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DEFENSA DE LA LEY 11.729

Durante el Primer Congreso Bancario se abordó de manera incisiva la defensa de esta ley que garantizaba derechos fundamentales como la indemnización, las vacaciones remuneradas y la estabilidad laboral, en medio de las fuertes presiones ejercidas por el empresariado en esos días.

LLa promulgación de la Ley 11.729 marcó un hito significativo en la lucha por los derechos de los trabajadores, representando un antes y un después en esta causa. Dicha legislación se destaca por tres pilares fundamentales para el beneficio de todos los trabajadores: estabilidad laboral, indemnización frente a despidos injustificados o enfermedades, y la garantía de vacaciones remuneradas.

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La materialización del Primer Congreso Bancario permitió, entre varios puntos y temas centrales, unificar criterios entre todos los miembros del gremio en cuanto a la defensa necesaria de dicha ley y las conquistas fundamentales logradas cinco años atrás en el Parlamento, donde la Asociación tuvo un rol de gran relevancia.

En esta asamblea inaugural, que contó con una amplia participación, se brindó un espacio de debate en el que todas las voces coincidieron en la importancia de enfrentar las amenazas surgidas desde el sector empresarial, que buscaban modificar los derechos adquiridos.

El origen de este extenso camino hacia la obtención de estos beneficios se remonta a 1932, cuando la Asociación Bancaria unió esfuerzos con otros sindicatos para idear y proponer un proyecto de reforma del Código de Comercio, con el objetivo de establecer derechos laborales para los trabajadores.

En aquel año, el país atravesaba una realidad compleja, con un alto índice de desempleo, lo que motivó a los trabajadores bancarios a tomar dimensión de la falta de protección legal que podrían enfrentar. En esta coyuntura, La Bancaria desplegó una campaña de gran envergadura para conseguir la aprobación de la ley, en estrecha colaboración con la Confederación de Empleados de Comercio, la Asociación Viajantes de Comercio, la Unión Cortadores de Confección y la Asociación de Empleados de Farmacia.

Una de las claves en este proceso de persuasión en el Parlamento fue la creación del Comité Gremial pro Reforma del Artículo 157 del Código de Comercio, con representantes de nuestra Asociación y los demás sindicatos. Las acciones de este comité, respaldadas en todo el país, fueron fundamentales para la promulgación de la ley. De esta manera, cada empleado obtuvo el derecho a una indemnización en caso de despido, basado en los años de servicios prestados, reemplazando así el anterior e insuficiente pago de apenas un mes de compensación.

La Ley 11.729 fue promulgada el 24 de septiembre de 1934 y significó un importante avance en la legislación laboral argentina, siendo considerada una conquista definitiva. Sin la conciencia colectiva de buscar el bienestar común para los trabajadores de estos gremios, la historia de la intensa lucha contra la banca privada hubiera sido diferente.

Cada representante de la Asociación Bancaria tuvo que enfrentar los intereses de los grandes capitalistas del sector privado, quienes obstaculizaron constantemente la concreción de estas conquistas. Con el fin de elevar y proteger las condiciones de vida y trabajo de más de 30.000 empleados, se consiguió, a través del Poder Ejecutivo, llevar a cabo el proyecto de ley al Senado, donde finalmente fue aprobado.

Reformas Al C Digo De Comercio

En el marco de estas reformas, se llevaron a cabo modificaciones en los artículos 154 al 160, abordando temas de suma relevancia. Entre ellos se destacaron la indemnización, las licencias laborales en casos de enfermedad, accidentes profesionales o Servicio Militar, así como el reconocimiento del derecho universal a disfrutar de un período vacacional remunerado, sin excepciones. Estas medidas reflejaron un enfoque integral y equitativo para garantizar la protección y el bienestar de todos los trabajadores.

LA LUCHA CONTRA LOS OPOSITORES DE LA LEY

Defender la ley 11.729 fue una obligación que involucró a cada integrante de La Bancaria, desde sus primeros líderes hasta los más recientes. Este avance significativo en los derechos de los trabajadores fue objeto de despiadadas críticas y ataques por parte de las grandes industrias y varios bancos, quienes intentaron restarle valor y desacreditar puntos esenciales que, desde 1934, se encontraban bajo la ineludible obligación de ser respetados. Además, el gremio debió enfrentar arduas campañas de desprestigio promovidas por los poderosos medios de comunicación de aquella época.

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