Picos de Europa

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EXCURSIÓN PICOS DE EUROPA Alberto Campos & Óscar Pintos

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RIBADESELLA (CONT.) La cueva de Tito Bustillo es uno de los grandes santuarios del arte paleolítico de Europa. Forma parte de una red de cavernas conectadas entre sí y pertenecientes a una misma formación caliza en la que se abren otras grutas habitadas temporalmente por el hombre prehistórico. Sin embargo, Ribadesella, no fue sólo un santuario prehistórico ocasional, fruto de asentamientos de corta duración, sino que fue una de las cunas mundiales de la civilización paleolítica, con generaciones y generaciones de hombres que crecieron y se multiplicaron en torno al estuario del Sella. Una perenne continuidad de vida que se extendió durante 25.000 largos años. Así lo mantiene el equipo de investigación que actualmente explora el macizo de Ardines, y que en muy poco tiempo ha logrado catalogar el doble de los recursos prehistóricos conocidos en el entorno. Los hallazgos, verdaderas nuevas joyas para la cultura paleolítica, se suceden a poco que se muevan. Sólamente en la caverna principal de Tito Bustillo, un nuevo rastreo técnico ha recuperado para la historia occidental entre 50 y 60 nuevas figuras en su panel central. Los hallazgos no cesan y como un torbellino van dejando pistas aquí y allá de un futuro mapa virtual para toda una civilización a escala, localizada en el la ría del Sella. El potencial del paleolítico en Ribadesella iguala, al menos, los tres focos más importantes del mundo. Los complejos de La Garma y El Castillo en Cantabria, y Les Eyzies en Francia. La llamada Galería de los Caballos, en la que abundan las composiciones grabadas sobre la roca, reúne distintas figuras de dicho animal junto con las de algún gran bóvido de los tiempos glaciares (uros o bisontes) y la de un reno. Por la similitud técnica y estilística que ofrecen todas esas representaciones se las puede considerar como contemporáneas. Por otro lado, resulta que en el panorama mundial no se conoce ninguna densidad de motivos sexuales como los que se concreta en Tito Bustillo y el Macizo de Ardines. Las representaciones fálicas encontradas son la primera muestra de sexo masculino dentro el arte rupestre conocido. Así lo mantiene el prehistoriador Rodrigo de Balbín, el hombre encargado de dirigir las prospecciones arqueológicas en el entorno de Tito Bustillo. Cuando el equipo de investigación encontraba los esbozos de penes diseñados por el hombre paleolítico en las estalagmitas de la cueva de la Lloseta, ya advertía el catedrático de su extrema singularidad. Es más, el sujeto varón nunca buscó su réplica directa en el arte de la época; si lo hacía era de forma transfigurada y animalizada. Encontrar material sexual referente al varón, y de forma tan explícita, concede a los últimos hallazgos de Ardines una nueva dimensión a nivel mundial. "Realmente hasta le fecha no se tiene constancia ni documentación alguna de una simbología similar, puede que exista, pero nadie la ha encontrado", sostiene el catedrático de prehistoria. Una estalagmita central sube metro y medio de alta y está pintada en su totalidad con óxido férrico, lo que le confiere un color rojo. La pintura contiene además varias capas de pigmento, creando un grosor que no es el habitual en las muestras pictóricas del paleolítico. Se trata, claramente, de un acto de reforzamiento del motivo sexual, el rojo de por sí añade a la pintura rupestre un valor vitalizante.


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