Los profetas iii simpatia y fenomenologia

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PROFETAS

Relatividad de las normas de comportamiento Las posiciones a que nos referimos antes se basan en la suposición anticuada de que la psicología fundamental de los seres humanos se verá reflejada en todos los lugares por comportamientos habituales similares, o, a la inversa, que comportamientos similares siempre tienen las mismas implicaciones, cualquiera qüe sea el contexto en el cual aparecen. Muchos estudios antropológicos no apreciaron las profundas desemejanzas en las normas de comportamiento y formas de pensar entre el hombre antivicios y las virtudes y muchos accidentes naturales eran llamados y adorados como demonios. De modo que uno debía entender por demonio a veces tanto irna fiebre como un diablo. Pero que los judíos tuvieran esta opinión es algo extraño. Pues ni Moisés ni Abraham pretendieron profetizar poseídos por un espirítu sino escuchando la voz de Dios, o por una visión ο sueño; ni tampoco hay nada en su ley, moral ο ceremonial, que les enseñe que hubo tal entusiasmo o posesión ... Tampoco los profetas del Antiguo Testamento pretendieron el entusiasmo o que Dios hablaba en ellos sino que a ellos, por medio de la voz, la visión, o el sueño; y `el peso del Señor' (II Reyes 9:25) no era posesión sino mandamiento. ¿Cómo podían entonces los judíos caer en esta idea de posesión?" En Babilonia, la perturbación mental se atribula a la influencia de los espíritus malos, y por esta razón los textos médicos a menudo tienen entremezcladas fórmulas de encantamiento. F. Delitzsch, Mehr Licht (Leipzig, 1907), ράg. 51, encontró sorprendente que, si bien los hebreos estaban rodeados de pueblos más o menos aliados a ellos y que compartían las creencias babilónicas y egipcias en demonios y espíritus malos, casi ningún rasgo de esos oscuros poderes se manifestare en la literatura religiosa del an -tigoIsrael.


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