Las preguntas por el ser y la existencia son esclarecidas en la comunicación y socialización con otros. La esquina del barrio empobrecido es un punto de encuentro informal para la acción cultural y la identidad de los sujetos populares en lo público, sujetos que resisten y luchan por ser parte de una sociedad que se ha empeñado en esconderlos, normalizarlos y exterminarlos. La esquina ha sido un escenario socializador, pero también lo ha sido del conflicto político, social y armado de Medellín y de su transformación: amores, chanzas y disgustos se han entremezclado con asesinatos, masacres y desapariciones. Éstas y otras escenas han transcurrido por la esquina, que se configura como un lugar de memoria, sobre todo, para los hoy adultos sobrevivientes de la guerra en Medellín. Durante las últimas tres décadas del siglo XX innumerables personas, generalmente jóvenes, encontraron su final a manos de diferentes actores armados; principal y mayoritariamente, al no ser considerados aptos para la vida social.