KulturtopĂas: imaginarios para las culturas comunitarias
Esta publicación ha sido editada por el Ayuntamiento de Zaragoza con motivo del LabSprint “Kulturtopías: imaginarios para las culturas comunitarias” celebradas los días 13, 14 y 15 de diciembre de 2017. Es el resultado de un BookSprint y de unas jornadas con agentes culturales que se celebraron en el Centro de Historias de Zaragoza con la dinamización de c2+i/Conexiones improbables.
Coautoría Iago Carro Patiño Araceli Corbo García Inés Enciso Merino Pilar López López Patricia Raijenstein Sánchez Ramón Sangüesa Solé Marta Cambronero Garbajosa María del Castillo Rodríguez Pepa Enrique Fernández Violeta Fatás Labarta Nemesio Javier Mata Gilete Jorge Sánchez Naudín Primera edición: Junio 2018
Responsable EspacioNexo José Ramón Insa Alba
Creative Commons Attribution-ShareAlike 4.0 Internacional (CC BY-SA 4.0)
Dirección y dinamización del BookSprint Roberto Gómez de la Iglesia De la Iglesia Coordinación editorial, corrección de estilo y apoyo en las Jornadas y BookSprint Miren Martín Morato Apoyo en las jornadas Daniela Pabón. Beca de intercambio Shandra Martínez. Prácticas Máster de Gestión Cultural del Instituto Complutense de Ciencias Musicales Eduardo Ruano. Prácticas Máster de Gestión Cultural de la Universitat Oberta de Catalunya Autoría fotografías Miren Martín Morato
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ÍNDICE
ESPACIONEXO
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KULTURTOPÍAS.
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EL LABSPRINT.
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CONVERSACIÓN ABIERTA EN REDES SOCIALES
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RELATO DE LA JORNADA CON AGENTES CULTURALES
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LA NORMALIZACIÓN DE LA DIFERENCIA
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HACKEAR LA EDUCACIÓN. PRACTICAR LO COMÚN
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EL FEMINISMO ES UNA NECESIDAD URGENTE
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NUEVOS ESCENARIOS PARA UNA NUEVA CIUDADANÍA
51
LA(S) TECNOLOGÍA(S) Y LA(S) CULTURA(S). UNA VIEJA RELACIÓN SIMBIÓTICA
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URBANISMOS Y CULTURAS: ¿CÓMO NOS RELACIONAMOS CON LO POPULAR, LO IMPREVISIBLE Y LO GENÉRICO?
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EL LIBRO
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EN EL BARRIO DE KULTURTOPÍA QUIERO BAILAR.
81
LA MIRADA DE UNA NIÑA
83
LAS URANIANS
91
LA COCINA DE LAS PETRONILAS
102
LAS LÍNEAS DE DESEO
120
LA CALLE Y LA NOCHE TAMBIÉN SON NUESTRAS
134
PERSONAS FACILITADORAS
157
PERSONAS MEDIADORAS
160
EQUIPO C2+I / CONEXIONES IMPROBABLES
163
APOYO EN JORNADAS
164
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EspacioNexo EspacioNexo1 se constituye como un laboratorio ciudadano para la mediación cultural comunitaria con el compromiso de recuperar la cultura como asunto colectivo y desde una perspectiva social. Un proyecto/plataforma para la exploración, la formación, la experimentación, la comunicación, la investigación, la articulación, la práctica… Una cartografía para transitar por las culturas comunitarias, para la construcción y la activación colectiva de la cultura como bien común y como acogida.
Cultura exploratoria / Cultura desenfocada / Cultura inexperta / Cultura efervescente / Cultura para la construcción / Cultura colectiva / Cultura para desaprender / Cultura para apreHender / Cultura desde los límites / Cultura radical / Cultura para desubicarte / Cultura para la deriva / Cultura interrogativa / Cultura para las situaciones / Cultura conectiva / Cultura cívica / Cultura como emergencia / Cultura de los cuidados
#HipótesisCultura La intervención habitual sobre la cultura desde los gobiernos locales ha consistido, hasta hace bien poco, en la gestión, organización y suministro de determinados productos y servicios con un enfoque muy centrado en los modelos distributivos y expositivos, modelos que se han instrumentalizado bien de forma directa (programación) bien de forma indirecta (cesión/convenio/concurso). Pero la gestión de la cultura local no puede depender exclusivamente ni de estos modelos administrativos, ni de los distributivos. Es necesario un escenario de deliberación, proposición y acción, en el que la ciudadanía vuelva a apropiarse de los procesos y tome la importancia que ha ido perdiendo. Se trata de alcanzar, podríamos decirlo así, un propósito
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http://espacionexo.org/
2 Palabra noruega que significa “justo” 3
Puro y vacío en euskera
4 Garcés, Marina: “Lo invisible, lo común y lo mágico” Seminario, organizado por Intermediae-Matadero y Medialab Prado en colaboración con EVA (Espacio Vecinal Arganzuela) en el marco de la segunda edición de Grigri Pixel. Invitados: Marina Garcés,
transware. Si desde el hard se construyeron edificios y desde el soft se distribuyeron servicios, desde el trans vamos a centrarnos en los procesos, en los afectos, en los cuidados, en las emociones y en las conexiones. Todo bajo la intención de crear un contexto crítico, un contexto de comunicación y de comunidad que permita renovar el reconocimiento de la cultura como esencia social. Las políticas locales ya no deben ceñirse únicamente a procurar el ocio ciudadano y/o a la difusión de contenidos en torno al arte, la literatura, la música, el teatro... La orientación está clara: trabajar para que la ciudadanía pueda reapropiarse del hecho cultural, recupere su protagonismo y se incorpore a los procesos de creación, experimentación, uso y disfrute de una cultura más allá de criterios de distribución. >> perspectiva social >> visión del procomún >> cultura libre >> respuestas ciudadanas >> acción comunitaria <<
#EsenciasCultura El reto es, pues, conformar un espacio que induzca a pensar la cultura desde el ámbito cívico y comunitario, que favorezca la construcción social desde la sensibilidad y la ciudadanía emocional. EspacioNexo se plantea como una plataforma de aprendizaje, de investigación, de producción, de construcción colectiva, de inclusión y de diversidad amplia. Un espacio para pensar en común la cultura ciudadana, no solo desde la institución, no solo desde las y los expertos o profesionales, sino desde una visión horizontal, integrada, abierta y común y que construya una relación abierta con la ciudadanía. En cualquier caso, no se trata de asegurar una ciudad de “mercancías culturales” listas para el consumo y empaquetadas por colectivos, empresas, individuos o instituciones especializadas, sino de asentar modelos, experiencias y experimentos que faciliten la colaboración abierta entre iguales. Y lo que es lo mismo, abandonar el “apropiacionismo” de las ideas y el absurdo de la posesión a la hora de crear ciudad. Vamos a sentarnos alrededor de una inquietud común, de una ilusión colectiva. Y lo vamos a hacer en un espacio híbrido donde lo que importa es lo que vamos conociendo, lo que vamos aprendiendo. Lo verdaderamente subversivo es desactivar el
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pesimismo a través de la narración colectiva. De todos modos, ante la diversidad de conceptos que engloban la cultura, la múltiple forma de interpretarlos y los diferentes propósitos, desde EspacioNexo vamos a trabajar para la cultura como bien común. ¿Qué significa? Llegar a dos objetivos con dos intenciones: •
Potenciar el desarrollo personal con la intención de alcanzar la felicidad, algo que no se incluye en los indicadores habituales. O lo que es lo mismo, trabajar por el derecho individual a crear, expresar, mostrar, compartir, disfrutar de la cultura fuera de los indicadores de impacto económico
•
Impulsar el desarrollo comunitario con la intención de conseguir la complicidad, algo que tampoco computa en los parámetros habituales de análisis de la cultura. Es decir, activar el sentimiento colectivo como generador de una “nueva cultura de la cultura” como espacio de relación y construcción social.
EspacioNexo se plantea como un espacio interrogativo en el que
las respuestas no están dadas sino que se construyen. Un espacio institucional apropiable en el que la comunidad evoluciona con las menos interferencias posibles. Un espacio apto para repensar, redefinir y actuar sobre la realidad de la cultura ciudadana a través de una sensibilidad comunitaria. Una organización transware. Pasamos de distribuidores a generadores/inductores a través de cuatro acciones: •
Crear conciencia sobre la cultura crítica y comunitaria y trabajar sobre los modos de expandirla.
•
Favorecer un espacio relacional para pensar y experimentar sobre la cultura conectiva.
•
Provocar el cambio mediante micro-acciones continuadas.
•
Multiplicar el conocimiento comunitario, la inteligencia colectiva y los imaginarios cívicos.
>> Hibridación >> Colaboración >> Interdependencias <<
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#CartografíasCultura EspacioNexo es un lugar para imaginar la cultura en todas sus formas ocultas y construir comunidades híbridas. En él no caben solo quienes se dedican al negocio sino también aquellas personas que pueden aportar modelos desde disciplinas aparentemente inconexas, desde sensibilidades dispares, incluso desde personas que han estado absolutamente alejadas de cualquiera de las ofertas que se han planteado. Un espacio abierto para pensar junto a activistas, hackers, artistas, filósofas y filósofos, urbanistas, economistas, …. con personas que no provienen necesariamente del mundo de la cultura, de lo que se ha considerado el mundo de la cultura. Rompemos así una frontera: la que nos ha encerrado en espacios conocidos y autorreferenciales. Reunir y mezclar sensibilidades, afectos… Por ello, EspacioNexo es un espacio para la inducción, para la búsqueda, para la construcción, para la localización de caminos, para la generación de cambios, para la inclusión….. Un espacio para la escucha y para la construcción de posibilidades comunes, para generar conexiones, para conectar ideas y personas... Podemos decir que planteamos EspacioNexo como un espacio conectivo para el pensamiento transformador, un exploratorio comunitario para “okupar” el pensamiento y desapropiar la certeza dominante. La agitación ciudadana, es decir, el estímulo y apoyo a los procesos participativos, interdisciplinares y multinivel en los que la ciudadanía busca, genera y aplica soluciones comunitarias, emancipadas y comunes a problemas de la comunidad. >>Cultura C2C: Cultura entre Culturas, Comunidades, Cultura entre Comunes<<
Cultura
entre
Estamos imaginando un laboratorio distribuido, un espacio conectivo en tres direcciones: •
Un exploratorio sectorial: investigación en torno a nuevos modos de organización, creación, producción, distribución y consumo de la cultura como recurso y centrada en las empresas, agentes, productores…
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•
Un exploratorio comunitario: investigación sobre nuevos modelos de co-creación, hibridación, P2P, procomún, prácticas de cultura participativa, desarrollo comunitario, tecnologías sociales…
•
Un exploratorio institucional: investigación sobre estructuras, modelos, procesos… para la interacción con las diferentes instancias del gobierno local así como con instituciones extramunicipales.
#FormatosCultura Como decíamos, un espacio para generar un nuevo sentido de la cultura y para romper sus cercamientos, un espacio no definido, es un espacio abierto y en construcción permanente que se va construyendo sin una estructuración cerrada previa. Equipos autónomos e interdisciplinares para la experimentación y validación de procesos y productos. La generación de comunidades a través de seis líneas de trabajo: •
Línea 1. Exploración. Un EspacioNexo en el que las personas (gestoras, investigadoras, creadoras, públicos…) ponen en común sus experiencias y conocimientos para crear nuevos valores para la cultura ciudadana. Grupos de investigación y prospectiva: una comunidad autónoma e independiente de búsqueda colectiva.
•
Línea 2. Formación. Un EspacioNexo desde el que se difunden y comparten conocimientos específicos para favorecer la acción. Grupos de aprendizaje compartido: conversatorios, microseminarios y formatos abiertos.
•
Línea 3. Intervención. Un EspacioNexo para la puesta en marcha de propuestas especulativas y prototipado de modelos alternativos. Grupos para prácticas microexperimentales para el activismo urbano y la intervención creativa.
•
Línea 4. Divulgación. Un EspacioNexo que pone a disposición de la comunidad las reflexiones, investigaciones, teorías y experiencias. Centro de documentación abierto y colaborativo de conocimiento para desarrollar en común la inteligencia en cultura.
•
Línea 5. Impulso. Un Espacio Nexo que apoye iniciativas y estimule la cultura crítica y comunitaria. Convocatoria de becas de investigación y ayudas para el desarrollo de proyectos.
•
Línea 6. Relación. Un EspacioNexo para creación de vínculos no sólo entre quienes se dedican a este sector sino para estimular la contaminación generativa. Participación en redes nacionales e
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internacionales e impulso de nuevos espacios relacionales internos y externos. PlataformaNexo.
#ImaginariosCultura Estamos en el momento ideal para proponer un modelo de gestión cultural que admita nuevas formas. Salir de unos esquemas de gestión de la cultura procedente de los modelos estructuralistas y orientado hacia el beneficio y la apropiación. EspacioNexo es un espacio de intermediación en el que se induce al intercambio de conocimientos, al análisis, al debate, a la complementación de iniciativas. A un verdadero entorno mutualista que propone y recomienda nuevos enfoques y, sobre todo, que permite el fomento de valores y de identidades laterales. Ocupar los márgenes es más necesario que nunca para abarcar la “realidad real”. Por mucho que nos hayamos empeñado, la cultura no se puede programar desde los púlpitos. Eso solo es cubrir, o intentarlo, una serie de necesidades preconcebidas por quienes tienen los productos para vender. La cultura no está limitada ni a estos espacios ni a estos intereses. Es necesario que la resituemos de forma comunitaria y crítica fuera de los productos de temporada. Trabajar sobre procesos que puedan transformar la ciudad/sociedad desde los espacios abiertos, espacios que no son solo físicos sino también de pensamiento, intelectuales. ¿Podemos hablar de una cultura radical? Sí. De raíz, de construcción colectiva, de desarrollo comunitario… Si la cultura se ha venido enfocando desde los criterios de consumo (a eso le llamaban participación) ahora hay que comenzar (o recomenzar) a poner el foco en la construcción comunitaria. Y en la contaminación emocional está el fundamento. Tenemos que trabajar entre las grietas de la producción y el consumo para crear una ciudad completa emocional y emancipada. No podemos permitir la seguridad que intentan transmitir tantas personas tecnólogas, tantas expertas, tantas productoras… Tenemos que contaminar las intenciones con la frescura de la búsqueda, de la deriva, de la ingenuidad incluso. Pero, ¿para qué nos sirve todo esto? El trabajo en comunidades (de aprendizaje, de investigación, de experimentación…) sirve para generar espacios que abren rutas de colaboración más allá
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de las estructuras tradicionales y más allá de la competencia académica. Unas comunidades que dignifican el conocimiento comunitario, la inteligencia colectiva, que permiten la combinación, la generación de nuevas posibilidades. Que se convierten en modelos dinámicos, nómadas, abiertos, sustentados sobre la simbiosis y los territorios de contagio, desjerarquizados y heterárquicos, dispuestos para la creación continua de comunidad. Estos son los imaginarios que nos van a guiar: Urbanismos y culturas
Economías y culturas
Feminismos y culturas
Diversidades funcionales y culturas
Ecologías y culturas
Prácticas artísticas y culturas
Tecnologías y culturas
Educación y culturas
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Kulturtopías. Desde estos principios nos lanzamos a explorar esas nuevas utopías para la cultura y pusimos en marcha el encuentro que denominamos “Kulturtopías: imaginarios para las culturas comunitarias” con la intención de proponer las bases sobre las que construir la política cultural comunitaria local con los siguientes objetivos: Identificar el término “culturas comunitarias” como aquellos procesos que se llevan a cabo con la implicación directa de la ciudadanía. Generar espacios abiertos y multinivel que permitan la implicación ciudadana en la construcción colectiva de las culturas comunitarias. Sentar las bases para la formación de grupos autónomos temporales que trabajen en la exploración y puesta en marcha de proyectos y políticas culturales ciudadanas. Crear una plataforma para identificar, proponer y participar en los procesos de culturas comunitarias que favorezca la remezcla, la retroalimentación, la interacción, la adaptación y el aprendizaje entre pares. ¿Cómo lo hicimos? Planteamos un “laboratorio especulativo” en el que se trabajó sobre 6 imaginarios, con 6 personas facilitadoras especialistas en cada uno de ellos y el apoyo de 6 personas mediadoras que aterrizaron la realidad local. Esto a través de otros tantos grupos de trabajo a los que invitamos a diez personas a cada uno de ellos y en los que debatieron y pusieron las bases emocionales y prospectivas para el documento final colectivo, un texto elaborado mediante la metodología BookSprint y que se pone a disposición abierta. El resultado es el que a continuación relatamos.
José Ramón Insa Alba Técnico del Departamento de Programas y Redes Responsable del proyecto EspacioNexo
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El LabSprint. Metodología El desarrollo del LabSprint de Kulturtopías giró en torno a la metodología BookSprint. Como su propio nombre indica, un BookSprint es la escritura rápida de un libro. Esto no tendría nada de particular (libros escritos velozmente hay muchos) si no fuera porque se aplica una metodología determinada con unos condicionantes básicos: que el libro gire en torno a un tema, que lo escriban de forma colaborativa personas expertas en la materia a tratar, y que estas se reúnan durante un mínimo de tres y un máximo de cinco días continuados, con los objetivos de compartir conocimiento tanto dentro del equipo de trabajo como hacia el exterior, la generación de una comunidad que se refuerza con las y los miembros que la componen, y escribir el texto para su publicación posterior (en formato papel, digital o ambos). Zaragoza Cultural, decidió seleccionar en un concurso público a c2+i, Cultura, Creatividad, Innovación, para que llevara a cabo este LabSprint debido a que la consultora ha desarrollado una metodología propia que completa la básica del BookSprint, y que ya ha llevado a cabo con éxito en otras experiencias. c2+i va más allá de la propia escritura del libro. En primer lugar, decide qué ámbitos quiere trabajar en torno al tema planteado. Posteriormente busca a las personas (expertas en alguno de los temas planteados) y les pide a cada una de ellas un texto previo y 6 conceptos/ideas fuerza, que se incluyen en la publicación. Además, organiza una jornada a la que se invitó a diversos agentes culturales con el fin de reflexionar sobre la materia a tratar en el libro, en la que las personas expertas presentan los textos previos y sus 6 conceptos fuerza. Durante la exposición, los agentes culturales participantes escriben también conceptos que les inspiran las ponencias y los colocan en un panel. Luego pasan a trabajar por grupos, tantos como ámbitos se haya decidido tratar, dirigidos cada uno por la o el experto y en los que se elige a una persona que hará de relatora en la exposición final a quienes asisten a la jornada. Finalizada esta, se pasa después a la escritura colectiva del libro, concentrando a las voces expertas en un lugar durante dos días y medio. Allí se trabaja de forma conjunta sobre las diferentes áreas y a partir de todo el trabajo previo, cada persona escribe un relato que completa-mejora-alimentaredacta, en días posteriores. Por otro lado, y previamente al desarrollo de la jornada con agentes culturales, se lanza una campaña dirigida a quienes no puedan asistir al taller, en la que con un hashtag que hace referencia al tema global a tratar, se pide en Redes Sociales (principalmente Twitter) que se envíe un concepto que haga referencia a un ámbito determinado.
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c2+i/Conexiones improbables dinamizó tanto la jornada con agentes culturales como el propio LabSprint aplicando la metodología que ha desarrollado. Con todos los datos recogidos y los textos generados, dio estilo al libro y realizó la redacción final.
El caso de Kulturtopías
El LabSprint “Kulturtopías: imaginarios para las culturas comunitarias” se ideó como un exploratorio para la articulación colectiva de la cultura comunitaria local: procesos, contenidos y mediaciones. Desde Zaragoza Cultural se hizo una selección de 6 imaginarios de entre todos los que se trabaja en Kulturtopías. Fueron Feminismos y culturas, Tecnologías y culturas, Urbanismos y culturas, Educación y culturas, Diversidades funcionales y culturas y Prácticas artísticas y culturas. ¿Qué se buscaba? Por un lado, consolidar el término “culturas comunitarias” entendiéndolo como los procesos que se llevan a cabo con la implicación directa de la ciudadanía y sus estructuras con el objetivo de alcanzar la transformación social mediante procesos de democracia cultural. Por otro lado también se quería propiciar la formación de espacios autónomos temporales para la consulta, decisión y activación de acciones y microacciones continuadas, es decir, la constitución futura de microgrupos para experimentos culturales. EspacioNexo quiere crear una plataforma para identificar, proponer y participar en los procesos de culturas comunitarias que favorezca la
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remezcla, la retroalimentación, la interacción, la adaptación y el aprendizaje entre pares. Por todo ello, se incorporaron, por un lado, a los agentes culturales de Zaragoza porque desde EspacioNexo se buscaba que lo trabajado se trasladara a su quehacer diario de una forma efectiva. Y por otro, durante el BookSprint se profundizó sobre las “culturas comunitarias”, se estudió cómo poner en práctica estas nuevas formas de hacer en las diferentes temáticas planteadas, cuál es el entorno actual y cuál sería el ideal así como los modos en los que se tiene que llevar a cabo esa transformación (en sus diferentes ámbitos: social, cultural, político, etc.), quiénes deben ser los agentes implicados… El BookSprint buscó, en definitiva, establecer el marco teórico sobre cómo ligar esos seis imaginarios con las culturas comunitarias pero de una forma lógica y efectiva. El desarrollo del BookSprint se realizó en diferentes escenarios: trabajo previo con los agentes, redes sociales, una jornada-taller con agentes culturales de Zaragoza y las posteriores sesiones con metodología BookSprint. Las personas expertas para cada imaginario, a las que se les llamó “facilitadoras”, fueron: •
Iago Carro (Ergosfera, A Coruña) para el imaginario de Urbanismos.
•
Araceli Corbo Feminismos.
•
Inés Enciso (Festival Una Mirada Diferente, Madrid) en la parte de Diversidades Funcionales.
•
Pilar López Artísticas.
•
Patricia Raijenstein (Free-Lance, Madrid), en el de Educación.
•
Ramón Sangüesa (equipocafeina, Barcelona) en el ámbito de Tecnologías.
(Biblioteconomía
(Teatro
Paraíso,
del
Musac,
Vitoria-Gasteiz)
León)
para
para
Prácticas
Cada imaginario contó, además, con una persona mediadora especializada en una materia, que trabaja habitualmente en el área de Zaragoza, lo que les da un mayor conocimiento de las comunidades que integran el territorio.
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Las facilitadoras serían las encargadas de realizar los textos. Las mediadoras, de relatar. Fueron: •
En Urbanismos,Jorge Sánchez (psicólogo social y docente).
•
En Feminismos, María del Castillo (periodista).
•
En Diversidades Funcionales, Violeta Fatás (bailarina, docente, técnica de accesibilidad y gestora cultural).
•
En Prácticas Artísticas, Nemesio Javier Mata (artesano).
•
En Educación, Pepa Enrique (educadora)
•
En Tecnologías, Marta Cambronero (periodista)
El LabSprint se realizó en el Centro de Historias de Zaragoza en el mes de diciembre de 2017. El 13 de diciembre, en horario de tarde, se llevó a cabo la jornada con agentes culturales de Zaragoza en la que participaron 60 personas, 10 por cada imaginario. El mismo día 13 por la noche arrancó el BookSprint y las sesiones de discusión y escritura se realizaron los días 14 y 15 de diciembre.
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Conversación abierta en Redes Sociales
El día 1 de diciembre de 2017 arrancó una campaña en Redes Sociales con la que se quería conseguir aportaciones de personas involucradas, o con interés en la gestión cultural, en las políticas culturales o en la generación de comunidades. Inicialmente la campaña se iba a realizar únicamente en Twitter (aunque también en el transcurso del proceso se decidió incluir Facebook) con la intención de provocar conversaciones y favorecer la participación de esas personas con intereses en la relación entre los seis imaginarios y las culturas comunitarias. El hashtag utilizado, evidentemente, fue #Kulturtopia. Se pidió que aportaran una lluvia de deseos, sugerencias, conceptos y propuestas sobre la cultura comunitaria c2c. A los conceptos recabados en redes sociales, se sumaron los planteados por los agentes culturales en la jornada del Centro de Historias.
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Conceptos recabados en Redes Sociales Queremos señalar que aunque se pidió que los conceptos que se ofrecieran estuvieran relacionados con cualquiera de los seis imaginarios de trabajo, lo cierto es que no todas las personas que participaron mediante las Redes Sociales (también se ofrecieron palabras en Facebook) como en la jornada de trabajo con agentes culturales de Zaragoza, consideraron oportuno ligar los términos con las áreas indicadas sino que muchas de ellas optaron por ofrecer conceptos que abarcaban toda la definición de culturas comunitarias. Por ello, en esta relación indicamos junto a la palabra únicamente el imaginario en el caso de que se indicara.
1. Empatía
23. Open Source
2. Integración
24. Red
3. Equilibrio (Feminismos)
25. Colaborativo
4. Personas (Urbanismos)
26. Acceso universal (Tecnologías)
5. Mientras tanto (Urbanismos) 6. Equidad 7. Emocional 8. Paciencia (Diversidades Funcionales) 9. Emociona (Educación) 10. Accesibilidad (Urbanismos) 11. Perseverar en el ser 12. Otredad 13. In-Alcanzable 14. Flexibilidad interpretativa 15. Transferencia (Feminismos) 16. Humanización 17. Respeto 18. Cooperación 19. Co-responsabilidad 20. Periferias 21. Código abierto 22. Open Data
27. Humanización (Urbanismos) 28. Tecnoparticipación (Tecnologías) 29. Transmutación 30. Comunidades de flujo 31. Energías contestatarias 32. Oportunidad 33. Diseño 34. Proceso 35. Flexibilidad 36. Actividad 37. Gestión 38. Mantenimiento 39. Producción 40. Centralidad 41. Urbanidad 42. Fraternidad (Feminismos) 43. Coraje (Prácticas artísticas)
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44. Inclusión (Tecnologías)
73. Facilidad (Feminismos)
45. Inclusión (Urbanismos)
74. Coherencia (Feminismos)
46. Riqueza (Diversidades funcionales)
75. Pasión (Feminismos)
47. Atención (Diversidades funcionales) 48. Proceso (Diversidades funcionales) 49. Más allá de lo formal (Educación) 50. Piensa global y actúa local (Urbanismos) 51. Imprescindible 52. Flujo 53. Comunicación 54. Energía (Feminismos) 55. Vaginal (Feminismos) 56. Cuidados (Feminismos) 57. Autogestión (Feminismos) 58. Alegría 59. Categorófagas (Feminismos) 60. Transgresión (Feminismos) 61. Permeabilidad (Feminismos) 62. Sororité (Feminismos) 63. Dramas (Feminismos) 64. Emociones fuertes (Feminismos) 65. Visibles (Feminismos) 66. Afectos (Feminismos) 67. Autonomía (Feminismos) 68. Cuidados (Feminismos) 69. Procesos (Feminismos) 70. Sororidad (Feminismos) 71. Talento (Feminismos) 72. Amor (Feminismos)
76. Capacidad (Feminismos) 77. Resolución (Feminismos) 78. Manada (Feminismos) 79. Alegría energizante (Feminismos) 80. 81. Periferias (Feminismos) 82. Tecnoparticipación (Tecnologías) 83. Aborto clandestino (Tecnologías) 84. Libertad (Feminismos) 85. Oportunidad (Feminismos) 86. Apropiación (Urbanismos) 87. Hibridación (Urbanismos) 88. Ósmosis (Educación) 89. Inteligencia Colectiva 90. Pensamiento libre 91. Amigas (Feminismo) 92. Oportunidad (Tecnologías) 93. Diseño 94. Reto (Diversidades Funcionales) 95. Constructivista (Educación) 96. Hasta el infinito (Feminismos) 97. Cultivarlas (Prácticas Artísticas) 98. Periferia (Urbanismos) 99. Sensibilización a lo largo de toda la vida (Educación) 100. Nuevas masculinidades (Feminismos)
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101.
Territorio fértil (Urbanismos)
131.
Interculturalidad
102.
Identificar
132.
Personas
103.
Tentar
133.
Conexiones
104.
Sopesar
134.
Identidad
105.
Simplificar
135.
Decrecimiento
106.
Producir
136.
Inclusividad
107.
Perseverar
137.
Diversidad
108.
Co-crear
138.
Resiliencia (Urbanismos)
109.
Tiempo
110.
Libertad
139. Acupuntura urbana (Urbanismos)
111.
Redistribución
112.
Reconocimiento
113.
Quiero
141. Ecología urbana (Urbanismos)
114.
Concili-Arte (Feminismos)
142.
Cuidados (Urbanismos)
115.
Inclusión (Feminismos)
143.
Co-diseño (Urbanismos)
116.
Derechos (Feminismos)
144. Ciudad en transición (Urbanismos)
117. Permacultura (Prácticas Artísticas)
140. Laboratorio ciudadano (Urbanismos)
145.
Tejido social (Urbanismos)
118. Lagon2 (Prácticas Artísticas)
146. Dimensión humana (Urbanismos)
119.
CiudadArte
147.
Ludicidad (Urbanismos)
120.
Conflictuar
148.
Alfresco (Urbanismos)
121.
Interdependencia
149.
Soportales (Urbanismos)
122.
Co-Re-Trans
123.
Anarquitectura
150. Descampado (Urbanismos)
124.
Transculturalidad
151.
Canicas (Urbanismos)
125.
Ciudadanía
152.
Libertad (Urbanismos)
126.
Cooperativas
153.
Feminismo (Urbanismos)
127.
Slow
154.
Diversidad (Urbanismos)
128.
Territorio
155.
Comunitario (Urbanismos)
129.
Sostenibilidad
156.
Calle (Urbanismos)
130.
Mutualismo
157.
Rayuela (Urbanismos)
158.
Escondite (Urbanismos)
159.
Pillapilla (Urbanismos)
2 Palabra noruega que significa “justo”
21
160.
Swing
189.
ExpresArte
161.
Huts3
190.
AutoestimArte
162.
Pasión
191.
EmpoderArte
163.
Clandestinidad
192.
SolidarizArte
164.
Sincronicidad
193.
Prácticas artísticas
165.
Apego urbano
194.
Relacionando culturas
166.
Ciudadanía activa
195.
Sociolingüística
167.
Resistencia
196.
El ActodeArte
168.
Agitación
169.
Cooturistas
197. Confianza para generar alianzas
170.
Proximidad
171.
Oaxaca Creativa
172.
Escucha
173.
Metamoderna
174. Nuevo de_útero_nomio (Feminismos)
198.
Fiesta
199.
Verbena
200.
Calle
201.
Periferia
202.
Ocupación
203.
Rave
175.
Globalidad idiomática
204.
Abandono
176.
Inteligibilidad
205.
Bar
177.
Conozcámonos
206.
Plaza
178.
Urdimbre
207.
Esquina
179.
Materia
208.
Cabaña
180.
Dialéctica
209.
Refugio
181.
Desaladrillar
210.
Territorio
182. Cuerpos de Código Abierto
211.
Saberes
212.
Humano
213.
Desorden
214.
Suciedad
215.
Deriva
216.
Informal
217.
Personas
218.
Barrionalismo
219.
Autogestión
220.
Juego
183.
Autenticidad
184.
Tiempo
185. Arte universal (Diversidades Funcionales) 186.
Con-sentimiento
187.
Equidad
188.
H-Artivismo
3
Puro y vacío en euskera
22
221.
Popular
234.
Mirar
222.
Comunidad
235.
¡Espontaneidad!
223.
Acción
236.
Todos lo somos
224.
Autoconstrucción
237.
Transgresión
225.
Amor
238.
Lenguaje visual
239.
Activismo
226. Artivismo (Prácticas Artísticas)
Conceptos aportados en la Jornada con Agentes Culturales
240. Tecnología sin estética no activa 241. El momento preciso en el que una emoción afecta al cuerpo 242.
Democracia
243.
Visión proyectiva
244. Gobernanza algorítmica (Tecnología)
227.
Leer. Educar = Diversidad
228.
Literatura
229.
Trans
230.
Maternidades colectivas
246. Complementariedad (Feminismos)
231.
Humano
247.
232.
Naturaleza
233.
Escuchar
248. ¿Qué construimos? ¿Cómo okupamos?
245.
Ciudadanía
Bien común
23
249.
Humanidad
250. Mujeres y ciencias sombras 251. Presentaciones #fair #copyright 252. Activismo (Prácticas Artísticas) 253.
Inmaterial
254.
Comunidad
255.
Común-icación
256.
Transformación
272. ¿Por qué organizarse en Facebook? 273.
Tecnología. Desvaloriza
274.
Esfuerzo
275.
#Copyleft
276.
#Concepto
277.
¿Más normativo o menos?
278. Propiedad intelectual ¿desconocida?
257. ¿Infraestructura tecnología = Igualdad Acceso? 258.
Desde las instituciones
259.
Marginal
260.
¿Arte = Tecnoarte?
261. Cultura popular Lo mainstream. 262. Educación cultural: poder elegir 263. Trabajo en red. Metodologías de otros campos 264.
Participación
265.
Autodeterminación
266.
Ser activx
267. ¿La gente va donde está la cultura o la cultura va donde está la gente? 268. ¿Todos aquí somos feministas o no? 269.
Contra las instituciones
270.
Hacker. Accesibilidad
271.
¿Lo privado es público?
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Relato de la jornada con agentes culturales
La jornada con los agentes culturales arrancó con la presentación pública de los textos previos que habían realizado las y los facilitadores. Tras esto se pasó a trabajar con las personas asistentes al LabSprint, quienes previamente se habían inscrito en un imaginario determinado. El Centro de Historias de Zaragoza acogió en diferentes espacios a los distintos grupos de trabajo (diez personas por imaginario más facilitadora y mediadora).
El relato de los resultados, lo contamos a continuación de los textos que las y los facilitadores escribieron y presentaron para cada imaginario.
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Imaginario: Diversidades funcionales y culturas comunitarias
La normalización de la diferencia Inés Enciso. Festival Una Mirada Diferente
Discapacidad La discapacidad es la falta o limitación de alguna facultad física, sensorial o mental que imposibilita o dificulta el desarrollo normal de la actividad de una persona . En España hay según el INE 3.850.00 personas con discapacidad reconocida lo que supone el 8,5% del total de la población. Se considera que una persona tiene discapacidad cuando tiene un porcentaje reconocido del 33% o más de minusvalía. Puede ser una discapacidad física, psíquica o sensorial tanto congénita como adquirida. En el año 2001 la OMS amplió esta descripción de la siguiente manera: “Término genérico que incluye déficit, limitaciones en la actividad y restricciones en la participación. Indica los aspectos negativos de la interacción entre un individuo con una condición de salud y sus factores contextuales (factores ambientales y personales)”. De esta forma, se explica que la discapacidad no es sólo una condición de salud propia de la persona sino el resultado de la interacción entre las limitaciones humanas y el medio en el que nos desenvolvemos. Se reconoce, por tanto, el contexto social como factor determinante en la discapacidad de una persona.
Cultura igualitaria La Cultura se define como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o un grupo social. Engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias. La cultura da al ser humano la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. La Cultura, sin duda, aporta grandes valores a los individuos en su conjunto pero las personas con discapacidad también tienen innumerables cosas que aportar a esa Cultura. Ambos conceptos, discapacidad y Cultura deben de ser un binomio a tener en cuenta.
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Nosotros, como gestores culturales, los primeros, pero es imprescindible también que así lo hagan las instituciones públicas y privadas. El artículo 44 de nuestra Constitución afirma el derecho de todas las personas a acceder a la Cultura en igualdad de condiciones, siendo los poderes públicos los que promoverán y tutelarán el acceso a la misma. Porque la cultura debe ser un reflejo de la sociedad y a día de hoy no lo es. Es nuestro deber como ciudadanas y ciudadanos garantizar el acceso a la Cultura de las personas con discapacidad como espectadores, como creadores y como profesionales de la Cultura. Debemos luchar por una Cultura inclusiva. Pero ¿qué es la inclusión?
Inclusión Médicos de Mundo define de esta manera la inclusión: “La inclusión está relacionada con la integración, la cohesión, la justicia social y consiste en materializar la posibilidad de participación igualitaria de todas las personas de una sociedad en todas las dimensiones sociales (económica, legal, política, cultural, etc.)”. Desde los poderes públicos se deben poner en marcha acciones que garanticen la inclusión de todos los colectivos en la sociedad y su acceso a la vida económica, social, política y cultural. Pero también la sociedad tiene un papel muy importante a la hora de hacer efectiva la inclusión. Somos nosotros, las y los ciudadanos, los que debemos trabajar cada día por conseguir una sociedad inclusiva y no colgar esa responsabilidad sólo a los poderes públicos. Hay muchos colectivos excluidos de la sociedad. Pero el colectivo de personas con discapacidad es uno de los más vulnerables por su dificultad a la hora de reivindicar sus derechos y porque históricamente han estado ocultos y en muchas ocasiones estigmatizados.
Inclusión versus integración Escuché una vez en un foro la diferencia entre inclusión e integración. Integrar es adaptar la persona al medio mientras que incluir es adaptar el medio a la persona. Esta diferencia que puede parecer sutil es lo que hace que una acción pase de bienintencionada ser realmente efectiva. A menudo son términos que se suelen utilizar indistintamente y esto es un error. Es nuestro deber como ciudadanía apostar por la inclusión utilizando todas las herramientas de las que dispongamos para adaptar el medio a la persona. Por lo tanto, hay 6 conceptos que podríamos definir como “ideas fuerza” de las diversidades funcionales en su relación con las culturas comunitarias.
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Visibilidad Es imposible incluir lo que no es visible. Hay que trabajar para visibilizar al colectivo con sus necesidades y sus aportaciones a la sociedad. Evitar la idea de que las personas con discapacidad suponen un gasto para la sociedad y poner en valor sus capacidades por encima de sus limitaciones.
Cultura igualitaria Debemos trabajar para garantizar el acceso igualitario a la Cultura, no sólo como un derecho legal sino como un derecho social, y entender que esa Cultura inclusiva enriquece al conjunto de la sociedad.
Inclusión Hay que trabajar para adaptar el medio a la persona y no al revés. Es nuestra obligación como ciudadanas y ciudadanos crear un entorno accesible para todos. Eliminar la idea de que es sólo una responsabilidad de los poderes públicos e implicarnos todos y todas, cada día, en esa tarea.
Reflejo social La Cultura debe ser un reflejo real de la sociedad y de sus miembros, respetando y dando espacio a la diversidad en todas sus formas. Hay que evitar propagar la idea del "superhéroe" de las personas con discapacidad que está ahora tan de moda y apostar por la normalización. Las personas con discapacidad han pasado de ser inútiles a ser ejemplos de superación para la sociedad y esto crea nuevas limitaciones al colectivo que siente que si no se convierten en esos superhéroes, no serán incluidos.
Implicación Debemos asumir la implicación social que exige una Cultura igualitaria y apostar por acciones cotidianas que la garanticen. Hay que cambiar la mentalidad inclusiva para que las acciones se hagan a priori y no como soluciones a problemas evitables.
Terminología Reflexionar sobre los porcentajes, las etiquetas, la terminología y todo el simbolismo que termina reduciendo a las personas con discapacidad a números y palabras. De un tiempo a esta parte, el lenguaje se ha convertido en una nueva barrera entre el colectivo y la sociedad. Tenemos más miedo a cómo decimos las cosas que a lo que realmente decimos. El cómo por encima del qué. Y ese miedo a no ser políticamente correctos nos lleva a veces a alejarnos y a no implicarnos.
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«Prefiero no hacerlo que hacerlo mal ». Hay que tener cuidado con el uso del lenguaje y la terminología pero sin que nos esclavice.
Conclusión La correcta inclusión del colectivo de personas con discapacidad se debe llevar a cabo mediante protocolos de acción común entre las instituciones y la colaboración de la ciudadanía apostando por un pensamiento inclusivo en sus acciones cotidianas. Y sobre todo no olvidar que todas y todos somos iguales en esto de ser diferentes.
Conceptos Visibilidad / Cultura igualitaria / Inclusión / Reflejo social / Implicación / Terminología
Debate. Con el trabajo en dos grupo, surgieron las siguientes ideas: •
Visibilidad. Es importante cómo se visibiliza a las personas con diversidad funcional. Las historias de los superhéroes: está bien poner el foco en la capacidad por encima de la limitación pero hay mucho foco en la historia personal, más que en las necesidades del colectivo. La pregunta es cuál es la frontera entre la visibilidad y el exhibicionismo.
•
Una mirada intermitente. Cómo y cuándo se invisibiliza. Cuándo las personas con diversidad funcional se convierten en un número. También es importante educar la mirada ya que va muchas veces cargada de paternalismo, lástima, etc. Se vuelve a la integración por encima de la ilusión. Se adapta a la persona al medio y no el medio a la persona (porque son superhéroes).
•
En los espacios de creación, lugar de convivencia, la mirada sigue sin estar acostumbrada a las personas con diversidad funcional.
•
La necesidad de medios para poder incluir en condiciones, con dignidad, etc., además del también necesario cambio de mentalidad.
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•
Creación de canales de comunicación para exponer las quejas.
•
El capacitismo por encima de la incapacidad.
•
En el acceso a la cultura existe limitación de los estímulos culturales, de los gustos culturales, primando lo mayoritario. Esto es aún más evidente en personas con diversidad funcional ya que se considera que no son sujetos con capacidad de decidir. Reivindicación del derecho a equivocarse.
•
Autonomía. Se piensa en colectivo pero no en qué necesita cada individuo.
•
Accesibilidad en su acepción más amplia para públicos, artistas, profesionales de la cultura, etc. Acceso además a la formación artística (arquitectónica, metodológica…), no solo la física sino la mental. La accesibilidad se plantea como reivindicación hacia las instituciones, la familia y la sociedad. La accesibilidad actualmente existe como reacción y no por costumbre.
•
La implicación. La importancia de trabajar con las familias y el entorno. Cambiar la visión de la caridad versus derechos. Las personas con diversidad funcional tienen ya los derechos pero hay que implicarse para que esos derechos sean efectivos.
•
Frontera: los protocolos en los lugares. No están pensados para dar la bienvenida a todo tipo de personas.
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•
El reflejo social. ¿Dónde está la gente con diversidad funcional en el día a día?
•
¿Cómo la cultura comunitaria puede abordar todo esto creando espacios de convivencia, tanto en el espacio físico como en el desencuentro, educar la mirada implicando a todas las personas?
•
El arte y la cultura son muy potentes para poner en valor las capacidades de las personas. En esta vuelta a lo participación y lo comunitario, las personas con discapacidades funcionales están las últimas de la fila. Tomar decisiones sobre sus propias vidas. Muchas veces se habla de normalización y se prefiere singularizar: huir de los modelos de normalidad y acoger la singularidad. Si la ciudadanía es diversa por definición, la cultura también lo tiene que ser.
•
Los espacios de convivencia ¿cómo deben ser?
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Imaginario: Educación y Culturas comunitarias
Hackear la educación. Practicar lo común Patricia Raijenstein. Free Lance
A la hora de hablar de culturas comunitarias entra en juego el concepto de lo común, que responde a la idea de comunidad. Hay varios conceptos que se ponen en juego: Por una parte la idea de comunidad, de lo común. Según Marina Garcés4 “lo común es un problema que se formula en la modernidad, ya que se transita desde un común vinculado al Antiguo Régimen a uno nuevo basado en el contrato social”. En este nuevo escenario, se pretende reforzar un yo individual autosuficiente, entendido como una categoría privatizadora y consumidora que parece que hoy en día, tras las fracturas evidenciadas por la crisis, ha agotado sus posibilidades. Frente a esto, también tenemos un imaginario de lo común, basado en ideas modernas, que es universalista, defensivo y excluyente y donde no se perciben la importancia de las minorías denostadas por la hegemonía y lo normativo. Ante los cambios políticos, sociales, naturales y económicos surge el replanteamiento de un nuevo común donde la democracia cultural es una de las claves para que esa configuración social sea inclusiva, reconozca y evidencie la diversidad de realidades existentes hoy en día. El sentido de la democracia cultural ha ido mutando y ampliándose a lo largo de los años. El punto de partida es aquel “derecho a gozar de las artes” del artículo 27 de la Declaración de los Derechos Humanos (1948), al que hay que sumar “la importancia del papel activo creador” propuesto en la Observación General Nº 21 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1976) y el “co-diseño de las políticas culturales por parte de la ciudadanía” en el informe mundial “Repensar las políticas culturales” (2005), incluido también en la Carta Cultural Iberoamericana (2007). Y desde ese punto de partida llegamos a la declaración de expertos de Naciones Unidas con motivo de la celebración del Día Mundial de la Diversidad Cultural en “Los derechos humanos son herramientas esenciales para un diálogo intercultural 4 Garcés, Marina: “Lo invisible, lo común y lo mágico” Seminario, organizado por Intermediae-Matadero y Medialab Prado en colaboración con EVA (Espacio Vecinal Arganzuela) en el marco de la segunda edición de Grigri Pixel. Invitados: Marina Garcés, Abu Ali, Paz Núñez, y Simon Njami. 7 de octubre 2017. https://www.youtube.com/watch?v=mqtAlPWPuBs
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efectivo” (2010) donde aparece el derecho a “reformular la propia identidad”5. Dadas estas definiciones, podemos decir que la democracia cultural implica la negociación entre las diversas subjetividades y lo común, para formar una ciudadanía incluyente y participativa. Diríamos que una persona se considera miembro de una comunidad cuando siente que tiene cabida en un grupo más amplio que la reconoce e incluye. Como dice David de Ugarte6: “la identidad comunitaria es el tipo de identidad propio de una comunidad real, un reconocimiento mutuo entre personas concretas que se conocen y relacionan entre sí”. Los miembros son agentes activos que aportan significado a esa comunidad y hay espacio para desarrollar múltiples identidades. “Si la identidad comunitaria tiene un núcleo es «aquello que aprendemos juntos», es decir, algo sobre lo que tenemos soberanía y a lo que damos forma”. De este modo, la comunidad se convierte en un entorno de aprendizaje continuo. La educación, tiene un papel fundamental en las culturas comunitarias. Una educación crítica, empoderadora e incluyente tiene que aplicar la democracia cultural. La participación activa de la estudiante en el diseño del aprendizaje y en contenidos para desarrollar su propia individualidad junto con lo común. La persona tiene que pasar de ser pasiva y consumidora a ser activa y responsable. Esto se consigue a través de un cambio radical en las propias estructuras de aprendizaje. Propongo una serie de cuestiones o imágenes clave que sirvan de anclaje para que cada agente pueda desarrollar el cambio educativo en su contexto. Para ello, me serviré de la cultura de la que considero una de las comunidades más interesantes hoy en día y cuyas dinámicas podemos extrapolar y volver rizomáticas: la comunidad hacker. Esta comunidad, surgió después de la Segunda Guerra Mundial en el MIT, alrededor de 1959, pero rápidamente adquirió conciencia de sí misma con una visión ética y crítica. Si seguimos la definición que nos da el diccionario Jargón File7, en el que se ha recopilado un argot hacker de forma colectiva en la Red, define hacker como: “una persona que disfruta explorando los detalles de los sistemas programables y cómo ampliar sus capacidades, a diferencia
5 Rodero, Estefanía: Derechos culturales: pieza clave de la profundización democrática. 1º Parte http://estefaniarodero.es/derechos-culturales-pieza-clave-de-la-profundizaciondemocratica-1a-parte (2016) y 2º parte: http://estefaniarodero.es/derechos-culturalespieza-clave-de-la-profundizacion-democratica-2a-parte-y-fin 2016 6 De Ugarte, David: Qué es y para qué sirve una cultura comunitaria. En las Indias Blog. (2015) https://lasindias.blog/que-es-y-para-que-sirve-una-cultura-comunitaria
The Jargon File. (version 4.4.7) (29 de diciembre de 2003) http://catb.org/jargon/html/index.html 7
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de la mayoría de los usuarios, que prefieren aprender sólo el mínimo necesario”. Debemos tener en cuenta, que aunque esta comunidad viene de la programación, no todo aquella persona que programa es hacker. Una programadora no hacker se basaría en un sistema jerárquico de ejecución, trabajaría de manera independiente, sin tener contacto con el resto de su comunidad, para fines concretos y sólo funcionales que no tienen que ver ni con su interés, ni con su entusiasmo, ni con el de la comunidad, y que produce objetos que no son intervenibles. Un ejemplo de una herramienta no hacker muy habitual son los móviles de última generación. Son productos cerrados hasta tal punto que incluso carecen de teclado para poder intervenir en ellos. Es necesario diferenciar entre hacker y cracker, ya que se suele tener una visión confusa de ambos términos, generalmente fomentada por los medios de comunicación. A diferencia de hacker, cracker es “un entrometido malicioso que intenta descubrir información sensible hurgando”8. Según la propia comunidad, la ética hacker se define como: “la creencia de que el intercambio de información es un poderoso bien y que es un deber ético de los hackers compartir su experiencia escribiendo en código abierto y facilitando el acceso a la información y a los recursos informáticos siempre que sea posible”. El hecho de que la comunidad hacker sea pionera en las estructuras de aprendizaje se puede deber a que su origen es tecnológico. Y éste es uno de los principales agentes de cambio constante y la base de la era de la información en la que estamos inscritas, por lo que podemos aprender de su metodología y extrapolarla a formas de aprendizaje en comunidades no tecnológicas. El propio diccionario Jelaton File continúa definiendo hacker como: “una persona capaz de apreciar los valores del hack. Alguien que disfruta el desafío intelectual de superar creativamente o eludir las limitaciones”9. Como educadoras, podemos fomentar que las alumnas también sean hackers y disfruten de su aprendizaje como un desafío intelectual que hace bien a la comunidad. Así trataré la clase como espacio paradigmático de aprendizaje, donde es fundamental la negociación de fórmulas que nos lleven a una democracia cultural. El nuevo objetivo es aprender a aprender y a manejar la información, un hecho clave para fomentar ciudadanas y 8 The Jargon File. (versión 4.4.7) (29 de diciembre de 2003) http://catb.org/jargon/html/index.html
9 The Jargon File. (versión 4.4.7) (29 de diciembre de 2003) http://catb.or/jargon/html/index.html
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ciudadanos éticos y responsables, partícipes de la sociedad a la que pertenecen. Podemos atender a seis ideas claves para cambiar el paradigma de la educación industrial a una educación hacker: acceso al código fuente, aprender desde la pasión, la clase como comunidad, visibilizar la red, amistad con el error y del examen como copyleft.
Acceso al código fuente El código fuente en programación es el lenguaje en el que están escritas las instrucciones para ejecutar un programa, es la arquitectura del programa. Así, el código abierto es un conjunto de “licencias que garantiza a cualquier persona el derecho de usar, modificar y redistribuir libremente el código”10. Así, la persona hacker podrá adaptar el programa a sus necesidades específicas o a las de la comunidad a la que pertenece. En educación, el código fuente estaría relacionado con la capacidad que tienen las estudiantes de modificar el planteamiento educativo de la clase. Esto abarcaría el diseño de la propia asignatura, el contenido y la metodología, y pondría en el centro la pregunta de ¿qué quiere aprender cada alumna y cómo diseña la búsqueda? Desarrollamos una idea del aprendizaje maker en lugar de consumidor. Según esta premisa la propia estudiante decide qué estudia, cómo y con quién, desarrollando alianzas con otras compañeras para llegar al fin deseado. Esto supone entregar al alumnado la capacidad de acción y la responsabilidad sobre su propio aprendizaje. “Una hacker no espera a que otra persona o institución resuelva un problema, lo resuelve ella misma usando las herramientas que tenga y el ingenio. Esta es una característica intrínseca a las hackers”11. El aprendizaje de cada alumna estaría basado en el planteamiento de una pregunta que dará pie a un proyecto. Ante este problema es el ingenio, intuición, entendimiento, facultades poéticas y creadoras (RAE), lo que se pone en valor y no la repetición de la educación industrial. El ingenio sirve también para realizar juegos o bromas, importantes para la comunidad hacker, en los cuales el fin productivista no está siempre presente.
10 HIMANEN, Pekka. La ética del hacker y el espíritu de la era de la información. Madrid: Alianza, 2001. 11 Jiménez, J. (2010): El hacker contra la universidad zombi. Lecciones para gestores, alumnos y profesores en la sociedad informacional. Disponible en línea < http://es.scribd.com/doc/81935880/El- hacker-contra-la-universidad-zombi>.
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Aprender desde la pasión “El primer valor orientador en la vida de la hacker es la pasión, es decir, una búsqueda intrínsecamente interesante que le llena de energía y cuya realización le colma de gozo”12. En la educación hacker es importante enseñar a aprender ya que el aprendizaje es un proceso continuo. Parte de este proceso es valorar los diferentes conocimientos e intereses con los que cuenta el alumnado, en lugar de menospreciar su sabiduría con el fin de “insertar” un nuevo cuerpo teórico que es el adecuado según unos criterios externos. Sigue la línea de Paulo Freire quien apuntaba "en vez de ser dóciles receptores de los depósitos, se transforman ahora en investigadores críticos en diálogo con el educador, quien a su vez es también un investigador crítico"13. De este modo, la clase será un espacio para que cada una encuentre su propio reto como un hecho de superación personal que debe negociar con la comunidad. Si se consigue en estas condiciones en lugar de estudiar de manera bulímica, se aprenderá con pasión y se desarrollarán proyectos desde el interés. “El modelo de los hackers aplica la pasión, el placer del aprendizaje en la búsqueda del conocimiento y la satisfacción del reconocimiento de la comunidad ante un logro o una idea que estima valiosa. Pasión y reconocimiento social, estos son dos de los pilares sobre los que se construye el modelo hacker”14. Así, en el desarrollo del yo, es donde la comunidad se enriquece. El sujeto se entiende como interdependiente en lugar de tener un imaginario de autosuficiencia que proviene de una idea moderna e industrial, como apuntaba Garcés.
La clase como comunidad Entendemos la clase como una comunidad donde sucede de manera constante el aprendizaje. Es un espacio en el que hay oportunidades para activar el conocimiento y la creatividad de cada individuo. Podemos hacernos la pregunta: ¿sienten nuestras alumnas que lo que aprenden es útil? ¿Lo que aprenden les ayuda a entender el mundo y desenvolverse en él?
12 Jiménez, J. (2010): El hacker contra la universidad zombi. Lecciones para gestores, alumnos y profesores en la sociedad informacional. Disponible en línea < http://es.scribd.com/doc/81935880/El- hacker-contra-la-universidadzombi>
13
Freire, P. (1997, e.o. 1970). Pedagogía del oprimido. Madrid: Siglo XXI de España.
14 Jiménez, J. (2010): El hacker contra la universidad zombi. Lecciones para gestores, alumnos y profesores en la sociedad informacional. Disponible en línea < http://es.scribd.com/doc/81935880/El- hacker-contra-la-universidad-zombi>
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Si se plantean problemas de manera conjunta, es importante que se dé espacio a los diferentes niveles de conocimiento y no sólo a las personas “expertas”. Por una parte, porque “las expertas” necesitan de las personas no expertas para crear comunidad y dar valor a su conocimiento. Así como el deporte de élite necesita deportistas de base. Por otra parte, al dar espacio a las personas que menos saben, se podrá fomentar el proceso de aprendizaje al tener que explicar en diferentes términos un mismo contenido, llegando incluso a nuevos puntos de vista. En este contexto de aprendizaje, el modelo “peer to peer” o “aprendizaje entre iguales” es importante. En el contexto de programación supone un método de intercambio de archivos entre dos o más usuarias sin necesidad de un servidor intermedio. En el aula podemos aplicar esta idea como dos alumnas que se enseñan entre sí, incluso sin ser expertas, sin la necesidad de una intermediaria-profesora. La profesora tiene un papel fundamental al acompañar en el proceso de aprendizaje, para que las alumnas acostumbradas a una educación pasiva, desarrollen sus capacidades y pasen a ser colaboradoras. Esto supone una escucha constante a las necesidades de la comunidad para poder fomentarlas y enriquecerlas, más que una imposición de contenidos o metodologías. Hay que tener en cuenta que la profesora también forma parte de la comunidad, por lo que sus intereses también estarán tomados en cuenta. El criterio para valorar uno u otro resultado y de crear expertas, estará dado por la capacidad que tiene dicho conocimiento de aportar a la propia comunidad; será ésta quien contraste, aplique y dé valor al conocimiento, en lugar de aceptar valores impuestos de fuera. El objetivo es desarrollar la cooperación en lugar de la competencia, según la teoría de Kropotkin, sobre el «apoyo mutuo», “una idea recurrente en el pensamiento hacker desde Wark a Levy pasando por Himanen”15.
Visibilizar la red En la escuela, la red es un elemento importante tanto dentro de la clase como fuera de ella. La gran diferencia entre la comunidad moderna y la red, es que mientras la primera es un bloque cerrado y centralizado, que “se mueve entre el anhelo y la nostalgia y entre las identidades fuertes y sus fraudes” la red es una estructura descentralizada y flexible,
15 Jiménez, J. (2010): El hacker contra la universidad zombi. Lecciones para gestores, alumnos y profesores en la sociedad informacional. Disponible en línea < http://es.scribd.com/doc/81935880/El- hacker-contra-la-universidad-zombi>
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compuesta por nódulos autónomos pero interdependientes, que cooperan cuando es necesario16. A la hora de afrontar el desarrollo de un problema, es posible distribuir el rendimiento y compartir la toma de decisiones dentro de un modelo interactivo, en el que haya espacio para la confianza en el trabajo de los otros. La red también implica que la escuela esté en contacto con otros agentes que puedan nutrirla y aportar conocimientos más allá de sus muros. Desde expertas hasta nuevos contextos y comunidades en las que presentar su proyecto para ser replicado, modificado e incluso mejorado. Se trata de nutrir y nutrirse de otras comunidades.
Amistad con el error En la ética hacker hay un proceso de aprendizaje que se basa en el ensayo y error, como es el modelo científico, pero también el modelo autodidacta. En este caso, el error se libera de su matiz negativo, punitivo, propio de la época industrial, donde un error podía suponer la pérdida de toda una producción, cosecha o producto. En la era de la información el error tiene un coste cero . Se puede rehacer lo equivocado constantemente ya que estamos trabajando con un elemento inmaterial, el conocimiento. De hecho, errar pasa a ser algo positivo que contribuye al aprendizaje. Perder la vergüenza a equivocarse conduce incluso a nuevos resultados. La frustración puede ser un factor para desistir. Por eso, necesitamos un motivo y pasión que te proporcionen la tenacidad para superar el error y obtener la satisfacción que consigue que el proceso merezca la pena. Con la idea del error, también está la idea del proceso: lo más importante no es el resultado. Es la idea del prototipado: los proyectos no se acaban ni quedan definidos y cerrados para la fabricación industrial serial sino que el proyecto llega a un punto en el cual es validado por una comunidad que lo ha desarrollado más allá del planteamiento inicial17. De esta manera, el proyecto no es una intervención puntual y aislada, sino que puede tener continuidad y una reelaboración en el tiempo y crear una transformación real en la comunidad.
16 Garcés, Marina: Para Todos La 2 - Entrevista: Marina Garcés, profesora de Filosofía .08 abr 2013. http://www.rtve.es/alacarta/videos/para-todos-la-2/para-todos-2-entrevistamarina-garces-catedratica-filosia/1753399/
Medialab-Prado. Sesión informativa sobre la convocatoria de mediadores culturales para Experimenta Distrito. Noviembre 2017 17
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Del examen como copyleft En la comunidad hacker, un conocimiento tiene más valor cuanto más se usa, así surgen propuestas como el copyleft, una estrategia legal diseñada por el movimiento del software libre. Ésta, permite que el programa pueda ser ejecutado, copiado, distribuido, estudiado, modificado y mejorado por cualquiera y que los resultados derivados también conserven las mismas posibilidades. Es decir, “el software libre es una cuestión de libertad, no de precio. Para entender el concepto, piense en libre como en libre expresión, no como en barra libre”18. El conocimiento adquirido desde la comunidad y para la comunidad debe retornar a la comunidad. Para ello, se facilitan las herramientas necesarias que permitan replicar el proyecto, siguiendo la máxima de la comunidad que dice “un problema no debe ser resuelto dos veces”. Con esta máxima no se pretende negar la oportunidad de volver a plantear el problema para encontrar nuevos resultados, sino más bien dar la oportunidad de servirse de esa solución para seguir desarrollando otros problemas o llevar ese mismo problema a otro nivel. De manera opuesta al modelo de exámenes del aprendizaje industrial, donde un solo individuo ratifica una repetición, la presentación de este tipo de proyectos pasa a ser un espacio donde compartir el proceso y seguir aprendiendo con el resto de la comunidad. Las aportaciones y mejoras se realizan desde el interés de la comunidad por el proyecto, ya que lo consideran valioso y útil. El proyecto puede seguir enriqueciéndose con nuevos puntos de vista y por lo tanto el conocimiento está en constante revisión y es una herramienta más que un fin en sí mismo.
Relación con los otros imaginarios Desde este punto de vista, vemos cómo la tecnología hacker es una herramienta fundamental para ayudar a desarrollar una educación contemporánea. Una tecnología que podemos gobernar y transformar según el aprendizaje de la persona y de la comunidad. En el otro extremo estaría la tecnología impuesta, con la que sólo podamos ser consumidores. El modelo hacker también nos da herramientas para redefinir las comunidades de aprendizaje, que ya no tienen por qué ser cercanas físicamente, sino en intereses y deseos a pesar de que estén a kilómetros de distancia, desarrollando una cultura comunitaria mucho más global e interconectada. De esta manera también transformamos el urbanismo, descentralizamos ciudades y barrios y damos visibilidad a lugares más inaccesibles hasta la fecha. Convertimos el territorio en flexible y diverso.
Sistema operativo Gnu - proyecto liderado por Richard Stallman https://www.gnu.org/philosophy/free-sw.html 18
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En la educación, donde es importante la cultura comunitaria, la diversidad funcional es un punto fundamental. Sin caer en las etiquetas o en la condescendencia, el objetivo es escuchar a todas aquellas personas que tengan capacidades diferentes a las propias del imaginario normativo del hombre, blanco, heterosexual, de clase media, sano corporal y mentalmente. A lo largo de nuestras vidas, todas nos situamos en algún momento, o permanentemente, en una posición de la diversidad funcional. Esto hace evidente que como personas somos vulnerables e interdependientes y que necesitamos una comunidad sana que nos apoye y a la que podamos apoyar. En el ámbito educativo, estas capacidades son fundamentales para entender la comunidad desde una visión global. No se trata de que las personas con capacidades diversas tengan que amoldarse a una estructura dada sino que la estructura dada también tiene que hacer espacio a estas personas para enriquecer y visibilizar la realidad diversa en la que vivimos. En esta línea, los feminismos tienen conocimientos sobre los cuidados y las minorías que nos ayudan a construir lo común y la subjetividad de manera más equilibrada. También son cuerpos teóricos fundamentales en los procesos de aprendizaje para entender desde dónde nos situamos, cómo nos relacionamos y en qué estructuras de poder nos enmarcamos. Son importantes herramientas que nos ayudan a construir nuestro yo subjetivo y a negociar con lo común. Estos feminismos deben dar espacio a la gran diversidad que hay dentro de estos cuerpos teóricos escuchando a compañeras de diferentes países y circunstancias sociales. Las prácticas artísticas deben estar inscritas en el imaginario educativo no como algo bonito y accesorio sino como un lugar central desde el que podemos articular los proyectos y las relaciones. Son estos sistemas de pensamiento los que nos ofrecerán formas de ver desde una perspectiva diferente lo cotidiano y a repensar conjuntamente las circunstancias de nuestras comunidades, ayudándonos a encontrar de manera creativa y crítica nuevas soluciones a conflictos que hasta la fecha no hemos podido enfrentar.
Conceptos Acceso al código fuente / Aprender desde la pasión / La clase como comunidad / La clase como comunidad / Visibilizar la red / Amistad con el error
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Debate
Se trabajaron los conceptos en dos grupos. Las ideas que surgieron fueron: •
Los espacios de creación: cómo son los edificios donde se viven los procesos de aprendizaje. Quienes son protagonistas de esos procesos de aprendizaje parten de una cuestión innata que es regular hacia la cotidianidad en toda la diversidad que les rodea.
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Se considera que el edificio es algo antinatural en el proceso de aprendizaje ya que este se tiene que vivir de forma natural en el entorno en el que se habita.
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Se habló de miedos, normas y fracaso. ¿Hay muchas normas? ¿Tenemos miedo al fracaso? ¿Tenemos miedos porque hay normas?
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Educación consciente y no consciente. La educación se da en todos los contextos, lo que entra en conflicto con el “deseducar”. La escuela normativa está pensada para educar personas dóciles y esto entra en conflicto con otras miradas.
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Las familias cuestionan porque son parte del proceso educativo.
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¿Tenemos cultura de centro educativo? Si la tenemos ¿hacemos una visión crítica de la cultura?
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Las familias como tribu. ¿Tienen las familias un lugar en los espacios educativos? ¿Se les reserva un espacio para estar? Esto es ampliable a artistas, a personas del ámbito universitario que hacen residencias.
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¿Es necesario hacer un mapeo de las estructuras educativas y de sus espacios?
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Copyleft: inspiración más adaptación.
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Hay una necesidad de reconocernos dentro de lo común. Para poder crear dentro de lo común hay que tener una mirada individual.
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Comunidad educativa: aulas comunitarias intergeneracionales, pertenencia a un grupo (y hablar de fortalezas individuales y grupales), presencia de adultos en las aulas, la riqueza de combinar edades distintas para llegar al aprendizaje.
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La importancia del juego en los procesos de aprendizaje.
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Escucha activa y responsable.
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La necesidad del cuidado del profesorado ya que también trabaja para la comunidad.
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Imaginario: Feminismos y culturas comunitarias
El feminismo es una necesidad urgente Araceli Corbo . Biblioteca Musac
Nos encontramos en un momento más que apropiado para debatir sobre “Feminismos y Culturas”. El Feminismo ha sido, y es, una necesidad pero ahora los datos y las noticias nos piden actuar urgentemente. Están sucediendo historias preocupantes, relatos que nos hacen reflexionar sobre la situación de la mujer y sus derechos en la sociedad actual. Las luchas feministas han sido claves para conseguir derechos y libertades para las mujeres, movimientos sociales a los que agradecer una posición (un estado) que ahora da la impresión de que se tambalea, y donde la unión y la lucha parecen estar escritas en letras mayúsculas por la necesidad imperante de actuar. Hablar de FeminismoS y de CulturaS es abrirse a la diversidad y esta es tan plural como numerosa. No será posible abarcar todos los puntos a debatir y a analizar en este contexto y, por cuestiones de proximidad, serán subrayadas problemáticas más cercanas al arte contemporáneo. Las cuestiones a tratar han sido determinadas por una actualidad imperante y otras manifestaciones indagadas para la ocasión. A continuación nos encontramos con los 6 conceptos (en algunos casos presentados con dos términos) que pueden servir de esquema en una presentación, además de abrir a una reflexión mayor en cada epígrafe.
#Identidades #Diversidad Construcción de nuevas identidades en la creación artística. Esta cuestión ha sido la primera línea de trabajo a tratar en la segunda edición del Foro de Mujeres Artistas Visuales (MAV) que se celebró en noviembre de 2017. En este apartado se analizan los "nuevos" feminismos y la diversidad étnica, sexual, de género, etc. #Ecofeminismo: Recogemos parte de la definición de Mary Mellor: "El ecofeminismo es un movimiento que ve una conexión entre la explotación y la degradación del mundo natural y la subordinación y la opresión de las mujeres”. Este movimiento, que emergió a mediados de los años 70, resurge ahora como una necesidad imperante ante “la más evidente insostenibilidad del modelo de desarrollo tecno-económico”, como señala Alicia H. Puleo y que todas estamos sufriendo como la mayor problemática del Siglo XXI, el cambio climático.
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#Ciberfeminismo: Feministas interesadas en la teoría, la crítica y la explotación de las tecnologías de Internet, el ciberespacio y los medios en general. En los años 90 ha estado muy ligada a la práctica artística del net-art (también llamada fem-art al realizado únicamente por mujeres). La teórica y escritora, Remedios Zafra defiende este feminismo y anima a las feministas a "habitar" la red. #Transfeminismo: Se extiende o transversaliza al feminismo. Defiende el ‘género’ en su globalidad, ya que el Feminismo es un movimiento interseccional que acoge a todas las personas oprimidas y todas las luchas presentes en el heteropatriarcado. El concepto de ‘transfeminismo’ tiene una gran influencia del activismo LGBT y de la teoría Queer. Destacamos la diversidad étnica, sexual, de género, etc. como ricas variantes para la producción y creación artística. De cara al desarrollo de las culturas comunitarias, nos parece interesante plantear de cara a futuro resaltar la diversidad ética y de géneros en las Culturas.
#Compromiso Creación de nuevas redes de mujeres. A destacar el surgimiento de nuevas redes entre mujeres por asuntos que nos atañen a todas y donde confirmamos la unidad del Feminismo. La Caja de Pandora. A raíz de una situación de denuncia de una artista contra un comisario y docente, se ha constituido una plataforma de apoyo y cuidados, una red de mujeres del mundo del arte, inicialmente como grupo privado en Facebook. Es el grupo “La Caja de Pandora”, una lucha por un contexto artístico libre de violencias machistas y abusos de poder. Es un grupo de trabajo compuesto (a 3 diciembre, 2017), por 2698 agentes del mundo del arte y de la cultura organizadas por un contexto libre de violencias machistas y abusos de poder. Actualmente el grupo está recogiendo testimonios, creando su propia organización interna y construyendo recursos pedagógicos, jurídicos, afectivos y preventivos. Están/mos activas y mantienen/enemos reuniones periódicas en Valencia, Barcelona, Londres, Galicia, Madrid o Bilbao y de forma global están/mos presentes en red, en el interior de la comunidad del arte. Feminicidio.net es un observatorio de la sociedad civil organizada que nació con el fin de documentar y visibilizar una barbarie normalizada: el feminicidio, el asesinato de mujeres por ser mujeres. Impulsaron desde la Web un espacio de conexión de redes entre la sociedad civil, la academia y las instituciones públicas. En su site cuenta con un espacio dedicado al arte en relación a la violencia de género y a las artistas que la representan.
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MAV, Mujeres en las Artes Visuales. Es un grupo de profesionales en el sector de las artes visuales en España: artistas, críticas, coleccionistas, comisarias, diseñadoras de montaje de exposiciones, docentes, directoras, coordinadoras y técnicas en centros de arte, editoras, investigadoras, galeristas, gestoras, periodistas especializadas… Realizan numerosas acciones de información, promoción, difusión y debate (Foro) sobre la situación de las mujeres en el sistema del arte. Redes Sociales. Podríamos decir que en Twitter también existen apoyos y redes, un resurgimiento del feminismo o una lucha con muchos frentes, todos ellos representados mediante un hashtag como #yotecreo #notecalles #sororidaddefensiva #PandoraForoMAV2017 #AcciónPandora #yotambien #metoo #notsurprised #soypandora #hineasdeboranmanada #niunaagresiónsinrespuesta #agentesdelorden #niunamás #justiciapatriarcal #tribunaldemujeres, algunos de ellos en directa sintonía con ocupaciones. Ya existen cursos de formación en periodismo bajo una perspectiva de género, donde el lenguaje y los contenidos son cuidados y llenos de respeto hacia las mujeres que, en muchos casos, son también víctimas. Tendríamos que defender el periodismo responsable en todos los formatos y canales. Deberíamos reflexionar abiertamente sobre: •
Crear organizaciones (redes de mujeres) de debate y soporte en defensa de anomalías con respecto a las buenas prácticas y en especial a las basadas en la posible discriminación por cuestiones de género.
•
Promover la creación de una red = "colegio invisible" a nivel de difusión, cuidados y apoyos.
•
Poner en relevancia Foros y Congresos donde se crean redes de mujeres y apoyos como el Congreso Xénero de la Rede Museística de Lugo.
# Reconocimiento #Ocupación La presencia de las mujeres en el sistema del arte. Es más que evidente la desigualdad y la ausencia de las mujeres en el sistema del arte: como mujeres artistas, en puestos de poder, como responsables de equipos, en los órganos de gobierno y ejecutivos de museos, en los centros e instituciones, en las programaciones, etc. En el ya citado Foro MAV se reivindicaba conseguir que la ley de igualdad sea punitiva y no únicamente ‘buenas prácticas’, y consideramos que habría que actuar en esta línea. También apoyamos la idea de que esto es debido, de forma genérica, a la situación de patriarcado que aún persiste en la sociedad actual. Además, habría
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que solicitar el compromiso por parte de las instituciones públicas y privadas de adquirir obra de mujeres artistas en sus colecciones; la presencia de creadoras en galerías, en ferias, bienales y en convocatorias clave. Por lo tanto, la presencia de las mujeres en el mercado del arte debería aumentar considerablemente. Ahora queda el trabajo de identificar para actuar los factores que explicaran la situación de desigualdad y ausencia de las mujeres en el sistema del arte.
#Visibilizar Promover y visibilizar la creación de las mujeres artistas. Considero que existe una red que promociona, difunde y apoya el trabajo de mujeres artistas. Dentro de esta red existen, sobre todo, comisarias, productoras, especialistas en medios, twitteras, blogueras, etc. Recopilar más proyectos ejemplos de buenas prácticas o cuya función es visibilizar el trabajo de mujeres artistas o el desarrollado por agentes del mundo del arte. Existen proyectos de buenas prácticas que promueven visibilizar el trabajo y obra de las mujeres artistas. Algunos de ellos (gran parte citados en el Foro MAV)19: •
Centro Huarte de Arte Contemporáneo. El centro navarro de arte contemporáneo Huarte abre sus puertas en 2007. Desde el año 2016 la dirección es responsabilidad de un equipo interdisciplinar de cuatro mujeres: Nerea de Diego, Betisa San Millán, Elisa Arteta y Oskia Ugarte que intentan hacer converger la producción, difusión y mediación con el contexto en las dinámicas del proyecto del centro.
•
Colectivo Offmothers. Iniciado en 2014, continúa su andadura animado por el ímpetu de convertirse en veta de resistencia contra los referentes tradicionales de la maternidad. Un proyecto nacido con vocación de permanecer y perseverar en la conciliación de ser madre y desarrollar un proyecto artístico.
•
Continta me Tienes. Editorial independiente especializada en la publicación de libros relacionados con las artes escénicas, el feminismo y el pensamiento contemporáneo.
•
Fanzine ¿Quién coño es?. Iniciativa centrada en la visibilización de las mujeres artistas a través de la disposición de carteles en el
19 Aquí sólo se muestran unos ejemplos de la relación mujeres y arte, pero faltarían muchos más proyectos de gran interés.
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espacio urbano, la Universidad, las bibliotecas y las calles aledañas a museos y otros centros de índole cultural. •
La Bonne Centre de Cultura de Dones. Espacio de gestión de proyectos culturales feministas relacionados con el campo audiovisual, artes escénicas, artísticas y performativas.
•
Tal día como hoy. Proyecto de Diana Larrea donde la artista visibiliza en su propio muro de Facebook a otras mujeres artistas que la Historia del Arte tenía olvidadas.
•
Las Hilanderas. Es una plataforma online que pretende reunir el trabajo de un grupo de artistas contemporáneas. Todas ellas utilizan técnicas artesanales consideradas femeninas durante años, como el bordado, la costura o el encaje, para reflexionar sobre algunas de las batallas de género que se han desarrollado en las últimas décadas (igualdad, revolución sexual o libertad corporal entre otras).
•
Bielas Salvajes. Sueñan un mundo en el que todas las mujeres puedan utilizar la bicicleta como una herramienta personal y comunitaria que provoque cambios en el actual modelo de convivencia y movilidad.
•
AAMMA Genera. AAMMA es la Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales, un colectivo independiente, diverso y plural formado por profesionales del cine y los medios audiovisuales.
•
Woman Art House. Iniciativa que pretende reivindicar el papel de mujeres artistas contemporáneas a través de las redes sociales.
•
Bienal Miradas de Mujeres. La Bienal Miradas de Mujeres produce y reúne iniciativas que visibilizan el talento de las mujeres y que tienen el género como eje de reflexión, debate y creación. Iniciativa promovida por el MAV, Mujeres Artistas Visuales.
•
Mujeres Mirando Mujeres. Iniciativa que parte de ‘Arte a un click’, visible en redes sociales desde 2016, recoge entrevistas y presentaciones de artistas hechas por bloggers, periodistas, comisarias, gestoras de arte, directoras de museo y galerías bajo una misma premisa ‘todas ellas mujeres’.
•
Las que habitan. (Cultura y Mujeres en Castilla y León) . Plataforma para visibilizar, conocer y reconocer a las mujeres gestoras culturales y creadoras en la comunidad de Castilla y León.
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Partiendo de estas iniciativas, colectivos, asociaciones, profesionales del mundo del Arte y de la Cultura deberíamos plantearnos poner en marcha estos proyectos: •
Crear un directorio digital de mujeres artistas, agentes y profesionales del mundo del arte y de la cultura. Esto permitirá aclarar el elevado número de estas profesionales y la pluralidad de tendencias y disciplinas.
•
Recopilar más proyectos ejemplos de buenas prácticas o cuya función es visibilizar el trabajo de mujeres artistas o el desarrollado por agentes del mundo del arte.
#Cuidados #Conciliación Todos y todas coinciden en la ubicuidad del arte y en la posibilidad de producirlo independientemente de las condiciones de vida (véanse las y los artistas resilientes). No obstante, ciertas demandas laborales en la carrera del o la artista no parecen casar con la individualidad de la familia y la logística que la crianza y la maternidad conllevan20. Esta frase también sería extensible a responsabilidades de dependencia, discapacidad, etc. Y para ello consideramos que la sociedad debería defender la decisión de ser madre sin tener que abandonar el trabajo de artista: •
Defender la decisión de ser madre sin tener que abandonar el trabajo de artista: no castigar ausencias, no condicionar situación personal a becas, subvenciones, bolsas de ayuda o residencias artísticas.
•
Promover y defender la conciliación en las residencias artísticas.
•
Crear comunidad para la crianza, es decir, compartir o distribuir cuidados.
•
Apoyar la maternidad en crecimiento de la participación de las profesionales del mundo del arte en las programaciones y proyectos expositivos.
•
Visibilizar la presencia de hijas e hijos para normalizar esta situación y decisión personal en la imagen pública de una artista o agente cultural (por supuesto, bajo la decisión particular de cada una).
•
Replantearse diferentes cuestiones para una verdadera conciliación, presencia, derechos y aumento de cuidados, como por ejemplo: Revisar convocatorias de bases de subvenciones y
20 “La conciliación familiar en las residencias de artista españolas” Bea Sánchez En: http://www.mamavaliente.es/la-conciliacion-familiar-en-las-residencias-de-artista-espanolas/
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de asignación de residencias artísticas y actuar en el caso de discriminación o no consciencia de conciliación y respeto a cuidados; Ampliar el epígrafe de #cuidados desde un punto de vista más creativo.
#Educación. En este epígrafe consideramos que la educación debe promover: •
Respeto y apoyo a la diversidad = integración
•
Revisión de los libros de texto y respeto en la difusión del conocimiento bajo una perspectiva de género.
•
Analizar y reivindicar la ‘Historia del arte’ con respecto a la visibilidad de las mujeres artistas.
•
Promocionar curriculares.
•
Respeto en el lenguaje, denunciando el lenguaje sexista y poniendo en valor conceptos con connotaciones falsamente negativas.
docencia
sobre
género
en
los
contenidos
Es obvio que para promover una educación inclusiva, habría que: •
El análisis de los libros de texto y manuales actuales para formular críticas activas.
•
Promover la diversidad en lecturas obligatorias y optativas.
Conceptos Identidades-Diversidad / Compromiso / Reconocimiento-Ocupación / Visibilizar / Cuidados-Conciliación / Educación
Debate El trabajo en el imaginario de Feminismos y culturas comunitarias dio como resultado una serie de ideas: •
La sostenibilidad es inclusiva para ganar fuerza en el colectivo.
•
Es necesario crear un imaginario transversal ya que aunque el feminismo está en todos los ámbitos es necesario crearlo para tener fuerza y para estar presentes.
•
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•
Visibilizar la diversidad lo que conlleva el planteamiento de modelos e historias hablando desde lo positivo.
•
Visibilizar diferentes soluciones a problemas.
•
Presentar nuevos roles, nuevas masculinidades o presentar formas de vida que parezcan apetecibles de vivir.
•
La necesidad de crear red, entre los colectivos, entre las propuestas y entre las mujeres. El colegio invisible: contratación entre las propias mujeres para generar puestos de trabajo y visibilidad. Creación de un directorio de gestoras culturales y artistas.
•
Debate sobre la existencia o no de las cuotas. La diversidad hay veces que falla por algún lado.
•
Pensar la educación no como lo reglado, sino como sociedad educadora. Tener autoras en la bibliotecas, hablar en femenino, visibilizar historias.
•
¿Ha calado el feminismo en la sociedad?
•
Al hablar de visibilizar hay que medir la reacción de la sociedad. Hay más respeto y una reacción de ocupación. Hombres que son también feministas y que apoyan y otros que reaccionan con miedo.
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Imaginario: Prácticas artísticas y culturas comunitarias
Nuevos escenarios para una nueva ciudadanía Pilar López. Teatro Paraíso
Desacralización La democracia implica un uso y una participación real en las estructuras que una sociedad ha construido para la mejora de su calidad de vida. Las grandes estructuras culturales y artísticas públicas se constituyen a menudo en territorios cerrados, frecuentados y gobernados por las élites sociales, culturales o políticas. Y sin embargo el fin de estas instituciones financiadas con dinero público es el de prestar un servicio público a la sociedad de la que emergen. Esta contradicción estructural está instalada en muchos de los templos culturales y artísticos de este país. Se hace necesario desacralizar estas instituciones y contaminarlas con las prácticas y reflexiones que proceden de las organizaciones civiles. La cooperación entre el ámbito de lo público y la sociedad civil es indispensable para desacralizar la Cultura y el Arte desde el punto de vista de la gobernanza y de la participación. A la vez que contribuyen juntos a aportar misterio, poesía y símbolo a la sociedad contemporánea.
Ciudadanía ONF/100BM ¿De qué hablamos cuando hablamos de ciudadanía? El término procede del latín “civitas” que significa ciudad. Por tanto, ciudadanía es la condición que se otorga al ciudadano/a de ser miembro de una comunidad organizada. Tradicional e históricamente, la infancia, las mujeres y las personas sin recursos han sido excluidas de este concepto. En nuestra sociedad contemporánea persisten estas exclusiones de manera notable. Basta observar los planes de cultura de muchos municipios o los planes directores de las instituciones culturales. ¿Es ciudadanía una criatura con apenas tres meses de vida? ¿Estamos activando el empoderamiento de las mujeres en el ámbito artístico y cultural? ¿Incluimos verdaderamente a la población en riesgo de exclusión social en los desarrollos de las políticas culturales o destinamos unos pocos recursos a desarrollar proyectos puntuales que limpian conciencias y dibujan una pantalla de modernidad?
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Realidad 4.0 Las grandes preguntas de nuestra sociedad contemporánea, sobre cómo va evolucionando la especie y cómo nos vamos relacionando con la tecnología y la robótica, están instalados en los campos de la ciencia y la economía. Los ámbitos de la Cultura, el Arte y la Educación siguen a menudos anclados en los precedentes y discursos del pasado, sin tan siquiera colocarse en el presente. ¿Cómo podemos seguir pensando en el ciudadano/a espectador/a con la mirada en el siglo XXI, cuando estas asistiendo al nacimiento del “Homo Fotograficus” y del “Homo Tecnologicus”? ¿Cómo nos posicionamos frente a la transmisibilidad e instantaneidad de la comunicación y la producción contemporánea? ¿Qué rol deben de jugar las y los artistas-profesionales en este nuevo modelo creativo? ¿Debe de ser la Educación Artística una prioridad de nuestro sistema educativo para sobrevivir como ciudadanía en el futuro inmediato?
Contemplación - Experimentación Nada importante y significativo se elabora, se descubre o se difunde sin invertir tiempo en esta acción. Los procesos creativos, sociales y educativos actuales van tan rápidos que, en muchas ocasiones, el tiempo ha dejado de formar parte constitutiva de los mismos. Todo ha de ser inmediato, rápido y veloz. Sin embargo, los procesos culturales y artísticos son, en este contexto, un territorio imprescindible para la apropiación del tiempo, a través de la reflexión, la mirada crítica y nuestro propio sentido de humanidad. Esto implica, entre otras cosas, que la práctica cultural y artística se convierte en una experiencia de vida completa que aúna contemplación de la producción artística con la experimentación de los procesos y reflexiones. La ciudadanía de 0 a 6 años así lo hace para construir el mundo en el que les ha tocado vivir.
Vínculos memorables Hemos de ser conscientes de que la Cultura y el Arte se han convertido en un objeto de consumo, en una sociedad que se jacta de acumular objetos, imágenes y experiencias. Necesitamos construir nuevos relatos que vinculen la experiencia cultural y los objetos artísticos con la simbolización, la poesía, la calidad de vida y la construcción social de un futuro mejor. Hemos de generar momentos memorables que dejen huella en la ciudadanía y les den la oportunidad de vivir el valor de la Cultura y el Arte como herramienta indispensable de construcción y desarrollo del ser humano.
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Hemos de socializar y expandir el valor del Arte y la Cultura para nuestra vida contemporánea y la defensa de la democracia.
Simplificación regulatoria En un mundo contemporáneo líquido, las estructuras, procedimientos y metodologías usadas en el desarrollo de las políticas culturales se solidifican a través de normativas y regulaciones. Estas, además, las blindan de la complejidad y la movilidad exterior, creando así la autoilusión de fortaleza por la densidad de su naturaleza. No vamos a negar la utilidad que las normativas y reflexiones tienen para el progreso de la sociedad, pero debemos reflexionar sobre cómo ponemos las mismas al “servicio de” y no como freno de desarrollo y progreso. Una simplificación regulatoria permitiría, por ejemplo, en muchas ciudades la apropiación de la sociedad civil de los templos de la Cultura, la co-gestión público/privada, incluso el incremento de recursos disponibles para impulsar los vínculos entre Cultura/Arte y ciudadanía (proyectos de colaboración internacional, proyectos europeos…) Retos para las prácticas artísticas en relación a las Culturas comunitarias •
Introducir cambios audaces en las estructuras y políticas culturales que nos permiten enfrentarnos a la realidad 4.0
•
Avanzar en la transmisibilidad del Arte como espacio de simbolización y desarrollo social.
•
Colocar la creatividad y la curiosidad como herramientas de supervivencia y de bienestar humano.
•
Desarrollar detonadores culturales y artísticos que impacten en la sociedad y provoquen nuevos escenarios.
Conceptos Desacralización / Ciudadanía ONF/100BM / Realidad 4.0 Contemplación / Experimentación / Vínculos memorables Simplificación regulatoria
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Debate
Surgieron diferentes cuestiones: •
Desazón en torno a la realidad 4.0 pero teniendo en cuenta que el arte no tiene miedo a las tecnologías.
•
La comunidad desarrolla una experimentación colectiva.
•
La necesidad del tiempo para el proceso. La tecnología da tiempo para una sociedad inmersa en el ocio.
•
Repensar el concepto de “industria cultural”.
•
Internet como posibilitadora de conocimiento. Las tecnologías han eliminado fronteras y permiten la interconexión y el intercambio de información.
•
Surgieron debates sobre diferentes temas: ¿La persona que forma dentro de las artes tiene que ser licenciada o por el contrario vale con su experiencia? ¿Qué construcción juega un artista en una comunidad? No tiene sentido pensar en el artista como alguien que está en un púlpito y tiene un conocimiento, ejerciendo una acción piramidal. Por ello es necesario pensar en desarrollos individuales de artistas y desarrollos en la comunidad. Y esto implica también el desarrollo de tecnologías.
•
Cultura de masas en detrimento de la cultura comunitaria.
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•
Subvenciones y las ayudas. Se planteó la introducción de un valor para artistas que deciden incluir en su proceso creativo un concepto de retorno o un proceso de co-creación con la comunidad.
•
¿Cuáles son los espacios para difundir la cultura? ¿Va la cultura al público o el público a la cultura? Hay que empezar a apropiarse de espacios como plazas o solares para poder hacer cultura. Por ello, el público tiene que apropiarse más de los espacios y decidir cómo tiene que ser la cultura.
•
Las y los artistas necesitan mediadores y mediadoras para que se posibiliten los puentes que hagan que el proceso sea realmente fructífero para ambas partes.
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Imaginario: Tecnologías y culturas comunitarias
La(s) Tecnología(s) y la(s) cultura(s). Una vieja relación simbiótica Ramón Sangüesa. equipocafeina
Viejas Relaciones Tecnologías y culturas tienen relaciones intrincadas, complejas: a veces productivas, a veces generativas a veces destructivas o simplemente tensas. Qué es una tecnología lo dejaremos para más adelante. De momento esbozaremos algunas facetas relacionadas con algo que llamamos tecnología. Obviaremos por ahora ciertas genealogías muy propias de nuestra cultura occidental. En las más simplistas pero muy persistentes, todavía se propone que la tecnología es la aplicación práctica de los principios desarrollados por la ciencia. Si nos adhiriéramos a esta visión, de un plumazo dejaríamos fuera de lo tecnológico las tecnologías propias de otras culturas y, en general, de otras formas de crear y transmitir conocimientos y ponerlos en la práctica resolutiva de lo cotidiano y lo común. Por ejemplo, quedarían fuera de allí otras culturas muy establecidas que no han desarrollado una aproximación científica como la occidental, pongamos la cultura africana o la china de hace unos 600 o 700 años. Excluiríamos también todas las tecnologías desarrolladas por otros grupos fuera del núcleo central del proyecto moderno. Por citar algunas, las culturas rurales medievales o la rica tradición de tecnologías desarrolladas por aquel grupo que seguimos llamando “artesanos”. No es por casualidad que la palabra “techné” griega correspondiera a un concepto situado entre el arte y la artesanía, entre el ingenio, la repetición del conocimiento técnico o artístico heredado y la habilidad para hacerlo evolucionar. Estas palancas de cambio de lo real, las tecnologías, llevan asociada una constelación de valores, actitudes, conocimientos y posibilidades que, en efecto, son representativas de la cultura grupal en la que han nacido. Aún hoy los paleontólogos gustan de discernir entre diversas culturas por sus herramientas y técnicas. En efecto, cada tecnología permite abrir nuevas posibilidades que con su utilización cambian los patrones de las culturas en las que han crecido o las destruyen, o destruyen otras culturas que entran en contacto con las que han desarrollado la nueva tecnología al subvertir las constelaciones culturales que quedan afectadas por la nueva tecnología.
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Esta interacción entre Tecnologías y culturas parece ser una constante que viaja con la historia. Ante la enorme diversidad de tecnologías en las que nos hemos movido siempre y en las que ahora estamos inmersos, me voy a centrar en las definitorias de nuestra matriz productiva, económica y cultural de las sociedades actuales. Y digo “sociedades” en general porque parece que andamos en una cultura global que comparte -desigualmente, es cierto- trazos de un tipo de sociedad que ya identificó Manuel Castells en su monumental “The Rise of the Network Society”. Castells se atreve a precisar qué tipo de tecnología es propia del cambio de sociedad que supone la sociedad red. "...the definition, if you wish, in concrete terms of a network society is a society where the key social structures and activities are organized around electronically processed information networks. So it's not just about networks or social networks, because social networks have been very old forms of social organization. It's about social networks which process and manage information and are using micro-electronic based technologies.” [...] in addition, and unlike some analysts, I also include in the realm of information technologies genetic engineering and its expanding set of developments and applications. This is, first, because genetic engineering is focused on the decoding, manipulation, and eventual reprogramming of infomation codes of the living matter. But also because, in the 1990s, biology, electronics, and informatics seem to be converging and interacting in their applications, in their materials and, more fundamentally, in their conceptual approach” Desde mi punto de vista lo más revelador de estos dos párrafos que se encuentran muy al principio de la obra es la última frase: “But also because, in the 1990s, biology, electronics, and informatics seem to be converging and interacting in their applications, in their materials and, more fundamentally, in their conceptual approach”.
Las tecnologías de la información son un objeto extraño Un ordenador no es un martillo. Cierto: un martillo forma parte de la cultura material de una sociedad como lo hace el ordenador considerado en su materialidad, lógico. Pero un ordenador difiere de un martillo de manera mucho más fundamental que un martillo de mano de un martillo neumático. Como bien intuye Castells, estamos ante objetos que son el soporte de tecnologías simbólicas, fundamentalmente de creación, transmisión y procesado de lenguajes simbólicos, en principio formales. Ahora bien, estos lenguajes formales a su vez son la codificación de otras representaciones no formales: lenguajes, imágenes, sonidos, genes, representación de estructuras materiales, etc., etc.
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La sociedad red interconecta millones de máquinas simbólicas que recombinan cadenas simbólicas que pueden ser reinterpretadas por actores humanos y no humanos. Esto es nuevo y va más allá de la acción de los medios de masas en tanto en cuanto la decisión sobre la interpretación de las representaciones ya no es terreno exclusivo de los humanos. Los algoritmos se reproducen a sí mismos en esta red de múltiples bucles de procesado, interpretación y feedback. La inteligencia artificial y su palanca de evolución, el aprendizaje automático, han llevado este proceso a un nuevo grado de complejidad. Internet sólo ha sido el pegamento que une y activa toda esta producción y circulación de símbolos que van cambiando en su movimiento por este circuito. La escala del fenómeno es nueva también y, por ejemplo, aunque siempre haya propaganda, el grado de autonomización semiinteligente de los procesos de fake news no tiene parangón en cualquier otro momento histórico. Y las diversas culturas se mueven entre estos nuevos textos recombinantes distribuidos.
Las tecnologías de la información no sólo afectan a la información Más allá del efecto sobre los patrones y prácticas de comunicación de información, y precisamente por ser un entramado de máquinas lingüísticas, simbólicas, el complejo tecnológico actual incide de una manera especial en la creación de patrones culturales muy básicos desde lo individual a lo colectivo. La “ciborguización” de nuestro ser al conectarnos en múltiples bucles simbólicos de sustrato tecnoartificial, afecta a aspectos muy básicos de nuestro hacer individual y colectivo. Apuntaré para empezar la conformación de nuevos procesos de creación de identidad (Lupiccini) a partir de la irrupción del complejo tecnológico reciente. La llegada de las tecnologías de la comunicación y las incipientes redes sociales (como los viejos Bulletin Boards, tipo “The Well”), crearon una etapa de exploración y juego con la propia identidad en la red (Hermosillo). Entonces se veía y parecía convertirse en un terreno donde uno podía multiplicar diversas identidades y explorar qué podía suceder a partir de ahí. Pudo ser un momento de exploración liberadora en consonancia con el aliento inicial contracultural de los primeros que desarrollaron estas tecnologías. Algo similar volvía a suceder con la aparición de entornos compartidos de realidad virtual como el viejo “Second Life” o la comunidad de realidad virtual “Home” de la plataforma de videojuegos de Sony (Herms). De ahí, y por la irrupción de los procesos semiautónomos apoyados en Big Data, Inteligencia Artificial y Aprendizaje Automático (Machine Learning), se ha pasado a la conformación automática de identidades a partir de la interacción dirigida por esos algoritmos en plataforma sociales, siendo el caso más claro de conformación de identidades el de Facebook (Booth).
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Este es sólo una primera vía de cambio en un componente básico de toda cultura: los mecanismos de construcción de identidad que admite. El hecho de que una parte de nuestras personalidades sean datos lo permite (Floridi) y a la vez abre una serie de preguntas sobre los consecuencias culturales que de ello se puedan derivar. Apunto también que el hecho de la predominancia de los conceptos “código”, “representación” y “proceso” (en el sentido de algoritmo) establece nuevos puntos de contacto entre símbolo y materia (a través de la genética o del concepto de material programable) que abren nuevas relaciones en la conformación y el valor de lo físico y material de nuestros propios cuerpos, así como de los constructos sociales que operan a partir de ellos. Por último no quiero dejar de remarcar las diversas repercusiones en otros mecanismos básicos de la conformación de una cultura en lo que atañe a lo colectivo, su activación, representación y evolución.
Las prácticas culturales de las tecnologías de la información Como cultura, esta tecnología lleva asociados una serie de valores que disparan nuevas prácticas. Cabe apuntar aquí cómo una parte de la cultura original de quienes crearon las tecnologías que hoy operan de forma habitual, surgía de una concepción antiautoritaria con diversos matices que abarcan desde un anarquismo emparentado con el ecologismo, hasta posiciones antiautoritarias de matriz más radicalmente randyano y libertarian. La Tecnocultura (Giner, Serra) se caracterizaría por la interacción entre sí de los procesos de diversas recombinaciones simbólicas realizadas por procesos de tratamiento rutinario de información, feedback e inteligencia artificial interconectados en una red global. La consideración de las redes como espacios temporalmente autónomos, zonas libres del Estado, espacios de creación y propiedad comunitaria o las formas comunitarias de creación y distribución de lo producido en estas redes, son algunos de los aspectos que organizan las prácticas culturales en torno de estas tecnologías (Forlano). Esto tiene repercusión en distintos aspectos: desde los nuevos regímenes de gestión de la propiedad con las licencias libres al uso de tecnologías como blockchain para gestionar los derechos de obra de los artistas. La creación compartida de nuevos formatos culturales por parte de actores como los que describió Jenkins en “Fans, Bloggers and Gamers”, son una expresión de la posibilidades de ámbitos de creación de nuevas culturas populares a partir de contenidos de cultura mainstream accesibles a escala global por la existencia de la red. En la misma línea de creación compartida cabe ubicar los movimientos de hacking, fabricación compartida (Forlano), sea en su versión Hacker
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o Fabber o Shanzai. (Byung-Chul Han 2017). Se abren nuevas formas colaborativas de creación que cuestionan categorías culturales muy establecidas como las de la autoría o la de la propiedad intelectual, así como los de original y copia. Es importante no perderse en los detalles y apreciar que la tecnocultura es una cultura de diseño (Serra), esto es, una cultura esencialmente proyectiva y generativa que crea conocimiento y valores a partir de la reflexión compartida desde el hacer y desde la apreciación comunitaria de la competencia en ese hacer. Es una cultura de reputación y de evaluación mutua y continua. En paralelo a estos desarrollos se aprecia cómo, a partir de los mismos mecanismos, se facilitan procesos de precarización de todos los ámbitos de la creación, incluida la artística y cultural. Las plataformas digitales inspiradas en la interacción propia de las comunidades online iniciales han sido recodificadas desde la perspectiva del capitalismo extractivo y de vigilancia. Se apoyan en la clasificación, evaluación y “ránquing” de todos los aspectos de la vida individual y colectiva a favor de un mayor rendimiento y control de los individuos. La Tecnocultura deviene una cultura del control y de vigilancia (Zuboff).
Los espacios culturales de las Tecnologías de la Información A pesar de la aparente virtualización y deslocalización de las redes que parecen que sólo se conectan en “no lugares” o que transforman ciudades (un espacio de activación cultural indiscutible) en “no lugares”, es bien cierto que las prácticas culturales de esta tecnología crean nuevos ámbitos donde tienen lugar las prácticas de esta nueva cultura: laboratorios ciudadanos, maker spaces, hacker spaces, fab labs, etc. (Sangüesa, 2013). Son formas espaciales donde se codifican unas relaciones productivas que se proyectan sobre la producción tanto material como cultural. El hackaton, la jam, los coding dojos, son algunos de los formatos en los que las y los participantes se ven a sí mismos como actores de nuevas formas de producción más o menos autónomas o más o menos integradas en los procesos del tecnocapitalismo rampante (Álvaro, Forlano). Las prácticas que atañen a otros formatos de creación cultural se apropian o son invadidas por estos formatos y valores que, en parte, parecen concordar con otras ambiciones del ámbito de lo relacional y comunitario.
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En el encuentro creo que vale la pena que desarrollemos más los aspectos en los que los agentes culturales se pueden posicionar ante este estado de cosas y explorar diversas líneas de trabajo: •
La crítica cultural a la tecnocultura.
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La apropiación o la reversión de los patrones precarizantes y extractivos de la tecnocultura actual en el ámbito cultural.
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En este sentido creo que cabe plantearse cómo la cultura es un también “tecnología” (blanda como dicen algunos) para realizar procesos de crítica y transformación.
Referencias Sandara Álvaro, S (2017). PostDigital City. Aesthetics and Politics in the Space of Embodied Virtuality, Phd Thesis. UAB. Booth, R (2014). Facebook reveals news feed experiment to control emotions. The Guardian 30 de Junio 2014 https://www.theguardian.com/technology/2014/jun/29/facebook-usersemotions-news-feeds Castells, M(1996). The information Age: Economy, Society and Culture”, Vol 1. The Rise of the Network Society, página 30. Floridi, L. (2015) (editor). The Onlife Manifesto. Being Human in a Hyperconnected. Era. Springer Verlag. Forlano, L. (2011). “Building the Open Source City: New Work Environments for Collaboration and Innovation.” En Foth, M. and L. Forlano, M. Gibbs and C. Satchell. From Social Butterfly to Engaged Citizen. Cambridge, MA: MIT Press. Giner, S. (1987): Ensayos Civiles, Barcelona, Ediciones Península. Han, B-C (2017). El arte de la falsificación y la deconstrucción en China Hermosillo, C. (humdog) (1996) Pandora's Vox", High Noon on the Electronic Frontier, p.437. Ludlow, Peter, ed. ISBN 0-262-62103-7. [Hay versión en castellano en la edición española de Granta, número 6, “Por espejo oscuramente” 2016] Herms, R. (2016). Postcards from Home. Edición del artista. ISBN 9788494418754 Luppicini, R. (2013). The Emerging Field of Technoself Studies. Handbook of Research on Technoself: Identity in a Technological Society. Hershey, PA: Information Science Reference. Sangüesa, R. (2015). Rethinking boundary objects from the arts perspective: strange objects as a critical approach to transdisciplinary
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projects. Research Arts. Berlín, Julio-Diciembre. Accesible http://www.researcharts.net/kooperieren/ra15_cooperating_strangeobjects.html
en:
Sangüesa, R. (2013). La tecnocultura y su democratización: ruido, límites y oportunidades de los labs. Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad - CTS. Vol. 8, páginas 259-282. Serra, A. (1992). Design Culture. Estudio etnográfico de los proyectos de investigación de la School of Computer Science de Carnegie Mellon University, un "computer-intensive campus”. Tesis Doctoral Universidad de Barcelona. Zuboff, S. (2016) The Secrets of Surveillance Capitalism. Frankfurter Allgemeine Zeitung Actualizado 05-03-2016.
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Conceptos Tecnoculturas / Postdigital / Tecnologías simbólicas / Extractividad / Tecnologías de lo común / Cultura como Tecnología
Debate
El debate se centró en los siguientes conceptos: •
Tecnoblandas. https://www.tecnologiasblandas.cc/ Se detectó que se echa en falta privacidad y anonimato.
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No salió el tema de la identidad.
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La no participación. Por qué la gente no participa si hay todas las herramientas para hacerlo. Por ello es necesario dar la vuelta o involucrar a los usuarios a que participen en las actividades.
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¿Qué ocurre con la responsabilidad individual?
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Hay una serie de paralelismos entre esas estructuras donde las y los usuarios son una parte del proyecto con los niveles de participación. La tecnoparticipación. Se puede definir una serie de capas, una red de decisiones y hasta dónde se da acceso. Hasta dónde se hace participativo el sistema que estoy
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generando: un primer nivel de acceso que es el clic, que es participativo. Una segunda involucrarse en la producción. Una tercera: qué es lo que ocurre una vez montado ese sistema. Cómo se van a tomar decisiones para el seguimiento. Cómo se ponen candados para que siga siendo comunitario. No todas las personas tiene que participar desde cero para que puedan participar. •
Copyleft y software libre y cómo se pueden exportar estas metáforas a grupos como el cultural.
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No hay una conciencia de qué implica la propiedad intelectual. A la vez hay una serie de barreras para que las y los creadores puedan editar sus obras con licencias abiertas. ¿Cómo se consigue una retribución?
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Reciprocidad: cómo construir en esa generación de comunidad. Se da más valor a lo que se paga que a lo que es gratis.
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La escucha.
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Los agentes culturales que participaron en este imaginario no reconocieron en un principio en el debate que la tecnología surgió como producto cultural. Se planteó, por lo tanto, que la tecnología no solo ha emanado de la evolución de la ciencia.
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Imaginario: Urbanismos y culturas comunitarias
Urbanismos y culturas: ¿cómo nos relacionamos con lo popular, lo imprevisible y lo genérico? Iago Carro/Ergosfera
En relación a las culturas comunitarias, desde la perspectiva del urbanismo hay tres cuestiones que nos generan muchas dudas y que, de alguna forma, sentimos como continuas y urgentes. Como respuesta a la estructura propuesta por Kulturtopías, las introduciremos mediante seis casos de muy diversa condición y mediación entre lo urbano y lo cultural:
¿Cómo nos relacionamos con lo popular? Muchas prácticas populares, desde lo cultural a lo económico, se han visto sometidas a diferentes formas de captura: para instrumentalizarlas, para seleccionar y controlar las prácticas admisibles y/o por simple extractivismo capitalista. ¿Qué hay entre la captura, voluntaria o involuntaria, y la indiferencia hacia las culturas populares? A través de los casos del grafiti y el palé, se introducirá el debate sobre el conflicto entre la condición “maquínica” de las cosas y los procesos de captura a los que se enfrenta toda práctica social.
¿Cómo nos relacionamos con lo imprevisible? Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta el mundo urbano es el consenso de todas las ideologías y escalas políticas respecto al objetivo de establecer un orden y controlar cada metro cuadrado del territorio como único camino aceptable e inevitable para la evolución de nuestra cultura urbana occidental. ¿Se puede pensar la exterioridad ahora que todo parece indicar que está en peligro de extinción? A través de los casos del descampado y el llamado “feísmo” en Galicia, se introducirá el debate sobre la necesidad de los espacios y tiempos para lo humano frente a la creciente normalización del control total de territorios y personas.
¿Cómo nos relacionamos con lo genérico? En un momento marcado por una cierta descreencia popular, tanto de la bondad, naturalidad o inevitabilidad de los productos del capitalismo, como de que toda realidad contemporánea es sustancia capitalista
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que no produce más que deshumanización, se echan en falta enfoques capaces de combinar una crítica materialista y ética del mundo con el análisis desprejuiciado de los productos de ese mismo sistema hoy en decadencia. ¿Se pueden re-capturar las cualidades sociales de los productos del capitalismo? ¿Qué puede significar disolverse en la masa para la cultura? ¿Es útil seguir fingiendo que existen no-lugares culturales? A través de los casos de Benidorm y McDonald’s, se introducirá el debate sobre la lectura de las cualidades infiltradas en lo masivo, globalizado, banal, ordinario o turístico frente al desprecio con el que mundos como el urbanismo o la cultura se enfrentan a algunos de los productos más asociados al capitalismo.
#Grafiti Pensemos por un momento en las cualidades que pueden llegar a representar cualquiera de las materializaciones del grafiti no avaladas por el mundo cultural, aquellas que se suelen denominar incluso desde el sector artístico como simples, egoístas e ilegales “pintadas”: •
Son una forma de expresión o comunicación social no mediada por el capital, el Estado o la opinión pública, salvo de forma indirecta, (legislación más o menos coercitiva y punitiva, precio de los sprays, ataques desde medios masivos, etc.). Un valor obvio si la libertad de expresión o la posibilidad de autonomía frente a estas tres instituciones se considera una necesidad urbana.
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Su relación directa con el espacio cotidiano y la extrema facilidad de su uso en las sociedades alfabetizadas. En algún momento, se decidió que en los espacios urbanos sólo tendría cabida la señalética gubernamental o la comunicación comercial. Mientras muchas personas se reían del “Emosido engañado”, el poder de la palabra escrita había sido ejercido, probablemente, por alguien que supuestamente no debería tener acceso ni a ese derecho.
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La asincronía o no inmediatez del formato con respecto a los tiempos esquizofrénicos de la actualidad mediática y la publicidad masiva. El papel de memoria colectiva que representan los mensajes que sobreviven a sus hechos, cuando se descontextualizan temporalmente debido a su variable y precaria duración, se ha convertido en muy relevante en un contexto cada vez más acelerado y de sobreinformación. Parece razonable dar legitimidad a un sistema que hace posible encontrar mensajes como “Rusia abusa de Georgia” o “Libertad titiriteros” mucho tiempo después de que los medios de comunicación hayan olvidado el tema para siempre.
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•
La “humanización” radical, en términos personales, que implican aquellos formatos basados en la repetición (firmas, tags, plantillazos, etc.). La relación o el contacto con lo humano que implica ver uno de estos grafitis repetidos y saber que esa misma persona a la que no conocemos personalmente ha pasado también por allí. Pocas prácticas se merecen más el término, ya muy gastado, de “humanización” (con todas sus contradicciones, también tan humanas), y además, en pleno siglo XXI, es difícil de entender el rechazo tan rotundo a la repetición como cualidad artística, cultural o social.
Frente a estos valores, pensemos ahora en la situación del grafiti en casos como los siguientes: la campaña de promoción del libro sobre grafiteros de Pérez-Reverte; los amigos de Blu borrando una de sus obras más reconocidas en Berlín para que no sirviera a los intereses gentrificadores del mercado inmobiliario local; la cantidad de grafiteros introducidos en el mundo del arte contemporáneo, contratados por ayuntamientos para decorar espacios considerados “antiestéticos” o pintando paredes de bares que detectan su falta de personalidad ya antes de abrir; la plaza en Madrid dedicada el año pasado al Muelle de LaMovidaMadrileña®, pero no a los menos asumibles, aunque quizás pioneros, de Decadencia; las piezas con nota al pie: “grafiti ilegal”, como nueva necesidad aclaratoria para sus practicantes; el uso que se hace de los fondos grafiteados por parte del cine y la publicidad para invocar todo tipo de valores, etc. El proceso de captura del grafiti implica selección y control, ya que sólo algunos de sus formatos pueden tener cabida en el marco de lo “cultural”. Se trata, por ahora, de un conflicto vivo en el que, en cada momento, la cultura puede posicionarse críticamente en el lugar que entienda más oportuno.
#Palé Uno de los casos más explicativos de los procesos de asimilación de las innovaciones populares por parte de la cultura masiva es quizás el del palé. Los inicios de la construcción con palés en España seguramente se sitúen ya en los años 70. Sin embargo, no es hasta la primera década de este siglo cuando su uso se populariza y trasciende los procesos minoritarios y circunstanciales, principalmente vinculados al do it yourself y a las arquitecturas colectivas o informales. Es en ese momento cuando el trabajo con palés pasa a convertirse en una solución constructiva deseable y accesible para muchas personas: una rápida búsqueda en las webs de diseño o “curiosidades” refleja la cantidad de información y documentos compartidos del tipo “Hazte un bonita mesa de palés”. A partir de un determinado momento (quizás desde el 17 de junio de 2011, cuando El País publica la fotografía de la estructura de palés en
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Sol con el titular “Arquitectura de guerrilla en el 15-M”…), el palé pasa a ser un elemento más del catálogo de materialidades asumibles por el Estado y el mercado. Deja de vehicular valores exclusivos de los procesos de autoconstrucción colectiva y similares, y empieza a funcionar también para definir el grado de modernidad de cualquier realidad física: desde las escenografías de programas televisivos de prime time, hasta los escaparates de tiendas de toda condición. Y por supuesto, también de las estrategias comunicativas de los partidos políticos mayoritarios: Obama (2011, modo industrial), M. Rajoy (2013, modo hipster) o Pedro Sánchez (2017, modo minimal) ya han paletizado alguna vez sus escenografías. En definitiva, el caso del palé es un recorrido entre una necesidad resuelta circunstancialmente a través de la transformación de un elemento auxiliar en material constructivo, un desarrollo técnico experimental que incluye su reconversión estética virtual, y su captura como forma de expresión de valores abstractos, compartibles, neutralizados. Sin embargo, si pensamos en el palé desde su relación con las culturas comunitarias, se trata de una máquina o ensamblaje de materiales, trabajos, funcionalidades, agentes, costes y todo un sinfín de cuestiones que acaban materializándose en un proceso constructivo definible. Simplificando mucho, podríamos concluir que el palé hace máquina con su gratuidad y con la autoconstrucción, es decir, con su condición de materia prima de nuestro espacio-tiempo (como muchos otros “deshechos”) y con un grado de accesibilidad suficiente como para servir a las necesidades constructivas, individuales o colectivas, de origen social y autogestionado. En el caso del proceso de captura del palé, el problema no es entonces la devaluación de los significados asociados a su materialidad (estética industrial u “obrera”, condición política vinculada a arquitecturas alternativas o colectivas, etc.), sino que la captura, que implica popularidad y deseo masivo, hace aparecer un valor comercial que elimina una de sus condiciones “maquínicas”, al convertirlo en un objeto con precio. Se trata de un caso de captura-extractivista, en el que el simulacro capitalista repercute sensiblemente en el desarrollo de la cultura popular, reconvertida ya en nicho de mercado. Por último, más allá de su realidad como objeto funcional de origen logístico cada vez más demandado como pieza multifuncional, a día de hoy es cierto que el palé se ha disuelto en la sociedad, pero más bien como una forma abstracta con significado consensual, habiendo traspasado por supuesto su formato material: ahora mismo se pueden comprar palés en todos los tamaños y formatos, sobre todo para elementos funcionales y decorativos del hogar o la hostelería, desde posavasos, bandejas, estantes o simples objetos ornamentales, hasta un
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restaurante en Chueca, “El palé”, decorado completamente con estos elementos. ¿Qué queda de la “máquina palé” en estas realidades? ¿Cómo se sitúa la cultura ante este proceso, cuando cada vez hay más foros o mesas de debate decoradas con palés?
#Descampado Hipótesis: el mundo deriva hacia el dominio de la interioridad (al orden urbano, al control estatal o imperial, a la sociedad global o al capitalismo mundial integrado…). En un contexto así, donde la ideología de la seguridad y el control masivo se normalizan más cada día, parece oportuno preguntarse sobre la exterioridad: sobre si aún existe y bajo qué formatos e intensidades, si se puede diseñar, o si es posible fomentar, aislar o patrimonializar los espacios que hoy en día pueden representar ese concepto en algún momento. Hablar del descampado es pensar también en los espacios debajo del puente, los solares no edificados (abiertos, cerrados o en obras), los edificios abandonados, los callejones traseros, etc., toda una genealogía de espacios que suelen representar una singularidad urbana a nivel local mientras son genéricos a nivel global. Y donde pasa, entre otras cosas, todo aquello que en la ciudad visible no tiene cabida, para lo bueno y para lo malo. Si pensamos en la cantidad de acontecimientos que han sido narrados por la cultura a partir de su determinante situación en cualquiera de estos espacios, da la impresión de que casi habría que tratarlos como equipamientos urbanos, como espacios públicos donde una sutil contigüidad no invasiva hace posible la convivencia con lo “incivilizado” en la ciudad. El espacio debajo del puente donde Puigdemont quedó con otros vehículos iguales que el suyo para despistar a los helicópteros de la policía y votar tranquilo el 1-O; la casa o el edificio abandonado donde tanta gente superó algunos miedos sintiéndose exploradora por primera vez, o donde está el CSO que reproduce otras culturas y economías; el solar no edificado donde un colectivo de vecinas y arquitectas ha impulsado un huerto comunitario; el solar en obras paralizadas donde unos tubos de hormigón sirven como parque infantil; el descampado utilizado para una rave, un beso o deshacerse de documentación de la Junta de Andalucía. Todos estos lugares y situaciones, tan humanos y urbanos, se enfrentan a la lógica de la colmatación-consolidación, lo que, por definición, hace que los sistemas tecnológicos y organizativos de la ciudad tiendan a desplazarlos hacia el borde exterior del crecimiento urbano. Un desastre para la ciudad porque eliminar una de las declinaciones fundamentales del espacio “vacío” implica simplificar la riqueza y las posibilidades de sus centros. Los descampados y el resto de espacios urbanos descritos son, fundamentalmente, exterioridades parciales basadas en la
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degradación, territorios sin competencia del mundo formal y, por lo tanto, lugares capaces de refugiar a las comunidades y prácticas sociales expulsadas de la ciudad normativizada en cada momento histórico. Esto, obviamente, incluye todo aquello que podría ser perfectamente aceptado socialmente, pero también todo aquello para lo que existe un rechazo consensual. Ahí está el centro del problema. En cómo posicionarse políticamente ante esta situación tan humana. Desde el urbanismo tenemos bastante clara la necesidad de estos espacios y de que sus formatos y condiciones sean cada vez más diversos. ¿Cómo se posiciona la cultura al respecto?
#Feísmo Desde comienzos de este siglo, los diferentes gobiernos gallegos y la Corporación Voz21 centran sus esfuerzos respecto al urbanismo en la toma de control de todo el territorio gallego y en el fomento de su capitalización, siempre desde las lógicas e intereses de los centros urbanos y a través de una reflexión estética y pretendidamente “paisajística”, un objetivo vehiculado a través del término “feísmo”. El incrementalismo, la construcción de cosas o territorios como un proceso más que como un acontecimiento perfectamente situable en el tiempo, es uno de los principales enemigos identificados como “feísmo”. Más allá de esta definición estética, se trata de una condición relacionada con la autogestión, con acoger los tiempos y la vida humana en su complejidad, y con la naturalidad de los procesos no lineales que abren la posibilidad de adaptación a los cambios. El problema es que la organización científica y política de la ciudad es incapaz de aceptar estos tiempos e imaginar formas de gestión que actualicen los sistemas burocráticos, hoy en día sólo abiertos a un tipo de proceso evolutivo entre los infinitos posibles y razonables. Además de esta relación con la autonomía y los tiempos humanos, a nivel urbano los procesos incrementalistas suponen la mezcla, en contigüidad o superposición, de usos, tipologías y “llenos y vacíos”, así como la pervivencia del sustrato catastral y patrimonial. Por otra parte, desde la perspectiva económica, estos procesos incrementales representa una quiebra radical en el sistema, pues están, por lo general, al margen de la cultura de la deuda: hablamos de procesos que se van desarrollando a medida que se generan recursos, y no a través del sistema hipotecario dominante. En un contexto como el gallego, con un altísimo porcentaje de viviendas unifamiliares autopromovidas, que sea esta la tipología más atacada por las leyes de suelo y los planes
La Corporación Voz es el grupo mediático con mayor difusión en Galicia, el que más fondos públicos recibe vía subvenciones y convenios, y el que se ha convertido en la base de la información de los medios públicos autonómicos. 1
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generales no parece una casualidad, sobre todo si pensamos que ni a las administraciones públicas, ni a los bancos, ni a los técnicos, les interesa económicamente este modelo. Como no existe una foto final única, ni si quiera una linealidad comprensible, se puede dar el caso de procesos de crecimiento perceptiblemente irracionales. Esta situación no sólo genera un choque estético respecto a las formas conocidas, sino que realmente hace emerger la transgresión debida a la no linealidad. Un conjunto de nuevas formas y cosas urbanas resultantes de la consolidación precaria de los estados intermedios de un proceso, como las carreteras-calle (a escala territorial), los tejidos de edificación discontinua (a escala urbana), o las múltiples tipologías edificatorias surgidas de la mezcla de lo productivo y lo reproductivo (a escala arquitectónica). Muchas de estas transgresiones derivadas de los estados intermedios “calcificados” serían material de revista de arquitectura si fuésemos capaces de imaginar la edificación y la urbanización como procesos no necesariamente lineales y sólo aceptables en su estado ideal y final. En este contexto, es difícil calificar este sorprendente giro histórico en el que una buena parte de la opinión pública identifica proceso con mal hacer, pobreza o fealdad, resultando alegremente aceptable fijar unos plazos determinados para construir, sean cuales sean las motivaciones y objetivos de la edificación (por supuesto, pensamos en la autopromoción y en los procesos colectivos de base social, no en ofrecer aún más facilidades a la industria inmobiliaria española). Un ejemplo del estado de las cosas: estamos en un punto en que alguien puede defender vehementemente la puesta en marcha de una política de huertas urbanas, mientras rechaza por antiestético un modelo que, precisamente, hace convivir huertas con edificaciones radicalmente urbanas.
#Benidorm. Al contrario que en París, Venecia o el banco de Loiba, lugares turísticos “culturalmente” valorados, en Benidorm o Las Vegas ningún turista se queja del exceso (del resto) de turistas: hay lugares cuya experiencia aumenta su valor con el número de personas y no al contrario. Si bien la ciudad es, entre otras cosas, el invento del anonimato, hay algo en Benidorm que extrema la posibilidad de disolverse en la masa, de ser parte de un colectivo, tan genérico como “familiar”, al que pertenecen todas las personas que la habitan temporalmente (pocas por primera vez). En un contexto donde quizás debería suceder lo contrario, emerge rapidísimamente un sentimiento de pertenencia y de vecindad, extraño y combinado con el anonimato. El término medio (ordinario, genérico, global, turístico…) parece llegar a un punto de intensidad donde deviene cultura e identidad, desde una condición dual: la desconexión con el modo de vida y la conexión con la multitud.
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La Biblioplaya de la playa de Levante, inaugurada en 2000 y remodelada en 2009 por 195.000 euros, es un ejemplo muy representativo de una política cultural del “saber estar” (donde está la gente). Comparada con los grandes contenedores culturales presupuestados en millones de euros (las obras del gran Centro Cultural de Benidorm están paralizadas desde hace años) y a los que hay que ir explícitamente para disfrutar de la cultura, una simple biblioteca en la playa refleja perfectamente la escala conceptual y presupuestaria de las intervenciones efectivas a nivel social. Si es posible imaginar hasta un “sol y playa socialdemócrata”, habrá muchas otras formas de situar la cultura allí donde está la gente y no al revés. En la zona de la playa de Levante se producen varios momentos de superación de las lógicas inscritas en la materialidad y legalidad del suelo. El caso más conocido es la ocupación de los famosos retranqueos por actividades terciarias que convierten las calles en un bazar continuo, diverso y vibrante muchas horas al día. Las calzadas son ocupadas continuamente por el cruce de peatones de forma natural, pues, como ya describió Iribas en los 90, “el peatón domina psicológicamente sobre el coche”. También se puede dar el caso (como en la calle Gerona) de que sean las terrazas las que se sitúen sobre el asfalto sin esperar peatonalizaciones definitivas, en un proceso de acción directa y prueba-error completamente funcional y explícito. Las aceras, por su parte, también han sido ocupadas por sillas motorizadas que parecen pervertir su lógica hasta que se piensa en el dominio absoluto de los desplazamientos peatonales como forma de movilidad (no sólo entre los turistas) y en que estas pequeñas máquinas también forman parte del sistema que evita el uso de otros vehículos más problemáticos. Los cientos de músicos “anónimos” que actúan cada noche en hoteles, restaurantes, cafeterías y pubs son también una representación de la cultura accesible, alejada de la necesidad de masas y disuelta en lo cotidiano. Benidorm pudo significar el origen de la fama de Julio Iglesias igual que hoy es la sede del Low Festival o recibe a David Guetta más veces que Madrid o Barcelona. Pero si algo es omnipresente es la profesionalización de la cultura musical como parte de la vida urbana. Cientos de artistas desconocidos que durante muchos meses al año pueden vivir, o al menos complementar otros ingresos de la música: un tipo de cultura como profesión casi anónima pero sostenible. Benidorm es también un lugar interesantísimo desde la perspectiva de su relación con las culturas nacionales-estatales. Para empezar, se da uno de esos extraños momentos de comunicación con el mundo global pero a nivel local y físico: la ciudad es uno de los lugares donde se realizan las campañas antitaurinas de Actyma y PDH, siempre con los mensajes en español e inglés y con un diseño claramente dirigido hacia los cientos de miles de extranjeros que visitan la ciudad cada año. Lo nacionalestatal tiene otras lecturas desde Benidorm, ya que mientras han
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desaparecido prácticamente todos los tablaos flamencos que en los años 70 se suponía que eran la cultura que vendrían a buscar los turistas, la ciudad tiene una “zona de los vascos” con multitud de tascas tradicionales y hasta un batzoki (local social del PNV ya desaparecido, donde, por supuesto, venían los políticos a hacer campaña en las elecciones). Por último, la ciudad es también uno de esos lugares donde se produce la desvirtualización de las culturas mediáticas masivas de ámbito estatal: una materialización que se hace realidad en los famosos “bolos”, claro está con Ylenia como estrella local, pero también protagonizados por muchos de los concursantes de Gran Hermano o MYHYV, los tertulianos de Sálvame, o el “Pequeño Nicolás” el año que salta a la fama. Mientras en un referente cultural contemporáneo como Jot Down se define a Benidorm como el “turismo antihipster” (2013) o como “horror arquitectónico que habría que demoler” (2014), el alcalde Toni Pérez (PP) tiene claro que “Benidorm también es para hipsters” (2016). Desde luego, la ciudad se enfrenta a este referente cultural con una normalidad sorprendente: una bloguera de moda puede publicar una sesión de fotos “de compras por Benidorm” descubriendo el encanto de sus tiendas de souvenirs, zapatos baratos o productos Penélope, así como el food truck de Localolita Street Food puede abrir en una esquina interesante y funcionar. Pero, y esto es sólo una percepción que habrá que comprobar, hay algo ambiental, alguna característica indescriptible por ahora de su urbanidad que parece situar a estos lugares como unos más dentro de su diversidad, como simples piezas sin poder alguno para convertirse en dominantes como ocurre en muchos otros barrios y ciudades.
#McDonalds La escala del fenómeno McDonald’s explica sin duda las críticas hacia muchos de sus graves problemas asociados (principalmente, la explotación animal, medioambiental y laboral que implica su modelo), pero no el desprecio o la indiferencia académica y cultural hacia su estudio: ¿cómo es posible no reconocer su condición de experimento primitivo de espacio global? El hecho de que sea un producto capitalista tan extremo no elimina de ningún modo su interés, siendo el capitalismo un sistema que no controla nunca las externalidades que produce (para bien y para mal). Al contrario que el proceso de financiarización y virtualización socioeconómica mundial, cuando lo global se hace físico y se territorializa es también una forma de lo local. ¿Cómo se explica la condición de “embajada” que ha adquirido McDonald’s para millones de viajeros en el mundo? ¿Cómo se ha logrado emitir ese significado de espacio global (que una multitud de personas fuera de su país de origen consideran un lugar “seguro” donde comer o tomar algo) y a la vez ser
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local en cada lugar (piénsese en los japoneses durmiendo sus siestas como en un negocio tradicional, o en los hindúes, judíos o árabes comiendo a través de cambios en los menús que en el resto del mundo se reducen a pequeños detalles de las gastronomías locales)? Como forma arquitectónica, es significativo que un fenómeno que actualmente cuenta con más de 37.000 locales distribuidos por 122 países (muchos de ellos en edificaciones exentas) haya pasado desapercibido para la crítica arquitectónica/urbanística. ¿En serio este proceso puede no significar nada? No sólo porque entre estos miles de locales hay arquitecturas radicales de todo tipo, sino porque el fenómeno en conjunto debe ser analizado: salvo el sector religioso y sus diferentes templos, es posible que ninguna otra organización tenga esa presencia y distribución global a través de espacios físicos estanciales de acceso público. Como cosa urbana situada en un territorio, si se piensa en las localizaciones más comunes de McDonald’s, parece que en la mayoría de los lugares representa una diferencia a nivel local: •
Periferias. En muchos casos, los locales colonizan territorios asumiendo una función pionera como parte de nodos urbanos en formación. Un papel de germen de urbanidad en lugares sin otras actividades formales que, de repente, empiezan a acoger usos cada vez más urbanos y peatonales.
•
Nodos de movilidad. Desde las estaciones de tren (sobre todo cuando forman parte de sus alrededores urbanos), donde funcionan como lugar de espera, encuentro y estancia en contacto con la ciudad, hasta en el interior de los aeropuertos, donde son de los pocos locales que mantienen sus precios del exterior (en un contexto de consumidores cautivos).
•
Centros urbanos. En muchas situaciones urbanas introducen prácticas sociales y estratos generacionales ajenos a los lugares que los acogen. En otras, representan una diferencia-resistencia con respecto a otras formas de globalización, muchas veces más dramáticas, vinculadas a la pacificación urbana desde la estética y el control.
•
Nodos turísticos. Pensemos en el McDonald’s situado frente del Panteón de Roma (hoy ya desaparecido). Mientras había voces que lo consideraban un atentado a la dignidad del patrimonio, la realidad era que tenía el baño público más utilizado de la Piazza della Rotonda y que por una consumición de 1 euro, una persona podía sentarse el tiempo que quisiera en una terraza frente al Panteón como sería impensable en cualquiera de los otros locales de la plaza.
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Como cosa urbana y espacio social, el elemento fundamental que define la experiencia y la accesibilidad de los McDonald’s es el mostrador-frontera, la existencia de una barra que define completamente un adentro y un afuera, y que marca radicalmente las prácticas que acogen los locales. A partir de esta situación, dos son las consecuencias principales: •
La aparición de un modelo hostelero no “servilista” en el que se incita a una cierta autonomía de las personas. Es muy significativo que la inexistencia del efecto hostelería-hogar (que te traten y te sirvan como en casa) produzca comportamientos relegados precisamente a lo privado, usos no convencionales que dan como resultado una cierta conversión del lugar en una casa. Está claro que el objetivo inicial fue el de ahorrar costes y tiempos a costa de producir deshechos de forma irracional e insostenible, pero hay algo mágico en ver gente de todo tipo transportando su comida a la mesa y tirando su propia basura al acabar.
•
A un nivel más relevante, la otra consecuencia fundamental es el ambiente de falta de control que implica está separación, la aparición de espacios donde sólo está el público y que, por lo tanto, son utilizados de una forma menos normativizada que en otros locales de hostelería, más cercana al estar que al simple consumir. Espacios accesibles y complejos (siempre con zona interior y exterior en los casos de edificios exentos) que acogen prácticas sociales muy diversas: quedadas de grupos de todo tipo, descanso de turistas, rincones de intimidad, etc. Hasta el punto de aparecer conceptos como McRefugee, una de las McWords que en este caso designa a las personas que pasan la noche en un local abierto 24 horas: principalmente personas sin hogar para las que estos locales son su mejor opción, pero también todo tipo de colectivos en situación de precariedad.
Por último, además del mostrador-frontera, también son relevantes el resto de los complementos ambientales a su accesibilidad, el acondicionamiento interior que cualifica la estancia en uno de estos locales: sillas y mesas (muy valorables en contextos sin mobiliario urbano), baños limpios y sin prácticamente control de acceso en la mayoría de los casos, calefacción o aire acondicionado, wifi gratis, juegos de niños, etc. Y todo ello en un contexto de apertura 24/7 (cocina siempre abierta adaptable a cualquier cultura horaria) y accesibilidad con un filtro capitalista convencional (comprar algo), pero con consumiciones mínimas (que dan acceso por igual a todos estos servicios de forma ilimitada) muy baratas respecto a las economías locales de cada país. Y teniendo en cuenta que, además, gracias a la falta de control y a la masificación, en mucho momentos se suele poder acceder a ellos sin ni si quiera pasar este filtro económico.
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Una hipótesis: en términos culturales, sociales y urbanísticos, es muy posible que el único problema de McDonald’s sea que lo haya inventado el mercado, una empresa privada, antes que lo público. La ONU, por ejemplo22.
Conceptos #Grafiti / #Palé / #Descampado / #Feísmo / #Benidorm / #McDonalds
Debate
En este imaginario, el grupo trató sobre la problematización del concepto de lo comunitario. Para ello consideraron necesario establecer un marco sobre qué es lo comunitario. Surgieron ideas sobre: •
¿Quién es el sujeto-agente que hace la pregunta de lo comunitario y qué relación tiene con eso? Surge la duda del rol de la persona experta.
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Una versión extendida de este texto se puede consultar en la web www.ergosfera.org/archivo/kulturtopias.html
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•
La posibilidad de replicar; de coger una práctica comunitaria de un lugar y ponerla en otro.
•
¿Existe la posibilidad de que se desvirtúe lo comunitario?
•
La idea de urbanizar en domingo como práctica comunitaria de base (retomando prácticas comunitarias del pasado).
•
La intervención en lo comunitario que se puede hacer desde determinadas posiciones: ¿es un estímulo o un mecanismo de control social?
•
La dialéctica, la convivencia de los discursos en los que se ha marcado la cultura recientemente. La cultura aparecía aparejada a un discurso económico (PIB) pero desde el urbanismo, en determinadas ocasiones la cultura aterrizaba en las ciudades y podía hacer desplazamientos en determinados barrios (gentrificación, etc.). Cuando se hace un proyecto de regeneración urbana hay que ver también el papel que la cultura ha jugado en él.
•
El nivel micro-local como contexto óptimo para la acción comunitaria.
•
Residencia en la comunidad, partiendo de determinados estudios que hablan de una mayor esperanza de vida para las personas con redes sociales fuertes. Esta idea se relacionó con los cuidados y con “vacuna preventiva”.
•
El urbanismo entendido como un modelo por el que hay que transitar.
•
La interlocución con la institución.
•
La definición de cultura comunitaria: ¿hablamos de cultura para la comunidad o comunidad cultural?
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El libro Cada una de las conclusiones obtenidas en los seis imaginarios, se plasmaron en un concepto.
Se hizo un amplio ejercicio de priorización del que surgieron como fundamentales los siguientes conceptos (por orden): •
Inclusión.
•
Contemplación-experimentación.
•
Identidades-diversidad.
•
Acceso al código fuente.
•
Escucha activa.
•
Visibilidad.
•
Tiempo.
•
Espacios para simplemente estar.
•
Apropiación y reapropiación.
•
Tecnoparticipación,
•
Educar la mirada.
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Y estos se cruzaron con los 6 imaginarios para, posteriormente, volverlos a priorizar. Los 6 conceptos finales que se decidieron trabajar fueron: •
Diversidad identitaria.
•
Inclusión.
•
Visibilidad.
•
Acceso al código fuente.
•
Contemplación/experimentación.
•
Espacios para estar.
Posteriormente, se decidieron varias cuestiones que hicieron que este BookSprint se realizara de forma diferente a como suele ser habitual: las mediadoras y mediadores también escribirían, los textos finales se harían por parejas (independientemente de que fueran personas facilitadoras o mediadoras), y cada participante en la jornada elegiría un imaginario diferente al asignado inicialmente. Además, y tras realizar una intensa labor de contraste, se decidió trabajar sobre seis imaginarios que, si bien tenían que ver con los iniciales, llevarían incorporadas otras visiones. Se acordó también que aunque cada texto arrancaría por un tema determinado, todos y cada uno de los textos tenían que tocar, además, los 6 imaginarios.
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De esta manera, la nueva distribución por áreas fue: •
Diversidad Identitaria y Tecnología. Patricia Raijenstein y Marta Cambronero.
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Inclusión. Pilar López y Araceli Corbo.
•
Visibilidad. Inés Enciso y Jorge Sánchez.
•
Acceso al código fuente. Ramón Sangüesa y Violeta Fatás.
•
Contemplación/experimentación. Nemesio Javier Mata y Pepa Enrique.
•
Espacios para estar. Iago Carro y María Rodríguez.
El resultado es el siguiente texto colaborativo.
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En el Barrio de KULTURTOPÍA quiero bailar. - Podríamos hacer una fiesta en la plaza - ¡No! ¡Necesitas permisos! - ¿Y en la antigua estación de tren? - ¡No! ¡Debes hacer una revisión técnica! - ¿En la escuela abandonada? - ¡No! No puedes meterte allí… - Pintaremos de mucho color las paredes, las adornaremos con flores, sembraremos unas plantas. Las telas nos servirán para los trajes. Vendrán danzantes, las comparsas… No faltarán juegos y tradiciones. Invitaremos a vecinas y vecinos. Prepararemos la más variada comida para el deleite de todos. Llamaremos a los músicos… - ¡No! ¡No! ¡No! Aun así la fiesta está por venir. Llega ya la invitada más especial: la energía vital poderosa que como una niña juega en nuestro interior; la llama curiosa que no se conforma. Ella cree en la transformación. Las culturas comunitarias han estado presentes desde siempre en todas nuestras sociedades: en la necesidad de acompañarnos, de dialogar, de reconocernos con las otras personas. De apoyarnos mutuamente, de festejarnos, de crear espacios de encuentro que permitan imaginarnos permanentemente en un futuro mejor del que todas y todos quienes formamos parte de esa comunidad, podamos participar. Las culturas comunitarias persiguen la armonía de nuestro ser humano con el entorno, con los demás y con nosotras y nosotros mismos, en la búsqueda del bien común como un estado de construcción permanente, participativo desde lo individual a lo colectivo. En contraposición, la sociedad actual con un poder hegemónico alienante ha hecho todo lo posible para homogeneizarnos, con sus dinámicas y modelos individualistas, competitivos, excluyentes, impositivos, consumistas y desiguales para convertirnos en una masa sumisa, que no tiene ya más sus sentidos despiertos. Entonces, nos han fragmentado como sociedad, roto nuestra humanidad. Nos venden cultura como un producto acabado y bien común como un estado placebo de consumo y ocio. Pensarnos e imaginarnos en las culturas comunitarias no es un evento aislado. Responde a un proceso de resistencia, visibilización, articulación y potenciación de miles de experiencias de modelos de organizaciones diversas que nos inspiran; unas que nos anteceden, otras que se
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reinventan a medida que cambian nuestras sociedades, que promueven un desarrollo integral del ser humano que abarca lo personal, social, político y económico, en la búsqueda del bien común. Hilamos las palabras, ideas y conceptos que construyan los seis imaginarios propuestos contados como microhistorias narradas desde nuestras memorias, experiencias y las acciones cotidianas de nuestra ciudad cualquiera, de cualquier barrio. Elegimos recorrer las calles, nuestros espacios favoritos, otros desaparecidos o transmutados para no olvidar su historia, sus paisajes, su gente ni a las y los que somos, que construimos esa memoria para que no sean otras personas quienes nos las cuenten y terminemos viviendo a su manera. Escogimos la fiesta, la “verbena” popular que celebraban nuestras abuelas y abuelos en las plazas como espacio de reencuentro; fue con quienes bailamos, nos alimentamos, sostienen nuestros pasos; son nuestra primera gran fuente de información. Entre vecinas, vecinos, antiguas y nuevas amistades, curiosas viajeras y viajeros y nuevos habitantes; personajes diversos de todas las edades, gustos y capacidades; se entrecruzan ovillos de colores, se construyen mundos mejores. De seguro que quien lea esta historia se sentirá parte de esta fiesta. Celebramos aquella utopía que con cada acto de estos relatos se acerca más a la realidad.
Daniela Invitada - Beca de intercambio Red de Cultura Viva Comunitaria Ecuador
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La mirada de una niña En un barrio periférico de Zaragoza vive una niña de seis años juguetona y curiosa. Soy yo, Marta. Mi papá se llama Ramón y es muy divertido, o al menos a mí me lo parece. Esta opinión la comparten en el barrio y también lo dicen mis amigas, que buscan su compañía para pasar muchos ratos con él. Vivimos los dos juntos en un piso pequeño con nuestra gata Mía, que se pasa horas y horas contemplando los cuadros de nuestra casa. Es una gata muy artística. A mí me encanta hacer fotos y ella siempre se pone delante para ser retratada junto al contraluz que se forma en la ventana, cuando acabo un juego y lo voy a fotografiar o cuando voy a abrazar a papá y pongo la cámara en modo automático. Como no sé escribir muy bien, mi papá lo hace por mí. Formamos un buen equipo. Papá dice que, en muchas ocasiones, hablo muy deprisa y que tengo mucha imaginación. Papá siempre está dispuesto a jugar conmigo. Como se desplaza en silla de ruedas, no podemos jugar al futbol juntos, aunque a veces lo intentamos inventando otras reglas. Papá tiene una silla muy original que hemos tuneado juntos y que se ha convertido en nuestra amiga trotamundos. Somos una familia un poco diferente pero una familia en la que nos queremos y cuidamos. En mi barrio tenemos un problema porque nadie desea organizar las fiestas de la comunidad. Papá me ha contado que en los últimos tres años, solo dos personas se han ocupado de ellas y estaban cansadas. Ellos no entendían por qué las vecinas y vecinos no colaboran en algo tan importante y bonito y que es para toda la gente. Miren y Roberto que trabajan en el Centro Cultural, pensaron que quizás el vecindario se había olvidado del sentido de esta celebración. Por eso, decidieron organizar un pequeño encuentro con el pretexto de la llegada del verano. En cada portal o casa dejaron una sandía con un gran mensaje pinchado en ella: “¡Ven a comer esta fruta en compañía de tus vecinas y vecinos el próximo sábado!” La convocatoria ha sido un éxito. Todo el mundo estaba alucinado con la invitación que habían recibido. El encuentro comenzó con un brindis para dar las gracias a Tina y a Luis por haberles regalado las fiestas de los últimos tiempos. Ellos estaban agradecidos y emocionados. Nos contaron un montón de anécdotas divertidas de su experiencia. Pero lo más sorprendente ha sido el juego que nos han propuesto Miren y Roberto. Un juego con un nombre muy raro: “Culturas comunitarias”. Este juego consiste en soñar juntos las fiestas comunitarias y después hacerlas realidad. Jugamos todas y todos a escribir palabras con nuestros deseos e ideas sobre papelitos de colores. Después las compartimos y seleccionamos
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las que interesan a más gente. Decidimos colaborar conjuntamente para preparar una gran verbena popular, llena de actividades artísticas. ¡Qué gran idea! ¡Y qué gran día! Hoy papá y yo vamos a hacer juntos la compra para la verbena. Hemos decidido celebrar una merienda comunitaria y nosotros nos hemos encargado de ella. Nuestro barrio es pequeño pero en él vivimos gente muy diversa: hay bebés que necesitan comer purés, pero que son curiosos y a los que les gusta probar todo. También tengo una amiga mayor que es celíaca y no puede comer alimentos con gluten; y otra que ha decidido comer solo vegetales. Además de otras personas que provienen de diversos países del mundo y que por ello tienen gustos culinarios diferentes. Va a ser divertido hacer la compra para todo el mundo, sobre todo porque como papá va en la silla de ruedas, hace que vayamos despacito, disfrutando de la aventura. Por el camino hacia el súper paramos en varias casas para saludar y preguntar a sus habitantes cómo están. En la primera casa vive Inés, que trabaja con una compañía de danza y teatro y que está emocionada porque ayer finalizó su proyecto “Una mirada diferente”. A mi padre le encantó porque nos enseñó un vídeo en el que también había personas con movilidad reducida que hacen teatro y danza. Creo que a mi padre le encantaría bailar con su silla de ruedas. ¡Antes del accidente siempre bailaba con mamá! Voy a pedirle a Inés que me ayude a preparar una sorpresa para su cumple. Invitaremos a un coreógrafo a nuestra casa, le adoptaremos como “animal de compañía” y crearemos una coreografía juntos. ¡Claro que tendremos que ensayar mucho para hacer algo hermoso! En la siguiente calle encontramos una pequeña casa donde vive Pilar y donde tiene un centro de Innovación Artística. Está lleno de bebés, familias, artistas y pequeñas y pequeños como yo. Allí nos hemos quedado mucho tiempo jugando con sus arquitecturas sensibles. ¡Casi nos cierran el súper! Mi papá dice que en esta tienda venden de todo menos Arte y Cultura. Así que para y por eso, veremos obras de teatro donde los personajes serán diversos y donde se aprovecharán las inteligencias múltiples y destrezas de cada persona.
Ellas y los cuidados Esta noche papá me ha contado una historia antes de dormir. Era fantástica y sucedía aquí, en nuestro barrio. “Érase una vez una niña como tú, que vivía en una tribu. Cada noche le regalaban una historia no contada de mujeres artistas que con sus miradas diversas construían imaginarios poéticos. Unas pintaban, otras eran escultoras o artistas visuales, incluso algunas eran grandes arquitectas”. Este trozo es una
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brevísima historia que hace de introducción al libro que mi papá me lee cada noche. Mini-biografías de mujeres que no aparecen recogidas en los libros de historia, de ciencia o en las enciclopedias de Historia del Arte, pero que son, y han sido, muy importantes en la crónica de la humanidad. Un ejemplo de estas mujeres es Frida Kahlo, una artista que sufrió un grave accidente en su adolescencia, dejándola inmóvil durante muchísimos meses atrapada en una enorme escayola que le cubría todo su cuerpo. Aprovechó ese tiempo de reposo para pintar. Abiertamente reflejaba su dolor, las relaciones entre su yo positivo y su yo negativo, fragmentos de su Casa Azul y retratos de su familia, sobre todo de su papá, quien le motivó para continuar pintando y seguir con sus estudios y sus sueños. También me leía historias de mujeres que se unían en luchas y reivindicaciones, como Las Madres de Plaza de Mayo, una asociación argentina formada durante la dictadura de Jorge Rafael Videla con el fin de recuperar con vida a los detenidos desaparecidos, inicialmente, y luego establecer quiénes fueron los responsables de los crímenes de Lesa Humanidad y promover su enjuiciamiento. Posteriormente trataron de continuar lo que ellas entendían como la lucha que intentaron llevar a cabo sus hijos, mediante la misma asociación, con su propia radio, una universidad (UPMPM), un programa de televisión, un café literario, un plan de viviendas sociales y una guardería infantil. En otra historia de mujeres unidas para la defensa de la vida y en contra de las armas, mi padre me leyó sobre Greenham Common Women's Peace Camp, que fue un campamento de paz establecido para protestar contra las armas nucleares situadas en RAF Greenham Common, en Berkshire, Inglaterra. Una demostración de que la unión de las mujeres hace fuerza contra las malas prácticas de los estados. Me contaba una amiga de papá que se dedica profesionalmente al arte en España, que se acababa de crear La Caja de Pandora, una plataforma de mujeres del mundo del arte contra la violencia machista; que eran ya más de 3.000 miembros y que se manifestaban activas para visibilizar a las mujeres artistas y apoyarse mutuamente para denunciar irregularidades en el caso de no estar debidamente representadas en exposiciones, comités de selección, etc. Me hablaba de que en las redes sociales más populares se estaban dando casos de visibilización del arte realizado por mujeres, ahora y en otros momentos de la Historia, de manera periódica y constante. Me remarcó que el feminismo sigue activo y que igual que tuvieron gran repercusión las acciones y textos de las Guerrillas Girls en los 80, ahora se estaban activando grupos de trabajo persiguiendo las mismas conclusiones: la promoción de la mujer en el arte y la denuncia de la ausencia de manifestaciones feministas en museos y proyectos expositivos. Cuando hago una lectura conjunta de estas prácticas en común de unión, fuerza y perseverancia, creo en los resultados de un mundo mejor
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y más igualitario, donde los hombres no estén más representados sólo por ser hombres y que el patriarcado pierda su potencia y auge, convirtiéndose en un débil sistema destronado por la evidencia de método y norma. Pienso en que hay mujeres de otros países y otras culturas que no tienen “herramientas” artísticas para visibilizar sus problemáticas y que de mayor me gustaría poder hacerlo desde mi país del “primer mundo”, al igual que ya lo han hecho artistas como Mona Hatoum, Shirín Neshat, Adrian Piper o Marina Núñez. Estas mujeres son sólo un ejemplo de todas las artistas que han logrado hablar de una realidad social o personal, a través de la escultura, la fotografía, la pintura o el vídeo. Está claro que para hacer una receta justa, tendríamos que añadir nuevos ingredientes y esperar la evidente maduración de un sistema que va a funcionar, con nuevas metodologías, prácticas y acciones, lejanas en forma y técnica del patriarcado. Mi papá me anima a lograr mis sueños y que no me frene por ser mujer y vivir en un sistema patriarcal, el que está dominado por los hombres y en el que quitan o merman los derechos de las mujeres. Mi papá me dice que luche (sin guerra) por mis derechos y por los derechos de todas las mujeres, ya que lo que nos afecta a una, nos afecta a todas. Así que yo, de mayor quiero realizar proyectos donde las mujeres se identifiquen y donde me queje, o reivindique como dice papá, aquello que nos es propio.
Viajar Los domingos, después de comer, descansamos. Nos ponemos delante del ordenador, abrimos la ventana y nos asomamos al mundo. Nuestro amigo Ramón nos ha enseñado a usar esa máquina. A mi padre al principio le costaba entender cómo funcionaba pero Ramón es generoso y ha compartido con nosotros su conocimiento. Ahora me siento la reina del tiempo. ¡Puedo decidir qué ver! Papá y yo gobernamos juntos nuestro propio reino. Esa gran puerta al mundo nos permite “viajar” a cualquier lugar: conocer paisajes, culturas y proyectos artísticos y culturales de todo el planeta. Nos encontramos con herramientas que sobrevuelan la geografía (como Google Maps o Google Earth) y otras que nos permiten penetrar en espacios, incluso interiores, al detalle (como Street View o Google Arts & Culture, anteriormente Google Art Project, que presenta una recopilación de imágenes en alta resolución de obras de arte expuestas en varios museos del mundo, así como un recorrido virtual por las galerías en las que se encuentran). Por tanto, aunque no tengamos mucha movilidad física sí disponemos de diferentes modos de viajar desde lo que nos ofrece Internet. Cada día hay más espacios en la red que abren sus contenidos (el llamado open access) donde
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podemos disfrutar de fondos bibliográficos completos (libros cuya lectura integral nos lleva a conocer hasta los primeros libros), bases de datos de vídeos producidos por una institución o por artistas, bancos de imágenes (algunas de propiedad privada y otras procedentes de archivos públicos en abierto), visitas virtuales en 360 grados (que nos permiten movernos por el espacio como si estuviéramos allí presentes), realidad aumentada (que nos presenta materiales y documentación del pasado en este presente o ensalza un objeto en tres dimensiones, como si fuese la obra real y pudiéramos rodearla visualmente para conocerla con detalles)… Además, el acceso público y abierto también nos ofrece elementos digitales que pueden estar en nuestra propiedad, para su lectura o para crear nuestra propia biblioteca, posibles descargas de importantes catálogos de exposiciones o colecciones completas de museos, bibliotecas y archivos, material audiovisual, sonoro, etc. La tecnología también nos permite comunicarnos y relacionarnos con otras personas, compartir conocimientos e incluso realizar proyectos en común. Podemos tener información desde diferentes puntos de la geografía y bajo distintos puntos vista, en otros idiomas, etc. Ya no sólo estamos “dominados” por los grandes medios (aunque tenemos que mantener la alerta ante futuras leyes contra la libertad de expresión) sino por medios más humildes pero responsables. La posibilidad de informar, expresar, ocupar un espacio y tomar decisiones con respecto a nuestras lecturas y opiniones, nos lleva a una gobernanza en el territorio digital y a una transferencia de poderes, donde lo común ocupa y comparte problemáticas actuales, soluciones a errores, propuestas de cambio y otros modelos y sistemas aparentemente utópicos. En casa, mi papá y yo también disfrutamos de los canales de vídeos, repositorios de conferencias, seminarios y encuentros, espacios que recopilan obras audiovisuales en abierto donde conocer las obras de artistas visuales es una realidad. Ampliamos conocimientos y establecemos relaciones directas en tiempo y en espacio gracias a las emisiones en directo o streaming de muchas entidades que se preocupan de romper fronteras geográficas e incluso lingüísticas a la hora de ofrecer sus eventos y actividades en directo, aportando además subtítulos en todos los idiomas de todas las conferencias y debates, algo que también facilita el acceso a los contenidos a personas con diversidad funcional auditiva. Qué decir de las diversas opciones de visionados de contenidos digitales en línea, en las que ir al cine se ha convertido más en una experiencia que en la única opción de consumo de audiovisuales, y donde la caja tonta puede ser una interface de contenidos seleccionados por la misma persona, ya sean películas, series o televisión a la carta. La piratería digital existe pero se ha visto “legalizada” por bajas cuotas de suscripciones a espacios de alternativas de calidad o elecciones de ocio.
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Papá considera que Internet sí es el gran avance del siglo XX, como lo fuera la imprenta en el siglo XV, ya que ambas han dado acceso al conocimiento y a la difusión de la cultura. Como decía al principio, nos sentimos dueños de los contenidos que consumimos. Ramón también nos ha enseñado a publicar y a editar contenidos, algo que nos ha abierto otra puerta al mundo porque nos hemos convertido en autores de información. Papá y yo nos ponemos de acuerdo en compartir recomendaciones de cuentos y experiencias de vida, descubrimientos que realizamos en nuestro día a día, retos a veces a dificultades de accesibilidad urbanística y arquitectónica. En esto último, menos mal que contamos con Iago, arquitecto urbanista de oficio y gran comunicador, que nos ayuda con su crítica constructiva a notificar y denunciar las barreras.
La escuela En mi barrio hay una escuela, que también es mi casa. Es un lugar mágico donde cada día suceden cosas extraordinarias, “momentos memorables” como dice nuestra maestra Pepa. A ella le gusta mucho hacer preguntas. Todos los días al entrar en clase inventamos algunas para después buscar las respuestas durante el día o llevarlos a casa para seguir investigando con la familia o y personas cercanas, porque la vida no está dividida en asignaturas. Por la tarde hacemos una excursión a la fuente de la plaza. Allí jugamos a buscar/descifrar el código fuente. Pepa dice que somos la inteligencia colectiva de nuestro barrio. Yo no lo entiendo muy bien por qué lo dice pero me imagino que soy como un dron que va de casa en casa ayudando a resolver problemas. Siempre tuve dudas de cómo sería la Escuela. En las puertas a veces lloraban las niñas y los niños porque no querían ir, pero también he visto entender ese espacio como propio, un lugar donde jugar, comunicarse con otras compañeras y compañeros y compartir experiencias. Como os decía, yo tengo suerte de poder haber elegido un colegio público donde vivo la realidad de las ciudades y de la comunidad humana, personas de distintas etnias, con diferentes situaciones económicas, opciones religiosas, etc. Además, Pepa, maestra cuyo método nos permite experimentar, aprender jugando y expresar nuestras emociones, logros y frustraciones, nos cuida, mima y educa, para poder ser ciudadanas y ciudadanos tolerantes y activos, donde nuestra opinión importe y donde nuestras agitaciones internas puedan liberarse y ser tenidas en cuenta. No podemos (ni pueden) olvidar que somos el futuro y que debemos ser individuos críticos, que queremos poder elegir y defendernos, construir y establecer conexiones, conseguir logros y plantearnos retos... y la
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escuela es uno de los lugares claves para nuestra constitución como seres responsables y participativos. En casa, con papá, trabajamos muchas cuestiones que nos preocupan, y nuestra propia situación ya nos construye como individuos evaluantes y críticos con respecto al sistema, los servicios sociales y atenciones públicas que nos ofrecen a la ciudadanía.
La música ¡Hoy es el gran día! Celebramos las fiestas del barrio. Cada familia ha adoptado a una o un artista y juntos han preparado una sorpresa. Con nosotros ha vivido estos días Iago, que aunque ya he dicho que es un urbanista/arquitecto, a mí me parece un pirata surcando los mares, que ha invitado a Jorge, un antropólogo muy alto. Juntos hemos inventado un juego súper divertido: las líneas de los deseos. Imaginaos. Hemos dado a cada vecina y vecino, mayor o joven, con celiaquía, diabetes o cualquier intolerancia o alergia, con diferentes gustos por la comida, incluidas las personas veganas, de aquí o de allá, un ovillo de lana de un color diferente. Nos hemos juntado en el centro de la plaza, junto a las esculturas de Neme, y desde allí hemos recorrido el barrio por los territorios que más felices nos hacen mientras dibujamos un camino con la lana. Yo pensaba… ¿con quién me cruzaré? ¿Se formarán muchos nudos? Y si me gusta el camino de otra persona ¿puedo acompañarla? Todas estas conexiones y líneas resultantes nos han permitido conocernos, dialogar y defender lo que pensamos porque hemos reivindicado situaciones, aparentemente utópicas, pero reales y posibles. En esta red también hemos podido comprobar las destrezas con las que contamos cada una de nosotras y nosotros y hemos defendido la libertad y las inteligencias múltiples, la diversidad funcional, la racial, la sexual, política, etc. Otras familias han pensado juegos en casa, en la escuela, en el parque… ¡Esto me gusta! Para hacerlo más divertido, nuestras amigas Daniela y Anne nos ha regalado un montón de música creada por personas diferentes. Ellas se mueven en un territorio donde el arte sonoro toma la relevancia que se merece, en el que se recogen sonidos y registros que exploran lo visible y lo invisible. Nos sumergen en esa expresión artística que aún no ha encontrado lugar en los museos y centros de arte. También la música elegida para la verbena recoge la diversidad de los comunes ya que tiene en cuenta los sonidos escuchados y emitidos por personas de otras etnias, lo que permite experimentar, además, otras
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formas de bailar y otras expresiones corporales cuyo lenguaje puede ser muy inspirador y aporta conocimiento. Para finalizar y después de bailar un montón (papá estaba encantado) hemos creado una tarta colectiva. Una tarta hecha por y para todas las personas. Sobre un gran bizcocho elaborado por el panadero, cada vecina y vecino colaboran con una ducha de colores que tiene un palillo gigante. En él escribimos el mejor momento que hemos compartido con la gente del vecindario. La tarta será el colofón a la estupenda comida que han preparado las Petronilas. ¡Qué emocionante! A papá le ha tocado el trozo de tarta que ponía “ciencia ciudadana”. Nos hemos mirado y hemos sonreído al comprobar que es una palabra más extendida de lo que pensábamos y que no es sólo nuestro último descubrimiento. Sería fantástico comprobar cómo entre todas y todos podemos confeccionar un conocimiento para el mundo, donde las conexiones sean como perfectos nudos de comprensión y entendimiento. Ha sido una gran experiencia en la que hemos disfrutado mucho. A veces actos muy simples cambian la vida de las personas por completo.
Texto de Pilar López López y Araceli Corbo García
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Las Uranians Anne viaja desde Berlín hacia Zaragoza. Siempre me ha gustado mucho España. He estado un par de veces en Madrid, en el festival She Makes Noise y en Barcelona, pero no conozco Zaragoza. Me gusta que Daniela me haya invitado a las fiestas de su barrio, más aun sabiendo que hace tiempo que no volvía. Noto que está nerviosa por el reencuentro. ¡Lo genial es que ha conseguido que las Uranians pinchemos al final de la verbena! Ahí estaremos ella y yo como representantes de nuestro colectivo. Ya llevamos dos años experimentando e investigando juntas; la verdad es que nos lo pasamos bien y además hay mucho apoyo mutuo. Me encanta todo lo que aprendo con ellas y todo lo que ellas aprenden conmigo, me hacen sentir bien. Fue mágico aquel primer encuentro, durante la performance, cuando nos juntamos casi sin querer y cada una pudo aportar sus propias referencias musicales y culturales. Daniela, como siempre, “cacharreando” con aparatos. Layla, que en aquella época tocaba el tambor como una chamana. Giny, con sus vinilos y su voz. Y yo, con mi lista de Youtube audiovisual. Ahí nos enamoramos todas y decidimos seguir adelante en la experimentación sonora. Después, vino Ángela, que también “cacharrea” como Daniela y enseguida pilló el rollo. Es bonito ver las diferentes tecnologías que cada una utilizamos: desde la voz o el tambor hasta el ordenador o los circuitos electrónicos; todas son herramientas para crear sonidos. Y ahora, aquí estoy. ¡A punto de irme a España! ¡A Zaragoza¡ ¡Como invitada para actuar en una verbena! Todavía no sé muy bien qué música voy a poner. Me encanta la palabra “verbena”. Nunca la había escuchado antes, ni en mis clases de español. Daniela me explicó un poco el rollo: es algo parecido a una Volksfest, pero me han dicho que el ambiente es algo distinto. Lo he buscado en Internet y como nombre sólo aparece una planta medicinal, así que lo miré en la Wikipedia española y dice: “Velada de regocijo popular que se celebra en la víspera de ciertas festividades”. Jajajaaja. “Regocijo”, que viene a ser alegría. ¿Qué tipo de personas habrá? ¿Y qué me gustaría decirles? La verdad es que me encantaría poder escuchar más que decir, ver cuáles son sus referencias culturales y que puedan así participar del ritual. Según la información que he visto, debería poner alguna de estas canciones, pero también es importante que se puedan dar a conocer ideas y música diferentes, así habrá más gustos representados en ese ritual popular. Daniela me ha dicho que es un barrio de Zaragoza, cercano a lo rural, así que supongo que no tendrá mucho que ver con Berlín donde cada
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vez hay más gente de diferentes países (si no mira nuestro colectivo). Aunque en realidad, hoy en día, en toda Europa hay gente de diferentes culturas y con diferentes gustos, por mucho que en la televisión sólo pongan un tipo de vida, de persona, de deseos. Al parecer, las verbenas son el ejemplo por antonomasia de una comunidad: llenas de gente diversa, intergeneracional (desde bebés hasta ancianos pasando por adolescentes), interracial (personas de diferente origen que viven en el barrio) que se cruzan en la verbena, en la plaza, a diferentes horas del día, que comparten tiempo y espacio. Gente diferente que interacciona en mayor o menor medida, según sus necesidades, gustos y circunstancias. Que están en el espacio público, la plaza, donde se ha llegado a consensos, aunque haya ciertos conflictos, para así poder convivir y realizar las fiestas. Sin lugar a dudas, la playlist que voy a hacer tiene que ser mestiza, porque es una de las premisas de nuestro colectivo: mostrar la diversidad que hoy en día hay en una Europa que ya no es sólo blanca ni heterosexual. Me gusta pensar en la música como tecnología, como herramienta para visibilizar todos aquellos saberes que no aparecen en la televisión o en la radio pero que, sin embargo, existen y conviven. Los sonidos de los diferentes idiomas y acentos que se escuchan cuando andas por la calle, que salen de las casas, de las tiendas, de las peluquerías o de los altavoces conectados a móviles de los adolescentes en las plazas. Ya hemos hablado muchas veces con las chicas que la diversidad tiene que visibilizarse y modificar las dinámicas del mainstream y no sólo al revés. Por lo que sí, esta lista tendrá que llevar a esa gente del barrio de Zaragoza los sonidos de otras plazas y barrios, que están a kilómetros de distancia, y fortalecer una red invisible que este mundo nos propone. Sé que lo más importante de una verbena es que la gente se lo pase bien: es un momento de disfrute. Para nosotras, una forma de hacer revolución es disfrutar de la vida. Así que tengo ganas de compartir la música en la que he estado investigando y que me abre nuevos mundos. ¿Qué pensaría la abuela de Daniela del electro chabad de Siria de Omar Souleyman? ¿Y de la música tunecina de Deena Abdelwahed? ¿O de la mítica pareja del Líbano SoapKills? Al fin y al cabo, la comunidad musulmana forma parte de estas tierras de manera más o menos evidente. Y esto no es algo nuevo, Daniela me ha enseñado por Internet que hay muchos edificios de estilo mudéjar, por todo Aragón, desde hace siglos. En Francia, dos DJ’s míticos de la escena han formado un sello llamado Acid Arab para realizar mezclas con sonidos de oriente próximo; y yo quiero mostrarlo. Algunas de estas músicas las conocí en el pasado festival de She Makes Noise dedicado a la música electrónica realizada por mujeres. Es increíble que todavía hoy en día la mayoría de los festivales visibilicen de
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manera marginal el trabajo hecho por mujeres por el simple hecho de no “conocerlos”. Está genial que haya iniciativas para dar a conocer a grupos de tan alta calidad. Bueno, actuaremos después de Naranja Imaginario23. Raquel nos enseñó algunos vídeos cuando vino a Berlín hace un par de meses y desde entonces me apetece conocerlos en persona. Espero poder coincidir con ellos en algún momento. Creo que es un proyecto muy interesante, sobre todo por la combinación de tecnología y de visuales tan artesanales. A Daniela le encantó. Siempre nos sorprende cómo, gracias a la tecnología, podemos conocer músicas que se realizan a kilómetros de distancia, en ámbitos totalmente distintos, sin ni siquiera movernos del sofá. ¡Es fascinante! ¡Parece brujería! Sigo con la lista. A ver, vamos a poder proyectar, y eso está bien porque para nosotras la imagen es importante; así podemos mostrar diferentes tipos de construcciones de género. No puede faltar Kiddy Smile, con esa cultura de vougue parisino, tampoco un clásico que hará bailar a los mayores, la “reina del disco”: Sylvester. También podría poner el temazo de la sueca Lykke Li, pero con el vídeo de “la Vida de Adele”, que seguro que más de una se siente identificada. Y después poner una canción de los 90, que ahora están de moda. Al fin y al cabo, me debo a mi público, y las tendencias revivals son nostalgias que a la gente le gusta recordar. La memoria es importante para la comunidad, resignifica experiencias pasadas y se crean nuevos consensos. Esa negociación entre las diferentes subjetividades y lo colectivo, que desde mi posición de DJ no puedo ver aunque sí que puedo percibir, me interesa mucho. Quiero investigar la capacidad que yo tengo para crear nuevas subjetividades. Como me dijo un amigo DJ una vez: “pincha para que la gente en la pista de baile se enamore”. Después, pondré algo de Alaska, cuando fue una pionera en introducir el acid house en España, o el tema de “We don´t need” people de la DJ residente en Le Pulp de París, Chloé. Mmm, sí. Va bien. Pero también hay muchas personas latinoamericanas en España. Me gustaría que se puedan ver reflejadas y que así todas podamos aprender otras formas de mover los cuerpos a través del ritmo, otras coordenadas. Como siempre digo en mi trabajo de educadora en el museo, el aprendizaje va mucho más allá de lo intelectual y lo lógico: con el cuerpo también se aprende. En los espacios no reglados, que se prestan a la interacción libre con otras personas, se aprenden valiosas lecciones sobre muchos aspectos de la vida.
23 Naranja Imaginario es un proyecto de creación contemporánea y participación cultural que nace en el Centro Ocupacional Pascual Veiga de A Coruña:
https://www.youtube.com/watch?v=yhp4aQtuRiM&t=352s
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Cambiaré de ritmo con Chocolate Remix, que abrirá una línea de música más latina donde también podría estar Julián Mayorga o la ya famosa Bomba Estereo. Me embruja ver cómo la gente cambia de movimiento según el tipo de ritmos y de música que ponemos. Tendríamos que pinchar algo de rap también, para las más jóvenes, algo nacional o hip-hop internacional. Estas canciones siempre animan a bailar. Creo que no hace falta poner hits de verano que perpetúan estereotipos de género o de amor romántico. Lo bailamos sin escuchar la letra, incluso aunque te la sepas, y no nos damos cuenta de cómo cala en nuestro inconsciente colectivo y cómo construye nuestras subjetividades y relaciones con los demás. Prefiero poner otro tipo de canciones. Así ayudamos a que el espacio sea seguro. Sabemos que en los ambientes de fiesta hay situaciones desagradables para las mujeres. Hombres que se sienten con la obligación de ligar a toda costa, creyéndose que están en un mercado de abastos. Recuerdo que hay una asociación de género vasca que tiene el lema “Yo ligo, yo decido. Para jóvenes que quieren salir de fiesta sin presiones”. Y recuerdo una frase que escuché: “quería sexo, pero no así”. Me parece una frase brutal. La gente está muy mal educada a la hora de ligar. Cuántas veces habremos hablado en nuestras reuniones del colectivo cómo todas nos habíamos sentido alguna vez “acorraladas” por algún chico que quería “cazarnos”. Y luego está la típica frase del hombre que dice “¿por qué estáis tan solas?” refiriéndose a que no teníamos compañía de ningún personaje masculino. Cuántas veces nos hemos visto obligadas a decir que teníamos “novio” para que nos dejaran en paz, en lugar de poder simplemente decir “no, gracias”. Recuerdo que Daniela me contó que en Zaragoza está triunfando mucho una iniciativa que parte de grupos feministas y tiene el apoyo del Ayuntamiento. Tiene la frase: “No es no. Por unas fiestas sin agresiones sexistas”. Y cuántas veces habíamos sentido miradas inapropiadas cuando bailábamos, moviendo nuestros cuerpos al ritmo, más allá de una intención sexual, aunque muchas personas pensaran que ese era nuestro único objetivo. Pienso también en un espacio seguro para gente que no cumple con la heteronormatividad. Que pueda haber modelos de referencias alejados de la burla o de la discriminación. Bueno, parece que ya es tarde y mañana salgo para aquellas tierras. Es mejor que cierre el ordenador y me disponga a dormir un poco. ¡Qué ganas de estar en la verbena!
Daniela visita el barrio antes de la verbena. Deja esta vez los vinilos y decide llevar a la plaza solamente los pedales multiefectos y la guitarra. “Ojalá haya alguien en la fiesta con una gaita o una dulzaina, llevo tiempo queriendo probar a distorsionar su sonido.
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Bueno, ey, frena un poco, quizá no sea el mejor momento para ponerte a experimentar. Allí estará todo el barrio y no les tiene por qué gustar a todos tus probatinas estridentes. Ya, a ver, es verdad. Tiraré, para empezar, de las piezas que creamos el año pasado con las chavalas de la Casa de Juventud en las jornadas de creación comunitaria, que eso seguro que atraerá la atención de un buen puñado. Bien, yo creo que funcionará. Vale.” Daniela sabe que cada bolo es diferente. Por eso dedica tanto tiempo a decidir cómo combinar lo que ya sabe hacer con lo que le apetece probar; lo que puede aportar con lo que le van a proponer, sin preverlo. A menudo, piensa en la magia de no saber de antemano cómo va a ser el baile de ese día. Solo mientras sucede es. La verbena de mañana es especial para ella porque ha vuelto a la ciudad después de hace más de un año y además esta vez interpretará algunas piezas. Algunos en el barrio la verán muy cambiada y quizá no sepan cómo relacionarse con ella. Por fuera verán que lleva el pelo asimétrico y medio rosa y algunos aros más que en la adolescencia. Ella hará lo que pueda para hacerles ver que por debajo sigue habitando la misma persona de rizos negros que vivía hace años en el número 3 de la plaza del barrio. La verán llegar, además, con su amiga Anne. Se conocieron en Berlín el año pasado y desde entonces no se separan. Le apetece tanto enseñarle por fin el barrio. Esta vez no ha tenido tiempo de preguntar a sus compañeras del colectivo Uranians qué pensaban sobre cómo había diseñado la performance. Esto le inquieta un poco, para qué negarlo, sobre todo porque le toca actuar después de Naranja Imaginario, la banda del momento de la que todo el mundo habla. Los miembros de la banda todavía no han llegado a la ciudad, pero una parte de su equipo técnico sí. Ya han empezado a traer cachivaches a la plaza. “Por lo que veo en el escenario, esta gente no solo hace música sintética, sino que también llevan retroiluminadores para proyectar imágenes. Lo van a petar. Y yo voy después. ¡Qué cague! Me siento tan pequeñita... Tengo un montón de ganas de verlos. Ojalá pueda conocerles y acabemos haciendo algo juntos, cuando sea”. Mientras cruza la nueva avenida, piensa en cómo ha cambiado el barrio en estos años. La Casa de Juventud, por ejemplo, sigue teniendo su espacio abierto para gente de entre 12 y 30 años, pero ahora hace muchas más actividades y no solamente en su local sino en otros equipamientos, incluida la calle. El espacio abierto donde solía encontrarse con las chicas del instituto que había al otro lado de la autopista, aquella que dividió el barrio en dos a finales de los 80 y que en 1998 por fin derribó el Ayuntamiento tras varios años de daños y de lucha de las vecinas y vecinos.
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Pero no todo había salido tan bien. Recuerda lo que le contaba ayer su hermana acerca de los numerosos conflictos que se dan últimamente porque con el crecimiento de la población hay más dificultades para llegar al centro de la ciudad. Unos dicen que es porque faltan carreteras, otros autobuses; unos porque sobran migrantes, otros ancianos. A Daniela, la verdad, le gusta ver todo ese paisaje tan cambiado, lleno de vida y de gente en las calles y plazas que ella recordaba tan vacías. Le divierte perderse entre una nueva diversidad. Las calles que durante su adolescencia resultaban asfixiantes, hoy se tiñen de colores, olores, sonidos y sensaciones diferentes. Piensa, en ese momento, que a esas chicas árabes sentadas en los bancos les gustaría escuchar lo que iba a pinchar Anne al final de la verbena24. O quizá no. Se plantea entonces que le gustaría saber lo que aquellas chicas suelen escuchar, así podría ayudar a Anne a ajustar la playlist para que ellas bailen mucho esa noche. Siente que le gustaría acercarse a ellas pero no tiene ni idea de cómo hacerlo. Recuerda, como un impulso, que la mayoría de las chicas que participaron en las jornadas de creación comunitaria del año pasado eran de familias que habían vivido en el barrio toda la vida y que muy pocas de las nuevas habitantes se animaron finalmente. Cuánto le gustaría que eso cambiara en próximas ediciones. En sus auriculares suena en ese momento... Cruzar la autopista. No por debajo del puente. No por encima, ni en carromato ni en limusina. Cruzar la autopista en diagonal y a cuerpo descubierto. Eso sería coser el alma de tu lado con la del mío. Eso sería romper el cemento y hacer posible un reencuentro, en esta ciudad que merece una plaza en cada esquina y un verso en cada ladrillo.
La idea de actuar en la verbena de primavera se la dio a Daniela su mejor amigo del instituto, Esteban.
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Escucha aquí la playlist completa de Anne
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Uranians era el colectivo de sonidistas que comparten Daniela y Anne con otras tres amigas en Berlín. Se conocieron en un curso de performance feminista, en el que acabaron, sin gran premeditación, creando una pieza de arte sonoro que dejó al anfiteatro del Kulturzentrum pegado a las butacas durante media hora sin respirar. La buena sintonía les animó a seguir quedando a “cacharrear”. Poco a poco fueron creando lazos de amistad y producción que ninguna de ellas había experimentado nunca antes. Por eso, de algún modo, ya se habían confesado entre ellas que no serían las mismas de no haber creado-encontrado este grupo. Para Daniela conocer a las Uranians es lo más importante que le ha pasado desde que acabó la carrera de Arquitectura y decidió emprender un viaje incierto hacia el norte, muy lejos de su casa. Había colaborado antes con otras personas, pero el clima de confianza que tienen estas cinco chicas (en los circuitos berlineses les han empezado a llamar ‘estrella de cinco puntas’ por la precisión que transmiten), les ha permitido generar unas alianzas que les hace disfrutar muchísimo con lo que producen. Arriesgan sin miedo al error y eso se nota. De sus procesos surgen desde piezas bellísimas hasta esperpentos aterradores, todas ellas diferentes. La verdad es que ninguna vive de sus creaciones, por ahora, pero el colectivo sí les está sirviendo para abrirse camino en la producción y gestión cultural, trabajando a menudo con comunidades y grupos de acceso libre. Un aspecto que han querido cuidar siempre es el de la transferencia, tanto de sus conocimientos musicales y artísticos en general, como de su propia experiencia como Uranians. Reflexionan a menudo sobre lo que producen, porque entienden el arte no como un producto o un resultado que se representa o expone, sino como un proceso sensible que atraviesa a muchos cuerpos implicados en la
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creación. Seguramente esto es lo que más valoran en los centros culturales que se deciden a llamarlas. Son las 2 de la tarde y Daniela tiene que salir hacia la estación de tren a buscar a Anne. Deja los pedales y la guitarra en casa de Esteban, que ahora no está, y que vive al lado de la plaza donde se celebrará la verbena. En el barrio empieza a oler a frijoles y tortilla de patatas. Suena un parloteo cada vez más animado. El vecindario está en marcha. Hoy empiezan las fiestas y todo el mundo es bienvenido. Mañana será la verbena. Se ha publicitado mucho así que es posible que venga gente de bastantes sitios.
Daniela enseña el barrio a Anne. A pesar de los cambios de transporte para llegar a la estación, Anne no está muy cansada y Daniela tiene ganas de enseñarle algo del barrio. Quedan con su amigo Esteban, que había estado hace poco tiempo en Berlín de visita. “La Bodega” es como llaman al bar en el que se solían encontrar Daniela y sus amigos por las tardes. Aunque hace mucho que no lo pisa, cuando llega se da cuenta de que sigue como siempre. Se fija, con renovada curiosidad, en la barra de azulejos blancos y plateados y el fondo acristalado. El espejo lleno de pegatinas de jugadores de fútbol y de actrices de los años 80... ¡Sigue igual! Daniela le cuenta a Anne cómo de pequeña jugaba con sus amigas a “pedirse ser” alguna de esas actrices y recuerda que Irune siempre elegía ser Butragueño. También le muestra la hilera de anises, brandys y pacharanes que tomaban los abuelos mientras jugaban al dominó y le habla sobre la primera vez que lo probaron ella y sus amigas para hacerse las mayores. Parece que el espumillón enredado en la balda de las ginebras, rones y whiskies lleva ahí puesto desde las Navidades de 2005. Justo cuando Daniela está comentando esto, entra su amigo Esteban. - (Esteban) Ja,ja,ja,ja, Tía, ¡me encanta tu pelo rosa! ¡Te queda genial! - (Daniela) ¡Gracias! Tenía ganas de un cambio radical. - (Esteban) Y tanto. - (Antonia, dueña del bar) ¡Pues sí que es radical! Aunque hoy en día se ve de todo. Pero a pesar del cambio ¡tienes la misma cara!
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- (Daniela) Gracias Antonia. ¡Si lo que no has visto tú no lo ha visto nadie! - Y todos ríen. - (Daniela mira a Anne) Quién lo diría. En Berlín se volverían locos con este sitio. Lo tiene todo para ser hipsterizable. - (Esteban) En el barrio, en cambio, es un bar de pueblo más. A mí ya sabes que me encanta, me trae muchos recuerdos. Aquí donde lo veis, este lugar simboliza mucho más. - (Esteban dirigiéndose a Anne) En los bajos de la bodega se reunían las vecinas que organizaron la movilización que acabó con el derribo de la autopista que dividía este barrio (que entonces todos llamaban pueblo) en dos. Todo el mundo le tiene mucho cariño a la dueña porque se implicó realmente con aquello. No pedía a nadie consumir e incluso en alguna ocasión le dejó las llaves del local a alguna vecina para que se pudieran reunir cuando el bar estaba cerrado. Esto no sé si lo tenéis en Berlín. - (Anne) Bueno, en Berlín todo cambió mucho con la caída del muro. Se vivieron momentos muy intensos por aquella época. Hace poco ha habido un caso muy famoso. En el barrio de Tempelholf, había un pequeño aeropuerto construido por los nazis y el Ayuntamiento quiso cerrarlo para construir casas. Sin embargo, las vecinas y vecinos del barrio se organizaron para que fuera cedido como espacio público. ¡Y lo consiguieron! Ahora hay huertos urbanos y es un parque donde se hacen festivales de colegios, cine al aire libre, etc. Allí, como hay muchos meses de frío, la gente también utiliza los bares para organizarse. - (Esteban) Tienes razón. Es bonito ver cómo en todos los lugares hay personas que encuentran la manera de tejer alianzas para que los intereses y deseos de la ciudadanía estén presentes en la construcción de las ciudades. - (Anne) Sí, aunque lo que no hay en Berlín son tapas. ¡Me encanta las tapas! - (Daniela) Vayamos a dar una vuelta. Quiero enseñar a Anne algo. Y luego tomamos unas tapas, si queréis. Los tres recorren varias calles estrechas y sinuosas antes de llegar a lo que parece ser el final del barrio. En realidad, se dibuja ante ellos un paisaje muy abierto en el que conviven viejas naves de cemento armado, pequeños huertos y alguna que otra casa suelta. A lo lejos se pueden ver caballos y un montón de caminos que se entrelazan sin orden aparente entre los campos. Se dirigen hacia una de las naves y, al girar, se descubre que, lejos de estar abandonada, está limpia y diáfana, casi aséptica. Se entrevén, tras un biombo, varias cajas con botes de pintura y algunos paneles aglomerados.
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- (Esteban) Después de habilitarlo a iniciativa de la Casa de Juventud y de la Cooperativa de Trabajadores con Discapacidad para las jornadas de creación comunitaria del año pasado, la gente ha seguido usando este espacio. Lo gestionan a su bola. Y además está súperbien cuidado. - (Daniela) ¿En serio? ¡Qué alegría! Vayamos a la parte de atrás, que está lo que quiero enseñarle a Anne. - Allí encuentran los murales que pintó la chavalería durante las jornadas “No vendas tu libertad por comodidad”, “Más espacios para estar con tiempo. Más tiempo para disfrutar de los espacios”. Anne suelta una carcajada pues estas frases le resultan familiares. Algo remezcladas, suenan en las últimas piezas sonoras de las Uranians. - (Anne mirando a Daniela) No habrás tenido algo que ver tú con esto, ¿no? - (Daniela) Claro, tía. Jajaja. - (Anne) Tendríamos que filmar aquí para ponerlo en el vídeo de las Uranians. Seguro que al resto les encanta. Anne saca su móvil para hacer unas fotos, que envía al grupo de Whatsapp que tienen todas. - (Anne) ¡Me encanta este espacio! No es como todos esos lugares iguales y nuevos que ves en el centro de las ciudades y que hace que todas parezcan la misma. Cruzan de nuevo la calle que les devuelve al núcleo de manzanas del barrio. Anne se fija en que el tipo de baldosas del suelo cambia tres veces en unos pocos metros. Se para en cada cruce para echar unas fotos y subirlas al Instagram del colectivo. Por fin, llegan a la pista deportiva que a estas horas está siendo reconvertida en una gran plaza comunitaria. Están probando el equipo de sonido para el día siguiente y las vecinas han empezado a desplegar las mesas sobre las que montarán los puestos de comida. Un grupo de chicas se acerca con unos farolillos hechos a mano con gesto de duda sobre dónde colocarlos. Aparece otro grupo, mixto, algo más joven, que les da la idea de colgarlos de los barrotes de los balcones de las viviendas. Se les oye: - (Chica) Pero entonces tendremos que llamar a todos los timbres. - (Chica más joven) No creo que les moleste. Todo el mundo participará en la verbena. - (Daniela cogiendo del brazo a Anne) Mira, aquí será donde pincharemos las Uranians. Mañana verás desde aquí los puestos de comida.
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- (Anne) Aish ¡qué nervios y qué ganas! ¡Y encima después de Naranja Imaginario! - (Esteban) Sí, pero vosotras tranquilas. ¡Tengo ganas de veros en directo! Que al final nunca os he conseguido ver. Anne mira alrededor y ve que las viviendas que rodean a la plaza tienen casi todas las luces encendidas. Ya es tarde y tiene algo de sueño. Quiere descansar. El viaje ha sido algo largo. Las tapas pueden esperar. - (Anne) Me gustaría enseñarte la lista de canciones que he pensado, a ver qué te parece. - (Daniela) Vale, vamos a casa a dormir que mañana empieza la verbena y hay que estar a tope. - (Esteban) Sí, vienen días de mucho movimiento. Yo estoy mañana por la mañana con una actividad para peques. Después está el espectáculo infantil y quiero llevar a mi “sobri”. - (Daniela) Genial. ¿Vas a ir al pregón? - (Esteban) Qué va, me lo pierdo este año. Me echaré la siesta para aguantar hasta tarde, que quiero veros por la noche. - (Daniela) Pues entonces vamos hablando. Nosotras no sabemos muy bien qué planes tenemos. - (Esteban) Descansad. ¡Buenas noches!
Texto de Patricia Raijenstein Rodríguez y Marta Cambronero Garbajosa
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La cocina de las Petronilas
La diversidad funcional25 es una de las diversidades que existen en cualquier comunidad, pero no la única. Porque toda comunidad es diversa, adáptese esta receta según las necesidades y voluntades de la comunidad en cuestión.
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Petronila Uno y Petronila Dos han quedado a comer en casa de la primera. Mientras preparan la comida, charlan sobre cómo organizar el proceso de cocina colectiva que quieren poner en marcha para elaborar el menú de la verbena de las fiestas de su barrio. - ¡Buenos días Petronila! - ¡Buenos días Petronila! - He estado comprando en el mercado esta mañana. Había pensado preparar una ensalada y una tortilla de patata. - ¡Estupendo! - Mira qué bien. ¿Me echas una mano? Petronila Uno le pasa una lechuga a Petronila Dos que, con parsimonia, la lava en el fregadero. - Aquí hemos decidido en un momento pero no será tan fácil ponerse de acuerdo para la verbena porque no vamos a cocinar tú y yo solas. Es mucho tajo y, además, una buena oportunidad para juntarnos unas cuantas con una tarea común. ¡Falta le hace a este barrio nuestro un poquito de cohesión! - Tendremos que conseguir un grupo variadito de gente. - A ver cómo conseguimos que se meta a hacer recetas, o como mínimo les proponemos unas cuantas tú y yo. Y a ver cómo lo hacemos para que puedan acceder todas a la receta y aporten sus variaciones, ¿no?
Diversidad funcional es el término propuesto por el Movimiento de Vida Independiente para sustituir términos limitantes o despectivos como minusvalía, discapacidad, etc. (http://forovidaindependiente.org/diversidad-funcional-nuevo-termino-para-la-luchapor-la-dignidad-en-la-diversidad-del-ser-humano/) 25
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- Sí, porque la Comisión de Festejos nos ha dado libertad total para cocinar lo que queramos. Me imagino que cada una vendrá con su idea de qué le apetece cocinar y habrá que llegar a un acuerdo. Venga ¡saca ya la lechuga del agua, que la vas a borrar el color! Y ve cortándola mientras yo preparo el resto de ingredientes. - Ya voy, hija, ya voy. Claro, tenemos el barrio, nuestra comunidad, y habría que pensar cómo vamos a decidir quién puede aportar qué o, si alguien aporta algo, cómo lo reconvertimos entre todas. - ¡Menudo trabalenguas! Bueno, contamos con Petronila, la Tres, que es cocinera profesional. Aunque no es del barrio se ha comprometido a ayudarnos. Confío en que ella sabrá un poquito cómo organizar esto... - Ya veremos lo que dice Petronila, que se supone que es la experta, pero yo creo que de alguna forma tenemos que asegurarnos que de aquí salimos con un menú. Y para idear el menú necesitamos una serie de recetas como mínimo. - Porque encima en el barrio hay de todo: quien no come carne, las personas que aceptan la carne pero no comen cerdo, las que no digieren sólidos... Hay muchas cosas a tener en cuenta. - Además, nos hemos propuesto que esta cocina no sea ni tuya ni mía ni de Petronila Tres, sino que todo el que quiera colaborar se ponga a ello. Entonces ¿qué te parece si les soltamos una idea de menú para arrancar? Tenemos que comunicarles los ingredientes de que disponemos, las posibles recetas y luego sería bueno que cada una se agarrara a la receta que le pareciera, seleccionara sus ingredientes y ya le fuera dando forma. - Me parece bien mientras tengamos en cuenta que tiene que haber un poquito de todo. Petronila Uno ya ha colocado todos los ingredientes de la ensalada en una fuente. Solo faltan las hojas de lechuga... que siguen intactas entre las manos de Petronila Dos. La mira atónita. - ¡Hija a este paso tendremos la ensalada para desayunar mañana! - Es que esto de organizar la comida para la verbena no es moco de pavo; requiere de una preparación consciente y detallada. - ¿Y no puedes hablar consciente y detalladamente y cortar lechuga a la vez? - Petronila Dos, absorta en sus pensamientos ni contesta. Comienza a cortar la lechuga a cámara lenta mientras las ideas se le escapan por la boca. - Yo propondría unas cuantas recetas y que el resto vaya proponiendo otras. Pero en lo que tenemos que estar de acuerdo toda la gente, es
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en cómo se escribe una receta. Cuál es el código fuente, que diría mi hijo el friki. Porque si no, no nos vamos a poner de acuerdo. Y este código fuente tendrá un formato que en el caso de la receta podría ser: un nombre, la lista de ingredientes, las cantidades y cómo se combinan entre sí. Y eso lo dejamos abierto. Si alguien quiere hacer una variación puede combinar los ingredientes, puede cambiar la forma de cocinarlos, las cantidades a ver si sale, y hasta el nombre si quiere. - ¡Ay hija! ¡Qué seria te estás poniendo! A mí no me vengas con esos términos raros que yo estoy muy desconectada de esos mundos y no te entiendo. Hablando de entenderse. ¿No crees que habría que anticipar esa receta en distintos formatos para que la comunidad con toda su diversidad funcional y diversidad en general pueda colaborar? Porque ahora tú y yo estamos hablando de un... ¿cómo has dicho? ¡Ah, sí! Un código fuente que es un texto. Pero ¿por qué tiene que ser un texto? A lo mejor a alguien le plantea problemas. ¿Qué diversidades tenemos en la comunidad? - ¡Uy! ¡Menudo abanico! Hay gente de varias nacionalidades, algunas casi no hablan castellano. También hay gente mayor y más jovencica que ya han mostrado interés en participar. Bueno, y luego el chaval este ciego que se apunta a todo. ¿Cómo cocinará él? A lo mejor nos trae una audio-receta. - Eso habría que hablarlo con él. Y pensemos un poco más allá porque siempre pensamos en el chico ciego, que es una diversidad más obvia, pero hay otras diversidades funcionales que todas, en un momento u otro, tenemos de alguna forma. Por ejemplo, a mí me cuesta mucho leer textos largos. - ¡A ti lo que te cuesta es cortar la lechuga! ¡Aleluya! ¡Acabaste! - Petronila Uno hace ademán de coger las hojas cortadas. Petronila Dos la frena, toma la lechuga y la mezcla con el resto de ingredientes de la ensalada con mimo y gran gusto estético. Petronila Uno, sorprendida, levanta las cejas y prosigue: - Va a haber que hacer un trabajo de mediación para poder ponernos de acuerdo. - Y de traducción de formatos. Lo curioso es que la receta de entrada será la misma pero tenemos que hacer un esfuerzo para anticipar todo esto, precisamente porque tenemos que prever toda esta diversidad y queremos que la gente participe. Y la gente también quiere participar. ¿Tenemos más variantes por ahí que se nos estén escapando? Tal vez haga falta buscar soluciones tecnológicas en un momento dado. - Estoy pensando en algo que igual no tiene tanto que ver con el formato de la receta sino que vendría después. Me preocupa que la
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cocina en sí pueda ser utilizada por todo el mundo. Porque yo con mi brazo me apaño pero ¿y si viene alguien en silla de ruedas? - Espera, vayamos poco a poco. Primero pensemos en los formatos y su variedad: audios, vídeos, textos... incluso se me ocurre que también hay uno propio de cocina, un lenguaje muy de acción, muy corporal. Hay ciertas cosas que se tienen que batir de determinada manera, por ejemplo. O la cuestión visual; aquella frase tremenda que siempre dicen: “cuando empiece a estar doradito”... Hay que ver cómo llegamos hasta algo tan sensorial y ambiguo. - Eso también tiene que ver con el nivel de experiencia. A mí esto me pasaba mucho con mi madre, que me decía: “cuando tú veas que ya está hecho...” Y yo me preguntaba “¿pero eso cuándo es?” Petronila Uno y Dos ríen. Suspiran y se hace el silencio. Sus ojos tienen un brillito de ilusión. Petronila Dos mira por la ventana distraída. Petronila Uno pasa el paño por la encimera y le pregunta a su compañera: - ¿En qué estás pensando? - Es muy curioso. Parece que la diversidad funcional a veces también es una diversidad por un condicionamiento previo. Es decir que por tener recorridos distintos, podemos ser menos competentes o tener más dificultades que otras aunque nos consideremos como “típicas”. - Claro. ¿Dónde está la línea? Es muy difícil de trazar. De todas formas, además de anticipar lo que nos podamos encontrar, es importante que las cosas que vayan surgiendo las vayamos abordando con la mejor intención de todo el mundo. A poder ser con ganas de colaborar, básicas para entenderse y para poder ayudarse unas a otras. Y también no tener miedo a preguntar a la gente por lo que necesita, si es que no lo expresa. Creo que es muy importante intentar no suponer. - Esa es una buena frase “intentar no suponer” que comporta que hay que saber preguntar y hay que saber escuchar. Eso que hablábamos de la escucha activa. Precisamente la escucha activa nos llevará a varias cuestiones: a los formatos que hacen falta. Sin pasarnos, no hacer más de los necesarios. A las operaciones que se pueden hacer y cómo se pueden cambiar, hablando ya de cómo cocinar. Y después hay otra parte de la que no hemos hablado todavía. Estamos suponiendo que hay una actitud y unas ganas de colaborar de entrada pero también habrá que tomar decisiones en las que a lo mejor algunas, incluidas nosotras, hemos de dejar espacio a que se desarrolle la solución de otras. Hay que diseñar esos procesos de toma de decisiones, que tendrán tecnología o no, esa es otra historia. Entonces ¿cómo verías lo de ir abordando lo que surja? ¿Qué tipo de procesos abrirías para poder trabajar sobre los formatos, las recetas, las operaciones que se pueden hacer con las recetas y, finalmente, la
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producción? Porque aquí de lo que se trata es de producir comida que si no ¡nos quedamos sin verbena! - En resumen, yo veo que está bien esto de primero conocer el barrio a fondo y saber también qué gente va a participar en la cocina. Es importante recabar toda esta información para hacernos una idea. Podemos partir de una reunión previa para tantear cómo está el asunto, de qué tiene ganas la gente y cuántas ganas tiene; ver si ya hay propuestas, si hay gente que propone más, gente que propone menos... Y luego siempre estar abiertas a la improvisación. - Lo de estar abiertas a la improvisación me parece genial y hay que contar con un buen grupo de gente que también esté abierta. Cuando trabajas con gente siempre hay quien tiene mayor proactividad y quien menos, y eso, a veces a lo que lleva es a que empiecen a surgir soluciones que representen más a unas personas que a otras. Depende un poco del equilibrio que tengas. Por tanto, es interesante tener esos mecanismos de compensación y decisión conjunta. Aquí podemos utilizar algunos de los procesos y técnicas de trabajo conjunto que han surgido de la tecnología. - Hija ¡eres más friki que tu hijo! - ¡Escucha, escucha! Que estoy aprendiendo mucho del pequeño friki. Imagínate que queremos hacer una receta, una tortilla de patata como la que vamos a hacer hoy, pero hay dos o tres grupos que no están de acuerdo en hacerla de una determinada manera y, sin embargo, todavía la quieren llamar tortilla de patata. Hay un momento determinado en que se hace una división: cada grupo hace una tortilla de patata versión 2.0, 3.0 ó 4.0. Todo el mundo se reconoce dentro del gran grupo pero cada subgrupo desarrolla su propia receta de tortilla de patata. - Vale, pues entonces también habría que ser inteligente para intentar que los subgrupos sean equilibrados en cierta manera. Que a veces es más fácil que trabajar todo el mundo en lo mismo. - ¿Pero eso de un “subgrupo equilibrado” qué quiere decir según tú? - Pues que sean equilibrados quiere decir que haya una buena proporción entre los diversos conocimientos, habilidades y competencias. ¡Ah! Y en la actitud. Es en la actitud dónde está la raíz para poder ser productivas. Petronila Uno le pasa la ensalada a Petronila Dos. - Pues yo lo veo también en saber conectarse con la diversidad funcional o de otro tipo. Pásame el vinagre. - Aquí lo tienes.
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- Pero, a ver, volviendo a lo de “equilibradas”... Eso no puede querer decir de ninguna manera que sean grupos homogéneos, ¿no? - No, para nada. De pronto, pensativa y disgustada. ¡Ya me he pasado de vinagre otra vez! - Ya lo arreglaremos. A lo que íbamos: lo que en realidad propones es un proceso. Tan pequeño y fácil de comprender por cualquiera que al final llegaremos al menú y podremos cocinar juntas. - Hay que empezar ese proceso por alguna parte, pero claro, ahí está la cuestión de quién y cómo lo empieza. Porque fijo, “quieras que no”, a las que empezamos ya nos ven como lideresas o jefas y, en cambio, lo que queremos es abrir la cocina a todas para que llegue el día de la verbena y triunfemos con un menú espectacular y querido por todas. - Eso. - Bueno, pero si tienes tú la idea ¿por qué no vas a empezar tú y tirar adelante? - No, eso no lo cuestiono. Pásame la sal. Se le cae. - Ya la recojo yo. Toma. - Pongamos que empezamos todo el proceso. Comenzamos por un encuentro. Llamamos a todas las que quieran echar una mano en la verbena y a las que quieran cocinar son a quienes les servimos nuestra idea de proyecto. Hablamos con ellas, les explicamos qué creemos que vale la pena hacer y… - … y más vale que escuchemos bien y abramos a otras la posibilidad de orientar todo el proceso, ¿no? - De acuerdo. De alguna manera, “quieras que no”, surgen roles distintos. Y hay que acordar cómo nos los repartimos y cómo nos comprometemos con ellos. - Fíjate que eso ya es un pedazo de decisión entre todas. Y de compromiso. - Sí, lo es. - Pues creará expectativas. Las dos miran la ensalada con cierta satisfacción. - No pinta mal. ¿Pasamos a la mayonesa? ¿Dónde están los huevos? - A tu izquierda. - Vale. Yo los casco. ¿Tú bates?
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- ¿Y por qué yo? - No sé, para empezar de alguna manera. - Vale, pues me pongo aunque luego para mezclar a mí siempre se me corta la mayonesa. - Pues no es que a mí me salga muy bien pero lo intento. Empiezan a cascar y batir, haciendo cadena entre las dos. - Volviendo a lo de los roles y la decisión. Hay que pensar alguna forma de decidir que sea revisable si las cosas se tuercen, para no caer en jerarquías estáticas. - ¡Oh! “Jerarquías estáticas” ¡Qué técnica que te pones, oye! - Tú ya me entiendes. - De aquella manera. - Quiero decir que si las cosas no se ajustan con los roles que hemos tomado y la manera en que decidimos, habrá que pensar en cambiar alguna cosa ¿no? ¿O nos vamos a quedar con lo que no funciona? - Que sería mantener la “jerarquía estática” en tu manera de hablar, vaya. - Eso. Por cierto ¡qué arte cascando huevos con una sola mano! - Una que tiene sus trucos. - Pues nada, eso lo podríamos dejar estático: tú a partir cáscaras. Se te da superbién. Petronila Dos mira a Petronila Uno con una cara entre suspicaz y altamente resignada. - Mi vocación no es precisamente esta pero aquí hay que hacer mayonesa y no te veo yo como una gran partidora de huevos precisamente. - Es que yo soy más teórica. - Mujer, sabrás pelar patatas ¿no? No hay verbena que se precie sin tortilla de patata en el menú. - Estoy segura de que habrá alguien con más gracia que yo para pelar patatas. Alguien que se quede satisfecha haciéndolo y que lo haga bien. Siempre dicen que yo, cuando pelo patas, no sólo me llevo la piel sino media patata: me quedan así como un no-sé-cuántosedro de aquellos de cuando estudiábamos geometría. Vamos, que me quedan de cualquier forma menos redondas. Que eso lo haga otra.
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- Oye no es por nada, pero si yo casco los huevos y ya veo que voy a tener que mezclarlos porque ya estás mirando el techo mientras piensas en los dodecaedros… esto no da para mucho. - Que no, que no, que voy a batir. Aunque tampoco es que lo haya hecho muchas veces, seguro que alguien más lo haría perfecto. - Pues mira, no es por nada pero en un proceso súperemergente donde la mitad de los que se meten son teóricos, o le pasan el trabajo a otros, tampoco veo yo que vaya a terminar en un menú. Eso es que más que teórica, eres de lo más práctica y te vas a comer la ensalada con la mayonesa que he hecho yo y la tortilla que también veo que voy a acabar haciendo yo. Y luego aún dirás que la “hemos” hecho. - Es que algo también la habré hecho. - Empiezo a considerar que habrá que poner una convención sobre en qué grado de contemplación se considera que no se haya contribuido a nada. - Bueno, si quieres mejor contribuyo con la ensalada. - ¡Pero si ya está hecha! La he, perdón, “hemos” hecho hace cinco minutos. - Bueno es que de verdad de verdad, lo mío es la presentación final. “Emplatar” que dirían en “MasterChef”. Vamos, creo que podríamos crear un grupo la mar de equilibrado: tú con tu capacidad para cascar, batir, pelar patatas, freír y hacer tortillas y ensaladas y yo con el toque final de la presentación, original e insuperable. - No sé yo… - Que sí, que sí... - Además que te las das con un lenguaje de experta que no se si te va a entender alguien más. “Emplatar”, “presentación final”... a este paso nos sueltas algo así como “voy a texturizar la tortilla” o cosas más guays. Cuidado con el lenguaje que al final se trata de entendernos y no utilizarlo para introducir más jerarquías. Eso creo que es un problema. Petronila Uno rompe el huevo número tres docenas y se detiene pensativa. - Oye que sí. Que no se puede una abrir a otras para trabajar juntas si el lenguaje no se entiende o si se utiliza para otra cosa que no sea entenderse, como mandar a través de él. Por eso la gracia de las recetas es que sean comprensibles porque, como son creadas en procesos abiertos, se han de entender. Incluso hasta las que salen de un restaurante “superchachi”.
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- Bueno, también puede haber gente capaz de traducir ¿no? Que pase de un formato a otro, de una medida a otra, de una forma de decidir a otra. Yo creo que sería muy buena ahí. Petronila Uno se detiene, alza el batidor de alambre y se queda mirando a Petronila Dos. - Pues a mí me gusta más cómo se organizan esto de la traducción los frikis de la tecnología. - ¿Ah sí? ¿Esos tíos granujientos consumidores de Donuts y Red Bull? - Anda, que no te has quedado tranquila tú soltando estereotipos ni nada. Como si no hubiera hackers tías. ¡Pues vaya contigo! - Hija, lo que una ve... - Pues mira mejor, que hay de todo y lo bueno es que se saben organizar. Serían una buena inspiración para un proyecto de cocina colectiva. Que esto de la tecnología siempre pensamos que es cacharrería y en realidad es una tecnología social también. - A ver si me lo explicas que no lo pillo. - Para empezar, si no trabajas, quiero decir entre tus frikis de código abierto open source o como quieras traducirlos digo, si no trabajas y no te reconocen que lo que has hecho está bien, pues no tienes derecho a decidir. O sea que tú lo llevarías crudo. - Perdona Petronila, pero pensar y observar cómo se trabaja también es trabajar. - Ya. Díselo a Linus Torvalds, a Stallman o a Limor Fried y verás. Pero para que te ilustres mientras te pones a mirar cómo -también- pelo-laspatatas, en tecnología les encanta pasar de un formato a otro. Y reaprovechar procesos para empezar nuevos proyectos. Y además, lo tienen muy claro: cuando un grupo no está de acuerdo en cómo va como un proyecto de software pues se escinde y hace un “fork”. - ¿Fork? - Fork. - ¿Y eso no es un tenedor? - También, pero lo dicen en sentido de “bifurcación”: unas con una receta y otras con una variante en la que sí que están de acuerdo. Mírate la Wikipedia que lo explica muy bien. Pero antes me pones la sartén con aceite a calentar. - Pero es que no tengo claro si yo puedo poner la mejor sartén. En teoría… - En teoría no sé pero en la práctica es la sartén de debajo, maja.
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Se la pasa. Por un momento toda la pila ha vacilado y ha estado a un tris de caerse al suelo. - Tú la teoría de la gravedad te la sabrás, ¿no? - ¿Por qué lo dices? - Por nada hija, por nada... - No sé a qué viene hablar de la teoría de la gravedad cuando estabas tan entusiasmada con los frikis del fork y que trabajaban a tope y si no, pues nada de nada. - Sí, mejor volvamos al fork y a la gente de los procesos de código abierto. En resumen, que son gente que igual podría hacer eso que ponerse a cocinar todas juntas para la verbena. - No sé yo si los que no se alimentan más que con Donuts van a… - Cortándola ¡Que no se trata de eso, sino de cómo organizarse! Después de todo, un algoritmo, un programa, es una receta y un menú son varias recetas y unos techies bien organizados son como un grupo de participantes en una cocina colectiva. Se ponen de acuerdo en qué es cocinar, en cómo cocinar y en que todas aquellas que el grupo aprecie que cocinan bien puedan decidir qué hacer, cómo destacar y por dónde tirar. Si eso no es un proceso colectivo de diseño y producción comunitarios, pues ya me dirás qué es. - Dicho así me parece más comprensible. - Claro, “proceso colectivo de diseño y producción comunitarios” suena más comprensible que “proceso de código abierto” o proyecto “open source” ¿no? - Bueno, hija, así me lo entiendo yo mejor. - Vale, pues nos entendemos. Esto… ¿vas a encender el fogón o estás repasando la teoría de la combustión de los gases? - Te noto un poco sarcástica… - No, es que quiero acabar la tortilla de una vez. - Bueno pero podemos seguir hablando mientras tanto, ¿no? - Sí, claro. Lo que llevamos dicho es que con un cruce de lenguajes entre cocina y código abierto, podemos entender cómo se puede poner en marcha un proyecto de cultura comunitaria que incluya diversidades mil: funcionales, culturales y de lo que quieras. Y con capacidad de traducir entre lenguaje y lenguaje, entre capacidad y capacidad. - ¿Todo esto hemos dicho?
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- Pues sí. Y, además, estábamos viendo que eso nos sirve si sabemos sacar entre todas cómo hemos organizado el proyecto. Nos sirve para sacar un conocimiento que es nuestro, de las que hemos llevado adelante el proyecto. Y ese conocimiento igual nos da para montar el menú de la verbena que para poner en marcha un proceso de rediseño de una plaza. - Pues a alguna plaza me sé yo que podríamos darle un buen vuelco... - Y yo. Lo importante es que empezamos a saber cómo hacerlo. - ¿Con lo del fork de la tortilla de patata? La mira, toda amor y comprensión. - Pues sí. Si sabes hacer la receta de la tortilla de patata, si sabemos entender cómo nos organizamos, sabemos hacer “metarrecetas”. ¡Toma! “Metarrecetas” ¿qué te parece? - A ver si la teórica vas a ser tú ahora. - Estamos cambiando de rol por la vía de la práctica reflexiva. ¡Hala! ¡Esa también te la regalo! “Práctica reflexiva”. Si pensamos juntas en cómo hacemos las cosas que hacemos pues acabamos teniendo más conocimiento, que al final es el de todas nosotras y no sólo eso: tenemos el motorcito para seguir creando más conocimiento nuestro. Bien nuestro. Las patatas chisporrotean. - Digo yo que habría que bajar un poco el fuego, ¿no? La otra Petronila lo baja. - Oye, todo esto está muy bien pero... ¿no crees que nos podemos acabar encorsetando en una forma de trabajar? ¿No podemos improvisar de vez en cuando? - Pues tienes razón, pero para eso hay que ser muy generosas con cualquier proyecto. No ser avariciosas, no hacérnoslo tan nuestro que no lo podamos abrir a nuevas pruebas. Leí por no sé dónde que se trata de estar en “prototipo continuo”. - Y eso sería… - Que el propio proyecto es un experimento abierto que se puede ir cambiando según va, porque de lo que se trata es de hacer, transformar pero sobre todo de sacar todo el conocimiento para hacer y transformar. En suma, de aprender. - Flexible parece. Esto… ¿echo los huevos? - Dale.
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Los echan y se quedan mirando la sartén. - Va a salir una tortilla de campeonato. - Sí pero hoy estamos tú y yo. Y lo que estamos pensando y lo que en realidad queremos es ponernos en marcha con muchas otras y más diversas para que la verbena sea de todas. Tú decías que, nada, convocábamos, empezábamos con una reunión y todo iría como una seda. Plis plas y verbena que te crió. - Dije que empezábamos con una reunión y que ahí ya teníamos que acordar muchas, muchísimas cosas sólo para empezar. - ¿Y por qué tiene que ser una reunión? Que yo ya empiezo a estar saturada de reuniones, sillas en círculo y presentaciones. No me digas que vas a poner también “post-its”, que ya tiemblo. - Para nada. Podríamos empezar con otra cosa. Por ejemplo, ofreciendo una comida. Ofrecemos una comida para que la gente venga a preparar un proyecto de cocina colectiva que termine en una comida. Tiene su gracia invitar a comer para cocinar después ¿no? Es una inversión temporal de la linealidad con una clara función activante. - “Es una inversión temporal de la linealidad con una clara función activante”. Vaya, vaya, vaya… ¡Jo con la tía! Luego la teórica incomprensible soy yo. Échate fama y… Es injusto. - Bueno, ya me entiendes. - Pues no. Casi no te entiendo, dice en voz más bajita. “Una inversión temporal de la linealidad con una clara función activante”, no te jode... - Quiero decir que no hace falta empezar como todo el mundo. Que hay que ser más listas y empezar por lo que puede atraer a las personas con las que nos gustaría trabajar. - Dicho así es otra cosa. - Es que, en este caso, qué mejor que crear una puesta en marcha que sale de los rituales típicos de una comunidad, como la comida. Fíjate que sería una comunidad que todavía no es comunidad pero que ya come junta... - Es bonito. - ¡Oh sí! Se quedan mirando hacia un horizonte indefinido; se les ilumina la cara como ante una hermosa puesta de sol. Petronila Uno pasa el brazo “bueno” sobre el hombro de Petronila Dos. El silencio se llena de futuro.
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Silencio que se interrumpe por un chisporroteo más intenso que el de hace unos momentos. - ¡Que hay que darle la vuelta a la tortilla! - ¡Eso siempre! ¡Faltaría más! Pues no hay situaciones que exigen un vuelco radical y... - ¡A esta tortilla joder! ¡Aparta! Petronila Uno agarra un plato, tapa la sartén, le da la vuelta y pone de nuevo sobre el fogón. - Un poco más y se nos quema. - Sí, pero va a quedar bien. - Pues cuando esté lista podemos llamar a la otra Petronila, la Tres, y a todas las demás. - Yo quiero hablar con ellas para contrastar todo esto que llevamos hablado a ver qué les parece. - Empezamos compartiendo la tortilla y proponiendo cómo decidir el menú y otras cosas que tenemos que organizar. - No debería ser muy difícil: tenemos claro que queremos tener un menú que puedan comer todas las que vengan a la verbena. - Y repetirlo en casa cuando quieran. - Exacto. El menú es propiedad de todas. Petronila Uno se queda callada y pensativa. - ¿Qué te pasa? - ¿Y el bar de la esquina? - ¿Qué le pasa al bar de la esquina? No te entiendo. - Pues que también puede utilizar menú, ¿no? - Claro. - Ya, pero ellos van a cobrarlo. - Sí, entiendo. Después de todo es un bar. Se ganan la vida así. - Pero el menú lo habremos coproducido nosotras y es nuestro. Y si sólo sacan dinero ellos... - Pero nosotras sacamos mucho más: comunidad, proximidad, afectos, cercanía, solidaridad. - Pero el día que vayamos al bar de la esquina no vamos a pagar con todo eso nuestro propio menú.
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Petronila Uno cierra los ojos y piensa. - De hecho, les hacemos un montón de trabajo. Sacamos la idea de la receta, la probamos y demostramos que le gusta a la gente. Si lo ponen en su menú… - Ya... - Esto está descompensado. Parece como si siempre hubiera un vampiro que se lleva la tajada del esfuerzo comunitario. - También podríamos copiarles sus recetas, je, je. - Bueno, quizá podríamos llegar antes a un acuerdo. Que nos dejen sus cocinas para la verbena y luego si quieren aprovechar alguna receta… - Ya, pero me sigue pareciendo un poco curioso. ¿No se nos van a desfondar las Petronilas con tanto esfuerzo que acaba en el bar? - Le podrían poner el nombre de las Petronilas a un plato al menos. - No tengo la solución ahora mismo pero está claro que hay que dejar claro de quién es el menú y quién lo puede explotar después de la verbena. Apunta para discutirlo en la comida de comienzo. ¿Te parece? - Me parece. Miran la tortilla, que tiene una pinta francamente jugosa. - Vaya, dice Petronila Uno. - ¿Qué pasa? - Pues que no le hemos puesto cebolla. - ¡Claro! La tortilla de patata no lleva cebolla. En la vida. Jamás de los “jamases”. - Eso será en tu casa. Nosotras siempre le ponemos cebolla. - No voy a entrar en esa discusión… ¡¡Pero sería un ejemplo bien claro de fork!! - Volviendo al bar de la esquina. Me falta considerar además que esa receta no sólo es conocimiento sino que todas las que hemos participado hemos creado un vínculo emocional con la receta, con el menú y con nosotras mismas que no hay quien lo pague. Y tampoco el bar lo puede explotar. - Sí, pero insisto en que hay mucho que hablar ahí para no acabar contribuyendo entusiastamente a la autoexplotación. Se miran pensativas.
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- Oye ¿habrá alguna cosa más que pensar en este proyecto? - A mí me ronda por la cabeza y me agita los pies que hay más. Te diría que lo que me llama la atención es que hemos estado hablando de las recetas como si sólo fueran textos, como si no hubiera emociones y prácticas, como si no hubiera movimientos, giros, sensaciones que también compartimos. - ¿Qué quieres decir? Tampoco creo yo que para esta tortilla hayamos estado con tanto movimiento... - Pues mira, sí. Yo que he cascado huevos, los he batido, he preparado la mayonesa, he pelado las patatas, le he dado la vuelta a la tortilla, tengo un abanico de conocimientos no textuales ni verbales ni reflexivos ni conceptuales que tú no tienes. Claro que yo tampoco tengo el de los movimientos de tu “emplatar”. - Que también cuentan como movimiento, también. - Sí, “muchisísimo”... - Oye, que también es conocimiento corporal o propioceptivo. - Vale, lo es. - Aunque concedo que como yo soy más de cabeza pues no he conseguido la riqueza de otros conocimientos que tú sí has conseguido en este proceso, pero es que a lo mejor, de forma natural, hemos aportado nuestros estilos de conocimiento a partir de nuestras historias propioceptivas. Petronila Uno mira a Petronila Dos con guasa pero, con toda la seriedad de que es capaz, le dice: - En eso llevas razón. Habrá gente que quiera venir a cocinar con nosotras que también tendrá su variedad de estilos de conocer y hacer, de conocer haciendo o de hacer conociendo. Somos diversas. Y unas sabrán cocinar más y otras menos. - ¿Y cómo las ponemos a trabajar juntas? - A lo mejor entrenando con un prototipo de menú para ver dónde funcionamos mejor cada una, ¿qué te parece? - Bien, me parece bien. Yo podría observar el estilo de cada una y así sugerir roles de trabajo. - Sí hija, ya contaba con que tú observarías atentamente.
- ¿Qué quieres? Se me da bien. Petronila Uno suspira aunque ya casi con afecto por Petronila Dos y su vida teórico-contemplativa.
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- De todas maneras, si como grupo damos para hacer una ensalada, supongo que de forma natural propondremos un menú de ensaladas. - ¿Tú no crees que podamos ir más allá? - Yo creo que debemos ir tan allá como queramos. - ¿Y si empezamos a cachitos? - ¿Qué quieres decir? - Pues según nos veamos todas, empezamos viendo cómo nos va haciendo tapas y luego nos animamos a extraer recetas más sólidas a partir de las tapas. Que nos ponemos creativas a partir de lo que sabemos y tenemos. - ¿Quieres decir que discutimos sobre cómo hacer una nueva receta a partir de una tapa? ¿Como si la tapa fuera una maqueta de lo que acabaremos descubriendo que podemos convertir en un plato entero? - No solo eso sino que lo discutimos probando. Hacemos un “prototipo incremental”. Total, para ser tener creatividad no hace falta ser genios. Lo de la creatividad es cuestión de aplicar dos o tres recetas aunque sea a la forma de hacer recetas. Y eso lo podemos hacer todas. - Tiene sentido. - Además, haciendo maquetas ya estamos trabajando juntas y así nos conocemos mejor. Nos conocemos en el hacer, en el reto de crear algo nuevo juntas. Porque una cosa es cómo una dice que es y luego la práctica demuestra otra cosa… - Qué me vas a decir tú a mí, chica, qué me vas a decir… - Oye, que hay teorías muy serias que lo demuestran, algo así como “la construcción de identidad en comunidades de práctica”. - Suena muy serio e importante, sí. - De todas maneras ¿no crees que nos estamos preocupando mucho por cosas que ya iremos resolviendo sobre la marcha? - Creo que lo que tenemos claro es que esto no va sólo de preparar un menú sino de transformar y cambiar. De transformarnos y de cambiarnos juntas: tú, yo y las otras Petronilas. Todas en la medida que nos creamos agentes con capacidad de cambiar. Con todas nuestras diferencias, nuestra diversidad funcional y conceptual. Si estoy en esto es porque creo que tenemos la posibilidad de transformar lo que hay empezando por nosotras mismas pero que sólo nos transformamos si empezamos a hacer cosas todas las personas. Aunque sea una verbena. Si no me lo creyera, si no me creyera que esta cocina es para transformarnos, no me embarcaría en un proyecto de cocina
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colectiva: encargaría un catering. Y gente e instituciones con ganas de colarte un menú precocinado las hay en todas partes. - En eso llevas razón. - ¿Tú no crees que nos falta alguien? Yo creo que faltan las que tienen ganas de estar y a las que siempre olvidamos. Especialmente aquellas a las que han convencido de que no pueden estar. A las que han convencido de que su diversidad es inhabilitante, que se han convencido de que lejos de las otras, recluidas en sí, es como deben estar. A esas sí que las necesito conmigo. No me bastan las que se apuntan a todo. Quiero a esas a las que han metido en la cabeza que, total para qué se van a apuntar. Hay que comunicar lo que podemos y queremos hacer de manera que llegue y motive a todas. - Bueno, pues pensemos cómo podemos hacer para que estén pero empecemos ya. Creo que nos está deteniendo el miedo ante lo nuevo. Ya tenemos la tortilla hecha, la ensalada y sabemos a quién llamar. - Llamémoslas y a ver qué sale. - ¡Venga! ¡Marchando una de cocina colectiva!
Texto escrito por Ramón Sangüesa Solé y Violeta Fatás Labarta
Referencias
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Diseño Diseño (colectivo) para pensar, criticar, especular y construir blogzac.es/diseno-colectivo-para-pensar-criticarespecular-y-construir/
http://medialab-
Design
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Las líneas de deseo Desde que aterricé en el aeropuerto, mis trayectorias han sido condicionadas por la ordenación propia de este tipo de infraestructuras: seguir las indicaciones reflejadas por esa normatividad en forma de flecha y por los rótulos que indican dónde tengo que recoger mi equipaje. Me apresuro a alcanzar al grupo más rezagado. Pasado el control de pasaporte, me encuentro con las primeras cintas transportadoras, escaleras mecánicas y ascensores. Mi movilidad por estos pasillos interminables está mediatizada por máquinas que de una forma alegórica relatan la inmediatez, el frenesí y la rapidez de los ritmos de nuestros trayectos cotidianos. Tengo ganas de dar un paseo. Reviso mis actualizaciones en las redes sociales mientras hago tiempo. Mochila a la espalda y busco la señal del autobús para poder llegar a Zaragoza. A veces, agradezco que no haya metro porque así no tengo que pensar en si habrá escaleras o dónde estará el ascensor. Y eso, si hay. Billete. Línea 1. En esa dirección. Durante el trayecto, aprovecho para repasar las anotaciones que hecho en mi guía. Llego a mi parada. Ya no queda nada para poder estirar las piernas. Hace una mañana estupenda. El sol tibio de invierno calienta mis mejillas. Aquí está de nuevo la ciudad que quiere ser descubierta. Al bajar del autobús veo que tengo un parque cerca. Aprovecho para dar un paseo. Camino por las vías principales del parque. No me dejan de resultar curiosos los usos diferentes que hacemos del espacio y del mobiliario urbano: el banco que sirve para hacer unos estiramientos; como lugar de anonimato para esa pareja de adolescentes y sus besos furtivos; como atalaya para el padre que vigila cómo juegan sus hijas. En una farola veo un cártel que anuncia una jornada popular con verbena incluida. Justamente hoy. Iré a echar un vistazo y ver qué se cuece. En la farola también hay un aviso sobre la presencia de cámaras de videovigilancia. “Por su seguridad”, indica. El discurso en torno a la seguridad parece querer obviar cuestiones como la privacidad, el anonimato o el control social. En la puerta de una casa hay un colchón. Expuesto, visible para toda la gente. Alguien ha escrito con un rotulador #yotambién. En rojo. Grande. Que no pase desapercibido. Y lo rodean frases. Abro el móvil y escribo en Instagram #yotambién y me encuentro con testimonios de mujeres de todo tipo. Me llama especialmente la atención lo que escribe Clara Serra: “Cientos de mujeres salimos a hacer visibles situaciones que no son invisibles porque ocurran fuera de los espacios públicos, sino porque aunque pasan delante de nuestros ojos están normalizadas y consentidas” (@clara_serra). Y me salta como un fogonazo la imagen de F, la estudiante de la Universidad de Columbia que durante meses cargó un colchón por el campus de la universidad en protesta por la
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negativa de la institución de expulsar al hombre al que acusó de haberla violado, y que creó el movimiento “Carga con su peso”. Y vuelvo a pensar en la importancia de la visibilidad. Ese colchón que ha sido espectador involuntario de un acto invasivo… y que pasa de convertirse en un espacio de culpa a un espacio de reflexión para la comunidad sobre la libertad y que incluso podría considerarse como una práctica artística; una performance sobre un mal común del que todas las personas somos responsables. Un tipo de práctica artística que es también minoritaria y por lo tanto difícil de visibilizar. Colchones que van de culpar a una misma, a visibilizar al culpable. Hay que darle la vuelta al colchón. Porque si no visibilizamos el acoso, en realidad, la ciudad también viola. Si como ciudad no nos unimos en contra, estamos violando. Como el caso de la violación de Jana, a la que me lleva mi investigación tecnológica. Violada en su propia casa por alguien que vivía en la calle y que descubre, tras investigar su barrio, que dueñas y dueños de los edificios facilitaban la entrada a indigentes y rateros para forzar a los inquilinos a marcharse por miedo. Y todo para construir edificios de lujo. La violación como acoso inmobiliario26. Cierro el móvil, avanzo hasta el colchón y cojo un rotulador. Escribo en letras grandes #yotambién. Y me viene a la cabeza el discurso que pronunció la periodista Cecilia Lavalle en el Parlamento mexicano y que arrancaba diciendo: “Indigna que indigne tan poco, preocupa que preocupe tan poco, molesta que moleste tan poco, duele que duela tan poco. Porque si indignara, preocupara, molestara o doliera mucho a la mayoría, nadie viviría en un país en el que nacer mujer representa un grave riesgo”. Y en el que hablaba sobre las causas que han hecho de México uno de los países con mayor índice de feminicidios, para terminar diciendo: “Me urge un país mejor. Me urge un país que mire con profunda indignación cada paliza, cada violación, cada abuso, cada asesinato. Me urge un país que deje de mirar con indolencia el dolor ajeno. Me urge un país donde nacer mujer suponga un privilegio y no un riesgo”. Y escribo en ese colchón: “No paremos hasta que nacer mujer no sea un riesgo”. Y dejo el rotulador en su sitio para que se escriban más testimonios. Para que ese lienzo de culpa colectiva se llene de denuncia. Busco el kiosco de la música donde se desarrolla el almuerzo popular. Por el camino me cruzo con chavalas y chavales que están pintando con una tiza en el suelo unos números dentro de unos cuadrados y las palabras tierra y cielo al principio y al final de esa suerte de escalera. Con algo tan sencillo, están cambiando completamente el significado de ese espacio, resignificado ahora en espacio de juego. Me despido con una mueca cómplice y me embriaga el olor a comida que empieza
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http://www.utopiacontagiosa.org/2017/09/21/la-ciudad-tambien-viola/
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a llegar. Para llegar al kiosco el camino trazado no parece ser el más intuitivo. Veo que en el césped hay alguna senda trazada que se ha hecho de forma espontánea y donde no nace la hierba. Los bancos, las tizas y estos caminos, me recuerdan a eso que decía De Certeau27, de que la ciudad se convierte en el escenario privilegiado para entender el poder como una relación dialéctica entre disciplina y anti-disciplina. Así, sobre la base de la microfísica del poder de Foucault, el espacio social o habitado es el resultado de un conflicto permanente entre poder y resistencia al poder: la ciudad, desde la disciplina institucionalizada será el lugar donde el poder es organizado y administrado racionalmente; desde la anti-disciplina, la ciudad es el espacio donde se producen y acogen transformaciones y apropiaciones de movimientos de resistencia al orden dominante. Las líneas del deseo (esos caminos hechos sobre el césped) ejemplifican de una manera muy ilustrativa esta cuestión: la disciplina del urbanismo y los planeadores urbanos ordenan nuestros tránsitos para que la ciudadanía podamos subvertirlos mediante nuestras prácticas cotidianas como el caminar. En este sentido, el andar se concibe como un espacio de enunciación: una práctica significante capaz de inventar espacios. La rayuela, a su vez, emerge como juego y experiencia de apropiación de nuestras calles y nuestras aceras. Si a través de las líneas del deseo somos capaces de reinventar y producir nuevos tránsitos, la rayuela nos permite imaginar y producir otros usos del espacio público, resignificando estos espacios más allá de su funcionalidad como lugares de tránsito a través de los cuales nos desplazamos en nuestros quehaceres diarios. Dos metáforas, entonces, emergen para renegociar y construir nuestra relación con el urbanismo, la ciudad y el espacio público a través del deseo. Un deseo entendido no como carencia sino como potencia productiva que puede crear sus propios objetos28. Las líneas del deseo y la rayuela, a través de sus propiedades materiales y abstractas, emergen como fuerza productiva, como líneas de fuga y desviaciones; produciendo objetos sociales que cuestionan la
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De Certeau, M. (1999). Andar en la ciudad. En L. Giard (ed.) La invención de lo cotidiano I: Artes de hacer. Recuperado de http://www.bifurcaciones.cl/007/reserva.htm 28
Deleuze, G. y Guattari, F. (1985). El Anti Edipo: Capitalismo y esquizofrenia. Barcelona: Ediciones Paidós.
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planificación, la racionalidad y las estructuras definidas por el urbanismo. ¡Máquinas29 deseantes de rayuelas y líneas del deseo! El rancho popular resulta ser una jornada festiva y reivindicativa. La vecindad del barrio ha organizado un encuentro para visibilizar una serie de dinámicas, prácticas e intervenciones urbanístico-especulativas que se están produciendo durante los últimos tiempos. Al constante cierre y sustitución de comercios de toda la vida por grandes firmas, el proyecto de remodelación del mercado, la proliferación de pisos turísticos a través de la plataforma AirTNT, se suma la próxima inauguración del proyecto “Barrios Culturales y Creativos – La marca de tu ciudad”. Parece que hay movimiento. Acaban de venir dos furgonetas. Apurado mi plato, y después de haber ayudado a recoger, echo una mano con el transporte de las sillas. No hay sitio para toda la gente por lo que vamos ocupando sitios en el suelo. Mientras acaban de montar las mesas en las que se sentarán quienes ofrezcan sus ponencias, comparto impresiones con algunas personas asistentes. “¿De verdad necesitamos una multinacional para tomar un café en nuestro barrio?”30 se pregunta una. “Las calles se están convirtiendo en un gran escaparate comercial”31, apunta otro. “He oído que el siguiente paso es desalojar el ateneo popular”, comenta una más. El sonido estridente y marciano del micrófono devuelve nuestra atención hacia la mesa. Comentan que la jornada se podrá seguir en streaming y a través de un hashtag del que no consigo enterarme. Parece que hay una red global de apoyo mutuo ante este tipo de dinámicas urbanas. La primera de las ponentes empieza hablando de la relación entre “cultura” y urbanismo, a través de las ciudades creativas, poniendo sobre la mesa una serie de formas en las que la “cultura” ha aterrizado últimamente en nuestras ciudades. En torno al discurso económico de la cultura comenta cómo desde determinadas instituciones, agentes y narrativas, ha sido incluida junto a conceptos como el PIB, la emprendeduría o los puestos de trabajo que genera. En este sentido, prosigue, la “cultura”, en el marco de las industrias culturales y creativas ha tenido en la ciudad un escenario privilegiado para desplegar sus actividades relacionadas con la economía creativa aterrizando en las
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Máquina es utilizado aquí en el sentido de la figura del cyborg que hace Haraway para referirse a esa ruptura de categorías dicotómicas a través de las cuales percibimos y construimos el mundo. Nosotrxs lo utilizamos para recoger todas esas diversidades que no entran en las categorías de normal-no normal, blanco-negro, hombre-mujer, etc., y en las que nuestrx protagonista no se siente identificadx. Una figura por definición irónica en el sentido que expone contradicciones entre esas categorías hasta ahora separadas, monstruosa porque mantiene juntas cosas incompatibles y las tensiones que esto nos puede provocar, blasfema porque sería una ofensa a nuestra concepción del mundo y bastarda porque no sería legítima en nuestra manera de comprender el mundo. 30
https://www.lamarea.com/2017/10/27/entrevista-saskia-sassen/
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http://www.eldiario.es/desde-mi-bici/ciudad-black-friday_6_705589435.html
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zonas urbanas a través de diferentes representaciones. Por un lado, mediante el establecimiento de hubs o distritos creativos a través de actividades como el cine, la fotografía, música o el diseño. Por otro, mediante la presencia del patrimonio cultural o la arquitectura. O, finalmente, a través de actividades “culturales” en espacios urbanos específicos como eventos, festivales, exposiciones o conciertos. Las ciudades, por tanto, han incorporado el sector cultural y creativo como motor de su desarrollo y crecimiento económico. Los discursos en torno a la cultura, transcienden su consideración como un mero motor económico (% del PIB, generador de empleo o factor de competitividad y marketing urbano) y generador de servicios culturales básicos, para articular narrativas en torno al desarrollo sostenible, la inclusión social, la regeneración urbana, o la mejora de la calidad de vida. Se produce, por tanto, un cambio de lógica en las políticas de regeneración urbana con el fin de revitalizar económicamente las ciudades postindustriales. A través de estas transformaciones, ciudades de todo el mundo han construido modelos y políticas de desarrollo y regeneración urbana basados en las industrias turísticas, culturales y creativas entendiendo que este tipo de estrategias comportan beneficios tanto económicos (creación de puestos de trabajo o desarrollo de las industrias del ocio) como sociales (revitalización del espacio público, educación o participación ciudadana). De una manera contestataria, apostilla, la relación entre ciudad y las industrias culturales y creativas ha sido analizada de manera crítica señalando cuestiones como las consecuencias que se derivan de orientar las ciudades hacia el turismo o la simplificación de la ciudad a una “marca”, que esconde nuevas formas culturales y definiciones de autenticidad y originalidad, con el fin de promocionarla y rentabilizarla a través de los flujos de capital de carácter internacional. Adicionalmente, la geografía urbana de tradición crítica, definió estos distritos creativos como enclaves gentrificados, propios de los procesos de acumulación capitalista. La oradora termina comentando que estas miradas y trabajos empíricos críticos, nos permiten hacer visible aquello que se ha pretendido invisibilizar (entendiendo por invisibilizar los procesos de desplazamiento, segregación y exclusión llevados a cabo en nuestras ciudades). Posteriormente, coge el micrófono Manuel Delgado32, quien apunta en esta misma dirección cuando compara los grandes centros culturales con el papel que jugaban las catedrales: imponer la presencia de lo que al mismo tiempo es un motor económico y un motor de Estado, cuya función es mantener a raya a una serie de presencias indeseables que se quieren invisibilizar, puesto que el fin último es poder insertar las ciudades en los flujos globales del capital. La función de pacificación, por tanto, que correspondería a intervenciones de revitalización,
Manuel Delgado – Todas las ciudades están poseídas: https://www.youtube.com/watch?v=ZCLXFo3iohw&t=19s 32
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regeneración o de transformación urbana funcionaría a modo de “exorcismo”: para vender una ciudad, como dice Manuel Delgado, será necesario subir el tono moral de los territorios, otorgándole a la “cultura” esa capacidad de suplantar lo que acontece por algo mucho más elevado. En definitiva, toda una serie de “patologías”33 que han utilizado la cultura como elemento vertebrador de transformaciones urbanas. Tras finalizar las diferentes intervenciones, me entero de que hay propuestas más actividades. Una de ellas consiste en un paseo colectivo por algunas de las calles del barrio. Paseo de Jane, creo que le llaman. Además, comentan que se van a ir presentando algunos resultados de la cartografía de la accesibilidad que se ha llevado a cabo por parte de algunas personas con diversidad funcional. Nos ponemos entonces a caminar. Coge la palabra Carmela y nos empieza a explicar que “repensar la ciudad desde una perspectiva feminista es dejar de producir espacios desde una lógica productivista y mercantilista y empezar a pensar en entornos que prioricen a las personas que los van a utilizar: que los espacios estén adaptados a las diferentes necesidades de las personas (inclusión) y no que las personas se adapten a las condiciones de los espacios (integración)… poner a las personas en el centro, visibilizando la diversidad de experiencias y necesidades, sin tratar de homogeneizar los usos y actividades en el espacio urbano”. La ciudad de los cuidados34. Hacemos un receso en torno a un portal. La calle es bastante estrecha y no cabemos todas. Nos invitan a ir a un solar que está unos metros más abajo. Mientras baja la persona que estamos esperando, alguien comparte su visión sobre este espacio. “El solar”, apunta, “es un espacio que no tiene dimensión simbólica porque parece no haber una normatividad clara en relación a su uso… son como espacios inapropiados, vacíos urbanos, que han sido olvidados o dejados por las intervenciones urbanísticas y arquitectónicas… al fin y al cabo un espacio potencialmente apropiable donde se puede inventar la norma…”35 “A día de hoy”, prosigue, “se ha convertido en un espacio para estar de una forma efímera y transitoria: salir a la fresca en las noches de verano, campo de fútbol para una final improvisada de la Champions, o, como podéis ver lienzo para las expresiones artísticas de lo más variadas o un aparcamiento para las bicis. No obstante, sí que de alguna forma se ha generado cierta dinámica de mantener y cuidar en la medida de lo posible el espacio. El propietario dice que es cosa del Ayuntamiento. Y el Ayuntamiento dice que la conservación es
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https://c2masi.files.wordpress.com/2010/06/libro-centros-culturales-1.pdf (pp. 57-58).
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La ciudad cuidadora: https://punt6.wordpress.com/2016/05/09/la-ciudad-cuidadora/
35 Intersticios: los nuevos no-lugares: http://www2.ual.es/RedURBS/BlogURBS/intersticios-losnuevos-no-lugares/
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responsabilidad de la propiedad. Así que mientras llegan a un acuerdo, y después de presentar varias quejas a través de los canales establecidos, lo hemos ido haciendo un poco más nuestro mientras se van pasando la pelota de un tejado a otro”. Una señora mayor, de pelo cano, ayudada de un bastón y agarrada al brazo de su nieta, aparece. Es la persona que estábamos esperando. Desde el momento que empieza a hablar, me doy cuenta que es memoria viva del barrio. Vinculada de siempre al movimiento vecinal, nos ofrece una serie de historias y relatos en los que subraya el papel que jugaron en la transformación social y urbana del barrio. “Estaba todo por hacer” sentencia, para contarnos cómo a través de acciones colectivas, la comunidad se movilizaba para la autoconstrucción de casas o un sistema de alcantarillado. “Urbanizar en domingo”, le decíamos. Esto hizo que se generasen una serie de redes y significados sociales, emergiendo un sentido de comunidad y una identidad colectiva compartida, articulada en torno a elementos como la filiación, la influencia, la consecución o no de objetivos comunes, la satisfacción de necesidades o la conexión emocional. “¡Ay cuando secuestramos el autobús!”, comenta con una sonrisa picarona, para relatarnos ese día en el que, tras una manifestación para exigir la llegada al barrio de servicios fundamentales (educativos, culturales o de salud), se apropiaron de un autobús para demostrar que, efectivamente, el vehículo cabía por las calles del barrio. Ésa era la respuesta que recibían de quienes entonces eran responsables municipales para justificar su decisión de no hacer llegar el transporte público al barrio. “Memorias que hacen barrio”36, acaba diciendo mientras el resto escuchamos sin perder detalle. Su nieta le recuerda que cuente lo del ateneo popular. “¡Les destrozábamos todo!” comienza a contar mientras se lleva las manos a la cabeza. En uno de los descampados del barrio, se pretendía construir una fábrica, el vecindario quería un centro sociocultural para el territorio. Todo lo que se construía por la mañana, por la noche lo derribaban. Finalmente consiguieron apropiarse del espacio y se convirtió en el ateneo del barrio. La nieta participa ahora de la gestión comunitaria del centro a través de una de las asociaciones involucradas. El proyecto, cuenta, se sostiene basándose en una serie de ejes como la democracia/horizontalidad, la transparencia, el derecho a la cultura y accesibilidad, la proximidad/territorio y la autonomía. Como agente cultural, se detiene en explicarnos eso del “derecho a la cultura y la accesibilidad”: “entendemos la cultura como patrimonio común y de lo cotidiano… la cultura como expresión, relación, mensaje, crítica y herramienta de transformación y cambio social… Por eso entendemos el derecho a la cultura como un derecho
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Roquetas: memorias que hacen barrio: https://vimeo.com/43295572
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fundamental que hace falta defender desde lo público y lo común… Esto, para nosotras, tiene efectos concretos en la programación, por ejemplo, o en la política de precios y el fomento de una cultura que no sea exclusivista y excluyente, que no sea industria, ni mercado, ni producto, ni privilegio37. La compañera de Simona y nieta adoptiva de Juana, me cuenta de camino a nuestra próxima parada que lleva años trabajando en el tejido social del barrio a través de diferentes proyectos de intervención comunitaria. Doblamos la esquina y enfilamos la calle Ciprés Gil. ¿Quién será este señor? me pregunto. El inicio del relato de Ángela se centra en subrayar la importancia del diálogo como forma de visibilizar y recoger diferentes sensibilidades en la producción de la realidad social, estableciendo una relación entre quienes intervienen y las diferentes comunidades y colectivos, y generando reflexiones críticas sobre el estado de las diferentes situaciones y los imaginarios en torno a las problemáticas sociales que se han ido produciendo en el entorno. Esta relación se concibe en términos de sujeto-sujeto, en contraposición a relaciones sujeto-objeto de conocimiento, de la que subyace una relación de saber-poder asimétrica en la que la persona experta tiene el conocimiento legitimado. Reconocer determinadas posiciones de enunciación como legítimas, implica desautorizar otras y obviar la agencia de determinados colectivos no definidos a priori como “expertos”. Se trataría, por tanto, desde la pedagogía crítica de romper esa “cultura del silencio”38, y dar voz a esos agentes y colectivos que han sido suprimidos de las relaciones sociales de producción, definición y acción, llámese social o cultural, con el fin de inducir acciones que cuestionen y puedan generar acciones transformadoras. Un proceso de empoderamiento… “¡Yo no necesito que me empoderen! Yo vengo empoderada de serie…” La que habla es Martina. Forma parte de una asociación de personas que viven con un trastorno mental y hacen activismo en primera persona. “Lo que potenciamos es deconstruir el estigma generado por las etiquetas sociales que nos impone el modelo biomédico. Hablamos en primera persona, con el fin de hacernos visibles y educar a la gente: estamos aquí, entre vosotras y vosotros, en vuestras universidades y puestos de trabajo”. Se despide con un guiño y una risa socarrona. Simona me comenta que Martina y su compañero Hernán fueron unos de los impulsores del proyecto de salud comunitaria del barrio. “Pero bueno, eso, si tienes la ocasión, que te lo cuenten ellos”. Continúa su relato incidiendo en el trabajo que tuvo que hacer cuando aterrizó en el
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https://ateneu9b.net/qui-som
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Freire, P (1997). Pedagogía del oprimido. Madrid: Siglo XXI.
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barrio a la hora de desprenderse de esa retórica experta y tecnificación del conocimiento, puesto que toda la red de conceptos con los que trabajaba, se nutría de perspectivas académicas de la investigación social. Quién y cómo define los objetos sociales (llámense problemas, llámese lo comunitario o llámense prácticas culturales) va a tener una relación clara con su construcción. “Normalmente, los problemas sociales, a nivel institucional, se han definido en términos funcionalistas, esto es, como una situación anómala que debe ser devuelta al equilibrio: es “legítimo” mejorar la adaptación de las personas y colectivos al sistema, haciendo los ajustes pertinentes a partir de los desequilibrios definidos. Esto, al menos tiene dos consecuencias”, prosigue. “Por un lado, al centrar la intervención en personas que responden a una categoría predefinida (“mujeres”, “inmigrantes”, o “jóvenes”), no da respuesta a situaciones de interseccionalidad en las que diferentes ejes categoriales funcionan al mismo tiempo. Es decir, se enfatizan los aspectos que comparten estas personas por pertenecer a una determinada categoría social, produciendo un efecto de homogeneización, perdiendo por el camino diferentes sensibilidades que tienen mucho que decir al respecto. Por otro, al focalizar la intervención en términos negativos o de vulnerabilidad, se niega la agencia de estas personas y la posibilidad de llevar a cabo procesos de movilización social como estrategia para la resolución de conflictos: al poner el foco en las características de las personas, que son víctimas, y no en la existencia de estructuras sociales que generan desigualdades sociales, contribuimos al mantenimiento de estas estructuras de poder. Vamos, concluye, que tuvimos que quitarnos esa concepción de la intervención como una suerte de varita mágica productora de consenso social, porque a su vez impide la emergencia de expresiones de conflictividad y se convierte en un dispositivo potente de control social, desactivando la posibilidad que las problemáticas desencadenen procesos de acción colectiva de carácter reivindicativo”. Esto Hernán lo explica diciendo que “la participación no la entiende como legitimación de una serie de decisiones, sino como transformación e innovación social; donde entran en juego una serie de influencias bidireccionales (mayorías-minorías), luchas y, en su caso, reparto de poder”. ¡Cómo ha dado de sí la calle! En la última parada, me encuentro con una de las ponentes que comentó el tema de la “ciudad creativa”. Conversamos durante un rato y al verme con interés por la coexistencia de esas dos miradas en torno a lo cultural, me recomienda un debate que puedo seguir desde UTuv. Apuntado queda39.
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Industrias creativas y gestión comunitaria, dos maneras de mirar la cultura: https://www.youtube.com/watch?v=dX3Xhq4FXsg&t=722s
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El murmullo se convierte en silencio. Lola empieza a hablar al lado de lo que tendría que haber sido una de las paradas del servicio público de bici. Parece que la oposición se ha encargado de paralizar la ampliación del servicio a algunos barrios. Comenta que hay convocada por diferentes colectivos una marcha ciclista este fin de semana. Lola forma parte de “La Popu”, una de las pocas escuelas de educación popular que quedan en la ciudad. Y también forma parte de la comisión que se encarga de articular con otras personas el proyecto socioeducativo del ateneo. Estuve colaborando en una universidad popular por lo que me acerco a ella para intercambiar impresiones. “Sí, de Freire hemos bebido todas”, me dice. “Pero también hemos ido generando una comunidad educativa, digamos virtual, y solemos juntarnos una vez al año con colectivos e iniciativas con las que ponemos en común prácticas y metodologías. Compartimos ideas en torno a la pedagogía dialógica en la que la persona que educa y el educando trabajan sobre las maneras de ver el mundo; la idea de problematización, entendida como los procesos de reflexión sobre situaciones cotidianas para situar el origen ideológico y cuestionar condiciones sociales de vida percibidas como naturales y reificadas; o comentamos cómo a través de estos procesos, se puede llegar a revelar los orígenes sociales e históricos de las condiciones de opresión y evidenciar las relaciones sociales de poder enmascaradas. Lola me comenta cómo lo llevan a cabo: asumir una pedagogía que se renueva con la práctica y que fomenta la reflexión para la acción, tanto la metodología como los contenidos o las formas están en constante revisión y cambio. En nuestra práctica diaria, no perdemos de vista que la educación es un instrumento de transformación social, y en ese aprendizaje, la autoorganización y autogestión son valores importantes. Un aprendizaje entendido como un modo de relación plenamente democrático. La clase es una comunidad”40. En ese momento, suena su teléfono. Con un gesto, se disculpa. Me despido de Ángela y de Simona. Nos intercambiamos teléfonos y cuentas de Twitter. Me invitan a una verbena popular que hacen esta noche, y quieren que les confirme mi asistencia. No es todavía la hora de comer y acabo de conocer ya unas cuantas ciudades dentro de la misma ciudad. Casi una ciudad por subjetividad, diría yo. O quizá más. No dejo de sorprenderme con su multiplicidad. Y todavía no he abierto la guía de la ciudad que traía conmigo. Me tumbo un rato en el césped y reviso alguno de esos tweets que he marcado como favoritos. Uno de ellos se hace eco de la mirada en torno al urbanismo que proponen Amin y Thrift (2002)41 en la que el 40
https://prosperesiste.nodo50.org/?page_id=41
Amin, A. y Thrift, N. (2002). Cities. Reimagining the Urban. Cambridge/malde: Polity Press. 41
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énfasis se pone en entender las ciudades como formaciones espacialmente abiertas y atravesadas por muy diferentes tipos de movilidades, desde flujos de personas a mercancías e información. Las barreras de la ciudad se han convertido en algo permeable y extenso, geográfica y socialmente hablando: la ciudad necesita ser explicada atendiendo a su composición como amalgama de procesos desarticulados y caracterizados por su heterogeneidad social; un lugar de conexiones cercanas y lejanas, donde es preciso reconceptualizar lo local y lo global; y en las que se produce una concatenación de ritmos continuos. La ciudad se lee en términos de tránsito y transitorio, y se relaciona con lo dinámico, lo efímero, lo inestable y lo impredecible. También se propone una lectura en términos latourianos, a través de la cual la ciudad se hace visible mediante agentes mediadores e intermediarios que proliferan en la urbe (las personas, los objetos, el medio arquitectónico…). Es en este sentido en el que leo el artículo que acaban de retuitear. Saskia Sassen42, haciendo dialogar el discurso del urbanismo con el discurso del código abierto, incorpora esta idea que proviene de la cultura digital para hacer referencia a que las ciudades, entendidas como proceso, y no como modelos de planeamiento propios del urbanismo, están a nivel de suelo, en la calle. De esta manera, la acción social ciudadana y las prácticas sociales son el motor del proceso, incidiendo de manera directa en la producción de la ciudad a través de una serie de intervenciones y cambios caracterizados por su flexibilidad y capacidad para mutar. La multiplicidad de la ciudad se compone mediante el ensamblaje socio-técnico (aspectos tecnológicos, legales, organizativos, políticos o científicos) de relaciones que unen entidades semióticas, naturales, humanas, no humanas, tecnológicas y materiales que no tienen propiedades sustanciales o esenciales más allá de su rol en las redes. Haciendo visible entonces la tensión producida a través de la dialéctica entre el hardware (entendido como los elementos materiales y físicos propios de la intervención urbanística) y el software urbano (prácticas, discursos y subjetividades de las personas), la ciudad contesta haciendo emerger una serie de intervenciones múltiples que pretenden hackear el código fuente a través del “urbanismo táctico”. Ejemplos de este tipo de iniciativas me aparecen a patadas cuando lo “googleo”. Después de este rato, estoy heladx. Se ha ido el sol y se nota. Me viene ahora a la cabeza esa idea escuchada en las ponencias de hace un rato sobre desacralizar la cultura. Desacralizar la carga simbólica y
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https://silvestrevivo.wordpress.com/2011/07/27/entrevista-con-saskia-sassen-urbanismo-decodigo-abierto-y-urbanizacion-de-la-tecnologia-sobre-smart-cities/
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material de la cultura, Demoler el Liceo43, pasa por la construcción de relatos en los que no sea únicamente pensada en clave de rentabilidad o como recurso económico, como desarrollo o revitalización urbana, o como productora de identidad marca a través de, por ejemplo, el turismo. El discurso en torno al derecho y el acceso a la cultura, en el que la cultura no es un recurso en manos de unos pocos, sino que es entendida como un bien común, problematiza el hecho de su centralización en grandes centros culturales legitimados para producir cultura, y pretende mantener un diálogo crítico y democrático con otras prácticas culturales que se están llevando a cabo a través de iniciativas ciudadanas con el fin de visibilizar toda una serie de experiencias que puedan reconfigurar, negociar y resignificar los sentidos e imaginarios sobre las diferentes formas de hacer culturas. Estoy agotadx. Lo que había planeado como un tarde de relax y paseo se ha convertido en una fuente de reflexión constante que me ha dejado exhaustx. Decido acercarme a la verbena para beber algo rápido y despedirme de las vecinas y vecinos que me han hecho partícipe de su comunidad. Yo ahora también soy comunidad porque la definimos como un conjunto de personas que tiene intereses comunes. Y sus intereses son ahora los míos también. Creo que esa verbena puede ser un espacio interesante para liberar también la tensión que se ha ido acumulando durante la jornada. Una especie de olla exprés que se abre para soltar vapor. Música, baile, comida y bebida. La mejor olla exprés. Al llegar, me vuelve a llamar la atención el uso del espacio. Mesas que han sacado las vecinas con sus mejores manteles para coger las aportaciones de bebida y comida que hace cada persona. Sillas de todo tipo y color para el que quiera sentarse, mantas por si alguien tiene frío. Aparece Simona y agarrándome por los hombros me guía hasta una de las mesas. “¡Qué bien que hayas venido! ¿Qué bebes?”. Cogemos dos latas de cerveza y empezamos a hablar sobre lo animada que está la verbena. Algunas están haciendo caldo. “A fuego lento, que es como mejor saben estas cosas”, me dicen Martina y Hernán. Participo aportando algunos ingredientes de mi particular receta: cuarto kilo de rayuelas, varias cucharadas de darle la vuelta al colchón, un par de vasos de #yotambién, una pizca generosa de deseo y de sus líneas, y mimo, mucho mimo. En el centro de la plaza hay un improvisado escenario. Encima, una mesa grande con algunos instrumentos extraños; parecen hechos con piezas electrónicas sobrantes de otros aparatos. Imagino que algún grupo de música moderna vendrá actuar. “Musica moderna”, me digo a mí mismx. Hablo como unx viejx y me río. Aunque igual lo soy. No tengo claro cuando se pasa de generación. Supongo que influyen muchos factores. En el deporte a los 30 ya eres mayor. Y a los 40 para las 43
https://www.traficantes.net/sites/default/files/pdfs/LEM7_cultura%20libre%20de%20Estado.pdf
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actrices, siempre que estés flaca y seas mona. “No empieces” me digo, “que estás agotadx de reflexionar. ¡Concédete un respiro!” Una chica joven, rebosante de energía y alegría sube al pequeño escenario improvisado y coge un micro. Lleva una camiseta que lleva escrito “Yes we fuck” y un símbolo de una persona en silla de ruedas con otra sentada encima a horcajadas. “Muy buen logo”, pienso. Diversidad funcional y diversidad sexual. ¿Por qué pensamos que las personas con diversidad funcional no practican sexo? ¿Será que no nos atrevemos a pensar cómo lo practican? Cuerpos no normotípicos practicando sexo de manera atípica. No pensar en algo es también excluirlo, es hacerlo invisible. El tabú del sexo está asimismo lleno de otros tabúes. Es abrir esa Caja de Pandora que encierra en sí misma la esencia de toda la diversidad. Porque el sexo es patrimonio de todas y todos. La chica joven anuncia al grupo telonero de la noche. Naranja Imaginario. ¡Qué buen nombre! Y entonces llega la última sorpresa del día, de este día en el que todos mis caminos se han convertido en líneas de deseo. En el escenario aparece otro chico joven al que la cantante cede el micro. “Buenas noches”. El micro se acopla produciendo un ruido estridente y todos nos protegemos los oídos. “Perdón”, se disculpa, “es que sólo sé producir música distorsionada”. El público ríe y el ambiente se relaja. Soy Roberto Casteleiro y os presento a Naranja Imaginario. El público aplaude y vitorea y en el escenario aparecen siete personas más. Es evidente que tienen algún tipo de discapacidad. Mi sorpresa es mayúscula. De hecho, no sé muy bien cómo reaccionar. Me invade un halo de paternalismo provocado por esas enormes sonrisas encima del escenario que transmiten una energía envidiable. Qué bien que se hagan estas cosas por estas personas, pienso. Aún no soy consciente de mi inmenso error. Roberto prosigue con el micro cuando los aplausos cesan: “Naranja Imaginario es un proyecto artístico, transformador y pedagógico centrado en la música electrónica, las nuevas tecnologías y la participación. Somos un grupo de música electrónica y creación contemporánea formado por personas con discapacidad intelectual. Creemos en los procesos de transformación que queremos provocar: nuevos roles, nuevas formas de inclusión, la emergencia de otras formas de crear pensamiento, nuestros cuerpos, nuestras formas, nuestras voces, nuestros temas y el público”. Y empiezan a tocar. Música pop, synthwave y psicodelia se unen en un cóctel de sintetizadores, improvisación e imaginería propia que invitan a la escucha y la exploración. Pasión, ritmo, tecnología y trabajo en equipo derivan en unos directos emocionantes, sorprendentes y que resultan de una calidad envidiable. Es ahí cuando me doy cuenta de mi error: no es bueno que existan proyectos así para ayudar a las personas con
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discapacidad. Es bueno que existan para quienes nos definimos como “normales”; para que entendamos y disfrutemos de la sociedad diversa en la que vivimos. La música envuelve el ambiente cargado de “buenrollismo”. Y me dejo llevar por ella. Me uno a los que bailan en el centro de la plaza. La felicidad y el sentimiento de comunidad unida que se respira son increíbles. Pienso de nuevo en la visibilidad. En la importancia de hacernos visibles a través de nuestras capacidades y no definirnos por nuestras limitaciones. A mi lado hay un chico con Síndrome de Down que está igual de entregado que yo al baile sin freno. Pero a él esa desinhibición parece resultarle más cotidiana que a mí. Pero ahí somos dos iguales, disfrutando por igual de una noche mágica. Una adolescente pasa a su lado y le da un abrazo cariñoso mientras le dice “¡qué bien lo estás pasando Mateo!”. Mateo sonríe y asiente para proseguir con su baile. Aquí él es sólo Mateo, sin etiquetas. Nadie tiene que definirle porque todo el mundo le conoce. Con sus virtudes y sus defectos, con sus limitaciones y sus capacidades. Es sólo Mateo. Uno de los integrantes de Naranja Imaginario empieza a dibujar en una mesa colocada a un lado y el resultado se proyecta en una pared de la plaza por medio de un antiguo proyector de acetatos. Ese antiguo instrumento se convierte sin embargo en un instrumento de modernidad. Son dibujos muy básicos, simples, de trazo grueso y lento. Resulta magnético. Me siento extasiadx. El poder de las endorfinas. Roberto Casteleiro se acerca de nuevo al micro. Esta vez no se acopla y se escucha su mensaje certero de una manera muy clara y a la vez suave y pausada: “Somos deriva; somos interdependencia; somos escucha; somos cuerpos que aprenden a través del tiempo y de los órganos; somos domadores de máquinas; somos mensajes encriptados; somos mujeres; somos hombres; somos una llamada; dos; somos nosotras; somos un grupo; somos sonido; somos proceso; somos diferencia; somos escenario; somos las que respiran en el backstage; somos una banda de música electrónica que vive y que se (de)muestra hecha para existir”. La plaza entera estalla en aplauso, alegría, unión. Es justo lo que necesitaba para terminar el día. ¡¡Esta fiesta de la diversidad!!
Texto de Inés Enciso Merino y Jorge Sánchez Naudín
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La calle y la noche también son nuestras
WhatsApp Mensaje de voz. 2:31 min. “Jen oye tía. No sé si te habrán escrito los de clase. Que van a estar donde siempre y que igual se pasan luego por la verbena a dar una vuelta. A mí me da que nos pasa como siempre, que estamos ahí mirando cómo juegan con la consola y llegamos tarde a la verbena y, además, cuando les da la gana. Me comentó Pili hace unos días que, del grupo de los viernes del insti ha salido la organización de una mani: la noche es tuya o algo así. Son solo chicas. Que ya sabes que a mí esto no me va mucho porque me mola que los tíos se impliquen en estas cosas, pero es que si no empezamos nosotras, se queda todo en último lugar y luego nadie hace nada. Pues antes de la mani hay un taller de plantillas para pintadas, que eso va más con nosotras. ¿Qué te parece? Van seguro Judit y Ana. Y mejor que estar en el local seguro que es. Venga, voy para tu casa y te recojo. Tardo 5”.
Jen piensa unos segundos si contestar el mensaje con un emoticono pero calcula que Jenny tiene que estar al caer y que ni se dará cuenta del Whatsapp, así que mete el móvil en la mochila y rebusca en ella para comprobar que lleva todo. Levanta la cabeza y escudriña la superficie de la mesa de escritorio en busca de chicles. “Bueno, parece que no quedan”. Se mira al espejo de reojo y sale entornando la puerta. “ - Mamá, me voy con Jenny. Nos vemos luego cuando las actuaciones. ¿Necesitas que lleve algo de las comidas?. Su madre responde desde el salón algo ininteligible. Mamá, que si necesitas que lleve luego algo de las comidas. Que he quedado con Jenny, me pasa a buscar, comenta Jen poniéndose frente a su madre. - Ay, hija. Perdona. No, no. No hace falta. Hemos quedado todas allí y tenemos suficientes manos. ¿Dónde vais? ¿Al local? - ¡Qué va! El local es para ver a los tíos echarse partidas a la play. Hemos quedado en una especie de mani solo de chicas para hacer pintadas feministas. - Pero ¿luego vais a la verbena no? - Que sí, que sí. Mamá, por cierto ¿cómo era esa frase de tu camiseta? Esa con la que sales en la foto que me enseñaste en casa de la abuela.
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- En casa de la abuela. La madre de Jen se queda pensativa unos segundos y responde: ¿una morada, puede ser? - Sí, esa. - ¡Ah! En esa ponía “Mi cuerpo, Mis decisiones”. Un clásico. De cuando aún no se dejaba a las mujeres abortar libremente. ¿Te lo puedes creer? - Ya mamá, me lo has contado muchas veces, contesta Jen con tono de hastío. Que antes había que argumentar que tener un hijo no deseado te iba a joder la vida y que te mandaban a casa a pensártelo. Bueno, que nos vemos luego, que estará Jenny al caer. - Pásalo bien. Nos vemos allí. Jen sale a la puerta de la casa a esperar a Jenny. En realidad, la puerta es mucho más que una puerta. Jen se sienta en una especie de murete que delimita un pequeño espacio libre aunque privado en la entrada de la casa. Años antes, su abuela bajó durante décadas una silla para pasar allí las tardes y ver a la gente ir de un sitio a otro mientras charlaba con las vecinas que se paraban a saludar. A las personas más jóvenes les da algo de reparo bajar la silla, como si ese espacio común del edificio sólo pudiera ser de paso, como si nadie tuviera derecho a apropiárselo. Desde que la abuela de Jen ya no puede bajar sola las escaleras, únicamente las niñas y los niños ocupan muy de vez en cuando este espacio con sus juguetes. Menos mal que está el murete que sigue cumpliendo la misma función. El lugar de espera en contacto con la calle; el lugar para la última conversación antes de despedirse. Sopla una leve brisa de verano que levanta los pelos de los brazos y trae algunos retazos de la música que ya ha comenzado a sonar en la plaza y también algunos aplausos desmadejados. Huele a brasas de barbacoa mezcladas con un olor dulzón de azúcar derritiéndose. Por la calle avanza una figura alta de piernas largas, pantalones cortos y cabeza rapada que adivina una pequeña cantidad de pelo rubio oxigenado. - ¡Que no me entere yo! grita Jenny con alegría desde lo lejos mientras se quita los cascos de botón de las orejas. - Jajajaja. No sabía que te habías vuelto a rapar, como ya no me cuentas nada… dice Jen con un pequeño mohín burlón. - Calla tía. Estoy de una tontaina que no veas. Es que me dice que le gusta mucho acariciarme la cabeza recién rapada y claro ¡si a mí también me gusta por qué no la voy a dar el caprichito! - Es verdad tía. Te queda muy chulo. Bueno, cuéntame más de la “mani”. ¿De qué va?
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- Mira, me mandó Pilar el cartel. Aquí está la convocatoria: “Reclama la noche. La noche y la verbena también son nuestras. Mani no mixta”. Me ha dicho que si queremos hacer nosotras unos stencils, esta cosa de plantillas para hacer grafitis, estarán en la plaza en una de las mesas de merendero. Que si no, no hace falta, que llevan ya unos cuantos. - Por mí hacemos un par, que quiero usar uno para hacer un homenaje a mi madre. Le hará ilusión. Y ya que estamos, nos ponemos al día ¿no? - Claro. Vamos. Jenny y Jen pasean hasta la plaza de la casa de cultura, el punto neurálgico de la vida de este barrio rural. Por el camino se ponen al día del nuevo amor de Jenny, Pilar (o Pili como a veces se refiere a ella) una compañera de clase de toda la vida pero que después de un año de indirectas, parece que ha salido del armario y se ha lanzado a salir con Jenny. El ambiente festivo se comienza a apoderar de las calles según avanza la tarde, y por aquí y por allá se cruzan con mujeres que empujan carritos con bafles de sonidos, hombres que acarrean palanganas con ensaladas de tomate y criaturas de todas las edades, pintadas de diferentes maneras. - Hola, Jen. El que saluda es un chaval de unos 12 años con un atuendo hecho de telas de colores dispuestas en cintas alrededor del cuello. Lleva los ojos maquillados con purpurina plateada y los labios de color verde metalizado. - Hola, Pascual. Vaya modelo chulo te has puesto hoy. ¿Vas a concursar? - ¿Este modelito viejo dices? ¡Bah! Una cosa que tenía por casa, contesta mientras da una media vuelta y posa como una modelo de pasarela moviendo la cabeza para adoptar varios ángulos de una supuesta sesión de fotos. No, no voy a concursar. Este año lo hace mi hermano y no le quiero quitar el protagonismo. Si hubiera una categoría de parejas igual nos animaríamos, pero hasta entonces... Bueno que no puedo estar de cháchara. El nivel de glamour ha bajado mucho y me reclaman en la plaza para elevarlo un poco. ¡Ciao! Pascual se despide de Jen y Jenny con un beso al aire mientras se aleja, medio saltando medio andando, camino de la plaza dando el rodeo más largo que se pueda dar. Saluda con la mano extendida al aire y la sonrisa casi explotándole en la cara, a todo el que para medio segundo para verle pasar.
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- Menudo es, dice Jen cuando recuperan el paso después de haberlo visto marchar calle abajo. El año pasado se llevó el premio de calle: mejor vestuario categoría infantil. Le tenías que haber visto con un mono completo como de serpiente cantando una de Britney Spears. - ¿De Britney Spears? pregunta Jenny abriendo los ojos como platos y riéndose mientras se golpea el muslo. ¡Pero si eso no le pilla ni de refilón! - Ya, pero ya sabes cómo es. Lo que te iba diciendo. Que ganó el premio al mejor vestuario infantil. En nada le vemos actuando en la capital. Y te voy a decir una cosa: a mí me no me importaría gastarme una paga por verle. - Ya ves. ¡Qué locura! Jen y Jenny tuercen la esquina de la avenida principal a tiempo para ver pasar al grupo ciclista que anuncia las actividades de la tarde con un sistema de sonido que no tiene nada que envidiar al de los grandes festivales. Bicicletas de paseo, de carretera, de carga, con algunos puntos de óxido o tan nuevas y relucientes que parecen recién sacadas del papel de regalo. Unas diez personas de todas las edades pedalean por las calles, uniformadas de manera sutil con pantalones cortos de color oscuro y una camiseta blanca con un logo de una trompetilla. La verdad es que son un grupo muy dispar, casi gracioso, pero muy unido. Se formó a partir del accidente de Natalia ocurrido de camino a la estación y ya llevan años con marchas una vez al mes para exigir que la bici tenga su sitio en la carretera hasta el centro de la ciudad. Sueñan con un carril bici como los que hay en Holanda aunque la situación actual es tan difícil que por ahora se conformarían con una ampliación de los arcenes y una mejora de la iluminación. Han hablado hasta con la mayoría de quienes tienen la propiedad de las fincas que lindan con la carretera y casi todas están dispuestas a ceder un par de metros sin que les paguen ni tan siquiera la expropiación. Pero nada. Los políticos dicen que sin papeles no se puede hacer la obra y que tienen que esperar. Y así llevan ya casi seis años. -¡Atención, atención! Esta tarde no te puedes perder el concurso de baile. Ojo que este año el premio es… ¡una cesta de productos locales bien surtidica! lanzan los altavoces con un chicharreo que da la sensación de fiesta casera. Jen mira absorta pasar al grupo hasta que Jenny la coge de la mano y tira de ella para que continúen su camino. - ¡Que te has quedado pasmada mujer! dice Jenny chascándole los dedos delante de la cara. - Ay sí. ¡Qué tonta! Venga vamos. Quiero pasar antes por La Palmera a ver qué tal le va a Marga. Últimamente curra mucho y no pide ayuda.
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- Pero un rato solo que si no llegamos tarde a los de los grafitis. - Una Coca-Cola rápida y ya está. Prometido, dice Jen juntando las manos en señal de petición de clemencia. - Ok, ok. Pero porque eres tú, contesta Jenny dándole un beso en la mejilla. La Palmera está solo unos metros más adelante, en un pequeño retranqueo de la calle que apareció al caer el muro de un solar vacío durante años, y que ahora es un espacio al aire libre que Marga se ha apañado para convertir en una terraza con la ayuda de unos palés y varias ruedas de camión antiguas. El aspecto final tiene un punto hipster con un acabado “de andar por casa” ya que aquí y de allí salen los elementos que remiten a un bar de barrio de los de toda la vida: el calendario de la frutería cercana, los anuncios de almuerzos de media mañana a 4,5 euros con rotulador y por supuesto los modelos de Marga, que cada dos por tres baja en chándal “porque así está más cómoda”. Las dos amigas echan un vistazo a los pocos asientos que quedan vacíos en la terraza y deciden sentarse en sendos taburetes cerca de la barra. Allí detrás está Marga dando vueltas a unas tostadas en la plancha mientras fuma caladas entrecortadas de un cigarrillo liado que apenas está encendido. - Marga ¿cómo lo llevas?, saluda Jen con tono animado. - Ya os atiendo. Llevo una tarde movidita, contesta Marga sin darse la vuelta y aplastando unas tostadas que rezuman queso fundido. Jenny mira a Jen en un leve gesto reprobatorio sabiendo que la parada rápida que le prometió su amiga se alargará más de lo habitual, pero acto seguido ríe meneando la cabeza y saca el móvil de su riñonera para comprobar las notificaciones del WhatsApp. Marga finalmente se gira con la espátula en la mano. Hoy se ha maquillado a conciencia con una sombra de ojos azul que destaca su tez negra como si fuera una heroína de cómic. No lo hace de manera habitual por lo que se nota que ella también está disfrutando a su manera de este día festivo. - Ay mijita, no te había reconocido. Ven aquí que te de un achuchón. Jen no tiene más remedio que bajarse del taburete y pasar por debajo de la barra para darle el requerido achuchón a Marga. Al fin y al cabo el verano anterior pasaron muchas horas juntas sirviendo copas en La Palmera hasta bien entrada la madrugada. De esas noches de trabajo agotador Jen prácticamente no se acuerda, pero sí de las conversaciones que tenían sobre lo divino y lo humano, muchas veces haciendo caso omiso a las peticiones que les llegaban de la barra.
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- ¡Qué bueno verte! No sabes cómo te echo de menos aquí Jen. No lo sabes, dice Marga mientras comprime a Jen en un abrazo intenso y le llena la cara de besos chirriantes. - Yo también me alegro de verte. ¿Cómo va la tarde? logra decir Jen mientras se separa con cuidado del abrazo de Marga. - Hasta arriba de trabajo. Fíjate, hasta dentro de una hora no me viene el ayudante y tengo esto llenito. El espacio no cuenta con muchos sitios para sentarse. Al fin y al cabo es un pequeño solar al costado de la calle principal que Marga solicitó al Ayuntamiento para montar una suerte de chiringuito en los meses de buen tiempo. Una pequeña caseta con dos planchas y una organización inventiva para poder preparar platos en su casa, permiten a la dueña ofrecer algo de picoteo al mediodía y por la tarde. En el espacio de terraza cabrán a lo sumo diez personas, quince si no les importa estar apretadas, y otras tres en la barra, lo justo para que haya alguien siempre dando conversación a Marga en los momentos de menos faena o incluso cuando hay mucha comanda pendiente. Marga no rechaza una buena “puesta al día” aunque sus clientes refunfuñen porque se demora el botellín de cerveza. - No me voy a quejar, continúa Marga mientras coloca el sándwich sobre un platillo y hace un gesto a una de las mesas. Al fin y al cabo esto me lo busqué solita. Jenny levanta la cabeza de la pantalla del móvil y mira a la dueña del chiringuito con una media sonrisa en los labios. Ya sabe que ahora toca contar la historia de cómo se lio la manta a la cabeza y quiso montar un espacio donde cupiera todo el mundo. - Porque yo iba allí y estaba el santo fútbol puesto a todas horas. Y me miraban como a un bicho raro. Me miraban como a un bicho raro incluso después de la rehabilitación ¿sabes?, continúa Marga hablando con las dos jóvenes pero con una potencia de voz que cualquiera diría que su público es mucho más amplio. Todo el santo día con el fútbol y las maquinitas del dinero. Que una no se enteraba ni de los pensamientos. Esos señores que te miran entrar en el bar como si nunca hubieran visto una mujer en su vida, como si el bar no fuera un sitio para mí. Ya sabes, con esa cara de estar interrumpiéndoles una conversación importante. Jen mira con interés a Marga. Es una historia que ha oído muchas veces pero le encanta cómo la cuenta. Ella sabe a qué se refiere con eso del bar donde nunca eres bienvenida porque no ha llegado a entender nunca por qué hay bares donde solo hay hombres mientras las cafeterías están llenas de mujeres, si prácticamente son el mismo tipo de establecimiento.
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- Me costó mucho informarme, no te creas. Si parece que todo era ilegal, continúa Marga con una chispa en los ojos, pero yo les comenté que si la churrera podía poner su carromato siempre en la misma esquina de la plaza, por qué no iba a poder poner yo otro igual en este sitio. Si es que a veces creemos que las cosas son porque sí y hay que enseñarle a la administración que hay recovecos para hacernos la vida más fácil. Que no están ahí para prohibirnos sino para ayudarnos. Y aquí estamos ayudando a toda esta gente. Marga ríe sonoramente y señala sus dominios con un pase de mano como si fuera la dueña de unas hectáreas de olivos. A la derecha, un grupo de hombres levanta un botellín y hace un gesto circular. Otra ronda. Marga se gira hacia la nevera y saca cinco botellines. - Jen hazme un favor y se los acercas. Que estos son de los que pegan hebra y no sueltan. - Ningún problema. Nosotras aprovechamos y nos vamos que llegamos tarde a un taller de plantillas para grafitis que hay en la plaza. ¿Nos vemos por la noche? - No, mijita. Tengo por misión quedarme en esta barra que prefiero que se me junten aquí y no que vayan dando la murga por las calles. Jen pega un codazo suave a Jenny que guarda su móvil en la riñonera y se despide de Marga con un gesto de la cabeza. Dejan los botellines en la mesa de sus clientes y siguen bajando la avenida camino de la plaza. Jen camina pensativa y rememora la historia que tantas veces ha oído a Marga. Le duele pensar en esos momentos en los que la mujer era “la yonki del barrio”: sin nombre, solo con el apelativo, como si fuera un personaje secundario en una ficción. Le asombra que nadie pensara en que era una vecina querida antes de su adicción y que nadie la tomara como parte de esta gran familia del barrio. Por suerte para todo el mundo, pero sobre todo para Marga, aparecieron las mujeres del club de jardinería por el que ella se pasaba de vez en cuando. La llamaban al timbre siempre que se reunían y cada semana una de ellas se ocupaba de acompañarla a hacer compra, ordenar la casa y recordarle las citas que tenía en el médico o para sellar el paro. En realidad fue una organización sencilla que cualquier otro grupo de personas habría podido inventar, pero fue este grupo de cinco mujeres mayores las que consideraron que Marga no era un proyecto personal de caridad cristiana, sino una más a la que había que cuidar en comunidad y no dejar atrás.
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De la riñonera de Jenny emergen unos tonos de WhatsApp:
Venga tía que al final nos tienen que esperar para empezar. Vamos a darnos prisa, dice Jenny apresurando a su amiga. Jen y Jenny aprietan el paso “chancleteando” con sus sandalias sobre el suelo adoquinado de las calles centrales del barrio. La zona está especialmente engalanada con pancartas, farolillos, cintas y toda clase de creaciones de papelería de colores brillantes y aderezos de purpurina. Antes de llegar al centro de la plaza, donde se oyen ya acordes de las pruebas de sonido de esta noche, las amigas tuercen a la derecha, a la zona de los merenderos cerca del canal. No hay ningún indicativo en forma de cartel pero unos globos como si fuera una fiesta de cumpleaños y el sonido chicharrero de un móvil que reproduce música sirven para orientarlas a la zona de creación de stencils. El merendero es el único lugar del barrio con mesas y bancos en las que poder hacer actividades públicas. Una infraestructura mínima pero que han utilizado casi todas las vecinas y vecinos, por supuesto en las fiestas de cada año, pero también cada vez que hay algo que celebrar o que hacer entre muchas personas, incluso los cumpleaños. Hace tiempo que cuando se renuevan las nuevas plazas del centro de los pueblos y ciudades ya no se instalan mesas. La hoja informativa local siempre resalta que se convierten en lugares muy frecuentados y que acaban generando molestias al vecindario. Aunque parezca increíble, se ha llegado a considerar una virtud del espacio público el que solo sea de paso, y desde hace tiempo todos los usos estanciales se coartan ya desde el propio diseño urbano. Tampoco parece una casualidad que las personas que utilizan estas mesas sean muchas veces los grupos de migrantes que vienen a trabajar en la huerta o algunas familias numerosas del arrabal que no caben en casa y se juntan en esa zona los sábados y domingos a la hora de la sobremesa. - ¡Ya era hora! La que habla es Pilar, una chica morena de pelo rizado con una camiseta que deja ver el ombligo y unos vaqueros cortos a la
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altura de las rodillas. El tono no es del todo autoritario pero sí al menos impaciente por la demora de las dos amigas. - La culpa es de esta, dice Jenny señalando a Jen, que se tiene que parar a hablar con todo el mundo. Jenny le da un beso a Pilar mientras apoya la mano en su cadera. - Ya claro, dice Jen moviendo los ojos en círculos sin creerse mucho esa reprimenda de su amiga. - Bueno, al lío. ¿Me veis bien? ¡Judit! Pilar se gira y toca en el hombro de Judit que está muy animada contando con su característica voz ronca sus logros con el Pokémon Go a su amiga Ana, sentada a su izquierda. Judit pega un pequeño respingo y mira a Pilar. - ¿Que si me veis bien? repite Pilar. - Se te ve a todo color, pesada. Ya sabes, vocaliza, dice Judit con tono jocoso y guiñándole un ojo. - Como sabéis, y si no ya os lo recuerdo yo, vamos a crear unos stencils, que son estas plantillas para pintadas que vamos a hacer durante la manifestación no mixta, Pilar recalca este concepto y mira en derredor, que es el “Reclama la noche” para que las fiestas sean un espacio seguro donde podamos divertirnos sin tener que estar pendientes de volver a casa acompañadas o de los babosos que aprovechan para arrimar cebolleta. - ¿Entonces a la “mani” no puede venir mi hermano? dice mientras levanta la mano una chica menuda al final de la mesa. - No, Sara, no. No puede porque se trata de poner nuestros cuerpos en la calle ya que nosotras somos a las que normalmente se nos dice que no podemos ir solas por la noche. Te paso ahora un cartel que me han mandado que resume un poco las cosas que puede hacer tu hermano para apoyar esta acción. - Hemos traído estas radiografías antiguas, continúa Pilar, y estas planchas de plástico para poder recortar aquí los mensajes. En estos botes hay cutters y unos cuantos bisturís para hacer las letras. ¡Ah! Y “rotus” para escribir antes. No lo hagáis a pelo. La idea es que tengamos mensajes chulos que peguen con la acción. Dejo por aquí un par de folios con ideas. Si es la primera vez que hacéis un stencil, yo que vosotras me iría a lo sencillo. Si queréis hacemos equipos: unas pintan las letras y otras recortan. No sé, como queráis - Por cierto, continúa Pilar, ya sabéis que hemos quedado que se van a grafitear sobre los muros de solares, nada de guarrear comercios ni casas. Reivindicamos pero sin joderle la vida al vecindario ¿ok?
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En un momento se forma un guirigay entre las chicas allí reunidas. Algunas se inclinan sobre la mesa para coger todos los útiles; otras aprovechan esos minutos para terminar la conversación que dejaron a medias al comenzar la explicación del taller y las demás miran las pantallas de los móviles y contestan mensajes atrasados. - A ver “troncas”, que tenemos la “mani” en unas tres horas y algo habrá que hacer, comenta Pilar al mando de la situación. - Pili relaja un poco que hemos venido a divertirnos. Que sí, que está guay que tengamos ejemplos, pero está guay también estar todas juntas aquí para hacer algo que hemos decidido. Que siempre estamos pensando en lo que tenemos que producir y nos come la rueda del capitalismo a todas, dice Jen en un tono un poco molesto con la actitud de jefa que ostenta Pilar en ese momento. Jenny mientras tanto ha dejado la conversación entre Judit y Sara y se ha vuelto a mirar a Jen controlando la pequeña pelea que parece surgir entre su reciente novia y su amiga. Nada parecido al control, simple curiosidad porque espera que ambas se conozcan mejor, se lleven bien y pueda hacer cosas juntas en un futuro próximo. - Si lo entiendo, no creas. Va, al menos un par de modelos y me callo, comenta Pilar ya en un tono de súplica jocosa. El móvil que escupía a Dellafuente con el característico chirrido de altavoz con demasiado volumen redobla sus fuerzas y las chicas allí reunidas se desperdigan en pequeños grupos: unas con rotuladores y otras con cutters leyendo las consignas que hay escritas en los papeles y subrayando las que van a querer pasar a los stencils. Jen se ha sentado con Judit y con Sara, con las que va a clases de patinaje desde que eran unas crías. Le cuesta que las amigas abandonen su animada conversación sobre las últimas adquisiciones del Pokémon Go, que ya parece que estaba extinto como moda, y se pongan a hacer algunos de los stencils. El momento Pokémon Go tuvo un gran impacto en el barrio. Las primeras semanas de agosto de 2016 la “Pokeparada” de la fuente de la iglesia estuvo situada por error debajo del puente de la carretera sobre el río, lo que hizo que ese espacio se convirtiera en un lugar de reunión habitual para las y los adolescentes del barrio, e incluso del centro, pues en sus alrededores se podían encontrar Pokémons muy raros, y pronto se corrió la voz por toda la ciudad. Durante casi un mes, el barrio estuvo plagado de chavalada cazando Pokémons mientras las vecinas y vecinos no se podían creer lo que veían sus ojos. El bar y la panadería cercana no daban abasto con tanta gente esos días, y la zona de debajo del puente se convirtió en un nuevo espacio público que hoy en día aún sigue siendo utilizando por los jóvenes del barrio
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como un lugar propio y resguardado de la mirada de los adultos, donde poder estar un poco a su aire. - Judit venga. Vamos a hacer uno, dice Jen tocando en el hombro de Judit. Su amiga es prácticamente sorda de nacimiento y se apaña leyendo los labios en las conversaciones y vocalizando ella misma con una voz ronca que muchas veces dice que es “perfecta para que la reconozcan cuando sea una estrella de la radio”. Desde que lleva el implante, la lectura de labios es un apoyo para lo que le llega a los oídos, sobre todo en situaciones como esta donde el sonido ambiente mezcla voces y música al mismo nivel. - ¿Qué os parece “Mi cuerpo, Mis decisiones”? No está aquí en la lista pero se la vi en una camiseta a mi madre. Es de cuando no se podía abortar libremente, pero creo que para esto pega ¿no?, comenta Jen mirando a todas las chicas de su grupo con muchas ganas. - Guay. Yo no soy muy apañada con lo del corte así que me apunto a escribir. Vosotras recortáis, dice Ana risueña. Las tres se afanan en crear su mensaje mientras el resto hacen lo propio con los suyos. Jenny y Pilar hacen todas las tareas medio abrazadas la una a la otra mientras se dan besos en la mejilla o se miran al fondo de los ojos en un segundo de suspiro. Poco a poco cae la tarde y el cielo se torna anaranjado. Los primero farolillos se encienden y las calles adyacentes comienzan a llenarse de bullicio. Al merendero se van acercando cuadrillas de vecinas y vecinos que disponen manteles de hule para cubrir las mesas y organizar la cena comunitaria que tendrá lugar dentro de unas horas, como punto de partida para la noche grande de las fiestas. El ambiente del taller cada vez es más distendido y distraído. Sobre la mesa descansan unas cuantas creaciones más o menos exitosas que recogen algunos de los lemas que se cantarán y por supuesto se grafitearán durante la manifestación.
WhatsApp Mensaje de voz. 40 s. “A ver, las de los grafitis, ¿cómo vais? ¿tenéis todo? Nosotras tenemos unos cuantos espráis de color morado… uno negro... ¿qué más hay?... Dos rojos, grita una voz al fondo. Y dos rojos. Nos vemos en 10 minutos al principio de la avenida”.
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El mensaje de voz ha sonado por el altavoz del móvil que hasta hace un rato tenía a Dellafuente en bucle con algunas incursiones más potentes de rap de La Furia. Así que ahora todas están alerta recogiendo los útiles del taller y nerviosas por la cercanía del comienzo de la manifestación. Unas a otras se enseñan sus creaciones y ríen por los fallos que provocan equívocos en algunas letras o por algunas de las invenciones para hacer los lemas un poco más interesantes. Ana incluso posa orgullosa frente a la cámara de su móvil, ladeando la cabeza y el cabello, con una vulva escarbada en lo que antes fue una radiografía de una fractura de un hueso de la mano. No una radiografía cualquiera, claro. Jen siempre cuenta la historia de cuando Ana se rompió la mano al enseñarle el balcón de la antigua casa abandonada de la cuesta. La casa, de la que aún a día de hoy no se sabe muy bien su historia, era el lugar de aventuras y secretos de muchas niñas y niños del barrio. Ana y Marcos se dieron ahí su primer beso, en ese balcón cuya puerta siempre había estado cerrada hasta que una tormenta acabó por forzar definitivamente el marco. Y claro, al día siguiente Ana quiso enseñarle a sus amigas el nuevo espacio de la casa. El caso es que estaba tan feliz y era tan intrépida desde pequeña, que quiso saltar desde el balcón al jardín trasero y, al caer, un resbalón y un mal apoyo provocaron el crack de su muñeca mientras sus amigas lo veían todo desde arriba. A partir de ese día, al igual que el salón principal de la casa era conocido como “el museo de Lara” (una chica que vivía en el barrio y que antes de mudarse decoró el salón con los dibujos que había hecho desde pequeña), el balcón pasó a ser “el balcón de Ana” para esa y la siguiente generación de jóvenes que frecuentaron la casa de la cuesta. El grupo pone rumbo al comienzo de la avenida, en dirección contraria a un constante goteo de gente que se empieza a acercar a la plaza, ansiosa por el comienzo de las muestras de bailes de las diferentes agrupaciones del barrio. Así, se van encontrando con pequeños grupos vestidos con el traje típico de sevillanas o incluso con algunos que parecen recién sacados del carromato de los extras de la serie Isabel. Desde el flamenco hasta el renacimiento, cada cual quiere mostrar lo que mejor hace en esta verbena comunitaria y tener así su momento de gloria. Entre los danzantes destacan dos chicas, una de ellas con el pelo rosa y otra con rasgos de inglesa o alemana, pelo rubio y tez muy blanca con mejillas sonrosadas. Daniela, la joven del pelo rosa, avanza apartando débilmente a la multitud camino de Jen, que hace un gesto a Judit y Sara para que sigan sin ella. - Mira qué bien, hace ya tiempo que no nos veíamos ¿no?, dice Daniela dándole dos besos a Jen. - ¡Guau! ¡Casi no te reconozco con el pelo! comenta Jen mirando la maravilla de pelo rosa que luce ahora su amiga.
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- Ya. Me lo dicen mucho. ¿Vais a lo del “Reclama la noche”? Yo no puedo, estoy con Anne, indica señalando discretamente a su acompañante, que luego pincha. ¡No te la puedes perder! Seguro que coges ideas. ¿Sigues haciendo alguna mezcla?, pregunta Daniela con mucho interés. - No todo lo que me gustaría. Pero alguna cosita sí que he usado para el musical.ly. Me da un poco de vergüenza aún ponerme la cuenta en el mixcloud y subir las cosas ahí. - Bueno, “troles” sabes que hay en todos lados pero a esos ni caso. - ¡Don’t feed the troll!, dicen ambas al unísono riéndose. - Que me están esperando y si no, me echan la bronca, comenta Jen mirando al grupo de amigas que ya se ha alejado. Nos vemos por aquí ¿no? Igual un día después del “insti” podemos tomarnos un algo. - Yo solo me quedo esta semana. Luego me vuelvo a Berlín así que esta semana me paso a buscarte un día, responde Daniela y se marcha en dirección contraria a Jen. - Sí, sí. Cuando quieras.
Jen alcanza al grupo de amigas casi al encuentro de las que ya estaban reunidas al principio de la avenida. Serán en total unas cincuenta chicas, todas vestidas de negro o al menos con camisetas negras. Algunas llevan la cara parcialmente cubierta con un pañuelo del mismo color y otras parece que han intentado copiar el estilismo y han desistido por el calor que ahora mismo se apodera del ambiente. No es precisamente noche cerrada, ya que aún se adivinan en el cielo los naranjas y morados del final del atardecer que se contaminan en algunos puntos con los destellos de luces que salen de la plaza. - Vamos a comenzar. Recordad que esto es una manifestación feminista y no mixta. ¡Vamos a pasarlo bien! Y ya sabéis ¡Si nos tocan a una… , vocea a través del megáfono Maika, una joven con pelo afro abundante y actitud de sobra para liderar esta manifestación. - … Nos tocan a todas!, corea el resto con entusiasmo mientras se ponen en marcha camino de la plaza. El recorrido es corto, no más de media hora andando al paso lento que llevan habitualmente las manifestaciones. Este llamado “Reclama la noche” celebra su primera edición a raíz de varias charlas sobre igualdad que se han desarrollado en el instituto. Desde que vino la agente, varias alumnas se reunieron periódicamente los viernes para compartir sus experiencias al salir de fiesta: no poder bailar tranquilamente por el acoso incesante de los chicos, tener que volver a
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casa acompañadas o directamente con las llaves colocadas como defensa entre los dedos, la impotencia del relato silenciado con la excusa de “no es para tanto” o “los chicos son así”. Maika se enteró hace dos meses de que existían esta clase de manifestaciones en una visita a sus primas de Bilbao. De regreso, propuso al grupo de concienciación que, como previa a la verbena, organizaran un “Reclama la noche” en el barrio, sin mucha más organización que ir de negro y marchar con las proclamas que se habían bajado de internet. Al poco se organizó de manera espontánea el taller o reunión para fabricar los stencils y días más tarde el cartel anunciador volaba por los grupos de WhatsApp como la pólvora. No todo fueron buenas acogidas, sobre todo por el carácter no mixto (que solo admitía a mujeres en la marcha) de la convocatoria pero nada más que unos cuantas voces dispersas y algún que otro comentario en los grupos privados de Facebook donde se preparaba la verbena. Avanzan confiadas por la avenida mientras se giran las cabezas de las familias que acuden a la verbena. Algunas aplauden y otras miran con perplejidad al grupo de cincuenta mujeres, la mayoría de ellas alumnas del instituto, que entonan cánticos empoderantes y decoran las paredes a su paso con sprays rojos, morados y negros haciendo uso de los stencils que se pasan de mano en mano. Se respetan las paredes de casas y comercios de manera muy ordenada, estando algunas al tanto cuando un stencil se confunde y está a punto de ser grafiteado donde no debe. - ¡La calle! ¡La noche! ¡También son nuestras!, gritan todas siguiendo al megáfono que se alternan Maika y otra de las asistentes. - ¿Tú pensabas que esto sería así?, dice Jen a Jenny al oído para que se oiga entre los lemas. - ¿Así cómo? ¿De poca gente? - ¡No! ¡De chulo! Ha sido tan buen idea que viniéramos… Mira las que estamos. Pero si ha venido hasta Chenoa, que es una petarda. Y fíjate cómo nos observan esas madres con los carritos: casi parece que se quieran unir, replica Jen visiblemente entusiasmada mientras se agarra al brazo de su amiga con mucho cariño. - ¡Ah sí, eso es chulo! Pero podríamos ser más - Calla, lo importante es que esté pasando. Ya me gustaría a mí que no tuviéramos que hacer esta acción como reacción; que pudiéramos de verdad ir tranquilas de fiesta o volver a casa seguras por la noche. Pero mira, algo estamos haciendo. Nos estamos uniendo, nos estamos movilizando; ya no nos paran, dice Jen gritando prácticamente al oído de su amiga. Jen y Jenny se abrazan un largo minuto mientras a su lado siguen marchando sus compañeras camino de la plaza donde se celebrará la
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verbena que se encuentra ya a unos escasos metros. Se corea el último “¡La calle! ¡La noche! ¡También son nuestras!”. Algunas aúllan febrilmente llenas de alegría por el éxito emocional de esta primera convocatoria. Sus voces se confunden con la música que nace a todo volumen del quiosco central y con el barullo de voces, risas y taconeos que inundan y dan forma a la verbena. Mientras Maika dirige al grupo que ya entra en la plaza, Jen y Jenny, cogidas de la mano, se unen al coro y gritan: “¡Nosotras sí somos la manada!”.
Texto de María del Castillo Rodríguez y Iago Carro Patiño
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Volver… Comienzo un viaje que de alguna manera me vuelve a mí. El movimiento del tren (ahora de cercanías), el traqueteo, las imágenes que pasan por mi ventanilla y me evocan los fotogramas de una película. La película de mi infancia. Ese camino viajero con rumbo pero sin final en el que los sentimientos devoran todo a su alrededor; en el que las imágenes son digeridas sin saciar; donde el hambre de recuerdos no me da respuestas. Como zombis en el espacio tiempo, buscando y educando miradas que no nos reprochen, que nos permitan la visibilización sin necesidades de azares. “Somos colectivos que trabajan por descodificar por medio del acceso a códigos desacralizados. Buscamos la tecno-participación para eliminar espacios naturales que nos hacen diferentes”. Para mí siempre será el pueblo que hoy ya no es. Ha pasado a ser un barrio rural engullido por la urbe. Solo algunos edificios recuerdan dónde estaba el límite, en aquellos días, entre la ciudad y el pueblo. Este paisaje que contemplo y no para de moverse; este paisaje que me acoge y en el que me reconozco. Bueno, no en todo el paisaje. El paso del tiempo lo ha transformado. Donde había campos, hay casas y más casas. Por un lado encuentras líneas y más líneas de “acosados” perfectamente alineados, idénticos. Por otra algunos “artefactos” a modos de viviendas, hechos de forma rudimentaria con poco presupuesto, algo de idea y mucha intención. Cuando se empezó a construir no todas las vecinas y vecinos vendieron sus terrenos. Algunos por falta de ocasión y otros porque no es tan fácil desprenderse de lo que se ama. En esos terrenos, que fueron pequeños huertos y quedaron aislados, entre hileras de unifamiliares arrinconados y al margen de la “nueva ciudad”, surgieron edificaciones que desafían cualquier norma de esas que en arquitectura aprendemos a fuego. Donde faltan medios y materiales sobra creatividad44. Aunque no todo cambia. La horrible fábrica de papel con chimeneas que no dejan de lanzar un humo invisible que se me antoja tóxico, esa permanece. Ya no está la tejería donde nací. Al poco tiempo quedó abandona por completo. Crecí viéndola en ruinas pero con un imponente montón de arcilla al lado de los hornos, abandonados también. Mis padres se instalaron en las casas que ocupaban las familias
44 Sobre este tema puede consultarse la documentación producida como parte de la micro-investigación ¡Eu si quero feísmo na miña paisaxe!, un trabajo de Ergosfera sobre las cualidades detectadas en muchos de los procesos y cosas urbanas relacionadas con un fenómeno no teorizado llamado “feísmo” y que las nuevas normativas urbanísticas en Galicia pretenden eliminar sin reflexión previa. http://ergosfera.org/archivo/eu_si_quero_feismo_na_mi%C3%B1a_paisaxe.html
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que trabajaban en ella. Ya estaban aquí mis abuelos. Eres tú yaya, la que hoy me trae de nuevo a este lugar tan mío y tan ajeno. Se agolpan en mi pensamiento estampas de lo vivido. Como postales: las tardes templadas, los baños en la acequia, el ruido de las familias que allí vivíamos y, sobre todo, el color de la arcilla, ese rojo imposible de copiar. Este ya no es mi paisaje. La tejería ya no está. Cómo un paisaje u otro, en función de tus recuerdos, de lo que representa o incluso del carácter social y cultural que tenga, te predispone… La fábrica permanece como modernidad, trabajo, futuro. La tejería representó pasado, precariedad, ruina. Me siento de vuelta a los orígenes de una comunidad, en la que tanto lo pequeño como lo grande, tenían el mismo valor. Donde todo se cuida, el descubrimiento de lo aprendido que en su inicio no es visto ni valorado, aunque la infancia lo perdona todo. Ahora vivo en Berlín, inmensa, diversa, anónima. Volver, acompañarte yaya, es mucho más que una mera excursión. Reconozco las calles, la escuela… Vengo a dejarte yaya, como era tu voluntad, en la chopera. No llegué a tiempo a tu funeral pero hoy soy yo quien trae tus cenizas. Son las nueve de la mañana de un domingo cualquiera. Estoy a punto de llegar. Me espera una casa llena de recuerdos y un lugar que recuperar en mi vida, porque este edificio que fue mi hogar tiene que ver con lo que soy. Aunque la carrera de Arquitectura la estudié en la ciudad, hasta ese momento, no pocos años y muy importantes, los pasé aquí, en casa. Mis padres, mi hermano y tú yaya. En el camino de la estación a casa me he cruzado con algunas personas, pocas porque es temprano y además domingo. Personas que no me han reconocido: María la panadera, Juan el que fue conserje de mi colegio... El tiempo ha pasado y ha traído muchos cambios, no me reconocen ahora que soy “más yo” que nunca. Han abierto una plaza nueva en lo que llamábamos la explanada. Era nuestro campo de fútbol, de carreras, de juegos. Como cuando al jugar a la cadeneta te pillaba alguien que te gustaba y el corazón iba más rápido al cogerle de la mano… Ahora es la Plaza Nueva. No hace mucho seguí por redes un conflicto que surgió en un pueblo de Aragón donde el alcalde prohibía jugar a la pelota a las niñas y niños: que si hacen ruido, que si no dejan descansar… Cuando mis amigas y amigos venían a por mí, y por lo que fuera nos quedábamos más rato del habitual en la calle dando pelotazos a las paredes (algunas más blancas que otras), salías yaya a la puerta y nos mandabas escaparrar45: “Oye, que me vais a romper las macetas. Tirad por ahí”. Teníamos muchas replacetas para jugar, explanadas y campo para correr y, sin
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https://tinteroypincel.com/2016/08/28/mandar-a-escaparrar/
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duda, las propias calles. Calles de las que hoy se han apropiado los coches. La calle era nuestra porque el futuro éramos nosotras y nosotros… Pero el futuro se fue y con él los juegos hasta las 11 de la noche. El escondite, el “churrova”, el pilla-pilla y hasta la rayuela, eran económicos procesos en los que a través del juego aprendíamos a ser personas. Donde los mayores se respetaban…como a ti… Sí yaya46. Me alegra reconocer la vieja fábrica de harina. Ahora luce hermosa, llena de vida y color. Es un espacio auto-gestionado, un lugar dónde la cultura comunitaria se da, crece, con presencia y participación de vecinas y vecinos. Este proyecto lo he seguido muy de cerca desde Berlín. Un compañero de la carrera se quedó en la ciudad y me ha ido contando todo el proceso. Un proceso que sirve de ejemplo a otras ciudades47. Ya estoy en casa yaya. Está tal cual la dejaste. Cuando nos fuimos a la ciudad y decidiste quedarte sola me pareciste tan valiente… En realidad no estabas sola porque toda una comunidad te acompañaba: las vecinas, tus primas, las amigas… Siempre habéis cuidado de vosotras y del resto. Como cuando la señora Carmen pasó unos días en casa. Carmen tenía un hijo ya mayor que, como tantos otros, marchó a buscar trabajo. No lo veía mucho. Cuando se quedó en nuestra casa fue porque se había caído, o eso nos dijisteis a mi hermano y a mí. Tomás, su marido, no vino a verla ni nadie le llamó. Carmen no volvió a su casa nunca más. Su hijo vino a buscarla y se fue con él. Tomás no. También recuerdo el trajín de ollas de comida de una casa a otra, o el
46 Manual: La ciudad, los niños y niñas y la movilidad. http://www.ccub.org/kids_on_the_move_es.pdf Francesco Tonucci, pedagogo y escritor, firma como Frato cuando realiza viñetas en las que el tema central son los niños. En estas declaraciones Tonucci expone que los niños y sus opiniones son elementos fundamentales para hacer las ciudades más habitables y las escuelas más democráticas. "La ciudad de los niños" es un programa para que los niños caminen solos al colegio: acumularán experiencias y harán las ciudades más seguras. Las ciudades reconstruidas después de la guerra son espacios para los adultos varones trabajadores y conductores de coches. Tonucci afirma que los adultos ocupan el espacio público con sus coches privados. [Programa "Espacio Protegido", 11 de febrero de 2012. Canal 2 Andalucía] https://www.youtube.com/watch?v=cU7dYGwtx60
Harinera ZGZ es centro dedicado a la participación activa, al empoderamiento y a la trasformación del espacio urbano a través de la creatividad. 47
Harinera ZGZ es una experiencia diferente: es un espacio público, municipal, pero en el que las decisiones se toman entre todas. https://harinerazgz.wordpress.com/acerca-de/
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de las bolsas de ropa: que si esto se lo llevas a José, que si vete a casa de Antonio que su madre tiene ropa para nosotros48... Recuerdo la sensación que teníamos de familia, cuando el cuidado de los más peques a los que llevábamos a nadar a la balsa que en la revuelta remansaba era cosa nuestra; con nueve años te hacía sentir un estado de madurez extrema si el zagal que tenías a tu cargo era uno o dos años menos que tú. La experiencia acumulada era semejante a la que las grandes bibliotecas bizantinas pudieron llegar a contener. Siempre fue la experiencia de lo vivido, los chichones que en la propia testa sufrimos o que en la del compañero infringimos…Y que siempre zanjábamos con un escupitajo en la mano y un buen apretón húmedo y pringoso. Cuando terminé la carrera y me ofrecieron trabajo en Berlín, me dio vértigo marchar la verdad. Pensé en ti yaya. En tu decisión de permanecer aquí hasta el final. Hace falta ser valiente para quedarse. Y también para marchar. Quizás sea la cocina el espacio que más me gusta de casa. No tengo idea de cuánto tiempo llevarán ahí pero al verlas no he dudado un segundo. He ido rápido a por el martillo y la piedra que usábamos para partirlas. Sí las almendras. Me sigue gustando mucho partir almendras; es posible que sea porque pasé muchas horas haciéndolo contigo. El martillo era pesado y me golpeé más de una vez en los dedos, pero eso formaba parte del aprender. Tu silla yaya, la de coser, la de partir almendras... No nos dejabas sentarnos en ella; era un pequeño tesoro para ti. Yo creo que tú mejor que nadie me viste desde el principio. Mamá no quiso y papá no pudo hacerlo. Me viste como soy, cómo he sido siempre y, aún sin saber por qué ocurría, me acompañaste. Como ahora lo hago yo contigo. Recuerdo una de esas tardes de partir almendras que te conté que me gustaba estar mucho tiempo con un chico, con mi amigo Andrés. Te dije que me molestaba si Andrés me hablaba de otras chichas… en realidad solo te avancé una parte del tremendo torbellino de emociones que sentía dentro de mí. Amaba a Andrés, o eso creía con mis 13 años. Eso no te lo quise decir. Pensé que no me entenderías… Quizás me equivoqué porque años más tarde me dijiste: “tengo muchos años y he visto mucho, y las personas somos las que somos aunque a veces no podamos decirlo todo”. “Y no tires las cáscaras que van bien para el fuego”. Muchas veces he pensado en lo aprendido en casa, con la familia. Aprendemos continuamente, nos rodeamos de personas que nos transmiten su saber
48 “Seguridad y cuidados des del feminismo antimilitarista. Perspectivas y propuestas” . Dones x Dones. Barcelona. Vicky Moreno http://www.feministas.org/IMG/pdf/antimilitarista_Dones_Moreno.pdf
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ya sea dentro o fuera de un edificio: casa, escuela, universidad… Aprendizajes que entran a veces en conflicto. Que si no le cuentes esas historias que aún son pequeños, que si ten cuidado que se van a hacer daño, que si todo está en los libros… Tantas cosas he aprendido de ti yaya… Y no me las contaste con un libro, me las contaste simplemente. Me las enseñaste, las aprendí de ti y a ti te las contaron porque las aprendieron de otros. “Historias que pasaron, o no, que nos hablan de la vida, de la muerte, de seres imaginados. O no. Historias que yo ya no sé si contaré”49. Paseo por la casa. Pocos cambios. Mi habitación pasó a ser la tuya. Estaba más cerca de la cocina y la pared de la chimenea la hacía más calentita. La mesilla llena de fotos y el reloj, parado. Muchas regañinas me he llevado por mirar en los cajones pero es una mala costumbre que no he perdido. ¿Será curiosidad? Entre tus cosas algunas de mi hermano y algunas mías también… los dados y las fichas del parchís, las agujas de hacer punto. Te gustaba tejer yaya. Yo te ayudaba a hacer los ovillos y tú me enseñaste con agujas. Lo hacíamos a escondidas; fue nuestro secreto. Mi hermano lo descubrió y se burlaba de mí pero le convencí y acabamos tejiendo los tres. Lo que siempre se ha hecho, que nadie se salga de la norma. Lo desconocido asusta. Hay que seguir las costumbres, los caminos ya marcados… normas no escritas pero grabadas a golpe de generaciones. “¿Cómo van a tejer los chicos?, eso son cosas de chicas”. Bien pues algunos de los amigos de mi hermano que tímidamente se acercaron alguna tarde a ver si esto de las agujas era tan entretenido como les decíamos, se engancharon y vinieron más días. Aunque no sé qué les gustaba más, si las lanas y las agujas o tu chocolate con torta, yaya. Pasó rápido; en cuanto hizo buen tiempo salimos del calor de la casa a gozar del sol que ya calentaba, y las burlas y las lanas quedaron atrás. Aunque para mí no tanto. Ni una cosa ni la otra. En algunos de los edificios que he diseñado han vuelto a mi memoria esas tardes de lanas y puntos. Me gustó la idea del tejer como unión; me gusta trazar líneas que se cruzan y se unen, que forman red. Una red que acoge. Me gustan los edificios para las personas; me gustan los edificios que acogen. Como una red. No me puedo creer que guardaras mis cuadernos. Entre tus cosas los he encontrado. Ahora los veo llenos de líneas, de sillas… No sé por qué me dio por dibujar sillas. Y de pensamientos. Empecé a escribir porque sentía que iba a explotar. Tenía que contar lo que sentía y los cuadernos me
Tradición oral del blog de Edgardo Civallero http://tradicionoral.blogspot.com.es/2007/09/tradicin-oral.html 49
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ayudaban, al menos, a poner orden. Mis sillas, mis pensamientos. Tenía 16 ó 17 años. Al ojear estos cuadernos todo se agolpa en mí. La acumulación de emociones y vivencias que tejen nuestra memoria a base de realidades y de sueños; el tránsito de las personas y el paso de los años han agrietado las paredes como si de fractales con mensajes QR hablásemos; esos mensajes marcados en las entrañas que el tiempo nos deja para mostrarnos el pasado, lo vivido entre quienes moraban en estas casas ya por aquel entonces envejecidas y rancias. Cuántas veces con 9, 10 u 11 años, utilizábamos las que ya estaban abandonadas para nuestras fiestas y reuniones clandestinas, anticipo de lo que hoy son los okupas modernos. Pero en aquellos casos, una ocupación consentida, permitida.. y siempre observada por las personas mayores. “La apropiación de la ciudadanía, por medio de la tecno-participación y el acceso a los códigos fuente, mediante una educación de las miradas tecnológicas, además de la escucha activa; nos permitirán visibilidad e inclusión en los nuevos campos culturales, convirtiendo esta sociedad junto a sus edificaciones en un bien común, donde estos espacios y su uso serán esenciales para un crecimiento sostenible de sus ciudadanos y promoviendo que los recursos.” La ocupación de los espacios naturales, ríos, choperas, cuevas; donde bebíamos nuestros primeros vinos (cogidos a escondidas del almacén del bar del pueblo), nuestras primeras caladas a esos cigarros que papá dejó olvidados en el bolsillo de la chaqueta. Ese primer beso en la cueva del tío Chico donde entre aperos y pieles de conejo colgadas de las vigas que soportan la carga de la montaña viva, con poca o ninguna luz uníamos algo más que labios, para construir en el futuro lo que un imaginario ha terminado dándomelo como realidad. Hay personas que nunca desaparecen, yaya, porque la memoria es una herencia. Y el abrazo que me dabas se convertía en una certeza de que eras real. Mi oreja pegada a tu pecho pretendía escuchar el lento palpitar de tu corazón y ese miedo a la pérdida me permitía compartir mi tiempo paseando por la chopera del pueblo mientras me contabas los estragos de la guerra, tu matrimonio con Mario el tejero; que las “rapiñas” del pueblo (como tú me decías) comentaban que el arroz se te iba a pasar; cómo Mario nunca te vio con menos ropa que el camisón, y que a papá le tuviste tú, la Charo, y el veterinario, mientras en el bar se celebraba algo que seguramente no eras tú. Hoy he venido a acompañarte por última vez hasta la chopera. Se me ha pasado el día entre recuerdos. He comido de lo que he traído en la mochila. Mamá me ha puesto unos bocadillos y agua y yo le he sumado unas almendras.
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Atardece y mis pasos me llevan a tu paraíso pero, como todo aquí, la chopera también ha cambiado. Ahora es un parque y hoy se celebra una verbena. Están colocando las luces y el escenario. De golpe me he puesto triste al pensar que no voy a poder cumplir tu último deseo. Este lugar hoy es fiesta, luces y música. Nada se parece a ese momento íntimo y de despedida que había imaginado. Me siento en un banco sin reaccionar. Van llegando familias y veo caras conocidas en algunas de ellas. Pensándolo bien igual este es el momento yaya; igual tú me has traído no para despedirte, porque igual es un “hola, estoy aquí”. Cuando me fui me llamaban Daniel, ahora en mi D.N.I. pone Daniela50. Siempre he sido Daniela. Igual estoy aquí para ser yo misma en este lugar donde crecí. Creía que venía a acompañarte a ti, y otra vez, como tantas yaya, eres tú la que me acompaña. Creo que me voy a dar a conocer en la verbena, que voy a decir a todo el mundo quién soy cuando actúe con mi grupo, las Uranians. Y luego, creo que voy a saludar a tantas personas conocidas... Bueno quizás no a tantas. A algunas prefiero no hacerlo. Aquí también aprendí a sentirme sola, discriminada; aprendí que ser cruel no entiende de edad ni de género51; aprendí a poner distancia para protegerme. Ahora soy más fuerte, pero no tanto. Aun así, me quedaré y brindaré por ti yaya. Aunque ahora no sé qué hacer con tus cenizas. ¿Y si me hago un diamante? ¿Sabes yaya? Ahora con las cenizas se pueden hacer diamantes… Igual me hago un colgante y así te sigo llevando cerca de mí. Recuerda que siempre me han ido a mí estas “moderneces” como tú las llamabas52
50 Asociación SOMOS LGTB+ de Aragón. Documentación, Educación. Sección en la que podrás encontrar no sólo documentación sino también recursos audiovisuales y enlaces a editoriales o portales informativos. https://somoslgtb.com/2015/09/18/documentacioneducacion/
Estudio realizado durante el curso 2007-2008 en distintos centros escolares de Donostia siendo su objetivo el intento de conocer la vivencia que las personas jóvenes poseen acerca de la homosexualidad (diversidad afectivo-sexual en su conjunto). http://felgtb.org/rs/473/d112d6ad-54ec-438b-9358-4483f9e98868/3fd/filename/actitudesgehitu.pdf 51
52 Artículo que explica el proceso químico para convertir las cenizas mortuorias de un ser querido en un verdadero diamante: “diamante de los caídos”. https://www.recreoviral.com/curiosidades/compania-convierte-cenizas-diamantes/
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Personas facilitadoras
Araceli CorboGarcía
Iago Carro Patiño
Feminismos .
Urbanismos
Miembro de Ergosfera. Arquitecto (2011) y Máster en Urbanismo (2012) por la Universidad de A Coruña. Personal Investigador en Formación en el Departamento de Proyectos Arquitectónicos y Urbanismo de la UDC (20122015). Miembro del grupo de investigación Galicia Cidade e Territorio de la UDC (2013-2016). Investigador visitante en el Center for Urban Ecologies de la Universidad de California - San Diego (2014). Su compromiso pasional, científico y político con la investigación urbana lo desarrolla principalmente como parte de Ergosfera, una asociación desde 2006, y cooperativa desde 2016, que desarrolla todo tipo de estudios y propuestas entre los mundos de lo urbano y lo urbanístico. Forman parte de la red Arquitecturas Colectivas. Son partidarios de la ciudad.
Responsable de la BibliotecaCentro de Documentación del MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) desde 2005. Licenciada en Documentación y Diplomada en Biblioteconomía. Experta en Información, DEA en el doctorado de "Estudios interdisciplinares de género" y Grado de Salamanca. Cuenta con un Máster en Edición, cursos de experto en Community Manager y Marketing on-line; además de formación sobre arte contemporáneo, gestión de exposiciones y documentación de museos. Actualmente es profesora asociada de la Universidad de León en el Área de Biblioteconomía y Documentación, donde ya ejerció como tal del 2008-2011. Fue responsable del Centro de Documentación -Biblioteca del CASA (Centro de Arte de Salamanca, ahora DA2). Ha comisariado exposiciones para el Proyecto Vitrinas del MUSAC y de manera independiente sobre la temática de género.
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Inés Enciso Merino Diversidades Funcionales Estudió Bellas Artes en la Universidad Complutense y tiene un Máster en Gestión Cultural de Artes Escénicas por la UCM. Ha trabajado en televisión y cine dirigiendo varios cortometrajes y videoclips para artistas como Alejandro Sanz o Miguel Bosé. Ha dirigido los cortometrajes “Mofetas y “En lo que va de año” ganando más de 200 premios nacionales e internacionales. En Teatro, ha trabajado con compañías como Animalario o El Cruce en labores de producción y ayudante de dirección y en el espacio de creación Kubik Fabrik como gerente. En la actualidad es la directora artística del Festival Una Mirada Diferente del Centro Dramático Nacional, un festival que trabaja para mejorar la visibilidad, la inclusión y la participación activa en la cultura de los creadores profesionales con discapacidad a través del proyecto 33% Cultura Sin Límites y del Laboratorio itinerante inclusivo Break a leg! Además es miembro de la Comisión de Inclusión de La Red Española de Teatros Auditorios Circuitos y Festivales de titularidad pública. Es socia fundadora de Primera Toma.
Pilar López López Prácticas Artísticas
Su formación y su práctica profesional están ligados de forma permanente a los espacios de encuentro entre Teatro, Educación y Arte. Miembro fundador de Teatro Paraíso – Centro de creación teatral para niños/as y jóvenes, desde donde ha desarrollado una intensa actividad de difusión del Teatro para la Infancia y la Juventud. Ha asesorado y dirigido programas relacionados con la formación del espectador para diferentes instituciones educativas y culturales (Gobierno Vasco, Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, Ministerio de Cultura, Ayuntamiento de Madrid, Junta de Castilla y León…). Es miembro del Consejo Vasco de la Cultura. En la actualidad es responsable de los programas teatrales y pedagógicos que se desarrollan dentro de la Campaña “El Teatro Llega a la Escuela – Un Proyecto para Álava” patrocinada por la Diputación Foral de Álava, y dirige las salas de teatro para niños/as y jóvenes Beñat Etxepare de Vitoria-Gasteiz y MITUSU de Bilbao. También el PROYECTO
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BEBES del Festival Internacional de Teatro de Vitoria-Gasteiz. Forma parte de la juntas directivas de TE VEO (Asociación Nacional de Compañías de Teatro para Niños/as y Jóvenes), Small Size (Red Europea para la difusión de las Artes Escénicas para la Primera Infancia) y ESKENA (Asociación de Artes Escénicas de Euskadi). Recientemente se ha incorporado a la Junta Directiva de FAETEDA (Federación Estatal de Asociaciones de Empresas de Teatro y Danza.
Patricia Raijenstein Sánchez Educación
Es educadora artística y entiende la educación como una herramienta para el empoderamiento, la creatividad y el pensamiento crítico. Pretende crear espacios donde los estudiantes pasen a ser colaboradores. Su trabajo se desarrolla en el ámbito de la cultura visual y el arte sonoro desde una perspectiva de género y diversidad. A lo largo de su carrera ha trabajado en red a través de diferentes proyectos educativos que ponen el acento en lo colaborativo y lo artístico como
herramientas de aprendizaje. En el 2010 co-fundó el colectivo Medusa Mediación donde investigaban y analizaban las colecciones de museo desde una perspectiva de género y de la cultura visual; en el 2014 Edunoise: donde se investigaba el noise y el empoderamiento de la tecnología a través del diy y actualmente, desde el 2016, con el apoyo de la Fundación de Daniel y Nina Carasso co-fundó la Escuela de Oficios Electrosonoros en el que investigan la música electrónica y el arte sonoro desde la diversidad. Ha desarrollado su trabajo en instituciones como la Fundación Telefónica, La Casa Encendida, Tabakalera de Donosita, el Museo Nacional Reina Sofía o Medialab Prado. Hoy en día también diseña e implementa las visitas taller de la Sala de Arte Joven de la Comunidad de Madrid, así como imparte clases de Historia de la Fotografía e Historia de la Ilustración en el IED.
Ramón Sangüesa Solé Tecnologías Ramón Sangüe sa es profeso r en la Universi dad Politécnica de Cataluña (en excedencia académica), investigador afiliado en el Center for Organizational Innovation (http://www.coi.columbia.edu),
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en el Departamento de Sociología de la Universidad de Columbia (Nueva York) y Senior Fellow del Strategic Innovation Lab en el Ontario College de Art and Design (OCAD) de la Universidad de Toronto (Canadá). Es profesor de los másters de Diseño en las escuelas BAU, LCI y Elisava en Barcelona. Tiene un doctorado en Inteligencia Artificial de la Universidad Politécnica de Cataluña y un postgrado en Ciencia y Tecnología de la Comunicación Fundó Citilab, un centro de innovación cívica, en 2007, donde desarrolló proyectos urbanos innovadores basados en la participación y proyectos de innovación social, Fue cofundador de la agencia creativa La Mandarina de Newton (2010) especializada en divulgación de la ciencia y educación. Ahora lidera equipocafeina, una plataforma de investigación y comunicación (http://equipocafeina.com) (2014) centrada en las culturas de lo post-digital.
Personas mediadoras Marta Cambronero Garbajosa
Tecnologías Licenciada en Periodismo en la Universidad Complutens e de Madrid, ha trabajado como redactora en medios de información local y como responsable de comunicación en organizaciones y empresas de diversas áreas como la tecnología, la economía social o la incidencia política. Su interés por las implicaciones sociales de la innovación tecnológica le ha llevado a especializarse en sociedad de la información y el conocimiento, mediante un máster del mismo nombre en la Universitat Oberta de Catalunya. Actualmente, realiza una investigación sobre la creatividad discursiva de las identidades en los nuevos medios y colabora como consultora de comunicación en un proceso participativo para la mejora de las zonas verdes. Comparte algunas de sus reflexiones en http://copytheworld.com
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María Del Castillo Rodríguez Feminismos Licenciada en Historia del Arte máster en Historia del Arte Contempo ráneo y Cultura Visual, ha trabajado en muchas áreas dentro del sistema del arte. Afirma que “en 2010 se me cruzó el feminismo en mi vida y, desde que llevo las gafas violeta por el mundo, veo muchas situaciones de desigualdad que me gustaría erradicar de un plumazo pero también tengo muchas ganas de compartir todos los avances y recuperar a las pioneras”. Por ello forma parte desde 2013 del colectivo y programa de radio “Sangre Fucsia”. Actualmente está en el Colectivo Llámalo H que participa en la gestión del espacio creativo Harinera ZGZ (Zaragoza).
Pepa Enrique Educación Nací un invierno de hace ya.... algunos años. Debía de haber muchas estrellas esa noche de enero y una de ellas me acompaña desde que nací. La vida me tenía preparada una
sorpresa, “disfrutar con arte”, en sus múltiples formas. No he dejado de hacerlo y me encanta compartirlo, es más, casi diría que lo necesito. Con los años he ido escogiendo el camino de la educación para comunicar todo lo que el arte me trae. Pienso que el arte nos puede hacer sentir experiencias únicas a cada persona. A través de él me gustaría aprender a vivir mejor y a crecer como ser humano. Y ese es el principal deseo en mi trabajo, que como se puede ver, tiene mucho que ver con mi vida. Autora de la fotografía @bowie_mom
Violeta Fatás Diversidades Funcionales “Bailo de toda la vida”. Se ha formado en ballet, danza contemporáne a, danza teatro, improvisación y contactimprovisation, y tiene un Máster en Danza y Artes del Movimiento. Es Diplomada en Trabajo social por la Universidad Complutense de Madrid y es Experta Universitaria en accesibilidad audiovisual para personas con diversidad funcional visual y auditiva. Ha trabajado como intérprete en diversas piezas de distintos autores y en encuentros y cursos internacionales de artes escénicas y diversidad funcional
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en diferentes países. En 2014, junto a Letizia Solanas, fundó Pares Sueltos, proyecto que tiene como finalidad favorecer el acceso y la participación en las artes escénicas de personas con y sin diversidad funcional, como creadoras y como público.
Nemesio Javier Mata Práctic as Artístic as Su trayecto ria profesional dentro del mundo del arte ha ido relacionada con la gráfica artística, la escultura y la escenografía, habiendo participado en distintas asociaciones y colectivos como Salamandra Gráfica, Artistas Plásticos Goya, Cubo de las Artes, la Colmena y últimamente en Harinera ZGZ. En 2018 gano una Residencia Artística de dos años en Harinera ZGZ con el proyecto “Gráfica y alquimia: laboratorio no tóxico”, donde investiga sobre procesos no tóxicos y técnicas en la gráfica artística, además de la creación de maletas didácticas sobre el grabado para centros educativos y colectivos con dificultad. Dentro de este proyecto se colabora con artistas e investigadores de EEUU, Latinoamérica y Europa, además de centros especializados en nuevas tecnologías como Etiopia,
centros de secundaria y de educación especial…
Jorge Sánchez-Naudín Urbanismos Después de alguna que otra vuelta, aterrizó en el mundo de la psicología (de la intervención) social y en la investigación antropológica. Profesionalmente, “me dedico a eso que hemos acertado en categorizar como lo social” y a la docencia universitaria (UOC). Sus inquietudes hacia las ciudades le han llevado a trazar un camino académico en torno a lo urbano; entendiéndolo como el ensamblaje de procesos efímeros y articulados en torno a prácticas, discursos, ideologías, interacciones y tecnologías. Periódicamente, colabora con la Revista de Estudios Urbanos y Ciencias Sociales (URBS) en su equipo editorial. “Esto hoy, mañana ya veremos”.
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Equipo c2+i / Conexiones improbables Roberto Gómez de la Iglesia. Conceptualización metodología y dinamización BookSprint
Licenciado en Ciencias Económicas, en la especialidad de Economía Regional y Urbana y Master en Dirección de Empresas, cuenta con una amplia formación en políticas públicas, marketing, comunicación e innovación. Lidera c2+i, organización que impulsa procesos creativos y nuevos ámbitos de relación entre la economía, la cultura y las organizaciones sociales, y dirige la Plataforma Conexiones improbables, que impulsa procesos de transformación organizativa e innovación mediante las artes y la creación. Es profesor en diferentes Másteres de Gestión Cultural.
Miren Martín Consultora apoyo y responsable de la edición BookSprint Es licenciada en Periodismo Máster en Dirección de Marketing y Comunicación y Diploma Community Manager. Trabaja como Freelance, mediante la marca MKubiCa, Marketing y Comunicación, y colabora en consultoría para proyectos de la empresa c2+i, tanto como consultora como estableciendo estrategias de comunicación para diferentes proyectos. Además de realizar otras funciones, es la directora de Comunicación de la Plataforma Conexiones improbables Es profesora de Comunicación 2.0 en diferentes organizaciones, con especialización en Comunicación Cultural. Cofundadora del blog feminista Doce Miradas.
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Apoyo en jornadas Shandra Martínez Caballero Su trabajo en el BookSprint fue el resultado de las prácticas que realizó en c2+i como estudiante del Máster en Gestión Cultural del Instituto Complutense de Ciencias Musicales. Aunque su carrera profesional la ha desarrollado en el área de gestión administrativa, está interesada desde siempre por el mundo del arte, es pintora, llegando a ser finalista en el proyecto Huts Uneak, enmarcado dentro de la Capital Cultural Europea de la Cultura Donostia/San Sebastián 2016.
Eduardo Ruano Lores Prácticas del Máster en Gestión Cultural de la Universitat Oberta de Catalunya. Profesor de tuba y música de cámara en el Conservatorio Profesional de Música de Zaragoza. Co-fundador de Encefalodrama Producciones. Participa en proyectos de diversos formatos con otras artes escénicas y performativas, en los que la tuba dialoga con poesía y formas artísticas menos
concretas. Paralelamente a su labor profesional ha realizado postgrados en Composición electroacústica y Programación Neurolingüística (PNL) y máster en Gestión Cultural. Blog: www.eduruano.com
Daniela Pabón Invitada en una beca de Interca mbio, es artista escénic ay gestora cultural, inició su formación independiente con varios maestros y colectivos. En su oficio conjuga la creación escénica, gestión cultural y la enseñanza, enfocando el arte como herramienta de organización y transformación social la cual ha podido compartir en diversos proyectos colaborativos con poblaciones de Ecuador, Perú y Colombia. Desde el 2013 es Asistente de Dirección del Festival del Sur: Jornadas Internacionales de Arte y Cultura, y es miembro de la Red de Cultura Viva Comunitaria Ecuador (CVC), parte de una Plataforma Latinoamericana que vincula procesos culturales comunitarios que surgen en territorio con el objetivo de fortalecer la organización social, intercambiar prácticas y saberes comunitarios e incidir sobre las políticas públicas culturales.
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