeza. Al mirar, había sido con la boquilla de un rifle El policía estaba ya ante mí, ya sola, pues mis gatos corrían hacia el cementerio abandonado El hombre apuntaba entre risas hacia mi frente, luego hacia mis pies, mis muslos, mi entrepierna y de nuevo hacia la frente.

¿Te crees valiente?¿Sabes lo que hacemos con las de tu especie? Ni siquiera se supone que hayas llegado viva aquí. ¿Quién te dejó entrar?

Grité lo más fuerte que pude. Y un enorme pedazo de mármol cayó sobre la cabeza del policía militar, desplomándose de cantazo hasta erupcionar su sangre Intentó hablarme, pero expelió un gran vómito y murió

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Grité más fuerte, gritamos. Pisadas muchas pisadas tras de mí. Al volver la vista, pude ver a cientos de personas saliendo de entre los escombros del cementerio, al otro lado desde las estructuras abandonadas Cientos de resistentes tomaron el gobierno y la zona protegida La matria reventó en un chillido ensordecedor lloviendo luz, mientras finalmente amanecen las voces de los desaparecidos.

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Foto por Ramón Espinosa Foto por Carlos Giusti

Ana María Fuster Lavín nace en San Juan, Puerto Rico en 1967. Es escritora, correctora y columnista de prensa cultural. Ha publicado los libros de cuentos: Verdades caprichosas (2002), Réquiem (2005), Leyendas de misterio (2006), Bocetos de una ciudad silente (2007) y Callejón de los gatos (2022); los poemarios: El libro de las sombras (2006), El cuerpo del delito (2009), El Eróscopo: daños colaterales de la poesía (2010), Tras la sombra de la Luna (2011), Última estación, Necrópolis (2018) y Al otro lado, el puente (2018) y Muro azul silencio (2022); las novelas: (In)somnio (2012) y Mariposas negras (2016) y los libros de microcuentos: Carnaval de sangre (2015), [Cuestión de género], Carnaval de sangre 2 (2019) y La marejada de los muertos y otras pandemias (2020).

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@anamariafusterlavin @ana.fusterlavin

Eïrïc R. Durändal Stormcrow

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Reemergencia

I

Si vas a Google Earth dice el ufólogo y buscas al sur de Puerto Rico, notarás, en la cuenca, una estructura rectangular y lo que aparenta ser una pista subacuática. Entonces, el gobierno no quiere hablar de eso, pero te lo juro. Ve a Google Earth y tú mismo lo vas a poder ver

Voy a Google Earth y, en efecto, lo que este desquiciado me está contando mientras nos damos una cerveza en el Vidy’s es cierto. Ahí está la pista. Más abajo la estructura. Descarto sus teorías, sin embargo. Eso puede ser cualquier cosa, me digo. Y así, imagino, descarta la noticia la mayoría de la gente, como sí, algo curioso, pero hasta ahí. No hay fuerza alguna que mueva las masas a invadir los parlamentos y las casas de gobierno en busca de respuestas Como cuando aquel idiota desconocido creó un meme invitando a la gente a meterse en Área 51 planificado para septiembre de 2019 para “verlos a los extraterrestres” y medio mundo apareció.

Espera, ¿qué? Apareció mucha gente en el pueblito de Rachel, Nevada, pero nadie invadió ni se tiró a desafiar a la milicia de los Estados Unidos.

Menos mal Pero yo sé lo que hubieran descubierto si hubiesen tomado Área 51 por la fuerza Y no hubieran sido extraterrestres. Me quiero despedir porque, después de varias Corona Extra con limón, la conversación se me hace demasiado pesada. II Poco a poco llegan los idiotas a Rachel, que ni siquiera es un pueblo, sino un trapo de lugar designado por el censo, como el asentamiento de 48 personas que es. El lugar, que yace en el Condado Lincoln, sin embargo, tiene categoría de celebridad porque allí localiza la base Area 51. El letrero de entrada al pueblucho lee:

Welcome to Rachel.

Population Human: Yes, Aliens: ?

Varias camionetas y vanes llenas de hicks y hillbillies armados hasta las terecas se dan cita allí, formando un mega estacionamiento de gente en sobrepeso y ebria como tuercas y gritando “yeehaah” cada veinte minutos sin fallar. Cuando Zazie los ve izar banderas

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confederadas, se encierra en su taberna con los otros 47 residentes, que también han clausurado sus viviendas y negocios Las camionetas blindadas siguen llegando y Zazie se pone cada vez más nerviosa Casi grita cuando suena el teléfono ¿Hola?

Le habla el Coronel … de la Homey Airport Military Base… Área 51… …Sí contesta el coronel tras una pausa . Tenemos una situación y necesitamos su ayuda ¿Usted que cree que pueda hacer una bartender contra tanto blanco hijueputa junto? Hemos contratado a una compañía que vendrá a montar una tarima para un festival musical. Necesitamos a alguien que lo anime y mantenga a los manifestantes tranquilos y ocupados.

¿Qué bandas vienen?

Par de idiotas de pueblos vecinos Banditas de garaje de casa de papi que no han visto el sol todavía Novatos El dinero de la milicia es limitado y esto es control preventivo de daños. ¿Qué me dice?

¿Con quién me reúno allá? III. ¿Qué hubieran sido? le preguntas antes de que se retire con su cerveza a otro lado Dinosaurios. Really?

Se sabe que son reptiles mutantes o híbridos. No se sabe nada más. Quieres agarrarlo del brazo, voltearle y exigirle que termine su cuento de una buena vez Pero entonces notas la cicatriz que lleva en su cráneo, como si le hubieran abierto el cerebro, y cómo los puntos todavía tienen algo de sangre, y se te quita

Regresas a tu dormitorio caliente en la Calle Madrid, te bañas con agua bien fría y ni te molestas en secarte. Así mojado te lanzas a la cama a soñar en pelotas, a ver si tu cerebro te hace el favor de organizarte todo este mierdero y darte claves sobre qué paso tomar ahora. Porque esto definitivamente no se queda así

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IV.

Zazie le cuenta lo sucedido al resto de los pobladores de Rachel ¿Cómo ayudamos? pregunta Welch, el dueño de la única gasolinera. Necesito tres personas que me acompañen a reunirme con la persona recurso del Coronel. Benjamin, Clara y Charles la acompañan en su van blanca y juntos conducen el trayecto hacia la base A la verja, se encuentran con una soldado que les dirige hacia el coronel, que aguarda a varios pasos mientras da direcciones para el ensamblaje de una tarima improvisada. El truco es que no lo parezca. Y ¿cómo le llamaremos a este esperpento, coronel? pregunta Zazie. ¿Alienstock?

Zazie observa al coronel, un hombre negro de cabello rubio natural y ensortijado, probablemente un melanesio americano El hombre debió haber sido un genio del club de drama y no puede parar de preguntarse qué le pasó a este artista que se convirtió a la milicia.

V.

En tu sueño, te visita una mujer de sombras o en sombras Gary, escucha ¿Qué? ¿Quién? Gary, abre la puerta. ¿Cuál puerta? La de Guánica. Tú sabes muy bien cuál. Despiertas empapado en sudor frío Este cuento lo has vivido antes y no lo recuerdas

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Foto por Public Domain Pictures

quién sabe por qué. Al día siguiente, empacas un bulto y conduces hacia Guánica. Al llegar a Playa Ballena, te estacionas en el parking familiar, pero caminas en dirección al muelle, donde usualmente aguardan los pescadores Allí, encuentras la placa que recuerdas de tu niñez.

VI.

Varias bandas llegan y tocan, porque lo cierto es que los hicks y hillbillies necesitan distracción en lo que arriban refuerzos de la Policía y la Guardia Nacional de otros pueblos El coronel se muerde las uñas, confiando en que Zazie será una buena maestra de ceremonias, porque él, él no puede. Si todos estos cabrones supieran lo que hay debajo de Área 51, se irían tranquilitos a tener pesadillas en sus casas.

¡Muy bien! ¡Un aplauso para Cryptic Cadet! Ahora, un anuncio antes de la próxima banda Pronto tendremos refrigerios y comida ¡Queremos saber qué esconden! grita desde la muchedumbre un hick con un letrero que lee “¡Aplaude con tus nalgas alienígenas!”. Zazie lo ignora. El coronel suda más. Si tan solo supieran.

Ahora, ¡un fuerte aplaudo para Dan Reynolds y su banda! Aunque molestos, el público aplaude porque estas banditas son locales y hay un cierto orgullo entre los nevadenses por su propia gente Lo notas en las victrolas de los bares de todo el Estado Gran parte de la música que tocan es Nevada Vamos bien, ¿no? le pregunta Zazie al Coronel. Él solo suda.

VII. Te paras frente a la piedra, que sobresale del mar como un dedo que grita “¡Cágate en tu puta madre!”. El muelle termina y es posible dar un pequeñísimo y minúsculo salto para treparla. Recuerdas esto de niño. Lo viviste la primera vez que tu madre te trajo a esta playa. Te perdiste entre los arbustos y los pescadores, entre los hombres que se escondían en los arbustos para tener sexo, y entre las nubes de polvo y bruma que distinguen el área sur de la Isla Dando vueltas, llegaste al muelle y a la piedra, que tenía y tiene una especie de mecanismo Abre la puerta, Gary escuchas de nuevo y es la misma voz de siempre. ¿Quién eres? Abre la puerta, Gary.

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Entonces, es todo cuestión de si te paras en la trampa de la roca o te quedas como buen pendejo analizando tus pensamientos

VIII.

Por suerte, el concierto sucede sin problemas ni aspavientos, y ya para la última banda, casi todo el mundo se ha ido a dormir las borracheras.

Usted no sabe el servicio le dice el Coronel a Zazie que le ha hecho al país y al mundo el día de hoy, señorita ¿Podría decirme un poco?

Área 51 es la boca del infierno. Es lo único que le puedo decir . Por supuesto, ¿cómo decirle la verdad a una perfecta civil? ¿Cómo comenzar a abordar las jaulas que esconden varios pisos bajo la tierra, jaulas hechas con pared de cristal de diamante, para que no salgan las criaturas reptiles y aladas que esconden? ¿Cómo decirle que las criaturas vienen de otra dimensión, a través de un portal en las entrañas ígneas del lago de sal Groom? ¿Cómo explicarle que, tras una década de terremotos en el lugar, Nixon envió una comitiva exploradora que encontró el portal y construyeron Área 51 alrededor de él? Es mucha la gratitud sentencia el Coronel mientras le da una mano sudada a Zazie, que esta estrecha con una sonrisa ignorante.

IX

Sucede que, cuando tenías 6 años y te perdiste en Guánica, estuviste dos días y dos noches desaparecido. Cuando te encontraron, hablabas de la voz de una mujer negra, que te hablaba y perseguía porque quería que hicieras algo. Tu mamá y los médicos se lo atribuyeron todo a una falta de una buena nalgada y tu madre te castigó con gran severidad Todas las noches, la voz te asaltaba y, aunque le preguntabas quién era, solo te decía “la hermana del último pirata del Caribe”. Te hacía cuentos, la voz, mientras dormías. En ellos, hablaba de un pirata llamado Roberto Cofresí, que escondió toda su fortuna en algún punto de esta costa. Quien contaba en aquel momento era su hermana, Ana Cofresí, en honor a quien, el pirata bautizó a su goleta.

¿No quieres su oro? Lo único que debes hacer es pararte sobre la piedra Finalmente, cedes y lo haces La piedra desciende bajo tus pies y se hunde varios

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metros en el mar hasta que se detiene. A media milla de distancia en el mar, el agua hierve, la tierra tiembla y una grieta roja de magma se abre Cuando para de temblar, entonces salen los dragones, los dracos y los guivernos, ninguno de los cuales es igual al otro, pero igual son parte de la misma familia demoníaca.

La voz irrumpe en risa y desaparece. Te caga la posibilidad de que le hayas traído el fin al mundo. La boca del infierno, después de todo, tiene más de una entrada. Pero no meditas por mucho tiempo, porque pronto, un guiverno te nota y desciende justo frente a ti.

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Foto por Michael

Hay partes de la historia que ni Fray Ramón Pané ni Fray Bartolomé de las Casas pudieron contar, porque son partes de la historia que no tenían forma de atestiguar. Por ejemplo, de la misma forma que muy pocos humanos han podido atisbar los Reinos Adyacentes, como el Olimpo, Asgard, el Infierno o el Paraíso, de igual manera, ninguno de estos frailes hubiera podido dar cuenta de Yuké, el Reino Cemí, cuya primera mitad se yergue desde la isla y la segunda traspasa la alfombra moteada del cielo Yuké no es sino un pico altísimo en donde conviven la nieve y la jungla tropical. Todas sus rocas tienen venas expuestas de metales y gemas preciosas que fungen como arterias por donde fluye la yaya o la energía primordial del cosmos, aquello que los griegos llamaron icor o el qi, según los chinos. Varias estructuras crecen de la roca y se entremezclan con los átomos de las ramas de los árboles, y siguen esa misma forma de adornar curva y arabesca, casi orgánica, que tiene todo el yayateke, o la tecnología basada en yaya que usan los cemíes. Por ejemplo, allá se sitúa la mansión de Atapazui, La Madre de las Aguas, que tiene cuatro nombres porque sufre de trastorno de personalidad fronteriza y cada una de sus caras es completamente distinta y se ajusta a las fases de la luna. En luna nueva, la cemí suprema se llama Atabex y es una adolescente que se ríe de todo, en cuarto creciente es un hermoso y bellaco mancebo llamado Zuimaco; durante la luna llena es una mujer embarazada por segunda vez, Yermaoguacar, y en cuarto menguante, cuando ya no le queda nada que perder, se transforma en Apito, el viejo cascarrabias. Los cuatro avatares en conjunto son Atapazui, pero, esté en la fase que esté, su yayateke siempre será verde neón y siempre manipulará las aguas. Su mansión se yergue sobre el ala este de Yuké, sus ojos siempre sobre el Atlántico, que es más hondo y peligroso que el Caribe. Desde el

Atlántico, después de todo, es que atacan siempre Las Hermanitas del Mal El yayateke de su casa incluye varias torres con cañones de yayaluz, siempre manejadas por cemíes menores o sinnombres Atapazui comparte su morada con Yocaju Bagua Maorocoti, o Yocabama, como le dice ella de cariño, el cemí rey, hombre fornido de cobre y cobalto, aquel que todo lo ve con su telepatía infinita y que todo lo puede con su telekinesis absoluta Su yayateke es azul y tiene forma de guaraguao

Esa noche, Guabancex se coloca un collar de oro terminado en un broche de jicotea y se lanza al vacío.

Sangre de fe I
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Foto por Christopher Jayanata

Al otro lado de Yuké, en el ala oeste, descansan los aposentos de Guahayona, el bohíque inmortal y uno de los mejores mecánicos de yayateke en todo Yuké, el suyo es rosado, tiene forma de flor de maga y siempre apesta a cohoba; igual localiza la Gran Ronda en donde yacen las estatuas del héroe Deminán Caracaracol y Caguama, la tortuga que le salió del pecho y cuyo cadáver duerme y sueña bajo las entrañas de Borikén, también la estatua de Itiba Cahubaba, la diosa de la fecundidad que, irónicamente, murió dando a luz a los Cuatro Gemelos del Poder, unos cemíes menores o sinnombres que salvaron el mundo hace mucho Allí también yace la tumba de Yayaél, el cemí que descubrió la forma de manipular yaya y murió antes de la invención del yayateke Literal muere desintegrado en una explosión de varios megatones que se siente en Borikén como un terremoto 7.8 que destruye varios yucayeques enteros. Esto ocurre en el día 45 del año 45X2 del calendario cemí, que solo los cemíes entienden.

En el ala oeste también sitúa la morada de Bayamanaco, el cemí que les regala el fuego a los arahuacos, una casa creada desde la más ígnea vena de Yuké Una residencia en llamas sólidas o rocametal llameante El yayateke de Bey, como le dicen en Yuké, es rojo y tiene forma de boa. Vecinos suyos son los Guardianes del Buen Tiempo, los trillizos amantes Iguanaboína, Boínayel y Márohu, que tienen las mismas características que las Hermanitas del Mal, pero su yayatekes brillan verde madreperla y tienen forma de iguana, coquí y burukena, respectivamente.

Al sur yace Coaybey, el Lugar de los Muertos, una cueva sentiente que queda justo detrás de los aposentos de Maquetarie Guayaba, el zombicemí de la muerte, los ancestros y los espíritus. Su yayateke brilla de color negro, si tal cosa es posible, y tiene forma de murciélago.

Hacia el norte, queda la cámara del cemí Inriri, un dios antropomórfico de cabeza de pájaro carpintero, cemí de las comunicaciones, inventor del yayateke. El suyo es tornasol y tiene forma de pico y alas Más allá, casi al final más norte de Yuke, radica el templo de las Hermanitas del Mal, la triada de diosas del viento que custodian la ira de Fríka a, el Reino Orisha. Se trata de trillizas de piel de obsidiana: Guabancex, Guautuba y Coatrisquie. Sus yayatekes todos brillan gris y tienen forma de múcaro. Aquí, en Júraka, como se le conoce a esta isla dentro del mar de yaya que rodea a Yuké, se cocinan los cimientos del fin. Hermanas, este es nuestro año comienza Guabancex, una mano de obsidiana acariciando ensimismada su cabello platinado

Eso mismo dijiste el año pasado contesta la pelirroja, Guautuba, mientras se unta pintura de guerra en el rostro.

Exacto continúa Coatrisquie, la pelinegra, mientras observa sobre un espejo de yayateke las confluencias de calor y viento en las costas de Fríka a . ¿Nuestro año de qué?

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¿De volver a tratar de quedarnos con Yuké como lo hemos tratado de hacer todos estos años?

¿Y cuál es la alternativa, Coa? ¿Qué otro gran propósito podríamos tener, más allá de veladoras de vientos? ¿No te aburre?

Si te aburres tan fácil increpa Guau , ¿por qué sigues viva? ¿Por qué no le pasas tu yaya a otra que nos sirva de mejor compañía?

¿Que les sirva mejor a ustedes? ¿Acaso no te cansa hacer lo mismo todo el tiempo?

Pero Guaba, si tú puedes salir de aquí Esto no es una prisión Puedes incluso bajar a Borikén y seducir a algún humano o humana No serías la primera ni la última Pero antes de que pueda replicar, Guabancex detecta algo extraño en las aguas del Atlántico. Se trata de una flotilla de tres carabelas.

¿Invasores? pregunta Coatrisquie alarmada.

¿Cuánto les queda de viaje? pregunta Guautuba mientras abre su tableta yayateke con la que le envía un mensaje a Inriri Unas dos semanas Inriri pregunta que si te encargas le pregunta Guautuba. Dile que sí. Esa noche, Guabancex se coloca un collar de oro terminado en un broche de jicotea y se lanza al vacío. Pronto traspasa el mar de yaya y continúa cayendo adonde la gravedad quiere llevarla: a los aires que habitan encima de Borikén, en donde activa su collar de yayateke y se convierte en múcaro plateado y obsidiana Sobrevuela el Atlántico en dirección noreste, y a unas semanas de viaje marítimo, que a un ave solo le tomaría minutos, encuentra las tres embarcaciones y se posa sobre la proa de una de ellas. Los pocos marinos despiertos toman nota de su presencia y uno que otro se persigna. Pero, en general, ignoran al múcaro, que sale volando y, con su yayateke, hace que lluevan torrentes y cántaros, hasta que la noche se hace blanca de lluvia

Al día siguiente, los cemíes se reúnen en la cima de Yuké, en el Gran Batey. Presentes están todos los dioses. No ha faltado uno solo, ni siquiera de los menores. Incluso están los cemíes enterrados en el centro de cada yucayeque. Todos estos seres, algunos de rostro humano, otros con cabezas de animales, discuten entre sí la novedad del momento, hasta que llegan Atapazui y Yocabama, los supremos, con su yayateke en forma de pintura y armadura real Entonces, la corte hace silencio

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Foto por José Sebastián "Sebas"

No iré con rodeos comienza Atapazui en su avatar de cuarto creciente Zuipaco, un joven desnudo, adornado de oro y yayateke, la punta de su miembro erecto decorada de igual forma . Esto es una invasión. ¿Todos conocen las implicaciones?

El yaya no es infinito contesta un cemí con cara de alco, el perro de los de abajo.

Dependemos de yaya para existir y la yaya viene de la fe de los taínos allá abajo contesta una hermosa cemí cabeza de colibrí

Y si vienen invasores y ganan, impondrán su religión y la yaya dejará de existir contesta Yocabama . Dejaremos de existir.

Guabancex siente la quema de la mirada de Yocabama sobre su espalda, seguramente juzgándola por todos esos años en que ella trató de usurpar el trono

a fuerza de huracanes, incluso fuera de temporada. Pero ella igual atisba una guiñada en su dirección de entre la multitud. Viene de Maquetaire Guayaba, cemí de la muerte. Luego de la cumbre, Maquetaire le hace un gesto para que conversen a solas

¿Y entonces? pregunta el murciélago

¿Entonces, qué? contesta Guabancex tratando de ocultar su asco hacia el olor dulzón a guayaba podrida que emana del yayateke del zombicemí.

Nunca antes habíamos tenido invasores, no con la tecnología con que vienen estos.

¿De dónde vienen?

Del Viejo Mundo, y de Cristania

¿Ese es el nombre del panteón?

Sí. Una masa extraña y contradictoria. Como un tumor benigno. Por un lado, hay un dios que son tres personas a la vez, nada raro, así es nuestra Atapazui, pero entonces, tienes ángeles y una corte legionaria de gente santa y beata que asciende y adquiere poderes a través de un ritual que solo se entiende en Cristania.

¿Cómo sabes todo esto?

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Los muertos hablan contesta el murciélago y se ríe un poco . Inriri también sabe. Está más conectado que yo al resto de los panteones ¿Nunca le has preguntado?

Inriri me odia Inriri odia a todo el mundo, incluso a sí mismo. Es el único que nunca logró transformar su cabeza.

¿Y los

sinnombres?

Pueden cambiar de forma a voluntad. Los que viven con cabeza de animal es porque así lo desean Inriri es el único que nunca pudo ¿Por qué me dices todo esto?

Porque estás bien cerca de mi reino. Todos los días, tu perfume llega más y más claro a Coaybay. Estás tan aburrida que no quieres existir. Y antes de que decidas deshacerte, deberías probar lo que siempre has querido. El trono de Yuké. El trono de Yuké Este año con una nueva variable ¿Qué ganas tú con todo esto?

Más almas en mi reino. Pero, si mueren los de abajo, mueres tú también. No si tengo mi propia fuente inagotable de yaya dice . Que podría compartir… se apresura a añadir . Piénsalo.

Pero no hay nada que pensar Guabancex sabe que, esta vez, su mejor jugada es no hacer nada

Dos semanas más tarde, las tres véselas desembarcan. La historia es la historia. Los primeros meses, los españoles se hacen pasar por dioses, por cemíes de una tierra lejana, de hecho, y durante los próximos años, esclavizan, queman, destruyen, violan, reconstruyen, reprograman a la fuerza y lo que antes se conocía simple y sencillamente como invasión, ahora se llama colonización, en honor al genovés que dirigió toda esta campaña. La yaya, que es como oxígeno, comienza a hacerse fino y escaso y, como era de esperarse, esto divide a Yuké. Cada cemí por sí mismo, acaparando recursos y hurtándolos para sí. De hecho, a Bey lo agarran traficando con recetas para crear yaya provenientes de Giza, con ingredientes que jamás se encontrarían en el caribe, pero que uno que otro cemí iluso, en la desesperación, trata de traducir, creando grandes explosiones y matando cemíes a diestra y siniestra Yocabama mismo lo ejecuta frente al resto de la corte: con su yaya, crea una hoz de rayo y trueno y lo decapita. Atapazui madre, porque esto ocurre en la luna llena, llora desconsolada ante el cadáver sin cabeza de su hijo Bayamanaco.

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Yocabama, aturdido por el grito telepático de la madre herida, cae de rodillas. Guabancex aprovecha y se lanza en picada, convertida toda ella en múcara asesina y, de un solo vuelo, transforma su yayateke en filosas plumas y corta ambas cabezas, la de Yocabama el rey, y la de Atapazui reina madre, que cambia de nombre e identidad varias veces antes de apagarse para siempre. ¡Puta! grita Iguanaboína, su yayateke volando por los aires en forma de cola látigo reptil.

¡Tu madre! contesta la cemí tormenta, desatando un tornado de debajo de sus alas, pero los Guardianes del Buen Tiempo contestan con los suyos ¡Guautuba! ¡Coatrisquie! ¡Este es nuestro momento! ¡Este es nuestro año!

Las hermanas corren al auxilio de la suya. En este momento, es cada clan por su cuenta, y la sororidad es más importante que la yaya misma. A veces. Las hermanas se agarran de manos en triángulo, desatan sus yayatekes de múcaro y un huracán aflora entre todos los vientos los vientos todos

La guerra cemí dura varias semanas Mientras tanto, sin rey o reina en Yuké, la fe taína aminora, se corrompe y, a final de cuentas, se desintegra. Y a medida la yaya ambiental disminuye, los cemíes van cayendo abatidos por la guerra, o por la simple falta de sangre de fe en sus venas. Muertos de hambre la mayoría. Y muertos la mayoría sin jamás haber alcanzado un nombre. Y todos ahora son alimento de un zombi de apellido Guayaba.

II

De los pocos cemíes que sobreviven, algunos huyen para siempre del plano físico a través del batey del Monte Cemí en el yucayeque de Otoado. Entran por el portal del centro y, a través de las líneas somnocantadas, se integran al dolor del universo. Los demás se internan en Coaybay, porque Yuké, sin yaya y sin cemíes, se descascara y desintegra en tan solo días Desolado, sin tan siquiera cadáveres, Yuké se seca, se le van los colores, se caen sus palmeras, sus residencias, todo cae y se hace nada, la misma nada en la que una vez cayó el Olimpo. Y de la misma forma que caerá Fríka a.

¿Estás seguro de que aquí estaremos bien y sobreviviremos? le pregunta Guabancex a Maquetaire Guayaba.

Sí En Coaybey, los cadáveres de los dioses se convierten en lácrima, o yaya petrificada Y una vez son lácrima, generarán yaya para siempre ¿Y la invasión?

Nunca llegará hasta acá. La ultratumba funciona de esta manera: cada panteón tiene un pedazo. Nadie controla la dimensión.

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Sin embargo, a lo largo de los años, ocurren incursiones de Cristania en la ultratumba. Varias escaramuzas destruyen parte del ecosistema del reino muerto, se apropian de Hades, Gehena, Tartaros y lo convierten todo al infierno de Cristania, desplazando a las demás ultratumbas hacia las periferias más marginales.

Un día, con Coaybay empujada ya al borde entre la ultratumba y la nada, estalla una última guerra civil en donde tanto las Hermanitas del Mal como Maquetaire Guayaba dejan de existir.

III

Tan pronto los cemíes mueren y los taínos son decimados o se internan dentro de las montañas, llegan los orishas, dioses de Fríka a, traídos a la mala, arrastrados de las greñas, arrancados de sus raíces en el Primer Continente, en cadenas, con la gente que les profesa el emi, lo que a ellos les corre por las venas. Los orishas llegan desnudos, sedientos, hambrientos de fe y con cara de circunstancias, y encuentran que los han traído directo a las puertas del olvido O te conviertes o te jodes, les dicen los españoles a los negros y los santos a los orishas. Como en el cielo en la tierra. Como en Yuké en Borikén, pronto llamado San Juan Bautista, tierra de nativos masacrados, esclavos negros y demonios blancos.

¿Y si nos disfrazamos? pregunta Obatalá, el abre caminos.

¿Cómo así? pregunta Yemanyá, destruida de tanto dolor, pero la más poderosa víctima, por haber recibido a sus hijos en el seno de su océano a medida se suicidaban lanzándose al mar desde los barcos negreros.

¿Y si nos vestimos de santos para sobrevivir, aunque conservemos nuestro emi orisha?

¿Propones que nos alimentemos de dos fuentes? ¿Cuándo se ha visto eso? Propongo que sigamos siendo seres de emi pero que nos alimentemos por ahora

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Foto por Joshua Woroniecki

Eïrïc R. Durändal Stormcrow nace en San Juan, Puerto Rico en 1980. Es escritor y artista plástico. Ha publicado los poemarios Bestiario en nomenclatura binomial, Empírea: Saga de la Nueva Ciudad, Pie forzado, Terrarium, Hustler Rave XXX: Poetry of the Eternal Survivor (junto a Charlie Vázquez), Niños malcriados, La honra del Jabberwöck y el williwaw de Frank Mathis; las novelas el Oneronauta e Historias para pasar el fin del mundo; los libros de cuentos Desongberd, Las formas del diablo, Cielos negros, Biografía de los planetas tristes, Puto noviembre, El Evangelio del Fénix; la memoria de sexo Diario de una puta humilde; el libro de viajes Crónicas del esmog, y las antologías Los otros cuerpos: antología de literatura gay, lésbica y queer desde Puerto Rico y su diáspora (junto a Moisés Agosto Rosario y Luis Negrón), Felina: antología para gatos (junto a Cindy Jiménez Vera) y Fricción cuántica: Antología de ciencia ficción desde Puerto Rico y su diáspora. @erd _ stormcrow

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