Opinión Página 05
Tapachula de Córdova y Ordóñez, Chiapas; Martes 17 de Octubre de 2023
INDICADOR POLÍTICO Sobredosis de Fentanilo o Cómo EU Permite Consumo de Drogas Carlos Ramírez La declaración conjunta MéxicoEstados Unidos sobre los resultados del Diálogo de Alto Nivel sobre Seguridad a comienzos de la semana pasada revelaron las fallas en la estrategia estadounidense para combatir el flagelo de las drogas: la producción en países latinoamericanos y contrabando de estupefacientes hacia Estados Unidos tiene que ver con el alto grado de permisividad americana sobre el consumo de drogas. De alguna manera, los funcionarios de los dos países no pudieron explicar con claridad cómo es que siguen aumentando los decomisos de droga y armas, pero la disponibilidad de ambas en los dos países sigue creciendo como una hidra de mil cabezas. La sobredosis es consecuencia de la facilidad para acceder al consumo de drogas. La respuesta sigue sin ser atendida: como aquí se ha insistido de manera recurrente, la DEA tiene información que revela que el contrabando de drogas hacia Estados Unidos, la redistribución en los 50 Estados Americanos, la disponibilidad para el consumo del menudeo en las calles y el lavado de los recursos está siendo operado con impunidad por células de nueve cárteles mexicanos que están instalados dentro de EU y son quienes se encargan de mantener aceitada la máquina del narcotráfico y el consumo de drogas. Entre las 22 acciones anunciadas
por ambos países, de alguna manera se acepta de manera velada que el problema ha rebasado a las autoridades y que no habrá desarticulación de cárteles ni freno del contrabando mientras exista corrupción fronteriza y facilidad para la venta de droga el menudeo en las calles de Estados Unidos para satisfacer las necesidades de los adictos. Hasta ahora, los programas de salud pública en Estados Unidos apenas alcanzan para atender a los adictos en grado terminal y, de manera paradójica, no se combate el consumo, sino que las autoridades obsequian jeringas nuevas a los consumidores para evitar las infecciones con las jeringas usadas. A lo más que establece el compromiso estadounidense en la Acción 1 es a mejorar los mecanismos para “monitorear el consumo de drogas ilícitas, tendencias y sobredosis”, pero EU sigue negándose a aplicar la autoridad para criminalizar el tráfico y consumo de drogas. Como propuesta de México y sin mecanismos en Estados Unidos, otra acción del Diálogo de Alto Nivel fue “ampliar modelos de prevención del crimen basados en evidencia, incluyendo justicia cívica y policía comunitaria, para mejorar la seguridad ciudadana y apoyar a jóvenes en riesgo a llevar vidas libres del crimen”. La estructura jurídica de Estados Unidos, sin embargo, es más respetuosa del derecho ciudadano, en tanto que México sigue violando derechos humanos con delitos basados sólo en evidencias y no pruebas, además de que la estructura de seguridad de EU no permite la justicia cívica ni la
policía comunitaria e inclusive combate a las milicias ciudadanas de seguridad. E l p u n t o 11 r e i t e r a lo que nunca se ha cumplido: “continuar con la implementación de nuestro plan de acción conjunto para combatir la producción y el tráfico de drogas sintéticas y los daños causados por ellas, expandiendo la acción por parte de empresas privadas químicas y de logística y compartir información para prevenir la desviación de precursores químicos”. Este punto toca el centro del conflicto de drogas, pero EU y México no han implementado mecanismos concretos porque implicaría destrucción del circuito de producción de drogas para el consumo de los adictos. El punto 20 es demagogia pura que beneficia a EU: “incrementar la efectividad de la coalición global para hacer frente a las Amenazas de las Drogas Sintéticas lanzada por la administración Biden el 7 de julio de 2023”, pero mantenida sólo a nivel de planteamiento retórico que no ha podido consolidarse en estructuras operativas de seguridad. El Diálogo de Alto Nivel sobre Seguridad, realizado en días pasados, no hace más que pasar revista de datos conocidos, de repetir compromisos incumplidos y de prometer acciones conjuntas para seguir combatiendo el consumo de drogas en Estados Unidos que cada año registra fallecimientos por sobredosis arriba de 120,000 personas, pero con acciones que no rompen la
cadena de intereses cárteles-autoridadesconsumidores, porque nada se logrará sin un compromiso concreto de Estados Unidos para criminalizar el consumo de drogas como primer paso para instrumentos judiciales que permitan el desmantelamiento efectivo de las células de los cárteles mexicanos en EU que tienen el control del tráfico de drogas para consumo popular. Mientras haya consumo en EU, habrá cárteles y estructuras delictivas en el narcotráfico. Política Para Dummies: La política es la demagogia que sustituye las acciones de poder. El contenido de esta columna es responsabilidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica. car l o sr am i r ezh @ elindependiente.com.mx http://elindependiente.com.mx @carlosramirezh Canal YouTube: https: //youtube.com/@el_ independiente
La Transformación del Cannabis en México Guillermo Nieto El cannabis, una planta con una historia rica y compleja en el continente americano, ha pasado por una transformación significativa a lo largo de los siglos. En la última década, México ha sido testigo de una profunda transformación en la percepción y regulación del cannabis. Lo que alguna vez se mostró como un enemigo público, ha evolucionado para convertirse en un recurso terapéutico y económico. Esta metamorfosis plantea preguntas cruciales sobre la historia, los beneficios económicos y las razones detrás de la prohibición del cannabis en nuestro país. La historia del cannabis en América Latina está entrelazada con los eventos y contextos socioeconómicos de la época. La relación de México con el cannabis se remonta a siglos atrás. Antes de la prohibición, el cannabis se utilizaba en una variedad de aplicaciones, desde medicina tradicional hasta materiales textiles y aceites. Los indígenas mexicanos conocieron bien las propiedades curativas de la planta. Sin embargo, a lo largo del siglo XX, el cannabis fue satanizado y finalmente prohibido en la década de 1920, como
resultado de la influencia internacional y la percepción de que su consumo llevaba a la criminalidad. Esta historia compleja demuestra que el cannabis ha estado vinculado a diferentes contextos culturales y sociales a lo largo del tiempo. Por un lado, se asociaba con experiencias espirituales y estados de conciencia inusuales, atractivos para ciertos grupos de la sociedad. Por otro lado, se relacionaba con comportamientos antisociales y violentos, aunque esta última asociación no se sostenía en evidencia sólida y se basaba en prejuicios. La transformación del cannabis en México ha sido impulsada en parte por la creciente comprensión de sus beneficios económicos. La legalización de la marihuana con fines recreativos y medicinales en varios estados de los EE.UU. ha generado un mercado multimillonario, lo que ha llamado la atención de empresarios y políticos mexicanos. La creación de un mercado legal de cannabis promete una fuente significativa de ingresos para el país, lo que podría contribuir a reducir la economía sumergida y financiar programas sociales y de salud. Además, la legalización del cannabis ha generado empleos en sectores como la agricultura, la investigación científica, la producción, la distribución
y el comercio minorista. Esto no sólo impulsa la economía, sino que también crea oportunidades para una generación de jóvenes emprendedores. En septiembre de 2017, se celebró una reunión intersectorial en la que se presentó el “Reglamento de la Ley General de Salud en materia de control sanitario del Cannabis y derivados de la misma”. Durante esta reunión, se recopilaron comentarios de varias entidades, como el Servicio de Administración Tributaria, el ISSSTE, CONADIC, PGR, SENASICA y CONACyT. Esta reforma dio lugar al anteproyecto del Reglamento de la Ley General de Salud y marcó el comienzo de la regulación del cannabis en México. Después de noventa años de prohibición absoluta, se abrió la oportunidad de regular el uso del cannabis con finos médicos, científicos e industriales, con un énfasis en la calidad y seguridad de los productos destinados al consumo humano. Esto permitió al estado proporcionar una base legal sólida para la industria emergente del cannabis; sin embargo, hasta el día de hoy, esta iniciativa aún está en proceso de aprobación, sin tener avances significativos. Por otro lado, se aprobó en enero del 2021 el reglamento de la ley general de salud en Materia de Control Sanitario
para la Producción, Investigación y Uso Medicinal de la Cannabis y sus Derivados Farmacológicos, sin embargo, aún no se ha implementado debido a que se requieren cambios en la legislación existente y la coordinación entre múltiples entidades gubernamentales. En muchos casos, la burocracia puede retrasar la implementación de nuevas regulaciones. La prohibición del cannabis en México ha sido impulsada en gran medida por la influencia de los Estados Unidos y la percepción de que el consumo de esta planta llevaba a la criminalidad y al abuso de sustancias. Sin embargo, la evidencia moderna ha desafiado estas suposiciones. Estudios muestran que la cannabis es menos dañina que el alcohol y que su prohibición ha alimentado el mercado negro, beneficiando a organizaciones criminales. En el contexto actual, la legalización y regulación del cannabis ofrece una oportunidad para controlar y gravar su venta, reduciendo así el poder de los cárteles y desviando recursos hacia iniciativas más productivas. Además, la cannabis medicinal ha demostrado tener beneficios terapéuticos significativos en el tratamiento de enfermedades como la epilepsia, el dolor crónico y el estrés postraumático. Sun