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MEMORIA
GACETA
OBRERA
NOVIEMBRE 2012 Foto: Internet
Obreros en la hidroeléctrica de Necaxa
Foto: Archivo
HISTORIA OBRERA
L
a geografía y la determinación de obreros de la industria eléctrica, convirtieron a Necaxa, Puebla, en una de las cunas donde se gestó la experiencia de la clase obrera mexicana. Desde fines del siglo XIX llegaron inversionistas franceses interesados en domar las aguas del río Necaxa para convertirlo en energía eléctrica. Un estrecho barranco fue aprovechado para construir la presa e hidroeléctrica en 1900. El proyecto fue llevado a cabo por la compañía francesa Societé du Necaxa, la que en 1903 se asoció al ingeniero y capitalista estadounidense Frederick Stark Pearson, dando nacimiento a la empresa The Mexican Light & Power Co. La hidroeléctrica de Necaxa se convirtió en la primera obra de su tipo en México y América Latina, por ello se considera a Necaxa como la cuna de la industria eléctrica. Fue el 6 de diciembre de 1903 cuando se logró la primera transmisión de energía eléctrica desde Necaxa hacia la Ciudad de México. Ese día el flujo llegó desde Necaxa a la capital, iluminando Palacio Nacional, habitado entonces por Porfirio Díaz. El dictador celebró este ejemplo de “progreso y desarrollo” con un suntuoso baile. Dicho negocio capitalista tuvo un rápido crecimiento en la primera década del siglo XX. Casi a la par los trabajadores de esta industria iniciaron sus intentos de reconocimiento como organización gremial y de clase. En 1911 se fundó la Liga de Electricistas Mexicanos con base en los principios mutualistas y cooperativistas. La Mexican Light & Power Co. poseía además de la hidroeléctrica de Necaxa, la red de distribución de ener-
por Rubén Martín
NECAXA SME Y EL NACIMIENTO DEL
EL NACIMIENTO DE LA HIDROELÉCTRICA EN NECAXA EN 1903, MARCA EL ORIGEN DEL SINDICATO MEXICANO DE ELECTRICISTAS gía y la compañía de tranvías de la capital del país. Los trabajadores de las distintas ramas de la empresa protestaron en contra de las pésimas condiciones laborales que tenían: extensas jornadas de trabajo, bajos salarios y maltrato por parte de los capataces. En el contexto de la revolución mexicana, y con la llegada de las fuerzas de la Convención Nacional integrada por los ejércitos de Emiliano Zapata y Francisco Villa, entre octubre y diciembre de 1914 se llevaron varias protestas y huelgas obreras en la ciudad de México. Ese es el entorno que vio nacer al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) en diciembre de 1914. En enero de 1915 el SME emplazó a la Mexican Light & Power Co. para que lo reconociera como representante de los obreros, a lo que la empresa se negó. No obstante el SME comenzó a dar frutos con la realización de dos huelgas que lograron arrancar demandas a la patronal. Los éxitos del SME alentaron a la organización sindical de otros contingentes de la ciudad de México, dando paso a la Federación de Sindicatos Obreros del DF, instancia que emplazó a una huelga que paralizó la capital en mayo de 1916. Los vaivenes de la lucha revolucionaria habían sacado a los convencionistas
de la capital y otorgado el poder a Venustiano Carranza quien desempolvó una ley juarista del 25 de enero de 1862, emitida durante la intervención francesa, para aplicarla a los obreros que participaban en la huelga. A pesar de la feroz represión carrancista, la huelga duró dos días. Sin embargo, el encarcelamiento y la amenaza de aplicar pena de muerte a los dirigentes del SME y otros dirigentes obreros llevaron a cancelar la huelga. Aunque la huelga estallada en 1916 fue derrotada, el 5 de septiembre de 1917 se firmó el memorial mediante el cual la compañía reconocía al SME como organización colectiva de los trabajadores. En sus primeros tres años de vida el SME se convirtió en una de las organizaciones centrales de la clase trabajadora, y su sede sindical era el centro de reunión del proletariado de la capital. A diferencia de la Casa del Obrero Mundial (COM) que llamaba a sumarse a uno de los bandos de la revolución, el SME apostó por mantenerse al margen de los pactos políticos con las fuerzas estatales y mantenerse como sindicato de empresa, debido entre otras cosas a su tradición libertaria que lo distinguía por sus formas asamblearias y por la rotación de sus dirigentes cada tres meses.
protesta en madrid
14 DE NOVIEMBRE, HUELGA GENERAL EN EUROPA Por RM
LUCHAS GLOBALES
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l 14 de noviembre se ha incorporado al calendario de las luchas obreras y sociales como una de las fechas más emblemáticas: 40 millones de personas de más de 20 países participaron en la convocatoria a una huelga general en contra de las políticas neoliberales de ajuste y austeridad que la troika impone a la mayoría de los países de la región. La huelga del 14 de noviembre fue casi total Portugal, Italia, Grecia y España, y con participación importante en Irlanda, Francia y Alemania, además de ser secundada en otra docena más de naciones europeas. El objetivo central de la huelga general europea fue para resistir y manifestarse en contra de las políticas de ajuste neoliberal que impone la troika compuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Unión Europea (UE) y el Banco Central Europeo (BCE). Las políticas de ajuste que ya han sido aplicadas en países como Grecia, España, Italia y Portugal han tenido desastrosas consecuencias sociales. En Grecia se estima un desempleo de 30 por ciento y una reducción salarial de 20 por ciento a partir de la aplicación de las medidas de los organismos financieros y de control de la troika. El llamado a la huelga fue acatado casi de manera generalizada en España (se estimó un paro de labores superior a 75 por ciento), con participación en 87 ciudades italianas, y la movilización en centenas de ciudades de todo el continente. Más allá de la participación y la extensión, diversos activistas y colectivos están resaltando los aspectos cualitativos de esta iniciativa política. La huelga del 14 de noviembre se considera un éxito por colectivos sindicales y sociales debido a la respuesta masiva que tuvo, por las variadas formas de protesta que se usaron, así como la alta participación de jóvenes que empiezan a identificarse como un sujeto en crisis en la Europa contemporánea.