Ernest Hemingway Verdes Colinas de África Mi escritor favorito del siglo XX, el mejor sin duda. El más grande. Ahora no acapara portadas y no logra escandalizar a gobiernos y sociedades, ahora generaciones desconocen su vida, su obra. Resulta sorprendente estudiar su literatura, vivificante, revitalizador. Un tiro de gracia. Doloroso. Lo odio desde lo más profundo de mi corazón. ¡Que bien escribe! ¡Que bueno es! Si eres escritor comprenderás lo que siento. Una vida llena de contradicciones, su obra es un canto a la paz (estuvo involucrado en una buena parte de las guerras de su siglo); amaba la naturaleza de forma sincera, sin afectaciones ecologistas, de verdad (su pasión más fervorosa junto con el alcohol y las mujeres fueron la pesca deportiva y los safaris de caza por África, donde mataba rinocerontes, elefantes, bellos leones…); era capaz de batirse en duelo por la libertad de los hombres y por el respeto a su dignidad (fue amigo de dictadores cubanos y españoles). Fue un tipo complicado. Sí ¡Culpable! Culpable de haber vivido intensamente. Y esa intensidad es lo que se destila de su obra. Su literatura es veraz, y eso hay muy pocos que lo hayan logrado. Verdes Colinas de África no es una de las obras más famosas y conocidas de Hemingway. No es Adiós a las Armas, no es El viejo y el mar, no es Fiesta, ni Por quién doblan las campanas…no es una de sus grandes obras y al mismo tiempo es, desde mi punto de vista, la mejor novela para escritores que pueda leerse, o por lo menos una de las que no puede faltar en la cabecera de la cama de todo aficionado a eso, tan jodido y maldito que es el sujeto, verbo y predicado y todos los demonios que lo rodean. Magnífico manual para escritores noveles, además es una buena manera de analizar su originalísima técnica del iceberg, aquella según Hemingway que sustenta sus historias en la que solo aparece un octavo de lo que ocurre realmente pues los silencios, lo que no se cuenta tiene igual o mayor importancia que lo que se cuenta. Maestro de los geniales y perfectos diálogos y la justa descripción. En Verdes Colinas de África no hay historia de amor (sí la hay, pero está oculta, insinuada); no hay aventura (sí la hay, pero permanece agazapada); no se habla de nada trascendente (es un libro que puede colocarse al lado de obras de filosofía y no desentonaría, su vitalismo es absoluto y su relativismo también). Es un libro del tipo caja china, hay mucho más de lo que parece. Para amantes de la Literatura con mayúsculas…imprescindible para un escritor. Puntuación: 10 Fermín Castro