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“Ser payaso te cambia la vida” Hay quienes deciden dedicarse a realizar labor social en forma divertida. Es el caso de Taide de Pinzón, quien asevera que no hay nada más satisfactorio que colocarse su atuendo colorido para devolverle a la vida un poco de lo que recibes. Comentó que las experiencias como parte de una familia de voluntarias son únicas e irrepetibles, pero es posible cruzarse con algunas que llegan a ser impresionantes / MARÍA GABRIELA LARA [PUERTO LA CRUZ / ANZOÁTEGUI]
P PREPARATIVOS Taide de Pinzón indicó que prepara su vestimenta y sus implementos de bioseguridad y de entretenimiento el día anterior. La bata debe estar impecable.
RUTINA Todos los días rezo. Agradezco a Dios y encomiendo mis obras. Al llegar al hospital, nos vestimos y hacemos un ritual de abrazos de transmisión de energías.
reparar la ropa de payaso es sólo el inicio de un nuevo día cargado de alegrías y experiencias enriquecedoras para Taide de Pinzón, quien es la actual Coordinadora de la Fundación Doctor Yaso en el estado Anzoátegui. Afirma que ha realizado labor social durante toda su vida, pero que se inició formalmente cuando asumió las riendas de la Fundación Amor Médico Asistencial (Fundama). Es una Asociación Civil, sin fines de lucro, que se encargaba de la promoción, divulgación y ejecución de programas de educación integral en beneficio del sector salud, implementando acciones automotivantes. Sin embargo, comentó que la necesidad de llevar alegría a los más pequeños que pasan gran parte de sus días en
los centros asistenciales era cada vez mayor. Es en ese momento, le recomendaron buscar a Bernardino Barrios, de Doctores de La Piñata. “Fue la luz que estábamos esperando”, pues nos ayudó a comenzar con esta carrera “tan especial”. Recibieron orientaciones y herramientas para irse desarrollando en este mundo de risas y juegos. Plan piloto De Pinzón refirió que hace dos años hizo contacto con unos alumnos de Comunicación Social de la Universi-
dad Santa María, quienes tenían un proyecto relacionado con lo que ella venía haciendo: llevar alegría a los niños de los hospitales. “Fue el plan piloto. Los estudiantes presentaron la propuesta, que obedecía a un día diferente para los pequeños del Anexo Pediátrico Dr. Rafael Tobías Guevara del Hospital Razetti de Barcelona. La aceptamos y los apoyamos en el desarrollo”. Señaló que a partir de allí, decidió tomar su propio camino con la Fundación Payasos de Hospital de Anzoátegui, donde se plantearon captar voluntarios y prepararlos para esta labor que cosechaba sus primeros frutos como organización libre. Pero llegó el momento de dar un nuevo paso, pues representantes de “Doctor Yaso”, llegaron a la zona. Luego de un intercambio de experiencias y herramientas “nos casamos con ellos y actualmente le damos vida a la sede regional”. Experiencias Taide de Pinzón afirmó que adora ser “payasa”, porque le permite, por una sonrisa que regala, recibir hasta 20 bendiciones. “Te cambia la vida.
VISIÓN
DESARROLLO “Cada visita se lleva un tiempo máximo de 20 minutos. Cuando se termina, hacemos una volcada donde contamos las experiencias y sacamos los sentimientos tristes”.
“Ser un payaso de hospital es tener alegría para dar a manos llenas”, opina Taide de Pinzón. Dijo que cuando asumen sus personajes y se visten cambian completamente, aprenden a escuchar, hacen silencio en el momento justo y actúan cuando les corresponde. “Llevamos la paz, somos seres mágicos que decidimos abrir una cuenta en el cielo con amor y solidaridad.
Cuando te colocas el atuendo te conviertes en un mejor ser humano”. Los payasos de hospital no se maquillan para que se les vea el rostro, sólo se visten con trajes coloridos y adquieren un personaje, que tiene nombre para identificarse en el grupo. Taide es la “Mami Clown”. Relata que una vez que están vestidos deben asumir la conciencia de la presencia, ya que todas las miradas están centradas en ellos y deben actuar acorde con su apariencia. “Una de las experiencias que marcó mi vida fue cuando visitamos el hospital de Cumaná y le preguntamos a un niño de 2 años de edad qué era para él un payaso. Después de pensar y de un suspiro nos dijo que era algo maravilloso”. Aunque dio a luz a dos hijos, asegura que cuando está realizando su trabajo siente que todos esos pequeños con los que comparte también lo son. Se graduó de Comercio Exterior y Administración, ejerció por cuatro años, pero luego se dedicó a ser madre a tiempo completo, el cual empezó a compartir con unos niños que necesitaban un poquito de amor. “No me arrepiento de haber cambiado de vida”.