Según se decía, Juan era el niño más feo que jamás había nacido. Sus papás, buscando como ayudarle, le habían enseñado música, arte y muchos otros oficios. Juan tocaba guitarra, pintaba y le fascinaba construir juguetes con materiales reciclables. Juan cree que es un niño feo y por eso cae en las manos de éstas brujas, con su mágico espejo.