Café de recuerdos hanthía

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CAFÉ DE RECUERDOS Definitivamente este dolor de cabeza va acabar matandome, no sé ni qué día es, y menos la hora en la que he vuelto a mi vida trastocada, llena de problemas y locuras. Mi mundo da vueltas en la cama, no puedo moverme; mis extremidades me gritan ¡Quédate donde estas!. No sé si voy a poder volver a la rutina con las mismas ganas con las que empecé estas vacaciones diferentes. Hoy es el primer día que siento la soledad en la oscuridad de mi habitación y veo los fantasmas que se sientan a ver lo que hago frente a tu ausencia. Siento que el verano ha pasado como el flash de una cámara de fotos que te ciega unos instantes y no te deja ver absolutamente nada. Sé que he vuelto a mi lugar querido, mi ciudad hermosa; en realidad nunca salí de aquí, a pesar del tiempo que pasé en ese pequeño pueblo en el que creo que he anclado de por vida mis cimientos, aunque sé que en el fondo sigo siendo de alguna parte del planeta no muy lejos de aquí. Extraño en este momento tantas cosas, ese cielo azul, esos paisajes verdes, tu fragancia ... Me levanto.., miro el calendario, hoy 1 de Agosto se acaba mi verano. Unos comienzan sus vacaciones perfectas y otros, como yo, solo intentan tener un bonito recuerdo de lo vivido durante estos meses. Intento no tambalearme, pero mis piernas no se sostienen ni lo más mínimo, ¿que me ha pasado durante estos días? no puedo recordar o mi mente no quiere hacerlo. Sé que me duele , me duele el pecho porque no estás...siento cómo esos kilómetros me atraviesan el alma. Me escapé de la rutina hace meses, y ahora, con una taza de café en medio del salón vació de mi casa, mi memoria intenta darme pequeños borrones de lo vivido. Ya sé que soy demasiado impulsiva , y que veo demasiadas veces las mismas cosas que me rodean, analizo todo para darle un matiz más granulado, quizás en blanco y negro. La verdad es que no estoy conforme casi con nada, discrepo conmigo misma por creer en algo que no creo, en mi carácter o forma de ser me declino por lo visceral, no confío en casi nadie. También no dejo de sonreír al estar triste, no dejo de estar seria cuando pienso si soy feliz, en preocuparme más de lo que debo por algo que fue o no fue, por lo que será y por vivir en un presente de mero ensayo de errores casi predeterminados, sin opción al azar. Como si fuera un dado dando vueltas, incapaz de sacar un 6 en la primera tirada.


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