REVISTA DIGITAL DE NAVIDAD

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Revista Digital Suplemento del Periódico «El Poder del Espíritu» de la Comunidad «Santa María» Renovación Carismática Católica

Producción integral:

Servicio Multimedia de Difusión de la Palabra del Ministerio «El Poder del Espíritu»

Buenos Aires, Argentina

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Nochebuena NOCHE SIN IGUAL NOCHE SERENA, QUE ANUNCIA LA GRAN NUEVA BUENA ¡EL CIELO HABLA DE PAZ Y DE AMOR! PERFUMAN LOS PINOS, CANTA EL GRILLO, ACOMPAÑAN LAS ESTRELLAS CON SU BRILLO ¡VIENE A LOS HOMBRES, EL SALVADOR! DUERMEN LOS PASTORES FRENTE AL REBAÑO, TODO EN CALMA, NADA SE VE EXTRAÑO, HASTA QUE SE OYE DEL CIELO EL CLAMOR «EN UN PORTAL SOLITARIO Y AUSTERO, HA NACIDO DE DIOS, EL CORDERO ¡DE TODOS LOS HOMBRES, EL SALVADOR! NOCHE SIN IGUAL, NOCHE SERENA, ¡NOCHE DE PAZ Y DE INFINITO AMOR ! BRILLE EN LOS CORAZONES SU RESPLANDOR, ¡HA NACIDO JESÚS! ¡FELIZ NOCHEBUENA ! Juan Carlos Hovhanessian


Y sucedió que... «Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento» (Lucas 2:6-7)

El ángel «...envió Dios el ángel Gabriel a un pueblo de Galilea, llamado Nazaret » (Lucas 1:26). Los ángeles son siervos y mensajeros de Dios. Ellos son enviados por Dios para protegernos: «que Él ordenará a sus ángeles que te guarden en todos tus caminos» (Salmo 91:11); y también son todos ellos espíritus servidores, con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación (ver Hebreos 1:14). El ángel Gabriel le anuncia a nuestra madre, la virgen María, que ella iba a concebir y dar a luz a Jesucristo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús» (Lucas 1:30-31). El ángel Gabriel anuncia también el nacimiento de Juan el Bautista «...Yo soy Gabriel, el que está al servicio de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia» (Lucas 1:19).

«Hágase...» «Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu Palabra» (Lucas 1:38). Esta frase nos muestra la obediencia incondicional de María al Señor; de la misma manera tenemos que obedecer nosotros a Dios.

José « una virgen desposada con un hombre llamado José » (Lucas 1:27). Cuando un joven judío deseaba casarse, preparaba un contrato de matrimonio llamado kituba -el cual enumeraba las obligaciones entre marido y mujer- y se lo presentaba a la muchacha, proponiéndole matrimonio (desposorio). Si ella aceptaba desde ese momento los dos estaban desposados así como María y José (Lucas 1:27). Por lo menos pasaba un año entre el desposorio y el matrimonio. Fue durante el período entre el desposorio y el matrimonio, que María se encontró encinta por obra del Espíritu Santo.

«Bendita tú...»

«Bendita tu entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; ¿cómo así viene a visitarme la madre de mi Señor?» (Lucas 1:42-43). Luego de la Anunciación del Ángel, María se dirige hacia Ain Karim, a visitar su prima Isabel, la cual por milagro de Dios y siendo estéril, había concebido en la ancianidad y se encontraba en el sexto mes de embarazo de Juan el Bautista. Isabel reconoce a María como la «Madre del Señor» y la llama «¡Feliz!». En ese momento María alaba a Dios por el favor concedido y pronuncia lo que hoy conocemos como el «Magnificat» (ver Lucas 1:39-56).


El pesebre «Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre» (Lucas 2: 16). La palabra pesebre, significa establo, caballeriza, corral, cuadra, etc. Jesús, el «Cordero de Dios», nació en un pesebre, lugar habitual para los corderos (ver Juan 1:29-36// Isaías 53). En el pesebre contemplamos a la Sagrada Familia: María, José y el Niño Jesús.

Los pastores «Había en la misma comarca unos pastores ( ) El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» (ver Lucas 2:8-20). El evangelio de Lucas presenta como primeros conocedores del nacimiento de Jesús a los pastores. «He aquí cómo los ángeles anuncian a los pastores el nacimiento del Pastor principal, que nace y se manifiesta como un cordero en un establo.» (Griego). «Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes Él se complace». Los ángeles piden la paz para los hombres que ama el Señor; así pues, no hay paz para los malvados (Isaías 57:21), pero sí la hay abundante para los que aman a Dios «Os dejo la paz,mi paz os doy» (Juan 14:27).

Obediencia «Cumplidas todas las cosas según la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a la ciudad de Nazaret» (Lucas 2:39) Al volver Jesús a la ciudad de Nazaret se cumplió así lo dicho por los profetas: que sería llamado Nazareno (Mateo 2:23) Según la ley de Moisés: «todo varón primogénito será consagrado al Señor » (Lucas 2:22-23) Cumpliendo con esta ley María y José «llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor». Esta actitud debe ser para nosotros un ejemplo a imitar: nuestra vida tiene que estar consagrada al Señor, en obediencia siempre a Su Palabra.

Él crecía «Jesús crecía en sabiduría y edad y gracia ante Dios y ante los hombres» (Lucas 2:52). «Dice, pues, ante Dios y ante los hombres, porque primero se debe agradar a Dios y después a los hombres» (Teofilacto). Según la tradición judaica, de pequeño, el niño estaba siempre al cuidado de su madre, pero a medida que crecían, los varones participaban del oficio de su padre. En su infancia, Jesús -seguramente- aprendió el oficio de carpintero. También, junto a José, su padre, participaría de la vida religiosa, estudiando las Escrituras y familiarizándose con la Ley. La infancia y juventud de Jesús, nos habla hoy de obediencia, sumisión a los padres, « y les estaba sujeto» (Lucas 2:51) de trabajo, dedicación, fe.

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«He aquí -dice- la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Admira la humildad, admira la entrega. Se llama a sí misma la esclava del Señor, la que ha sido escogida para ser su Madre; no la ensoberbece esta promesa inesperada. Más aún, al llamarse esclava, no reivindicó para sí algún privilegio de una gracia tan grande; realizaría lo que le fuese ordenado; pues antes de dar a luz al Dulce y al Humilde convenía que ella diese prueba de humildad. He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según Tu Palabra. Observa su obediencia, observa su deseo; he aquí la esclava del Señor: es la disposición para servir; hágase en mí según Tu Palabra: es el deseo concebido.»

San Ambrosio


Cuando pienses en Navidad, recordá a Nuestra Madre -la Virgen Maríay creé que es tiempo de SERVICIO. Cuando pienses en Navidad, recordá el anuncio del Ángel cuando dijo «para Dios nada es imposible» y creé que es tiempo de MILAGROS. Cuando pienses en Navidad, recordá a los Magos y la Estrella que los guió hasta Belén y creé que es tiempo de ENCUENTROS. Cuando pienses en Navidad, recordá a los pastores que fueron sorprendidos por el canto de los ángeles: ¡Gloria a Dios en las alturas y paz a los hombres que ama el Señor! y creé que es tiempo de ESPERANZA. Cuando pienses en Navidad, recordá a JESÚS, Nuestro Señor, y creé que es tiempo de BENDICIÓN, de PERDÓN, de CONSUELO, de RESTAURACIÓN y sobre todo ES TIEMPO DE VOLVER A DIOS!!!

Virgen Madre HIJA DE LA ANTIGUA ALIANZA MADRE SANTA DEL EVANGELIO. SAGRARIO DEL ETERNO MISTERIO, PORTADORA DE LA FELIZ ESPERANZA. HIJA OBEDIENTE DEL ALTÍSIMO, «ESPOSA» FIEL DEL ESPÍRITU SANTO. EJEMPLO DE AMOR SACROSANTO, MADRE DEL HIJO AMADÍSIMO. EN MI CORAZÓN PUEDO ESCUCHAR TUS PALABRAS DE AQUEL DÍA ALABANDO GOZOSA AL SEÑOR SIEMPRE, MADRE TE VOY A AMAR. «¡BENDITA TÚ ERES, MARÍA, VIRGEN MADRE DEL SALVADOR!» JUAN CARLOS HOVHANESSIAN


FELICIDAD Verdadera

«Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como había anunciado a nuestros padres - en favor de Abraham y de su linaje por los siglos». María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.» (Lucas 1: 4656). Maravillosa es la certeza del corazón, inundado por la Gracia Divina, que expresa semejante afirmación: «¡Me llamarán feliz!» ¿De dónde brota tal convicción? ¡TAL CONVICCIÓN ES FRUTO DE LA FE EN DIOS! El Espíritu Santo le dirá a María por los labios de Isabel: «¡Feliz la que ha creído que se cumplirán las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» ¿Y qué dice María? «¡Me llamarán feliz!» ¿Y tú? ¿Expresas en tu vida esa felicidad? O vives como tantos este tiempo de Navidad,

con tristeza, con melancolía, apesadumbrado, esperando que «pase pronto»... deseando que «no lleguen estas fiestas» como muchos saben decir. Cuántas veces se pretende transformar esos sentimientos negativos con el exceso de comidas, de bebidas, con ruidosas reuniones, con pirotecnia y aún cosas peores como disparos de armas de fuego al aire, con los consiguientes trágicos efectos que se suceden año tras año, lamentablemente. Rotundamente ¡NO! No radica la felicidad en ninguna de esas cosas. En realidad no existe la felicidad así como los hombres tratan de entenderla. No existe tal cosa como una permanente felicidad en este mundo, basada en el placer de un continuo bienestar; quien así la busque en algún momento se frustrará. Sí existe el gozo y ese gozo es regalo de Dios. EL GOZO ES CRISTO, EN EL CORAZÓN DEL CREYENTE: «¡El gozo del Señor es mi fortaleza!». Eso es lo que nos enseña la Palabra de Dios. Con el gozo de Cristo podemos superar aún los momentos difíciles y allí sí, hay felicidad. Es lo que expresa la Virgen María: «¡Me llamarán feliz!», ella nos va a decir por qué: «PORQUE HA HECHO EN MI FAVOR MARAVILLAS EL PODEROSO, SANTO ES SU NOMBRE». Dios es el que hace; Él es la fuente de la verdadera felicidad. Aquí radica el éxito de la vida cristiana. JUAN CARLOS HOVHANESSIAN


MI NIÑO, MI SEÑOR DUÉRMASE MI NIÑO EN SU CUNITA JUNTO AL BORRICO Y A LA OVEJITA, QUE SU MADRE LE CUIDA CON AMOR ALLÍ AFUERA HAY UN MUNDO DOLIDO, PARA SALVARLO MI NIÑO HA VENIDO, DE TANTA VIOLENCIA, DE TANTO DOLOR. SE CIERREN SUS OJITOS COLOR MIEL; BESO SUS MANITOS DE SEDOSA PIEL. ¡DUÉRMASE MI NIÑO SIN PENSAR! EL ÁNGEL ME DIJO AQUEL DÍA QUE MI NIÑO DEL CIELO VENÍA A LOS HOMBRES CAUTIVOS A LIBERAR. HABRÁ UN DÍA EN QUE YA NO PODRÉ ASÍ A MI NIÑO ACUNAR Y CUIDAR, SUS MANITOS DE SEDOSA PIEL BESAR ¡SIEMPRE LA ESCLAVA DE DIOS SERÉ! ¡«NIÑO DIOS»! ¡GLORIOSO REDENTOR! DUÉRMASE AHORA, MI NIÑO HERMOSO, EN ESTA NOCHE DE PAZ Y DE GOZO ¡DUÉRMASE MI NIÑO «MI SEÑOR»! JUAN CARLOS HOVHANESSIAN


Los Nombres de Jesús

Él será... Él hará!!!

El Evangelio de San Mateo relata acerca de los dos Nombres que va a recibir nuestro Señor, al nacer de la Virgen María. En el capítulo 1, versículo 21 se le da el Nombre de «Jesús»: «Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados». En cambio, en el mismo capítulo, en el versículo 23 se le da el Nombre de «Emmanuel»: «Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros» ¿Te preguntaste por qué son dos los Nombres? Esto se debe a que el Nombre «Emmanuel» anunciado ya por el profeta (Isaías 7:14) es el Nombre profético del Hijo de Dios, que anuncia lo

que este niño será para la humanidad: el «Dios con nosotros». «Jesús», es Su Nombre propio -que en lengua hebrea significa «Dios salva»- lo cual anuncia el propósito Divino de Su venida a este mundo, lo que Él hará: « salvará a su pueblo de sus pecados» Aleluya!!! Dice el Catecismo (430) que Su Nombre ( ) expresa a la vez Su Identidad y Su Misión (cf. Lc 1,31). Ya que «¿quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?» (Mc 2,7), es Él quien, en Jesús, su Hijo eterno hecho hombre «salvará a Su pueblo de sus pecados» (Mt 1,21). En Jesús, Dios recapitula así toda la historia de la salvación en favor de los hombres.»


«Hoy, queridos hermanos, ha nacido nuestro Salvador; alegrémonos. No puede haber lugar para la tristeza, cuando acaba de nacer la vida; la misma que acaba con el temor de la mortalidad, y nos infunde la alegría de la eternidad prometida. Nadie tiene por qué sentirse alejado de la participación de semejante gozo, a todos es común la razón para el júbilo porque nuestro Señor -destructor del pecado y de la muerte- como no ha encontrado a nadie libre de culpa, ha venido para liberarnos a todos. Alégrese el santo, puesto que se acerca a la victoria; regocíjese el pecador, puesto que se le invita al perdón; anímese el gentil, ya que se le llama a la vida. ( ) Gracias al Sacramento del Bautismo te has convertido en templo del Espíritu Santo; no se te ocurra ahuyentar con tus malas acciones a tan noble huésped, ni volver a someterte a la servidumbre del demonio: porque tu precio es la Sangre de Cristo» San León Magno

Tu precio


El Pesebre San Francisco de Asís fue quién reprodujo el primer pesebre iniciando así esta costumbre. Él, profundamente impresionado y conmovido por la humildad de la Encarnación, en la noche de Navidad de 1223, hizo preparar en Greccio, a un fiel y piadoso amigo llamado Juan, todo lo necesario: paja, heno, un pesebre, y hasta un buey y un borriquillo de carne y hueso. Dijo el Santo: «Querría representar al Niño Jesús nacido en Belén, y ver, en cierto modo, con los ojos corporales las incomodidades en que se encontró por falta de lo más necesario para un recién nacido, cómo fue acostado en un pesebre y cómo yacía en el heno entre el buey y el borriquillo» (Tommaso da Celano-84). Vinieron al lugar varios hermanos; llegaron jubilosos hombres y mujeres de los caseríos de la región, trayendo cirios y antorchas para iluminar aquella noche. Un sacerdote celebró la Eucaristía, y Francisco, que era diácono, cantó el Santo Evangelio con su voz fuerte y dulce. La idea de reproducir el nacimiento se popularizó rápidamente en todo el mundo cristiano y se pasó a la utilización de figuras. Esta tradición ha pasado de padres a hijos, hasta el día de hoy a través de los años.


«... os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» Lucas 2:10-12


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Ha nacido t


tu Salvador PARA EL HOMBRE QUE VIVE EN EL DOLOR Y A SU VIDA NO LE HALLA SENTIDO. PARA EL QUE ANDA SIN LUZ, PERDIDO ¡PARA TI, HA NACIDO TU SALVADOR! PARA EL HOMBRE QUE NO TUVO AMOR Y EN SU VIDA HA SIDO RECHAZADO. PARA EL QUE ES ESCLAVO DEL PECADO ¡PARA TI, HA NACIDO TU SALVADOR! PARA EL HOMBRE QUE VIVE EN EL TEMOR Y EN SU VIDA HA SIDO LASTIMADO. PARA EL QUE SE SIENTE MARGINADO ¡PARA TI, HA NACIDO TU SALVADOR! EL HIJO DE DIOS, PORQUE TANTO TE AMÓ DE LA VIRGEN MARÍA, ESE DÍA NACIÓ, PARA REDIMIR AL HOMBRE PECADOR ABRE TU CORAZÓN EN ESTA NAVIDAD Y TENDRÁS PAZ, AMOR Y LIBERTAD, PUES ¡HA NACIDO TU SALVADOR! JUAN CARLOS HOVHANESSIAN

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Noche de Paz, Noche de Amor ¡Sí! Sí, mis hermanos y amigos, «ha nacido el Salvador», Tu Salvador, mi Salvador, el de todos «los hombres en quienes Él se complace». Tal como ocurrió hace ya veinte siglos, así hoy, se pueden ver las mismas actitudes, en los hombres a quienes Dios, viene a Salvar. Veamos: unos jóvenes esposos, con la mujer a punto de dar a luz, tienen que cumplir, leyes civiles, que al mirar la magnitud de lo que iba a suceder, y por supuesto casi nadie sabía, podrían haber sido desobedecidas, por considerarlas irrelevantes en relación al estado de esta muy joven esposa embarazada. Tal vez, la actitud que la lógica humana maneja, se hubiera excusado de la carga que significaba viajar a través de pedregosos y polvorientos caminos, para cumplir con un censo. Sin embargo, allí van; dos desconocidos, con «¡UN DIOS ESCONDIDO!» Van como dos simples paisanos, en la sencillez «austera», sin alarde, lo que caracteriza a los auténticos servidores del Señor. Sin «traficar influencias», sin «acomodos» «como uno más». José y María y el niño Dios, en el seno de la Virgen ¡Esta es la actitud que los cristianos debemos imitar!, mas ¿cuántas veces, las personas, imitamos las actitudes de las mayorías, como las de ese entonces? Mira sino «No tenían (lugar) sitio en el albergue». Ese «albergue» bien puede representar al mundo, donde pareciera que hay lugar para toda clase de cosas, como antes fuera dicho, mas solo - solamente - «No hay lugar para Jesús». En esta actual sociedad, que seguramente celebrará la Navidad, en muchísimos ambientes «No hay lugar para Jesús». ¿Absurdo verdad? Celebrar la fiesta de cumpleaños de alguien a quien muchos niegan conocer, es decir, no creen en su existencia, o si creen, lo hacen como si fuera un hombre más, un altruista, un «soñador», etc. El verdadero cristiano le ha recibido como su SALVADOR y lo ha hecho SEÑOR de su vida. ¡Gloria a Dios! Tendríamos que redescubrir el sentido de la Navidad, que se ha convertido en una fiesta pagana de comida y bebida; de ruido pirotécnico, al estilo de las fiestas profanas de culturas que no se corresponden con el sentido de la «Noche de Paz» y «Noche de Amor», de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo. Impera la implícita expresión del encargado del albergue: «No, no hay lugar lo siento» ¿Hay lugar para la fiesta? ¿Hay lugar para arbolitos y regalos? ¿Hay lugar para la bebida y la gastronomía? ¿Hay lugar para pirotecnia? ¿Hay lugar para ideologías? ¿Hay lugar para creencias idolátricas? ¿Hay lugar para música, baile y tantas veces desenfreno? ¿Hay lugar para planificar y efectuar viajes? ¿Hay lugar para ? ¿Y para Jesús, el agasajado en Su Cumpleaños ? « SI OS MANTENÉIS EN MI PALABRA, SERÉIS VERDADERAMENTE MIS DISCÍPULOS Y CONOCERÉIS LA VERDAD Y LA VERDAD OS HARÁ LIBRES» (Juan 8:31-32)

JUAN CARLOS HOVHANESSIAN


POR AMOR A TI En el tiempo de Navidad vemos que todo empieza a cambiar de color. Hay bonitos arreglos en los negocios, promociones de diversos regalos, se entregan tarjetas con salutaciones, se hacen preparativos, proyectos todas cosas muy buenas pero que lamentablemente -para muchos- parecen ser «la única razón» de la fiesta. Navidad es la maravillosa celebración del acontecimiento a partir del cual cambió la historia de la humanidad: el Nacimiento del Salvador ¡Jesucristo Nuestro Señor! Es por tanto una celebración absolutamente Cristocéntrica. Por ello no es posible celebrar -y vivir- realmente la Navidad si no es Cristo quien habita en el corazón. Trasmitamos entonces que Navidad es tiempo de fiesta, sí, pero porque Jesús es el Redentor y Salvador de los hombres. Y recordemos también las palabras del apóstol Pablo como el más profundo «Himno de Navidad» (Filipenses 2:6-11) y así tener siempre presente que ÉL SE HIZO HOMBRE POR AMOR A TI: «El cual, siendo de condición divina, no codició el ser igual a Dios sino que se despojó de sí mismo tomando condición de esclavo. Asumiendo semejanza humana y apareciendo en su porte como hombre, se rebajó a Sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es el SEÑOR para Gloria de Dios Padre.» Amén!!!


¿LO SABIAS?

Cuando Jesús iba a nacer, sus padres buscaban un lugar para que se produjera el alumbramiento... pero todos los alojamientos estaban ocupados (ver Lucas 2:7). Imagina la situación: habrán golpeado las puertas de muchas posadas pero siempre la misma respuesta: «¡No hay lugar! ¡No se pueden quedar!» Jesús busca hoy, un lugar en tu vida y golpea la puerta Hoy tú eres esa «posada», tu corazón es el lugar donde Jesús quiere habitar Jesús te ama y nació para cumplir el Plan de Dios: «que todos los hombres se salven». Que en esta Navidad tu respuesta sea: «¡Sí Señor, te puedes quedar, hay lugar para Ti!» Según prescribía la Ley, cuando una mujer daba a luz debía esperar un tiempo determinado para su purificación. Dependiendo de si era varón o mujer, la cantidad de días sería diferente. En el caso de un niño era así: siete días luego del parto, al octavo se le circuncidaba y luego treinta y tres días más, hasta que su madre quedaba por completo purificada. Hasta ese momento la mujer no podía acercarse a los lugares sagrados ni tocar ninguna cosa santa (ver Levítico capítulo 12). María, al dar a luz al niño Jesús, cumplió exactamente con todo, pues leemos en la Escritura: «Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le puso el Nombre de Jesús » (Lucas 2:21). «Cuando se le cumplieron los días en que debía purificarse, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor » (Lucas 2:2223). Tanto nuestra Madre, la Virgen María, como José se mantuvieron en la observancia de la fe de sus padres, y así también lo hicieron con su niño: Jesús.


Esta época del año

Llega esta época del año y vemos que muchos sufren o se deprimen, y quisieran dar «un salto en el calendario» pasando al mes de Enero directamente. También sucede que las distintas realidades familiares (peleas, desencuentros, diferencias) se hacen más visibles y aunque hubiera algún festejo, siempre queda en el fondo del corazón esa sensación de que no todo está bien, de que falta solucionar algo... Hay también quienes viven esta época con la fuerte convicción de que los años pasados fueron mejores, cosa que lejos de ser un buen recuerdo, suele transformarse en una pesada carga de nostalgia y tristeza que no deja vivir con alegría y paz el presente. Pero lejos de todo esto, que pinta muy escuetamente lo que sucede cuando llegan las fiestas de fin de año, está la más «fehaciente y real de las realidades» : Jesús ha venido a este mundo para que todo aquel que en Él crea, no se pierda, sino tenga Vida Eterna. (Ver Jn 3:15). Si comprendieran que quien se aferra a Cristo y une su corazón a Él, nace de nuevo y esto implica nada más ni nada menos que NACER DE NUEVO, sus vidas serían completamente distintas. Querido hermano (si algo de esto te toca de cerca): *si hay algo que perdonar, perdónalo; *si hay algo que olvidar, olvídalo; *si tienes que hacer algún llamado, hazlo; *si tienes que visitar a alguien, visítalo. No importa quién tenga la razón, no importa la magnitud del problema, si eres un «nacido de nuevo» tú todo lo puedes en Aquel que te fortalece. Estando Cristo en tu corazón, no puede haber lugar para desencuentros; de parte del cristiano, todo debe ser perdonado. Puede que tengas razón pero aún así, si hay algo que solucionar: hazlo. Más allá de la respuesta que pudieras recibir de la otra parte, de tu parte todo debe estar saldado. Dale a Jesús la oportunidad de colmar plenamente tu vida, de manera que puedas vivir real y plenamente una Feliz Navidad.


S.S. Benedicto XVI comentó sobre el gran árbol de Navidad en la Plaza de S con figuras de tamaño natural: «(...) Significativo símbolo de la Navidad que no muere, » y concluyó poniendo de relieve que «la Navidad es una f árbol adornado de dones- constituyen referencias importantes al gran m que la liturgia del tiempo de Adviento y de la Navidad evocan constantem


San Pedro (Vaticano) que, como cada año, se puso junto a un Nacimiento de Cristo, porque con sus hojas siempre verdes recuerda la vida fiesta cristiana y sus símbolos -entre ellos especialmente el Belén y el misterio de la Encarnación y del Nacimiento de Jesús, mente.» Ciudad del Vaticano, diciembre 2007


«Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace.» Y sucedió que cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado.» Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón. Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.» (LC 2-1-20). ¡El gran día ha llegado! El momento: cuando Emmanuel -Dios con nosotros- ya es una realidad. Después de siglos de espera, el tiempo se detiene para saludar el más grande acontecimiento de los tiempos: el nacimiento de Cristo Jesús, el Mesías Prometido, el Esperado de las naciones. Detengámonos por unos minutos a contemplar la maravilla de este evento que transformó la historia y cambió también nuestras vidas para siempre, y veamos puntual y brevemente qué nos dice la Navidad: 1) LA NAVIDAD NOS DICE QUE DIOS ES EL SEÑOR DE LA HISTORIA (v.1-6). Dios utilizó un decreto del emperador de Roma para hacer movilizar a José y María a Belén, la ciudad de donde ellos eran oriundos. Como estaba profetizado (ver MT 2-5-6) que el Mesías nacería en «Belén, de la tierra de Judá». Todas y cada una de las profecías que se habían dicho desde la antigüedad en relación con Cristo, habrían de cumplirse. 2) LA NAVIDAD NOS DICE QUE DIOS ES HUMILDE (v.7). Una de las cosas que nos maravillan son las condiciones del nacimiento de Jesús. Siendo el Creador del universo, el Rey de reyes, el Señor de Todo y Dios Todopoderoso, escogió la cuna más mísera de todas, para identificarse con los pobres y desposeídos del mundo. Podía haber nacido en el palacio del César en Roma, o cuando menos de Herodes, rey de Judea. Pero, en cambio, nace en un establo, para mostrarnos que desde su cuna está al lado de los más necesitados. 3) LA NAVIDAD NOS DICE QUE SÍ HAY BUENAS NOTICIAS EN UN MUNDO DE LAS MALAS NOTICIAS (v.8-14). Nuevamente, la aparición de ángeles y la revelación del Mesías, no se produce en los palacios ni los tronos del mundo, sino en medio de un grupo de sencillos pastores, cerca de la anónima aldea de Belén. Allí, los ángeles proclaman la buena voluntad de Dios para con los seres humanos perdidos. Allí, Dios es exaltado por los ángeles, quienes extasiados dan Gloria a Dios por su bondad. Allí, los ángeles indican a los creyentes en Dios que no deben tener más temor porque ha nacido el Salvador, el Mesías prometido por Dios, quien salvará a todos aquellos que crean en Él. 4) LA NAVIDAD NOS DICE QUE AHORA DEBEMOS IR Y LLEVAR, TAMBIEN NOSOTROS, ESAS BUENAS NOTICIAS (v.15-20). Dios ha actuado enviando a su Hijo Eterno en la condición de hombre. Ahora nos toca a nosotros los hombres dar el paso de acercarnos, sorprendidos, al prodigio del pesebre. Es el momento de nuestra respuesta a la Gracia y la Misericordia de Dios manifestada en Aquel Niño frágil de Belén. Es el momento de recibirlo ahora en el pesebre de nuestro corazón y ser limpios de nuestro pecado y rebeldía contra Dios. Y es el momento de volver a casa, al trabajo, al estudio, y compartir con todos la maravilla de la Navidad.


El acontecimiento más grande de todos los tiempos No hay en el mundo, ni podrá haber jamás, una historia más hermosa que la ocurrida hace dos mil años en Belén, y de la cual Cristo es el protagonista. Quiera Dios que siempre haya una Navidad en nuestros corazones. Que siempre la luz y la esperanza del Señor resplandezca en nuestra vida. Que el Niño de Belén no sea sólo una bella historia, sino la experiencia más importante de nuestro corazón Diego Hovhanessian


El Regalo más grande... fue para nosotros!!! Jesús nos ha dado el regalo más grande que alguien puede recibir: « Yo he venido p ara que tengan vida y la tengan en abundancia. para Yo soy el buen p astor. pastor. El buen p astor da su vida pastor por las ovejas .» (Juan 10:10-11). ovejas.» Una vez que hemos aceptado es arable esee incomp incomparable regalo debemos vivir ssegún egún Su P alabra. Palabra.


Regalo para Jesús Cuando alguien cumple años -los días previos a la fiesta- se realizan preparativos: se elige el salón, la comida, la bebida, la ropa que vamos a usar y por supuesto el regalo para el agasajado... El 25 de diciembre es el «Cumpleaños» de Jesús. Dispongamosnos por lo tanto a preparar el regalo para Él. Pero ¿cuáles podrían ser los regalos para Jesús? - nuestra obediencia a la Palabra de Dios, fidelidad, un corazón contrito y humillado (Salmo 51:19), - que nos amemos los unos a los otros (1 Juan 4:7), - nuestro servicio hacia el prójimo, etc. Faltan pocos días... si aún no tienes algún regalo, no te preocupes, nunca es tarde: en este mismo momento regálale tu corazón a Jesús, acéptalo como tu Señor y Salvador. Es el mejor regalo que «le» puedes... y «te» puedes hacer. No lo olvides: Jesús te ama!!! FELIZ NAVIDAD!!!

Regalos Espirituales Esta es una época en la que se «siente» en el aire el clima navideño. Tiempo de compras y regalos para agasajar a nuestros seres queridos con presentes. Sin dejar esta costumbre, que muestra nuestro aprecio por los demás, sería bueno que antes de comprar los regalos «materiales», en esta Navidad diéramos a los que nos rodean, los mejores regalos que un verdadero creyente puede dar: los «regalos espirituales». Dando amor a los que nos rodean, perdonando a quienes pudieran habernos ofendido; poniendo paz en situaciones de conflicto y llevando la Palabra de Dios a los demás. Estos «regalos» muchas veces «cuestan» mucho más que los que compramos en algún negocio, pero fortalecen nuestro espíritu y nos hacen agradables a los ojos de Dios. Que en esta Navidad nuestro mejor regalo a Jesús, sea hacer Su Voluntad y obedecer Sus Mandamientos.


Un hombre obediente... un h San José, hombre obediente a los mandatos divinos, es elegido por Dios para ser parte fundamental del plan de salvación: habría de ser el padre terrenal de Jesús. El «santo del silencio» tiene el privilegio y la alegría única de ser el padre terrenal de Jesús. No se conocen palabras expresadas por él en la Biblia, mas su accionar está siempre alineado a la voluntad de Dios. Con el embarazo de María, José es probado en la fe. No conoce el misterio de la Encarnación (Lucas 1:26-28), por eso resuelve abandonarla en secreto, para evitar la deshonra de su prometida. Pero el Ángel del Señor se le aparece en sueños (Mateo 1:28-25) y entonces José acepta su misión. Casto varón, íntegro, de «una sola pieza», mantiene la unión conyugal, en comunión de corazones por amor a Dios. Un par de tórtolas es lo que ofrecen en el Templo, el carpintero y su esposa la Virgen María (Lucas 2:22-24). La ofrenda más humilde Después llega el momento de abandonar su tierra (Mateo 2:1314). La ambición y barbarie del rey Herodes, les obliga a huir a Egipto. ¡Cuántas dificultades se le presentan a este justo varón! Lejos de sus parientes, en un lugar con otras costumbres, otras tradiciones, otra lengua... Pero no está solo, el Espíritu Santo le da fortaleza y coraje para proteger a su familia. Templanza para sobrellevar el destierro. Seguramente trabaja con esmero, con corazón alegre comparte y enseña. Escucha y aconseja con una sabiduría donada por el Altísimo. Pasan los años y regresan a Nazaret (Mateo 2:19-23). Cuántos sueños y proyectos. ¡Qué felicidad estar otra vez con su gente! En tanto el Niño va creciendo en estatura y Gracia delante de Dios (Lucas 2:39-40). José no aparece en el relato de las bodas de Caná, ni a los pies de Jesús en la Crucifixión. Tampoco en el Cenáculo en Pentecostés. Sale de nuestra visión silenciosamente, como inadvertido. Un hombre de acción. Celoso guardián y tierno protector, laborioso, emprendedor. Acompaña a su hijo con amor. Patriarca San José: a ti miramos para ver la vida de un hombre de Dios. Modelo de fe, piedad y justicia, fuiste elegido para la gran misión. ¡Soldado fiel del Señor!


hombre de Fe San José

A SAN JOSÉ CUAL PERFUME DE MIL ROSAS ES TU VIDA TODA FRAGANCIA... EJEMPLO DE PERSEVERANCIA, ¡HÉROE DE BATALLAS SILENCIOSAS! OBEDIENTE «SOLDADO» DEL SEÑOR, NOBLE Y HUMILDE CARPINTERO CASTO, TRASPARENTE, SINCERO, ¡MODELO DEL DIVINO AMOR! DIOS TE ELIGIÓ POR TU LEALTAD ¡PATRIARCA DE LA FIDELIDAD! ¡VARÓN JUSTO HOMBRE DE FE! PADRE DEL VERBO ENCARNADO, DE MARÍA, SU ESPOSO AMADO ¡BIENAVENTURADO SAN JOSÉ! JUAN CARLOS HOVHANESSIAN


Será llamado HIJO DE D «El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. ... María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el Poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios». El ángel da la inefable solución de Dios a la pregunta formulada por María. La virginidad, que parecía «un obstáculo», resulta ser el contexto concreto en que el Espíritu Santo realizará en ella la concepción del Hijo de Dios encarnado. La respuesta del ángel abre el camino a la cooperación de la Virgen con el Espíritu Santo en la generación de Jesús. Juan Pablo II

«Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según Tu Palabra.» Y el ángel dejándola se fue». Ved la humildad de la Virgen, ved su devoción. ( ) Se llama sierva la

que es elegida como Madre, y no se enorgullece con una promesa tan inesperada. Porque la que había de dar a luz al manso y al humilde, debió ella misma manifestarse humilde. ( ) «He aquí la sierva del Señor», es su disposición a cumplir con su oficio. «Hágase en mí según Tu Palabra», es el deseo que concibe. San Ambrosio

«En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno», Jesús, que estaba en su seno, se apresuraba para santificar a Juan, encerrado aún en el vientre de su madre. Dice, pues: «Bendita tú entre las mujeres». Ninguna fue jamás tan colmada de gracia, ni podía serlo, porque sólo ella es Madre de un Fruto Divino.

Orígenes

«Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento».

Belén quiere decir casa del pan y Él mismo es quien dice: «Yo soy el pan vivo que bajé del cielo» (Juan 6:41). El lugar en que nace el Señor se llamaba antes casa del pan, porque había de suceder que aparecería allí -según la carne- Aquel que había de robustecer las almas de sus escogidos con una saciedad interior. San Gregorio Magno

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EL ALTÍSIMO

«Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño.Se les presentó el Ángel del Señor, y la Gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Cristo Señor » Consideremos cómo la providencia divina se

cuida de afirmar la fe. Un ángel instruye a María, un ángel instruye a José y un ángel instruye a los pastores. San Ambrosio

«...y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». Pero, si a nuestra vista aparecen acaso humildes los pañales, admiremos los conciertos de

los ángeles. Si menospreciamos el pesebre, levantemos un poco la vista y miremos esa estrella nueva en el cielo anunciando al mundo el nacimiento del Señor. Si creemos en las cosas viles, creamos también en las cosas admirables. Si discutimos lo que es humilde, veneremos lo que es alto y celestial. San

Maximino

«Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes Él se complace». Para qué hombres piden los ángeles la paz, lo manifiestan diciendo: «A los hombres de buena voluntad», esto es, para aquellos que reciben bien el nacimiento del Señor. Así pues, no hay paz para los impíos (Isaías 57), pero sí la hay abundante para los que aman el Nombre de Dios (Salmo 118).

Beda

«Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían». ( ) no se crea que este ejemplo de fe de los pastores es de poca importancia, a causa de que sus personas sean tan humildes. Se busca la sencillez y no la ostentación. Y continúa: «Vinieron, pues, a toda prisa» para manifestar que el que busca a Jesucristo no debe andar con pereza» San Ambrosio

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón.»

Todo lo que le había dicho el ángel, y todo lo que había oído a Zacarías, Isabel y los pastores, todo lo conservaba en su corazón. Y comparando unas cosas con otras, esta Madre de la Sabiduría veía que en todas ellas se probaba que era verdaderamente Dios quien había nacido de ella. Griego

«Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho». Todos, pues, se alegraban en el nacimiento de Jesucristo, no de una manera humana (como suelen regocijarse los hombres cuando nace un niño), sino por la presencia de Jesucristo y por el brillo de la luz divina. «En fin -prosigue- los pastores se volvieron, no cesando de alabar y glorificar al Señor por todas las cosas que habían oído.» San Atanasio


Los misterios de la Navidad y la infancia de JesĂşs


Catecismo de la Iglesia Católica

(525-530)

El Nacimiento de Jesús: la Gloria del Cielo se manifiesta, se hace visible en la debilidad de un niño y la humildad de un pesebre. «Y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» (Lucas 2:12)

Su Circuncisión (al octavo día) es signo de su pertenencia a la descendencia de Abraham, al pueblo hebreo y prefiguración de nuestro Bautismo. «Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le puso el nombre de Jesús, el que dio el ángel antes de ser concebido en el seno» (Lucas 2:21) La Epifanía celebra la adoración a Jesús de parte de los magos de Oriente, y es la manifestación del Rey Mesías a todos los pueblos. «Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle.» (Mateo 2:1-2)

La Presentación de Jesús en el Templo lo muestra como el Primogénito que pertenece al Señor, en Simeón y Ana se concentra toda la expectación de Israel, que viene al encuentro de Su Salvador. «Cuando se cumplieron los días en que debían purificarse, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor» (Lucas 2:22) La Huida a Egipto y la matanza de los inocentes manifiestan la oposición de las tinieblas a la Luz y que toda la vida de Jesús estará bajo el signo de la persecución. «Cuando ellos se retiraron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estáte allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle». (Mateo 2:13) Su Retorno de Egipto a la Tierra de Israel recuerda el Éxodo y presenta a Jesús como el «nuevo Moisés»: ¡Jesús es el Verdadero y Definitivo Libertador! «Muerto Herodes, el ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y vete a la Tierra de Israel, pues ya han muerto los que buscaban la vida del niño.» El se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en la Tierra de Israel.» (Mateo 2:19-21)


¿Sabías que la primera Profecía sobre el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo está en el Libro del Génesis?

Fue pronunciada por Dios Mismo en el Edén y dicha en ese momento a la serpiente, antes de ser expulsados Adán y Eva. «Enemistad pondré entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje: Él te pisará la cabeza, mientras acechas tú su calcañar.» (Génesis 3:15). Jesús (Verbo Increado y Verbo Creador: ver Jn 1:3) fue engendrado por el Altísimo («Engendrado no Creado...» -Credo Niceo Constantinopla) y concebido por la Virgen María, por eso es que la simiente o linaje es el de Dios, nótese que aún Adán y Eva no habían tenido hijos y Eva es la madre de los vivientes. El nacimiento de Jesucristo significó la derrota de todos los planes de la «serpiente antigua»: Satanás. Jesús lo venció con Su Muerte y Resurrección: «Y a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y en vuestra carne incircuncisa, os vivificó juntamente con él y nos perdonó todos nuestros delitos. Canceló la nota de cargo que había contra nosotros, la de las prescripciones con sus cláusulas desfavorables, y la suprimió clavándola en la cruz. Y, una vez despojados los Principados y las Postestades, los exhibió públicamente, incorporándolos a su cortejo triunfal.» (Colosenses 2:13-15)

El precio de nuestro rescate «Ahora, por tanto, nuestra paz no es prometida, sino enviada; no es diferida, sino concedida; no es profetizada, sino realizada: el Padre ha enviado a la tierra algo así como un saco lleno de misericordia; un saco, diría, que se romperá en la pasión, para que se derrame el precio de nuestro rescate que contiene; un saco que, si bien es pequeño, está ya totalmente lleno. En efecto, un niño se nos ha dado, pero en este niño habita toda la plenitud de la divinidad» SAN BERNARDO Sermón I de Epifanía, 1-2


Él fue anunciado

PROFECÍAS ACERCA DEL NACIMIENTO DE JESÚS

El nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo fue anunciado por los profetas en el Antiguo Testamento. Éstos revelaron acerca de dónde, cuándo, de quién, etc. iba a nacer el Salvador, alcanzando cumplimiento todo esto en el Nuevo Testamento. Algunas de estas Profecías: *Nacería de una Virgen Isaías 7:14: « He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emmanuel.» Lucas 1:26-27: «Al sexto mes envió Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.» Lucas 1:30-31: « No temas María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús.» *Sería de la Tribu de David Isaías 11:1-2: «Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raíces brotará. Reposará sobre Él el Espíritu de Yahvé » Mateo 1:1: «Libro del origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham...» Lucas 1:32: «El será grande, se le llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre...» *Nacería en Belén Miqueas 5:1: «En cuanto a ti, Belén Efratá, la menor entre los clanes de Judá, de ti sacaré al que ha de ser el gobernador de Israel; sus orígenes son antiguos, desde tiempos remotos.» Mateo 2:1: «Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes...» *Sería un Profeta Deuteronomio 18:18: «Yo les suscitaré, de en medio de sus hermanos, un profeta semejante a ti, pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande.» Mateo 21:11: «Y la gente decía: Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea.»




Enco

«Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Angel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace.» Y sucedió que cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado.» Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón. Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.» (Lucas 2:8-20). ¡Qué gozo inexplicable e incomparable produce el haber «encontrado» a Jesús! Y tú... ¿lo has «encontrado»? Él es el necesario, suficiente, absoluto, Salvador del hombre todo y de todos los hombres, tal como lo declara el Apóstol Pedro: «PORQUE NO HAY BAJO EL CIELO OTRO NOMBRE DADO A LOS HOMBRES POR EL QUE DEBAMOS SALVARNOS» (Hechos 4:12). En este tiempo, donde pareciera que se proponen distintos caminos de «salvación» a los hombres, mediante toda clase de «doctrinas de error», de falsos dioses, de ídolos, supersticiones, cábalas, filosofías pseudo religiosas, creencias, etc. etc., los cristianos, con la valentía del Apóstol, debiéramos testificar con la vida, al Único Salvador, ¡JESUCRISTO EL SEÑOR! ¡Dios se ha hecho hombre! Esta es la más maravillosa noticia que el hombre pueda escuchar: DIOS SE HACE UNO COMO NOSOTROS, en todo, excepto en que Su naturaleza es Santísima, no tiene pecado. Déjenme contarles una anécdota que me sucedió, cuando un día, entré a ver el lugar donde compartimos nuestros encuentros mensuales con cientos de hermanos que se congregan -viniendo muchos- desde muy lejos, con maravillosos testimonios de sanidad, de prosperidad, y de toda clase de bendiciones del Señor. Era el día previo por la tarde y se entra por una pequeña puerta que da a una pequeña oficina que obra como recepción de escuela para niños discapacitados. Al acceder a la oficina y cerrar la puerta de calle quedé en ese pequeño lugar y en un instante vi algo que volaba sobre mí. Era un gorrión, que vaya a saber cómo, pasó allí toda la noche y la mañana de ese nuevo día. Enseguida abrí la puerta para que volara a la libertad. Pero él en su intento, asustado, se daba contra la superficie vidriada que es el frente de esa oficina, dando hacia la calle. Por fin, después de varios intentos, el gorrión se refugió agitado sobre unos estantes en la parte alta, que es de una altura mediana. Intenté con un plumero que allí encontré, acercarlo a él del lado del mango, pero se asustó aún más y en ese revoloteo, justo acertó la puerta y al fin se fue volando hacia la libertad. Imaginé al Padre, queriendo, una y otra vez, mediante Su Amor por todos nosotros, sacarnos a la libertad, desde el lugar que nos tenía cautivos por el pecado. Todos Sus esfuerzos y nosotros, como ese gorrión, dándonos de «narices contra el muro». Asustados, creyendo que era para destruirnos... ¿no habrá pensado eso el gorrión de mí? ¿Qué habrá dicho en su lenguaje a quienes lo esperaban en el nido? «¿Dónde estuviste?» «Creíamos que ya no volvías» _«¡Cállense!», habrá contestado. «Corriendo una mariposa me vi en un lugar, justo que cerraban y quedé atrapado, no sé cómo, pero allí estaba, en la oscuridad, en ese lugar extraño, pensando cuándo podría salir de esa cárcel, pensando si los volvería a ver... ¡No saben por lo que pasé! Se hizo de día y nada... sin agua, sin comida, temblando de

a


contraron

al Niño

miedo y en eso entra alguien que quiere matarme... ¡estoy perdido! dije, ¡me quería dar con un palo! No se cómo escapé...» No sé si esto habrá sido así con el gorrión, pero si sé que él estaba asustado por mi presencia -que sólo quería su bien- su libertad, y cuantos más intentos hacía... más lo asustaba. Allí, luego me pregunté: ¿Qué hubiera pasado si yo hubiera podido hacerme un gorrión? Habría llegado junto a él y le hubiera dicho: «¡Ánimo! ¡No temas! ¡Sígueme y volemos juntos hacia la libertad!» ¿No fue esto lo que hizo Jesús? Claro, yo «no puedo hacerme», porque soy una creatura como el gorrión... Sólo Dios «puede hacerse»... y ¡LO HIZO! ¡FELIZ NAVIDAD! JUAN CARLOS HOVHANESSIAN


Alrededor de una mesa


Una cena bien servida, un brindis especial, frutas secas, pan dulce, mucho ruido e intercambio de regalos en una reunión familiar... Los preparativos previos incluyen la efusiva y «animada» conversación para determinar dónde nos reuniremos este año. Seguramente habrá un pariente disfrazado de papá Noel, para alegría de los más pequeñitos. Y así pasa todos los años. Todo esto es lindo, pero... ¿No te da la sensación de que el verdadero motivo del festejo se ha «olvidado» en muchos hogares? En Navidad celebramos el nacimiento del Salvador: nuestro Señor Jesucristo. Jesús vino para darse por completo y por amor a los hombres. Es Su fiesta lo que estamos celebrando. El Nacimiento del Único, del Cristo Redentor, que vino para Salvación del hombre todo y de todos los hombres. Por eso, en esta Navidad, lo más importante no es la comida ni con quién y dónde lo celebremos: lo importante es Jesús, adorarle y recordar por qué y para qué Él -que es el Verbo Eterno- se hizo carne y habitó entre nosotros. Si Él está presente el día de Su fiesta, entonces habremos comprendido el verdadero motivo de la celebración. Y en ese ágape, reunidos alrededor de una mesa, viviremos el verdadero sentido de la Navidad.


¿Mudos por incrédulos... o Dice 1 Cor. 2: 9-10: «Mas bien, como dice la Escritura: lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que lo aman.» Dios prepara cosas grandes pero dice que «no las vio el ojo», las va a ver un día, pero todavía no las vio; el oído no las oyó y al corazón del hombre no llegó, es decir aquellas cosas que ni siquiera son «un anhelo». Por eso dirá Pablo que Dios nos da más de lo que le «podemos pedir o pensar». ¡Gloria a Dios! Ahora, estas grandes cosas, Dios las prepara para aquellos que le aman. Y dice en el versículo 10: «Porque a nosotros nos lo reveló Dios por medio del Espíritu; y el Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios.» Vamos a Lc 1, el capítulo de las visitas. Del vs 1 al 25 el ángel Gabriel visita a Zacarías, mientras él estaba adorando a Dios, como sacerdote de Dios, sirviendo en el altar del Señor con el incienso. Los cristianos sabemos que el incienso es figura, símbolo de la adoración. El tema central de Lc 1: 125 es «no temas». Zacarías ahí se

pone a temblar y el ángel le dice «no temas». Dios viene -a través de un ángel, de un predicador, de un hermano en la fe- para decirte cuando lo necesitas: «no temas». Del versículo 26 al 38 encontramos otra visita. Gabriel, seis meses después de la primera visita en la que anunció el nacimiento de Juan el Bautista, visita a la Virgen María en lo que se conoce como La Anunciación. Y el tema central ahí es el anuncio del nacimiento del Mesías, pero ¿sabes cuál es el mensaje? «No temas». Mira qué cosa: Juan el Bautista es anunciado a su padre, Jesús es anunciado a su madre; Zacarías era viejo, María era joven; Zacarías era un hombre, María una mujer; Zacarías era sacerdote, María era una muchacha del pueblo, una virgen doncella del pueblo; Zacarías no creyó, María creyó; Zacarías quedó mudo por incrédulo, María cantó alabanzas al Señor. Del versículo 39 al 56 hay otra visita: María visita a Isabel, su prima, que ya estaba de seis meses o un poquito más. Y del 39 al 56 sabes cuál es el

DIEGO HOVHANESSIAN

tema: el gozo. Entró María a la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Algunos dicen que Zacarías no estaba presente, pero lo que sí sabemos es que estaba mudo. Y se cree que también estaba sordo, porque la palabra griega que pone donde dice mudo es kofos, que quiere decir sordo y mudo. Y no es de extrañar, porque cuando le van a poner el nombre a Juan el Bautista, en su circuncisión, al octavo día, como es la costumbre judía, dice que le preguntan a Zacarías a través de señas, cómo quería que se llame el niño. ¿Por qué le preguntan por señas? Si no hubiera estado sordo le hubieran dicho: ¿cómo quieres que se llame? Así que hermano, yo creo que estaba sordo y mudo. Y esto le pasó por incrédulo, por más que haya sido sacerdote, por más que esté todo el día en el templo del Señor, si es incrédulo: es incrédulo. Y María cuando entró tuvo discernimiento, santa mujer nuestra Madre, la Madre del Señor y la Madre de la Iglesia; y cuando la saludó, el niño saltó en el vientre de Isabel, que quiere decir «la que ama a Dios», e Isabel se gozó. Y entonces María canta el Magníficat, uno de los cantos de alabanza más grandes y maravillosos que encontramos en toda la Escritura. Empezamos de la nada, con Zacarías e Isabel, que era estéril y los dos que eran viejitos, y sin embargo, viene la visitación... tu mujer qued ará embarazada, el Señor lo va a hacer. Claro que Zacarías tuvo que allegarse a su mujer, no fue una concepción como la de Jesús, donde María fue cubierta por la Sombra Del Espíritu Santo. En este caso se allegó Zacarías a Isabel, pero igual fue milagroso. Isabel dice en el versículo 25: « esto es lo que ha hecho por mí el Señor en los


o cantando por haber creído? días en que se digno quitar mi oprobio entre la gente.» Ella habla de oprobio, porque en aquel entonces el hecho de no poder tener hijos era un oprobio, una vergüenza, una maldición. Entonces Dios se lo quitó. Ahora bien, al principio no temas, después: gozo, alabanza, cántico. El niño no nació todavía, las cosas todavía no están, el ojo no lo vio (porque cuando hay un embarazo el ojo todavía no ve al niño), pero vos ya estás alabando al Señor. Y te vas a «la casa de Zacarías» porque ahí hay gente que te entiende, y están las «Isabeles», las que aman a Dios. Y la última visita, del 57 al 80, es la de Dios a Su pueblo. Dice Zacarías en el versículo 68 luego de que recupera el habla y seguramente el oído: « ha visitado y ha redimido Dios a su pueblo », en otro hermoso canto de alabanza. Este es el tema central del himno de alabanza de Zacarías. Entonces tenemos que las dos primeras visitas dicen «no temas». Pero vamos a Lc 1. ¿Sabes cuándo vino el anuncio del nacimiento de Juan el Bautista? ¿Sabes lo que estaban viviendo los judíos, lo que estaba viviendo Zacarías? Zacarías quiere decir «Dios se ha acordado». Lindo matrimonio entre: Dio s se ha acordado (Zacarías) y la que ama a Dios (Isabel), y ¿sabes lo que sale de esa unión? Juan; que quiere decir Dios es favorable. ¡Aleluya! ¿Sabes cómo eran esos tiempos? Lo dice en el versículo 5: « en los días d e Her o d es, r ey d e Ju d ea, u n sacerdote llamado Zacarías » Está hablando de Herodes el grande y de un momento que históricamente era el más oscuro para Judea, el más trágico, el peor, el más nefasto, y mira que el pueblo judío pasó por tiempos oscuros ¿Pero qué te quiero decir con esto? Que aunque no sea el mejor momento de tu vida y aunque traigas problemas de años, mires a Zacarías. Viejo, un hombre de Dios, servidor de Dios, estaba en el templo, hacía lo que tenía que hacer, un hombre piadoso, un hombre bueno... pero que no tenía hijos, estaba en oprobio, estaba en tristeza, en amargura, pero igual no dejó de servir a Dios. Dice la Palabra que le tocó el día de ir a servir a Dios (y sabemos que esto no era un sólo día, los sacerdotes se turnaban en el Templo de Dios y se quedaban allí durante varios días), y él podría haber dicho, «me toca ir a

servir al templo, tengo que ir a la Iglesia, tengo que ir a dar de comer a los pobres, tengo que ir a cantar, estoy viejo... no tengo ganas, estoy deprimido». A todos nos puede pasar, pero sabes qué: él fue, él fue delante del Señor y ahí tuvo el anuncio, en el momento más oscuro de su vida, cuando él ya no lo esperaba. Vaya si habrá orado por un hijo, pero él ya no lo esperaba, pues cuando se le aparece el ángel Gabriel, Zacarías dice (vs.18): « ¿en qué conoceré que vo y a tener un hijo ?...» Incrédulo... y el ángel dice por ser incrédulo te vas a quedar mudo hasta que nazca el niño. Zacarías quería una señal para luego creer. ¿Cuántos muchas veces hemos pedido señales a Dios? ¿Sabes lo que dice la Biblia en 1Cor 1:22? «Que los jud ío s p id en señales, no lo s cristianos». Y dice Pablo que no seamos como los judíos, que todo el tiempo están pidiendo señales, seamos creyentes, aún sin ver. ¿Sabes quién era judío? Tomás, el mellizo. Sus amigos, los que habían comido y dormido con él durante tanto tiempo mientras seguían al Señor, le dijeron: «hoy estuvo aquí el Señor resucitado», pero Tomás dijo «yo si no veo, yo si no toco, no creo » y de golpe apareció Jesús y le dijo vení acá y toca, pone tu dedo. «Señor mío y Dios mío», y Jesús le dijo «ahora crees porque viste, pero felices, dichosos los que crean sin ver». A veces la gente se ríe, no te entiende... y es buena gente, nuestra propia familia, los que quieren nuestro bien... pero dicen «dejá eso de la Iglesia», pero vos seguís alabando y cantando al Señor porque creíste sin haber visto. Yo no quiero ser el dídimo, el mellizo Tomás, yo quiero ser feliz, feliz como le dijo Isabel a María, «feliz de ti por haber creído lo que te anunció el Señor». Se lo dijo Isabel y no Zacarías, porque él no creyó y por eso se quedó mudo. Mira lo que dice en 2 Cor 4: 13: «Pero t en iend o aq u el esp ír it u d e fe conforme a lo que está escrito: Creí, por eso hablé, también nosotros creemos, y por eso hablamos » ¿Qué pasa cuando creo? Hablo. ¿Qué hizo Isabel? Creyó, por eso habló. ¿Qué hizo María la virgen? Creyó y cantó alabanzas. ¿Qué hizo Zacarías? No creyó y se quedó mudo.

Pero hay algo bueno de Zacarías. Era el peor momento de su vida, el más trágico, el más triste, ya estaba perdiendo su esperanza... pero no dejó de servir a Dios. No te olvides que Zacarías quiere decir Dios se ha acordado. Vos sé fiel que Dios se va a acodar siempre... vos seguí adelante. Aunque te digan... vos seguí firme alabando al Señor, congregándote, firme en la Iglesia, porque ahí nos entendemos todos. Pero también están los que como dice el dicho «pájaro que comió voló». Los que dicen: «fui sanado», «fui prosperado», «ya no necesito más a la Iglesia»... No mi hermano. Mirá a Zacarías. Como dice el canto: «en el día de angustia, en Él esperaré, en el d ía d e felicid ad t am b ién le buscaré, en todo tiempo y en todo lugar bendeciré a mi Señor». Vamos a Lucas 1:22- 23: «Cuando salió no p o d ía hab lar les, y comprendieron que había tenido una visión en el Santuario; les hablaba por señas y permaneció mudo. Una vez cumplidos los días de su servicio se fue a su casa. Días después, concibió su mujer Isabel y estuvo d urante cinco meses recluida » Servían muchos días en el templo. Y seguramente pasó que Zacarías pensó «ya tengo la respuesta, m e vo y a casa a disfrutar» (no lo pudo decir porque estaba mudo). No hermano, se quedó en la casa del Señor, cumplió con su servicio, cumplió con su fe, cumplió con los mandatos de Dios para su vida, tanto en el día malo como en el día bueno: sirvió a Dios. Cuando fue el anuncio a la Virgen María el ángel le dijo «no temas». ¿Estamos «embarazados» de alguna promesa de Dios? Proyectos, anhelos que Dios nos quiere dar. Sigue orando, clamando a Dios por lo que anhelas y créele a Su Palabra porque Dios no falla, y terminarás «con tu niño en brazos»... con tu anhelo entre manos, porque si Dios nos ha dado lo más maravillosos que había en el Cielo: Jesucristo, cómo no nos dará con Él toda clase de bendiciones. Dios te bendiga!!!

BREVE EXTRACCIÓN DEL MENSAJE PREDICADO POR DIEGO HOVHANESSIAN EN DICIEMBRE DE 2008


Antes

CRISTO Después

El nacimiento de Jesús fue un evento que marcó la historia. Tanto es así que cada hecho ocurrido se sitúa entre los parámetros: antes de Cristo (A.C.) y después de Cristo (D.C.). Lo mismo ocurre con nosotros cuando Jesús «llega» a nuestra vida, hay un antes y después; porque luego de ello comenzamos a «ver con otros ojos», ojos que son iluminados por Su Presencia y Su Palabra. Jesucristo es esa «Gran Luz» que vino a disipar toda penumbra, por eso nuestra vida cambia... Él nos dice: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.» (Juan 8:12). Si nos decidimos a seguirlo, Él nos promete «la luz de la vida» que hace que no sólo ya no vivamos en tinieblas, sino también que seamos «lámpara» que irradie Su Luz a todos los hombres. Hermano, anímate a seguirlo...

¡No lo dejes pasar!


Yo en vosotros

El Evangelio según San Lucas, es el que relata con mayores detalles el nacimiento de Jesús. Comenzando previamente por la Anunciación a la Virgen, la visita de María a su pariente Isabel, el Cántico de María, el Nacimiento de Jesús y la visita de los pastores; el evangelista precisa los tiempos, los lugares geográficos y hasta la situación política y social del momento (ver Lc 1:26, 1:39, 2:1-4). Por otra parte, el Evangelio según San Mateo también narra el nacimiento de Jesús, haciendo hincapié en cómo José asume la paternidad legal de Jesús. Pero es en el Evangelio según San Juan, donde encontramos revelado el Misterio más grande de la Natividad: «Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros » (Jn 1:14). La Encarnación, el acto por el que el Hijo de Dios se revistió voluntariamente de un cuerpo humano y de la naturaleza humana, el punto culminante de las revelaciones y manifestaciones procedentes de Dios en el mundo sensible. Nuestro «Goel» (del hebreo: «Redentor»), «se despojaba de sí mismo para asumir la semejanza humana y aparecer en su porte como hombre» (ver Fil 2:6-7) y así reconciliarnos con el Padre (ver 2 Cor 5:19). La Encarnación es un verdadero misterio de amor por el cual el Padre Celestial busca la amistad y la unión con el hombre, busca «vasijas» que puedan contener la plenitud de Su Amor. Cristo en nosotros y nosotros en Él: «Aquel día comprenderéis que yo estoy en mi Padre y vosotros en mí y yo en vosotros.» (Jn 14:20). Que en esta Navidad, la Palabra «hecha carne en nosotros», manifieste al mundo -que aún no le conoce- ¡que ha nacido el Salvador! « si uno obedece Su Palabra, en él se ha perfeccionado verdaderamente el amor de Dios, y de ese modo sabemos que estamos unidos a Él. El que dice que está unido a Dios, debe vivir como vivió Jesucristo.» (1 Jn 2:5-6).



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