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Tapachula de Córdova y Ordóñez, Chiapas; Viernes 03 de Noviembre de 2023
IP y Autoridades Ignoraron Plan Ante Cambio Climático
Autoridades y empresarios desdeñaron las recomendaciones que se generaron en los Estudios de Vulnerabilidad al Cambio Climático en el Sector Turístico, específicamente en el caso de Acapulco. Estas pudieron evitar o reducir los daños económicos, sociales y ambientales ocasionados por el huracán “Otis”, dijeron catedráticos a EL UNIVERSAL. Los estudios se presentaron en septiembre de 2014 y fueron encabezados por la Secretaría de Turismo (Sectur), el Conacyt, el Centro de Estudios Superiores de Turismo y la Academia Nacional de Investigación y Desarrollo. En primer lugar, se pasaron por alto las recomendaciones de “actualizar permanentemente la información y estudios realizados en temas de cambio climático”. Los documentos incluían una “matriz de medidas de adaptación al cambio climático para Acapulco”, para el caso de vientos extremos, olas de hasta siete metros, lluvias torrenciales y deslaves. Dentro de esas encomiendas estaba el fortalecimiento de anclajes de infraestructuras, cuyo objetivo era evitar el derrumbe, por ejemplo, de anuncios espectaculares y daños en construcciones, pero hace una semana dentro de los destrozos se observó que, incluso, el bungee, que fue reabierto en 2021, se desplomó ante los vientos de más de 250 kilómetros por hora. Los hoteles perdieron plafones, instalaciones eléctricas, de telecomunicación, cristalería, mobiliario, obras de arte, y aparatos tecnológicos ante su exposición directa a los vientos del meteoro categoría 5. Un segundo aspecto fueron las recomendaciones para el establecimiento de redes eléctricas y telefónicas resistentes a los vientos huracanados para evitar la pérdida de los servicios, pero lo que se observó fue que se desprendieron 38 líneas de alta tensión y más de 10 mil
postes, y se perdió la totalidad de las telecomunicaciones. Tampoco se ejecutaron las sugerencias para implementar un sistema de alerta temprana que faculte a los tomadores de decisiones, individuos y comunidades que enfrentan una amenaza, a que actúen con suficiente tiempo y de modo adecuado para reducir lesiones personales, pérdidas de vidas y daños a los bienes y al medio ambiente. Otra acción omitida fue la de realizar las obras de contención necesarias en laderas, para evitar derrumbes en carreteras. “De acuerdo al Índice de Vulnerabilidad Costera que consideró tres variables geológicas [geomorfología, topografía de playa y tasa de erosión] y tres variables oceanográficas [elevación del nivel del mar, altura significativa del oleaje y rango mareal], los sitios de Veracruz, Cancún y la Riviera Maya son los más vulnerables por hallarse en zonas bajas y planas, mientras que los menos vulnerables son: Huatulco, Acapulco y Nuevo Vallarta que por estar en bahías están
más protegidas”, indica el documento al que accedió EL UNIVERSAL. Probabilidad Nula de Huracán Categoría 5. En estos mismos estudios se exponía que Acapulco presentaba 0% de probabilidades de impacto de un huracán categoría 5, como fue el caso de “Otis”. No obstante, para el caso de las categorías 2, 3 y 4, la probabilidad era de 4.8%; y en cuando a un huracán 1, tormenta tropical y una depresión tropical, las probabilidades subían a 31.7%. Los porcentajes de probabilidad tampoco se actualizaron en los últimos nueve años. “Es muy grave que los gobiernos locales y federal no hayan hecho nada, puede esto representarles cargos por irresponsabilidad, aunque sabemos que no admitirán ni se seguirán de oficio a los responsables, como sucedió con el caso del colegio Rebsamen en la Ciudad de México. Ahora la reconstrucción debe pensarse con infraestructura sustentable, pues Acapulco creció desordenadamente”, opinó Miguel González, catedrático de la UNAM. “’Otis’ fue un fenómeno que sorprendió incluso a científicos. Esto nos enseña a no menospreciar la llegada de cualquier fenómeno. Se tendrá que replantear toda la infraestructura, pues ya sucedió. Así como el sismo en 1985 dio lugar a un nuevo reglamento de construcción y alerta sísmica, se deben crear nuevas políticas de protección civil, no sólo en Acapulco, esto debe ser un parteaguas en todos los destinos. El cambio climático es real”, manifestó Manuel Valencia, catedrático del Tecnológico de Monterrey. En esta administración, los recursos de la Sectur se redujeron 50% en comparación con la pasada, dejando algunos programas con recortes y otros sin recursos, indican las cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Sun
Muertos en el Olvido: Migrantes en la Frontera Max Aub
El Día de Muertos es una tradición mexicana que ha rebasado fronteras, conmemoración internacionalmente exhibida, entre otras, a través de la película “Coco”, de Pixar, en la que, en sus mensajes, se dice que una persona muere realmente cuando es olvidada para siempre. Es el caso de John y Jane Doe, mexicanos, latinoamericanos, hombres y mujeres migrantes. John y Jane Doe son el nombre genérico que reciben los migrantes fallecidos en la frontera del lado estadounidense y que, tras ser encontrados, su identidad se diluye en la inmensidad del desierto y de las montañas: sus cuerpos son hallados sin documentos y quedan en el limbo, sin identidad, sin altar, sin rezos ni velas, sin visitas ni pláticas, sin lágrimas ni risas. Tras ser levantados del lugar donde fallecieron, son llevados al forense y “se les práctica la autopsia de ley para determinar la causa de muerte”, explica a EL UNIVERSAL el vocero del grupo The Forensic Border Coalition (TFBC), “y también se busca información que ayude a identificar a la persona, se toman sus huellas dactilares, una muestra de ADN, características físicas y pertenencias personales”. TFBC explica que toda la información recabada se sube a diversas bases de datos nacionales e internacionales. Quizá la foto de alguno de esos migrantes sea puesta en algún altar al lado de alguno de sus platillos favoritos, pero nadie sabrá dónde se encuentra. Pasados determinados años sin ser reclamados, serán enterrados y sus tumbas marcadas o, en algunos condados, son enviados a fosas o cremados y su
contenedor también marcado; las marcas sirven por si aparece alguna coincidencia con su ADN. “Los esfuerzos para intentar identificar a los migrantes sin nombre continúan, después de ser enterrados o cremados, a través de las muestras de ADN”, señala la vocería de TFBC, “se contacta a quienes estén buscando a familiares y se les pide una muestra de su ADN o de algún familiar y en algunos casos, se han logrado identificaciones”. Hay cuatro condados en el sur de Estados Unidos con el mayor número de migrantes muertos sin identificar. En Texas, Brooks es señalado por el alto número. El de Hidalgo es otro. En Arizona se reporta al de Pima. En California, el condado de Imperial. Varias organizaciones colaboran para identificar a los indocumentados: Colibrí Center for Human Rights, en Tucson, Arizona, que está en contacto con las autoridades del condado de Pima. La guatemalteca María González contó a este diario que su hermano salió de su país en busca de una mejor vida para su familia. “En un momento ya no supimos de él, dejó de comunicarse y me llené de angustia. Desde ese momento busqué quién pudiera ayudarme a ubicarlo, no sabía si estaba vivo o muerto. Después de dos años, el Centro Colibrí dio con los restos de mi hermano con mi ADN. Fue muy doloroso, pero al menos lo habíamos encontrado para llevarlo a casa y poder despedirnos de él”. Otra organización que también ha encontrado familiares es South Texas Human Rights Center, que opera desde Falfurrias. “Yo perdí a mi esposa en el desierto de Arizona, ahora lo sé porque logramos ubicarla. Ella quería lograr un mejor futuro para nuestros hijos. Pasó el tiempo y no sabía nada de ella”, comentó el mexicano Juan Rodríguez. “Entonces comencé a buscarla, vine a la frontera y
esta organización en Falfurrias se comunicó con sus similares, pidieron una muestra de ADN de uno de mis hijos y gracias a Dios apareció su cuerpo; por lo menos mis hijos y yo pudimos despedirnos de ella y podemos visitarla en su tumba”. Border Angels, desde San Diego, California, también ayuda. En TFBC fomentan y trabajan para mejorar las prácticas de identificación de restos humanos, al igual que el Programa de Identificación Humana que provee la Universidad de Baylor, en Texas. “Mi hijo se fue en busca del famoso sueño americano, estaba muy ilusionado, pero nunca pudo iniciarlo”, cuenta la mexicana Rosa Martínez; “pasaron meses y no sabía de él y de plano me fui a la frontera a tratar de buscarlo, parecía imposible. Pero me recomendaron contactar con unos médicos forenses y si no es por ellos, jamás hubiera encontrado a mi hijo y menos traerlo a México y enterrarlo”. La situación de los John y las Jane Doe se convierte en un recordatorio, señalan analistas, sobre las consecuencias mortales de las actuales leyes migratorias estadounidenses y la urgente necesidad de modificarlas y hacerlas más humanitarias. Sun