Revista Espacio Humano Mayo nº 207

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Chi Kung pensamientos.

nos llevan al desequilibrio (exceso de calor, de frío, de humedad, etc.), o por estancamientos de los fluidos corporales, sedentarismo, estrés, agitación mental, malos hábitos de vida… Muchos son los motivos por los que nuestra salud se puede ver alterada. Algunas causas vienen de dentro, otras se originan en el exterior. Con el fin de que podamos mantener el equilibrio ante los diferentes factores que pueden alterar nuestra salud, la MTC, desarrolló un conjunto de prácticas terapéuticas entre las cuales el Chi Kung ocupa un lugar muy importante como sistema de ejercicios para la salud. En lo físico: Una buena salud biológica se traduce en fortaleza física, un cuerpo resistente, ágil y unos músculos flexibles. La habilidad y la coordinación en los movimientos nos hablan de que tanto el cuerpo como nuestras neuronas motoras se encuentran en buenas condiciones. En el Chi Kung se empieza por trabajar el cuerpo, con estiramientos, respiración, movilizando el sistema digestivo y fortaleciendo los músculos y tendones. La práctica de la actividad física es necesaria en cualquier edad, adaptándonos adecuadamente a nuestras posibilidades. El ejercicio produce bienestar físico y mejora el estado de ánimo, siempre realizado de manera consciente y atendiendo a la respiración. Los ejercicios de Chi Kung mejoran nuestra salud y previenen la aparición de numerosas enfermedades, principalmente las de origen circu-

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latorio, problemas cardiacos y respiratorios, y alteraciones del sistema nervioso y sistema digestivo, dolores articulares, sobrepeso, etc., ayuda a aliviar el estrés, la ansiedad y la depresión, mejora nuestro sistema inmunológico y aumenta la vitalidad. En lo mental: Dentro del Chi Kung son muy importantes las prácticas que nos llevan a calmar la mente y sentir la paz en el corazón. La finalidad última del Chi Kung, es despertar al auténtico SER DE HUMANIDAD que hay en nosotros y para llevar a cabo este descubrimiento es necesario emprender el viaje que nos lleva hacia dentro; ese viaje se realiza a través de la meditación. La meditación nos aporta el equilibrio mental y la paz interior que todos buscamos, desarrollando la capacidad de observación y la atención necesaria para tomar consciencia del momento presente. Existen cientos de técnicas de meditación, unas orientadas a calmar la mente, otras destinadas a sanar nuestros órganos, o a facilitar la circulación de la energía en determinados circuitos. Todas ellas tienen algo en común: la atención plena de la mente sobre el cuerpo. En gran medida el estado del cuerpo físico es el resultado del efecto que nuestros pensamientos tienen sobre la química de nuestro organismo, y de la misma forma, así como nos encontramos en nuestro cuerpo, así aparecen nuestros

En lo natural: El ser humano vive dentro de un entorno natural; las estaciones, el clima, las horas de sol, los alimentos que tomamos de la tierra, todo está supeditado a un delicado sistema de energías en equilibrio. Cada ser humano forma un pequeño ecosistema dentro de un ecosistema mayor que es la naturaleza y el cosmos que nos rodea. Recibimos las energías del Cielo y de la Tierra. Estas energías se manifiestan como calor, frío, sequedad, humedad, movimiento o viento. En cada uno de nosotros circulan estas energías en un armonioso equilibrio cuando estamos sanos, pero cuando ese equilibrio se rompe, la salud se pierde. Por ejemplo, cuando vivimos de una forma agitada o estresados, nuestra sangre se calienta demasiado y los líquidos corporales se secan, los sistemas energéticos del Hígado y el Corazón se desequilibran y aparecen síntomas de sequedad e irritación y aumenta de la tensión debido al calor en sangre; si nos exponemos al frío por mucho tiempo nos resfriamos. Si vivimos la vida con exceso de preocupación, nuestros riñones se vacían de energía y sentimos frío y los huesos se debilitan. Igualmente unos riñones débiles y faltos de calor hacen que vivamos con miedo. El Chi Kung nos ayuda a que nuestras energías estén equilibradas y a vivir la vida con confianza. En lo social: Cuando la persona se reconoce y se aprecia a sí misma, también es capaz de reconocerse en la sociedad; cual es el lugar que ocupa y cómo desarrollar su función. Diríamos que es como una célula dentro de un organismo que funciona bien. Vivimos en un entorno de relaciones sociales, con familia, trabajo, amigos, obligaciones que cumplir… Todo es más fácil cuando uno está bien consigo mismo, cuando nos vivimos desde un espacio de salud en el que uno se siente fuerte, seguro, en paz y armonía con el entorno que nos rodea, la naturaleza y con los demás. “No debemos esperar a que el mundo de afuera sea mejor para sentirnos bien, pero sí que podemos hacer mucho por sentirnos bien para mejorar el mundo de afuera”.


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