REWIND | REPORTAJE
SODA STEREO EN PUNTA ARENAS
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La historia Aestaba mediados de 1987, Soda Stereo en la cumbre de su carrera. O quizás en la primera de las varias a las que habría de llegar. del show más cumbres El comentario puede ser corroborado la vía histórica, la que contempla todo lo que vino después, ubica y austral de la por destaca, en el relato sobre la carrera la banda, la trascendencia de los hechos. banda de
n tan solo 4 años, de 1982 a 1987, el trío había ascendido de los boliches y pubs bonaerenses de dudosa calidad a las primeras giras continentales, con estadios llenos en Perú, Ecuador y Venezuela, y la intención firme de conquista en México. Chile, a ese punto, había tomado otro alcance impensado. Lo cierto es que la banda ya tenía varios hits debajo del brazo y con Signos, su último LP que había roto las reglas de lo que se creía seguro en la industria musical argentina, arrastraba cada vez más público a lo largo y ancho del continente. Cerati se lucía con su guitarra Jackson azul. Zeta y Charly eran una pared monolítica. Y los teclados de Daniel Sais aceitaban la maquinaria que se llevaba todo por delante. Soda Stereo imantaba a cualquiera que le prestara atención, sin importar las fronteras.
Ohanian Producciones apadrinaba la proyección y en ella, reclutaba la intención de conquista internacional. Aquel crecimiento meteórico, sustentado por la calidad musical de sus discos y con el trabajo incansable y cuasi artesanal de los miembros de la agencia que los nucleaba, había tenido su punto álgido en el Festival de la Canción de Viña del Mar en Febrero del 87. No sólo por la trascendencia y rebote que generaba el evento sino por la extensión de la gira que Soda Stereo había realizado en tierras chilenas. A esas alturas el tour Signos era consagratorio. La conquista era total. Sin embargo en el radar del espectáculo internacional el sur austral era tierra incógnita. Los managers del trío obtendrían de