otras cosas semejantes pueden servir de gran ayuda. En las fases iniciales de
la
experiencia,
sea
directa
o
indirecta
los
alumnos
simultáneamente los hechos y sus respuestas afectivas.
perciben Pero sólo
estructurando estos datos se puede captar la experiencia en su integridad, respondiendo a preguntas como: ¿Qué es esto? Y ¿Cuál es mi reacción? Por eso los alumnos necesitan estar atentos y activos para lograr la percepción y la inteligencia de las realidades humanas que les cuestionan.
3. LA REFLEXIÓN :
A lo largo de su vida Ignacio se dio cuenta de que él estuvo constantemente sometido a diferentes tendencias y sugestiones, alternativas contradictorias casi siempre.
Su mayor esfuerzo fue
tratar de descubrir lo que le movía en cada situación: el impulso que le conducía al bien o el que le inclinaba al mal, el deseo de servir a otros o la preocupaci8ón por su propia afirmación egoísta.
Se
convirtió en el maestro del discernimiento, y continúa siéndolo hoy, porque logró distinguir esa diferencia. Para Ignacio “discernir” era clarificar su motivación interna, las razones que estaban detrás de sus opiniones, poner en cuestión las causas e implicaciones de lo que experimentaba, sopesar las posibles opciones y valorarás a la luz de sus probables consecuencias, para lograr el objetivo pretendido: ser una persona libre que busca, encuentra y lleva a cabo la voluntad de Dios en cada situación.
En
éste
nivel
de
la
REFLEXIÓN,
la
memoria,
el
entendimiento, la imaginación y los sentimientos se utilizan para captar el significado y el valor esencial de lo que se está estudiando, para descubrir su relación con otros aspectos del conocimiento y la actividad humana, y para apreciar sus implicaciones en la búsqueda continua de la verdad y la libertad.
Esta REFLEXIÓN es un
proceso formativo y liberador. Forma la conciencia de los alumnos (sus creencias, valores, actitudes y su misma forma de pensar) de tal “Hombres y mujeres al servicio de los demás al modo de Jesús”
Página 30