“Solemos juzgar a las personas más por sus malas palabras que por sus muchas buenas obras.
Nos quedamos con lo aparente e ignoramos la belleza del alma y del corazón”.
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L
PADRE PISTOLAS
A
Ervin Otoniel Herrera Vásquez Nebaj-Quiché
La historia de la Iglesia Católica está repleta de luces y sombras. Más de luces que de sombras. Estas luces y sombras son las obras de mujeres y hombres que al interno de la institución religiosa han aportado lo mejor o lo peor de sí. Así tenemos dentro de la iglesia, personajes ejemplares, personajes reprobables y personajes controvertidos que han hecho que esta institución religiosa sea “Madre y Maestra de Pueblos”, “Columna y fundamento de la Verdad” (1), abundante en aciertos por tener origen divino, pero también abundante en errores, porque está formada por seres humanos.