Llibret Altar del carrer de La Mar 2021

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Altar del Carrer de la Mar 2021


Nuestra portada: Efigie del milagroso San Vicente Ferrer que se venera en la Iglesia Arciprestal de San Juan Bautista de Galamesco Diócesis de Bolonia


Oración para la ofrenda a San Vicente Ferrer de la Honorable Clavariesa y los Clavarios Mayores de los Altares Vicentinos 2021 DIOS PADRE Misericordioso que suscitaste en San Vicente Ferrer el ministerio evangélico de la predicación confirmándolo con signos y prodigios. Apóstol de tu HIJO JESUCRISTO, instrumento de paz y de unidad para las personas y los pueblos, recorrió los caminos de España y Europa anunciando la buena noticia de la salvación y socorriendo a cuantos estaban necesitados. Te rogamos que continúes derramando sobre nosotros tu gracia providente de tal modo que la celebración de su festividad en este año, encienda en nosotros el fuego de tu ESPÍRITU SANTO, para que, siguiendo su ejemplo de santidad, confesando la fe que él proclamó, viviendo el amor misericordioso que él testificó, nos empeñemos constantemente en la edificación de tu Reino en esta Tierra. Y después, Antiquísima Asociación alcanzados por tu perdón y ternura, tengamos parte de San Vicente Ferrer en su misma gloria en el Cielo. Altar del Carrer La Mar Santa María, MADREde amantísima que sufriste la pérdida de tu hijo Jesús, intercede por nosotros, para que hagamos lo que Él nos diga.

Plaça de la Santa Creu, 2 - baix AMÉN. 46003 València Rvdo. Don José Ignacio Llópez Guasp

Clavario Director Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer


Edita: ALTAR DEL CARRER DE LA MAR Diseño: EMILIOPENYA Impresión: GRADOM . Artes Gráficas C/. Milagro, 4 - 46003 Valencia Tel. 963 923 637 gradom@gradom.com - www.gradom.com


SUMARIO Junta Directiva .................................................................................................. 5 Clavarios Mayores del Altar de la Calle del Mar ............................................. 6 Clavarios de honor y Colaboradores ................................................................ 7 Saluda del Arzobispo de Valencia ..................................................................... 8

D. Antonio Cardenal Cañizares

Ilustrísimas señoras clavariesas de la junta directiva 2021 ............................. 10

Angelita Burgos, Pepa Armengol, PepitaPons, María Vicenta Borrell Alós, Mª Amparo Silvestre Guillén y Mª Dolores Boronat Ferre

Mensaje de la Presidenta Altar del Carrer de la Mar ..................................... 11 María Vicenta Borrell Alós Sermón San Vicente Catedral de Valencia 2019.............................................. 12

Reverendo Don Alejandro López Ribao

Predicación de San Vicente. Catedral de Valencia. 20 de abril de 2020. ............................................................................. 17 Reverendo Don Vicente Grau La venta apareguda y curasió de una muda ................................................... 24 M.I. Galería fotográfica 2020 .................................................................................. 26 Estampa San Vicente Ferrer, fotografía del Santo que se venera en el Altar. Asociación Calle del Mar Año 1903 ................................................... 40 Estampa San Vicente Ferrer, copia del cuadro de Ribalta Asociación Calle del Mar Año 1904 ...................................................................... 41 Estampa San Vicente Ferrer, copia del cuadro de Juan de Juanes Asociación Calle del Mar Año 1905 ................................................... 42 Obituario .......................................................................................................... 43 Programa de Actos de las Fiestas Vicentinas de 2021 ................................... 44

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JUNTA DIRECTIVA DE LA ANTIQUÍSIMA ASOCIACIÓN DE SAN VICENTE FERRER DEL ALTAR DE LA CALLE DEL MAR Plaza de Santa Cruz, 2, bajo 46003 VALENCIA Consiliario: Presidenta: Vicepresidenta: Tesorero: Secretario: Vocales:

D. José Vicente Castillo Peiró Dª Mª Vicenta Borrell Alós Dª Mª Amparo Silvestre Guillén D. Joaquín Elizalde Urdanoz D. Luis J. Latorre Matute D. Vicente Marco Peris D. Pascual Andrés Torres Dª Josefa Armengol Montagud Dª Angelita Burgos Alcolea D. Antonio Piró López Dª Mª Mascarell Palop (d.e.p) Dª Mª José Piró Mascarell Dª Pepita Pons Samper D. Manuel Sáez Izquierdo D. Fernando Navarro Máñez Dª Amelia Silvestre Domingo D. José M. Mascarell Palop Dª Mª Teresa Briz Monrós Dª Mª Pilar Gras Pérez Dª Mª Dolores Boronat Ferre D. Ángel Martínez Pons (d.e.p) Dª Ana Pastor Martínez 7


CLAVARIOS MAYORES DEL ALTAR DE LA CALLE DEL MAR 1982: Excmos. Sres. D. Marcelino Alamar Belloch (d.e.p), D.ª María Dolores Llinas Adriaensens (d.e.p.) 1983: Excmos. Sres. D. Vicente Mortes Alfonso (d.e.p.), D.ª M.ª de la Concepción Roure Linhoff (d.e.p.) 1984: Excmos. Sres. D. Miguel Ramón Izquierdo (d.e.p.), D.ª Amparo Quiles Real (d.e.p) 1985: Excmos. Sres. D. Manuel Delgado Peñate (d.e.p.), D.ª M.ª Isabel Rodríguez López (d.e.p.) 1986: Excmos. Sres. D. Antonio Gómez Aleixandre (d.e.p), D.ª M.ª Julia Portilla Crespo (d.e.p.) 1987: Excmos. Sres. D. Domingo de Guzmán Guía Calvo (d.e.p), D.ª Nuria Llobet Olivella 1988: Excmos. Sres. D. Antonio Beaus Codes (d.e.p), D.ª Amparo Climent Gil (d.e.p) 1989: Excmos. Sres. D. Rafael Gómez-Ferrer Sapiña (d.e.p), D.ª M.ª José Navarro Toledo 1990: Excmos. Sres. D. Francisco Llovera de Yriarte (d.e.p.), D.ª M.ª Fernanda Manglano Trenor 1991: Excmos. Sres. D. Antonio López Sellés (d.e.p), D.ª Emilia Camps Tarazona (d.e.p) 1992: Excmos. Sres. D. Augusto Vidal González (d.e.p), D.ª Amparo Blasco Argilés (d.e.p.) 1993: Excmos. Sres. D. José Luis Micó Argilés (d.e.p.), D.ª M.ª de la Concepción Chofre Ferri 1994: Excmos. Sres. D. Antonio Sánchez Ariño, D.ª Isabel de Quintanilla Saenz 1995: Excmos. Sres. D. Rafael Tormo Aguilar, D.ª Inmaculada Hernández Castillo 1996: Excmos. Sres. D. Joaquín Borrell García, D.ª Carmina Martínez Ortuño 1997: Excmos. Sres. D. Vicente Domínguez Calatayud, D.ª Carmen Calomarde Piquer (d.e.p.) 1998: Excmos. Sres. D. Juan-Manuel Llopis Giner, D.ª Magda Torrero Muñoz 1999: Excmos. Sres. D. Emilio Vicente Orts Calabuig, D.ª Inmaculada Hernández Misert 2000: Grupo de 25 Clavarios Mayores 2001: Excmos. Sres. D. Luis J. Latorre Matute, D.ª M.ª Amparo Silvestre Guillén 2002: Señoras Clavariesas de la Junta Directiva 2003: Sras. D.ª Rosario Molina Gómez (d.e.p.), D.ª Josefa Molina Gómez 2004: Sras. D.ª Rosario Molina Gómez (d.e.p.), D.ª Josefa Molina Gómez 2005: Sras. D.ª Rosario Molina Gómez (d.e.p.), D.ª Josefa Molina Gómez 2006: Rvdo. Sr. D. José Vicente Castillo Peiró 2007: Rvdo. Sr. D. José Vicente Castillo Peiró 2008: Excmos. Sres. D. Joaquín Elizalde Urdánoz, Dª. Mariví Borrell Alós 2009: Excmos. Sres. D. Joaquín Elizalde Urdánoz, Dª. Mariví Borrell Alós 2010: Fundación Bancaja 2011: Excmos. Sres. D. Leandro Martínez David, D ª. Encarnación Andrés Ambrona 2015: Excma. Sra. Dª Francisca Cortés Pérez 2016: Excma. Sra. Dª Mª Dolores Boronat Ferre 2017: Excma. Sra Dª Marieta Martínez Casañ 2018: Excma. Sra. Dª Pilar Ineba Tamarit 2019: Excma. Sra. Dª Mª Carmen García Sentandreu 2020: Excmas. Señoras Clavariesas de la Junta Directiva 2021: Excmas. Señoras Clavariesas de la Junta Directiva

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CLAVARIOS DE HONOR Y COLABORADORES Mª Remedios Jordán Bernat Rvdo. José Vicente Castillo Peiró Covadonga Latorre Martínez Vicente Adán Ten Luis José Latorre Matute Mª Dolores Alabarta Benavent Lucía Latorre Reig Encarnación Andrés Ambrona Amparo Latorre Silvestre Teresa Andrés Puchol Mª Fernanda Manglano Trénor Pascual Andrés Torres Vicente Marco Péris Josefa Armengol Montagud Marieta Martínez Casañ Inmaculada Arnau López Leandro Martínez David Rosa Arnedo Minguez Ángel Martínez Pons (d.e.p.) Pedro Arrue de Mora Jose Manuel Mascarell Palop Teresa Bellot Gil María Mascarell Palop (d.e.p.) Mª Dolores Boronat Ferre Mercedes Mateu Camundi Mariví Borrell Alós Carmela Morell Casañ Lucía Borrell Frontera José Salvador Murgui Soriano Valentín Borrell Serneguet Fernando Navarro Mañes Mª José Bort Millán Mª José Navarro Toledo Mª Teresa Briz Monrós Mercedes Ortiz Angelina Burgos Alcolea Emilio Vicente Orts Calabuig Amparo Calvete Sala Ana Pastor Martínez Dolores Calvete Sala Rosa Peñas Castelló Isidro Calvete Sala Antonio Piró López Carla Cano Latorre Mª José Piró Mascarell María Cano Latorre Pepita Pons Samper Pilar Cervera Boíls Adela Raga Espuig (d.e.p.) Eva Cholvi Gómez Mª Rosa Reyes Rodrigo Lupe Chuliá Bueso Manuel Sáez Izquierdo Mª Luisa Climent Cristina Sala Andrés Francisca Cortés Pérez Carolina Sales Blasco Joaquín Elizalde Urdánoz Victoria Sales Blasco Isabel Estrela Gozalbes José Salvador Isabel Mª García Sentandreu Marisa Sánchez de Donderis Mª Carmen García Sentandreu Josefina de Scals Sichar Mª Teresa Gironella Pallarés Mª Carmen Sentandreu Gimeno (d.e.p.) Mª Fernanda Gómez Bort Rosa Sentandreu Gimeno Pilar Gómez Casañ Aurora Serneguet Serra Mª Pilar Gras Pérez Amelia Silvestre Domingo Francisco Henche Mª Amparo Silvestre Guillén Inmaculada Hernández Castillo Carlos Soler d’Hiver Inmaculada Hernández Misert Jose Luis Suano Furest Mª Dolores Hernández Seoane Rafael Tormo Aguilar Ana Ineba Tamarit Mª Dolores Tos Boix Pilar Ineba Tamarit Amanda Jiménez Jalón 9


Valencia, 7 de abril de 2021 Queridos hijos e hijas: Recibo con profundo agradecimiento la solicitud que me hacéis llegar para saludar a los miembros del Altar Carrer de la Mar de San Vicente Ferrer. Vivimos un tiempo de dificultad, enfermedad y tribulación que padecemos debido a la pandemia, pero no podemos dejarnos vencer por el miedo o el pesimismo; sino que hemos de vivir en Dios y de Dios, a ejemplo de San Vicente que no se acobardó ante las dificultades de su época, sino que siguió adelante en su evangelización por España y Europa occidental, confiando plenamente en la gracia de Dios, que lo acompañaba. Llevemos la esperanza, el consuelo y la paz a quienes más lo necesiten, acerquémonos a quienes más padecen los efectos de la pandemia; como cristianos no olvidemos nuestra responsabilidad de aliviar a quienes sufren a nuestro lado. Estamos llamados a ayudar y a dar una palabra de ánimo y esperanza a todos: ¡Cristo ha resucitado! ¡Vive y actúa en nosotros! Anunciémoslo con nuestro testimonio a nuestros hermanos y hermanas. Es urgente seguir las huellas de San Vicente, reemprendiendo el camino de la caridad hacia el prójimo, compartiendo con todos el ánimo que nosotros recibimos de Dios (cf. 2 Co 1, 4). Os invito a dar testimonio firme y coherente de vuestra fe, saliendo al encuentro de cada persona y llevando la bondad y la ternura de Dios. Que la Virgen María, estrella y camino de la nueva evangelización, os acompañe siempre. Cordialmente en Cristo Jesús

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ILUSTRÍSIMAS SEÑORAS CLAVARIESAS DE LA JUNTA DIRECTIVA 2021

Angelita Burgos

Pepa Armengol

Pepita Pons

María Vicenta Borrell Alós

Mª Amparo Silvestre Guillén

Mª Dolores Boronat Ferre

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MENSAJE DE LA PRESIDENTA ALTAR DEL CARRER DE LA MAR San Vicent es "molt bon pagaor", me lo habéis oído decir en muchas ocasiones pero también os digo que a veces se reserva algo para Él para que valoremos todo lo que nos da. Después de un año, el 2019, magnífico, pues celebrábamos el VI Centenario de su muerte, quién podía imaginar lo que estamos viviendo estos 2 años, años totalmente atípicos, pero hemos de tener la seguridad que el Pare Vicent no nos abandonará nunca, nos lo dijo siempre y nosotros como buenos hijos suyos hemos de confiar en Él. Este año más que nunca hemos de demostrarle nuestro Amor, nuestra Fe y nuestra Esperanza, todo lo que estamos viviendo pasará y volveremos a vivir su Fiesta con ilusión renovada para que la devoción hacia Él perdure y la gran familia Vicentina continúe trabajando por Él, para enaltecer cada día más su figura, todos los Vicentinos sabemos que vale la pena. Le pido cada día por todos los Vicentinos que lo están pasando mal, con la Esperanza de que Él nos escucha y que estoy segura de que nos ayudará a sobrellevar todo lo que está pasando. Sigamos dándole a conocer pues no se puede querer a quién no se conoce y os aseguro que vale la pena conocerle.

San Vicente, de tu mano siempre. D. M. Vicenta Borrell Alós

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Sermón San Vicente Catedral de Valencia 2019 Bona gent: la més antiga crònica que es conserva escrita i on se nos explica com va ser el primer sermó dedicat a sant Vicent Ferrer pense que vos pot ilustrar molt bè sobre com me senc jo hui davant de tots vosaltres. El Papa Calxite III, valencià, va decidir que fos el vint-i-nou de juny de mil quatre-cents cinquanta cinc, festa dels apòstols Pere i Pau, la data per a portar avant la solemne cerimònia de canonització a Roma. La jornada va començar amb una solemníssima processó des del convent dels dominics de Santa Maria sopra Minerva, seu en aquells anys de la seua cúria general, fins a la plaça de sant Pere del Vaticà. Vos podeu imaginar la quantitat de prelats, eclesiàstics i frares germans del nostre sant i de tantes altres ordres religiosos que van encetar eixa processó, eixa gran processó; llarga i perdoneume dir-ho òbviament pesada Entre tots ells n’hi havia un que, segons diu el cronista, era l’únic que no volia acabar-la: es deia fra Andrea della Santa Croce. Ell era l’encarregat de pronunciar el primer sermó del sant, lo que se deia l’oració laudatòria, just després de que el Papa Calixte el declarara sant entre els sants, habitant del cel entre els habitants del cel, joiós per ser sempre a la visió del Pare Etern. I aixina este frare poquet a poquet es va començar a sentir mal, fins que al final, es diu que es va sentir molt mal. Però diu la crònica que va ser pregant al nou sant, al nou sant predicador, al nou sant model i exemple de predicació, que es va repondre i va portar a terme la seua tasca com dominic, com predicador i com germà d’hàbit amb resultats ben dignes. Jo me sent hui així. Per a mi és tot un repte predicar al final de este gran any jubilar que nos ha regalat l’església de València, per recordar-nos el sext centenari de la mort del nostre patró i del meu germà sant Vicent Ferrer. Un repte i tota una responsabilitat de predicar al temple on ell tantes vegades ho va fer, i tant a propet d’este meravellós púlpit que tantes vegades va projectar la seua veu a l’assemblea dels creients. Per això vos demane a vosaltres benevolència pels erros que puga fer i al sant la seua força, el seu auxili i la seua intercessió per portar avant la meua missió. Per preparar-me estes paraules durant molts mesos me’n he eixit a passejar per les esglésies de la nostra ciutat els diumenges a la vesprada. Volia vore com l’art, com l’art valencià, ha representat al seu patró. Com l’art valencià expressat en frescos, pintures, taulellets i escultures ha immortalitzar al nostre sant. ¿Com passar desapercebudes les pintures d’Antonio Palomino de la parròquia dels Sants Joans on se’ns mostra com un àngel magnífic alat i amb trompeta?, ¿la rutilant escultura de Vicente Rodilla de la seua casa Natalícia que només li falta poder parlar per convèncer-nos de la veritable fe?, ¿o les primeres representacions del sant valencià a la seu de la ciutat que ens porta a un estat de antigor i calma que recorda la predicació difícil i evangèlica dels apòstols? 14


Vos he de confessar que per a mi ha sigut una sorpresa ben bonica vore com l’art de la nostra ciutat ha vist a sant Vicent Ferrer de la mateixa manera que hui el descrivien les lectures que hem sentit. I és que a Déu no només s’arriba per l’orella i la veu del diaca o del predicador, sinó també dels ulls que ens regalen la bellesa, una de les qualitats més profundes de la divinitat. Les lectures de hui ens descriuen al sant com un àngel, com un predicador i com un apòstol al que se li apareix el Senyor ressuscitat i l’envia a predicar l’Evangeli. Sant Vicent Ferrer és àngel, vol dir, el qui trau una noticia de Déu esperada pels hòmens. L’àngel és un enviat per Déu per a proclamar la seua voluntat. Un exemple de bells àngels els tenim en esta Església catedral. L’harmonia d’estos sens dubte lloa al Senyor, però també lloa al Senyor portar la seua paraula de salvació. Això és el que va fer el mestre Vicent: “Temeu a Déu, doneu-li glòria, adoreu a Aquell que ha fet el cel i la terra”; és l’anunci de part de Déu de que tots estem cridats a lloar-lo amb insistència. Sant Vicent també ens ve representat com a predicador, com a evangelitzador. En el seu cas no és solament el nom de la seua Orde, sinó la descripció més completa de la seua ànima. De la missió a la que va dedicar els últims deneu 15


anys de la seua vida, fins que va morir. En la segona lectura de hui ens descobreix la ferma convicció de la seua missió: la predicació no és un orgull, sinó una necessitat, perquè d’allò que el cor està ple es desborda pels llavis. “Predica com ho van fer els apòstols!” Imperatiu de Crist als deixebles i també de Crist a un sant Vicent Ferrer malalt (no sabem si d’ànima o de cos) i dels seus dos pares Domènec i Francesc. El nostre sant valencià és un exemple d’açò: visqué sempre amb la fidelitat del que sap que és una missió encomanada per Crist i sostinguda per la seua Gràcia; mai demanà que li pagaren perquè sabia que la seua paga final seria en el cel, quan Crist l’acollirà i li dirà com al seu germà d’hàbit, Sant Tomàs: “Bé has parlat de mi, Vicent…”. Per últim, pot semblar que ser àngel o predicador és lo més gran del ser cristià, però vos convide a pensar: ¿no és més l’apòstol que l’àngel i el predicador? Parem-se a pensar esta afirmació: l’àngel és el que porta la noticia de Déu als hòmens; el predicador és la criatura de Déu que porta el seu missatge a totes les nacions; però l’apòstol és el que ha viscut amb el mateix Jesucrist, el que ha tingut l’experiència de Crist ressuscitat, el que ha estat enviat directament per portar el seu missatge a la terra. Vicent cregué amb fermesa en la missió que Crist li va donar i per això va fer els miracles que hem llegit en l’Evangeli: I és que els exemples dels que ens parla l’Evangeli de hui, les accions, les proves es podria dir, identificatives que acompanyaran als que creguen en l’Evangeli de Crist i siguen part del seu nou cos apostòlic que és l’Església, no són cosses antiquades sinó del tot actuals i vigents. Les podem recordar poquet a poquet per que se’ns queden ben clavades en la ment, per saber on som nosaltres en tota esta història de Salvació. 1. “Expulsaran dimonis pel poder del meu nom”: ¿és que no n’hi ha mal en el món?, ¿no tenim encara massa guerra?, ¿massa divisió?, ¿massa marginació?, ¿tants de maltractes e injustícies?, ¿no és un dimoni la divisió entre els essers humans, entre els germans? No ens cal apel•lar als dimonis antics que venien representats com coses lletges amb cua per donar-nos conte que encara ens queda molt per expulsar i sempre en nom de Crist; perquè el nom de Crist sempre serà sinònim de justícia, pau, unitat i dignitat. 2. “parlaran llengües noves”: ara és més necessari i important que mai, saber entendre eixes noves llengües per després saber-les parlar. Saber què és el que necessita la gent de nosaltres per saber oferir-ho. Perquè és veritat que sempre l’home busca lo mateix, la felicitat, però sempre és nova la llengua en que li hem de fer vore. En això el nostre mestre sant Vicent ens continua donant exemple, parlant les llengües de tots parlant solament la seua, perquè es volgué fer paraula de salvació per a tots. Perquè la predicació quan parla en una o altra llengua, nova o antiga, al cor de l’home està cridà a ser entesa. 16


3. “si agafen serps amb les mans o beuen algun verí no els farà̀ cap mal”: la serp continua sent eixe mal del que parlàvem. I saber discernir on està és condició per agafar-lo i extirpar-lo. A vegades el mal és fàcil de vore i d’altres difícil. Per això el do del discerniment, d’agafar-lo, per la mà és necessari per ser veritable deixeble. I no només això. S’ens diu que podem beure de qualsevol verí i no morirem. No n’hi ha mal capàs de matar a l’apòstol de Crist. No per màgia sinó pel que recordàvem esta setmana passada i del que és signe el ciri que hui tenim enfront nostre: Crist mort i Ressuscitat ha vençut la mort per tots nosaltres de una vegada per sempre. A quina serp així o a quin verí així hem de tindre nosaltres por? 4. I per últim “els malalts, a qui hauran imposat les mans, es posaran bons”: tantes i tantes malalties que hi havia al temps de sant Vicent Ferrer i tantes i tantes malalties que continua havent al nostre món de hui. I no només malalties físiques sinó també malalties de l’ànima. Perquè la curació física sempre ha d’anar acompanyada de la curació de l’ànima. És interessant el gest que ens diu la lectura de hui quan parla d’estendre les mans i podem suposar que tocar. Més enllà de la clara al•lusió sacramental ens està parlant de la necessitat de donació integral de una persona per la sanació de una altra persona. La donació no només de la nostra ciència sinó també del nostre temps i del nostre cos. Les màquines arreglen màquines però només les persones poden curar a persones. M’agradaria citar a dues autoritats presents a la vida del sant i que encara continuen a la nostra Església d’avui com un signe de comunió entre el seu passat i el nostre present. I que ademés, amb les seus paraules i reflexions sobre la figura de sant Vicent Ferrer, nos il•luminen capa el nostre futur. L’ arquebisbe de València i el Mestre de l’Ordre dels Frares Predicadors. El nostre cardenal arquebisbe de València l’eminentíssim i reverendíssim don Antonio Cañizares Llovera [el qual hui no ens ha pogut presidir] a la seua “Carta Pastoral a la Diócesis de Valencia amb ocasió del “VI Centenario del tránsito de san Vicente Ferrer y del Año Jubilar Vicentino” titulà “A Déu, doneu-li glòria” ens dona una visió sobre el sant que en realitat és una exhortació a continuar amb la seua obra predicadora. “Fue un predicador que sabía llegar en su lenguaje llano al corazón de los sencillos, un anunciador incansable, a tiempo y a destiempo, con ocasión o sin ella, del Evangelio de Jesucristo, por tantos países de la vieja Europa que en ese Evangelio se sustenta y fundamenta y que tan necesitada está hoy de volver a él para reencontrarse a sí misma con renovado vigor, y así ofrecer al mundo entero el futuro que requiere”. Per la seua part, el Mestre de l’Ordre de Predicadors, el reverendíssim fra Bruno Cadoré, també va escriure a tots els frares de l’ordre una preciosa carta amb motiu de este sext centenari vicentí. En ella, llegint-la una vegada més, també 17


vaig trobar una idea meravellosa que us vull compartir. Sant Vicens Ferrer serà reconegut sens dubte com doctor de l’Església, com ho són ja els seus germans sant Tomàs de Aquino o sant Albert Magne, per la seua passió per la predicació. Passió que té les seues arrels més profundes en la contemplació de la Paraula de Déu i moguda pel desig de que irradie tot el misteri de l’Església, Cos de Crist. En certa manera ens ensenya el mateix que quasi set segles més tard ens va explicar el Concili Vaticà Segon i el sant Pare Pau Sext a la seua exhortació apostòlica Evangelii Nuntiandi. L’Església s’estableix, es forma, porta avant la seu gràcia sanadora i s’enten com una comunitat de germans i germanes deixebles, missioners i apòstols. L’Església, com sant Vicent Ferrer i com la seua ordre, existeix per evangelitzar. El misteri de la comunió trinitària sobre el que es mou tot , se revela a través de la proclamació de l’única veritat. Per tant Sant Vicent serà doctor de la Església per recordar-nos, a mi el primer, que ací estem no per sentir, celebrar o lloar a Déu sinó sobretot per a predicar i per a portar a la resta dels nostres germans a l’alegria eterna per la veritable paraula. Sant Vicent Ferrer serà doctor de la Església per a recordar-nos que ací no estem per a fer-li festes i fer-li les nostres millors ofrenes sinó per seguir el seu exemple que sempre és la via del Crist peregrí i Salvador. I esperant este moment germans visquem la nostra vida com apòstols de la Pasqua. Donant la vida sencera per la predicació de l’Evangeli, com van fer els apòstols. Els homes i les dones que seguien a Crist i que el troben en falta. Un Evangeli etern de Pasqua que ens portarà a la nostra pròxima festa de Pentecostes de mans del nostre sant predicador, patró i segur pròxim doctor de l’Església. Mestre i pare Vicent, fes-nos capaços d’anunciar l’Evangeli de la Gràcia sempre i sense cansar-nos; fes-nos capaços de posar pau en mig d’este món, igual que tu feres; ajuda’ns a ser Mestres de Crist, Mestres del seu missatge als hòmens per mig de la nostra paraula i de les nostres bones obres; i fes-nos capaços de curar als nostres germans, d’obrar miracles com tu, per curar les ferides de la humanitat. Mestre i pare Vicent continua protegint la nostra ciutat i la nostra comunitat; continua intercedint a Déu per nosaltres i per les nostres famílies. Continua mantenint baix la teua mirada carinyosa totes les institucions valencianes que te tenen com a patró, com la nostra facultat de Teologia, on es preparem per ser predicadors. Continua sent per a nosaltres allò que te cridem: mestre de la fe i pare dels valencians que amb alegria ens dirigim a tu el dia de hui, en este el sext centenari de la teua santa tornada a la Casa del Pare. Amen. Reverendo Don Alejandro López Ribao 18


Predicación de San Vicente. Catedral de Valencia. 20 de abril de 2020. Eminentísimo y Reverendísimo Sr. Arzobispo, Don Antonio. Sres. Obispos auxiliares, Don Javier y Don Vicente. Ilustrísimo Señor Deán y excelentísimo Cabildo de la Catedral Estimados sacerdotes y religiosos que seguís la celebración a través de la televisión Honorable Clavariesa Dª Inmaculada Atienza Miembros de la Junta Central Vicentina Altares, Cofradías y asociaciones vicentinas de toda la Comunidad Valenciana. Caballeros Jurados de San Vicente Ferrer Colegio Imperial de niños huérfanos San Vicente Ferrer Estimados fieles y devotos de San Vicente que nos seguís por el canal 8 de televisión, especialmente a los enfermos, hospitalizados y personas que nos seguís desde las residencias. Bona gent: Cuando se me encomendó el sermón de este día y viendo la situación que estamos viviendo entorno a la pandemia, la pregunta que me hacía era evidente: ¿Vicente Ferrer vivió en su vida una epidemia parecida? ¿Tuvo que predicar en un tiempo de crisis como el que estamos viviendo? Por otro lado, ¿qué diría hoy San Vicente? ¿Que nos diría a nosotros aquí y ahora? Este sermón tiene dos partes: la primera, en la que voy a dar voz al mismo San Vicente; la segunda, más corta, como final y recordando especialmente la situación de pandemia que estamos pasando. Ahora San Vicente se pone en mi lugar. Es él quien habla. Nací en 1350. En todo el siglo XIV Europa sufrió epidemias cíclicas de peste. Precisamente el año que vine al mundo se estaba acabando una de estas epidemias, la que se denominó la peste negra, que llevará hasta el 1.353. Yo era demasiado pequeño, no soy consciente de ella. Ya de mayor sí que conocí algunas epidemias. En aquel tiempo estos hechos se atribuían a la cólera divina, como consecuencia de los pecados de la humanidad. Algún sermón hice sobre este tema. En junio de 1415 prediqué en Graus, una población de la provincia de Huesca que tenía 500 habitantes. En la época se vivía una crisis económica general muy grave y, en particular, la villa de Graus. Me explicaron que estaban pasándolo muy mal debido a gastos que costó la construcción de la muralla que rodeaba la ciudad. Los grausinos estaban desanimados. En los sermones que hice a la 19


villa, intentaba levantar el ánimo de la gente. Les hablé del camino de la salvación, de la presencia de Jesucristo resucitado. Agradecido por la acogida de la población y al ver el espíritu de conversión que había suscitado, les regalé un Cristo que siempre llevaba en mis predicaciones, una imagen que estimaba mucho. El pueblo de Graus todavía la conserva. Es el mismo Cristo que les di, al que tienen mucha devoción. Recuerdo que, cuando se lo daba les dije: “Por la virtud de esta cruz que aquí dejo nunca entrará la peste en la población, las granizadas pasarán de largo y en las sequías no faltará agua” Este Cristo ha venido a Valencia en las celebraciones más solemnes que organizáis en mi honor. La última vez el año pasado en la procesión extraordinaria que hubo con motivo de los 600 años de mi muerte. Sabía lo que significaba la peste y el miedo que le tenía la gente a esta epidemia. Por eso los dije que Cristo haría que nunca entrara en ella. Dos años más tarde, en 1417, predicando por la Borgoña francesa, me acerqué a la abadía de Clairveaux, donde los monjes cistercienses estaban afectados por la peste. Asperjé con agua bendita las dependencias del monasterio y la peste acabó de repente y los enfermos sanaron. Morí en Vannes, en la Bretaña francesa, y allá me enterraron. Está feo que lo diga yo, pero la devoción que me tenían era tanta, que la gente pedía ya mi canonización; pero la situación de la Iglesia en este momento no era propicia. Además era conveniente dejar pasar unos años para ver si el entusiasmo de la gente hacia mí, se mantenía. En unos años disminuyeron las peregrinaciones a mi tumba y se heló el fervor. Pero, a causa de la peste, volvieron a organizarse procesiones pidiéndome el fin de la enfermedad mortífera. La peste desapareció en las parroquias que organizaban las procesiones. Esta epidemia de peste se inició en 1450, año del jubileo de mi muerte. Hay también datos de una peste que asoló España en 1500 y, sobre todo la ciudad de Xàtiva. Dice algún cronista que los valencianos me vieron a mí sobre la puerta de la ciudad de Valencia por donde se salía camino de Xàtiva; afirman que yo llevaba una espada en la mano, como si estuviera conjurando la epidemia. En Agullent, pueblo de la comarca de la Vall d’Albaida, ocurrió un hecho milagroso. 20


Antes de narrarlo, os diré que visité esta población en 1410. Como siempre, cuando predicaba en una villa o ciudad, dejaba una impronta difícil de borrar. Está feo que lo diga yo, pero era así. ¡Lo dicen las crónicas! En memoria de mi visita se reconstruyó una primitiva ermita que me dedicaron años después, cuando fui canonizado. Esta ermita fue el escenario de Milagro de la Peste o de la lámpara, en el año 1.600, que ahora os narraré: En el mes de agosto de este año se declaró la peste en Agullent. Los habitantes huyeron a la montaña, buscando cuevas para vivir lejos de la plaga. La ermita estaba cuidada por el ermitaño y su mujer. En la lámpara del Santísimo se acabó el aceite y se apagó. El ermitaño no podía salir a comprar aceite y nadie se lo podía traer (ya sabemos cómo es esto del confinamiento). En la noche del 3 de septiembre el ermitaño pudo ver luz en la lámpara, con un resplandor que lucía más que nunca. En la claridad de esa luz vio una persona arrodillada que vestía el hábito de los dominicos, y a los pies de Cristo rogaba con devoción. El ermitaño corrió a avisar a su mujer. Cuando bajaron a la capilla ven las puertas cerradas y el dominico había desaparecido. Tocó la campana con fuerza y acudieron las autoridades del pueblo a ver qué había pasado, temiendo lo peor: un incendio, una desgracia… El ermitaño les refiere lo que ha visto y comprueban que la lámpara está derramando aceite y no se acaba nunca. Los agullentinos corrieron a coger aceite y con él ungieron a los enfermos de la peste, que fueron curados. En ese tiempo yo estaba en el cielo, pero tenía que ayudar a la gente de alguna manera. El pueblo de Agullent recuerda todavía el milagro en la noche que se llama de les fogueretes, en la que la gente sube a la ermita y se unta con óleo de la lámpra. 21


Los gozos que me cantan dicen: La salud por atalaya en la colina se posó; Guardadnos glorioso Vicente, de la peste y otros males. En 1854 la ciudad de Valencia, estuvo atacada también por una epidemia de peste. En la casa donde nací, a la que llamáis Pocito de San Vicente, hay una inscripción en los azulejos de la entrada, que recuerda como el agua del pozo de mi casa curaba a aquellos que la bebían. Desde entonces continúa la costumbre de acercarse a beber de esa agua, aunque hoy es agua potable de la ciudad. Pero la fe es la que mueve los corazones de la gente. No quiero cansaros más con fechas y milagros. Además tengo que deciros que en realidad no era yo: Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, es quien, a través de mí, ha hecho esas obras en bien de la humanidad. La pregunta del principio está contestada: Sí, conocí epidemias. He visto cómo muere la gente, como caen enfermas personas de todas las edades, ricos y pobres, y de cualquier nación. E hice aquello que Jesucristo hizo en su vida pública y que nos dijo que hiciéramos: anunciar la Buena Nueva de la salvación con palabras y obras; estar junto a la gente, tener compasión de los que sufren; imponer las manos a los enfermos para curarlos. Y ¿qué puedo deciros hoy? Algunos dicen de mí que soy el Ángel del Apocalipsis. Sí, ese ángel que habéis escuchado en la primera lectura, que decía: “Temed a Dios y dadle gloria”. Dicen que en mis sermones predicaba sobre todo del juicio final, del anticristo y del fin del mundo. Es cierto. Pero tengo que decir que no hablaba de estos temas tanto como algunos dicen. Sabía con certeza que el fin del mundo estaba cerca, sí. Y en alguna ocasión dije de mí mismo que era el ángel que lo anunciaba. Estaba convencido que Dios me había escogido por esta misión. Sabéis que me tocó vivir una época difícil: el cisma de la Iglesia, las guerras, las epidemias de peste, la falta de predicación, herejías, costumbres depravadas… todo me hacía ver que estábamos al final de una época en la historia, que es como si dijéramos el fin del mundo. No era yo solo el que pensaba así. La gente tenía el presentimiento de que podía pasar una catástrofe de un momento a otro. Había representaciones teatrales del juicio final, libros sobre el tema, incluso pinturas, como la de nuestro paisano José Benlliure, que me pintó precisamente predi22


cando lo el juicio final en un cuadro inmenso que se conserva en el Colegio de las Escuelas Pías de la calle Carniceros, aquí en Valencia. Pero el principal tema de mis sermones no era el juicio final, ni el anticristo ni el fin del mundo. En la predicación hablaba sobre todo de moral, de comportamientos, de cómo tiene que vivir el cristiano. Cuando preparaba un sermón tenía ante mí la Biblia y una imagen de Jesús crucificado. No solo era pensar lo que iba a decir; se trataba de hacer oración y de pensar en la gente que me iba a escuchar. Porque mi intención al predicar era provocar la conversión. Al fin y al cabo era el que hacía Jesús en su vida pública. Yo quería que las personas se dieran cuenta de que su vida no seguía del todo los valores del Evangelio. Ahora, con ocasión de esta pandemia, el mundo está viviendo también una época histórica. No solo por la enfermedad que os destruye, también por la falta de valores, por el relativismo que está de moda, en una palabra: porque esta sociedad está desplazando a Dios, no lo tiene en cuenta. Muchos actúan como si no existiera. Decis que esta pandemia y la experiencia de estar tanto tiempo encerrados en casa, cambiará la manera de vivir, de pensar, de actuar y relacionaros. También la manera como hasta ahora habéis vivido vuestra fe. Quizás, pero si no hay una verdadera conversión del corazón, si no os volvéis de cara a Dios, si no dejáis lugar a Dios en vuestra vida, pasará el tiempo y se olvidará todo. Qué puedo deciros ahora? Mirad, os repito las palabras que dije en un sermón: “Buena gente, el mejor remedio que tenemos: que volvamos a Dios. Y ¿como? En primer lugar, confirmando nuestro corazón en la fe, y después, perseverar en una vida santa” Y que más puedo deciros ahora? Os digo: ¡no tengáis miedo! Algunos dirán ¿tú nos dices que no tengamos miedo? Si tú eras el que decías: ‘Temed a Dios, y dadle gloria’? Sí. Es cierto que en muchas imágenes y pinturas que me representan hay esta frase que yo repetía en los sermones, la que habéis escuchado en la primera lectura. Algunos interpretan que lo que quería es que tuvierais miedo de Dios. Nada de esto. Una cosa es el temor de Dios y otra tenerle miedo a Dios. El temor de Dios es un don del Espíritu Santo ¿como puede ser una cosa mala si es un regalo del Señor? Os lo repito: ¡No tengáis miedo! Jesús lo repite muchas veces en el Evangelio: ¡No tengáis miedo! El miedo viene cuando alguien confía únicamente en sus fuerzas; cuando no controla la situación; cuando se siente inseguro. Ahora os viene el miedo porque no sabéis cuando acabará el estar cerrados en 23


casa; os viene el miedo cuando pensáis que os podéis infectar y caer enfermos; os viene el miedo porque las cosas que tenéis pensadas para ahora o para dentro de unos meses, quizás no se puedan hacer… Ahora se pone a prueba la fe, ahora es cuando os podéis dar cuenta de las cosas que son realmente importantes y de las que no lo son tanto. Es la hora de la fe y la confianza en Dios, no del miedo y del pánico ante la epidemia. Por si os ayuda en estos momentos que estáis viviendo, voy a deciros lo que escribí en mi “Tratado de vida espiritual”: “Debes de considerar todas las cosas de esta vida de cuatro maneras: La primera, mirándolas cómo si fueras un peregrino, es decir, no mostrando interés por ellas. La segunda es que, al tener que hacer uso de las cosas temporales, huyas de la abundancia, de acumular, de acaparar. La tercera, que experimentes la falta de algo que tenías, que te parece imprescindible, y ahora no tienes. La cuarta, apartarte del boato de los ricos y poderosos; pero no para despreciarlos, sino para disfrutar de la compañía de los pobres y abandonados del mundo, que son imagen de Nuestro Señor Jesucristo”. Es en este momento cuando os tengo que recordar lo que también dice Jesucristo en el Evangelio: “Por eso os digo: no estéis angustiados por vuestra vida pensando qué comeréis o que beberéis, ni por vuestro cuerpo, como os vestiréis. ¿No vale más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido?...Pero vuestro Padre del cielo sabe bastante bien que tenéis necesidad de todas estas cosas. Buscad primero el Reino de Dios y hacer el que él quiere, y todas las otras cosas Él os las dará de sobra. No os preocupeis por el mañana, que el mañana ya se ocupará de si mismo. Basta con los afanes de cada día” (Mt 6, 25. 32-34). Deseo que estas palabras de San Vicente ayuden en los momentos difíciles que estamos pasando. Vicent Ferrer sabe qué es el sufrimiento. Jesucristo sabe qué es el sufrimiento. Pero ha resucitado. Dios tiene poder sobre la muerte. Quiero acabar dedicando unas palabras a los altares, las cofradías y las asociaciones vicentinas: No os desaniméis. Este año no habéis podido representar los milagros, después de unos meses ensayando. Los niños se habrán quedado tristes. No podemos 24


hacer la ofrenda a San Vicente. No podemos hacer la procesión. No se desaniméis. El esfuerzo que habéis hecho ahí está. Y el año que viene, si Dios quiere, más y mejor. Quisiera añadir unas palabras del libro del Eclesiástico. Aunque está escrito en el siglo II a. C. -y se nota en su lenguaje- el mensaje es actual. Habla de los médicos y los farmacéuticos, pero quiero incluir en ellas a todas las personas que están dando la vida para acabar con esta pandemia y por todos aquellos que se ocupan de las personas necesitadas. “Es el Señor quien ha dado la ciencia a los hombres, porque lo glorifican por sus maravillas: Con las plantas el médico cura y elimina el dolor, y con ellas el farmacéutico prepara los remedios. Y así las obras de Dios no conocen el final, y en toda la tierra, de él viene la salud. Hijo mío, si estás enfermo, no te desanimes; ruega al Señor y él te curará. Y después deja hacer al médico, que también a él lo ha creado el Señor, y que no se aparte de tu lado, porque ahora lo necesitas. Hay momentos en que tu curación está en sus manos: también él ruega al Señor que le conceda aliviar el sufrimiento y dar la sanación para curar tu vida”. (Eclo 38, 6-9 12-14) Pido a San Vicente, que interceda ante el Padre y acabe con esta enfermedad. Lo hago con estos versos: ¡San Vicente, San Vicente!, hoy el pueblo te aclama. No apartes de nosotros tu mirada. Y pídele al Padre del cielo que aparte del mundo esta plaga. Que cure a los enfermos y acoja a los difuntos en su gloria. A los que arriesgan su vida para cuidarnos, que les de fuerza, salud y esperanza. Que no dejamos de creer nunca que de Dios es la victoria. Amén. Reverendo Don Vicente Grau 25


La venta apareguda y curasió de una muda. M.I.

Sinopsis En l’añ mil cuatresents y nòu, pòc mes ó meñs, pasant el Pare Sen Visènt Ferrer per les montañes de Albaida, acompañat de sa numerosa comitiva, advertint que la chent cansada y falta de aliment desfallía, els digué: “Fills, confiant en Deu. Darrere d’eixa montaña que se nos oferix á la vista encontrarem una venta nòva, cuyo huéspet els regalá en abundansia.” Pasaren avant, y habent fet algo de camí, cridá el Sant á ú de sa compañía (que no donaba asens als seus milacres y solament el seguia per agradarli la sehua doctrina) y li digué que tornara á la venta y li duguera el bonet que s’habia deixat en ella. Aná el hòme corrent al siti y parache mateix ahon habien deixat la venta, pero ni encontrá venta, ni el menor vestichi de tal fábrica. Solament encontrá el bonet pendent d’una rama d’un abre. y coneixent d’así, que aquella aparent fábrica y el abast de la chent, tot habia segut milagrós, deprengué á creure en les maravilles del Sant. Qui el mateix dia doná la paraula á una òbra muda qu’en el camí l’ixqué al encontre y li demaná la salut.

Directora Artística Laura Castillo Alfanjarín

Personajes La Muda Martí Sant Vicent acompaña al Sant acompaña al Sant El ventero Llec Cheròni

Actores Rosa Helena Hernández Ramos Marcos Díaz García Artur Mahiques Vidal Leidy Alba Puado Esono Alyson Valero Furió Noah López Calomarde Alfredo Montagud Gómez Darfe Rodrigo Soriano 26


Los actores del milagro delante de un mural cerámico de San Vicente Ferrer en el patio del Colegio Imperial

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GALERÍA FOTOGRÁFICA 2020













Nuestro agradecimiento a la Policia Local de Valencia, que en la madrugada del 12 de Abril de 2020, en pleno confinamiento por la Pandemia, fuimos custodiadas en todo momento por estos Agentes en el desalojo de los “Okupas”, que se habían instalado en el LLAR de Nuestro Altar, en la Plaza de la Santa Cruz. Y con la protección de San Vicente Ferrer, que nos protegió con estos 7 ángeles custodios terrenales !!!



Estampa San Vicente Ferrer, fotografía del Santo que se venera en el Altar. Asociación Calle del Mar Año 1903


Estampa San Vicente Ferrer, copia del cuadro de Ribalta Asociación Calle del Mar Año 1904


Estampa San Vicente Ferrer, copia del cuadro de Juan de Juanes Asociación Calle del Mar Año 1905


OBITUARIO En este último año, nuestro Altar del Carrer del Mar ha perdido a tres de sus Clavarios más antiguos. ADELA RAGA ESPUIG, a quien todos recordamos por su generosa sonrisa, y palabra cariñosa y amable en todo momento. Era Clavariesa sencilla y elegante, y vivía nuestra Fiesta desde la proximidad de su casa a la Casa Natalicia. A diario la encontrábamos en la misa vespertina de dicha Iglesia, con una devoción a San Vicente Ferrer, que contagiaba. ÁNGEL MARTINEZ PONS, Vicentino desde su infancia, pues fue educado en el Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer, donde recibió la formación propia del Colegio, donde creció en la Devoción al Santo, se jubiló siendo director del grupo escolar. Era miembro de la Junta Directiva del Altar, trabajando por y para él. Un gran “Excolegial”. MARÍA MASCARELL PALOP, educada en la Fé a San Vicente Ferrer desde su infancia,en el Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer. Cariñosa y discreta, en todos los momentos que atravesó el Altar, supo estar al lado de su marido, Antonio, patriarcas de nuestra apreciada familia Piró. Formaba parte de la Junta Directiva del Altar, al que tanto aportó siempre. Ejemplo de mujer Vicentina y “Excolegiala”. ¡¡¡¡ San Vicente Ferrer, acompáñales ante el Altísimo !!!

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Programa de actos de las Fiestas Vicentinas de 2021 Sábado 27 marzo • Presentación libro oficial y Procesión de Ramos

de

la

Junta

Central

Domingo 11 abril • Misa en San Juan del Hospital Lunes 12 abril. Festividad de San Vicente Ferrer • Misa Pontifical, Ofrenda y Procesión Claustral

Nuestra portada: Efigie del milagroso San Vicente Ferrer que se venera en la Iglesia Arciprestal de San Juan Bautista de Galamesco Diócesis de Bolonia 46

Vicentina


Oración para la ofrenda a San Vicente Ferrer de la Honorable Clavariesa y los Clavarios Mayores de los Altares Vicentinos 2021 DIOS PADRE Misericordioso que suscitaste en San Vicente Ferrer el ministerio evangélico de la predicación confirmándolo con signos y prodigios. Apóstol de tu HIJO JESUCRISTO, instrumento de paz y de unidad para las personas y los pueblos, recorrió los caminos de España y Europa anunciando la buena noticia de la salvación y socorriendo a cuantos estaban necesitados. Te rogamos que continúes derramando sobre nosotros tu gracia providente de tal modo que la celebración de su festividad en este año, encienda en nosotros el fuego de tu ESPÍRITU SANTO, para que, siguiendo su ejemplo de santidad, confesando la fe que él proclamó, viviendo el amor misericordioso que él testificó, nos empeñemos constantemente en la edificación de tu Reino en esta Tierra. Y después, alcanzados por tu perdón y ternura, tengamos parte en su misma gloria en el Cielo. Santa María, MADRE amantísima que sufriste la pérdida de tu hijo Jesús, intercede por nosotros, para que hagamos lo que Él nos diga. AMÉN. Rvdo. Don José Ignacio Llópez Guasp Clavario Director Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer



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