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gravios llega Carlos de la Madrid a la gubernatura, agraciado con la bendición y respaldo también del grupo Universidad, con Fernando Moreno ejerciendo ya el poder a plenitud. Entre las acciones y obras históricas memorables de Carlos de la Madrid están el desempolvar las leyes y procedimientos judiciales, la creación del Instituto de Vivienda (Ivecol), el remozamiento del Boulevard Costero en Manzanillo, la construcción del Hospital Universitario (que él termina, aunque permitiendo que Fernando Moreno sea quien lo inicie). A diferencia de Elías que disfrutó su gobierno, el espejo le revela al sucesor que tal parece que él lo sufre, a lo que Carlos, ufano, le responde que con tal de ser recordado como un gobernador honesto, está dispuesto a sacrificar lo necesario. Sufre prensa hostil por parte de su primo editor del diario colimense con el que, a diferencia de Elías Zamora, Carlos se niega a pactar, y menos ahora que respalda con vehemencia a la precandidata perdedora Socorro Díaz. En contraparte, cuenta con el apoyo de los dos recientes medios electrónicos gubernamentales en radio y TV. La última imagen que el espejo tiene del gobernador saliente Carlos de la Madrid, es preguntándole: “Espejito, espejito, por sus delitos, aquí tengo un legajo con elementos para consignar penalmente al editor hostil, y otro para desistirme. Fernando ya me aconsejó que yo decida. ¿Qué hago, espejito? ¿Cuál aplico?”. A lo que raudo le contesta con tajante diplomacia: “No me confundas, Carlos, soy espejo adivinador de hechos… no el mago de la lámpara que ilumina cerebros.”
FERNANDO MORENO 1997-2003
F
inalmente, de la Madrid consigna al editor. Aunque luego, una de las primeras acciones de gobierno de Moreno es aplicar el segundo legajo, el del perdón. Gracias al favor, el nuevo gobernante puede ejercer su poder ya sin periodicazos y sí en cambio recibiendo continuas alabanzas por parte del medio que lo había estado satanizando durante los últimos años. Para llegar a la gubernatura, Fernando logra lucir una serie de medallas políticas tales como haber sido diputado federal apenas llegado a la mayoría de edad, una carrera de liderazgo juvenil entre universitarios, el ser uno de los guías del grupo Universidad, y su inigualable habilidad para agregar partidarios a su causa, que le hacen subir a la antesala del poder al ser nombrado sucesor de Humberto Silva en la Universidad de Colima. “Se me acomodan las fechas, terminaré EL VOLCÁN · ENERO 2014
mi doble período rectoril exactamente al inicio de la campaña para gobernador”, le comentó ufano al espejo en su primera visita como rector a Casa de gobierno. Desde la rectoría, a través de una inteligente labor con el poder central consigue multiplicar los logros a favor de la máxima casa de estudios consolidando lo iniciado por Humberto Silva y haciéndola ahora crecer hasta convertirla en la punta de lanza del desarrollo de Colima en el ámbito cultural y del nivel de vida estatal de las siguientes generaciones, y hasta de la economía global colimense, a tal grado de haber reanimado las industrias de la construcción y la hotelera en el Estado, en tiempos de sequía económica generalizada. Y no obstante el alejamiento por resentimiento electoral universitario de Arnoldo Ochoa y Juan José Farías, compañeros de mando en el grupo Universidad, Fernando mantiene apoyo recíproco editorial y de trabajo con el exrector Humberto Silva, así como relaciones rentables con otros actores políticos locales y nacionales, lo cual le facilita el camino para ser postulado y lograr por fin su gran sueño: la gubernatura de su estado. El espejo, desde hace años, ha guardado en su memoria ancestral esa mirada decidida y la pregunta mental del joven Fernando sobre su sueño de poder, y ahora, ya como mandatario estatal, en persona, lo recibe
preguntándole: “Fernando, ¿extrañas el poder omnipotente que ostentabas como rector? A lo que le reponde: “¡Claro, aquí no es igual! Pero, vamos al gra-