En algún lugar del desierto y La caja azul

Page 1

En algún lugar del desierto… En algún lugar del desierto la luna nos encontró dormidos, llevábamos el invierno en los ojos y el hastío del verano impregnado en el aliento. Cada uno pertenecía a un universo paralelo, la suerte les había traído hasta allí. Una finísima cortina de aire, espacio y tiempo impedían que sintiera la tangibilidad del otro para así poderlo distinguir de un sueño. Quizá era una ilusión, pero allí estaban, frente a frente, en mitad del desierto. Al clavarse las pupilas se atravesaron sus seres. Aquellas miradas estaban malditas, cualquier otro ser vivo hubiera ardido de miedo. Pero para ellos esa forma de mirar era la única que podía hacerles profundizar en el otro y leer el alma. A veces uno de los dos acababa con un agujero en el pecho de lo taladradora y desnudante que resultaba esa mirada. Quemaba pero no podían dejar de mirarse. En las pupilas se reflejaban mutuamente envueltos en un fondo estrellado. Era como desnudarse ante el espejo. Cuando no podían más, cerraban los ojos y se daban las manos. Al unirlas, podían atravesar la barrera, aunque ésta continuaba existiendo. Las palmas de las manos abrían un canal por donde dejar la energía fluir y así sentirse directamente, espejo a espejo. Y cuando esto ocurre, los espejos crean infinitos. Frente a frente, se abrían y viajaban por el universo creado entre ambos donde allí, al no haber dualidad, podían tocarse y sentirse intensamente, aunque no sin miedo. La respiración y el pulso sincronizado eran bombas que frenaban el tiempo. Vivian la atemporalidad, viajaban por el universo. Pero todavía el aire era lo suficientemente duro como para terminar de fundirse juntos. Así fue como, poco a poco, se fueron soltando las manos, así fue como sus miradas duraron años, así fue como se acabaron sentando, lentamente, hasta quedar recostados sobre la arena, temblando. Cada vez la mirada bajaba más y más de intensidad. Sus párpados anochecieron en ambos. Fue entonces cuando en algún lugar del desierto, la luna nos encontró dormidos. Llevábamos el invierno en los ojos y el hastío del verano impregnado en el aliento.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.
En algún lugar del desierto y La caja azul by El hombre sin nombre - Issuu