Ignacio loaga
A Ignacio Zuloaga Zabaleta podemos considerarlo el último maestro de la pintura española, el continuador del legado de Velázquez, Ribera, El Greco, Goya, etc. las nuevas corrientes artísticas y se codeó con creadores de la talla de Rodin, Degas o Gauguin. Volvió a España y entró en contacto con los escritores de la Generación del 98: Unamuno, Ramiro de Maeztu, Azorín, Valle-Inclán… Al igual que ellos, Zuloaga era un amante de su patria: de sus gentes, de su historia, de su cultura. Y por eso le entristecía verla sumida en una grave crisis social y económica. En sus pinturas de la «España Negra», llenas de desagradables campesinos y mujeres con mantilla, mostró y criticó la realidad de un país en el que la gran mayoría de la población era analfabeta y cuya industria se encontraba a años luz de la de los demás estados europeos. Un lugar donde la gente aún recordaba con nostalgia el gran imperio que alguna vez fue, mientras iban perdiendo sus últimas colonias.
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De joven comenzó los estudios de Ingeniería, pero los abandonó para dedicarse a la pintura. Marchó de Eibar a Madrid para estudiar en el Museo del Prado la obra de los grandes maestros españoles y, más tarde, viajó por Europa para completar su formación. Tras pasar por Roma y Londres, vivió un tiempo en París. En la ciudad de la luz se empapó de