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Entrevista a Dolors García

Nueva directora del Departamento de Pastoral de EC

«Escucha, reflexión y creatividad, ingredientes de la nueva Pastoral de EC»

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Victoria Moya Directora Dpto. de Comunicación de EC

Conocí a Dolors un día cálido protegida bajo una mascarilla y hasta mucho tiempo después no descubrí el verdadero esplendor de su rostro, cuando la mascarilla cayó, al menos a ratos, para dejarme ver su amplia y limpia sonrisa, que es toda una declaración de intenciones. Siempre atenta a los demás, cuida los detalles que dan luz y color a la vida, y respira pastoral por todos los poros de su piel. Esta es algo transversal en su ser y no solo un nuevo cargo, al que llega aportando su gran sentido de la responsabilidad, su capacidad de escucha y su honda reflexión. Su empeño por fortalecer con creatividad la escuela católica y ayudar a los centros a que desarrollen en red y de forma conjunta su papel evangelizador y educativo, guiarán su misión.

Dolors, ¿qué supone para ti pasar del colegio, del aula, de estar a pie de obra, a ostentar un cargo directivo en una organización que representa a cerca de 2.000 centros?

Para mí dejar el Colegio Vedruna de Carabanchel supone acoger un “hasta luego”, con un matiz de tristeza, pero también con mucho movimiento interior, porque significa un cambio de perspectiva al servicio de la educación. En el colegio,

Jesús crucificado y resucitado me salía al encuentro a diario, hasta en los días que andaba más despistada. Gracias al contacto con los niños, sus familias y el personal del centro, con errores y aciertos, he ido aprendiendo a escuchar a la gente y a observar lo que hay detrás de los rostros, en especial de aquellos que peor lo están pasando. ¡Menudo seguimiento se está haciendo y cuánta gente anónima está apostando por la VIDA en los colegios!

El colegio me hace avanzar y me saca de la comodidad: saber que quien tienes delante quizás no ha desayunado y que llena su mochila de la fruta que se nos regala al centro porque en casa no “hay nada más” y encima lo dice mientras suelta una sonrisa… eso no deja el corazón quieto. Las situaciones de algunos alumnos nos han movilizado y transformado como colegio y es esto lo que siento, aterriza mucho el tipo de pastoral y de educación que sueño: la que moviliza a las personas por dentro y también por fuera.

En estos años, junto con mis compañeros del PAS, tutores, especialistas y los equipos directivos en los que he formado parte, se me ha subrayado una y otra vez que: “quien quiera ser el más importante se haga el servidor de todos…”. Primero he sido profesora tutora, después se añadió lo de coordinadora de Pastoral y ahora asumiendo la dirección del Departamento de Pastoral de EC. Creo que todas las personas deberíamos pasar por cada una de las etapas o cursos y experimentar todos los roles que hay en una comunidad educativa para valorar más y comprender mejor el trabajo, dificultades y avances que experimentan unos y otros. Ahora, durante una temporada haré este servicio, de aquí a un tiempo ¿quién sabe? Ojalá se me regale poder acompañar a un grupo desde la tutoría o haciendo un voluntariado junto con los alumnos más mayores del colegio. Sea como sea, debemos emplearnos siempre a fondo en la encomienda que se nos hace sin perder de vista la labor que realiza todo el equipo. Creo que esto es esencial.

Espero que ahora el Señor en el “hola” se me haga el encontradizo de forma nueva, pero para ello tengo que continuar buscándole, tengo que escuchar, observar y aprender de mis nuevos compañeros, de las personas que forman las diferentes instituciones a cuyo servicio nos debemos. Todos somos importantes y debemos aprender a escucharnos y a pensar juntos. Que Él nos inspire y active ante la nueva época que nos está tocando vivir.

Cuando te propusieron dirigir el Departamento de Pastoral de Escuelas Católicas, ¿qué es lo primero que se te pasó por la mente y por el corazón?

¿A mí? o ¡Buff! Yo no soy… ni tampoco tengo… ¡Estarán de broma!, o hasta me dije: “Con lo despistada que eres escucha hasta el final no vaya a ser que confundas lo que se te está pidiendo y la líes”.

Luego pensé que se me quedaba muy grande porque, si ya en mi Fundación Vedruna Educación somos muy variados, lo de Escuelas Católicas es “sublime y no lo abarco”, como dice el salmo.

Queremos seguir reflexionando para encontrar la mejor forma de que nuestra escuela sea cada vez más evangelizadora

Desde que se me propuso esta encomienda tan bonita hasta que he dicho sí ha habido muchas semanas de por medio: listados de pros y contras, y diálogos con gente de mi familia congregacional que es referente en la vida y en la entrega desde la educación. He escuchado la opinión de compañeras seglares, amigas que son un ejemplo de entrega y coherencia en el día a día… y sobre todo, silencio y oración. Algo tan grande como la pastoral, ya sea en una clase, en un centro, en una institución o en 400 instituciones, necesita siempre “del más grande”. Además decimos a los niños contínuamente que si se equivocan no pasa nada, que no importa la velocidad, que no es una competición, que lleguen juntos y en equipo haciendo las cosas bien, que confíen y lo intenten, que no se comparen con el compañero de al lado, que trabajen duro y disfruten haciéndolo, que se sonrían y que si no entienden una cosa, pregunten… En fin, ahora tendré que poner en práctica todas estas palabras si realmente quiero educar con el ejemplo.

Como bien dices, ahora no solo eres Vedruna, ahora representas a las más de 400 instituciones que están en Escuelas Católicas, y tu institución ha tenido la generosidad de ceder tu trabajo en un momento de precariedad de religiosos, ¿por qué crees que es importante esta colaboración intercongregacional?

Tanto personal como institucionalmente podemos tomar decisiones poniendo fuerza a la renuncia, a las pérdidas o a aquello por lo que optas. Creo que ahora mismo las mujeres que están asumiendo el servicio de coordinar la provincia en Europa han dado un paso superando el miedo a la pérdida y lo han visto como una valoración hacia mi persona, de crecimiento personal pero a la vez de riqueza congregacional por todo lo que podré aportar durante y a posteriori del servicio. Creo que este es un pequeño gesto de lo que en el fondo soñamos vivir tal y como decimos en nuestro documento capitular Familia Vedruna Casa de Puertas Abiertas. Nos queda avanzar, y mucho para vivirlo, pero estamos en movimiento.

Con lo que dices acerca de la colaboración intercongregacional, pienso que en la Iglesia hay una riqueza muy grande de carismas y, sentir que algo es de todos, hace que no pasemos de largo cuando se nos ofrece aportar desde el carisma personal y congregacional sumando en implicación y liderazgo. Se trata de acoger un envío pero para luego soltarlo de forma corresponsable y que otros lo puedan continuar a su forma, a su aire, con sus expresiones y dones diferentes a los tuyos. Esta experiencia la deberíamos practicar más como sociedad. A menudo tengo la sensación que los cargos se perpetúan y el dinamismo que vamos generando no es precisamente de Reino.

La colaboración intercongregacional es el futuro, pero trabajar en algo que no solo es tuyo y mío sino que es de mucha más gente… eso ya es otra cosa. Deberíamos pasarnos un poco más por las clases de Educación Infantil porque es uno de los aprendizajes que se intentan hacer cuando se les insiste en soltar juguetes, en disfrutar juntos, en estar como uno más dentro del mismo corro… Creo que aún estamos a tiempo para poder mejorar en esto.

Toda la pasión que pones al contarnos cómo sueñas la pastoral, va teniendo concreciones. ¿Qué proyectos van a centrar tu atención en el próximo curso, tu primer curso como Directora de Pastoral?

En el Departamento de Pastoral queremos continuar avanzando en cuanto a reflexión conjunta: después de la pandemia, ¿qué? ¿Qué desea Dios de los colegios católicos? ¿Cómo responder en fidelidad? ¿Cómo verbalizar nuestra identidad? ¿Cómo ser escuelas en clave samaritana? Se trata de poner la fuerza en el ser, en quien nos hace ser y que lo que hagamos no sea un rellenar huecos.

Por un lado queremos seguir reflexionando para encontrar la mejor forma de que nuestra escuela sea cada vez más evangelizadora. Queremos facilitar este trabajo de reflexión en cada claustro a través de materiales que vamos subiendo y renovando en la web a través del documento Escuela Evangelizadora.

Queremos continuar apostando por una pastoral que sale al encuentro de las necesidades del entorno y provoca dinámicas transformadoras a través del compromiso social. Que este “echar una mano” no solo sea una experiencia puntual solidaria, sino que puedan descubrir, en estas acciones de darse y entregarse a los que más lo necesitan, una dimensión trascendente y optar por ella si lo desean. De ahí el impulso que queremos dar al programa Tejiendo Compromiso Social en Red que muchos centros han comenzado a implantar y tan buenos ecos nos están llegando. Con la pandemia se quedó ahí, pero hay que continuar divulgándolo, facilitando materiales, asesorando cuando haya dudas...

Vemos también básico el cuidado de la espiritualidad infantil con dinámicas que faciliten verbalizar la experiencia que cada uno tiene de Dios: desde los más pequeños a los más mayores a través de metodologías que faciliten pronunciar con palabras la Palabra que ya nos habita por dentro.

Desde el Equipo de Pastoral, junto con el Departamento de Comunicación y el Departamento de Innovación Pedagógica, queremos que los colegios hagamos un itinerario transformador, todos juntos, gracias a la iniciativa que se nos brinda con el Pacto Educativo Global.

Como ves, la mies continúa siendo abundante y los obreros pocos, pero los hay y con ganas, así que “palante”.

Entonces, el Pacto Educativo Global al que nos reta el papa Francisco va a ser uno de los ejes de tu Departamento… ¿Qué vais a proponer a los centros?

Por supuesto. Soy consciente de que ya hay muchas iniciativas de congregaciones, grupos, editoriales que facilitan el dar pasos hacia el cuidado de la casa común. Es precioso saber que hay tanta gente trabajando en esta clave y todo lo que se haga y cuelgue de forma gratuita en la red es un regalo. Solo de pensar en la cantidad de encuentros que pueden surgir con esta iniciativa… es ilusionante. Es un reto, por eso uno de nuestros objetivos estratégicos en la programación bianual es el Pacto Educativo Global, como he comentado antes, un compromiso conjunto para generar un dinamismo renovador.

Somos conscientes de que debemos ir avanzando en saber cómo generar cada vez más participación en los demás. Ver cómo en red, generamos red y ver cómo esta solo acaba de comenzar, me emociona. Nada más salir la circular en julio en un día ya había correos de instituciones diciendo que querían sumarse al Pacto. Deseamos ofrecer espacios donde los diferentes colegios concertados cercanos nos unamos para transformar juntos la realidad y esto es una gran oportunidad. La pandemia que nos ha impuesto una distancia de seguridad nos está regalando una dinámica de proximidad y colaboración renovadas. Si es del Señor durará. Si nos lo tomamos como una moda y consumimos actividades y fichas sin que nos renueve por dentro, nos cansaremos y abandonaremos la idea en breve. Los seres humanos somos así.

¿Cómo ves el papel de los laicos en la pastoral de los centros?

Bueno, las religiosas y los religiosos no ordenados también somos laicos y laicas. Pero si te refieres a todas aquellas personas que no forman parte del grupo de la Vida Consagrada, que son ya la mayoría, entonces lo que tengo que decir es que su papel es clave. Necesitamos más que nunca educadores comprometidos y que sean referentes en la vida de los más jóvenes: más que nunca necesitamos personas que estén convencidas de que “...en la educación se encuentra la semilla de la esperanza de paz, de justicia, de belleza y de bondad…” como nos dice el Papa. Y necesitamos a laicos vocacionados en Jesús, no a sustitutos de religiosos que reproduzcan o imiten lo que han visto. Ellos tienen su vocación propia y estilo propio. Debemos ayudarles a expresar ese Jesús que ya tienen dentro, cuidar espacios donde compartir desde lo hondo y que la misión no se quede solo en la superficie. Creo que ahora mismo no solo hay que ser diligente y trabajador, se necesita más que nunca la vertiente de fe y a gente que apunte a la esperanza, porque de malas noticias apocalípticas el mundo está lleno. Tenemos que hacer lectura creyente de la realidad para que no sucumban ante las dificultades.

¿Y qué hay del papel de los religiosos?

Nuestro papel será el que el Señor quiera y nosotros y nuestras estructuras le dejemos, claro. Tendríamos que hacer silencio y preguntarle ¿esta buena obra que comenzó en cada uno de los fundadores, cómo lo quiere ir llevando a buen término? ¿Qué harían ellos ahora? Creo que más que nunca nuestro papel tiene que ser de entrega absoluta desde la hondura, pero no solo de corazón, sino también con cabeza y previsión. Ahora, una sola persona no puede llevar a cabo todos los servicios y tareas que antes hacían cuatro o cinco religiosos. Se nos ha llamado para ESTAR con Él y esto debemos cuidarlo mucho. Nuestros compañeros en la realidad donde se nos envía a cada uno quieren ver nuestra sonrisa y mirada atenta, necesitan de nuestros interrogantes y posicionamientos valientes, no a alguien que va corriendo por los pasillos y que está a punto de encontrar un infarto. Se necesitan religiosos que no hagan como los mieleros regentes, que dejan de cantar por miedo a ser pocos, como dijimos el Equipo de Pastoral en Pentecostés. Si dejamos de rezar porque tenemos mucho que hacer, nos costará encontrar a Dios en las cosas concretas y entraremos en esa dinámica que ya hay y tanto nos cuesta que es la de quitar a Dios de nuestra sociedad. ¡Ánimo en el envío!

Necesitamos más que nunca educadores comprometidos y que sean referentes en la vida de los más jóvenes

Ahora que no nos lee nadie y para terminar, ¿qué pensabas de Escuelas Católicas antes de conocerla desde dentro y cómo la sientes ahora que formas parte de ella?

Escuelas Católicas siempre ha estado ahí cuando desde los centros se necesita ayuda: tanto en temas jurídicos, de contrataciones, de formaciones, dudas, cosas urgentes que no se resolvían por uno mismo. En los colegios sabemos que las propuestas que se nos hacían desde EC, tanto desde nacional como desde las sedes autonómicas, eran siempre muy buenas, aunque a veces, no siempre todos los colegios se pueden permitir esas propuestas. Me vienen a la cabeza, cómo no, los congresos, con unas temáticas y contenidos buenísimos y unas conferencias ilusionantes... aunque, ahora que no nos lee nadie, también me viene la imagen de regresar a la comunidad de esos congresos con una maleta llena de regalitos o souvenirs de las empresas que están a nuestro servicio y al servicio de las familias, y repartirlos en la comunidad para los sobrinos o sobrinos nietos. De esos detalles también nace la pastoral.

Soñar la pastoral

Me encanta que se me invite a soñar porque así cambio el chip, me pongo en actitud creativa, se da movimiento y, entre imposible e imposible, entre ideas, balbuceos y bobadas, es cuando el Señor se nos hace el encontradizo, nos va poniendo palabra, va movilizándonos con acciones concretas que van saliendo del pensamiento y corazón. Soñar nos moviliza. No hay cosa más preciosa que decirles a los niños que sueñen y se imaginen una situación; y cosa más preocupante que tener alguien delante que ya no quiera ni soñar. Hoy en día hay mucha gente que sueña a pesar de la dificultad en la que nos encontramos.

Sueño con una pastoral, primeramente, que nos haga entrar en clave de profunda conversión. No todas las dinámicas que generamos a nuestro alrededor son tan evangélicas como nos gustaría. ¡Qué fácil decir a los demás que está mal todo si yo no soy capaz de mover un solo dedo! Algo raro pasa cuando todo tiene que cambiar menos yo, cuando la sociedad está mal, los jóvenes están perdidos, los profesores ya no son lo que eran, menos yo que soy la única persona que aguanto el tipo. Creo que la pastoral necesita una conversión profunda que destape esas dinámicas que nos paralizan y nos hacen ver al otro, una y otra vez, como un forastero del que no me afecta nada lo que vive y siente. Una conversión en la que dejemos de ver al colegio concertado vecino no solo como el de la competencia, sino un hermano o una institución que, como la mía, está al servicio de la sociedad y que juntos, podemos ayudarnos. ¡Qué difícil agarrarnos de las manos si en ellas sujeto con fuerza mi propio báculo! ¿Cuántos lemas u objetivos de curso generamos cada institución en tan solo tres años? ¿Cuántos advientos y cuaresmas planteamos? Tantos como instituciones.

Sueño con una pastoral que da respuesta a las necesidades actuales tal y como haría el de Nazaret y en la que contamos con los propios jóvenes y alumnos para llevar a cabo sus acciones. Una pastoral que va mucho más allá de mi persona, mi grupo, mis profes, mi institución y se abre al servicio de los demás.

Sueño con una pastoral en la que no controlo ni manipulo el rostro de Jesús, porque este es mucho más de lo que yo puedo verbalizar de Él: hay tantas oraciones como corazones hay en el mundo.

Una pastoral valiente en la que no tengamos miedo a pronunciar la palabra Dios o Jesús y que cuando lo hagamos no es solo en la oración, en la clase de Religión o en la Eucaristía. En algunos momentos siento que tenemos miedo a decir quién es Él y más que nunca la sociedad está necesitada de VIDA ABUNDANTE. Eso sí, creo que nos cuesta verle o reconocerle cuando se hace presente en otros espacios, situaciones o personas que para nosotros son diferentes o desconocidas.

Qué importante que en clase de Matemáticas planteemos la conveniencia de repartir bienes, de sumar al grupo o cuáles son las consecuencias cuando la sociedad resta o descarta a muchos.

Qué precioso es cuando los alumnos te recorren un cuadro y con sus expresiones te comentan la belleza plasmada por el artista o en una excursión están un momento en silencio ante la creación y su naturaleza. Es fantástico cuando manipulan cola y con las manos pringadas se ayudan y colaboran, y recogen las cosas al principio con torpeza y después con autonomía y agilidad, pero siempre con el agotamiento del profesor que ha dinamizado y hecho posible ese pequeño milagro.

Es extraordinario que expresen sus sentimientos tras escuchar una aria o una composición musical, o la canción última de su grupo favorito antes de comenzar la semana o en el recreo cuando no se puede salir porque llueve y hablas con ellos.

Qué momento tan mágico cuando aplauden a un compañero tras memorizar y ver cómo ha llegado a declamar una poesía y los pelos se les han puesto de punta…

Ojalá nuestros educadores no solo pronuncien esta belleza leyendo un guion realizado por el Equipo de Pastoral o por una comisión específica y en cada clase puedan comunicar su propia experiencia de belleza, fe o hasta de ceguera vital en determinadas situaciones. O que puedan sentir, como decía Einstein, que el amor es una fuerza muy poderosa: que es luz dado que ilumina a quien lo recibe, que es gravedad porque la gente se siente atraída o que es potencia porque multiplica lo mejor que tenemos...

Sueño que cada rincón del colegio ayude a trascender y a hacer lectura honda de la vida y se pongan en movimiento fraterno hacia aquel que más lo necesita desde perspectivas o religiones diferentes. Cuánta naturalidad hay tras una expresión como esta: “ese Jesús mola porque era realmente bueno. Me gustaría ser como él pero al estilo de Mahoma”. Los muros los ponemos los más mayores.

La pastoral que sueño quizás es un poco utópica pero creo que nos tiene que hacer felices haciendo felices a los demás. Por eso sueño en unos centros que siempre tienen presente en sus programaciones a la pastoral y nunca la eliminan aunque “hay mucho que hacer”. Algo nos está pasando cuando lo primero que nos quitamos de encima o intentamos reducir son las dinámicas que producen encuentro, tanto en las clases como en los claustros, cuando quitamos tiempo al silencio transformador, o decidimos no hacer acciones de intercambios con diferentes edades, o talleres con los padres porque eso es demasiado lío. Si queremos ser diferenciadores de otro tipo de educación no debemos quitar lo que nos hace ser quienes somos.

Por eso sueño con una pastoral que se programa mejor y se va fusionando en todas nuestras acciones, que no es una cosa aparte que realizan solo unos cuantos, a unas horas determinadas y de forma voluntaria cuando hay tiempo sobrante.

Estoy deseando aprender, avanzar y reflexionar en todo esto e ir dando pasos, buscando fórmulas, hallar experiencias que sean integradoras. Yo no tengo respuestas, pero sí quiero propiciar espacios para parar, pensar y encontrar, no sé si respuestas, pero seguro que nuevos interrogantes que nos hagan avanzar. ¡Somos tantos buscadores deseando anunciar la Buena Noticia o la VIDA con mayúsculas!

Volcada en la pastoral

La religiosa de las Hermanas Carmelitas de la Caridad de Vedruna, Dolors García Gispert, fue nombrada el 18 de junio, por la Junta nacional de EC como nueva Directora del Departamento de Pastoral de Escuelas Católicas. Dolors García se incorporó en el curso 2020-2021 al Equipo de Pastoral nacional, compaginándolo con su trabajo en el Colegio Vedruna de Carabanchel. Cuenta con 20 años de experiencia en el mundo de la docencia como maestra de Primaria y de lenguas extranjeras, posee la DEI y el Título de Experta en Dirección y Gestión de centros educativos no universitarios por la Universidad Pontificia Comillas. Ha formado parte de la coordinadora de la Escuela de Pastoral con Jóvenes. Tiene, asimismo, una amplia experiencia como coordinadora de Pastoral en diferentes equipos directivos, tanto en colegios de la Fundación Vedruna Educación como en grupos de la Provincia Vedruna Europa. Ahora asume con ilusión y compromiso este nuevo cargo que estaba vacante desde que Mercedes Méndez fuera nombrada responsable de Comunicación de las Religiosas de la Asunción.

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