Revista el rollo ed 10 extra

¡EXTRA! Número 10

ISSN 2027-3096

Fotografía: Alejandro Palomino

Mayo 2012

Publicación de la Fundación Providencia 2000 / Armenia, Colombia / www.revistaelrollo.blogspot.com

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Así como me encanta leer, disfruto escribir, también me inspira la música.

Estos tres elementos forman parte de mi vida. He estado dedicado a poner canciones alegres, románticas, tristes, sentimentales, con mensaje, en el Facebook. Lo hago, pensando en variar un poco el esquema que manejo en el Facebook.

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Me encanta variar, cambiar, renovar, hacer algo distinto. Siempre. Incluso, cuando estaba en un salón de clase con mis estudiantes. Nunca me ha gustado el mismo esquema. No volverme repetitivo, escolarizado todo el tiempo.

La música, ese lenguaje universal que hace que entendamos aun sin conocer el idioma hablado, nos mueve siempre, nos

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pone a bailar o nos hace tararear.

Me gusta compartir con todos, hermosas melodías con excelentes intérpretes. Y me he gozado, he disfrutado estos momentos en los cuales busco y elijo lo que quiero que mis amigos del Facebook escuchen.

adelante. Levantarnos si hemos caído, porque cada día debe ser mejor. Debe ser distinto.

Para algunos serán recuerdos de años maravillosos, épocas que hicieron historia, estrujaron corazones, momentos románticos, sentimientos con sabor a bombón. Me encanta compartir música para disfrutar, alegrar el corazón.

Además, elijo frases sobre amistad, éxito, alegría para que cada uno tenga en

cuenta la que más le llegue al corazón.

Muchas frases combinadas con canciones para hacer que cada semana, cada día, cada hora haya más corazones felices, llenos de optimismo, alegres y con mucho deseo de salir a sonreía a la vida.

Las dificultades llegan, pero deben pasar rápido. No podemos quedarnos en el pozo con el problema. Debemos salir

Aunque haya nubarrones, esperemos que salga el sol.

Que la música ayude siempre y entregue muchas alegrías. Vendrán más canciones con intérpretes modernos, actuales, antiguos, porque la música une, anima, alegra, inquieta, despierta, siente, contagia.

Manuel Gó

Director Oficina de Rela Escuela de Administración

Fotografía: Aleja

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LOS B A T E R I S T A S Hay historias que me llegan y las escribo así como me las cuentan. Pero es que hay jóvenes que son buenos y los vecinos no entienden.

No voy a negar que existen jóvenes bullosos, ruidosos, escandalosos, pero son buenos. Huyen de la droga, el licor, el cigarrillo. No comparten esos elementos, pero lo que hacen, de pronto, escandaliza al más sordo.

Es que hay jóvenes a quienes les encanta el rock y son bateristas; les encanta la balada en inglés y son bateristas; les encanta el bolero y son bateristas. Esa es su bulla, ese es su ruido. Es su único escándalo. Los rockeros no pueden catalogarse como malos, drogadictos o adictos al licor. Los bateristas son enamorados de su ritmo, sus platillos y todo ese equipo que compone una batería.

Claro que entiendo a los vecinos y también a las familias. Me toca entenderme, pues mi hijo es baterista. ¿Qué hago? Escuchar. Nada más. Tengo que silenciar todo para escuchar su batería, su ritmo, su ruido, su bulla y su escándalo. Porque hace 5 años le compré una batería; es una de sus distracciones.

Además del baloncesto, lo que tenga que ver con el ruido de tambores es su vida.

Gracias a Dios ni fuma, ni toma, ni ha tenido que ver con drogas. Es callado, tímido, agradable y muy buen muchacho.

Sus 19 años los ha invertido en deporte, música y estudio. Ve televisión y goza con los programas de humor (mis favoritos).

Una de sus amigas también resultó baterista. Tiene en su casa una batería y a ratos, juega con ella. Toca, canta, sueña, se distrae. Es otro de sus cuentos.

Tampoco toma, se droga, o fuma.

Ahora resultarán algunos jóvenes que dirán que estos ciones Internacionales son unas “boletas” o peor, y Mercadotecnia - EAM “talonarios”. Y no les voy a creer. Ellos, esos jóvenes ndro Palomino

mez Sabogal

que se burlarán de mi nota, no entienden que todavía hay jóvenes que vibran por las cosas bellas, sencillas, la vida hermosa sin droga, licor o humo. No son los únicos que conozco. Hay muchos más, entre los miles que creen que la droga, el licor, el cigarrillo y el desenfreno son la vida.

Pues bien, los vecinos de la niña baterista, andan recolectando firmas para que le quiten su batería, porque no aguantan sus ruidos, aunque sea su amor por la música.

Lo curioso es que, estoy seguro que si ven a niños o jóvenes consumiendo droga, bebiendo o fumando, no hacen lo mismo.

Pasan y de pronto dicen: “Estos jóvenes de hoy…” Y creo que esos vecinos saben del comportamiento de la niña. La conocen perfectamente, porque saben quién es su familia. Son sus vecinos, pero pueden preferir el olor a droga, los niños borrachos y la humareda en el sector.

Si a esta niña le encanta la batería y es su vida, ¿Dónde puede ensayar? Es su música, ¿Dónde puede practicar? ¿Será que esos vecinos saben qué ven sus hijos en televisión, qué escuchan en radio, o que hacen en su tiempo libre? Ojalá tuviesen en cuenta los comportamientos de sus hijos para que dedujesen si el ruido que hace la baterista es un ruido musical o si lo que hacen sus hijos es un comportamiento normal.

Muchas veces, nos hacemos los ciegos para no ver lo que sucede alrededor, es malo y daña a nuestros hijos. Otras veces, nos hacemos los sordos para no escuchar lo que en verdad debemos denunciar.

Hay mensajes que me transmiten que me ponen a pensar. Hay jóvenes que quieren hacer algo bueno, pero la intolerancia no lo permite... La batería también hace parte de la música, y la música es vida.

Recepción material correo electrónico revistaelrollo@gmail.com. Hasta el día Viernes 22 de Junio de 2012.

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Foto: Archivo El Rollazo

Edición número 12 - Agosto 2012.

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