el prota del mes
Fernando Priego Sánchez Colegio Rafaela Ybarra
“Aprendo enseñando” Aunque ha heredado de su madre el don para las relaciones sociales y de su padre el tesón del trabajo bien hecho, Fernando sabe que su vocación docente no está en su ADN. Es fruto de la ilusión transmitida por algunos de sus profesores. Priego es su apellido, pero como reza en sus redes sociales él es un hombre de ciencia, “fernandociencia”, para ser más exactos. Desde pequeño su pasión por los animales y por andar descalzo allí donde huela a naturaleza ha marcado su vida. Quizá por eso viste siempre de verde. Quizá por eso lleva más de 20 años suscrito a National Geographic. Quizá por eso tiene memoria de elefante o es curioso como un topo. Quizá por eso sabe que los deseos de las estrellas fugaces se cumplen. No podía ser de otra manera, Fernando Priego es profesor de Biología y desde hace algún tiempo es además Director Técnico de Formación Profesional del Colegio Rafaela Ybarra de Madrid. Orgulloso de su centro, el mundo se para cuando habla de sus alumnos y compañeros. Feliz de trabajar y hacer realidad su pasión, disfruta con cada actividad, con cada reto, con cada experimento, con cada celebración y lo mismo baila en un lipdub que presenta los proyectos de innovación del centro. Como buen matemático sabe que la suma de sus dos vocaciones arroja resultados muy interesantes. Como padre ha verificado que cada niño es distinto y requiere atenciones distintas. Como docente cree en la educación y ha comprobado (empíricamente) que el esfuerzo y la motivación crean una ecuación perfecta para preparar a alumnos que se enfrentan a un mercado laboral difícil y han de hacerlo de una manera más que profesional. Fernando sabe muy bien que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma y la suya no será una excepción. Dentro de algunos años estaremos en esta revista escribiendo sobre un profe que descubrió su vocación y su energía en las clases de Fernando. No hay ninguna duda en eso. Es cuestión de ciencia.
Twitter: @fernandociencia
diciembre 2017
revista de escuelas católicas
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