¿Sabías que Trujillo fue la primera ciudad en independizarse en el Perú?
Explorar los fascinantes eventos que marcaron la fundación de esta histórica ciudad y su papel clave en la emancipación del país. Desde su origen colonial hasta su valiente grito libertario, hace 204 años.
NOSOTROS
Enfoque es un grupo conformados por diseñadores, fotógrafos y redactores interesados en rescatar la historia, identidad, cultura y patrimonio de la región La libertad. Con una inclinación por lo tangible y memorable. Este proyecto nace en Trujillo, La Libertad, Perú, pero nos emociona el hecho de que cada persona pueda encontrar la inspiración necesaria en nuestra revista para elevar y engrandecer su propia cultura, en cualquier parte del Perú y del mundo.
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FUNDACIÓN DE TRUJILLO
En diciembre de 1534, Diego de Almagro eligió un lugar en el “valle del Chimo” para establecer la Villa de Trujillo, como homenaje a la ciudad natal de Francisco Pizarro. Almagro encargó a Martín de Estete el diseño de la traza urbana, quien utilizó un trazado a cordel con largas manzanas que medían entre 130 y 150 metros por lado. Siguiendo la tradición ibérica, la ciudad se organizó en una cuadrícula con la Plaza Mayor como punto central. El diseño inicial abarcó unas 40 hectáreas.
El 5 de marzo de 1535, Francisco Pizarro formalizó la fundación de Trujillo con la instalación del Cabildo y el nombramiento de sus primeras autoridades. Martín de Estete fue designado como teniente gobernador, mientras que Rodrigo Lozano y Blas de Atienza fueron los primeros alcaldes ordinarios. También se
nombraron regidores, entre ellos Alonso de Alvarado, García de Contreras, Diego Verdejo, Pedro Mato y Pedro de Villafranca.
Más tarde, el 23 de noviembre de 1537, el rey Carlos I de España elevó la villa al rango de ciudad mediante una Real Cédula y le otorgó su Escudo de Armas, consolidando su importancia en el virreinato.
La fecha de fundación española de Trujillo es motivo de debate histórico, con varias versiones:
Noviembre de 1534: Diego de Almagro habría fundado el primer asentamiento, llamándolo Trujillo de Nueva Castilla.
Diciembre de 1534: También atribuida a Diego de Almagro.
5 de marzo de 1535: Francisco Pizarro habría instalado el primer Cabildo, fecha celebrada como Semana Jubilar de Trujillo.
6 de diciembre de 1534: Según la Monografía de la Diócesis de Trujillo (1930), Diego de Almagro fundó la villa en su camino a Pachacámac.
3 de febrero de 1536: Basada en el acta del Cabildo, esta versión señala que la instalación oficial ocurrió en el pueblo de Cauchán.
Las diferentes fechas reflejan las complejidades y debates en torno a los primeros años coloniales de Trujillo.
“Villa de Trujillo”
MAPAS ANTIGUOS
Autor: Adolfo Vega Cárdenas
Año referido: 1557
Año elaborado: 1985
Emisor: Baltasar Jaime Martínez Compañón
Año: 1785
Emisor: Michael Feijoo de Sosa
Año: 1760
Emisor: Edilberto Velarde La Barrera
Año: 1913
Puedes observar este mapa con mayor detalle escaneando el código:
MURALLAS
La Muralla de Trujillo se construyó en el siglo XVII para proteger la ciudad de ataques piratas, dada su cercanía al mar y los antecedentes de incursiones en otras ciudades costeras como Guayaquil y Saña. Su edificación comenzó en 1687 bajo el gobierno del virrey Melchor de Navarra y Rocafull, con diseño del arquitecto italiano Joseph Formento, inspirado en obras de Leonardo Da Vinci. Fue una respuesta estratégica al constante peligro marítimo de la época.
La Muralla de Trujillo, diseñada con una for-
ma elíptica, se completó alrededor de 1690. Cada portada tenía una orientación específica: la de Huamán, al suroeste, conectaba con la aldea del mismo nombre; la de Mansiche, al norte; la de Miraflores, al noreste; la de la Sierra, hacia la carretera que conducía a esta región; y la de Moche, al sur, facilitaba el acceso a quienes venían desde esa dirección.
Es importante destacar que esta muralla no contaba con fosos ni terraplenes, lo que la hacía única en su diseño defensivo.
“Esta muralla incluyó 15 baluartes, 15 cortinas y 5 entradas o portadas”
Fue derribada a fines del siglo XIX para permitir el crecimiento de la ciudad, esto permitió el establecimiento de nuevas zonas urbanas, como parte del proceso de expansión de la ciudad.
Algunos vestigios de la histórica muralla de Trujillo aún pueden apreciarse:
Baluarte Herrera: Se encuentra en la intersección de las avenidas España y Miraflores.
Cortina de la avenida España: Ubicada en la cuadra 18 de esta avenida, comprende una sección restaurada de la muralla frente al terreno que albergaba la antigua estación del ferrocarril de Trujillo.
Baluarte Bazán: Localizado en la cuadra 26 de la avenida España.
Portada de la Sierra: En la Plazuela El Recreo, se encuentra una réplica de esta emblemática entrada de la muralla, preservando el recuerdo de su diseño original.
“La memoria de la ciudad no se desploma”
TRUJILLO ANTIGUO
Entre los años 1960 y 1990, Trujillo experimentó un rápido crecimiento urbano y demográfico, pasando de ser una ciudad tradicional a consolidarse como una metrópoli. Surgie-
ron “pueblos jóvenes” como El Porvenir, La Esperanza y Florencia de Mora, ahora distritos, que se integraron a su área de influencia. Nuevas urbanizaciones residenciales también expandieron la ciudad hacia el suroeste y otras zonas.
Cambios como la reforma agraria, una sequía prolongada y el terremoto de 1970 impulsaron la migración rural, lo que aceleró su crecimiento. En los años 1980, Trujillo comenzó a actuar como un área metropolitana, integrando distritos cercanos como El Porvenir y Florencia de Mora. Para los años 1990, con el desarrollo de zonas como El Milagro y la conexión con distritos como Moche, Laredo y Huanchaco, la ciudad alcanzó una población de 589,314 habitantes y se consolidó como una metrópoli clave en el Perú.
“Pueblo mío. Acabamos de proclamar y jurar la independencia de Trujillo. Desde este momento y por la voluntad unánime del pueblo, Trujillo es libre” - Torre Tagle
La independencia de Trujillo inspiró a las autoridades a rendir homenaje a los antepasados a través de un monumento esculpido en mármol.
En 1921, se organizaron las bases de un concurso abierto a artistas nacionales e internacionales para diseñar la obra. La convocatoria, liderada por el Prefecto Molina Derteano, atrajo 104 maquetas, en su mayoría provenientes de Europa.
El diseño seleccionado fue el del escultor alemán Edmund Möeller, elegido por capturar de manera simbólica el significado del histórico movimiento libertario, el primero en el Perú. Möeller recibió un premio de 1000 libras como reconocimiento, y se inició el proceso para traerlo al país y encargarle la construcción del monumento.
La propuesta de Möeller fue considerada innovadora por su audaz concepción artística. El escultor presentó la maqueta tras colocarse la primera piedra el 10 de mayo de 1925
El costo de la obra se pactó en 250 mil soles y fue realizada íntegramente en Alemania. Tras cuatro años de trabajo, el monumento se inauguró el 4 de julio de 1929, con la presencia del Presidente de la República, Augusto B. Leguía, y su hija Carmen Rosa Leguía Swayne, quienes actuaron como padrinos de la ceremonia.
ESTATUA DE LA LIBERTAD
El monumento consta de tres niveles llenos de significado. El primero, sobre una base de granito, exhibe esculturas que simbolizan el arte, la ciencia, el comercio y la salud. El segundo nivel incluye tres figuras que representan la opresión, la lucha emancipadora y la liberación. En el tercer nivel, se encuentran placas que conmemoran la independencia de Trujillo (1820), la Batalla de Junín y la Batalla de Ayacucho, hitos clave en la historia del Perú.
CASA DE LA EMANCIPACIÓN
La Casa de la Emancipación, ubicada a una cuadra de la Plaza de Armas de Trujillo, recibe su nombre porque en ella se proclamó la Independencia del Perú el 29 de diciembre de 1820, siete meses antes de que el General don José de San Martín lo hiciera en Lima.
Volvió a protagonizar la vida del país cuando en 1823 se convirtió en sede del primer Congreso Constituyente y residencia del gobierno del presidente José de la Riva Agüero.
Declarado monumento histórico en 1971, el predio cumple hoy un dinámico rol cultural. Sus ambientes están dedicados a preservar y difundir la obra del gran poeta de Santiago de Chuco, César Vallejo, así como la del obispo Baltasar Jaime Martínez de Compañón, quien en el siglo XVIII retrató en un conjunto de acuarelas la flora, fauna, costumbres, música y arqueología del norte peruano.