Conocer una ciudad a través de un festival
cine hace que podamos disfrutar de la “naturaleza humana” en todo su esplendor y conjugado con tres conceptos muy básicos: poder, pasión y desconocimiento. Sin duda alguna la ciudad se merece un tributo como el que se concede al albergar este Festival de Cine Español. Todo se tiñe con un aura mágica, con la iluminación perfecta para cada secuencia, con el atrezzo y los extras necesarios para cada plano. Una ciudad que queda inundada en cada rincón por el grafismo del evento, que cubre sus aceras con enormes alfombras rojas publicitarias y que, como casi cada año, la presencia del pescado está implícita, lo que es un buen reclamo para promocionar la gastronomía. Pero vayamos por partes. Decíamos antes que aquí podemos ver y disfrutar de la naturaleza humana y poder ver todo el evento bajo tres conceptos claros que se mezclan en el momento adecuado.
PODER
Lo podemos ver como una oportunidad para reunir en pocos metros cuadrados a los grandes rostros de nuestro cine, que tienen su papel muy bien ensayado y guionizado bajo una excelente organización, que tiene preparada una escaleta para saber en qué momento empieza todo, cuál es el orden de llegada y cuánto tiempo se han parar delante de las cámaras. Parece que el poder es de los actores, pero no lo es. El poder lo tiene los medios de comunicación, que ocupan su sitio estratégico para disparar todas las cámaras a la vez y darle otro segundo de gloria al rostro conocido. Junto a ello siempre los directores, músi-