Miami, Florida Noviembre 19 al 25 de 2009 Año XVIII Nro. 11, Edición 743 44 Páginas Circulación Semanal
No nos dejemos deportar
E
l caso de la familia Reyes es el de muchos de nuestros lectores. Gente de bien que trabaja y progresa en Miami, la comunidad que les dio refugio, donde pagan impuestos, donde pueden generar riquezas. Es el caso de una familia ejemplar, como son la mayoría. Jesús y Guillermo tenían 11 y 15 años cuando llegaron acá y sólo han sabido estudiar sacar buenas notas y ser sinónimo de excelencia. Como comunidad y como medio tenemos la obligación de lograr que no deporten a estos jóvenes y que reabran el caso de la familia Reyes, para quienes regresar sería una condena. La familia Reyes, papá, mamá y tres muchachos, dependen de leyes de inmigración obsoletas y de un sistema reconocido como ineficiente, el cual muchos desean corregir, para adaptarlo al siglo XXI. Como grupo humano estamos obligados a velar por estos muchachos y por los Reyes, estamos atados a su suerte. Su lucha es también la de todos nosotros. Es oportuno recordar una carta de Luther King, escrita mientras estaba preso en Alabama: “La injusticia en
cualquier parte es una amenaza para la justicia en todas partes”.
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