Periódico El Regional

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Septiembre de 2012

ESPACIO CRIOLLO

por Germán Terrén Estrada

Seres “distintos” al resto de la gente Bandoleros, delincuentes, mal entretenidos, al margen de la ley…etc. etc., se dice o se dijo de mucha gente y también se da y se dio en la Patagonia como en todo el territorio argentino. A veces justificadamente, a veces no tanto. Si hablamos de algunos sureños no podemos obviar a Asencio Brunel, se comentaba que era de origen uruguayo que llegó a Punta Arenas y teniendo algunos conflictos con la policía, paso a la Argentina como fugitivo. No era ni asesino ni común ladrón, se vestía con cuero de leones americanos (Puma) y montaba a caballo en pelo. Sólo robaba caballos, a veces tropillas enteras. Si tenía hambre le comía la lengua a alguno o carneaba una potranca. Al ser ubicado por la policía, escapaba con gran facilidad y hasta cambiaba de caballo a la carrera. Parecía que la diversión de Brunel y su motivo de vida era robar caballos. No se le acusó de otra cosa, creo yo. Una vez fue apresado en Chubut por la gente de Kankel que lo entregó a la comisaría de Trelew y de allí dicen escapó en el caballo del comisario. También se cuenta que la segunda vez que lo agarraron los indios, un tío de Kankel, lo bajo a un tiro de rifle. Otros dicen que por el contrario, se retiró de sus correrías y que se estableció como poblador rural. Luego de un tiempo ocupó a un peón que llegó del norte. Dicho peón le enamoró “la prenda” y al contarle ésta la historia pasada por Brunel, éste lo denunció a la Justicia de Gallegos, donde Asencio terminó su vida en la cárcel y el peón se quedó con la mujer y el campo. Pero otros cuentan que se volvió a Uruguay con buena plata. Hubo otro bandido, pero más sanguinario, también en Santa Cruz, supo de algunas correrías por parte de la policía. Se llamaba Montenegro alias “El esquilador”. Estando

guarecido en un rancho en la precordillera fue visitado por una patrulla policial de tres uniformados. Montenegro los vio venir, se atrincheró en el rancho y los repelió a tiro de carabina. A su compañera (una hija del cacique tehuelche “Mulato”) la envolvió en el colchón de lana antes del tiroteo para que no fuera herida. De esa se salvó, pero después cayó apresado en Chile. Otra historia, tal vez más romántica o idealizada por tratarse de una mujer, fue la de Elena Greenhill Blakier, una joven inglesa que tuvo sus correrías de abigeato en Río Negro y Chubut. Dicen que era muy flaquita, petisa, de pelo rubio, vestía chambergo de ala ancha, poncho castilla y botas. En la cintura llevaba revólver 44 y un Winchester en la montura. Su habilidad para disparar armas hizo parar los pelos a más de un “macho bravo”. Ni la policía se animaba a detenerla por el “chucho”. Pobre Elena, tal vez no fue tan mala para terminar muerta en una emboscada que la policía de Chubut le “armó” en Chacay. Parece que se presisó de un policía muy cobarde y ruín, que escondido, vestido de civil y con otros “corajudos”, la ultimaron desde lejos y con “Mauser”. Sobre Elena se escribieron varios libros y cuentos, entre otros escritores, Elías Chucair, Virginia Haurie y el juez Godoy, que según creo, se basó en los expedientes de la justicia. También algo muy lindo para mi gusto escribió Julia Chaktoura. Pocas cosas tan interesantes existen como los libros, pero no todos pueden comprarlos o no tienen la paciencia para hacerlo. Tal vez estos cortos comentarios sirvan un poco. Nadie podrá negar, que estos tres personajes eran seres “distintos” al resto de la gente.

EL ARCHIVO DE ROY CENTENO HUMPHREYS

Y… los sueños sueños son En cualquier agencia de la lotería se puede conseguir una tarjetita con el significado de los sueños que uno tiene. Al margen de lo que puede significar el 76 por ejemplo, están los sueños que son números recontraconocidos. Si uno soñó con una niña bonita y se quiere llenar de plata tiene que jugarle unos pesos al 15 y si hay algún muerto que le dirige la palabra a alguien hay que correr a ponerle aunque sea un peso al 48. Pero una cosa es la relación que se supone que hay entre los sueños y los números de la quiniela, que ya desde hace años no es un juego prohibido, y otra es el misterio y también el encanto que tienen los sueños en sí, al margen de toda explicación psicoanalítica o timbera que pueda haber. El folklore popular dice que el 15 es la niña bonita y que el bufoso es el 7 y hasta el 99 que son los hermanos, todos los

Relojería

ARROYO

REPARACIONES EN GENERAL

Tello 482 - GAIMAN

números tienen un significado, lo que dicho de otra manera, uno le juega los pesitos a un número y los de la quiniela le juegan a los otros 99. Psicoanalíticamente, los sueños se basan por lo general en estímulos externos, como por ejemplo el fresco que puede entrar allá por las tres de la mañana por la ventana abierta, o pueden ser la consecuencia de una cena pesada. Los psicoanalistas y los quinieleros han estudiado las causas de los sueños, razón por la cual el tipo que va a la agencia de la quiniela a jugarle al 84 es por que en sueños había visto una iglesia. Pero de pronto, como le pasó a mi amigo Justino, en un sueño aparece una construcción o un terreno, lo que en la lista de los cien sueños y sus números no aparece. Y entonces más vale volverse a casa sin jugarle a cualquier número. Un día Justino soñó que su mujer había comprado un terrenito, cerca del mar, que era una manzana entera y al medio había hecho construir una plataforma de dos metros de altura, apoyada en 12 robustos pilares, y allí se había hecho construir una casa con visión panorámica. Allá lejos, a la izquierda, se alcanzaba a ver el pueblo, para el lado de la derecha unos médanos y unas cuantas bardas, y para adelante el mar, hondo y azul y nada más. No era mucho como paisaje, El pueblo siempre estaba igual, las bardas no cambiaban y los médanos se movían tan despacio que nadie se daba cuenta. Y la mujer de Justino dijo que iba a hacerse esa casa con plata que iba a ganar a la quiniela. Y empezó a jugarles a los números que no habían salido... y que siguieron sin salir. Cuando le dolió un diente le jugó al 37 y salió el 17, ¡que desgracia...! Después empezó a jugarles a los números de las cosas que soñaba y gastó plata en el 27, en el 40 y en el 87, porque había soñado que compraba un peine pasa sacarse los piojos (que no tenía) y lo había ido a ver al cura para que explicara por qué ella tenía tanta mala suerte.

El religioso le dijo que la buena y la mala suerte eran cosas que no existían y que lo que tenía que pasar pasaba porque era la consecuencia del encadenamiento de una cantidad de factores que nadie podía controlar. Ella dijo que el tipo estaba loco y le jugó al 22 y salió por desgracia de nuevo el 17. Los psicoanalistas dicen que los sueños tienen un sentido psicológico, que responden a ciertos factores, y que pueden significar algo o pueden no significar nada. Pueden significar algo en la medida en que tienen similitud con alguna situación traumática vivida por el paciente con anterioridad y la relación entre una cosa y la otra puede ser lógica o no. Pero volviendo al terreno de una cuadra de lado con una plataforma elevada... Justino y su mujer viven en un apartamento de un quinto piso, con ventanas hacia el oeste y por consiguiente todo lo que ve es tierra... tierra y mas tierra. Quizás inconscientemente lo que ella quiere es ver el mar, los cruceros cuando llegan y cuando se van y las olas que también vienen y se van. En el departamento, aparte de un dormitorio, un comedor, una cocina y un baño, tienen dos habitaciones pequeñas en las que cada uno trabaja en lo que trabaja. Y atrás un patio para que corra la perra. Lo curioso de todo esto es que el que soñó con el terreno cuadrado con la casa al medio, todo encima de una plataforma, fue Justino, pero la que se apropió de la idea fue Clara su mujer, razón por la cual Justino tuvo que ir a la quiniela de la esquina y le puso diez pesos al 77 que no salió porque Clara es medio chueca. Y una cosa tiene que ver con la otra. De todo esto se deduce que Justino va a seguir viviendo en el departamento y su mujer algún día de estos le juega al loco, que le resulta un ladrón porque ni siquiera le devuelve la plata. Tendría que haberle jugado al seis porque a la perra le encantaría tener una manzana para correr para cualquier lado.

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