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La Rebelión de los Bóxers en China
y la Doctrina de Puertas abiertas.
que tuvo lugar en China entre 1899 y 1901. Este movimiento se originó como una respuesta a la creciente influencia extranjera en China.
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La Rebelión de los Bóxers comenzó en la provincia de Shandong, en el norte de China, donde los miembros del movimiento comenzaron a atacar a los extranjeros y a los misioneros cristianos. Pronto, el levantamiento se extendió a otras partes de China, con los Bóxers atacando y saqueando propiedades extranjeras y cristianas. A medida que el levantamiento ganaba fuerza, se formaron unidades militares de Bóxers y se llevaron a cabo asedios contra embajadas extranjeras en Beijing.
En ese momento, la Emperatriz viuda Cixi se encontraba en el poder y compartía el sentimiento de rechazo hacia los extranjeros. Ella deseaba mantener las tradiciones imperiales de China. Por otro lado, el emperador Guangxu, su sobrino, abogaba por seguir las pautas de la modernidad occidental para que

China pudiera crecer como nación y convertirse en una potencia económica en el futuro.
La respuesta de las potencias extranjeras y del gobierno chino fue contundente. Las potencias occidentales, incluidos Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Rusia y Alemania, se unieron para formar una fuerza militar multinacional conocida como la Alianza de las Ocho Naciones. Esta alianza lanzó una expedición militar para sofocar la rebelión y proteger a sus ciudadanos y propiedades en China.
La Alianza de las Ocho Naciones finalmente logró aplastar la Rebelión de los Bóxers. Beijing fue tomada por las fuerzas extranjeras y se impuso una ocupación militar. China fue obligada a pagar indemnizaciones a las potencias extranjeras y se impusieron más concesiones territoriales y económicas. Además, la rebelión y su represión tuvieron un impacto significativo en la percepción de China en el escenario internacional y en la dinámica política interna del país.
La política de puertas abiertas es un concepto en relaciones exteriores y economía. Como teoría originalmente postulaba que debían existir las mismas condiciones comerciales de las grandes potencias en China.
Con base en los Tratados desiguales firmados entre China y las potencias existiría un acceso sin restricciones a los mercados comerciales chinos.