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El rescate bancario norteamericano del 2023
“ Esta vez es diferente”, nos decían dos mundialmente famosos economistas, Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, con cinismo, un año después de terminada la Crisis Financiera Mundial del 20072008. Ellos sabían muy bien que no era cierto. Siempre es lo mismo. La historia ha cambiado poco desde el primer rescate bancario en 1792, cuando, después de una expansión monetaria, Alexander Hamilton debió intervenir para evitar un desastre financiero y económico. Ahora, la Reserva Federal entró a rescatar Silicon Valley Bank y Signature Bank, no porque estos bancos fueran particularmente importantes, de hecho, son bancos medianos y con poca expansión territorial. La situación se volvió alarmante para las autoridades norteamericanas cuando vieron que el primer banco perdió $42 mil millones en depósitos (la mitad del PIB de Guatemala) en un día. Y, la situación empezó a hacer tambalear a otros bancos en Estados Unidos. ¿Qué ocurría? En la era del Internet y de las redes sociales, el pánico y la corrida bancaria consecuente, facilitada por la banca en línea, representaba un riesgo real para el sistema financiero norteamericano. Esto llevó a que distintos bancarios norteamericanos incrementaran su demanda semanal de préstamos a la Reserva Federal de $4 mil millones, hace una semana, a $165 mil millones, esta última semana. Por si fuera poco, al esfuerzo de la Reserva Federal se le sumaron 11 bancos que de manera mancomunada entraron a comprar un tercer banco en problemas, First Republic, por $30 mil millones.
“Esta vez era diferente”, por varias razones. Primero, porque los grandes bancos norteamericanos estaban sujeto a regulación financiera estricta desde el año 2010 con la Ley Dodd-Frank, para evitar que se repitiera la Crisis Financiera del 007-2008. Segundo, porque en el caso de los bancos “medianos”, en el 2018 se reconoció que no era necesaria tanta regulación. Así que, a los bancos “medianos para estándares norteamericanos, con activos de $250 mil millones (o 2.6 veces el tamaño de la economía de Guatemala el año pasado), se les excusó de cumplir con la estricta regulación financiera. Se pensaba que, aun con el descontrol monetario de los últimos años, la situación estaba bajo control. Evidentemente no es así. Ocho siglos de lo mismo. Los excesos macroeconómicos.
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